Los elementos surrealistas en Los ingrávidos de Valeria Luiselli

July 29, 2017 | Autor: Ana Cecilia Sánchez | Categoría: Surrealismo, Vanguardias Artísticas, Gilberto Owen
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Ana Cecilia Sánchez GonzálezLiteratura mexicana del siglo XXIUniversidad Autónoma de San Luis PotosíAna Cecilia Sánchez GonzálezLiteratura mexicana del siglo XXIUniversidad Autónoma de San Luis PotosíLOS ELEMENTOS SURREALISTAS EN LOS INGRÁVIDOS DE VALERIA LUISELLI
Ana Cecilia Sánchez González
Literatura mexicana del siglo XXI
Universidad Autónoma de San Luis Potosí
Ana Cecilia Sánchez González
Literatura mexicana del siglo XXI
Universidad Autónoma de San Luis Potosí
Abstract The novel Los ingrávidos concibes the encounter between two temporal dimensions: the life of a mexican editor in the present time, and part of the life of the mexican poet Gilberto Owen in the past time. Owen lived in the 1900's and had contact with some icons of the vanguardist movement. This paper focuses in the surrealist elements inside the novel, as in the ones used by the author with the purpose of giving the ghostly tone of the novel. Key words: Literature, 20th century, cultural movements, vanguards, surrealism, Gilberto Owen. Abstract The novel Los ingrávidos concibes the encounter between two temporal dimensions: the life of a mexican editor in the present time, and part of the life of the mexican poet Gilberto Owen in the past time. Owen lived in the 1900's and had contact with some icons of the vanguardist movement. This paper focuses in the surrealist elements inside the novel, as in the ones used by the author with the purpose of giving the ghostly tone of the novel. Key words: Literature, 20th century, cultural movements, vanguards, surrealism, Gilberto Owen. Resumen La novela Los ingrávidos plantea el cruce entre dos dimensiones temporales: la vida de una editora mexicana en el presente y parte de la vida del poeta mexicano Gilberto Owen en el pasado. Owen vivió a principios del siglo XX y estuvo en contacto con personajes icónicos del movimiento vanguardista. En esta propuesta de lectura se pondrá atención a los elementos surrealistas que están presentes en la novela o que fueron rescatados por la autora con el propósito de otorgar esa voz fantasmal que atraviesa de la novela. Palabras clave: Literatura, siglo XX, movimientos culturales, vanguardias, surrealismo, Gilberto Owen. Resumen La novela Los ingrávidos plantea el cruce entre dos dimensiones temporales: la vida de una editora mexicana en el presente y parte de la vida del poeta mexicano Gilberto Owen en el pasado. Owen vivió a principios del siglo XX y estuvo en contacto con personajes icónicos del movimiento vanguardista. En esta propuesta de lectura se pondrá atención a los elementos surrealistas que están presentes en la novela o que fueron rescatados por la autora con el propósito de otorgar esa voz fantasmal que atraviesa de la novela. Palabras clave: Literatura, siglo XX, movimientos culturales, vanguardias, surrealismo, Gilberto Owen.
Abstract
The novel Los ingrávidos concibes the encounter between two temporal dimensions: the life of a mexican editor in the present time, and part of the life of the mexican poet Gilberto Owen in the past time. Owen lived in the 1900's and had contact with some icons of the vanguardist movement. This paper focuses in the surrealist elements inside the novel, as in the ones used by the author with the purpose of giving the ghostly tone of the novel.

Key words: Literature, 20th century, cultural movements, vanguards, surrealism, Gilberto Owen.


Abstract
The novel Los ingrávidos concibes the encounter between two temporal dimensions: the life of a mexican editor in the present time, and part of the life of the mexican poet Gilberto Owen in the past time. Owen lived in the 1900's and had contact with some icons of the vanguardist movement. This paper focuses in the surrealist elements inside the novel, as in the ones used by the author with the purpose of giving the ghostly tone of the novel.

Key words: Literature, 20th century, cultural movements, vanguards, surrealism, Gilberto Owen.


Resumen
La novela Los ingrávidos plantea el cruce entre dos dimensiones temporales: la vida de una editora mexicana en el presente y parte de la vida del poeta mexicano Gilberto Owen en el pasado. Owen vivió a principios del siglo XX y estuvo en contacto con personajes icónicos del movimiento vanguardista. En esta propuesta de lectura se pondrá atención a los elementos surrealistas que están presentes en la novela o que fueron rescatados por la autora con el propósito de otorgar esa voz fantasmal que atraviesa de la novela.
Palabras clave: Literatura, siglo XX, movimientos culturales, vanguardias, surrealismo, Gilberto Owen.
Resumen
La novela Los ingrávidos plantea el cruce entre dos dimensiones temporales: la vida de una editora mexicana en el presente y parte de la vida del poeta mexicano Gilberto Owen en el pasado. Owen vivió a principios del siglo XX y estuvo en contacto con personajes icónicos del movimiento vanguardista. En esta propuesta de lectura se pondrá atención a los elementos surrealistas que están presentes en la novela o que fueron rescatados por la autora con el propósito de otorgar esa voz fantasmal que atraviesa de la novela.
Palabras clave: Literatura, siglo XX, movimientos culturales, vanguardias, surrealismo, Gilberto Owen.


LOS ELEMENTOS SURREALISTAS EN LOS INGRÁVIDOS DE VALERIA LUISELLI

-Es sobre vaguedad, me dijo, masticando un pedazo de pan
¿Así nada más? ¿Vaguedad?
Vaguedad y límites temporales difusos.
Valeria Luiselli

La segunda novela de la joven escritora mexicana, Valeria Luiselli, publicada en 2011, es, en palabras de una de las voces narrativas, "una novela horizontal contada verticalmente" (Luiselli 66). Mediante la lectura, el lector se va introduciendo en cuatro tiempos distintos de dos narradores: la primera es una mujer mexicana que narra su presente vida de ama de casa y escritora, así como su vida pasada, cuando vivía en Nueva York y trabajaba en una editorial en la que pretendía difundir la obra de Gilberto Owen. Esta es la segunda voz narrativa, el poeta mexicano que también narra una vida presente y una pasada. Owen, originario de El Rosario, Sinaloa, nació en 1904 y su obra poética se inscribe dentro del grupo de los Contemporáneos. Vivió en Nueva York entre 1928 y 1930, donde pudo estar en contacto más cercano con los movimientos vanguardistas de la época, entre ellos el surrealismo. Los movimientos de vanguardia, fenómeno estético capital del siglo XX, (Oviedo 290), influenciaron la obra de todos los Contemporáneos, "jóvenes consagrados a su pasión intelectual en los momentos en que la Revolución reciente alimentaba una ola de nacionalismo" (Segovia 10), quienes buscaron seguir estéticas diferentes de las tradicionales mediante una continuidad del cambio, criticados comúnmente por no manifestar sus ideas políticas, requeridas por su tiempo y entorno, en su obra poética.
Los Contemporáneos buscaron "lo nuevo", todos los miembros del grupo compartían un deseo de renovación y una gran curiosidad intelectual, libertad, audacia expresiva y paciencia, buscaban lo imprevisto. En su primera etapa, estos poetas se vieron sumamente influenciados por una de las corrientes estéticas más sobresalientes: el surrealismo. De acuerdo con la crítica húngara Georgina Whittingham, en los primeros poemas de Owen se puede observar una influencia de temas y motivos desarrollados de manera surrealista. El surrealismo, movimiento artístico de vanguardia que abarca desde el Manifiesto escrito en 1924 por André Breton hasta los años 40's, fue uno de los movimientos de vanguardia de mayor resonancia durante su época. André Breton, en su Manifiesto del surrealismo, lo define:
Automatismo psíquico puro por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral. […] Se basa en la creencia en la realidad superior de ciertas formas de asociación desdeñadas hasta la aparición del mismo y en el libre ejercicio del pensamiento. Tiende a destruir definitivamente todos los restantes mecanismos psíquicos y a sustituirlos en la resolución de los principales problemas de la vida. (31).

Una de las mayores preocupaciones (y ocupaciones) de los surrealistas era el campo de lo onírico (la obra freudiana sobre la interpretación de los sueños Die Traumdeutung de 1900 fue un referente para los surrealistas), el mundo de los sueños como un medio para experimentar lo estético. Desde la antigüedad, los sueños han sido considerados como "portadores de verdades ocultas concernientes a la vida profunda de la psique". El filósofo Carus pensaba que, en lo onírico, el alma se encontraba abierta a verdades diferentes de las que rigen la existencia del hombre durante la vigilia. (Cirlot 30). Breton, por su parte, "transforma el estado de duermevela en un portal hacia una realidad más rica y compleja". (Ferdinán 79). En Los ingrávidos, los dos narradores están muriendo constantemente, se van "afantasmando", como define Luiselli, hasta que en un momento ambos son fantasmas de sí mismos y los puentes del tiempo y del espacio entre los planos terminan desvaneciéndose. Estas muertes suceden en ambos casos en un estado de vigilia, pero parecen más ensoñaciones que experiencias del mundo real. En la primera muerte de ella, tuvo un encuentro con el fantasma de Gilberto Owen: "Tal vez me congelé, tal vez morí esa noche de hipotermia. En todo caso, ésa fue la primera noche que tuve que pasar con el fantasma de Gilberto Owen. […] fue a partir de entonces que comencé, poco a poco a existir como habitada por otra posible vida que no era la mía" (Luiselli 33). Por su parte, Owen comienza a morir en Manhattan, muchos años antes: "Yo empecé a morir en Manhattan, en el verano de 1928. Yo me daba cuenta porque después de cada muerte me daba fiebre y perdía peso. Me pesaba todos los días, para ver si el día anterior me había muerto". (Luiselli 66). A partir de entonces, las muertes van sucediéndose una a una, y en cada muerte se entrecruzan los espacios temporales, dando a pie a encuentros entre ellos pero fuera de sus correspondientes realidades: de vez en cuando ella lo ve a él, y él la ve a ella. Casi todos sus encuentros suceden en el subway, recurso utilizado para simbolizar el entretejimiento de los tiempos: "Nota (Owen le escribe a Celestino Gorostiza): "A New York se le empieza a ver desde el subway. Acaba ahí la perspectiva plana, horizontal. Empieza un paisaje de bulto ahí, con la doble profundidad, o eso que llaman cuarta dimensión del tiempo"" (Luiselli 44).
Otro tipo de ensoñaciones de los dos protagonistas son también ciertos acontecimientos descontextualizados que ya no sólo los involucran a ellos, sino a otros personajes. En el Nueva York en los 20's, la autora sitúa también a un grupo de artistas e intelectuales, entre ellos el poeta español Federico García Lorca, los poetas norteamericanos Louis Zukofsky, William Carlos Williams y Ezra Pound, el músico Duke Ellington, la escritora Nella Larsen, el cineasta Emilio Amero, entre otras prominentes figuras de la época. El personaje de la joven escritora viviendo en Nueva York es testigo de una escena en la que aparecen casi todos ellos:
Cerré los ojos un momento. Cuando los abrí, vi a mi lado a William Carlos Williams, con unos anteojos enormes, revisando la vagina de una mujer miniatura acostada en una servilleta sobre la barra; dirigiendo una orquesta imaginaria estaba el poeta Zukofsky parado en una mesa; colgado dentro de una jaula en la esquina del bar, Ezra Pound; y García Lorca aventándole cacahuates que él recibía con júbilo. (Luiselli 39)

Si bien la veracidad de algunos componentes de la escena puede ser constatada de manera histórica (William Carlos Williams era ginecólogo y Ezra Pound fue encerrado en una jaula en 1945 por soldados norteamericanos en Italia), la confluencia de eventos de la escena, hacen que sea una desautomatización de la realidad y la desorientación, ambos recursos estilísticos angulares de los surrealistas.
Otro símbolo importante utilizado como recurso para el cruce de realidades en la novela es el árbol, al que "el cristianismo y en particular el arte románico le reconocen [una] significación esencial de eje entre los mundos, aunque […] también simboliza la naturaleza humana" (Cirlot 89). Ambos protagonistas tienen un árbol muerto, un naranjo. El naranjo seco que encuentra la voz femenina durante su juventud en Nueva York en la azotea del edificio en Harlem donde vivía Owen es el mismo que Owen poseía durante su juventud en los 20's. El joven Owen lo describe: "En el cuarto que rentaba en el edificio enfrente del parque Morningside había una maceta sobre el pretil de la ventana que parecía una lámpara. La maceta tenía redondas llamas verdes y adentro crecía un naranjo" (Luiselli 93). Ella lo encuentra y lo lleva a su departamento, y en él anotaba información sobre Owen: "tomaba notas en pos-its amarillos y cuando llegaba a mi departamento los colocaba entre las ramas del árbol seco" (Luiselli 43). White, el jefe de la narradora, también percibe el cruce de mundos en un árbol: "Había un árbol afuera de su casa en el que siempre veía a su mujer muerta. No la veía, pero sabía que ahí estaba" (Luiselli 22).
En la obra pictórica de algunos artistas surrealistas, hay figura que se presenta con cierta recurrencia: los insectos. Al hablar de la Entomología, Federico Arana menciona que el uso de la figura del insecto por parte de los surrealistas se basa en que los insectos "habitan los rincones de nuestra mente" y fueron los surrealistas quienes exploraron y exaltaron el papel del subconsciente, mediante el automatismo síquico y la exaltación de los procesos oníricos (Arana 17). Luis Buñuel, por ejemplo, utiliza la imagen de una mano llena de hormigas en Un perro andaluz y Salvador Dalí fue proclive a pintar insectos en muchos de sus cuadros. Según Beatriz Ruiz, para los surrealistas los insectos representan la decadencia, y las moscas y abejas específicamente representan la muerte y la descomposición. (Ruiz 169). En Los ingrávidos, moscas o mosquitos aparecen casi únicamente para abrir y para cerrar el relato. Aparecen en el diálogo inicial de la novela, entre la voz femenina y uno de sus hijos:
El mediano me despierta:
¿Sabes de dónde vienen los mosquitos, mamá?
¿De dónde?
De la regadera. De día están en la regadera y de noche nos pican. (Luiselli 11)
Al final de la novela, cuando los dos protagonistas mueren o se "afantasman" por completo, vuelven a aparecer los mosquitos, ahora en el espacio del Owen del presente: "Creo que los mosquitos son unas voces. Se distinguen dos: una de un niño, y otra de un bebé. El bebé llora mucho y el niño le recita una nana inquietante" (Luiselli 146). Otros insectos que aparecen en la novela son las cucarachas de Madagascar, originalmente casa de la voz narrativa femenina del presente, y que luego pasan al mundo del Owen que relata el pasado desde su presente, en una transferencia más de objetos de una dimensión a otra. Así, los insectos fungen también como avatares del mundo de la muerte, de la comunicación entre el mundo de los vivos y de los muertos, donde habitan, precisamente, los fantasmas.
En la realidad, el poeta Gilberto Owen es, también, una figura difusa, poco clara. Se sabe poco de su vida y casi todo lo conocido ha sido recopilado de material epistolar y de sus poemas, donde los críticos han encontrado rasgos autobiográficos: "la transmutación poética de la materia biográfica es precisamente, me parece, lo más profundo que hay en la obra de Gilberto Owen", dice Tomás Segovia en su prólogo a uno de los libros más reconocidos de Owen, Perseo vencido. Esta existencia espectral la confirma Quirarte al escribir que, a su muerte, "el retrato que los Contemporáneos hacen tras la partida de Owen es el de un fantasma" (Quirarte 81). En conjunto, esta información da cuenta de la concienzuda selección que Luiselli realizó de uno de los protagonistas de la novela: eligió un escritor que fue fantasma en la realidad para convertirlo en fantasma también en su ficción.
Los ingrávidos es una novela llena de ecos. El lector minucioso podrá encontrarse con nuevas resonancias en cada lectura, con elementos que habían pasado desapercibidos pero que están ahí, listos para ser encontrados. Ejemplo de ello serían los evidentes paralelismos (al parecer, intencionales) con la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo. A manera de homenaje, tal vez, uno de los personajes que aparecen fortuitamente en el mundo de los dos protagonistas, se llama igual que la madre de Juan Preciado: "Cómo te llamas, le pregunté. Dolores Preciado, pero me dicen Do". También la disposición tipográfica es similar a la rulfiana, con poco texto distribuido a manera de "estampas" o espacios cortos narrados por las cuatro distintas voces. As , la lente surrealista que proponemos para abordar la lectura de esta novela es sólo una de las muchas con las que se puede intentar asir a estos ingrávidos.
Bibliografía
Arana, Federico. «Los insectos y el surrealismo.» Insectos comestibles: entre el gusto y la adversidad. México: UNAM, 2006. 17.
Breton, André. «Manifiesto del surrealismo (1924).» Breton, André. Manifiestos del surrealismo. La Plata: Terramar, 2006. 15-34.
Cirlot, Juan Eduardo. Diccionario de símbolos. Madrid: Siruela, 1997.
Ferdinán, Valentín. «El fracaso del surrealismo en América Latina.» Revista de crítica literaria latinoamericana 28 (2002): 73-111.
Luiselli, Valeria. Los ingrávidos. México: Sexto Piso, 2011.
Oviedo, José Miguel. Historia de la literatura hispanoamericana 3. Postmodernismo, vanguardia y regionalismo. Madrid: Alianza, 2001.
Quirarte, Vicente. «El siglo de Gilberto Owen.» Literatura mexicana 16.2 (2005): 77-87.
Ruiz, Beatriz Fernández. De Rabelais a Dalí: La imagen grotesca del cuerpo. Valencia : Universidad de Valencia, 2004.
Segovia, Tomás. Perseo vencido y otros poemas: antología poética. Madrid: Huerga y fierro, 2006.
Whittingham, Georgina. Gilberto Owen y la crisis del lenguaje poético. México: UAM, 2005.


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