“Los dos melicios: Traducción literaria y afiliaciones identitarias en la novelística sefardí del Levante,” Hispania 90 (2007): 356-367. Sponsoring Organization: American Association of Teachers of Spanish and Portuguese.

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The Hispanic and Luso-Brazilian World: Los dos melicios: Traducción literaria y afiliaciones identitarias en la novelística sefardí del Levante Author(s): Patricia Valladares Ruiz Source: Hispania, Vol. 90, No. 2 (May, 2007), pp. 355-366 Published by: American Association of Teachers of Spanish and Portuguese Stable URL: http://www.jstor.org/stable/20063521 . Accessed: 22/04/2013 14:50 Your use of the JSTOR archive indicates your acceptance of the Terms & Conditions of Use, available at . http://www.jstor.org/page/info/about/policies/terms.jsp

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THE HISPANIC AND LUSO-RRAZILIAN WORLD

literaria y afiliaciones Los dos melicios: Traducci?n identitarias en la novel?stica sefard? del Levante PatriciaValladares Ruiz Granada,

Spain

Esta de las comunidades las relaciones entre el contexto pol?tico-religioso investigaci?n explora las representaciones asquenaz?es y su incidencia en el desarrollo de la novel?stica sefard? del Levante. Analiza de textos provenientes de las comunidades identitarias (religiosas y pol?ticas) en las traducciones al judeo-espa?ol en el Imperio Otomano durante las ?ltimas jud?as centroeuropeas. El acercamiento a estos textos (aparecidos d?cadas del siglo XIX y las primeras del XX) permitir? establecer v?nculos entre los proyectos nacionalistas

Abstract:

jud?os y su influencia en la selecci?n de los textos narrativos que ser?an publicados durante este per?odo y estudiar los referentes hist?ricos como estrategias de afiliaci?n entre dos realidades particulares: el desarrollo hist?rico de las comunidades jud?as asquenaz?es sefard?es, en el contexto (del centro y norte de Europa) y las comunidades

pol?tico oriental a principios Key

Words:

del

Los

askenaz?es,

sefard?, sefard?es, sefardismo,

Este

siglo XX.

dos

identidad nacional, mellizos, traducci?n literaria

identidad

religiosa,

novel?stica

judeoespa?ol,

sionismo,

art?culo explora las relaciones entre el contexto pol?tico-religioso de las comunidades asquenaz?es y su incidencia en el desarrollo de la novel?stica sefard?del Levante. Analiza las representaciones identitarias (religiosas y pol?ticas) presentes en las traducciones al judeoespa?ol de textosprovenientes de las comunidades jud?as centroeuropeas. El acercamiento a estos textos (aparecidos en el Imperio Otomano durante las ?ltimas d?cadas del siglo XIX y las

primeras del XX) permitir? establecer v?nculos entre los proyectos nacionalistas jud?os y su influencia en la selecci?n de los textos narrativos que ser?an publicados durante este per?odo y estudiar los referenteshist?ricos como estrategias de afiliaci?n entre dos realidades particulares: el desarrollo hist?rico de las comunidades jud?as asquenaz?es (del centro y norte de Europa) y las comunidades sefard?es, en el contexto pol?tico oriental a principios del siglo XX. En la actualidad, la novel?stica sefard?no ha recibido atenci?n de estudiosos en el ?rea, por considerarse

un g?nero

menor

y poco

representativo

del

acervo

cultural

de

los jud?os

orientales.

Se han favorecido los an?lisis de textos period?sticos y religiosos (comentarios b?blicos y lit?rgicos), coplas y, enmenor medida, piezas de teatro.En este contexto, planteo un estudio de traducciones y adaptaciones de novelas sefard?es guiado por una premisa principal: estos textos constituyeron veh?culos de reciclaje cultural, a trav?s de los cuales se transmit?anvalores mora les y nacionalistas provenientes de las colectividades jud?as centroeuropeas, estrechando lazos entre

comunidades

que

poco

ten?an

en com?n,

adem?s

de

la creencia

en un Dios

?nico.

Varias de estas novelas eran an?nimas y se distingu?an, como se ver? posteriormente, de la vasta gama de traducciones y adaptaciones literarias que privilegiaban textos europeos, parti cularmente las novelas francesas en boga. Si bien la novela aparece rezagada en el panorama literariode los sefard?es orientales, este g?nero acapar? la atenci?n y predilecci?n de un amplio mercado de lectores. La prensa escrita?bien asentada a finales del siglo XIX?reproduc?a los debates intelectuales de la ?poca, notablemente marcados por las condiciones sociales de las comunidades locales y por discusiones de las nuevas tendencias pol?ticas y religiosas de los jud?os centroeuropeos. No es azaroso que fuera justamente el peri?dico elmedio por excelencia

para la difusi?n de estas obras literarias. "Los dos melicios:

Traducci?n

literaria y afiliaciones

Valladares Ruiz, Patricia identitarias en la novel?stica sefard? del Levante" Hispania

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90.2

(2007):

355-366

356

Hispania 90March 2007

Los intereses comerciales llevaban a losm?s importantes editores de la regi?n a propiciar v?nculos de fidelidad con sus lectores, a trav?s de obras de entretenimiento como los folletines, que posteriormente ceder?an el paso a las novelas de ediciones independientes. Por otra parte, la

c?pula intelectual (concentrada en los cuerpos editoriales de estos peri?dicos) se val?a del acceso a su p?blico lector (generalmente conformado por lasmasas populares) para hacer prose litismo pol?tico, mediante publicaciones que pudieran conquistar la adhesi?n de estos grupos. As?, estos folletines se erigieron como marcadores de la entrada a lamodernidad y como instru mentos del afianzamiento del proceso vertiginoso de occidentalizaci?n que se iniciara al final del sigloXIX. La adopci?n de textos literarios centroeuropeos, su consiguiente traducci?n al judeoespa ?ol aljamiado y adaptaci?n respond?an a los intereses pol?ticos de los editores asentados en el Imperio Otomano. La difusi?n de estos textos promov?a la creaci?n de v?nculos (entre las comu nidades asquenaz?es y sefard?es) sustentados en valores religiosos comunes. Una vez impuestas estas

se trataba

alianzas,

las corrientes

de adoptar

europeas

de pensamiento

que

la nece

creaban

sidad de afiliarse amovimientos nacionalistas y, espec?ficamente, sionistas. Esta empresa impone varias

en

limitaciones:

primer

lugar,

el acceso

al corpus

sefard?

novel?stico

es

sumamente

res

tringido.Muy pocas novelas han sido transcritas en caracteres latinos y s?lo dos de ellas son traducciones

de novelas

en contextos

ambientadas

Los

asquenaz?es:

dos

melicios

ermoza

y La

Ester. En segundo lugar, la carencia de textos cr?ticos dificulta situar apropiadamente condi ciones fundamentales tales como la autor?a, fechas de publicaci?n e impresiones precedentes. El proceso de traducci?n ofrece una tarea compleja al determinar la naturaleza de las adaptaciones,

mutilaciones y/o ediciones que sufrieron estos textos. Dicho esto, propongo una lectura de Los dos melicios1 como instrumentocanalizador de los prop?sitos nacionalistas de importantesmiembros de la ?lite intelectual sefard?, desde una perspectiva que reivindica el texto literario como veh?culo de propagaci?n de valores asociados al imaginario nacional, a partir de contrastes establecidos por la (re)construcci?n de la alteridad.

La producci?n Al

proponer

literaria de los sefard?es orientales (siglo XX) una

lectura

anal?tica

de

textos

literarios

sefard?es,

es menester

situarnos

en el

contexto ling??stico en el cual surgen.David Bunis propone un an?lisis del complejo proceso de evoluci?n de esta lengua, estableciendo que ya en las dos ?ltimas d?cadas del siglo XIX, algunos intelectuales de la comunidad condenan la ausencia de normas del judeoespa?ol, afectando su desarrollo y perpetuaci?n: "In the 1880s David Fresco, editor of the importantJudezmo periodical El Tyempo of Constantinople, accused theOttoman Sephardim of being un "pwevlo mudo" (a

mute people) who spoke a tonguewhich lacked the official trappings of linguistic respectability, such as a grammar and dictionary. Himself an anti-spanyolista anti-Judezmist, Fresco predicted ?and sought?the ultimate death of the language" (227). Los procesos de producci?n cultural de los sefard?es orientales sufrenuna rupturavital amediados del siglo XIX, cuando estas comu nidades comienzan a vivir las consecuencias de la irrupci?n violenta de Occidente. En el panorama literario sefard?, lanovela judeoespa?ola es de tard?aaparici?n. Es apenas en las ?ltimas d?cadas del siglo XIX cuando comienzan a publicarse algunas traducciones de obras for?neas, fen?meno que podemos vincular a la reciente apertura de esta comunidad al mundo occidental. Desde Sal?nica, Esmirna, Constantinopla y otros importantes centros editoriales comenzaron

a aparecer

adaptaciones

y traducciones

de

las novelas

de mayor

?xito

en Francia.

La

novel?stica sefard? se caracteriza por la carencia de textos vern?culos, pues m?s de lamitad de las novelas

publicadas

fueron

textos

"'imitados,'

'adaptados,'

'aranjados,'

'resumidos,'

're-escri

tos' y, sobre todo, 'tresladados' por autores sefard?es al judeoespa?ol, a partir de otras lenguas" (D?az-Mas, Los sefard?es 171).2 En los ?ltimos a?os del siglo XIX, aparecen las primeras traducciones de novelas que pronto contar?an con el apoyo de los lectores locales. M?s tarde, esta iniciativa se ver?a coartada por el f?rreo sistema censor del Imperio Otomano. Durante las tresprimeras d?cadas del siglo XX se

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La

sefard? del Levante

novel?stica

357

abastece la galer?a novel?stica local con textos de autores locales y adaptaciones el entretenimiento

persegu?an Entre

las tem?ticas

de

literarias que

las masas

populares. se destacan la truculencia

predilectas,

amorosa

de ellas marca

(muchas

das por conflictos religiosos y sociales), las novelas de aventuras (polic?acas y de intriga)y los textos de vivencias jud?as, dentro del cual se inscribenLos dos melicios y La ermoza Ester. De acuerdo con la clasificaci?n adoptada por Elena Romero en La creaci?n literaria en lengua estas

sefard?,

dos

novelas

a

pertenecen

la subcategor?a

de

novelas

de

"ambiente

asquenaz?"

("lote que se ocupa de las vivencias del judaismo en Centroeuropa y sus relaciones con elmundo cristiano que les rodea" [256]). Buena

de estas

parte

como

novelas,

indica Romero,

aparecieron

en ediciones

independien

tes, publicadas por entregas e impresas, generalmente, en los m?s importantes peri?dicos de Sal?nica, Constantinopla y Jerusal?n, entre otros importantes centros editoriales (225-26), des pu?s de haber superado la censura del per?odo absolutista que acabar?a con la revoluci?n de los J?venes Turcos en 1908. El formato del follet?nestimulaba la expectaci?n de los lectores, quienes impacientemente las pr?ximas ediciones del peri?dico para saciar la curiosidad

aguardaban

estas

Pero

creada.

entregas

no

siempre

los

provocaban

resultados

deseados

por

sus

editores,

pues seg?n Romero, "los lectores sefard?es eranm?s propensos a pedir prestados los pliegos o los ejemplares de los peri?dicos que a comprarlos" (226). Las

entregas

que

gozaron

de

mayor

receptividad

aparecieron,

posteriormente

aventurarse

posteriormente,

en

impresiones independientes financiadas por los editores de peri?dicos como El Tel?grafo, El Juguet?n, El Tiempo, El Nuvelista, El Avenir, y otros. Inicialmente, se publicaron numerosas de

novelas

corta

como

ambiciosas

y mediana

extensi?n,

para

la versi?n judeoespa?ola

de El

en

conde de Montecristo,

publicaciones

tan

de 1.200 p?ginas

(Romero 227). Elena Romero reflexiona acerca de un hecho de vital importancia en el desarrollo de mi hip?tesis: es natural, los peri?dicos afiliados y defensores de una determinada ideolog?a pol?tica son proclives novelas que respondan m?s o menos a su l?nea de pensamiento. No puede extra?ar, pues, que peri?dicos socialistas de Sal?nica, como Avante y El Popular, publiquen obras de autores rusos, quiz?s s?lo

Como

a publicar

por el hecho de serlo. As? el primero sac? a luz en 1925 Una tr?gica chiqu?z, traducci?n a partir del franc?s de una novela de M. Gorki, y en 1928 y tambi?n vertida al franc?s, El cemento de Fedor Vasilievich en tanto que El Popular de Dostoievski. Gladkov; public? en 1930 Los hermanos Karamasov (227) Es

de

suponer,

y en esto me

en

sustentar?

la lectura

anal?tica

de Los

dos

melicios,

que

as? como

los editores simpatizantes del socialismo privilegiaban la publicaci?n de textos rusos, har?an lo propio los peri?dicos cuyas l?neas editoriales acog?an la defensa de la naci?n jud?a como colectivo

cultural

y religioso

?nico.

Para

esto

era necesario

acortar

las distancias

y reducir

las

diferencias entre las comunidades centroeuropeas y orientales,mediante la transmisi?n fluida de la producci?n intelectual (notas informativas, art?culos de opini?n, cr?nicas de la vida cotidiana y textos literarios traducidos) que exaltaba los valores ideol?gicos apoyando un nuevo naciona lismo en los albores del sionismo. En elmomento de la aparici?n de novelas como Los dos melicios y La ermoza Ester, los folle tines formaban parte de un amplio proyecto recreativo, informativo,educativo y, particularmente, ideol?gico, cuyo ?nico medio de difusi?n era laprensa escrita sefard?.Peri?dicos como El Avenir representaban para sus lectores no s?lo la posibilidad de acceder a un pasatiempo, sino tambi?n de ser espectadores de los cambios en otras regiones geogr?ficas. Entre estos cambios, resultaban especialmente atractivos el trato de la situaci?n de los jud?os centroeuropeos y el surgimiento de conflictos entre practicantes ortodoxos, liberales y laicos; socialistas y sionistas; partidarios de la occidentalizaci?n y quienes prefer?an adherirse a las tradicionales pr?cticas religiosas y sociales del judaismo. La labor de la prensa sefard? era responder con inmediatez a los requerimientos del p?blico lectorcon lapublicaci?n de textos lite rarios

que

se

relacionaran

con

temas

vigentes

de

inter?s

general.

Recordemos

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que

estas

Hispania 90March 2007

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publicaciones ya utilizaban sus imprentas como instrumentos del adoctrinamiento pol?tico religioso. El A venirmantuvo posiciones cr?ticas frentea las autoridades civiles y religiosas, pues el prop?sito principal de estos peri?dicos era familiarizar a las comunidades sefard?es con las ideas de progreso ymodernizaci?n que manejaban sus editores. En Voices inExile, Marc Angel se?ala: "The editors saw the newspapers as agents of education and enlightenment for their

readers, leading them into themodern world. Sephardic intellectualswere attracted towrite for these publications and to express their thoughts on the burning issues of the day" (164-65). El tratamientoque recib?an los folletines era el de una literaturatannecesaria como urgente, portadora y legitimadora de pensamientos renovados. Esta caracter?stica permite comprender las razones que privilegiaron el contenido tem?tico sobre el valor literario,facilitando lapublicaci?n de textos de una lectura sencilla y placentera (esto es, habituar a los lectores a la compra peri?dica

de sus ejemplares) y financiar el logro de otro fin: el adoctrinamiento e instrucci?n de lasmasas, siguiendo la tradici?n did?ctico-moralizante del "ense?ar deleitando." Pero, ?qu? textos literarios deber?an incluirse en estos peri?dicos? La escas?sima producci?n de novelas genuinamente favorec?a obras sefard?es (escritas en y para un contexto sefard? en lengua judeoespa?ola) for?neas.

La labor del traductor en el plano de la creaci?n fue no s?lo una creaci?n de sentido, enten diendo esto como la posibilidad de verter la carga s?mica de un lexema (contenido) sobre otro lexema (continente) adscrito a un sistema ling??stico diferente, sino la creaci?n de sentido como un proceso que permita tambi?n trasladar una cultura y un quehacer creador, y concibiendo que al trasladar un significado se traslada tambi?n un sentido (alterno, renovado o coexistente) en un nuevo contexto emocional, axiol?gico, en definitiva, cultural: adaptado a y adoptado por el lector sefard? en elmarco de su realidad, necesidades y expectativas inmediatas. Varios factores incidieron en la elecci?n de los editores sefard?es al privilegiar lapublicaci?n de traducciones, adaptaciones y res?menes de textos en lenguas extranjeras. El m?s evidente de ellos es la escasez

de textos producidos por sefard?es del Levante, seguida por la premura intr?nsecade literaturaurgente y su necesidad de difundir un complejo sistema ideol?gico. Para

acercarse

a Occidente

hab?a

abrirle

que

la puerta

entrar

y hacerlo

en casa.

extensa

La

labor

de

l'Alliance Isra?lite Universelle3 pudo influir sobre ciertos grupos intelectuales propensos a la Sin

transculturaci?n.

embargo,

a sus

contraven?a

estrat?gicamente

intereses

abandonar

ese

otro

p?blico meta (la clase trabajadora), losmayores consumidores del follet?n,que no pod?an acceder a

textos

for?neos,

pues

desconoc?an

trav?s de textos judeoespa?oles Elena Romero:

lenguas

extranjeras

y

su ?nico

acceso

a

la

lectura

era

a

aljamiados. La necesidad de adoptar la graf?a aljamiada, la aclara

autores y traductores sefard?es tuvieron una verdadera obsesi?n con su expresi?n literaria, repitiendo la saciedad que su lengua es clara, f?cil y asequible para todos. [...] A esta misma simplicidad en el las frases de "adaptaci?n populara" de la que vienen adjetivadas muchas lenguaje apuntan en apariencia creemos casual estas indicaciones tanta insistencia en el tema. Todas traducciones. parecen [...] No

Los

hasta

de los autores, traductores y adaptadores de no espantar a la clientela y de en la lectura, asegur?ndoles que ahora leer no es ya s?lo cosa de rabinos y en caracteres latinos radica Podemos pensar que el recelo de leer espa?ol

responder al sopesado prop?sito animarles a salir de su pasividad hombres

ilustrados.

esencialmente

en una

[...] cierta pereza mental

y no en una

real dificultad.

(236-3 8)4

Efectivamente, la labor del traductor-creador inclu?a ser gestor y veh?culo de esta visita occidental. Hab?a que remozar al visitante para el benepl?cito ymejor provecho del anfitri?n.Los editores de la ?poca privilegiaron el producto literario como un veh?culo que les permit?a amalgamar

las manifestaciones

identitarias

religiosas?tanto

asquenaz?es

como

sefard?es?

apuntalando el acervo cultural jud?o como la base del proyecto nacional. Formaciones

discursivas: Entre el nacionalismo

y el sionismo

Para situar la posici?n pol?tica e influencias ideol?gicas de los editores sefard?es del Levante en el proceso de producci?n intelectual, conviene detenerse en la obra de dos relevantes pensa

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La

sefard? del Levante

novel?stica

359

dores del nacionalismo jud?o de la ?poca: Martin Buber y Theodor Herzl. Este ?ltimo, conocido como el padre del sionismo, presentaba ya un enfoque apasionado y decidido acerca de la necesidad de crear un Estado que resolviera el gran conflicto de una naci?n jud?a dispersa y atomizada. Esther Benbassa y Aron Rodrigue destacan el inter?sde Herzl por las comunidades sefard?es levantinas: "Theodor Herzl [...] avait ?chou? dans ses n?gociations avec le sultan,mal gr? les cinq visites qu'il avait effectu?es dans l'Empire entre 1896 et 1902. Les sionistes voulaient profiterde la nouvelle conjoncture que connaissait l'Empire" (220). Comienzan a gestarse las in quietudes de los grup?sculos intelectuales sefard?es asentados en el Imperio Otomano, muchos de ellos vinculados a la industria editorial local. Buber,

m?s

conservador,

evaluaba

el surgimiento

de

intereses

nacionalistas

en sus correli

gionarios con m?s cautela, acaso por temer la supremac?a de intereses pol?ticos y econ?micos sobre los religiosos. As? lo afirma Gregory Baum cuando estudia el concepto de nacionalismo expuesto por Buber en Israel and theWorld: "Il voyait le nationalisme comme un mouvement

spirituelqui appelle lepeuple ? l'autod?termination culturelle et, si n?cessaire, ? l'autonomie poli tique et ?conomique, tout en reconnaissant que le nationalisme a toujours tent? d'abandonner ses racines spirituelles" (60). Si Buber estaba en contra de la creaci?n del Estado de Israel yHerzl era sum?s fervientepropulsor, ambos coincid?an en la defensa de la unidad del pueblo jud?o y en la existencia de una naci?n jud?a. Desde

una

la perspectiva de Martin Buber, el nacionalismo

carencia

o a una

herida

y como

un

tratamiento

ante una

se construye como una reacci?n a

enfermedad

social

(215).

Para

sanar

esta herida es necesario (re)crear una conciencia hist?rica que d? cuenta de los diversos proce sos que contribuyeron a la construcci?n de un pasado com?n, haciendo ?nfasis en los episodios m?s punzantes. Buber afirma que: "Ce qui d?finit un peuple c'est un destin commun. Certains

?v?nements historiques peuvent fondre des groupes [en este caso, jud?os occidentales y orien tales] en une nouvelle communaut?, ? cause du caract?re dramatique du destin qu'ils partagent"

(217).

En Los dos melicios, tanto la conversi?n (asimilaci?n) forzada como las secuelas de la Inqui sici?n (antisemitismo, antijuda?smo) son se?ales de alerta que reivindican la necesidad de fundar y arraigar un sentimiento nacionalista en las comunidades jud?as y establecer alianzas al interior de estos grupos y afianzar v?nculos sustentados en las heridas del pasado y recontextualizadas en el presente.

Los dos melicios en el contexto editorial sefard? En 1907,El Avenir, un peri?dico de Sal?nica, publica Los dos melicios por entregas, siendo Refael Ben-Yosef su editor. En 1908, aparece en Jerusal?n en forma de libro (una edici?n cuyo impresor fueraMox? Azriel). No es hasta 2001 cuando Pilar Romeu publica una edici?n judeoes pa?ola transcritaen caracteres latinos, contribuyendo as? a un estudio perspicaz y necesario del corpus narrativo sefard? dentro del cual muy pocas novelas han sido objeto de ediciones modernas.5

Me planteo estudiar en esta novela las representaciones del imaginario nacional y religioso jud?o, desde una perspectiva que permita un acercamiento a la narrativa como instrumentode captura de lavitalidad y din?mica de lavida social: "narrative [as] a call toorder" (Taylor xi). Para una mejor comprensi?n del an?lisis, expondr? la sinopsis del argumento de Los dos melicios. Refael Del Monte, de origen jud?o, se enamora de la baronesa Agnes de ?enxtain, quien lo recha za por su condici?n jud?a. Esta se casa con el conde de D?renbah, quien a su vez hab?a rechazado previamente aMarenca por ser ?sta plebeya. Del matrimonio del Conde y laBaronesa nacen los

mellizos Bruno y Be?o. Para vengarse, Marenca rapta a Bruno el mismo d?a que el Conde es v?ctima de un accidente de cacer?a ymuere. Marenca ofrece a Bruno a una familia humilde jud?a, ?sta lo recibe y lo nombran Yossef. Dos a?os despu?s, esta familia muere v?ctima de la peste y s?lo sobrevive el peque?o Yossef, quien ser? acogido por la familia Del Monte. A?os m?s tarde, Yossef comienza a estudiar medicina en Heidelberg, donde conoce a Be?o de D?renbah, su

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Hispania 90March 2007 reconoce a su hijo perdido y entre ella y el arzobispo

hermano. La condesa de D?renbah en un

convento

se escapa

del

internan Yossef

tratar de

para

"curarlo" con

y se casa

convento

de

Sprinsa

su condici?n quien,

Con

jud?a.

a la saz?n,

es

la ayuda

su hermana

lo

de Be?o, de crianza

(hija de Refael yVilelmina C?lemberg). Finalmente, la condesa de D?renbah, trasun gran debate interiorde ordenmoral y religioso, les da su venia. Ambientada en la segunda mitad del siglo XIX en el ImperioAustro-H?ngaro (en las regio nes de Bohemia yMoravia), Los dos melicios destaca la situaci?n de los jud?os en un momento en el que la lucha por los derechos civiles y pol?ticos estaba en plena efervescencia. Esta

situaci?n interceptaba el fen?meno religioso. Con nuevos derechos ciudadanos, las comuni dades jud?as deb?an optar por iniciativas particulares en detrimento de las colectivas. En este contexto surge la figura del jud?o no-practicante y su consecuente influencia "en las esferas eco n?micas, muchas de ellas trascendentales para el desarrollo de los pa?ses donde viv?an" (Romeu 22).

el punto de vista literario,Los dos melicios es un relato de su tiempo aunque se dis

Desde

tancia

por

sus articulaciones en

alcanzaron

las

de

argum?ntales sefard?es

comunidades

las obras

del

Imperio

que mayor

contempor?neas Otomano.

Seg?n

Romeu,

popularidad esta

simpatiza con la corriente rom?ntica e hist?rica que imperar?a en varias publicaciones no

novela

sefard?es;

obstante: en el estudio psicol?gico de los personajes, caracterizados con pre y parece no haber escamoteado ning?n dato sustancial. Pero contra todo con pron?stico, el final es feliz. Las habituales escenas sorpresivas, tr?gicas, reflejo de grandes pasiones se sustituyen aqu? por exaltados en las novelas coet?neas, cr?menes, asesinatos y suicidios, habituales amores puros y esp?ritus tolerantes. (45) misticismos, Los dos melicios cisi?n.

La

intenta abrirse camino

trama es coherente

La tolerancia, sobre la cual Romeu se apoya para sustentar su an?lisis, pretende justificar la necesidad de inscribir relaciones m?s arm?nicas entre losmiembros de las sociedades centroeu ropeas.

Romeu

se?ala

que:

aumentan las libertades pol?ticas, el bloque jud?o se lamenta de las medidas eclesial sojuzgador. No olvidemos que clero y nobleza han formado un t?ndem opresor durante siglos, pero no se debe olvidar tampoco que los eclesi?sticos y nobles que acumulaban humi llaciones y opresiones contra los jud?os, eran igualmente crueles con la mayor?a de sus correligionarios cristianos. (45)

En

en que del estamento

el momento

coercitivas

Romeu presenta paralelos entre las incidencias de pr?cticas opresivas tanto en el contexto asque naz? como en el sefard?.No obstante, su trabajo cr?ticono profundiza en las implicaciones de estas coincidencias en la construcci?n de los v?nculos religiosos que dieron origen al nacionalismo jud?o y al sionismo. De ah? que pretenda partirdel trabajo pionero de Romeu para explorar las cau sas que pudieron dar lugar a la publicaci?n de este tipo de traducciones entre las comunidades sefard?es del Levante. En

cuanto

al aspecto

narrativo,

es posible

apreciar

varias

rupturas

en el

lincamiento

argu

mentai (especialmente las contradicciones). Por otra parte, si las omisiones y elipsis eran recurrentes en las traducciones y adaptaciones que se publicaban en judeoespa?ol, ?ste no es precisamente un rasgo particular de Los dos melicios. Sin embargo, las abundantes digresiones,6 presentes tanto en las intervenciones del narrador heterodieg?tico como en los di?logos, podr?an verse como resultado del proceso de traducci?n o posible adaptaci?n de la novela, donde la voz del

traductor

emerge

como

un narrador

alternativo.

En sus rasgos ling??sticos, Los dos melicios presenta un texto indiscutiblemente asociado al judeoespa?ol oriental,marcado a la vez por los diferentes procesos de evoluci?n que viviera esta lengua. Desde la segunda mitad del sigloXIX, estos cambios se evidencian en la proliferaci?n de pr?stamos l?xicos de lenguas de prestigio en las comunidades sefard?es asentadas en el Imperio Otomano:

el franc?s,

del judeoespa?ol

italiano

y portugu?s,

entre

otras.

Precisa

Pilar

Romeu

que

"la

terminolog?a

proviene del ?mbito cultural cristiano cat?lico y aunque no es abundante s? es

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significativa" (43).7 La edici?n de Sal?nica s?lo rese?a a Refael Ben-Yosef como editor, sin ninguna precisi?n relativa a lamanipulaci?n del contenido de la obra original (a?n se desconoce, pues, si se tratade una

o una

traducci?n

como

adaptaci?n),

tampoco

se menciona

al traductor

o adaptador

en cues

ti?n.Tal es la suerte de la edici?n de Jerusal?n, la cual s?lo se?ala aMox? Azriel como impresor. El v?nculo entreBen-Yosef yAzriel en la publicaci?n de esta obra no es casual. Ambos man tuvieron una relaci?n profesional que dio como fruto casi una docena de textos (Romeu 32). El

contexto pol?tico permite explicar la colaboraci?n que sostuvieron para poder contornear los embates de la censura. Los tiempos eran dif?ciles,mucho el trabajo por hacer y el r?gimen tir?nico del sult?nAbdul Hamid II desplegaba un f?rreo sistema de control hegem?nico que coartaba enormemente la libertad de prensa. Pocos meses despu?s de ser publicada la edici?n de Jerusal?n, laRevoluci?n de los J?venes Turcos restituy? las garant?as civiles y comenz? a abrir nuevos espacios de participaci?n a la colectividad jud?a asentada en el Imperio Otomano. Benbassa yRodrigue destacan los siguientes

cambios: 23-24 juillet 1908, les Jeunes-Turcs, des opposants du r?gime arriv?rent au pouvoir par un coup d'?tat pacifique. Souhaitant ? leur tour transformer l'Empire en un ?tat moderne et centralis?. [...] Un vent de lib?ralisme souffla sur le pays. Les Juifs salu?rent ce changement avec enthousiasme. De nouvelles s'offraient ? eux. Cinq d?put?s juifs allaient si?ger au Parlement ottoman [...] Profitant de la possibilit?s

Les

conjoncture,

les juifs

tent?rent de

restructurer leur communaut?.

(148)

Uno de los principales interesados en propiciar tales cambios fueDavid Yishac Florentin, director de El Avenir cuando se imprimi? el follet?n. Florentin era un convencido sionista y socialista (Romero 185, Romeu 25). Es de suponer que haya sido ?l mismo quien encargara la traducci?n de Los dos melicios. Varias caracter?sticas de la obra (extensi?n, tem?tica, ambiente) podr?an indicar que el original fueraun producto de La Haskal?.8 Este aspecto se emparenta con el prop?sito de la ?lite intelectual jud?a (asentada en los Balcanes) de familiarizar sus comuni dades tanto con la producci?n cultural local como con la obras producidas en otros pa?ses.9 Al fijar la atenci?n en lamanipulaci?n textual que caracteriz? la vasta gama de novelas traducidas, es posible esbozar varias hip?tesis en cuanto al tratamiento que recibiera la versi?n

original de Los dos melicios. Dentro del repertorio de variantes que propone Romero ("tresla dado," "traducido," "adaptado," etc. [171]), apenas si es viable asegurar que Los dos melicios no sufriera

el tratamiento

editorial

de un "resumen."10

Sin

embargo,

es

titudhasta qu? punto fue alterado el contenido original.

imposible

afirmar

con

exac

Estrategias de afiliaci?n: Fe y fidelidades sefard?es y asquenaz?es. ?Por qu? Los dos melicios? La importancia de esta novela en sumomento hist?rico fue como producto de creaci?n e instrumento vital del adoctrinamiento. Interesan las derivaciones del proceso de recuperaci?n de un texto literario, donde inciden y coinciden no s?lo las conse cuencias de una din?mica nacional (religiosa, moral, pol?tica, social) expuesta en y concebida por

el mundo jud?o, sino tambi?n los resultados que este producto cultural (de extrema riqueza informativay pretensiones est?ticas) ofrece. El proyecto ser? reciclar, recuperar y revitalizar un texto literarioy someterlo a un di?logo con las tendencias ideol?gicas dominantes. Pero otro di?logo debe propiciarse antes: el encuentro de las subjetividades de los jud?os orientales y los centroeuropeos.

A pesar del empe?o de instituciones como la Alliance Isra?lite Universelle, las clases populares segu?an bajo la tutela de l?deres religiosos conservadores que condenaban todo proyecto de occidentalizaci?n, persiguiendo un acercamiento al quehacer cultural de los asque naz?es?una de las tareas principales emprendidas por varios peri?dicos locales, mediante la publicaci?n producciones

de noticias

puntuales

sobre

las comunidades

jud?as centroeuropeas

culturales.

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y sus

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Hispania 90March 2007 En

cuanto

a estas

novelas,

la labor

en reestablecer

consistir?a

y dinamizar

el v?nculo

entre

ambas colectividades a trav?s del reciclaje (reescritura) de un pasado com?n vertebrado por dos ejes imposibles de disociar: por una parte, un devenir hist?rico doloroso y, por la otra, la fe jud?a, que si bien se difumina en la especificidad de sus pr?cticas religiosas, exalta la comuni?n de sus practicantes en la devoci?n al mismo Dios: av?a sido siempre rico, onorado y respectado de todos los que lo conoc?an y, s?bi [Refael Del Monte] tamente, ?l fue alexado como un menospreciado porque era decendiente de jidi?s. [...] Su vida le era un cargo, toda su riqueza le era un ataganto ["agobio"] y ?l av?a quijido escapar de sus angustias en escapando de la vida. Ma agora ?l se av?a transformado en otro ombre, en otra crian?a. ?l se consent?a ijo de su puevlo, conf?ente en su Dio. Sus ojos se av?an avierto y ?l ten?a confien?a en d?as mijores. (Los dos melicios 88; el

?l

?nfasis es m?o)

Los dos melicios se convierte as? en instrumentode la (re)construcci?n de lamemoria colectiva. A pesar de los diferentes entornos geogr?ficos, culturales, ling??sticos y pol?ticos, el pasado y el presente de los jud?os occidentales y orientales daban cuenta de las aberraciones del antiju da?smo, antisemitismo y racismo. As?, en lugar de confrontar ambas tradiciones jud?as, textos como Los dos melicios apuestan por la exaltaci?n de las cercan?as entre asquenaz?es y sefard?es, a trav?s de la afirmaci?n de la identidad nacional y religiosa. Al analizar estos fen?menos de segregaci?n y discriminaci?n presentes en el texto de Los dos melicios, conviene acercarse al odio que se ha profesado a la fe jud?a y al pueblo jud?o. Jacques

Tarnero

en

su estudio

sobre

el racismo

apunta:

la forme la plus complexe du racisme. Il s'en distingue par la constitue probablement les Juifs en sont les seules victimes. L'antis?mitisme s'est transform? dans sp?cificit? de son objet: l'Histoire. D'abord religieux, il est anti-juda?que: on attribue aux Juifs la responsabilit? criminelle de la mort de J?sus [...]. L'imaginaire antis?mite situe la "menace juive" ? l'int?rieur de la sph?re ? prot?ger. Le Juif

L'antis?mitisme

n'est pas

diff?rent mais

ressemblant.

Il est l'ennemi

invisible.

(8)

As?, el texto de Los dos melicios denuncia reiteradamente la segregaci?n que sufrieran los asquenaz?es: saves, Bruno, que las leis del paez [pa?s] no permiten a un judi? de tener el grado de Conde y de recibir los bienes de su fam?a. Si vas a insistir a quedar judi?, no vas a tener ning?n dirito [derecho] ni parte en los onores de nuestra noble fam?a ni en los numerosos bienes de nuestro padres. ?C?mo te vas a azer tanto mal

?Ya

de sacrificar la nobleza y tantos bienes y preferar son la suerte de los judias? (122; ?nfasis m?o)

una vida de menosprecio

y burla, de miseria y apret?, que

La recuperaci?n de las discriminaciones y ataques que sufrieran los jud?os centroeuropeos se materializaba en la reflexi?n convexa del contexto real de las comunidades sefard?es.Aunque Ro meu (55-56) yD?az Mas (2001,13) indiquen que la traza textual11es la exaltaci?n de la tolerancia mutua y un llamado a la paz, la lectura aqu? propuesta pretende indagarm?s all? de esta apre ciaci?n, para acercarse a esta obra desde su propio contexto hist?rico. Si bien el di?logo establecido entre cristianos y jud?os llega a un plano conciliador al final de

la narraci?n, no esmenos cierto que de todos los personajes cristianos (la Condesa, el arzobispo, Bruno, entre otros), es s?lo Bruno quien desde el inicio demuestra una mayor apertura ante el judaismo de su hermano. Por otra parte, los personajes jud?os de mayor presencia en el texto (Be?o, Refael del Monte, C?lemberg) son en todo momento conciliadores. Una lecturam?s profunda

comprueba

que

esta

actitud

es menos

un esfuerzo

por acercarse

al otro

(cristianos

en el

textoymusulmanes, en el contexto de los lectores sefard?es) que instruirlosen la riqueza cultural, moral y religiosa de los jud?os. As? lo precisa Refael del Monte en un di?logo sostenido con la Condesa ante losmiembros del tribunal: Vosotros, juzgadores, que el Dio aclare vuestros espritos porque juzguex siempre sovre la verdad. Y vos, onoravle Condessa, que el Dio renov? vuestro corac?n y vos avra los ojos porque entendax y veax que entre

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los judi?s no ay m?s munchos culpavles y malazedores que entre los cristianos. La sola cosa que yo deseo por mi recompensa es que sepax que entre los judi?s, como entre los otros puevlos, ay ombres justos, derechos y bienazedores. (132)

Los principales motivos literarios de esta novela son: el antijuda?smo, los enfrentamientos entre jud?os y cristianos, la denuncia del fanatismo cristiano y sus mecanismos coercitivos de conversi?n (con claras referencias a la Inquisici?n) y, finalmente, la reivindicaci?n de los dere chos civiles de los jud?os. Al considerar estos ejes tem?ticos,me gustar?a sugerir una segunda alternativa de traza textual: el desarrollo de un sentimiento nacionalista en armon?a con las corrientes ideol?gicas de la ?poca, en su vasta mayor?a gestadas por pensadores occidentales. Florentin, Ben-Yossef y Azriel, como partidarios del movimiento sionista, pod?an anticipar la necesidad de alimentar los lazos y afiliaciones entre la gran comunidad jud?a a fin de fortalecer las iniciativas de reivindicaci?n de los derechos ciudadanos y ganar adeptos a favor de una naci?n unida en la gracia de la fe. En Las dos melicios, ese destino com?n como elemento definitorio de un pueblo (Buber 217), reaparece en un proceso tan com?n como doloroso: la Inquisici?n. Refael Del Monte (descen diente de portugueses) ser? el personaje que con mayor ah?nco retome este episodio de la historia jud?a para denunciarlo: "Mi alma tembla, los cavellos de la cave?a seme alevantan cuan do me acodro las terivles sufrien?as que los juzgadores de la Inquisici?n izieron somportar a los judi?s de Espa?a y en Portugal. Yo so decendiente de los judi?s del Portugal; yo tengomuncho sufrido en sintiendo las angustias de las v?ctimas de la Inquisici?n. Y agora, Yossef mismo cay? en esta misma angustia. ?Qu? terivle desgracia!" (137-38). En Los dos melicios, la Inquisici?n sigue imponi?ndose sobre los jud?os. Bruno es v?ctima de las autoridades ecclesi?sticas y contra ?stas deber? enfrentarse para continuar sus pr?cticas religiosas: Estas palabras del Arxiv?scopo echaron el m?s grande truvamiento en el corac?n de la Condessa. Es verdad que todo su deseo era de ver a su ijo tornar a la religi?n de su padre, ella aborecer?a la vida si su ijo quedava judi?; portante, ella se adoloriava en pensando a las sufrien?as que su querido Bruno puedera tener si cay?a

en poder de los pr?tes. Ella conoc?a la severidad de los religiosos cat?licos y las torturas a las cualas ellas lo sotometer?an. Es por esto que ella estava triste y abatida, un velo de ansia cuvr?a su facha y godras l?grimas cor?an de sus ojos. (118-19)

La naci?n jud?a se reencuentra en la defensa de la fe, con personajes heroicos de impecable solvencia moral como C?lemberg, Del Monte yYossef, sujetos que se sit?an en la encrucijada de la conversi?n. Refael Del Monte, ante el rechazo de laCondesa, semuestra dispuesto a renunciar al judaismo para convertirse al cristianismo: "Refael av?a prometido de abandonar su puevlo y su religi?n y convertirse al cristianismo, siendo ?l aborec?a ymenospreciava no s?lo su religi?nma tambi?n su pueblo" (86). La verg?enza ?tnica y religiosa de Refael delMonte puede ser apreciada, tambi?n en este pasaje: "Yo embez? poca cosa enmi chiqu?s, ma lo que no s?muy bueno es: que nosostros

somos

un puevlo

muy

caprichoso,

atados

con

toda

fortaleza

a creen?as

y ideas

viejas

y que por esto somos aborecidos de todos los puevlos, menospreciados y desonorados" (84). En Refael delMonte, como lopodemos advertir aqu?, se inscribenvarios de los estereotipos que han sustentado el antisemitismo y provocado el sufrimiento del pueblo jud?o. Dicha estrategia narrativa servir?para emprender el proceso did?ctico de instruiren el saber (ciencia) y la bondad

(religi?n), valores que han servido de pilares en la construcci?n del nacionalismo jud?o. Luego, gracias al arbitraje de C?lemberg, Del Monte abandona la idea de suicidarse y renunciar a su fe: "??Ah! ?esclam? ?l del fondo de su corac?n.? Todas mis esperan?as

desparecieron. Las maldiciones de mis ag?elos pesan sovre sus decendientes en todos los tiempos. Sus ijos sonmenospreciados y no tienen dirito de amar lamuchacha que les plaze. Ellos son alexados y aborecidos. Todos sus esfor?os por escapar de la vieja maldici?n que pesa sovre ellos son en baldes" (82). La intervenci?n de C?lemberg es particularmente relevante, porque este personaje encarna la sabidur?a de los ancianos, el conocimiento de la historia del pueblo jud?o y,

por supuesto, la exaltaci?n del judaismo:

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a tu puevlo, mi ijo. Sus usos te son desconocidos. Si conoc?as la ley de tus padres y estu sus ordenan?as, entonces ver?as que la luz del Dio, que aclara toda la criaci?n, aclara tambi?n su ley. Alevanta, mi ijo, ven con m?, conocer?s a los jidi?s y sus vidas y ver?s que el esprito del Dio est? entre ellos, el poder del Dio alto, criador de los cielos y de la tierra, se ve en todo. Ven a mi casa, ai embezar?s a conocer no conoces

?T?

diavas

tu puevlo

y tu religi?n y yo esto seguro que ternas conorto y salvaci?n, en timismo que sos decendiente de jidi?. (84) te averg?encar?s

verdadero

reposo y confien?a, y no

En Los dos melicios, la tem?tica de la conversi?n tambi?n puede leerse como una advertencia contra los "peligros" de la transculturaci?n y asimilaci?n en la diaspora jud?a. Su condena con tribuye a exaltar un sentimiento nacionalista en las comunidades sefard?es.Yossef (jud?o) y su

(cristiano), sostienen un debate condicionado por los conflictos de interesesmo rales, religiosos y sociales que la conversi?n impone. Debate que ser? agravado por agentes externos (el arzobispo, losmiembros del tribunaly familiares) y que bien podr?a ser adaptado al contexto y realidad sefard?es:

alter ego, Be?o

Es

en baldes

parientes maestros

tanto profundamente. Yo nac? de que estax percurando de arancar lo que tengo anraigado judi?s, me engrandec? entre buenos judi?s fieles al judaismo, reciv? instrucci?n y educaci?n de instruidos, y la religi?n jud?a entr? profundamente en mi alma y aze parte de mi propia sangre. Es, en baldes que percurarex de trocar en un punto las basas de mi creen?a [...]. Yo esto bien convencido

dunque, de mi fuer?a y esto seguro que no puedrex vencerme en una discussion sovre las religiones ?Ma, para qu? entrar en cuestiones semejantes? La verdad es el Dio, que cada uno crea en el Dio, que ?l sea fiel a la religi?n de sus padres y no ay m?s a aviar. (111)

La primera defensa de la fe jud?a que arguye Yossef se apoya en la herencia (v?nculo sangu?neo) y ?sta ser? interceptada por un segundo argumento que elogia las virtudes de la crianza y educaci?n jud?as: est?s demandando una cosa impossible ?respondi? Yossef [dirigi?ndose a la Condesa]?. ?Crees que el ombre puede trocar su creen?a como troca un vestido? ?No saves que yo me engrandec? entre los judi?s y embev? sus religi?n? Mi padre bienazedor me izo la m?s grande buendad en embez?ndome desde mi chiqu?s la religi?n de Yisrael y penetr?ndome en su esprito. ?Y c?mo es possivle que yo quite esta religi?n de mi corac?n y que entre en una nueva creen?a que no conosco? Si hago esto, yo me despreciar? mismo en tus

Me

ojos. T? me

considerar?

como un hombre

sin principios,

como un ombre

indino de tu confien?a.

(121-22)

que una defensa de la tolerancia mutua como lo propusieran Romeu y D?az Mas, Los dos melicios se vale de la representaci?n del otro para legitimar el ideario jud?o pormedio de razones

M?s

filos?ficas,

religiosas,

m?sticas,

sociales,

?tnicas,

en definitiva,

culturales.

Si bien he resaltado la importancia de conflictos relacionados con las afiliaciones religiosas

en la (re)creaci?n

de una

conciencia

nacionalista,

Los

dos melicios

reclama

una

lectura

atenta

que

evidencie las contribuciones de otro tipo de representaciones (sociales y gen?ricas, por ejemplo) en el estudio de las producciones textuales (traducciones, adaptaciones, obras vern?culas) y su pertinencia en el desarrollo de los procesos pol?ticos e ideol?gicos de las comunidades sefard?es del Levante.

NOTAS ^e privilegiado el an?lisis de Los dos melicios sobre el de La ermoza Ester, por ser la primera mucho m?s amplia y tambi?n porque presenta un mayor n?mero de rasgos argum?ntales propicios para el estudio del adoctri literaria. namiento ideol?gico por la v?a de la traducci?n y adaptaci?n 2Conviene remitirnos a las principales lenguas de origen de estas novelas y sus implicaciones para la selec Si bien muchas novelas aparecieron originalmente en ci?n de textos que deb?an ser traducidos y publicados.

destaca que: "El bocado del le?n se lo llevan las adaptaciones de alem?n, griego, italiano, ruso y turco, D?az-Mas sionistas (en obras hebreas y francesas; situaci?n perfectamente explicable por la influencia de los movimientos el caso hebreo) [...]. El papel del hebreo fue, sobre todo, el de una lengua puente: a trav?s de ?l llegaron a conoci miento de los sefard?es obras de los autores askenaz?es (que originalmente escribieron en yidis, polaco, etc.)" (171).

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advierte que: "[Le r?le des ?coles de l'Alliance] ouvrit les Juifs sur le monde occidental gr?ce le go?t de la lecture" (392). ? l'apprentissage de la langue fran?aise et elle d?veloppa transcritas en 4Este amplio corpus de textos aljamiados apenas ha sido estudiado, pues pocas ediciones caracteres latinos han visto la luz. Cabe agregar que los textos cr?ticos (aparecidos bajo la forma de "intro han sido casi todos elaborados por los encargados de estas ediciones modernizadas. ducciones") 3Henri Fresco

5Siendo la edici?n de Romeu

y de tan reciente aparici?n, resulta poco sorprendente que ambos incluidos en la edici?n en cuesti?n. El primero es una

la ?nica modernizada

haya apenas dos textos cr?ticos sobre esta novela, rese?a introductoria elaborada por Paloma D?az tem?tica y contextual. Por su parte, Pilar Romeu

donde presenta una brev?sima semblanza argumentai, presenta un denso an?lisis donde recoge y comenta aspectos en la problem?tica las religiosa; caracter?sticas editoriales, donde presenta argum?ntales, haciendo hincapi? particularidades de las ediciones de Sal?nica y Jerusal?n; rasgos ling??sticos, extendi?ndose en los rasgos morfo l?gicos y l?xicos, adem?s de establecer las caracter?sticas m?s sobresalientes y, en muchos casos, comunes a otras Mas

en judeoespa?ol. de principios del siglo XX publicadas 6Cabe acotar que las digresiones eran recurrentes en la literatura sefard? anterior y de la jud?a en general. La naturaleza de estas digresiones puede entenderse como efecto del proceso de traducci?n, donde la voz del traduc tor emerge como un narrador alternativo.

novelas

en la versi?n judeoespa?ola de Los dos melicios t?rminos como "religi?n" (que no la fe o "viduy" (en lugar de "otorgamiento" [judeoespa?ol] [hebreo], "baftizado" (del franc?s "baptis?" y de tard?a aparici?n en la lengua castellana [siglo XVIII]), (Romeu "pr?te" (en lugar de "sacerdote") tener acerca de su autor?a, s? 43^14). Los dos melicios no es un texto sefard? y aunque pocas certezas podamos 7Se encuentran "confesi?n"

jud?a),

se puede afirmar que es un texto creado por un jud?o asquenaz?; esto es posible deducirlo gracias a las amplias y bien documentadas referencias a la realidad social, religiosa y pol?tica de estas comunidades. No se debe descartar la posibilidad de que la versi?n de Los dos melicios utilizada para la traducci?n aljamiada fuera escrita en hebreo o en franc?s, pues como apunta Iacob Hassan: "Tanto el hebreo como el franc?s son a su vez la v?a a trav?s de la cual se traducen al judeoespa?ol obras de la literatura yidis y judeoalemana [...]" (38-39).

el hebreo en 8Este movimiento literario, suerte de Ilustraci?n jud?a (1770-1880), ideol?gico privilegiaba detrimento del y?dico y era partidario de la emancipaci?n. La Haskal? contribuir?, junto a otros procesos hist? ricos, al origen al sionismo (Wigoder 244). 9A1 respecto, Marc Angel destaca el compromiso cultural de intelectuales sefard?es como Abraham Cappon

quien asegurara que "in our times, thank the Lord, the desire to advance in the ways of culture is not less among the Jews of the Orient than among Jews of the entire World" (179). 10La estructura narrativa de Los dos melicios no presenta rupturas argum?ntales que permitan suponer omi siones o elipsis mayores producidas durante el proceso de traducci?n o adaptaci?n, caracter?stica esencial de las obras

resumidas.

1'Empleo el t?rmino "traza textual" (trace) desde la perspectiva derrideana, entendido como extensi?n de la formulaci?n de Saussure del "signo," en la que Derrida rescata el valor de las ausencias (relaciones de diferencia) en la producci?n del signo, en particular, y del texto, en general (Makarik 647).

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