Los diversos proyectos en torno a la pretendida Secretaría de Cultura

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Descripción

Anexo No. 4 del libro Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI, 25 años de debate. Autor Carlos Lara G. Editorial Porrúa y Cámara de Diputados

Propuestas en torno a la pretendida Secretaría de Cultura discutidas en los últimos 15 años

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Organismo Constitucional Autónomo

Un Consejo con personalidad jurídica

Secretaría de Cultura

Secretaría de Comunicación y Cultura

Secretaría de Cultura, Ciencia y Tecnología

Desde finales de los años noventa y principios de la primera década de este siglo, diversos especialistas como Raúl Ávila Ortiz, Francisco Dorantes, Sergio Boeta, Ángel Zarazúa y otros más, debatían desde la Universidad Nacional Autónoma de México acerca de la conveniencia de hacer una Secretaría de Cultura o un Organismo Constitucional Autónomo. El organismo descentralizado es una entidad de la Administración Pública Paraestatal creada por ley o decreto del Congreso de la Unión o por decreto del Ejecutivo Federal, con personalidad jurídica y patrimonio propio, cualquiera que sea la estructura legal que adopte, constituida con fondos o bienes provenientes del gasto

Esta ha sido una más de las propuestas, impulsar una ley reglamentaria en la que se enmarquen las funciones y atribuciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Cabe recordar que, como se ha señalado, en la Comisión de Cultura se han presentado por lo menos un par de proyectos en este sentido. El 28 de octubre de 2004, fue presentada por el entonces diputado José Antonio Cabello Gil (PAN) bajo el título de iniciativa de Ley que Crea el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Dicha iniciativa estaba encaminada a brindar certeza jurídica al instituto encargado de la política cultural del país, pues su existencia deja de depender de un Decreto presidencial, para tener como soporte una ley

Esta figura sería sexenal, dependiente del Ejecutivo Federal y su titular nombrado por este y no por el Poder Legislativo. Los partidos políticos que se han manifestado por esta opción son el PAN y el PRD, el primero desde 1988 y el Segundo desde principios de los noventa. En el pasado proceso electoral 2012, la escritora Elena Poniatowska dio a conocer el viejo anhelo de la izquierda; en caso de que Andrés Manuel López Obrador gane la Presidencia de la República, dijo, desaparecería el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para dar paso a una Secretaría de Cultura. Lo anterior para evitar la duplicidad de funciones”, explicó quien fura también propuesta para encabezar dicha secretaría, por el propio candidato de la coalición Movimiento Progresista3.

No son pocas las ocasiones en que el antropólogo Néstor García Canclini se ha manifestado por la creación de una Secretaría de Cultura y Comunicación4. Sus argumentos van desde el establecimiento de “El debate Estado-mercado”. Desde este punto de partida, ha enfatizado la existencia de polémicas que no sólo tendían a repetir en espejo sus posiciones durante décadas, sino a extremarlas, al discutir las leyes de cultura o medios, oímos ecos, decía. Que el Estado controle más por medio del INAH-INBA; que sea la empresa privada la única que invierta: “ninguno de estos argumentos son compatibles con lo que estudios recientes demuestran, en México y en el mundo, acerca de las transformaciones de los

En una mesa redonda, coordinada por el ex rector de la UNAM Juan Ramón de la Fuente, en el coloquio Ciencia y Humanismo, fue propuesta la creación de una secretaría de Estado encargada de los ámbitos de la cultura, la ciencia y la tecnología. En la mesa titulada “Para qué queremos la ciencia… y las humanidades”, participaron, además del ex rector De la Fuente, la filósofa Juliana González, el médico y funcionario Adolfo Martínez Palomo y el físico y presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, anfitrión del evento, Arturo Menchaca Rocha. Juan Ramón de la Fuente propuso dar término al enfrentamiento entre lo que Charles Pierce Snow bautizó

Al foro asistieron los intelectuales Carlos Payán, Virgilio Caballero, Horacio Franco, Octavio Peralta, Adriana Malvido, Fabricio Mejía y Alfonso Sánchez del Real, encargado de Flor y Canto; así como el productor Epigmenio Ibarra y Ángel Gómez, hijo de Pablo Gómez, entre otros. Los moderadores fueron Paco Ignacio Taibo II. 4 Esta propuesta la ha venido hacienda desde 2005 en el Foro Identidad y cultura, analizado en este mismo trabajo.

Anexo No. 4 del libro Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI, 25 años de debate. Autor Carlos Lara G. Editorial Porrúa y Cámara de Diputados público. Se rige por la Ley Federal de Entidades Paraestatales y otras que le dotan de autonomía aunque permanezcan sectorizadas a un ámbito del poder Ejecutivo. Dicho de otra manera son aquellos creados inmediata y fundamentalmente en la Constitución, que no se adscriben a los poderes tradicionales del Estado (Ejecutivo, Legislativo y Judicial)1. Actúan con independencia en sus decisiones y estructura orgánica, pues son depositarios de funciones estatales que se buscan desmonopolizar, especializar, agilizar, independizar, controlar, o bien, trasparentar ante la sociedad,

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emanada del Congreso de la Unión. Buscaba fortalecer sus atribuciones como órgano rector de la política cultural y artística nacional, y como principal responsable de elaborar, expedir y evaluar el Programa Nacional de Cultura. También se establecen los principios que guiarán la política cultural nacional. Asimismo, en la LVIII Legislatura fue presentada por la Diputada Celita Trinidad Alamilla (PAN), 28-11-2002, una iniciativa titulada Ley que crea el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, orientada a hacer que el Conaculta se instituyera en un organismo público descentralizado, con personalidad jurídica y patrimonio propio que sea el

procesos culturales”: El predominio de las industrias culturales sobre las vías tradicionales de acceso a la cultura, la masificación de los bienes simbólicos, o bien del consumo formal de piratería. Consideró además que seguía siendo necesario reafirmar la educación para todos y su carácter laico, y puntualizó también la necesidad de otras referencias para ocuparnos de la videocultura, la competencia de nuestra música y nuestro cine en los mercados globalizados, o la difusión predominante de los bienes mediáticos. Para García Canclini el debate no es si al Estado le compete

“las dos culturas”. La tesis de Snow, dijo, fue que la ruptura entre las ciencias y las humanidades era uno de los principales obstáculos para la resolución de muchos problemas mundiales. Es decir, iba más allá del hecho que él mismo había comprobado: “que los humanistas no pudieran enunciar la segunda ley de la termodinámica, del mismo que los científicos no hubiesen leído alguna obra de Shakespeare”. Sin embargo, De la Fuente dijo que el tema ya no es tanto la ruptura sino la conciliación entre estas visiones que se está dando a través de “las nuevas y poderosas

Este tipo de organismos han sido creados sobre la base de la desconfianza ciudadana, entre otras cosas porque el gran discurso político en que se ha convertido la transición democrática en México, vino acompañado de la idea de que la democracia debía ser cara. Y cómo no iba a ser así, si por décadas la democracia fue el sueño de los partidos políticos de oposición, que desde el Poder Legislativo, en su calidad de representantes de la ciudadanía, aderezaron el discurso de la transición con los ingredientes de la desconfianza ciudadana hasta disparar el precio de la democracia. Es sobre la base de la desconfianza ciudadana que está cimentado nuestro sistema político. Y es que las que debieron ser en su momento acciones transitorias de gobierno terminaron en prácticas estructurales de partidos. Preguntémonos ¿por qué tenemos un Banco de México autónomo en sus funciones y administración? Porque no confiamos en el manejo que puede llegar a hacer el Gobierno de la economía del país, del desarrollo de nuestro sistema financiero y de los sistemas de pago. ¿Por qué un Instituto Nacional de Estadística y Geografía? Porque no confiamos en las estadísticas del Gobierno. ¿Por qué una Comisión Nacional de los Derechos Humanos? Porque no confiamos en que sea el Gobierno quien ofrezca su protección y defensa. ¿Por qué un Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos? Porque no confiamos en el gobierno como garante del derecho de acceso a la información pública, ni como protector de la privacidad de nuestros datos, y mucho menos en su rendición de cuentas. ¿Por qué un Instituto Federal Electoral? Porque la organización de las elecciones es quizá el rubro en el que menos confiamos en el Gobierno. Estos costosos organismos constitucionales autónomos son, según se vea, los garantes y defensores de nuestra anhelada transición democrática que se ha estancado en la alternancia política. Es lamentable que estos suntuosos organismos no hayan logrado hacer de nuestra democracia ese sistema que se supone debe mejorar nuestro bienestar. Entendería que hubiera quienes no estén de acuerdo con la afirmación, quizá consideren que la confianza en la democracia es sólo la dotación de derechos políticos y electorales. En lo personal, sigo creyendo que en este terreno los partidos no salen debiendo, pues han optado por bajar el techo y no por elevar el piso.

Anexo No. 4 del libro Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI, 25 años de debate. Autor Carlos Lara G. Editorial Porrúa y Cámara de Diputados con la misma igualdad constitucional2. Ahora bien, el simple hecho de que un órgano haya sido creado por mandato del constituyente, no resulta suficiente para considerarlo como autónomo. En diversas constituciones hay órganos del Estado a los que sólo se hace referencia y, otros, cuyas funciones son detalladas pero sin ser autónomos, a los cuales se les denomina órganos de relevancia constitucional, o auxiliares, y su diferencia con los autónomos radica en que éstos no están incluidos en la estructura orgánica de los poderes tradicionales. En otras palabras, y para el caso que nos ocupa, esta figura jurídico-administrativa conocida también como OCA, tiene una característica principal que lo diferencia del Consejo (Conaculta) o de la pretendida Secretaría de Cultura; contaría con un presupuesto propio; su titular sería aprobado por el

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órgano rector de la política cultural y artística nacional y sea quien estableciera los lineamientos, bases y mecanismos de participación con los sectores público, social y privado.

ocuparse de una fuente clave de la riqueza nacional, sino cómo hacerlo, pues los mismos economistas señalan que la promoción inteligente de la creatividad contribuye al desarrollo económico. En ese sentido, reconoce que sigue siendo importante la acción del Estado para fortalecer las áreas “clásicas” tales como bibliotecas, museos, instituciones y apoyos, con un sentido público de acceso democrático, sin embargo considera que las innovaciones tecnológicas y la escala transnacional de las redes mediáticas han vuelto más complejas las articulaciones entre lo estatal y lo mercantil, por lo que plantea una tercera posición: la sociedad, el Estado y el mercado como una cuestión de tres. Propone valorar las políticas internacionales que protejan la propiedad intelectual, la difusión y el intercambio de

tecnologías” de la información…, aunque citó al poeta T. S. Eliot: Concluyó su introducción citando al ex presidente de la República Checa, también dramaturgo Václav Havel: ‘Hay que hacerle más caso a los poetas y menos, mucho menos caso a los corredores de bolsa’”. A los candidatos presidenciales En su participación, el doctor Menchaca retomó la propuesta que a años atrás había hecho la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) a los candidatos presidenciales. Pidió más atención a la educación básica y a la formación de recursos humanos de alto nivel; indicó que México compra 96% de la tecnología que usa y destacó el hecho de que cuando se desaparecieron del organigrama de la SEP, en el 2005, las palabras ciencia y

Surgen en Europa; su establecimiento se expande por Asia y América como consecuencia de la nueva concepción del poder, bajo una idea de equilibrio constitucional apoyada en los controles del poder público. Con ello, la teoría tradicional de la división de poderes evolucionó, por lo que se dejó de concebir a toda la organización del Estado como una derivación de los tres poderes tradicionales (legislativo, ejecutivo, y judicial). Actualmente se habla de que dicho principio debe considerarse como una distribución de funciones o competencias para hacer más eficaz el desarrollo de las actividades confiadas al Estado. En un inicio, su creación se encontraba justificada por la necesidad de establecer órganos encaminados a la defensa de los derechos fundamentales, y para lograr controlar la constitucionalidad en las funciones y actos de los depositarios del poder público. Por tal motivo, se establecieron en las normas jurídicas constitucionales, dotándolos de independencia en su estructura orgánica y así alcanzar los fines para los que se crearon, es decir, para que ejerzan una función pública fundamental, y que por razones de su especialización e importancia social requería la autonomía del órgano creado respecto de los clásicos poderes del Estado. Tribunal Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, al resolver la controversia constitucional 32/2005.

Anexo No. 4 del libro Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI, 25 años de debate. Autor Carlos Lara G. Editorial Porrúa y Cámara de Diputados Poder Legislativo, y su periodo puede ser cuatrienal o sexenal y con o sin reelección. Considérese que en este momento el denominado subsector cultura (Conaculta), depende jurídica, administrativa, presupuestalmente del sector Educación. Cabe señalar que una propuesta de esta propuesta no contaría jamás con la aprobación del Partido Acción Nacional, por ejemplo, debido a que esta figura es considerada como un debilitamiento del Estado. En este momento se cuenta con cinco organismos de esta naturaleza, a saber: el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI); el Banco de México; la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH); el Banco de México, el Instituto Federal de Acceso a la Información (INAI) y el Instituto Federal Electoral (INE), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFETEL) entre otros.

alcance regional y global. Esto requeriría, según el especialista, otorgar al área cultural carácter de Secretaría como en otros países que la colocan a nivel ministerial dentro del gobierno (Brasil, Colombia, Chile, Francia), así como reestructurar la política exterior. Sostiene que de estas decisiones públicas depende que la creatividad de instituciones, artistas e intelectuales sea sustentable y la riqueza de la diversidad cultural se distribuya mejor. El buen entendimiento de la sociedad del conocimiento puede ayudar a tomar medidas en a favor de las diferencias socioculturales, las inequidades, así como apoyo a amplios sectores sin recursos económicos. “Todo esto requiere considerar a las industrias culturales no sólo como negocio sino como servicio” García Canclini ha sostenido que México no se puede repensar a sí mismo en su pluralidad con leyes de medios como las recién aprobadas (la Ley Televisa), que regalan al duopolio televisivo la ampliación digital del espectro radioeléctrico, despojan al Estado de su papel regulador como representante del interés

tecnología, estos temas pasaron a la Secretaría de Economía, pero sin crearles una subsecretaría o dirección general. Por ello, pidió en un documento a los candidatos presidenciales que haya atención gubernamental e institucional a la ciencia en, por ejemplo, una secretaría de Estado. Libres pero inútiles La filósofa Juliana González peguntó qué servicio podía prestar que nos dediquemos, por ejemplo, a estudiar el “Primero sueño” de Sor Juana y discutir si fue inspirada por la filosofía aristotélica o si tiene, más bien, elementos neoplatónicos y entender todo su lenguaje. ¿Para qué hacerlo? ¿Para qué estudiar todas cosas extrañas y oscuras que tiene el cosmos?”, preguntó. Dijo no estar de acuerdo con la idea de que unas son las actividades, libres poéticas, desinteresadas, inútiles y otras las útiles que llevan a la producción”, con este “afán dicotomizante (Sic). Citó a Marx, quien dijo que no bastaba con observar el mundo, que había que transformarlo. Una o dos pero secretaría

Anexo No. 4 del libro Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI, 25 años de debate. Autor Carlos Lara G. Editorial Porrúa y Cámara de Diputados público y dificultan el acceso a nuevas frecuencias a las radios y televisoras culturales y comunitarias (Habrá que considerar las recientes reformas en materia de telecomunicaciones, tanto constitucionales como las que deberán incluirse en la legislación secundaria, que van orientadas a generar una mayor apertura y pluralidad). En concreto ha propuesto, luego de hacer énfasis en diversos indicadores internacionales, la creación de una Secretaría de Comunicación y Cultura que coordine las acciones públicas, y regule y estimule el desarrollo social y privado de la cultura. En un trabajo dedicado al análisis del Programa Nacional de Cultura 2007-2012, sugirió observar con atinada visión un punto de partida contrario al de la miopía cultural que padecemos. Señaló que la política cultural estaba en otra parte; que todo el primer año del sexenio del presidente Calderón transcurrió sin que el Conaculta diera a conocer el Programa Nacional de Cultura y no pasó nada. Al decir que la política cultural está en otra parte, invita a la comunidad

En la ronda de preguntas un reportero preguntó si no sería conveniente incluir con claridad esas actividades “libres e inútiles” en la propuesta de creación de una secretaría de ciencia y tecnología añadiendo el término cultura. La doctora González dijo que absolutamente, no sabía, dijo, si debían ser dos secretarías o una sola, pero la cultura, el arte, la filosofía, tienen que estar ahí, no tiene sentido que esté a nivel de Consejo. Manifestó. El apoyo a la ciencia, a rango constitucional. En su ponencia, el doctor Diego Valadés, investigador de la UNAM y miembro del Colegio Nacional, dijo que en la Constitución mexicana sólo se contempla a la ciencia para dar libertad de investigación, a diferencia de otros ejemplos en el constitucionalismo contemporáneo. Propuso una adición constitucional en los siguientes términos, como último párrafo del Artículo 25: “La investigación, la innovación y el desarrollo técnico son una prioridad para el aprovechamiento de los recursos naturales, la solución

Anexo No. 4 del libro Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI, 25 años de debate. Autor Carlos Lara G. Editorial Porrúa y Cámara de Diputados cultural a voltear a ver la reducción del presupuesto en 2003 al IMCINE, al Centro de Capacitación Cinematográfica, Estudios Churubusco, al FONART, a EDUCAL y al FONART, por parte de la Secretaría de Hacienda. Invita a voltear al veto presidencial impuesto a la Ley del Libro en 2006; a la aprobación de la Ley Monsanto, y al Impuesto Empresarial de Tasa Única (IETU). Es decir, la discusión no sólo es si debe haber o no una ley de cultura, o si el Conaculta debe ser una Secretaría de Cultura, un organismo constitucional autónomo o un consejo con ley reglamentaria. Propone en todo caso la creación de una Secretaría de Comunicación y Cultura, y dejar de pensar en coyunturas para concentrar políticas culturales de larga y mediana duración, que se contrapongan a los criterios de ahorro presupuestal y saneamiento financiero, conceptos que sólo han servido para desmantelar la infraestructura cultural del país. Otra propuesta ha sido la de la Dra. Norka López Zamarripa, catedrática de la Facultad de Derecho del a UNAM y especialista en

de los problemas nacionales, el crecimiento económico, el bienestar social y el progreso cultural. El Estado promoverá la cooperación internacional, apoyará las instituciones públicas de investigación y de enseñanza superior, financiará los proyectos que considere adecuados por su calidad [...] y contribuirá a la formación de capital humano”. Hacia una “sociedad de conocimientos” El doctor León Olivé, matemático y filósofo, en su ponencia “Hacia una sociedad del conocimiento en el México multicultural”, hizo notar que desde hace años se hablaba con frecuencia del valor del conocimiento y de la necesidad de avanzar hacia la creación de sociedades del conocimiento. “Pero el concepto usual no es el que mejor nos sirve para diseñar políticas públicas en el México multicultural”, dijo, por lo que propuso usar el término sociedad de conocimientos, en plural: “Actualmente vivimos una revolución de la magnitud e importancia de la Revolución Industrial, una revolución, aquella que sí generó más riqueza, pero distribuida de

Anexo No. 4 del libro Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI, 25 años de debate. Autor Carlos Lara G. Editorial Porrúa y Cámara de Diputados derecho internacional, integrante de ICOMOS, quien ha sostenido la necesidad de contar con una política cultural interna congruente, antes de pensar en una política cultural externa. Habla de la necesidad de desatar los nudos como el anticonstitucional decreto del Conaculta, por rebasar los límites del artículo 89 constitucional (por no tener una ley reglamentaria y estar coordinando a otros entes desconcentrados). En ese sentido se ha decantado por una secretaría de cultura y recatalogar en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal todas las atribuciones que le confiere a la SEP en materia de cultura, además de las ya establecidas en el Decreto de creación del Conaculta. Dentro de las ventajas que presentaría esta propuesta, señala que las unidades administrativas del Consejo podrían ser direcciones temáticas, a través de una ley general de cultura, similar a la ley general de educación, concurrente, que garantice la multiculturalidad, coordinar las políticas cultuales con los sectores privado y social, a través de consejos…, de manera transversal con turismo,

forma desigual e injusta…Necesitamos plantear que la revolución del conocimiento nos lleve a una sociedad de conocimientos, justa, democrática y plural. Entendiendo la pluralidad como que, no hay un concepción única de lo que es una buena vida, pero ésta se debe buscar en todas sus acepciones. Propuso.

Anexo No. 4 del libro Voces, ecos y propuestas para la agenda cultural del siglo XXI, 25 años de debate. Autor Carlos Lara G. Editorial Porrúa y Cámara de Diputados la educación, relaciones exteriores y otras áreas. Lo anterior, a pesar de que es consciente del costo que esto representaría5.

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En este sentido el maestro Rafael Segovia ha sostenido la necesidad de que el Conaculta hable el mismo idioma que la Secretaría de Economía, Turismo, Relaciones Exteriores etc. La democratización de la cultura, dijo, es fundamental para un nuevo proyecto, una democratización rigurosa del sistema de administración cultural, un sector cultural plural e incluyente, que de su lugar a las comunidades desfavorecidas en el marco de la diversidad cultural. Un nuevo estatuto social y laboral del artista y una nueva constitución de derechos de los públicos. Nuevas formas de responsabilidad social que impulsen las culturas con una política fiscal y de libre expresión. Foro El futuro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, organizado por la Comisión de Cultura de la LX Legislatura, el 16 de julio de 2009.

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