Los días trágicos de Culiacán: fotografía y discurso sobre el zapatismo en la prensa de Sinaloa

July 14, 2017 | Autor: Diana Perea | Categoría: Historia de la fotografía, Historia de la Revolución Mexicana
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Descripción

visiones históicas de

Ia

frontera. ctuce dz caminos. Reoolucionees y cambios culfurales en Méxim

Primera edición:201.3 El Colegio de Chihuahua

@Jorge Clrávezútávez @ Franco Savarino Roggero @ El Colegio de Chihuahua SE RESERVANTODOS LOS DERECHOS

ISBN: 978-607-8n+lil7

Diseño de la colección: Leticia Carrllo Girón Formación electrónica: Leticia Carrillo Girón Cuidado de edición: Departamento editorial de El Colegio de Chihuahua www.coledr.edu.mx

Impreso y hecho en México Printeil anil maile in Mertco

Visiones históricas de la frontera Cruce de caminos Revoluciones y cambios culturales en México

|orge Chávez Franco Savarino Coordinqdores

Colección Visiones Históricas de la Frontera

El Colegio de Chihuahua

Ciudad |uárez, Chihuahua 2013

Los días trágicos de Culia cánz

fotografía y discurso sobre los zapatistas en la prensa de Sinaloa

u*,.*,i#X.HiTil:T:t["ff; mayo de tgtz en Ia primera plana de El Correo de Ia Tarde, periódico de Mazatlan, se anunció a los lectores que MauricioYáñez, un reconocido fotógafo que tenía su esfudio en CuliacárL cambiaba su residencia a ese puerto y llevaba consigo lo que se describió como "una selecta colección de vistas del saqueo y de los más notables acontecimientos registrados en la capital del estado."2 Las vistas a las que hacía referencia la publicación eran de los zapatistas que acababan de dejar la ciudad, después de haberla ocupado por espacio de los trece dlas del mes abril que El Correo de la Tarde llamó "Los días hágicos de Culiacán." |unto al anuncio de la llegada deYáñez se publicaron dos de sus fotograflas: la primera era un rehato de Pilar Quinteros, uno de los líderes zapatistas, donde se leía el pie de foto "El terrible bandolero que tantos crímenes comeüó durante las pocas semanas que anduvo alzado en los distritos del sur y norte del estado y en algunos municipios de Durango, de donde procedla;" en la otr4 se mostraba su cadáver yaciente en una camilla después de haber sido fusilado, la cual aparcciacon el pie de foto "el cadáver de Pilar Quinteros."s Al momento de la llegada de los zapatistas a Culiacán, Yáñez ya combinaba su habajo en el estudio con la labor de documentar la revolución. El estar en la I e de

1

Agradezco a Miguel Tamayo Espinoza de los Monteros, dueño de la colección fotográfica que me permitió realizar este trabajo y el haberme facilitado las imágenes que aquí se estudian. 2 El Corre o de la T arfu, Mnzatlán, 3 de mayo de 1912, p. 1. 3 lbíd.

Visiones histórícas de la frontera. Crucc de caminos. Reaoluciones y cambios alturales en

México

199

capital del estado le permitió obtener primeros planos de los maderistas que tomaron la ciudad en mayo de191L, para luego vender sus imágenes como tarjetas postales. De Ia mism a forma, en abril de 1912, con Ia llegada de los zapatistas, se sifuaba en el lugar correcto para registrar los acontecimientos y rehatar a algunos de los principales líderes. Yáñez estabaretratando la revolución en una época en la que los acontecimientos se vincularon y dependieron en exfoemo de sus representaciones, sobre todo las fotográficas.a Defuás de esta relación se enconfuaba la disposición de los líderes rebeldes por ser refoatados y la demanda de imágenes para ser publicadas en los periódicos o para su circulación como tarjetas postales. Este trabajo pone el acento en las imágenes de Yáñez que a partir de mayo de 1912 fueron publicadas en El Correo de la T arde, y cómo a partir de las mismas se creó una representación de los zapatistas que tomaron Culiacán. Al momento de erunarcarse entre pies de foto y notas que los clasificaban como bandoleros y criminales, estas fotogafías sirvieron para configurat un discurso negativo sobre los rebeldes. Este discurso resignificaba el sentido de las imágenes/ ya que las colocaba bajoLa opinión que se emitla desde el periódico. Así mismo, esta tenla paralelismos con un esquema ya conocido: la opinión que desde meses ahás se había emitido por la prensa de la ciudad de México, la cual los clasificaba como bandoleros, indios, cuya lucha era contraria ¿ la siyilización. Para entender cómo las fotografías cambiaron su sentido al ser puestas en el contexto de la página de prens4 hemos decidido dividir este trabajo en tres aspectos fundamentales: en primer lugar diremos que antes de que las fotograflas de los zapatistas circularan en el discurso público de la prensa, éstos entraron al esfudio del fotógrafo, donde buscaron construir una imagen de sí mismos. Para acercarnos a esta imagen trataremos de ver qué significados implícitos exislan en la práctica de hacerse el retrato, y cómo durante la revolución esta práctica fue retomada por los principales líderes.

a

Olivier Debroise, Fuga mexicana. Un recorrido por GiJi,200g p.

la

fotografn en México, Barcelona, Gustavo

258.

Visiones históricas de la frontera, Guce de caminos. Reuoluciones y cambios culturales en México

Luego veremos qué discurso sobre los zapatistas se leía en las notas y editoriales publicadas en EI Correo de Ia Tarde, y quién lo emitía. En esta parte haremos una comparación con la representación del zapatismo ya existente en la prensa de la ciudad de México, donde las diferencias raciales y culturales de las tropas de Emiliano Zapatasirvieron para clasificar a su movimiento como una lucha contraúaala civilización, un movimiento de campesinos y bandoleros, En este sentido, buscaremos hacer una conexión entre estos estereotipos preexistentes sobre el zapatismo y la emisión de un discurso desde El Correo de Ia Tarde que átribuyó caracterlsticas similares a los zapatistas de Sinaloa. Por rlltimo, esfudiaremos cómo a partir de la idea que imperaba en la época de que las fotograflas eran el espejo fiel de la realidad, las imágenes de los zapatistas circularon en las páginas de El Correo de laTarde para difundir una representación de los mismos que se consbula al poner en juego dos elementos: el discurso dentug de las imágenes y lo escrito sobre ellas.

I.

Hacerse el retrato

Desde el inicio,los revolucionarios posaron paralos fotógafos, enlos primeros

años el caso más relevante habla sido el de Francisco I. Madero, sus retratos

fueron firmados por muchos fotógrafos, entre los que se encontraban los norteamericanos Otis A. Aultnan, Alexander, o aquellos que hablan retratado a Porfuio Dlaz: Clarke, Schlathrarm. Siguiendo la popularidad de los retratos deDiaz, Madero posó y se dejo retratar pata que su imagen circulara en los diarios, tarjetas postales, banderines, sombreros o en rehatos monumentales colocados al frente de las locomotoras de los henes.s Posteriormente ohos líderes siguieron su ejemplo: en la frontera Pascual Orozco fue retratado por Walter Horne, la imagen de Villa se convirtió en

5

México. Un sigJo de imágenes,1900-200Q México, Secretaría de Gobemación/ Archivo General de la Nacióry 1999,p.25.

Visiones históicas de la frontera. Auce de caminos. Rnolu.ciones y cambios culturales en

México

20'l

"Juan M. Banderas y parte de su estado mayor". Retrato reproducido en formato ta{eta postaf en el que debajo alaizqttierda se lee la firma del fotógrafo "Yáñez, Culiacán, Mex". Juan Banderas aparece al centro, siendo el personaje de mayor estatura (Colección Miguel Tamayo)

leyenda y llegó hasta el cine, Zapata fue inmortahzado por Hugo Brehme, Obregón contuatí alf.otógrafo, músico, consfouctot de insfoumentos y maestro Jesús Hermenegildo Abitia para que fuera su fotógrafo de cabecera/ entre ohos casos. Asi, para estos petsonajes y müchos nombtes anónimos de los cuales conservamos imágenes en la acfualidad, el retrato se convirtió en una necesidad simbólica en medio de la guerra, sabedores de que en esta forma no solo se guardaba una memoria visual de lo que sucedía, sino también de que'su imagen sería intercambiada" vendida y coleccionada como tarjetas postales y circularía en los periódicos.

del9llcuando las tropas federales y los rebeldes maderistas se por el control delaplaza de Culiacáru la capital del estado de enfrentaron Sinaloa, el fotógrafo Mauricio{áñe z, slrpo aprovechar el estar en el lugar inEn mayo

dicado y logró retratar

202

a

los principales personajes de esta contienda: Juan M.

Visiones históricas de la frontera. Cruce de caminos. Rnoluciones y cambias alturales en Méxica

Banderas, uno de los principales kderes maderistas, y miembros de su estado

mayor enfuaron al estudio deYáñez, vestidos de pantalón" camisa y corbat4 donde posaron enhe cortinajes, y una escenografía que recreaba los pasillos interiores de una casa porfiriana, en medio de la cual los revolucionarios portaban elementos simbólicos tales como las cananas, pistola en el cinturón y fusiles en la mano. De la misma form4 el Teniente Coronel Morelos, de las tropas federales, se hizo rehatar montando su caballo, y posó para que el fotógrafo logara la postal que tituló "último rehato del Coronel" que le hizo antes de ser fusilado por los maderistas. Ésta era la primera experiencia del fotógrafo captando la revoluciór! por una parte continuaba su trabajo en el esfudio, en el que los revolucionarios se

hicieron rehatar, siguiendo así una práctica cultural que había alcanzado su auge desde el siglo pasado; y de la misma f.orma, salió a las calles, donde los

revolucionarios, las hopas,los muertos y la actividad de las guerrillas eran en sí mismos la escenografía para sus rehatos, asl el habajo del fotógafo consistía en captar nuevos referentes simbólicos, distintos a los del estudio.

En abril de

1912,

cuando los zapatistas llegaron a Culiacán, no habla

tropas federales que los enfrentaran, la ciudad yahablasido desguarnecida y los rebeldes se convirtieron en dueños delaplaza. Esta era la ocasión para que Yáilez retratara de nueva cuenta a los revolucionarios, y asl lo hizo, hecho en que nos podemos detener esfudiando el caso del retrato que hizo a Pilar Quinteros, uno de los líderes rebeldes, Como ya hemos mencionado, ésta fue la primera fotografía de los zapatistas publicada

en EI Correo de la Tarde, en la que Quinteros fue representado como un bandolero temible. El hecho de que el retrato del personaje sirviera para construir una tepresentación desde el periódico, nos hace regresar al momento en el que Quinteros, decidió entrar al esfudio. En primera instancia tenemos que hasta antes de la revolución acudir al estudio era una práctica reservada a la clase alta porfiriana, y a quienes podían pagat por una imagen en la que aparecerlan enhe columnas, cortinajes ymuebles elegantes quemarcaban su lugar enla sociedad. El papel del estudio era expresar el rol que los individuos jugaban en la sociedad, ya que era "el almacén de accesorios de un teafuo que guardaba pre-

Visíones históricas de la frontera. Auce de caminos. Reaoluciones y cambiw alturales en México

203

paradas, para todo

el repertorio social, Ias máscaras de sus personajes."6

Así, los fot6gafos tenlan una serie

de motivos iconográficos que ponlan en juego con los de-

seos

y

aspiraciones

de su clientela, la elección de un mueble, un fondo, una pose o el vesfuario dependía de la visión del fotógrafo y lo que la clientela buscaba expresar. Por ello, cuando Yáiez reható a los revolucionarios en su estudio/ como hemos visto en eI caso de Banderas

y

su estado mayor, y como veremos en la imagen de Quinte-

Retrato reproducido como tarjeta postal con la leyenda "Pilar Quinteros, muerto en Culiacán, viemes 19 de abril de 7912,Fot. deY áñez, propiedal' (Colección Miguel Tamayo)

ros,los sifuaba enhe los accesorios disponibles para que escenificaran su papel social.

6

Giséle Freun4

204

La

futogrffi

como documento social,Barcelona,

Gustavo Gü,1983, p.62.

Visiones histórius de la t'rontera. Cruce de caminos. Reaoluciones y cambios alturales en México

Como vemos, Quinteros no optó por retratarse sobre el caballo, ni con sombrero, sino sentado en una silla en medio dé un escenario creado con un fondo que recreaba un bosque con ramas secas tiradas en el suelo. Nada más alejado de la realidad que ver al rebelde sentado manteniendo la pose en medio de un bosque, pero a pesar de los absurdos del estudio, como mostrar columnas despegadas del suelo o mosaicos pegados a las paredes, la idea era que en la imagen se mostraba a la persona tal y cómo era. Al respecto Teresa Matabuena ha apuntado que a fines del siglo XIX quien se reható consideraba " qu.e la f.otografia no era tan solo una representación de la realidad, sino que era un objeto que tenía facultades para expresar sentimientos y afectos, era una prueba irrefutable de las cualidades de las personas y objetos fotografiados."T Enla imagen de Quinteros se pueden destacar varios elementos: es llamativa su elección por el bosque como fondo, en lugar de cortinas o columnas, de Ia misma forma el uso del traje, que aunque sin el saco, estaba reservado a los caballeros/ como fohn Berger 1o enuncia eta"el vestido profesional de la clase dirigente."s A propósito este traje y los zapatos lushosos que portaba no sólo parecían ser parte de una interpretación, en ohas imágcnes tomadas porYáñez, se observaba que éste era su indumentaria,lo cual nos genera preguntas acerca del origen social del personaje. Más allá de los elementos ya mencionados, tenemos que al momento de rctratarsc, los revolucionarios llevaron nuevos elementos iconográficos al esh¡dio, Quinteros lleva el fusil y las cartucheras, mismos que vemos en la f.otograflahecha a Banderas y su estado mayor. A estos Quinteros agrega el sostener una espada, detalle icónico de los rebeldes Iiberales del siglo XIX.eAsl, de acuerdo a Giséle Freund, la necesidad simbólica por retratarse "se halla en

7

Teresa Matabuena Pelaé2, Algunos usos y conceptos de

Ia fotografía durante eI porfiriato, México, Universidad Iberoamerican a, 1991., p. 8. 8 Jolrn Berger, Mlrar,Maüid, Hermann Blume,1987,p.39. e Una referencia al significado de la espada en la revolución se encuentra en cómo el general Higinio Aguilar, jefe de armas en Sinaloa, veterano de las ludras liberales del siglo )0X, enhegó su espada de gala a Ramón Iturbe después de un enfrentamiento que le costó su rendiciórt véase Héctor R. Olea Breoe historia de la reoolución en Sinaloa (191.0-1917), Méxicq Biblioteca Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexican4 Méxicq 1964, pp.30-31.

V isiones

hístóricas de la t'rontera, Cruce de caminos. Rnoluciones y cambios alturales en

México

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función directa del esfuerzo de la personalidad por afirmarse y tomar consciencia de sírnism4"ro.r frente a la cámara donde se afirma la personalidad de

los revolucionarios, el escenario donde acuden a representarse a sí mismos. De la misma forma hizo retratos en los que se observa a los rebeldes Melquiádez Meléndez y Roberto Almada manteniendo la pose pata que el nombre de su taller "Fotogafía M.Yáñez. Amplificadora de refoatos" apareciera como fondo de su imagen.

II. El discurso sobre el zapatismo 7912 en EI Correo de Ia Tarde de Mazatlán se publicaron noticias acerca de la lucha armada que se estaba desarrollando en el estado. En ellas no se hacla alusión a" zapatistas," sino que se escribía acerca de grupos de "rebeldes alzados" o por igual se les nombraba como "plagas" que azolaban los lugares por donde iban pasando. El zs de febrero el periódico infórmaba que el dishito de Badiraguato estaba en poder del "vandalismo," y se narraba que la noche en que fue asaltada la población "fue una noche de pillaje y de saqueo, en que fueron ultrajadas numerosas familias."l1 Junto a estas notas se escribieron dos editoriales publicadas por los meses de febrero y marzo. La primera de ellas era de quien firmaba como J. F. Valle, titulada"el gobierno de Sinaloa y la pacificación del estado. El bandolerismo y el descontento sociaf" la otra de la escritora sinaloense Haydee Escobar de Félix Diaz, qaienpublicaba bajo el seudónimo de CeclhaZadi, cuyo editorial se tifulaba"Mal camino."l2 Ambos autores habían escrito en las páginas de EI Correo de Ia Tarde desde fines del porfiriato, Valle era un profesor, de clase media, y de Zadi sabemos que mediante sus escritos difundió los ideales de la mujer porfuiana, uno de los mismos ütulado La mujer egoístay ñuarfl," donde jnzgaba lo que sucedía con la mujer si no des-

En los primeros meses de

10

Giséle Freund, Op. Gt., p.13. EI Coneo de Ia T arde, 29 de febrero de 1912, p. 3. 12La editorial de j. F.'Valle fue publicada en El Correo de Ia Tarde el z8 de febrero de mientras que Ia de Cecilia Zadí se publicó en 8 de marzo de1912,p.2. 11

206

1912, p.1,;

Visiones históricas de la frontera. Cruce de caminos. Reaoluciones ,¡ cambios culturales en lt4exico

empeñaba log roles establecidos por la sociedad, con dulzura, fragilidad y amor incondicional."l3 Por su pafie, EI Correo de Ia Tarde era el órgano oficial de difusión de la Cámande Comercio deMazatlán, el cual se habla fundado desde el año de 1885 y permanecía hasta el de tgtz.Su longevidad era exhaordinaria si tomamos en cuenta que muchos periódicos del porfuiato duraban solo unos cuantos años, sobre todo por la consolidación de un régimen fuerte que no admitía la pluralidad periodfutica.la Asl, este periódico había permanecido tantos años debido a una relación cordial con el régimen porfiriano. En19I2, segula sobreviviendo debido a que los comerciantes de Mazatlan hablan apoyado la candidatura de Francisco I Madero, y cuando éste subió al poder su línea editorial se manifestaba en apoyo a los principios democráticos en los que se sustentaba su gobierno. Debido a que el movimiento armado que se estaba suscitando en Sinaloa era en conha del gobierno maderista esta lucha se juzgó desde el ámbito político como falta de un programa. En7972la pluma de Valle escribla que estos rebeldes que operaban en el estado, eran "los enemigos del orden, los constantes agitadores, los que no buscaban lapaz, el progreso y la moralidad/' por su parte Zadíasabalaexpresión "mal camino" para designar "el camino de la revolución" o "el atávico siniesho del revolucionarismo en su aspecto más vergonzoso: ¡el incendio! El robo y el crimen." Coincidía con Valle al considerar la lucha armada como cercana a un acto delictivo, Valle le adjetivaba como "bandolerismq" mienfoas Zadile llamaba "robo, crimen." Cuando en los primeros meses detstzlos que fueron denominados como zapatistas aparecieron en Sinaloa,la leyenda de Zapata, el Aüla del Sur ya era parte del imaginario social de la época. Marla Herrerlas Guerra señala cómo el estallido de la revolución rompió con la sociedad idllica porfuiana, y en este sentido el movimiento que surgió alrededor de Emiliano Zapata, movi-

13

Miriam Ruiz, "En la sombra: escritoras de Sinaloa", consultado en www.cimacnoticias. com/site. 1a Judith de la Torre Rendón,"Lasimágenes fotográficas de la sociedad mexicana en la prensa gráfica del porhiato" enHistorin Mexicana, núm. 9Q México, Colmex, 1998, p.M7.

Visiones histíricas de la frontera. Cruce de caminos. Reaoluciones v cambios alturales en México

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miento de campesinos, actores de una sociedad tradicionaf fue representado por el poder político, económico y religioso como una "batbarie" contraria a la civilización y el progeso.ls La prensa de Ia ciudad de México fue portavoz de esta manera de ver al zapatkmo,la misma representaba la visión del gobierno federal y los $upos dominantes. El periódico capitalino El Imparciaf el cual había sido uno de los principales órganos de difusión del gobierno deDiaz,l6 publicó una nota en el mes de junio de 1911 con el encabezado "Zapata es el moderno Atila," en la cual se decía que éste había amenazado con quemat las propiedades de los hacendados morelenses, además de que se escribía queZapataera un violador y las damas de Cuernavaca habían tenido que emigrar temerosas de é1. La nota culminaba diciendo "algo que pone en todo relieve la depravación y la miseria moral en las gentes de Zapata. Cuando esfuvo en Cuernavaca el señor Madero, una infeliz mujer fue bárbaramente ahopellada por veinte soldados del jefe de las armas en el Estado."17 La representación que El Lnparcial y ohos periódicos de la época generaron deZapatay los zapatistas como esos seres depravados ybárbaros,puede ser explicada en un sentido por la vinculación de la prensa con el poder político y económico.,Pero, de acuerdo a 1o señalado por Herrerlas la lucha de los zapatistas de Morelos significaba también el encuentro de actores tradicionales, campesinos, que amenazabxtla idea de modernidad de la época. Al mismo tiempo implicaba la confrontación de dos espacios, no sólo geográficos, sino culturales, el zapatismo era de actores rurales que tomaban las ciudades, donde la confrontación campo-ciudad implicaba el enfrentamiento entre tradición y modernidad. Como nos dice |ohn Womack "las dispersas atrocidades físicas cometidas en Morelos tenían un aspecto especialmente vívido y ominoso: 15

María Herrerías Guerra, EI zapatismo aisto d¿sde Ia mod¿rnidad: consÍ,rucciones dz género en Ia historiografíaZapatista (1911.-1919), Tesis de Maestría [inéüta], México, Universidad Autónoma Metropolitana, p. 3. 16 fudith de la Torre RendórL Op. Cit., p. 348. Por igual véase María Herrerías Guerr4 Op. Cit., p. 26. Quien agrega que a pesar de que este periódico fue adquirido por el gobierno de Madero, siguió habajando con el mismo personal y con la misma línea editorial que manejaba desde el porfiriato. tTEllmparcinl, zo de junio de1911,p.1,.

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hablan sido perpetradas cerca de la ciudad de México, y por hombres que vestían calzón blanco, calzaban huaraches, llevaban machetes y tenían la piel morenfu señalestaúltima de que, inconfundiblemente, eranmiembros de una " taza infetior" . . . Que eI "pueblo" se pusiese a ejecutar víctimas er.a " indío," subhumano y monshuoso.ls Cuando los rebeldes que operaban en Sinaloa tomaron Culiacán,la prensa dio una identidad a su movimiento tomando como referente al zapatismo del estado de Morelos. A partir de la toma de Culiacán el periódico dejó de hacer referencia a este "movimiento anárquico sin un plan o un programa," para empezar a hablar de " z.apatistas" que invadieron el espacio urbano, sembraron el terror en la poblacióry saquearon y cometieron atrocidades por espacio de trece dlas, que fueron denominados como "los días trágicos de Culiacán." En este sentido,la presencia de estos zapatistas fue dotada de significados tomando como referente el imaginario ya existente acerca del zapatismo de Morelos.

III. La construcción

de una representación:

En su influyente habajo sobre el libro y el mundo del lector Roger Chartier atiende a las representaciones "conhadictorias y enfrentadas, por las cuales Ios individuos y los grupos dan sentido al mundo que les es propio."le Así,Ias representaciones del mundo implican tensiones, no están dadas de unavezy para siempre. Para el autor, las obras no tienen un sentido estable, universal, fijo, sino que son construidas en el reencuentro entre una proposición y una recepción.

Cuando Chartier estudia la historia del libro determina que el acto de texto-lecfura no termina en el acto de recepción, sino en el de apropiación, cómo se interpreta por los lectores. Siguiendo al autor,las imágenes de prensa

18John

Womackft., Zapata y Ia reoolución mexicana, México, Siglo XXI, 3ra. ed., 1970, p.98. leRoger Chartier,El mundo como representación.Estuüos sobrehistoria cultural,Barcelona, Gedis4 2005,

p.

50.

Visionts históríus de

Ia

frontera. Crua de caminos. Reaolucíones y cambios alturales en México

209

y lo escrito sobre ellas se configuran como textos, en las mismas se expresan significados, representaciones que dan senüdo al mundo. Cómo se leen los significados impkcitos en las imágenes y 1o escrito depende en gran medida de la forma en que son puestos en circulación. Para Chartier las formas producen sentido, dado que "las verificaciones múltiples y móviles de un texto dependen de las formas a havés de las cuales es recibido por los lectores'" Las imágenes como texto adquirían otros significados al ser puestas en el contexto de la página de prens4 donde se les agregabaninformación a havés de la nota informativa el comentario de opinión, el pie de foto' La imagen de Quinteros aparecida en la primera plana de El Correo de Ia Tarde, ensu edición de

e

de mayo de 1912, estabaacompañada de nuevas dis-

posiciones formales: como ya hemos mencionado su lectura estaba dirigida por el pie de foto con la sentencia "el terrible bandolero que tantos crímenes cometió." En ella se muesha a un personaje vivo, donde el fotógrafo escribió la leyenda "Pilar Quinteros. Muerto en Culiacán. Viernes t9 de abril de1912."20 Alaluzde la muerte del personaj e,Yáñezbautizó su rehato con una sentencia lapidari4 y así fue vendida como tarjeta postal. En el contexto de la páglna de prensa,la leyenda agregada por el fotógrafo ya no ela la que dirigía su lectura, sino elpie de foto que lo clasificaba como bandolero. En la misma pág;naaparecla otra imagen con el pie de foto "el cadáver del cabecilla f. Pilar Quinteros, momentos después de ser ejecutado. El cabecilla Roberto Almada lo contempla." Como vemos,lo escrito invitaba al lector a dirigir la mirada hacia Almada, quien a diferencia de los ohos participantes en la imagen no atendla ala cátmata, para observar en una actitud pensativa al cadáver; al mismo tiempo el gesto del rebelde 1o hacía resaltar y sirvió para que el periódico señalara a sus lectores cuál era su apariencia. Estas imágenes de los zapatistas fueron rcforzadas con una columna que

empezó a aparecer en la edición del periódico publicada el día 4 de mayo

20

Cuando el 19 de abril Pilar Quinteros y sus tropas salían de la ciudad con un cuantioso botín recabado en los saqueos que cometieron en la ciudad, fue alcanzado por Conrado Antun4 otro de los líderes rebeldes qui*r junto a otros jefes zapatistas 1o ejecutó debajo del puente Francisco Cañedo.

Visiones históricas de la frontera, Cruce de caminos. Reaoluciones y cambios cultúrales en México

(Colección a Miguel Tamayo)

titulada "los días foágicos de Culiacáru" en la misma el relato es hecho por quien se denomina a sí mismo como "testigo ocular," y describe la llegada a Culiacán de Quinteros y sus hombres el iz de abril "vitoreando a Zapata, quemando antes dos bombas en el puente,"21 seguidos por doscientos hombres procedentes de la sierra de San Dimas, que iniciaron la invasión de la ciudad y cuyasola presencia se relacionaba con la llegada de la deshucción, la hagedia.

El relato continua con lo sucedido el jueves tg, donde no solamente se habla de la fuerza de Quinteros, sino de los demás jefes quienes "han sido impotentes para reprimtr ala soldadesca que se ha entregado aJ pillaje... Pilar Quinteros se hizo acompañar de un dependiente de la casa de Ituarte para que, mediante un recibo que él le otorgarí4 le entregara roPa para sus

21

"los días trágicos de Culiacán (diario de un testigo ocular)", El Coneo de 1912, num. 8,762., p. 2.

V isiones

históricas de

la

de Ia Tarde, 4 de

t'rontera. Cruce de caminos. Rnoluciones y cambiu culturales en México

mayo

soldados, a lo que se oponía el dependiente, pero al fin tuvo que acceder obligado por las artr:.as".22 Así, en estas notas se daba la relación con la imagen, en la que se explicaba a los lectores quién era ese al que denominaban "terrible bandolero", cuáles eran las acciones de esa tropa que vitoreab a aZapatay se entregada al pillaje, que Ie valió ganarse el botín por el cual fue asesinado. Respecto a las acciones de los zapatistas, como el hecho de saquear, destaca la fotografía publicada el z demayo detst2, con el pie "Culiacán. Tienda del señor Antonio Yizcaino, saqueada por los zapatistas."

Yáñez, Culiacán. En la tienda del señor Vizcaino, Culiacán, abñt24 de1912, es propiedad de \ áñez (Colección Miguel Tamayo)

22"1osüastrágicosdeCuliacán(diariodeuntestigo

octtlar)",ElCorreodeIaTarde,4demayo

de 1912 num. 8,762.,p.2.

212

Visiones históricas de la frontera. Cruce de caminos. Reaoluciones y cambios alturales en México

Esta imagen sintetizaba lo dicho por el tesügo ocular que en las entregas de "los días hágicos de Culiacán " rclaúalas prácticas de los rebeldes que se apoderalon de la ciudad, el asalto a damas a las que obligaban a entregarles sus mercancTas,tobo a comercios, saqueos a los que se sumaban los

vatilletos,

boleros y "la plebe" de la ciudad, para regishar los baúles de las casas que hablan sido abandonadas, r ob ar maiz, alf alla, rcp a. En esta imagen se mostraba una muchedumbre compuesta por niños, algunos hombres a caballo y otros de pie, que miraban cómo otros cargaban los costales que iban sacando de la tienda. El testigo ocular relataba sobre ese dia" todaviahoy por la tarde estaban saqueando la tienda del señor Vizcaino, de donde era arrojado a la calle, lo que no les gustaba, llevando a su cuartel en carretas el resto de las mercancías,"23 esto sucedla enhe balazos, borracheras y escándalos nocturnos, eran los días trágicos de Culiacán, que estaban mostrándose en imágenes, días de gozo,frestay temores para los comerciantes y las personas acomodadas.

Junto al relato de "Los días trágicos de Culiacán" las fotograflas de los zapaüstas eran presentadas como muesfuas de la realidad, pero era la realidad de acuerdo a un grupo que los clasificaba, y compartía estereotipos sobre su movimiento/ a una representaciónya existente sobre el zapatismo como una lucha de bandoleros. Al respecto el uabajo de Ariel Arnal sobre las fotografías de los zapatistas en la prensa de la Ciudad de México2a nos permite hacet una comparación. En primera instancia Arnal señala que la "imagen zapatista," era aquella que estaba en consonancia al diario de la capital, la política editorial y las características del lector capitalino. Como ya hemos visto en el apartado anterior, la relación entre los zapatistas y los habitantes de la ciudad de México, su lucha significaba el enfrentamiento enhe hadición y modernidad, la amenazade campesinos cuya lucha representabaalabatbarie. De esta forma la percepción urbana sobre los campesinos los clasificaba bajo los tipos de "el campesino," "el bandido ," " eLi'ndio"

23El Correo 2a

delaTarde,Mazatlá+ 7 de mayo de

Ariel Edgardo Arnal Lorenzo, L9L0-1.915,

La

t'otogrffi

1912,

núm. 8,7{A,p.2.

del zapatismo en Ia prensa de la Ciudad

Tesis de maestría en histori4 México, Universidad Iberoamericana,

Visiones históricas de la t'rontera. Cruce de caminos. Reaoluciones y cambios ulturales én

d.e

México,

2001.

México

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De acuerdo a Arnal, era la prensa capitalina la que determinaba quién era Zapata y sus tropas, Quien los clasificaba como "bandoleros." Por su parte El Correo de Ia Tarfu, el periódico de la Cámara de comercio de Mazatl án, era . quien daba una identidad a los rebeldes que tomaron Cuhacáru donde junto a las fotografías se reproduclan las percepciones que las personas adineradas de la ciudad,habíantenido acerca de los zapatistas, quienes la invadieron y la saquearon

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