Los cultos a Deméter en Sicilia: naturaleza y poder político

July 3, 2017 | Autor: María Cruz Cardete | Categoría: Ancient Greek Religion, Greek Sicily, Cult of Demeter and Kore, Classical Greek Tyranny, Ancient tyranny
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Descripción

Santiago MONTERO Mª Cruz CARDETE (eds.)

NATURALEZA Y RELIGIÓN EN EL MUNDO CLÁSICO Usos y abusos del medio natural

Madrid 2010 Signifer Libros

Thema Mundi 3 Colección dirigida por Sabino Perea Yébenes y Raúl González Salinero

Ilustración de la portada: El templo de Basas, de Edward Lear. Imagen reproducida con permiso del Fitzwilliam Museum, Cambridge.

© De la presente edición: Signifer Libros 2010 Apdo. 52005 MADRID http://signiferlibros.com ISBN: 978-84-935734-8-5 D.L.: S. 1071-2010 Imprime: Eucarprint S.L. - Peñaranda de Bracamonte, Salamanca.

Índice general

Presentación

1 Natale SPINETO: Spontaneità naturale e intervento umano: aspetti religiosi della viticoltura in Grecia

2 Marcello TOZZA: Il serpente come simbolo di rigenerazione nella religione pre-ellenica

7 9-18 19-26

3 Ricardo OLMOS ROMERA: “Una golondrina no hace verano”

27-39

4 Emilio SUÁREZ DE LA TORRE: El paisaje en Píndaro

41-63

5 Margarita MORENO CONDE: Cuando lo diminuto enseña a pensar: el insecto en el imaginario griego

6 Mª Cruz CARDETE DEL OLMO: Los cultos a Deméter en Sicilia: naturaleza y poder político

7 Maria ROCCHI: Tra Olympos e ossa: il “progetto” di Serse (Hdt. 7, 128-130)

65-83 85-94 95-108

8 Miriam VALDÉS GUÍA y Domingo PLÁCIDO SUÁREZ: La domesticación de la naturaleza: el ritual de la labranza sagrada y otros ritos civilizadores de Atenas

9 Adolfo DOMÍNGUEZ MONEDERO: Destrucción de la naturaleza y castigo divino: Cleómenes de Esparta y el bosque sagrado de Argos

10 Anna Maria CAPOMACCHIA: Natura e paesaggio nelle vicende eroiche

109-124 125-142

143-150

11 Francisco DÍEZ DE VELASCO: La naturaleza entre la concreción y la abstracción: el imaginario de las divinidades termales en la Península Ibérica antigua

151-164

12 Alessandro SAGGIORO: Calpestare acque marine: I ponti di Serse e Caligola e l’abuso contro la natura

13 Diana SEGARRA: El adulterio entre árboles: Ars contra Natura en la religión romana

14 Santiago MONTERO HERRERO: Augusto y los puentes: ingeniería y religión

165-184 185-198 199-212

15 Aurelio PÉREZ JIMÉNEZ: Fundamentos religiosos y mitológicos de la atribución de plantas, metales, piedras y animales a los cinco dioses planetarios

16 José DELGADO DELGADO: Quinque genera signorum. Naturaleza y adivinación en la Roma antigua

17 Giorgio VESPIGNANI: Naturaleza e ideología política romana en el simbolismo del circo

18 Silvia ACERBI: La naturaleza del monje: elementos de una geografía espiritual

213-232 233-248 249-257 259-272

LOS CULTOS A DEMÉTER EN SICILIA NATURALEZA Y PODER POLÍTICO Mª Cruz CARDETE DEL OLMO Universidad Complutense de Madrid Una de las deidades privilegiadas en los procesos de control del espacio natural y formación del territorio colonial, que alcanza una espectacular proyección en tierras sicilianas, es Deméter, con frecuencia emparejada con su hija Core. La íntima relación de Deméter con Sicilia se remonta a época arcaica, como muestran los abundantes restos arqueológicos. En cuanto a las fuentes literarias, son propensas a ensalzar la vinculación demetríaca de la isla, como ocurre en el caso de Píndaro 1 , que convierte a Sicilia en un regalo de Zeus a su hija o en el de Diodoro 2 , que recoge una tradición muy extendida, representada en las primeras monedas acuñadas en Enna ca. 450 3 , para quien el rapto de Perséfone tuvo lugar en Sicilia 4 . Cicerón 5 , por su parte, declaraba que Sicilia era conocida como la tierra de Deméter. Otra tradición de gran predicamento en la isla, transmitida por Diodoro 6 , es la que narraba como Heracles, héroe civilizador por antonomasia de Sicilia, había sido el fundador del culto de Core en tierras sicilianas, puesto que fue el primero que sacrificó a la diosa, concretamente uno de los toros de Gerión. El hecho, además, ocurrió cerca de la fuente Ciane, centro sacro de especial relevancia en Sicilia y, sobre todo, en Siracusa, polis vinculada muy especialmente a Deméter y su hija. A partir del gesto de Heracles, sigue narrando Diodoro, se establecería una fiesta anual en honor a Core 7 . La presencia demetríaca está extendida por toda la isla de modo que, para esta breve contribución, he decidido centrarme en un área especialmente destacada en cuanto a instrumentalización política del culto: la zona de Gela y Agrigento. Deméter: entre naturaleza y política Los primeros pasos para la fundación de una colonia obligan a un reparto del espacio y una delimitación territorial. Ambas acciones conllevan tensiones sociales y conflictos envueltos en una carga ideológica muy pesada que el poder 1

PÍND. Nem, I 13-15. DIOD. IV 23. 3 ZUNTZ, G., Persephone: Three Essays on Religion and Thought in Magna Graecia, Oxford, 1978, p. 70. 4 ZEVI, F., “Siculi e troaini (Roma e la propaganda greca nel V secolo a. C.)”, en La colonisation grecque en Méditerranée occidentale. Actes de la rencontre scientifique, Rome-Naples 1518 novembre 1995, Rome, 1999, p. 327; HOLLOWAY, R. R., The Archaeology of Ancient Sicily, London, 1991, p. 55. 5 CIC. Verr. II 4 106. 6 DIOD. IV 23. 7 CALDERONE, A., “Riflessi della politica ateniense in Occidente: i Siceliote e il mito di Trittolemo”, QuadMess, 7, 1992, pp. 39-40; ZEVI, F., op. cit., p. 327. 2

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emplea para justificar el mantenimiento del statu quo envuelto, eso sí, en formulaciones que pretenden pasar por nuevas. Así pues, el supuestamente igualitario reparto de las tierras y la instauración de sociedades que, en principio, abogan por una flexibilización de las jerarquías no es sino una ilusión promovida por las elites. La realidad fáctica responde, más que a las visiones utópicas de filósofos como Platón 8 o Aristóteles 9 , a la violencia de una ocupación colonial dirigida por la aristocracia y adecuada a sus intereses, con repartos de tierras que se prometen mucho más igualitarios de lo que acaban siendo y formas de estructuración social diferentes a veces de las tradicionales, pero no por ello menos jerarquizadas y controladas desde el poder 10 . Por ejemplo, el hecho de que las colonias se estructuren alrededor de mallas urbanas prácticamente desde los primeros momentos del asentamiento, como puede verse en Mégara Hiblea o Selinunte 11 , indica una organización de los recursos y una jerarquización política tan fuerte como la que se estaba desarrollando en las nacientes polis de la Grecia continental. No es extraño, por tanto, que el primer siglo de vida de las colonias siciliotas está jalonado por luchas de poder entre las elites aristocráticas que propician diversas staseis 12 . Estas staseis son la prueba de la ebullición política, social, ideológica, religiosa y económica en la que viven las colonias prácticamente desde su fundación y en la que se mezclan las desigualdades sociales hereda8

PLAT. Ley. V 745b. ARISTOT. Pol. II 1266a, que recoge el testimonio de Falea de Calcedone, y VII 1330a. 10 DE MIRO, E., “Storia e archeologia” in DE MIRO, E., (ed.), La valle dei templi di Agrigento, Palermo, 1994; GALLO, L., “Le fonti letterarie sulle chorai coloniali”, en Problemi della chora coloniale dall´Occidente al Mar Nero. Atti del Quarentesimo Convengo di Studi sulla Magna Grecia.Taranto 29 settembre-3 ottobre 2000, Taranto, 2001, pp. 49-71; VAN COMPERNOLLE, T., L’influence de la politique des Deinoménides et des Emménides sur l’architecture et l’urbanisme sicéliotes (Mémoire présenté au Concours de 1989 de la Classe de Lettres), Lovanii, 1992, pp. 64-66; MANGANARO, G., “Mondo religioso greco e mondo ‘indigeno’ in Sicilia”, en ANTONETTI, C., (ed.), Il dinamismo della colonizzazione greca. Atti della Tavola rotonda Espansione e colonizzazione greca di età arcaica: metodologie e problemi a confronto (Venezia, 10-11/11/1995), Napoli, 1997, pp. 71-72; JACQUEMIN, A., “Oikiste et tyran: fondateur-monarque et monarque-fondateur dans l’Occident grec”, Ktema, 18, 1993, p. 19; CORDANO, F., Antiche fondazioni greche. Sicilia e Italia meridionale, Palermo, 1986, pp. 126-127; LEPORE, E., “Problema dell’organizzazione della chora coloniale” in FINLEY, M., Problèmes de la terre en Grèce ancienne, Paris, 1973, pp. 23-31. 11 DE POLIGNAC, F., “L’installation des dieux et la genèse en Grece d’Occident, une question résolue?”, en La colonisation grecque en Méditerranée occidentale. Actes de la rencontre scientifique, Rome-Naples 15-18 novembre 1995, Rome, 1999, pp. 209-229; ASHERI, D., “Colonizzazione e decolonizzazione”, en SETTIS, S., (ed.), I Greci: storia, cultura, arte, società, vol. I, Noi e I Greci, Torino, 1996, p. 85; GRECO, E., “La colonizzazione greca in Italia meridionale. Profilo storico-archeologico”, en Il fenomeno coloniale dall’antichità ad oggi, Atti del Convegno dei Lincei, Roma, 19-20 marzo 2002, Roma, 2003, pp. 17-35; CORDANO, F., op. cit., p. 99; MUGGIA, A., “L’area di rispetto come indicatore di politiche demografiche e di gestione territoriale”, en CAMASSA, G./DE GUIO, A./VERONESE, F., (eds.) Paesaggi di potere: problemi e prospettive, Atti del Seminario Udine 16-17 Maggio 1996 (“Quaderni di Eutopia” 2), Roma, 2000, pp. 199-218. 12 BERGER, S., Revolution and Society in Greek Sicily and Southern Italy, Stuttgart, 1992; BIANCHETTI, S., Falaride e Pseudofalaride: storia e leggenda, Roma, 1987, p.38; ROEBUCK, C., “Stasis in Sicily in the seventh century B. C.”, en Filiva" cavrin. Miscellanea di studi classici in onore di Eugenio Manni, vol. 6, Roma, 1980, pp. 1923-1930. 9

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das de las metrópolis, la propia injerencia de éstas, siempre deseosas de controlar a las que consideran sus colonias, con los nuevos retos que plantea el control de territorios muy distintos a los acostumbrados, habitados por pueblos diversos y ricos en complejidades y posibilidades. Sin olvidar que la colonización fue un proceso y que no termina con el asentamiento de los primeros colonos, sino que se estructura en diversas oleadas de nuevos emigrantes que se jerarquizan por la doble vía de los orígenes sociales y el momento de llegada a la colonia. Así, las primeras generaciones se reservan las mejores tierras, la mayor cantidad de ellas y un status ideológico superior 13 . Por tanto, las presiones a las que se ven sometidos los colonos y las estructuras sociales que les permiten organizarse son enormes, dificultando la instauración de un sistema de organización público relativamente estable 14 . Algunas de estas staseis son especialmente significativas en lo que se refiere al enfrentamiento mítico entre naturaleza y cultura y al progresivo control del medio por parte del ser humano a través del empleo sistemático de consignas religiosas. En el caso de Gela y Agrigento, por ejemplo, el levantamiento contra el orden establecido y/o su recuperación están indisolublemente unidos a fiestas rurales y creencias relacionadas que comparten un profundo arraigo con las deidades de la tierra y la vegetación y, especialmente, con Deméter. En el caso de Gela, la insurrección social fue sofocada pacíficamente por un sacerdote de Deméter, y en Agrigento Fálaris aprovechó la celebración de las Tesmoforias para dar el golpe de estado que le convirtió en tirano durante 16 años. Ia) Deméter en Gela Gela fue fundada en el 689-688 a. C. por un colectivo rodio-cretense dirigido por Antifemo de Rodas y Entimo de Creta 15 . Su primera stasis se produjo entre el 625-575. Los motivos son confusos en las fuentes pero la tensión es una constante de los mismos. Por un lado, la misma fundación de una colonia es un hecho inestable: los colonos no saben bien adónde se dirigen, deben confiar en su oikistes para saber si han encontrado ese sitio en el que el dios les augura un buen establecimiento, tienen que adaptarse rápido a las nuevas condiciones orográficas, materiales, humanas y vitales a las que se enfrentan y, además, se ven obligados, si quieren sobrevivir, a organizarse siguiendo principios que, en el caso de las colonias mixtas como Gela, no siguen un único patrón ni unos intereses claros 16 . 13

ASHERI, D., op cit, 1996, p. 85. MUSTI, D., “Le tradizioni ecistiche di Agrigento”, en L. BRACCESI/DE MIRO, E., (eds.), Agrigento e la Sicilia greca. Atti della settimana di studio, Agrigento 2-8 maggio 1988, Roma, 1992, p. 30; BERGER, S., op. cit., p. 9. 15 TUC. VII 57, 6 y 9; DIOD. VIII 23. 16 BERGER, S., op. cit., p. 23; ROEBUCK, C., “Stasis in Sicily in the seventh century B. C.”, en Filiva" cavrin. Miscellanea di studi classici in onore di Eugenio Manni, vol. 6, Roma, 1980, p. 1923; PETRUZZELLA, M., “La stasis a Gela in età arcaica e la figura dello ierofante Telines”, Kokalos, 45, 2003, pp. 501-507. 14

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Nuestra principal fuente escrita es Heródoto, quien narra con bastantes detalles la complicada instauración de los rodios 17 en Gela 18 . Heródoto cuenta como, al poco de fundarse la colonia, se vive una crisis político-social que lleva a un grupo de ciudadanos a escindirse del resto y marchar a la ciudad sicana de Mactorion 19 . La situación se hizo pronto insostenible para una colonia tan joven y, ante la amenaza de una desintegración, surge una figura a medio camino entre el héroe y el líder fuerte: Telines, sacerdote de Deméter. Telines decidió solventar la crisis valiéndose de los hierà de la diosa y logró que las partes enfrentadas se reconciliaran. A partir de ese momento el culto a Deméter se convierte en un pilar de la comunidad en cuanto que, como recurso político, es útil para el mantenimiento de estructuras sociales estables sobre la base de un equilibrio armónico de los componentes ciudadanos 20 . Con la llegada de Gelón al poder Telines se transforma, además, en el iniciador de la dinastía de los Dinoménidas, en su garante legendario, en el estandarte del genos como salvador de la patria en momentos difíciles. Incluso es posible que fuera construido entonces, como señala Giuffrida 21 , para quien es factible que los Dinoménidas, en su afán propagandístico, construyeran la historia de Telines partiendo de lo que cuenta Pausanias 22 sobre Tellis en relación con la lesche de los cnidios en Delfos pintada por Polignoto. Existiera o no un sacerdote de Deméter que mediara en el conflicto social, lo cierto es que la tradición Dinoménida lo instrumentalizó para justificar su gobierno con la referencia a la tradición salvadora de sus antepasados 23 . De hecho, es también la tradición dino-ménida la que cuenta que el pueblo, agradecido por la actuación del sacerdote, concedió a su genos, es decir, a los Dinoménidas, el sacerdocio hereditario de la diosa. Vemos como un culto en origen familiar, propio del genos, se convierte en público, equiparando el equilibrio y el orden cívico con el poder de una familia, logrando que el genos se convierta en garante del equilibrio cívico 24 . Los intereses políticos aparejados a Deméter dispararon la importancia de 17

HERÓDOTO (VII 153) sólo nombra a un contingente rodio dirigido por Antifemo. HDT. VII 153. 19 Mactorion no ha sido localizada aún ni hay un acuerdo sobre dónde pudo estar situada exactamente. Para ORLANDINI, P., “La terza campagna di scavo sull’acropoli di Gela”, Kokalos, 7, 1961, pp. 148-149 (en la misma línea CONSOLO LANGHER, S. N., Siracusa e la Sicilia greca: tra età arcaica ed alto ellenismo, Messina, 1996, p. 6, y PANVINI, R., op. cit., p. 35) debería identificarse con Monte Bubbonia; PETRUZZELLA, M., op. cit., p. 503, por su parte, considera que pudo tratarse de Butera y también se ha equiparado a Monte S. Mauro (en SEMINARIO, D., Morgantina a Caltagirone e altre ipotesis di identificazione degli antichi abitati dei Margi, Catania, 1975, pp. 1720). 20 CALDERONE, A., op. cit., p. 38; SFAMENI GASPARRO, G., “Politica, religione e culti”, en Lo stile severo in Sicilia. Dall’apogeo della tirannide alla prima democrazia, Palermo, 1990, p. 53. 21 GIUFFRIDA, M., “Un confronto per Teline, ierofante ambiguo”, Kokalos, 46, 2004, p. 164. 22 PAUS. X 25-31. 23 GIUFFRIDA, M., op. cit., pp. 157-174; LURAGHI, N., Tirannidi arcaiche in Sicilia e Magna Grecia: da Panezio di Leontini alla caduta dei Dinomenidi, Firenze, 1994, pp. 119-125; GALVAGNO, E., Politica ed economia nella Sicilia greca, Roma, 2000, p. 42. 24 HOLLOWAY, R. R., The Archaeology of Ancient Sicily, London, 1991, p. 55. 18

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su culto, de por sí fácilmente adaptable a un mundo colonial en el que el éxito de las cosechas y la reproducción de la vida humana y animal corría aún más riesgos que en las metrópolis, ya que, en un principio, no existían aún ni redes comerciales suficientemente asentadas ni relaciones institucionales de peso entre poleis. Además, ya en la Grecia continental Deméter es una diosa de los límites, frecuente protagonista en los santuarios extraurbanos que delimitan el territorio y es evidente que la necesidad de fijar unos límites territoriales claros es una de las prioridades básicas de toda sociedad colonial. En Gela, de hecho, de los 6 santuarios extraurbanos más importantes que delimitaban el territorio ciudadano, al menos 4 (Madonna dell’Alemanna, Bitalemi, Predio Sola y Feudo Nobile; es posible que también lo estuviera el santuario de Carrubazza) estaban consagrados a Deméter o a una deidad ctónicoagrícola de caracteres similares.

Madonna dell' Alemanna

Vía del tren Villa Iacona

via Fiume

Carrubazza

Heraion

M

ED

Predio Sola Antifemo

IT ER RA NE O

Athenaion

Acrópolis

Río

M.

Molino di Pietro

GE

LA

Bitalemi

Fig. 1. Mapa de los santuarios extraurbanos de Gela (siguiendo a ORLANDINI 1968, tav. I).

Que dicha deidad conectara fácilmente con el sustrato religioso indígena (las diosas ctónicas son comunes a todo el Mediterráneo) no implica que los santuarios que a ella se levantaran fuera autóctonos ni que los griegos los edificaran sobre ancestrales lugares de culto, como defendieron durante mucho tiempo los indigenistas 25 . Es más, la arqueología ha demostrado que dichos santuarios se remontan cronológicamente a la época de la llegada griega y que su arquitectura 25

El debate entre indigenistas y helenocéntricos ha sido muy intenso hasta hace apenas unos años. Un resumen de las diferentes posiciones lo encontramos en ASHERI, D., “À propos des sanctuaires extraurbains en Sicile et en Grande-Grèce: théories et témoignages”, en Mélanges de Pierre Lévêque, 1, 1988, Paris, pp. 1-15, y MANGANARO, G., op. cit., pp. 71-82.

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y sus exvotos son muy similares a los de la Grecia continental, por no hablar de la oportunidad de su topografía. El más conocido de ellos, el santuario de Bitalemi, es posterior en al menos 70 años a la fundación de Gela 26 . Y no es el único. Similares fechas arrojan las excavaciones llevadas a cabo en Eloro 27 , Mollarella di Licata 28 o S. Anna en Agrigento 29 . Es más, en Bitalemi su monumentalización corre pareja al proceso de asentamiento griego: desde la segunda mitad del s. VII hasta mediados del VI, cuando Gela está aún en formación, el santuario es apenas un pequeño edificio rectangular con cimientos de ladrillo y alzado, probablemente, de madera, sin vocación de permanencia 30 , mientras que entre mediados del s. VI y la primera mitad del V, cuando Gela se configura como una de las colonias dominantes en Sicilia de la mano de la agresiva política exterior de Hipócrates (498-491 a. C.) y Gelón (491-485 a. C.) el santuario consta ya de capillas, cimientos de piedra, techumbre y terracotas, al igual que ocurre con otros santuarios extraurbanos gelos como los de Carrubazza y Predio Sola 31 . Por ejemplo, el santuario de Madonna dell’Alemanna, al comienzo de los campos gelos, o del santuario de Feudo Nobile, en la frontera entre Gela y Camarina y en la intersección de caminos que comunicaba Gela con Siracusa, Acre y Casmene, responde a una topografía político-económica marcadamente griega. Esto no significa que los griegos fueran ajenos al nuevo entorno, ni que no se produjeran influencias culturales bilaterales entre griegos e indígenas, pero creo que es excesivo hablar de cultos de carácter sincrético en las primeras etapas teniendo en cuenta que la interacción estaba dominada por el elemento colonial (es decir, por los griegos, entendidos no como unidad monolítica, sino como forma genérica de definición, al igual que ocurre con el término “indígena”), que contaba con mayor fuerza a la hora de utilizar los mecanismos de la violencia simbólica, utilizando la terminología bourdiana.

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ORLANDINI, P., “Nuove scoperte nel thesmophorion di Bitalemi”, Kokalos, 13, 1967, pp. 177-179; “Lo scavo del thesmophorion di Bitalemi e il culto delle divinità ctonie a Gela”, Kokalos, 12, 1966, pp. 8-35. 27 CURRÓ, N. T., “Eloro (Noto-Siracusa)”, Bolletino d’Arte, 1966, pp. 97-98; COPANI, F., “Paesaggio ed organizzazione del territorio nella colonia siracusana di Eloro”, ASAA, 83 (ser. 3, 5, Tomo I), 2005, pp. 265-286. 28 DE MIRO, E./FIORENTINI, G., “Relazione sull’attività della Soprintendenza alla antichità di Agrigento (1972-1976)”, Kokalos, 22-23, II (1), 1976-1977, pp. 427-430. 29 ORLANDINI, P., “Diffusione del culto di Demetra e Kore in Sicilia”, Kokalos, 14-15, 19681969 (Atti del II Congresso Internazionale di studi sulla Sicilia antica), pp. 334-338. 30 ORLANDINI, P., op. cit., 1967: PANVINI, R., Gevla". Storia e archeologia dell’antica Gela, Torino, 1996, p. 59; CANZANELLA, G., “Gela. Storia della ricerca archeologica”, en NENCI, G./VALLET, G., (eds.), Bibliografia topografica della colonizzazione greca in Italia e nelle isole tirreniche, vol. 8, 1990, Pisa, pp. 24-25. 31 PANVINI, R., op. cit., p. 60.

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Ib) Deméter en Agrigento La stasis agrigentina que condujo a la ascensión de Fálaris al poder tuvo lugar en el 570-560 a. C. 32 , 10 años después de la fundación de la colonia 33 . Su consecuencia más evidente fue el paso de un régimen que se supone era oligárquico, como el de Gela 34 , a una tiranía. La narración más completa del cambio de gobierno la tenemos en una fuente tradicionalmente poco “fiable” como es Polieno35 . Para este autor, Fálaris robó parte de las riquezas que, como magistrado 36 , le habían sido confiadas para construir un templo de Zeus sobre la Acrópolis 37 y denunció el robo con vistas a conseguir el permiso de la ciudad para amurallar el templo en construcción, donde escondería a sus seguidores y el capital suficiente para armar a los sectores más populares (mercenarios, extranjeros y prisioneros), que estaban de su parte. El golpe de estado fue muy efectista, ya que tuvo lugar durante la celebración de las Tesmoforias, y supuso la ejecución sumaria de la mayor parte de la población masculina. De nuevo encontramos a Deméter en el centro de los cambios políticos. La celebración de su fiesta implicaba a toda la sociedad y es el momento que aprovecha aviesamente el tirano para hacerse con el poder, subvirtiendo, por tanto, los deseos de la diosa y haciéndose merecedor de un castigo ejemplarizante. Esta imagen de Fálaris como traidor a su patria y sacrílego es precisamente la que se esfuerza en propagar la dinastía Emménida, con Terón a la cabeza. La ruptura de tabúes religiosos y la hybris son de las peores acusaciones que pueden lanzarse en el mundo griego, ya que la religión era un asunto absolutamente social y político y cualquier cosa que dañase a los dioses repercutía negativamente en la comunidad cívica. Máxime cuando la afrenta se le infligía a Zeus, dios rector del Olimpo, con una especial trascendencia en Agrigento, como demuestra el magno Olympeion del Valle de los Templos, y a Deméter, la diosa garante de la reproducción y salvaguarda de las fronteras. Las acusaciones 32 Esta cronología es la más aceptada, aunque no la única que se ha discutido y analizado, como puede verse en MUSTI, D., op. cit., pp. 27-45, o en DOMÍNGUEZ MONEDERO, A. J., La polis y la expansión colonial griega. Siglos VIII-VI, Madrid, 1991, p. 254. 33 Tucídides habla de una fundación gela y, por lo tanto, compuesta por rodio-cretenses (TUC. VI 4). Los escolios a PÍNDARO (Schol. Pínd. Ol. II 15 b), TIMEO (FGrHist 566 F 39 y 92) y POLIBIO (IX 27, 7-8) defienden que Agrigento fue fundada por gelos más un aporte extra de rodios venidos directamente de Rodas y dirigidos, todos ellos, por Aristono y Pístilo. 34 BERGER, S., op. cit., p. 15; BIANCHETTI, S., “Falaride pharmakon degli Agrigentini”, Sileno, 12, 1986, p. 101. 35 POLIENO V 1. 36 ARISTÓTELES (Pol. V 1310b, 6) afirma que Fálaris alcanzó el poder desde una magistratura, aunque desconocemos de cuál se trataba. 37 POLIEN. V 1, 1; TIMEO FGrHist 566 F 39; PLB. IX 27, 7. DE WAELE, op. cit., consideró que el muro que se halló sobre una de las terrazas de la Rupe Atenea en las excavaciones que se llevaron a cabo en 1970-1975 pudiera corresponderse con los restos de este templo, argumento apoyado por DE MIRO, op. cit, 153. No obstante, otros autores como VAN COMPERNOLLE, T., op. cit., p. 12, o BERGER, S., op. cit., p. 15, consideran que la información proporcionada por las fuentes es errónea y que dicho templo no existió.

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de Terón contra Fálaris eran, pues, una forma de convertirle en enemigo de la civilización, ya que su conducta golpearía a la polis en sus dos pilares neurálgicos: la vida de sus habitantes, del ganado y de las plantas que los alimentaban y proveían y las fronteras que los mantenían seguros. Y, como una imagen en negativo, Terón obtendría a cambio convertirse, a ojos de sus compatriotas, en defensor de las libertades y los derechos que el tirano había despreciado, justificando su poder, al que había llegado, al igual que Fálaris, de modo irregular. Prueba del papel de Deméter como constructora de naturaleza controlada en Agrigento es la importancia que recibe su culto en el centro mismo de la vida religiosa agrigentina: el Valle de los Templos.

A. Archaic sanctuary B. Sanctuary of the chthonic deities C. Dioskouroi temple D. Zeus temple (Olympeium) E. Temple L F. Herakles temple

G. Portico in L H. Plateia I. Stenopos J. Street of temples K. Park L. National road

C A

B

G

H

E

I D

K

L

N

0

50

F

100 M

J

Fig. 2. Mapa del Valle de los Templos (siguiendo a DE MIRO y FIORENTINI 38 )

Aunque el primer templo que se levanta en la zona es el de Hércules, será precisamente la construcción del santuario de la Deidad Ctonia el que convierta a la zona del valle en un referente ineludible de la religiosidad agrigentina. Este santuario, con una superficie de 8.000 m2, constituye una estructura compleja en la que se superponen diversas construcciones sacras desde el s. VI a. C: 16 altares, aislados o en parejas, dos temene, 3 santuarios arcaicos, un templo sin advocación definida (el llamado templo L), numerosos depósitos votivos repletos de exvotos) entre los que se repiten las terracotas que representan a mujeres acompañadas de lechones y portando antorchas) y el templo propiamente dicho, que comenzó a levantarse a mediados del s. VI, quedando inconcluso y siendo rea38

DE MIRO, E. / FIORENTINI, G., “Relazione sull’attività della Soprintendenza alla antichità di Agrigento (1972-1976)”, Kokalos, 22-23, II (1), 1976-1977, pp. 423-455, fig. 17.

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provechado a fines de dicho siglo como apoyo para un segundo templo de dimensiones y organización interna prácticamente idénticas pero con orientación ligeramente distinta. En esta misma época se construyó también el santuario extraurbano de Santa Anna, cuya vida, salpicada de diversos cambios, se extiende hasta el s. III a. C. Su dedicación a Deméter o algún tipo de deidad asimilable es evidente a través del examen de sus exvotos, muy similares a los de Bitalemi: numerosas estatuillas votivas de arcilla en las que se representan a mujeres con lechones y antorchas, en gran parte fragmentadas, cerámica ácroma, lucernas, páteras y objetos broncíneos, semillas de cereal, cuchillos, fíbulas, copas vueltas boca abajo, perlas de pasta vítrea, pesas de telar, aes rude... todo ello datable entre el s. VI y el IV 39 .

Fig. 3. El llamado templo de los Dióscuros (en realidad dedicado a la Deidad Ctonia) visto desde el E (Fotografía de la autora).

Llegaría a construirse un tercer templo (a mediados del s. V a. C.), unos metros más al S, denominado posteriormente, de forma errónea, como Templo de los Dióscuros, convertido hoy en uno de los mayores reclamos turísticos del complejo, a pesar de su inexacta reconstrucción en la primera mitad del s. XIX. Dada la relevancia cultual de las diosas, monumentalizar su culto constituyó un referente político importante y un medio de construir paisajes de poder aprovechado por los diversos gobiernos que se sucedieron en la polis. Así, en los años siguientes a la caída de Fálaris, tiene lugar cierta monumentalización del santuario de la Deidad Ctonia, secundada por Terón a su llegada al poder y, especialmente, tras la victoria de Hímera (480 a. C.), cuando se levanta un nuevo templo (hoy enmarcado en la iglesia de S. Biagio) en el que se rendía culto, al 39

FIORENTINI, G., “Il santuario extraurbano di S. Anna presso Agrigento”, CronAStorArt, 8, 1969, pp. 63-81.

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igual que en el Santuario de la Deidad Ctonia o en el llamado santuario rupestre de S. Biagio, a la pareja Deméter-Core. Tras la expulsión de Trasideo, último de los Emménidas (471 a. C.), y la caída de la dinastía Dinoménida en Siracusa (466 a. C.), el gobierno oligárquico agrigentino retoma la monumentalización del Santuario de la Deidad Ctonia con la erección del templo L (datable ca. 460 a. C.). Incluso Timoleón, consciente del poder simbólico de las diosas, remodeló también el área del santuario ctonio, engrandeciéndola (340-338 a. C.) 40 . Conclusión Sicilia es un territorio colonial y, por tanto, en ella se percibe con más fuerza los procesos de construcción de la comunidad humana y la tensión a la que dicha construcción somete al espacio natural. De la interacción de ambos surge la colonia y, con ella, nuevas tensiones que se gestionan, entre otros elementos, a través de las creencias religiosas. Para ser fundada, una colonia precisaba de tres elementos claves: un nombre, unos espacios definidos y un territorio delimitado. Es en estos dos últimos elementos donde se percibe con más fuerza la instrumentalización religiosa que llevaban a cabo los colonos para procurarse un control sobre el medio natural y refrendarlo culturalmente. Y en ese proceso, como hemos visto, Deméter, diosa unida a la tierra por su propia esencia ctónica y frecuente habitante de santuarios extraurbanos, que separan la naturaleza civilizada de la salvaje, cobra un especial protagonismo como puente de equilibrio (precario en muchas ocasiones) entre la comunidad humana y su entorno natural.

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GRIFFO, P., Akragas-Agrigento: la storia, la topografia, i monumenti, gli scavi, Agrigento, 1995, pp. 123-131; DE MIRO, E., op. cit., 1994, pp. 21-49; ZOPPI, C., Gli edifici arcaici del santuario delle divinità ctonie di Agrigento: problemi di cronologia e di architettura, Alessandria, 2001, pp. 90-91.

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