LOS COMBUSTIBLES Y LAS ENERGÍAS ALTERNATIVAS

LOS COMBUSTIBLES Y LAS ENERGÍAS ALTERNATIVAS
(SEGUNDA Y ULTIMA PARTE)

"El sabio puede cambiar de opinión, el necio nunca"

Fernando Álvarez Simán*
http://mx.geocities.com/feralvarezsiman/

Dijimos la semana pasada que el principal problema de la más importante
fuente de energía para la producción, es su naturaleza de recurso no
renovable y con un horizonte de producción mundial bastante corto. México
no escapa de las consecuencias de una crisis definitiva del petróleo,
porque este producto tiene una gran relevancia para nuestro país y para su
desarrollo, desde su descubrimiento se ha convertido en la palanca que
impulsa nuestra viabilidad como nación. (Ver tabla 2)

En ese sentido su historia es larga, comienza en 1901 cuando Porfirio Díaz
expide la Ley del Petróleo con la que se logra impulsar la actividad
petrolera, aunque esta ley otorgaba amplias facilidades a los
inversionistas extranjeros, para el 18 de marzo de 1938, el Presidente
Lázaro Cárdenas decreta la expropiación a favor de la nación.
Posteriormente, el 7 de junio del mismo año se crea PEMEX como la
institución encargada de explotar y administrar los hidrocarburos en
beneficio de la nación. Desde entonces, el petróleo y la paraestatal que
controla su producción han sido fundamentales para el desarrollo de nuestro
país.

Es en el sexenio de José López Portillo, con la explotación del yacimiento
de Cantarell se le anuncia al pueblo mexicano que… "México, país de
contrastes, ha estado acostumbrado a administrar carencias y crisis. Ahora
[con] el petróleo en el otro extremo, tenemos que acostumbrarnos a
administrar la abundancia". ** Solo que al final del sexenio los precios
internacionales se caen y todo cambió para nuestro país, a grado tal que
nuestra economía se vino abajo, se estatiza la banca, y se generan grandes
problemas, alta inflación, devaluación y crisis financiera.

A pesar de ello, durante la administración de Miguel de la Madrid Hurtado,
el petróleo siguió siendo el sostén de las finanzas públicas, ya que el
régimen fiscal establecido para PEMEX, convierte a este organismo en un
rehén de la contribución tributaria, por tanto, retrasó y sigue evitándose
quien sabe por cuanto tiempo más, una adecuada política fiscal, que permita
a este organismo ser autosuficiente y evitar el gran endeudamiento que
hasta el día de hoy arrastra la empresa paraestatal. Por ejemplo, la
tercera parte de los ingresos públicos provienen de impuestos sobre las
actividades de la paraestatal PEMEX, el 66% de la electricidad se genera
con gas y combustóleo. Esto hace que nuestra electricidad sea de origen más
cara que la de Estados Unidos que produce más de un 50% con carbón, del
cual posee abundantes reservas. Por encima del 50% que creció la
generación de electricidad en los últimos 10 años, el gas aumentó su
participación de 15% a 35%. La demanda de electricidad ha aumentado a un
promedio de 4.9% por año, muy por arriba del crecimiento económico, debido
a que la mejora en niveles de vida lleva consigo una mayor intensidad en el
uso de energía (aparatos domésticos, etc.).
El pago de impuestos de PEMEX es tres veces más de lo que destinó a sus
inversiones en 2003. Los ingresos de PEMEX superan en más de cuatro veces
los de la segunda compañía más grande de México, la también paraestatal
Comisión Federal de Electricidad (CFE), así como de la empresa privada más
grande, General Motors de México. Con tal tamaño, PEMEX es el pilar
fundamental para la economía del país pues aporta 35 por ciento de los
ingresos tributarios, abastece más de 80 por ciento de los requerimientos
de energía de México y genera 13 por ciento de las exportaciones del país.
Con sus casi 140 mil empleados (75 por ciento sindicalizados), PEMEX** es
la cuarta empresa petrolera por número de empleados en el mundo, únicamente
después de PetroChina y Sinopec de China y Gazprom de Rusia. La
productividad de la paraestatal es de aproximadamente 87 barriles diarios
de petróleo crudo equivalente por empleado, lo que contrasta fuertemente
con los 300 (229%) barriles diarios por empleado de Shell; los 224(157%) de
British Petroleum, y los 195(124%) de Petróleos Venezuela.
A pesar de esto, el costo de producción de PEMEX es de alrededor de 3.04
dólares por barril, con lo que se coloca entre los más bajos del mundo. La
explicación de esta aparente contradicción se encuentra en los bajos costos
de explotación en CANTARELL, el yacimiento más importante del país, de
aproximadamente 2.83 dólares por barril. Pero hemos sido ya informados que
la sonda de Campeche esta por agotarse podría agotarse muy pronto.
Sin embargo, las reservas mexicanas podrían más que duplicarse si se
sumaran nuevos yacimientos probables aún no explorados o ubicados en zonas
profundas del Golfo de México, de los que PEMEX no puede extraer crudo por
falta de tecnología adecuada y dinero. Un problema central de la empresa
es que acumula un retraso tecnológico de más 25 años según sus directivos,
es la imposibilidad de disponer de la mayor parte de los recursos que
genera. En este contexto, Petróleos Mexicanos cumple un papel clave en el
desarrollo de México. Este organismo público descentralizado se ha
debilitado porque su estatuto jurídico ha sido históricamente demasiado
rígido. Por eso es necesario fortalecer a PEMEX, dándole mayor autonomía y
flexibilidad de asociación y de inversiones compartidas.

Sin embargo, los datos de la paraestatal afirman que el potencial de
petróleo en aguas del golfo de México que se estima en 54,000 millones de
barriles, es decir, más del total de reservas que tenemos actualmente. El
problema es que este petróleo se encuentra en aguas de 2,000 y más metros
de profundidad, lo que requiere enormes cantidades de capital y una
tecnología que no está disponible sino mediante asociaciones con las
empresas que la tienen.

La evidencia internacional indica que el camino elegido por la mayoría de
los países del mundo para solucionar nuestros futuros problemas energéticos
es sustituir gradualmente el uso y consumo de los hidrocarburos por los
llamados biocombustibles. El problema principal de estas decisiones radica
en que si producimos combustibles amigables con el medio ambiente,
dejaremos de producir alimentos.

La idea no es sólo reemplazar al petróleo, sino conseguir motores que
consuman menos energía, y que no contaminen. Ahora bien, aunque los
biocombustibles sustituyan el uso de petróleo, se necesitan grandes áreas
de producción agrícola, para garantizar que cubran la demanda del mercado,
el problema es que también se tiene que dedicar tierra a la producción de
alimentos para no provocar un riesgo en la seguridad y soberanía
alimentaria, además de producir y cultivar las materias primas adecuadas,
perfeccionar la tecnología para procesarlas y comercializarlas.

En resumen, el inminente cambio del paradigma energético mundial se
desarrolla en dos claros frentes: el ecológico y el geopolítico. Muchos
países impulsan el reemplazo del petróleo por etanol y biodiesel. Y lo
hacen porque hoy sabemos que los biocombustibles resultan, para el medio
ambiente, más adecuados que el petróleo: son menos contaminantes y además,
son renovables. Por eso y porque inevitablemente el petróleo se agota, es
necesario diversificar las fuentes de energía. El secreto está entre
diversificar las fuentes de energía sin alterar aún más la ecología y
garantizar la producción de alimentos.

Así, es necesario reconocer que por iniciativa del gobierno de Chiapas que
encabeza Juan Sabines Guerrero se ha impulsado la producción de jatropha o
piñón, principal insumo para la elaboración de biodiesel, y que al momento,
ocupa el primer lugar nacional con casi 7 mil hectáreas sembradas, aunque
la expectativa es alcanzar las 10 mil hectáreas en el curso de este año
2010. Desde hace tres años Chiapas comienza a ser considerado como un
pionero en la producción de biocombustibles. Sus características
geográficas y climatológicas lo hace un sitio adecuado para el cultivo de
especies vegetales que sirven para generar estos carburantes.

En Chiapas, la producción de biocombustibles se concreta con la instalación
de la primera planta en México, que cuenta con doble tecnología de punta
para producir 20 mil litros de biodiesel B100 biodegradable al día y a la
par el transporte urbano de la entidad está listo para completar el círculo
virtuoso al garantizar la utilización de este producto. El éxito hecho
realidad en el nuevo sistema de transporte de la capital debe replicarse en
los municipios con mayor población del estado de manera inmediata, para
ello se requiere fortalecer el marco normativo municipal. Asimismo, es
necesario integrar un marco jurídico y normativo que fomente y apoye el
desarrollo de los biocombustibles, la creación de infraestructura para
avanzar hacia la industrialización del biocombustible y fomentar junto con
la Universidades el desarrollo científico y tecnológico ligado a las
fuentes renovables de energía y orientado a la eficiencia energética.

*Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas
** Declaración del presidente José López Portillo retomado del
documental José López Portillo. El presidente apostador, de la colección
"Los Sexenios". México, Clío, 1998. 46 min.,
en: http://es.youtube.com/watch?
Tabla 2