LOS COMBUSTIBLES Y LAS ENERGÍAS ALTERNATIVAS

LOS COMBUSTIBLES Y LAS ENERGÍAS ALTERNATIVAS

El hombre es rico desde el momento en que ha sabido familiarizarse con la
escasez.

Fernando Álvarez Simán*
http://mx.geocities.com/feralvarezsiman/

La disponibilidad de las reservas de petróleo y gas natural ha sido una
preocupación constante de todas las naciones a partir de la consolidación
en todo nuestro planeta de la Revolución Industrial y particularmente
cuando en este mismo proceso, el motor de combustión interna sustituyó a la
máquina de vapor.

Pero, a pesar de su importancia cada vez mayor en los tiempos recientes, el
petróleo siempre ha estado presente en forma natural desde las primeras
civilizaciones, puesto que a pesar de encontrarse en el subsuelo, la
porosidad del material rocoso que lo cubre lo hace en algunos casos emerger
hacia la superficie, por ello hay registros históricos que en Babilonia se
usaba en la construcción de viviendas, en la medicina y en forma de brea
para la construcción de navíos, los Chinos lo utilizaban como combustible,
sin embargo; la cultura islámica fue la encargada de consumar la primera
destilación del petróleo; el sabio persa Al-Razi es reconocido por haber
descubierto en el siglo IX el ácido sulfúrico, verdadera "locomotora" de
la química moderna y la química industrial, también descubrió el etanol así
como su refinamiento y uso en medicina, el alambique y el queroseno;
aunque para la edad media su uso se circunscribía a fines médicos.

Fue hasta casi finales del siglo XIX que el Norteamericano Edwin Drake
construye en el estado de Pensilvania el primer pozo petrolero (encontrando
este recurso a una profundidad de 21 metros), lo que posibilita la
disponibilidad industrial del hidrocarburo y su trasformación en el
derivado llamado gasolina con lo que se alimentó a los motores de
combustión interna. A partir de entonces, la búsqueda del llamado oro negro
se realizó en todas partes del mundo, tanto que se han encontrado
yacimientos en todos los continentes excepto la Antártida. Además el ritmo
de la vida actual no se puede entender ya sin el petróleo y sus derivados,
la energía gasolina y el diesel mueven nuestros automóviles, el sistema de
transporte público, los barcos, trenes y los aviones, también se utiliza en
la generación de energía eléctrica, en las oficinas privadas, públicas,
hospitales. Cuando se transforma, por medio de la química, se puede obtener
el plástico para diversos usos, medicinas, productos de uso agropecuario y
de aseo, incluso; en 1910 la marina británica decide utilizar en los buques
de guerra petróleo en lugar de carbón, decisión que tuvo efectos
colaterales muy importantes para el planeta, puesto que en Inglaterra había
carbón de sobra pero no existía el petróleo, en fin; el petróleo ha estado
presente en cada una de nuestras actividades económicas y sociales.

Recordemos la presencia Británica en la India y la expansión Rusa hacia el
sur del continente asiático de esa época. En el continente americano, buena
parte de las causas de la Guerra del Chaco entre Bolivia y Paraguay se
debieron a los intereses de compañías petroleras británicas y
norteamericanas.

A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos como potencia
triunfadora del conflicto bélico, comienza a dominar la riqueza petrolera
del medio oriente desplazando a Inglaterra (Guerras I y II del Golfo
Pérsico) e influye en otras partes del mundo, porque su demanda de
combustible comienza desde entonces a volverse muy voraz ya que el 90% de
sus medios de transporte se mueven con gasolina y su demanda de combustible
solo fue frenada por las crisis petroleras de 1973 y 1979, cuando las
revueltas de los pueblos árabes provocaron el alza en el precio
internacional de venta (primero a consecuencia de la Guerra de Yom Kipur y
la segunda como efecto de la revolución Iraní y la Guerra Irán-Iraq).

El principal problema de nuestra más importante fuente de energía para la
producción, es que es un recurso que un día se acabará, pero antes
enfrentará a todos los países a una desestabilización provocada por la
escasez, por eso bien vale librar guerras para poseer el dominio de los
pozos petroleros. "La teoría del pico de Hubbert, también conocida como
Cenit del Petróleo", es una teoría de amplia aceptación en los círculos
académicos acerca de la tasa de agotamiento a largo plazo del petróleo y
que en pocas palabras significa que el agotamiento del hidrocarburo no será
una crisis más de la industria petrolera, sino que será una crisis con
consecuencias definitivas e irreversibles.

Cuando empezaron las extracciones de petróleo a mediados del siglo XIX los
inmensos campos petrolíferos aportaban 50 barriles por cada barril usado en
la extracción, el transporte y el refinado. Este radio se denomina tasa de
retorno energético. Este ratio ha ido perdiendo eficiencia a lo largo del
tiempo a medida que se explotan yacimientos cada vez más inaccesibles:
actualmente se recuperan entre uno y cinco barriles de crudo por cada
barril usado en el proceso. La razón de estos rendimientos decrecientes es
que, a medida que se seca un pozo, el petróleo de este resulta más difícil
de extraer cada vez. Esa disminución de la eficiencia en la extracción
seguirá hasta que, llegado un punto, por cada barril invertido en la
extracción solo se obtenga otro barril. En ese momento el petróleo ya no
podrá ser usado como forma de energía primaria. La energía que se use para
extraerlo podría provenir de fuentes de energía alternativa.

En este sentido, diversos estudios advierten que las reservas
internacionales de petróleo son aproximadamente para 100 años más. (Ver
tabla 1) Ahora bien, la declinación de las reservas depende de los posibles
descubrimientos de nuevas reservas (muchos países se encuentran explorando
aguas profundas), del aumento de eficiencia de los yacimientos actuales o
la explotación de nuevas formas de petróleo no convencionales.

La Asociación para el Estudio del Pico del Petróleo y el Gas (ASPO) fue
fundada por el geólogo Colin Campbell. Basándose en la información actual
sobre las reservas petrolíferas conocidas y sobre la tecnología disponible,
la asociación predice que el pico mundial de producción sucederá en torno
al año 2010, para el gas natural el pico se retrasaría unos años más y se
situaría entre el 2015 y el 2025, para luego comenzar una veloz
disminución.

En años recientes el consumo ha alcanzado la cifra de 25,000 millones de
barriles anuales mientras que la cifra de nuevos descubrimientos
petrolíferos ha disminuido hasta, tan solo, 8,000 millones de barriles
anuales. La tendencia es totalmente insostenible ya que va hacia un aumento
del consumo y una disminución cada vez más acusada en los nuevos hallazgos.
Todo hace pensar que los enormes campos petrolíferos y de fácil acceso ya
son cosa del pasado.



Fuente: International Energy Agency Outlook (2004)


Este hecho implicaría importantes consecuencias para todos los países,
porque dependen en gran medida de petróleo, especialmente para el
transporte, la agricultura, la industria química y la calefacción
doméstica. La llegada de ese pico de extracción hace pensar en un sombrío
futuro en el que la humanidad tendrá que sobrevivir sin la principal fuente
de energía que la ha hecho crecer y prosperar durante todo el siglo XX.
Muchos piensan que estamos ante el inicio de la crisis definitiva del
petróleo.

(Fin de la primera parte)
*Profesor-Investigador. Universidad Autónoma de Chiapas

México no escapa de las consecuencias de una crisis definitiva del
petróleo, porque este producto tiene una gran relevancia para nuestro país
y para su desarrollo, desde su descubrimiento se ha convertido en la
palanca que impulsa nuestra viabilidad como nación.

En ese sentido su historia es larga, comienza en 1901 cuando Porfirio Díaz
expide la Ley del Petróleo con la que se logra impulsar la actividad
petrolera, aunque esta ley otorgaba amplias facilidades a los
inversionistas extranjeros, para el 18 de marzo de 1938, el Presidente
Lázaro Cárdenas decreta la expropiación a favor de la nación.
Posteriormente, el 7 de junio se crea PEMEX como la institución encargada
de explotar y administrar los hidrocarburos en beneficio de la nación.
Desde entonces, el petróleo y la paraestatal que controla su producción han
sido fundamentales para el desarrollo de nuestro país.

Es en el sexenio de José López Portillo, con la explotación del yacimiento
de Cantarell que se le anuncia al pueblo mexicano que se preparara para
administrar la riqueza derivada del petróleo. Solo que al final del sexenio
los precios internacionales se caen y todo cambió para nuestro país, a
grado tal que nuestra economía se vino abajo, se estatiza la banca, y por
tanto se generan grandes problemas, alta inflación, devaluación y crisis
financiera.

A pesar de ello, durante la administración de Miguel de la Madrid Hurtado,
el petróleo siguió siendo el sostén de las finanzas públicas, ya que el
régimen fiscal establecido para PEMEX, convierte a este organismo en un
rehén de la contribución tributaria, por tanto, retrasó y sigue evitándose
quien sabe por cuanto tiempo más, una adecuada política fiscal, que permita
a este organismo ser autosuficiente y evitar el gran endeudamiento que
hasta el día de hoy arrastra la empresa paraestatal. Por ejemplo, la
tercera parte de los ingresos públicos provienen de impuestos sobre las
actividades de la paraestatal PEMEX, el 66% de la electricidad se genera
con gas y combustóleo. Esto hace que nuestra electricidad sea de origen más
cara que la de Estados Unidos que produce más de un 50% con carbón, del
cual posee abundantes reservas.

Por encima del 50% que creció la generación de electricidad en los últimos
10 años, el gas aumentó su participación de 15% a 35%. La demanda de
electricidad ha aumentado a un promedio de 4.9% por año, muy por arriba del
crecimiento económico, debido a que la mejora en niveles de vida lleva
consigo una mayor intensidad en el uso de energía (aparatos domésticos,
etc.).

En este contexto, Petróleos Mexicanos cumple un papel clave en el
desarrollo de México. Este organismo público descentralizado se ha
debilitado porque su estatuto jurídico ha sido históricamente demasiado
rígido. Por eso es necesario fortalecer a PEMEX, dándole mayor autonomía y
flexibilidad. Pero también es necesario primero tomar en cuenta que en el
contexto de la globalización, las actividades comerciales e industriales de
PEMEX están estrechamente relacionadas con las prácticas que realizan otras
compañías petroleras del mundo, debido a la compra y venta de insumos y a
los contratos para el desarrollo de las actividades propias del sector. En
ese sentido, se necesita invertir más en exploración, porque nuestras
reservas estratégicas están declinando.




Sin embargo, los datos de la paraestatal afirman que el potencial de
petróleo en aguas del golfo de México que se estima en 54,000 millones de
barriles, es decir, más del total de reservas que tenemos actualmente. El
problema es que este petróleo se encuentra en aguas de 2,000 y más metros
de profundidad, lo que requiere enormes cantidades de capital y una
tecnología que no está disponible sino mediante asociaciones con las
empresas que la tienen.

Pero no es el único camino; hoy existen energías alternativas para que
podamos dejar de depender del petróleo (nuclear, solar, eólica, biomasa,
metanol, hidrógeno), lo que implica la reconversión de este esquema de
distribución, y también de reelaboración de productos, procesos e
industrias enteras.

La evidencia internacional indica que el camino elegido por la mayoría de
los países del mundo para solucionar nuestros futuros problemas energéticos
es sustituir gradualmente el uso y consumo de los hidrocarburos por los
llamados biocombustibles. El problema principal de estas decisiones radica
en que si producimos combustibles amigables con el medio ambiente,
dejaremos de producir alimentos.

La idea no es sólo reemplazar al petróleo, sino conseguir motores que
consuman menos energía, y que no contaminen. Ahora bien, aunque los
biocombustibles sustituyan el uso de petróleo, se necesitan grandes áreas
de producción agrícola, para garantizar que cubran la demanda del mercado,
el problema es que también se tiene que dedicar tierra a la producción de
alimentos para no provocar un riesgo en la seguridad y soberanía
alimentaria, además de producir y cultivar las materias primas adecuadas,
perfeccionar la tecnología para procesarlas y comercializarlas.

En resumen, el inminente cambio del paradigma energético mundial se
desarrolla en dos claros frentes: el ecológico y el geopolítico. Muchos
países impulsan el reemplazo del petróleo por etanol y biodiesel. Y lo
hacen porque hoy sabemos que los biocombustibles resultan, para el medio
ambiente, más adecuados que el petróleo: son menos contaminantes y además,
son renovables. Por eso y porque inevitablemente el petróleo se agota, es
necesario diversificar las fuentes de energía. El secreto está entre
diversificar las fuentes de energía sin alterar aún más la ecología y
garantizar la producción de alimentos.

PEMEX debe diversificarse y no limitarse sólo al petróleo, porque las
petroleras de todo el mundo están produciendo y comercializando los
biocombustibles, tal es el caso de Petrobrás en Brasil. Además, conviene
que el gobierno federal comience de manera inmediata el impulso y
desarrollo de políticas públicas que fomenten y promuevan el uso de
sistemas energéticos más eficientes. Debe aprovecharse que la sociedad en
su conjunto está más informada y tiene mucho interés en no seguir
contaminando el medio ambiente, esta situación genera un ambiente favorable
para sentar las bases institucionales y estructurales para comenzar a basar
nuestras actividades económicas en la energía sustentable.

Así, es necesario reconocer que desde hace tres años Chiapas comienza a ser
considerado como un pionero en la producción de biocombustibles. Sus
características geográficas y climatológicas lo hacen un sitio adecuado
para el cultivo de especies vegetales que sirven para generar estos
carburantes. El éxito hecho realidad en el nuevo sistema de transporte de
la capital debe replicarse en los municipios con mayor población del estado
de manera inmediata, para ello se requiere fortalecer el marco normativo
municipal Asimismo, integrar un marco jurídico y normativo que fomente y
apoye el desarrollo de los biocombustibles, la creación de infraestructura
para avanzar hacia la industrialización del biocombustible y fomentar junto
con la Universidades el desarrollo científico y tecnológico ligado a las
fuentes renovables de energía y orientado a la eficiencia energética.