Los britones y el castellum de Tamuda en el contexto de las Provincias Mauritanas

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HiMA d’Histoire Militaire Ancienne

Articles Christophe Batsch — Les écrits militaires des manuscrits de la mer Morte : le Règlement de la guerre et autres textes guerriers

— n° 2-2015

Revue internationale

Mordechai Gichon — Herodes – Traianus – Hadrianus. The Military Angle

Javier Bermejo Meléndez — Los Britones y el castellum de Tamuda en el contexto de las provincias mauritanas Marco Rocco — Viri militares of the third century in the Historia Augusta. A review Dan Dana — Un légionnaire de Mésie dans l’Empire des Gaules : relecture et commentaire de l’épitaphe CIL, XIII, 595 = ILA, Bordeaux, 69

Travaux de doctorants Charlie Mesnil — La logistique des armées royales hellénistiques

Comptes rendus

© Librairie C. Klincksieck et cie

isbn : 978-2-252-03977-9

Revue internationale d’Histoire Militaire Ancienne

Saskia T. Roselaar — Battle formation in the Roman Republic: parade show or practical purpose?

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n° 2-2015

klincksieck

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HiMA

n° 2-2015

d’Histoire Militaire Ancienne

Varia

Articles Christophe Batsch — Les écrits militaires des manuscrits de la mer Morte : le Règlement de la guerre et autres textes guerriers.......................... 3 Mordechai Gichon — Herodes – Traianus – Hadrianus. The Military Angle......................................................................................................................... 15 Saskia T. Roselaar — Battle formation in the Roman Republic: parade show or practical purpose?................................................................................... 23 Javier Bermejo Meléndez — Los Britones y el castellum de Tamuda en el contexto de las provincias mauritanas........................................................... 55 Marco Rocco — Viri militares of the third century in the Historia Augusta. A review.................................................................................................................... 77 Dan Dana — Un légionnaire de Mésie dans l’Empire des Gaules  : relecture et commentaire de l’épitaphe CIL,  XIII, 595 = ILA, Bordeaux, 69............................................................................................................ 101

Travaux de doctorants Charlie Mesnil — La logistique des armées royales hellénistiques.................. 113

Comptes rendus Stratum plus (M. Kazanski), p. 127. — Carly L. Crouch, War and Ethics in the Ancient Near East. Military Violence in Light of Cosmology and History (Ch. Batsch), p. 138. — Mireille Hadas-Lebel, La révolte des Maccabées 167142 av. J.-C. ; Christian-Georges Schwentzel, Rois et reines de Judée iie s. av.-

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ier s. apr. J.-C. (Ch. Batsch), p. 141. — Sabin P., Van Wees H., Whitby M. (dir.), The Cambridge History of Greek and Roman Warfare ; Erdkamp P. (dir.), A Companion to the Roman Army ; Mann C., Militär und Kriegsführung in der Antike ; Campbell B., Tritle L.A. (dir.), The Oxford Handbook of Warfare in the Classical World ; Sarantis A., Christie N. (dir.), War and Warfare in Late Antiquity. Current Perspectives ; Le Bohec Y., La guerre romaine (58 avant J.-C.235 après J.-C.) (J.-C. Couvenhes et Y. Le Bohec), p. 142. — Marco Bettalli, Mercenari. Il mestiere delle armi nel mondo greco antico (S. Agrimonti), p. 148. — Robert Rollinger, Alexander und die großen Ströme. Die Flußüberquerungen im Lichte altorientalischer Pioniertechniken (Schwimmschläuche, Keleks und Pontonbrücken) (O. Coloru), p. 150. — Yann Le Bohec (dir.), The Encyclopedia of the Roman Army (G. Traina), p. 152. — Pierre Streit, L’armée romaine (Y. Le Bohec), p. 153. — Florence Bertholet, Christophe Schmidt Heidenreich (dir.), Entre archéologie et épigraphie. Nouvelles perspectives sur l’armée romaine (C. Wolff ), p. 154. — Yann Le Bohec, La bataille de Lyon 19 février 197 apr. J.-C. (C. Wolff), p. 155. — James Bromwich, The Roman remains of Brittany, Normandy and the Loire Valley. A Guide Book (C. Wolff ), p. 156. — Iaroslav Lebedynsky, La grande invasion des Gaules 407-409 (V. Goncalves), p. 157. — Siriano. Discorsi di guerra. Testo, traduzione e commento di Immacolata Eramo. Con una nota di Luciano Canfora (G. Traina), p. 159.

Résumés/Abstracts.................................................................................... 161

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Los Britones y el castellum de Tamuda en el contexto de las provincias mauritanas1

Tamuda, su contexto histórico y evolución en época altoimperial El yacimiento de Tamuda se ubica en las proximidades de la actual Tetuán (Marruecos) en una pequeña meseta que describe uno de los meandros del río Martíl en el recorrido hacía su desembocadura (fig. 1). En él se diferencian claramente dos momentos o periodos históricos representados el primero por la ciudad púnica-mauritana y el segundo por el castellum romano sobre parte de la primera.

Fig. 1 – Vista aérea de Tamuda. 1. El presente trabajo se enmarca dentro del proyecto de investigación y puesta en valor de la ciudad de Tamuda (Tetuán, Marruecos), financiado por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el Programa de Proyectos Arqueológicos en el Exterior.

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La ciudad mauritana se caracteriza por un magnífico urbanismo de corte helenístico con calles regularizadas a las cuales abren numerosas construcciones y edificios, muchos de ellos aún hoy por investigar y concretar en cuanto a sus funcionalidades. La fundación de la misma no parece retrotraerse más allá del siglo II a.C., según los datos de las excavaciones efectuadas en el periodo del protectorado español2, aunque según otros autores esta fecha bien podría ser algo más antigua en torno a los siglos V-IV a.C.3. Su desaparición está muy en relación con los acontecimientos históricos desarrollados bajo el reinado de Calígula y Claudio. Tras el asesinato del último monarca mauritano, Ptolomeo, ordenado por su primo Gayo Julio, se sucedió una cruenta rebelión en los territorios del reino en contra de la administración romana. Con ello se ponía fin al equilibrio creado desde época de Augusto en la zona con la fundación y el establecimiento de diversas colonias, Zilil, Banasa, Babba y el mantenimiento de un protectorado sobre el reino de Iuba II. Esta sublevación comandada por Aedemón originó la destrucción de importantes áreas como la campiña de Tánger. Así pues, tras el ascenso al solio imperial de Claudio una de las primeras cuestiones que heredó de su sobrino fue la cuestión del reino mauritano, con lo que se vio obligado a preparar una expedición militar de conquista de la que surgiría una provincia dividida en dos, por un lado Mauritania Tingitana con capital en Tingi y por otro Mauritania Caesariensis con capital en Caesarea. El proceso de conquista es relativamente conocido, tras un periodo de luchas, que no abarcaría más allá del 40, momento del desembarco de las tropas, y el 43, momento efectivo de creación de la provincia, se sucede el establecimiento del dispositivo militar de la Tingitana con enclaves de control del territorio a lo largo de diferentes puntos estratégicos. De este modo se vislumbra como tras la creación de la provincia el ejército de conquista pasa a convertirse en ejército de ocupación dado que, aún finalizado el conflicto, la situación aconseja no abandonar el territorio o despojarlo de presencia militar, es en este preciso momento cuando se asiste a la fundación, en la zona del valle del Río Martíl, de una serie de establecimientos o castella como Tamuda o Sidi-Adselam-El Behar, es decir a la implantación de un importante dispositivo de control militar4. De los acontecimientos, así como de los testimonios arqueológicos, se deduce que la ciudad sufrió una importante destrucción de la que no se recuperó. Ello culminó con la construcción de una instalación militar, un pequeño castellum, en una de las zonas más elevadas próximas al cantil del río al norte de la ciudad. Las últimas investigaciones revelan una construcción fechada en torno al 40-50 d.C., apostando por los primeros años de la década del 40 del siglo I d.C. en relación al contexto histórico, ya que la guerra finaliza en torno al 43 y el avance hacia el sur de las tropas romanas no podía realizarse sino era asegurando la retaguardia5. Del análisis arqueológico se desprende que la misma se construyó directamente en piedra, dado la abundancia de material pétreo en la ciudad mauritana. Recientemente Gozalbes ha llamado la

2. Tarradell 1956, p. 71-85. 3. Morán, Giménez 1948, p. 8. 4. Gozalbes 1996, p. 253-272, p. 263; 2009, p. 1573-1583. 5. Campos et al. 2012, p. 272.

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atención sobre el peso que las tropas procedentes de Hispania habrían tenido6, de lo que habría que preguntarse si estas instalaciones campamentales como Tamuda no fueron construidas por las mismas, es decir puede que el origen de la planta de este castellum haya que buscarla en los paralelos de construcciones campamentales altoimperiales del noroeste de la península ibérica. Tras el establecimiento poco es lo que conocemos del periodo que abarca la segunda mitad del siglo I d.C. dado que las continuas remodelaciones y alteraciones del solar enmascararon, cuando no sepultaron, la fase fundacional. Tan solo en algunos puntos al interior del campamento, caso de los principia, se puede intuir la planta original, para el resto de construcciones estaríamos hablando de una fecha tardía como muy temprana de la segunda mitad del siglo II d.C. Así pues las primeras reformas constatadas para el castellum las tenemos fechadas en el siglo II d.C. En la primera mitad se asiste a un recrecimiento generalizado del nivel de cota de suelo en distintas puertas y al estrechamiento de los vanos de acceso de las mismas, lo que unido a la documentación de distintos niveles de incendio y destrucción asociados, lleva a ponerlo en relación con el turbulento periodo que representa esta centuria, ya que durante la misma las revueltas y levantamientos de las tribus indígenas será una constante. Algo más difuso se muestra a lo largo de los siguientes decenios, momento en el cual parece que tanto a nivel particular como general el dispositivo militar de la provincia se consolida. Durante la segunda mitad del siglo II d.C. el castellum sufrirá importantes remodelaciones que verán en sus puertas y en el adosamiento de cubos interiores su máximo exponente. Este tipo de refectiones parece, en los casos donde se han podido obtener datos arqueológicos, estuvieron propiciados por procesos traumáticos y violentos como evidencian los niveles de incendio y destrucción asociados en las portae principalis sinistra, dextra y praetoria así como en otros puntos del campamento sobre los que se construyen estructuras defensivas sobre estos niveles7. Todos estos procesos de cambios y remodelaciones que se suceden a lo largo de la centuria y que están en relación con episodios traumáticos parecen tener su correspondencia con la inestabilidad, revueltas y tumultos que se desarrollan en la Tingitana en diferentes momentos de la centuria y que tendrán en no pocos casos a las tribus indígenas como protagonistas8. A este respecto las fuentes nos transmiten de manera directa e indirecta el desarrollo de los acontecimientos que, al menos desde el reinado de Adriano, supondrán diferentes momentos de peligro e inestabilidad en la provincia y que serán consecuencia de las transformaciones económicas sufridas desde momentos del reinado de Trajano periodo en el que se potencia la economía agraria de los núcleos urbanos, acompañado de un descenso en el comercio de elementos de lujo, que supondrá un choque con el mundo nómada indígena, no enmarcado en este esquema urbano y cada vez más deprimido que llevará irremediablemente a sucesivas crisis de subsistencia al quedar al margen de este desarrollo económico9. A este respecto ya en el 117 se nos refiere la existencia de tumultos con el trasfondo

6. Gozalbes 2006, p. 27-44. 7. Bernal et al. 2008, p. 576; 2011, p. 472; Campos et al. 2011, p. 513; Campos, Bermejo, Verdugo 2011. 8. Algunos de estos pueblos son los baquates, mauri, zegrenses, etc. 9. Gozalbes 1997, p. 121, 132; Chic 2000, p. 80.

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de una sublevación militar, ante la cual el emperador destina a Marcio Turbo para reprimirla “ad deprimendum tumultum mauritaniae destinatio”, continuados con episodios de inestabilidad y peligro en las fronteras meridionales de la provincia en el 122, hasta alcanzar el periodo de máximo desbordamiento durante los reinados de Antonino Pío, Marco Aurelio (169-172 / 176-180) y Cómodo (182)10. Así, este proceso de creciente inestabilidad e inseguridad durante el siglo II d.C. verá su reflejo en la disposición defensiva del castellum tamudense, ubicado en un área de especial importancia en los sucesos y revueltas que mencionamos, especialmente en las sucedidas a fines de la misma centuria y que llegan a afectar a la Bética. En esta línea se producirán, entre otras medidas que analizaremos en las siguientes páginas, el estrechamiento de los vanos de acceso de las puertas del campamento, recurso defensivo utilizado de manera recurrente en casos de apuros o situaciones de inseguridad tal y como nos transmiten los autores grecolatinos que han tratado disposiciones sobre poliorcética11. Del mismo modo esta complejización de la planta del castellum afectaría igualmente al interior de la instalación como muestra la construcción del balneum anexo a la porta praetoria en momentos indeterminados de la segunda mitad del siglo II d.C. aunque posiblemente tras un episodio de destrucción generalizado en este sector12. Hay que tener presente que en este periodo de la segunda mitad del siglo II se desarrolla en el campamento uno de los momentos de mayor actividad constructiva así como de ocupación de su solar, superado según los testimonios monetales solo en época constantiniana periodo éste que necesitaría de un estudio aparte y en el que no nos detendremos, esto por tanto lo posiciona como uno de los momentos más importantes en la vida del mismo dado que de él se derivará gran parte de la fisonomía actual de la instalación militar.

Las unidades étnicas britonas y las reformas del castellum: influencias procedentes de Caesariensis y del limes Dacicus? Es en este punto de la evolución del castellum donde nos detenemos para intentar arrojar algo de luz sobre diversas cuestiones relacionadas con este periodo de reformas, desde la segunda mitad del siglo II hasta los primeros años del III d.C. y las tropas acantonadas o destinadas en la instalación militar las cuales a buen seguro estuvieron encargadas de las mismas. Para estos momentos tenemos información que menciona un posible destacamento de Britones en una fecha indeterminada de la segunda mitad del siglo II d.C. el cual se ha relacionado con una posible ala V, otro cuerpo – o quizás el mismo – comandado por un decurión del ala III Asturum a comienzos del siglo III d.C. y una serie de marcas latericias en donde aparece mencionado el emperador Antonino y algún otro (ANTO AVG, IMP AVG).

10. Gozalbes 2002, p. 468 y sig. 11. Eneas, Poli. II, 1. 12. Campos et al. 2012.

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Por un lado, la primera referencia que se conoce sobre un cuerpo militar en Tamuda es a través del epitafio de un soldado ex Britonibus13 (fig. 2). La inscripción presenta algunas lagunas pero deja constancia de la pertenencia del personaje a un cuerpo de Britones, aunque sin mencionar si se trataría de una cohorte o un ala. Para R. Rebuffat quizás éste encajaría mejor con la opción eq(uus) además de considerar para la inscripción una fecha posible de la segunda mitad del siglo II d.C. dado que este cuerpo de Britones no aparece mencionado en ningún diploma militar anterior al 160 d.C.14, en cualquier caso se trataría de una unidad perteneciente a un cuerpo de Britones. Por otro lado, las primeras noticias sobre la existencia de un ala V en el castellum de Tamuda se deben a las investigaciones de C. L. Montalbán, quien recogió en su memoria de excavación la aparición de ladrillos en distintos puntos del campamento en los que se podía leer la marca ALAQUINA o QUINTAALA15. Será R. Rebuffat16

Fig. 2 – Lápida de Atianus.

13. IAM 56: D(is) M(anibus) s(acrum)/[ ]lius Attian(us) / [ex] Br(e)itonibus / [iuve]ni fidelissimo / [vix(it)] an/nis XXIIII / [mens]ibus VI die/[bus] XIII st(ipendiorum) s(it) t(ibi) / t(erra) l(evis). 14. Rebuffat 1998, p. 217. 15. Montalbán y de Mazas 1929, p. 41, 47. «…Los ladrillos que sirvieron para la construcción no solo son de factura romana sino que también tienen el sello o marca romana siendo el de unos ALAQUINA, que se puede leer ALA QUINTA que pudo ser la que guarneció la ciudad…» (p. 44). «En el ángulo que forma el lienzo este con el sur apoyado también en la muralla, encontré otro horno de pan, este con el hogar completo y la boca de medio punto fabricado con unos ladrillos con ensambladura, casi todos marcados con el siguiente sello ALAQUINA. [...] y adosada al horno una pila de cemento romano y ladrillos con la misma ensambladura y la marca que menciono en el párrafo anterior» (p. 47). 16. Rebuffat 1998, p. 14.

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quién llame la atención sobre este hecho que pasó ciertamente desapercibido para la investigación del sitio en favor de otras unidades o alae como la III Asturum o hercúlea, mucho más conocidas y mejor testimoniadas epigráfica y documentalmente. Tal y como comenta este investigador y se aprecia en el estudio de Nadine Labory17, ninguna de las alae constatadas en la Tingitana por los diplomas entre el 88 y el 180 es V, las alas conocidas por medio de estos documentos son las enumeradas del I al III además, según su argumentación, esta unidad debería de relacionarse con ese cuerpo de Britones (IAmar 56) que se encuentra en Tamuda que a su vez estaría en relación con otro destinado en la Caesariensis. Para ello R. Rebuffat se apoya en el epitafio de un caballero muerto en servicio perteneciente a un ala Brittonum veterana en Portus Magnus con lo que estas dos inscripciones estarían mostrando una relación entre este puerto y Tamuda al menos por mar, y asociaría a los Britones de Tamuda con esa ala Brittonum veterana la cual portaría el ordinal V, ya que se tiene constatada un ala IV Brittonum en Thebaida18. Dicha inscripción19 ya fue recogida mucho tiempo atrás por Cheesman en su obra sobre las auxilia del ejército imperial y reconocía igualmente para este unidad de caballería britona el apelativo de veterana y el número V, fechada igualmente para el siglo II d.C.20, aunque si bien es cierto la inscripción que se conserva, en la que aparece este ala no porta el ordinal V. A nivel cronológico la llegada de esta unidad a la Tingitana no podría ser anterior al 160, dado que no aparece mencionada en los diplomas militares, siendo además los únicos testimonios epigráficos que mencionan esta unidad la inscripción de Tamuda así como las marcas de ladrillos todo ello fechado en momentos de la segunda mitad del siglo II d.C.21. Como vemos la hipótesis de R. Rebuffat pasa por relacionar a los Brittones de Tamuda con la unidad étnica más próxima que en este caso es curiosamente un ala de caballería destinada en un puerto de la Mauritania Caesariensis, la cual porta el apelativo de veterana y que probablemente tuviera en su nomenclatura el título de quinta, es decir la unidad que selló los ladrillos de Tamuda, aunque si bien es cierto este ordinal no aparece en la inscripción. Sin embargo llegados a este punto habría que recoger la posibilidad de que C. L. Montalbán realizase una lectura errónea de estos sellos, dado que el material latericio que actualmente se encuentra en estudio, perteneciente a las excavaciones de esta fecha y a las nuevas investigaciones, no muestra esta marca de lo que se deduce que esta unidad no llegó a constatarse en la Tingitana22. De hecho el material latericio sellado como propiedad imperial y de 17. Labory 1998, p. 83-92. 18. Rebuffat 1998, p. 215-217. 19. CIL, VIII, 9764: D(is) M(anibus) s(acrum) / Marcus / Ulp(ius) Fausti/anus librar(ius) / al(a)e Britt[on(um)] / veteran(orum) [mil(liariae)] st(ipendiorum) / XII vi[x(it)] a(nnos) XXXII / [s]po(n)s(a) eiu[s] du[lci]/ ssi[mo] b(ene) m(erenti) p(osuit). 20. Cheesman 1914, p. 165. A este respecto resultan muy sospechosos los tria nomina del individuo, Marco Ulpio Faustino, nombres que lo relacionan directamente, al conseguir su ciudadanía tras los obligados años de servicio en el ejército, con la dinastía de los antoninos muy posiblemente en momentos intermedios de la misma si atendemos a su cognomen. 21. Rebuffat 1998, p. 218. 22. Desde aquí agradecer la comunicación personal del Prof. Darío Bernal quién está llevando a cabo el estudio del material arqueológico del yacimiento de Tamuda depositado en el Museo de Tetuán, y especialmente de los sellos latericios. Tras el estudio del material allí depositado de estas primeras campañas no se documenta ningún sello con la denominada ALAQUINA, mientras que por el contrario si se constatan los sellos con la marca ANTO AVG en sentido retrógrado, +V+ OTNA. De ello deducimos

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unidades militares es bastante numeroso en esta provincia al constatarse una serie de marcas muy conocidas y que recurrentemente aparecen en el registro como indicaran en su día R. Thouvenot23, M. Ponsich24, R. Étienne y F. Mayet25 o R. Rebuffat26, sin embargo curiosamente la marca ALA QUINTA no se ha constatado más que por la lectura de C. L. Montalbán y no aparece en ningún otro punto de la provincia, ni tan siquiera en la zona próxima de la campiña de Tánger-Tetuán. Con todo lo cual, tras recoger esta hipótesis lo único que parece mostrarse como seguro es el establecimiento de una unidad de Britones en Tamuda que, probablemente, pertenecería a un ala Brittonun veterana estacionada en Portus Magnus y destinada a la Tingitana en momentos no anteriores al 150/160, sin posibilidad de concretar si portaba el ordinal V (fig. 3), ahora bien, la pregunta que subyace es clara ¿Es esta unidad la responsable de las reformas que se suceden en el castellum para este periodo y que alcanzarían las primeras décadas del siglo III? Desde nuestro punto de vista existe una relación directa entre la misma y ese proceso de reformas, dado que los datos arqueológicos e históricos llevan a relacionarlos al ser la unidad que estuvo estacionada en la segunda mitad del siglo II d.C. y al menos en los primeros decenios del III.

Fig. 3 – Plano con indicación de Portus Magnus y Tamuda. que Montalbán pudo leer las tres últimas letras como INTA (con una ligazón entre N y T), confusión que le llevaría a pensar en un ALA QUINTA. 23. Thouvenot 1954, p. 213-216. 24. Ponsich 1970. 25. Étienne, Mayet 1971, p. 59-74. 26. La serie de marcas imperiales constatadas en el entorno de la provincia Tingitana suelen corresponderse con los siguientes sellos: EX FIGVLN CAES N; IMP CAES; IMP AVG; HADR AVG; ANTO AVG. Algunas de ellas las encontramos incluso en la otra orilla del estrecho al constatarse material latericio propiedad de los talleres imperiales en ciudades como Baelo Claudia, en sectores como el conjunto balnear fechado en el s. II d.C. (Arévalo, Bernal 2007, p. 53-55). Para el caso de unidades militares se conocen las marcas de una ala gemelliana (ALG) y una cohors milliaria, ambas halladas en Thamussida, Rebuffat 1998, p. 200-202.

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En esta línea existen toda una serie de reformas que modifican sustancialmente el sistema defensivo, así como el urbanismo de la instalación militar en un periodo comprendido entre el 150-210. Por un lado, en relación con los sistemas defensivos, se producen distintos estrechamientos en algunas puertas así como un cambio de cota en el nivel de suelo para momentos del siglo II avanzado, concretamente en la sur y este, con la intención de buscar una mayor defensa e inaccesibilidad27. Todo ello en relación con diversos episodios traumáticos y distintos niveles de incendios28, que indudablemente nos llevan a ponerlos en relación con el repunte de la inestabilidad y disturbios que desde tiempos de Adriano se vienen sucediendo en la Tingitana, con especial relevancia en tiempos de Antonino29 y que tienen como protagonistas a las tribus moras las cuales conseguirán pasar incluso a la Bética en tiempos de Marco Aurelio y posteriores30. Por otro, es en estos momentos cuando se construye el sistema de torres semicirculares adosadas al exterior de los paños de muralla flanqueando incluso las puertas del campamento, en esta línea y en relación con lo anterior se ciegan en la puerta sur y este los vanos de acceso laterales acompañado de un recrecimiento del nivel de uso y de pavimentación de crustae tal y como queda constatado en la excavación realizada en la porta sinistra31. Esta fase constructiva ya había sido establecida por M. Lenoir32 al seguir la idea mantenida por T. Bechert33 de que esta tipología de torres semicirculares proyectadas al exterior del paño de muralla y en las puertas se desarrolla a partir del reinado de Marco Aurelio. Como se constata a la luz de los testimonios y datos arqueológicos, se producen a medida que avanza la centuria y especialmente en su segunda mitad, distintas reformas en puertas y muralla que llevan a pensar en el establecimiento de diversas construcciones ante nuevas necesidades de defensa, o momentos de inseguridad, cuyo mejor exponente es el establecimiento de un nuevo sistema de torres salientes de planta semicircular. Éste responde a una clara preocupación defensiva, las torres al interior de la muralla limitan la defensa/ataque de frente, es decir hacía delante, mientras que las torres salientes pueden también defender el pie de la cortina murada gracias a los tiros de flanqueo facilitados además por la planta semicircular de la torre que permite una multiplicación de los ángulos de tiro34. La aparición de este sistema defensivo en la Tingitana se constata en distintos puntos de la provincia, al Sur, en el recinto murado de la ciudad de Volubilis y el campamento de Tocolosida, a escasos cuatro kilómetros y medio del anterior, así como en el encintado que protege el área urbana de Thamusida junto al campamento y al Norte en los castella de Tamuda y Gandori ambos en el eje Tánger-Tetuán. La cronología para todos ellos puede encuadrarse en la segunda mitad del siglo II d.C., y más precisamente para los momentos de la corregencia de Marco Aurelio y Lucio Vero, como así queda constatado por los testimonios epigráficos en

F s s (

27. Campos et al. 2011, p. 519. 28. Bernal et al. 2011, p. 474; Campos et al. 2011, p. 514. 29. Christol 1981, p. 133. 30. Gozalbes 2002, p. 478 y sig. 31. Campos et al. 2011, p. 514. 32. Lenoir 1991, p. 361. 33. Bechert 1971, p. 245. 34. Reddé 1995, p. 106.

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el caso de Volubilis35, y arqueológicos para Tamuda36, en el caso de Thamusida parece que su construcción no debió diferir mucho en el tiempo con respecto al municipio volubilitano37 y para Gandori no se cuentan con datos que puedan aportar una cronología38 aunque el contexto apunta en la misma dirección. La comparación de estos sistemas defensivos pone de relieve similitudes remarcables, disposición de las torres de flanqueo, composición de las puertas, modulación, así como particularidades de detalle que llevan a plantear una misma cronología, de hecho los parecidos de los circuitos de muralla y torres de Thamusida y Volubilis, y éste con respecto a Tocolosida, no serían casualidad y podrían corresponderse al planeamiento de un mismo ingeniero militar en un periodo comprendido entre el 165-17139 (fig. 4), a éstos habría que añadir los ejemplos de Tamuda y Gandori, muy próximos y con similitudes al resto de ejemplos tingitanos40 (fig. 5).

Fig. 4. Detalle de los recintos murados de Volubilis (A) en su sector noreste (Rebuffat 1974, fig. 2) y Thamusida (B) en la que se aprecian los sistemas defensivos con torres semicirculares (Akerraz, Papi 2009, fig. 5).

Fig. 5 – Detalle de la puerta sur del castellum de Tamuda (A) y el de Gandori (B).

35. 36. 37. 38.

Frézouls 1952, p. 401. Campos, Bernal, Verdugo 2011, p. 272. Rebuffat 1974, p. 508. Para el caso de Tamuda la documentación arqueológica permite fechar la construcción de estas torres en las últimas décadas del s. II d.C y los primeros momentos del s. III., mientras que para Volúbilis la datación se conoce gracias al material epigráfico que ofrece una fecha en torno al 168-169 d.C. Por el contrario para Gandori, las excavaciones realizadas por C. L. Montalbán en la década de los cincuenta nunca fueron publicadas y los sondeos realizados por M. Ponsich muestran una cronología tardía para la construcción del mismo, datación que no nos convence por la argumentación dada ya que existe material en sus fosas de cimentación del s. II (Ponsich 1970, p. 350-351). 39. Hallier 1983, p. 617, 618. 40. En relación a la modulación utilizada por el metator en la construcción del sistema de torres de Tamuda se aprecia la existencia de un módulo de 15 y 12 pies para las torres de las puertas sur y este respectivamente, modulación similar a la constatada en la puerta norte de Tocolosida (14 pies) y las torres de la puerta A de Volúbilis (15 pies).

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Fig.  6  – Planta comparativa de torres de flanqueo en las puertas de campamentos de la Caesarensis (A/ 1  Puerta este de Ausum; 2  Puerta Suroeste de Gheriat el Garbia; 3 Puerta Norte de Messad; 4 Puerta Norte de Lambaesis a partir de Welsby 1990, fig. 2) y del campamento de Tamuda (B/ 1 Puerta Oeste; 2 Puerta Norte; 3 Puerta Este; 4 Puerta Sur).

La construcción de este sistema defensivo, a partir de la segunda mitad del siglo II d.C., es por tanto uno de los aspectos más sugerentes en la configuración de los sistemas de defensa de la Tingitana cuyos paralelos más próximos los encuentra, sospechosamente, para estas mismas fechas en otros ejemplos de la Mauritania Caesariensis tales como Ausum, Gheriat el-Garbia, Messad y Lambaesis41 (fig. 6). Desde nuestro punto de vista entendemos que este hecho está indicando una relación evidente entre ambas Mauritanas y que ésta no pudo darse de otro modo más que con al trasvase de tropas, y con ellas de metatores, desde la Caesariensis a la Tingitana. De hecho tal posibilidad parece confirmarse con el acantonamiento en Tamuda de un cuerpo de Britones procedente de Portus Magnus, los cuales están bien documentados en la Caesariensis (cohors II Brittonum, ala Veterana Brittonum – V? –, ala I Flavia Brittanica – al menos temporalmente –), en los momentos en los que se están desarrollando las innovaciones técnicas defensivas representadas por la incorporación de estos sistemas de torres, con lo que lleva a plantear irremediablemente la hipótesis de si éstas fueron introducidas en la Tingitana por estos Britones procedentes de la Caesariensis los cuales portarían y reproducirían las técnicas y modelos constructivos de sus lugares de acantonamiento previo. La confirmación a la misma parece encontrarse en otro dato, a nuestro entender bastante llamativo, y es que en Volubilis, otro de los centros que cuenta con este sistema de torres en esta provincia, se documenta otro destacamento de Britones para momentos de fines del siglo II como así se recoge de los testimonios epigráficos42. Según la argumentación expuesta parece plausible que existiese una relación entre estas unidades y estas innovaciones defensivas, con lo que responderíamos a la pregunta que formulábamos al principio de nuestro trabajo, sin embargo existen datos que nos llevan a profundizar más allá de una relación próxima entre los ejemplos defensivos de las dos provincias mauritanas y las unidades de Britones que probablemente estuvieron implicadas en su construcción y ampliar el rango de estudio. Este hecho viene motivado por la existencia de distintos campamentos del limes Dacicus muy próximos entre sí que mantienen características formales tanto en su construcción y planta con los ejemplos norteafricanos y especialmente Tamuda, caso del campamento de Căşei sobre el cual

41. Welsby 1990, p. 118. 42. IAmar 365-364. Dicha inscripción se fecha en los años 190-192 aunque ello no indica necesariamente que no estuvieran asentados previamente.

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M. Lenoir llamó la atención por el parecido con aquel43, pero además existen otros ejemplos en donde se desarrollan estos mismos sistemas de torres semicirculares y en disposición de flanqueo de puertas, como es el caso de Buciumi. Para el caso de Căşei, éste se construye en piedra desde los primeros momentos de su fundación durante el reinado de Adriano y presenta una planta de sus sistemas defensivos casi idénticos al caso tamudense, con un sistema de torres intermedias exteriores semicirculares, puertas flanqueadas, sin agger, así como los principia con cinco habitaciones en la cabecera y dos cuerpos de estancias en las alae, igualmente Buciumi, con algunas diferencias, repite el mismo esquema de torres en tres de sus puertas y unos principia tremendamente similares a los de Tamuda (fig. 7)44. Sin embargo llegados a este punto la mayor coincidencia al respecto viene de la mano de las tropas acantonadas, si atendemos a los testimonios epigráficos hallados en ambos campamentos sabemos que en ellos estuvieron estacionadas tropas bretonas, la cohors I Brittanica (Căşei, Buciumi) y el ala I Brittonum (Buciumi), las cuales desempañaron un papel fundamental en el control y organización de los territorios de Dacia y Panonnia, como así lo atestiguan los diplomas de estas unidades45. Así pues si la mayor parte de las unidades auxiliares que portan esta titulatura étnica han desarrollado su actividad en las zonas intermedias del Danubio, en las provincias de Pannonia o Dacia desde los primeros momentos de la centuria y aparecen asociadas a la construcción en piedra de distintos campamentos a partir del periodo Adrianeo con sucesivas fases entre los reinados de Marco Aurelio y los Severos, la pregunta que se suscita por tanto es ¿existe relación entre las innovaciones de los sistemas defensivos del limes danubiano y las introducidas en las provincias mauritanas como consecuencia del trasvase de efectivos de unas zonas a otras? Ya Hallier indicó que la construcción de los encintados murados de las ciudades de la Tingitana y las innovaciones técnicas que conllevaban, respondían a ciertos módulos que se encontraban en la zona del limes Dacicus e incluso algunos ejemplos ingleses46. En relación a esta pregunta a nivel epigráfico existen unidades procedentes de

Fig. 7 – A/ planta del campamento de Buiciumi (Bogdan, 1981, fig. 70). B/ Planta del campamento de Căşei (Isac 2009, fig. 10).

43. Lenoir 1991, p. 361. 44. Bogdan 1981, p. 17, 38. 45. Cheesman 1914, p. 171. De las dieciocho unidades de Britones constatadas, entre cohortes y alae, siete estuvieron destinadas permanente o temporalmente en los territorios de las provincias de Dacia, cuatro en Pannonia, dos en Mauretania Caesariensis y el resto al área Balcánica Raetia, Dalmacia y Moesia, lo que indica que estos efectivos étnicos fueron destinados en su mayoría a estos territorios. 46. Hallier 1983, p. 620.

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Pannonia, para mediados del siglo II, que han sido desplazadas al norte de África como consecuencia de la necesidad de reforzar estos territorios ante las sublevaciones de las poblaciones tribales ya desde tiempos de Antonino, a este respecto baste recordar el diploma de Brigetio en donde vemos, entre otras unidades desplazadas, sino en su totalidad al menos parcialmente, al ala I Flavia Brittanica C. R. la cual estaría al mando de T. Varius Clemens47, praefectus auxiliariorum tempore expeditioni in Tingitanam ex Hispania missorum48. En este sentido vemos como existe una movilización de efectivos desde las zonas balcánicas al suelo norteafricano al menos constatados epigráficamente a fines de la década de los 40 o comienzos de los 50 del siglo II d.C. como consecuencia de la inseguridad y problemas creados por las razzias de poblaciones nómadas y entre éstos se moviliza al menos a una unidad bretona procedente de Pannonia que actuará en Mauritania en fechas de mediados de la centuria, de hecho algunos autores se preguntan si los bretones de Portus Magnus no son los mismos del ala I Flavia Brittanica49. Actualmente los datos epigráficos no confirman la presencia de más unidades étnicas de este tipo procedentes del área balcánica en general, a parte de las ya existentes, sin embargo lo que sí está claro es que desde la misma se movilizaron efectivos ante los disturbios en África lo cual da una idea de lo significativos que fueron, ello unido a los paralelismos de determinados fuertes dácicos (Căşei, Buciumi) lleva a pensar sí no fueron movilizados desde este punto igualmente algunas unidades también bretonas lo que explicaría la aparición en las décadas inmediatamente posteriores, 60-70, de los sistemas defensivos con torres semicirculares en las instalaciones militares y ciudades de la Caesariensis, caso de Ausum, Gheriat el-Garbia, Messad, Lambaesis, y Tingitana, Tamuda, Gandori, Thamusida, Volubilis, Tocolosida. Para el caso de esta última provincia ello se correspondería con el traslado y acantonamiento de algunas vexillationes de Britones, o el ala completa asentada en Portus Magnus, a la Tingitana a donde habrían traído consigo las nuevos modelos arquitectónicos defensivos que se estaban desarrollando en los lugares donde habían estado destinados previamente, los cuales podrían tener una correspondencia con los modelos desarrollados en el área danubiana y balcánica donde curiosamente el grueso de tropas auxiliares acantonadas eran bretonas. Por otro lado, por cuanto respecta al interior de la instalación, esto es al urbanismo de la instalación militar, una de las reformas más significativas de este momento de la segunda mitad de la centuria viene representada por la construcción de un pequeño balneum50 en las inmediaciones de la porta praetoria, usurpando parte de la vía51. Del mismo modo en los principia se aprecian distintas fases constructivas que muestran diversos episodios en la estructura de los mismos, a este respecto muy probablemente algunas de las fases edilicias centrales de este conjunto arquitectónico estén en relación con la transferencia y acantonamiento de un nuevo cuerpo en la instalación militar. Así quizás, a estos momentos de la segunda mitad del siglo II d.C. se correspondan las fases II y III de los principia representadas por el adosamiento de nuevas estancias que 47. 48. 49. 50.

Benseddik 1982, p. 27; Christol 1981, p. 140-141. CIL III, 15205. Benseddik 1982, p. 27. En esta construcción aparecieron ladrillos con la marca ANTO AVG lo que unido al resto de datos arqueológicos lleva a reforzar la cronología de la segunda mitad del s. II d.C. (El-Khayari 1996, p. 234). 51. Campos et al. 2012.

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Fig. 8 – Principia de Buiciumi (a), de Căşei (b) y Tamuda (c).

suponen la ampliación de su planta52, lo que le acerca a los paralelos de los principia de Căşei y Buciumi (fig. 8). A este respecto en estas dependencias del castellum no se volverá a producir un nuevo proceso constructivo de gran magnitud hasta inicios del siglo IV d.C. momento de la reocupación de la instalación y el acantonamiento de un nuevo contingente militar, es decir se producirá un similar proceso de adecuación del fuerte ante las nuevas necesidades que surgen. Ya se ha llamado la atención sobre el periodo de inestabilidad que supuso el siglo II y especialmente su segunda mitad, lo que explicaría en gran medida este proceso de reformas iniciado en el castellum tendente a buscar mejores defensas, sin embargo los cambios producidos en el interior de la instalación no se corresponden con una funcionalidad defensiva dado que se trata de un reordenamiento urbano, donde aparecen nuevas dependencias en los principia, se usurpa parte del viario, se realiza la construcción de un balneum, etc. Ello nos está indicando, por tanto, otras funcionalidades con lo que consideramos que todas estas reformas y procesos de cambios en el planeamiento urbanístico del castellum responden no solo al asentamiento de una nueva unidad, la cual sin duda las llevó a cabo, sino también a las características y el tipo de la misma dado que en principio dicha instalación militar parece haber sido establecida o construida para una cohorte quinquagenaria. En efecto M. Lenoir argumenta, al seguir los paralelos de campamentos militares de la Tingitana y algún 52. Campos, Bermejo, Verdugo 2012.

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otro breton, que este castellum albergaría en los momentos iniciales del siglo II una cohorte53, ello resulta tremendamente sugerente cuando se aprecia que en el contexto de la Tingitana las tropas auxiliares que han prestado servicio muestran un número superior para las cohortes que para las alae54 y si atendemos a las nuevas interpretaciones que se están realizando en relación a la participación de las tropas en la conquista y establecimiento del dispositivo militar éstas son cohortes hispanas55 de lo que se podría intuir que la construcción y primera ocupación de este castellum, al igual que sucede en otros muchos como en Aïn Schkour o Tabernae, pudo estar encargada a una cohorte procedente de esta provincia. Ello sería una argumento más a tener en cuenta y que explicaría las transformaciones, especialmente internas, en momentos de la segunda mitad del siglo II d.C, al ser transferida un ala de caballería en remplazo de una cohorte previa que pudiera estar operando en Tamuda desde comienzos del siglo II o incluso desde el momento de su fundación, dado que los espacios y necesidades de un ala de caballería no serían las mismas que para una cohorte y se traduciría en la consiguiente modificación de las características internas del urbanismo de la instalación militar. A este respecto las nuevas investigaciones que se están realizando en el contexto de los fuertes auxiliares, como el caso de Wallsend y South Shields en el muro de Adriano así como otros paralelos en Germania, Raetia, Pannonia o Dacia, revelan que una de las principales características que define una instalación militar de un ala de caballería auxiliar es la presencia de una serie de barracones-establos, con módulos de dos habitaciones, en donde se alojaba la tropa conjuntamente con sus bestias, a modo de Stallbaracken56. En esta línea en Tamuda, a partir de los restos conservados en su planta se destacan conjuntos de barracones con dobles habitaciones lo que podría estar haciendo alusión a la construcción de líneas de barracas para albergar a las turmae de un ala de caballería como se aprecia en el sector suroriental, a la izquierda de la praetentura (fig. 9)57. En este sector la planta de las estructuras correspondientes a los momentos altoimperiales ha quedado enmascarada por las construcciones de las últimas fases del bajoimperio, sin embargo se pueden apreciar bien un conjunto de habitaciones dobles, algunas ocupando la antigua via praetoria, es decir construidas en un momento post quem de inicios/mediados del siglo II d.C. ante la necesidad de 53. Lenoir 1991, p. 365. Para M. Lenoir los comienzos del s. II d.C. suponen el momento de fundación del castellum, a día de hoy esta cronología se ha visto superada merced a los nuevos datos arqueológicos que se conocen, pero sin embargo su planteamiento en relación al establecimiento de una cohorte en el s. II así como que este tipo de unidad militar pudiera fundar el castellum puede continuar aceptándose como válida. 54. El número de alae constatada en la Tingitana durante todo el periodo de vida de la provincia se estima en 6 o 7 unidades frente a las 17 Cohortes que estuvieron acantonadas en algún momento. De todas estas la unidad más antigua o qué primero llega – quizás participó incluso en la conquista – es la cohors I Asturum et Callaecorum que aparece en los primeros momentos de vida de la provincia implicada en la construcción del Campamento de Aïn Schkour y el foro de Volúbilis en el 57 d.C. Para más datos sobre las auxilia en la provincia, Roxan 1973, p. 838-855 y Rebuffat 1998. 55. Gozalbes 2006. 56. Sommer 1995, p. 149-168; Hodgson, Bidwell 2004, p. 121-157. 57. Ciertamente en los campamentos auxiliares y legionarios, la disposición de los barracones también cuenta en numerosos casos con estas habitaciones dobles, sin embargo para el caso del alojamiento de caballería se dan unas particularidades arqueológicas que se corresponden con las conservadas en la última planta del castellum de Tamuda, en donde para los últimos momentos además, estuvo alojada el ala hercúlea, aunque quizás no al completo dada las dimensiones de la instalación (Roxan 1973, p. 844). Con todo esta hipótesis deberá verse confirmada a medida que se desarrollen nuevas intervenciones.

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Fig. 9 – Barracones en la pretentura de Tamuda.

contar con nuevas dependencias de habitación en el campamento probablemente tanto para los soldados como para sus monturas. En cualquier caso y una vez expuestos todos los argumentos relativos a las reformas del sistema defensivo y el urbanismo interno de la instalación, nuestra hipótesis considera que existió un destacamento de Britones estacionado en Tamuda procedente, probablemente, de Portus Magnus a este respecto entendemos que esa unidad sería una vexillatio o vexillationes de la misma que es transferida a esta parte de la Tingitana en unos momentos iniciales de la segunda mitad del siglo II d.C. siendo el remplazo de una unidad previa, probablemente una cohorte, todo ello muy en relación con las necesidades de seguridad que surgen en estos momentos con constantes revueltas de las tribus indígenas las cuales llegan a realizar correrías por la Baetica como bien nos transmiten las fuentes literarias y epigráficas58. Por ello creemos que el acantonamiento de este ala y las reformas de la instalación militar se encuadran en ese claro contexto de inseguridad y peligro, de tal modo que es esta unidad la responsable de reforzar el sistema defensivo del castellum con la construcción de todo un sistema de torres exteriores semicirculares, además de otras reformas como el estrechamiento de los accesos, la construcción de nuevos barracones, etc., que parecen corresponderse con paralelos de la Caesariensis y otros Danubianos introducidos probablemente por este tipo de unidades étnicas desembarcadas a comienzos de la segunda mitad del siglo II 58. CIL, II, 14/01, 131; CIL, II, 1120; CIL, II, 2015. SHA, Vita Marci y Vita Severi.

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en suelo africano. Así mismo este destacamento de Britones pudo estar relacionado con una vexillatio Brittonum agentium que para el 190-192 se encuentra en Volubilis, ciudad tingitana que cuenta con los mismos sistemas de torres, realizando diversas dedicaciones a Mitra y Cómodo59, para R. Rebuffat sin duda serían los bretones de Tamuda y cree que bien pudo preceder a aquel o bien ser posterior60. Otro testimonio que nos indicaría la existencia de un pequeño destacamento o vexillatio viene de la mano de una inscripción, algo más tardía, en la que aparece un decurión del ala III Asturum haciendo una dedicación a Iupiter Optimus Maximus en Tamuda por la salud del emperador Septimio Severo. Esta inscripción, que indudablemente se ubicaría en los principia del castellum – quizás en el pedestal hallado en el aedes signorum o en algún punto del patio61 – nos muestra a un decurión con el título prae[po]situs castelli Tamu[den]sis como comandante o responsable de la plaza militar, algo que aparece documentado para otro tipo de casos en donde un decurión se hace responsable de un destacamento normalmente un numerus o incluso varias vexillationes62. Para Mastino, quien ha estudiado esta inscripción y la ha puesto en relación con la del soldado ex Britonibus de Tamuda debió existir una relación entre estos Britones y aquellos de Volúbilis desde donde parece fueron transferidos hacia el norte de la provincia bajo un decurión del ala III Asturum en fechas posteriores al año 190 d.C. para encontrarse en torno al 210 realizando la dedicación a Septimio Severo63. Desde nuestro punto de vista compartimos las propuestas de los dos autores que relacionan a todos los Britones de la Tingitana como pertenecientes a un solo cuerpo, sin embargo creemos que su llegada está más próxima en torno a la década del 150/160 y que su destino sería Tamuda, es decir no compartimos la hipótesis por la que este destacamento es transferido desde el sur al norte para momentos posteriores a Cómodo en función de la inscripción volubilitana. Más bien al contrario pensamos que es posible que para esas fechas la unidad de Britones, una vexillatio de las tropas asentadas en Tamuda – muy posiblemente transferida desde Portus Magnus por vía marítima – se hubiera destinado por un periodo de tiempo al sur, puede que anterior a Cómodo aunque no posterior a Septimio Severo, momento de la dedicación tamudense. Para ello nos apoyamos en los testimonios arqueológicos que hemos enumerados anteriormente y que demuestran una actividad importante desde momentos del reinado de Antonino Pío con la construcción del balneum, las reformas urbanísticas, así como todo un fortalecimiento del sistema defensivo con la construcción de una veintena de torres que demuestran que el castellum estuvo ocupado con un contingente importante en número que planificó y realizó todo un programa edilicio y urbano militar64. Además entendemos que la inscripción en la

59. IAmar 365-364. 60. Rebuffat 1998, p. 218. 61. A este respecto las medidas de la inscripción son 100 × 50 × 37/21 cm y el pilar que se conserva en la cabecera de la aedes signorum a modo de basamento mide 40 cm de profundidad por 47 cm de ancho, es decir, podría casar perfectamente con las medidas de la inscripción 50 × 37 cm. 62. CIL, III, 600. Saxer 1967, p. 34. 63. Mastino 1990, p. 266. 64. En esta serie de testimonios arqueológicos no enumeramos los posible sellos latericios del Ala Quinta mencionados por Montalbán dada la problemática existente en cuanto a su constatación actual.

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que aparece un decurión de un ala III astur a cargo de la plaza en momentos de los severos está confirmando una situación de ocupación anterior a estos momentos, es decir, que ya con anterioridad al reinado de Septimio Severo existiría una guarnición comandada por un decurión con el título de praepositus castelli al mando de algunas vexillationes del ala de Britones. Desde nuestro punto de vista, por tanto, consideramos que las tropas de Tamuda – tanto para estos momentos severianos como anteriores – no podrían ser numeri tal y como indica Mastino65, es decir tropas movilizadas sin el estandarte o vexillum66, dado que la inscripción de Volúbilis los nombra específicamente como vexillum y ésta procede precisamente del norte, de Tamuda, lugar en el que se encuentran acantonados al menos desde momentos posteriores al 150/160 d.C. Con ello entendemos que desde Portus Magnus se movilizaron varias vexillationes que estarán operando por la Tingitana desde mediados del siglo II d.C. y, al menos, comienzos del siglo III. Además para estos momentos efectivamente Tamuda no es el lugar de estacionamiento de un ala de caballería completa o incluso el fuerte en el que queda asignada de manera permanente dado que el jefe de la guarnición no porta el título de praefectus alae como si ocurre en época tardía con el ala hercúlea67 sino el de praepositus castelli, cargo temporal desempeñado por un suboficial que está al mando, en un momento determinado y tiene bajo sus órdenes, diversas secciones de un ala de caballería (vexillationes, numeri). En líneas generales poco más es lo que sabemos o podemos intuir para este cuerpo de bretones a medida que nos adentramos en el siglo III d.C. Esta centuria se muestra algo oscura y los datos que se tienen revelan un periodo ciertamente convulso. En este contexto se tienen constatadas las destrucciones de buena parte del sector urbano de Lixus en tiempos de Galieno, algunos otros centros de la costa atlántica como Cotta y el abandono de pequeños puntos de explotación en la línea de Tánger-Tetuán, en núcleos como Volúbilis se aprecia la interrupción de la vida urbana para momentos de Probo y en Banasa las últimas inscripciones públicas mencionan a Claudio II y a Ulpia Severina mujer de Aureliano68. En el ámbito militar se asiste a una paulatina y progresiva retirada de los efectivos militares y abandono de campamentos en estos momentos, para el periodo comprendido entre Caracalla y Gordiano III debió clausurarse el castellum de Dugga y poco tiempo después el de Tabernae dado que no se conocen datos que superen los años de la década del 260 d.C.69. Es pues que tras el periodo de los severos las unidades militares destinadas en la provincia comienzan a ser evacuadas, muchas a otros puntos candentes de los limites del imperio, a este efecto vemos que unidades como la cohors II Hispanorum o el ala III Asturum destinadas en Dugga y Tabernae abandonan sus puestos en el dispositivo militar, para el caso de Tamuda ya Tarradell70 llamó la atención que en el periodo correspondiente al último tercio del siglo III d.C. la secuencia monetaria se interrumpe lo que quizás es indicativo de su definitiva desocupación y abandono. La pregunta por tanto, para el caso que estudiamos en este trabajo, sería ¿siguió la 65. Mastino 1990, p. 266; 1991, p. 120-121. 66. Cheesman 1914, p. 85-86; Le Bohec 2004, p. 41. 67. Praefectus alae Herculeae, Tamuco: Not. Dig. Occ. XXVI, 13. 68. Tarradell 1955, p. 81-97. 69. Villaverde 1995, p. 344-345; 2002, p. 710. 70. Tarradell 1949, p. 92.

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instalación ocupada hasta momentos avanzados del siglo III (275 d.C.) por las mismas tropas, es decir, por estos caballeros bretones? De aceptar la hipótesis ello supondría que esta unidad estuvo destinada en la instalación militar casi un siglo, algo que contrasta con la alta movilidad que presentan las tropas de esta provincia las cuales se movilizan constantemente de un cuartel de estacionamiento a otro dentro de mismo territorio, aunque igualmente existen cuerpos que permanecen bastante tiempo en su lugar original de acuartelamiento como es el caso de la cohors IV Gallorum equitata o la cohors I Asturum et Callaecorum en Aïn Schkor71. En cualquier caso con el conocimiento actual que los datos epigráficos, arqueológicos, etc. aportan, no podemos inferir más allá de esta mera suposición, aunque lo lógico sería pensar, en este contexto de retirada y abandono de la provincia a partir de los severos, que no se están produciendo nuevos acantonamientos en la instalación tamudense si no más bien al contrario las tropas que ya estuvieran allí destinadas verán su movilización a lo largo de la centuria hasta que para momentos tetrárquicos aparezca el ala hercúlea, conocida por medio de la Notitia Dignitatum en la parte occidental (XXVI, 13), aspectos éstos que cerrarían y abrirían distintos periodos de vida en el castellum de Tamuda y que corresponden a otro estudio

Consideraciones finales Los actuales excavaciones e investigaciones realizadas en el solar del castellum de Tamuda proponen nuevas premisas de estudio para comprender la vida de este asentamiento en el contexto del dispositivo militar de la provincia Tingitana. Dentro de ésta el periodo correspondiente al siglo II d.C. despunta como una de las centurias más relevantes en la configuración de la instalación, especialmente a partir de momentos de su segunda mitad, representado por profundos y estructurales cambios tanto es sus sistemas defensivos como en su urbanismo interno, todo ello en relación con un contingente de tropas bretonas que se han constatado para estos momentos no sólo en Tamuda sino en otros puntos de la provincia. En esta línea, los sistemas defensivos verán la implementación de un potente conjunto de torres adosadas a los paños de muralla, algunas de flanqueo en las puertas con la clara intención de proteger los puntos de entrada y salida del campamento. Todo este programa constructivo parece que se desarrolla en las últimas décadas del siglo II d.C., entre 165-175, y encuentra sus paralelos más próximos en otras fortificaciones de la Tingitana como Volúbilis, Tocolosida, Thamusida o Gandori, ciudades y campamentos cuyas torres semicirculares responden a la misma modulación, de lo que se infiere un mismo proyecto de ingeniería militar en unos momentos concretos representados por continuos disturbios de las tribus nómadas de la provincia y el limes que obligarán a los centros urbanos e instalaciones de este territorio a dotarse de sólidos encintados murados y sistemas de defensa/ataque. Además este mismo proceso de fortificación parece encontrar un referente, en el mismo período en la

71. Roxan 1973, p. 846.

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vecina Caesariensis en puntos como Lambaesis, Ausum o Gheriat el-Garbia. Por tanto asistimos en la segunda mitad del siglo II d.C., a partir del principado de Antonino Pío a un repunte de la inestabilidad y los conflictos como bien nos transmiten las fuentes, epigraf ía y autores, e incluso nuevos datos arqueológicos en centros como Tamuda, que parecen ser la causa de la introducción de nuevos sistemas defensivos en la provincia. Para el caso concreto de la instalación campamental tamudense ya se expusieron también las reformas producidas en su interior, especialmente en puntos tan significativos como los principia, en donde ahora podrían construirse nuevas dependencias aún por esclarecer en relación a su funcionalidad y cronología. De la misma manera la circulación interior queda alterada con respecto a la fase original o fundacional al invadirse parte de la via praetoria con la construcción de un pequeño balneum y justamente en su trasera hasta los principia de toda una serie de nuevos barracones, los cuales suponen un dato ciertamente interesante y sugerente dado que podrían corresponderse con barracones-establo para la tropa allí acantonada. Aquí tendríamos un dato que apoyaría la existencia de tropa montada, probablemente algunas vexillationes de un ala de caballería bretona. A este último respecto y en relación con las tropas, parece que todo este programa constructivo se debe a una unidad bretona muy probablemente un ala de caballería procedente de la Caesariensis, dado que es la unidad que para estos momentos está acantonada en la instalación. Dicha unidad habría que ponerla en relación con el envío de tropas que desde los años 147-151 están siendo enviadas a la provincia para sofocar las continuas sublevaciones y revueltas y que a partir de Marco Aurelio serán un mal endémico. Estas tropas además mantienen una especial vinculación con el área balcánica en general, especialmente con Pannonia y el limes Dacicus dado que es en estos territorios donde se encuentran sus estacionamientos permanentes. Éstos para mayor interés presentan plantas arquitectónicas que los asemejan en una gran medida con instalaciones norteafricanas en donde parece que estuvieron destinados bien momentáneamente, caso del ala I Flavia Brittanica, o bien ya de manera permanente, como pudo ser el caso del ala Brittonum Veterana. De todos estos campamentos de este área europea destacan Căşei y Buciumi como paralelos directos. Todo ello no hace sino apuntar en la dirección que existieron influencias en la arquitectura militar norteafricana para momentos de la segunda mitad del siglo II d.C. procedentes probablemente del área danubiana y que tendría a las tropas desplazadas desde esta provincia, entre las cuales destacarían las unidades étnicas bretonas, como responsables de la introducción de dichas novedades defensivas en puntos como Tamuda y Volúbilis por ejemplo. Así pues muy probablemente en Tamuda quedó acantonada una sección de un ala brittona procedente de la Caesariensis, con quien viajaría un grupo de metatores conocedores de las nuevas técnicas y métodos de defensa que se estaban desarrollando en otros puntos del imperio (Caesariensis, Dacia, Pannonia) y que diseñaron todo el programa de reformas constructivas en el castellum para momentos de la segunda mitad del siglo II d.C. Las ideas e hipótesis expuestas en relación a estos momentos de la vida del castellum de Tamuda en el marco de la provincia Tingitana deberán verse refrendadas o rechazadas ante las futuras investigaciones que se realicen en los solares de las ciudades

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y campamentos del territorio, con especial interés en las novedades y aportaciones epigráficas dado que serán estás, junto con los datos arqueológicos, las que vengan a definir y asociar la introducción de nuevos sistemas constructivos con determinados contingentes de tropas, de las cuales para el caso tamudense parecen apuntar en la dirección expuesta en este trabajo. Javier Bermejo Meléndez Universidad de Huelva

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RÉSUMÉS

ABSTRACTS

Christophe Batsch – Les écrits militaires des manuscrits de la mer Morte : le Règlement de la guerre et autres textes guerriers (p. 3-14).

Christophe Batsch – Military texts among the Dead Sea Scrolls: the War Rule and other warfare manuscripts (p. 3-14).

Cet article présente le curieux traité militaire juif, jusqu’alors inconnu, découvert parmi les manuscrits de Qumrân (mer Morte). Ce texte, apparenté par bien des aspects aux traités tactiques de l’Antiquité grecque et romaine, est principalement destiné à préparer la guerre eschatologique des justes (les « fils de lumière ») contre les impies et les renégats (les « fils de ténèbres »). Une interprétation nouvelle avancée ici vise à resituer l’introduction de l’éditeur final dans le contexte historique des guerres qui eurent pour cadre la Judée durant les deux siècles précédant l’ère commune.

This paper presents a peculiar jewish military treatise, unknown till now, found among the Qumran manuscripts (Dead Sea scrolls). This text, in more than a way connected to the tactical treatises of Greek and Roman Antiquity, focuses on preparing the eschatological war of the justs (the “sons of light”) against the impious and the renegades (the “sons of darkness”). A new assumption presented here aims to replace the editor’s introduction in the historical context of the wars which took place in Judaea during the two centuries B.C.E.

Mordechai Gichon  – Herodes – Traianus – Hadrianus. The Military Angle (p. 15-22).

Mordechai Gichon – Hérode – Trajan – Hadrien. Aspects militaires (p. 15-22).

The period from Herod to Hadrian is of major importance in the history of the Jewish people. The article studies the reigns of Herod, Trajanus and Hadrian, particularly the military aspects of Herod’s policy, the Jewish revolt under Trajanus and Hadrian’s policy towards the Jews.

La période qui va d’Hérode à Hadrien est particulièrement importante dans l’histoire du peuple juif. L’article se propose d’étudier les règnes d’Hérode, de Trajan et d’Hadrien en insistant sur les aspects militaires de la politique d’Hérode, sur la révolte juive à l’époque de Trajan et sur la politique d’Hadrien à l’égard des Juifs.

Saskia Roselaar – Battle formation in the Roman Republic: parade show or practical purpose? (p. 23-54).

Saskia Roselaar – Formation en ordre de bataille à l’époque de la République romaine : parade ou but pratique ? (p. 23-54).

This article investigates the formation of battle in the training necessary to achieve competence in these formations. It investigates how the Roman army was drawn up for battle, and how this battle order functioned to the army’s advantage. Secondly, in order to see how soldiers might have learned the required skills, it examines the ancient evidence for training practices, and identifies some of the problems that new recruits face by looking at re-enactment groups portraying ancient marching and battle training. Finally, it examines descriptions of battles in historical narratives. Thus it will become clear what kind of manœuvres were used and what training would have been needed in order to make soldiers competent in executing these movements.

Cet article s’intéresse à l’entraînement aux formations en ordre de bataille, entraînement nécessaire à la maîtrise de ces formations. Il étudie comment l’armée romaine était alignée en ordre de bataille, et quels étaient pour elle les avantages de cet ordre de bataille. Puis, pour comprendre comment les soldats pouvaient acquérir les compétences nécessaires, il examine les sources anciennes mentionnant les pratiques de l’entraînement et identifie certains des problèmes auxquels devaient faire face les nouvelles recrues, en prenant en considération les groupes qui font revivre la marche et l’entraînement à la bataille de l’Antiquité. Finalement, il analyse les descriptions de batailles dans les récits historiques. Cela permet de voir quelles étaient les manœuvres utilisées et quel était l’entraînement nécessaire pour que les soldats puissent les exécuter de façon correcte.

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Résumés / Abstracts

Javier Bermejo Meléndez – Los Britones y el castellum de Tamuda en el contexto de las provincias mauritanas (p. 55-76).

Javier Bermejo Meléndez – The Britones and the castellum of Tamuda within the context of the Mauritanian provinces (p. 55-76).

El campamento de Tamuda supone uno de los establecimientos militares de la Tingitana mejor conocidos. A día de hoy y tras un nuevo periodo de intervenciones en el solar de la instalación se comprueba como las distintas fases y remodelaciones estuvieron directamente relacionadas con las tropas acantonadas, conocidas algunas de ellas gracias a los testimonios epigráficos como un posible cuerpo de caballería briton procedente de la Caesarensis a mediados del s. II d.C. Este movimiento de tropas se enmarca en el contexto de disturbios que desde momentos de Antonino Pío se suceden en el territorio de Mauritania que originará el envío de tropas desde otros puntos del imperio como Panonia o Dacia las cuales introducirán nuevos modelos defensivos.

Tamuda camp represents one of the best known military establishments of the Tingitana. Today and after a further period of interventions in the installation is checked as the different phases and renovations were directly related to the troops, some of them known thanks to the epigraphic testimonies as a possible cavalry Briton from Caesarensis of mid-s. II AD. This movement of troops within the context of unrest from time of Antoninus Pius occurs in the territory of Mauritania and requires to send troops from other parts of the Empire as Pannonia or Dacia, which introduced new defensive patterns.

Marco Rocco – Viri militares of the third century in the Historia Augusta. A review (p. 77-100).

Marco Rocco – Viri militares du iiie siècle dans l’Historia Augusta. Un examen critique (p. 77-100).

The aim of this contribution is to present a review of the viri militares listed in the third century’s Lives of the Historia Augusta, both real persons and those who certainly or probably were invented. The expression viri militares is applied only to non-senators who appear in some way associated to offices of a military nature. At the end, it is argued that the pro-senatorial author of the Historia Augusta avoided extending his negative judgment on the army to the highest levels of the “military caste”, to which belonged many contemporary political authorities.

L’objectif de cette contribution est de présenter un examen des viri militares énumérés dans les Vies du iiie siècle de l’Histoire Auguste, qu’il s’agisse de personnes réelles ou de personnes qui ont été certainement ou probablement inventées. L’expression viri militares n’est appliquée qu’aux non-sénateurs qui paraissent en quelque sorte associés aux fonctions de nature militaire. On souhaite démontrer que l’auteur pro-sénatorial de l’Histoire Auguste a évité d’étendre son jugement négatif sur l’armée au plus haut niveau de la « caste militaire », à laquelle appartenaient de nombreuses autorités politiques contemporaines.

Dan Dana – Un légionnaire de Mésie dans l’Empire des Gaules : relecture et commentaire de l’épitaphe CIL, XIII, 595 = ILA, Bordeaux, 69 (p. 101-112).

Dan Dana – A legionary of Moesia in the Gallic Empire: new reading and commentary of the epitaph CIL, XIII, 595 = ILA, Bordeaux, 69 (p. 101-112).

La relecture d’un autel funéraire de Bordeaux permet de reconnaître l’identité du défunt, un légionnaire d’une unité dont le nom reste pourtant énigmatique. Originaire de Mésie (civis Mensiacus), à une époque où les militaires des provinces danubiennes continuent d’être très nombreux, il est honoré par ses compagnons d’armes dans la seconde moitié du iiie s. apr. J.-C., sans doute lors de l’existence de l’Empire des Gaules. Ce document nous renseigne sur le destin d’un soldat ordinaire d’une armée et d’un Empire en mutation.

The new reading of a funerary altar of Bordeaux allows to recognize the identity of the deceased, a legionary of one unit whose name remains enigmatic. Coming from Moesia (civis Mensiacus), at a time when the soldiers recruited in the Danubian provinces are still very numerous, he is honored by his army fellows in the second part of the IIIrd c. AD, presumably during the existence of the Gallic Empire. This document informs us about the destiny of an ordinary soldier within an army and an Empire in mutation.

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Résumés / Abstracts

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Charlie Mesnil – La logistique des armées royales hellénistiques (p. 113-126).

Charlie Mesnil – The logistics of the Hellenistic royal armies (p. 113-126).

Cet article a pour objet la logistique des armées royales et son impact sur les guerres hellénistiques. Dans un premier temps, nous étudions la question du ravitaillement des soldats, question complexe du fait de la multiplicité des sources d’approvisionnement (greniers royaux, aide des alliés, pillage, réquisitions, et marchés), ainsi que celle de la fourniture des armes aux soldats. Dans un second temps, nous nous intéressons au transport et au déplacement des troupes (avec tous leurs bagages) et de tous ceux qui les accompagnaient, en tentant d’évaluer la part de ces derniers. La progression des armées se heurtait aux obstacles naturels ou à ceux qui étaient constitués par l’Homme. La dernière partie est consacrée au logement des troupes. Les camps et les baraquements des armées hellénistiques sont peu connus, notamment en comparaison des camps romains. Les camps hellénistiques pouvaient constituer en une combinaison de protections naturelles et de fortifications. La cohabitation entre les civils et les soldats lors du cantonnement des armées est connue par les papyri, qui décrivent avant tout des relations conflictuelles.

This article is about the logistics of the royal armies and its impact on the Hellenistic wars. At first, we study the question of the provisioning of the soldiers, a complex question because of the multiplicity of sources of supply (royal granaries, assistance of the allies, plundering, requisitions, and markets) as well as that of the supply of arms to the soldiers. Secondly, we deal with the transport and the movement of troops (with all their baggage) and all those who accompanied them, trying to estimate the part of the latter. The progress of the armies was stopped by the natural obstacles or by those which were built by the Man. The last part is devoted to the housing of the troops. The camps and barracks of Hellenistic armies are little known, in particular by comparison with Roman camps. Hellenistic camps could be a combination of natural defenses and fortifications. The cohabitation between civilians and soldiers during the billeting of the armies is known by papyri, which described primarily conflictual relationships.

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Articles Christophe Batsch — Les écrits militaires des manuscrits de la mer Morte : le Règlement de la guerre et autres textes guerriers

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Revue internationale

Mordechai Gichon — Herodes – Traianus – Hadrianus. The Military Angle

Javier Bermejo Meléndez — Los Britones y el castellum de Tamuda en el contexto de las provincias mauritanas Marco Rocco — Viri militares of the third century in the Historia Augusta. A review Dan Dana — Un légionnaire de Mésie dans l’Empire des Gaules : relecture et commentaire de l’épitaphe CIL, XIII, 595 = ILA, Bordeaux, 69

Travaux de doctorants Charlie Mesnil — La logistique des armées royales hellénistiques

Comptes rendus

© Librairie C. Klincksieck et cie

isbn : 978-2-252-03977-9

Revue internationale d’Histoire Militaire Ancienne

Saskia T. Roselaar — Battle formation in the Roman Republic: parade show or practical purpose?

Revue internationale

HiMA d’Histoire Militaire Ancienne

n° 2-2015

klincksieck

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