Los Barzana: una familia de agentes fiscales del marquesado del Cenete en la época morisca

July 21, 2017 | Autor: J. Díaz López | Categoría: Moriscos, Almería, Cenete
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Descripción

Los Barzana, una familia de agentes fiscales del marquesado de Cenete en la época morisca Julián Pablo Díaz López Universidad de Almería Abstract: The article follows the life journey of three generations of Barzanas during the Moorish era within the Marquisate of Cenete (Granada). Lope de Barzana, a Moor who converted to Christianity in the early sixteenth-century and who was bound to feudal power, came to control the collection of state revenues as a “butler” (treasurer). His son Gerónimo, who was in his mid-thirties, inherited the post and tried until the end of his life to keep an equidistant position between his Moorish neighbors and the Governor. In his fifties, he confronted this power, which led to his dismissal. Gerónimo’s children, along with other relatives, managed to stay in the Cenete after the war in the Alpujarras and the expulsion of the Moors from the Kingdom of Granada, while the others were welcomed into the Mendoza family’s holdings in Guadalajara. Keywords: Cenete, Kingdom of Granada, taxation, Barzana, fiscal agents, Mencía de Mendoza.

«La historia de la fiscalidad y de la hacienda que hoy se realiza poco o nada tiene que ver con el simple ejercicio de vaciar archivos y sumar capítulos de ingresos y gastos». Esta afirmación de Juan Manuel Carretero Zamora1 sigue teniendo gran validez en la actualidad, puesto que la denominada nueva historia fiscal ha dado frutos abundantes en los tres lustros que han transcurrido desde entonces2. Ocuparse de una historia fiscal centrada en el estudio de los mecanismos de negociación entre los diversos poderes; de la percepción, gestión de los impuestos y de la canalización del volumen de metálico conseguido con las diversas punciones fiscales; del papel desempeñado por las elites financieras; de la importancia de los nuevos instrumentos mercantiles como la letra de cambio; de la evolución del crédito público o privado, entre otros, son nuevos ámbitos de trabajo que en ningún modo desdeñan cualquier elemento cuantitativo. Dentro de esta corriente historiográfica últimamente se ha puesto de relieve la figura de los agentes fiscales, los intermediarios, unos actores fundamentales en el control de las punciones fiscales, en los pactos fiscales que se llevaron a cabo entre las oligarquías y la Hacienda3. El acercamiento al análisis de los agentes fiscales, ha sido muy importante en los trabajos dedicados a la Hacienda de la Corona en cualquiera de sus ámbitos, pero no   Carretero, 1988: 10.   Prueba de ello son los trabajos realizados en el contexto de los diversos encuentros, seminarios y congresos organizados por la red de investigación cooperativa Arca Comunis y las publicaciones fruto de ellos (vid: http://www.arcacomunis.uma.es/publicaciones.php). La constitución de Arca Comunis, sus objetivos y algunas reflexiones para el presente se pueden seguir en Galán, 2013: 36-38. También es destacar la publicación de Alonso, 2007. Posiblemente la mejor síntesis sobre todos los aspectos de la fiscalidad relativos al reino de Granada en los últimos años del siglo XX, fuese la realizada por Castillo y Muñoz, 2000. Una excelente descripción metodológica y una exhaustiva descripción historiográfica puede seguirse en Muñoz, 2005. Y un estado de la cuestión relativamente actualizado, aunque de carácter general en Valencia, 2010. También merece ser destacada la contribución de la obra de Galán, 2010. 3   Galán y García, 2012; Ortega, 2010: 226-227; García, 2005: 147-195, y 2010: 237-257. 1 2

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ha ocurrido lo mismo en el ámbito de la fiscalidad privado-pública señorial. Como es bien sabido, los mecanismos fiscales en los señoríos se apoyaban sobre las autoridades locales que representaban al señor, sobre los diversos arrendadores de los impuestos cedidos a la casa señorial por la Corona, directamente usurpados por los señores o inventados por los titulares para mejor rentabilizar sus posesiones. Entre ellos se situaban unos personajes fundamentales, fuesen denominados mayordomos de rentas o tesoreros, cuya labor fundamental era servir de aglutinadores de todos los cobradores y arrendadores con objeto de servir a las autoridades centrales del señorío, fuesen éstos los gobernadores, alcaides, contadores o tesoreros mayores. Estos agentes fiscales mantenían al tiempo una relación directa y fluida con los vasallos obligados al pago de los gravámenes y con los señores. Eran, en definitiva, como dice Á. Galán Sánchez (2010, 118), los «poderes intermedios», unos personajes determinantes para convencer a las aljamas de los pueblos, que mantenían perfectamente engrasada la maquinaria fiscal de los territorios señoriales y en definitiva, de todo el reino castellano. En el reino de Granada, conforme avanzaba la conquista cristiana, los monarcas fueron creando una nueva fiscalidad de Estado. Una nueva estructura de percepción de los impuestos que se superpuso en muchos casos a las costumbres nazaríes y que fue paralela a la consolidación de una nueva monarquía en todo el territorio castellano4. En este contexto, y precisamente por ello, los señores obtuvieron de la Corona cierta permisividad en el cobro de impuestos reales o eclesiásticos, especialmente en el antiguo reino granadino. Aquí muchos territorios iban siendo cedidos por los Reyes Católicos a diversos colaboradores en las guerras de conquista con objeto de pagar favores e incluso préstamos. En este sentido, el 30 de marzo de 1490 entregaron a Pedro González de Mendoza, cardenal y arzobispo de Toledo, las villas granadinas de Aldeire, la Calahorra, Ferreira y Dólar. Pocos días después cedieron Xérez con Alcázar, Lanteira y Alquife a su hijo Rodrigo Mendoza5. En ambos casos se trataba de recompensarles la ayuda prestada en la guerra de Granada, cuyo importe ascendía a 22 millones de maravedíes6. Suponía también la culminación de las aspiraciones del cardenal en cuanto a legitimación de sus hijos, ya conseguida años antes, y a la constitución de mayorazgos en su favor. El territorio del señorío se completó en 1492 cuando la Corona vendió Huéneja a Rodrigo, ya primer marqués del Cenete7, con objeto de saldar las deudas contraídas durante la guerra. Estas villas se añadieron a otras que ya poseía el cardenal en Guadalajara y Valencia8. Rodrigo Mendoza, a partir de los primeros momentos de su posesión, construyó una red fiscal propia. Mantuvo la fiscalidad mudéjar de forma directa o disfrazada. Usurpó las alcabalas con la benevolencia de la Corona9. Consiguió la cesión de las tercias reales de los escasos cristianos viejos que poblaban las tierras y cobró los dos tercios de los cristianos nuevos después de la conversión10. Obtuvo la percepción de   Galán, 2012: 72-73.   Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional [SNAHN], Osuna, leg.1887, doc. 2. 6   Pérez, 2000: 573. 7  SNAHN, Osuna, leg.1896, doc. 3. 8   La construcción del patrimonio del cardenal puede seguirse de forma minuciosa en Franco, 1982: 453-490. 9  Salas, 2003: 2. 10   Cedidos para todo el reino de Granada por la bula de Alejandro VI Ad apostolicae dignitatis, de 22 de noviembre de 1501. 4 5

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otras rentas pertenecientes a la Iglesia como la totalidad de los diezmos11, e incluso disfrutó de las procedentes de las carnicerías, tiendas, mesones, baños y demás regalías. Completó el panorama apropiándose de todos los bienes habices y cobrando sus rentas12. Una fiscalidad abusiva que se justificaba al tiempo con una permisividad en las costumbres. Una idea de tolerancia firmemente arraigada, pues, como veremos más adelante, en los años cincuenta el gobernador Françesc Luis Escrivá se quejaba a la marquesa de que los poderes intermedios del señorío pretendían actuar siempre a su antojo. Algo en lo que también es singular el Cenete respecto a otros territorios del reino granadino, siendo Rodrigo uno de los nobles más indisciplinados y uno de los menos proclives a seguir los dictados de la Corona en cuanto a la aculturación de la minoría (mayoría aplastante en su marquesado) morisca13. Esta maquinaria fiscal14 se apoyaba en un grupo de vecinos del marquesado granadino, los colaboracionistas15. En este contexto aparecen los principales actores de este trabajo: los alguaciles (Rodrigo de Mendoza16, cuyo nombre árabe era Alí Almodaguar; Francisco de Rabaneda, llamado Omar Albumen), jurados (Gonçalo, que era Alfaquí Gida, Cebrián de Çamar, apelado antes Mohamet Çamar, y Fernando, que era antes Mohamet Alfaquí), y Lope Almuedaní (Halí Almuédano Algorabí), hombre bueno de la villa. También, como puede verse por sus apelativos, la presencia de los alfaquíes es clara. Entre ellos comenzó a despuntar a partir de la segunda década del siglo XVI un linaje que sería fundamental a lo largo de la época morisca e incluso después de la guerra de las Alpujarras, la familia Barzana (en algunos casos castellanizado en la documentación como Bárcenas). Un linaje que es el centro de este estudio, del que serán los agentes fiscales clave en la gobernación del Cenete, en su pacificación y en la obtención de rentas. Como se apuntaba más arriba, son muy pocos los estudios que han intentado análisis de los personajes y de las redes creadas en el ámbito de la percepción de rentas en los territorios señoriales17. Con objeto de profundizar en el análisis de estos intermediarios fiscales, en las páginas que siguen vamos a desgranar el recorrido vital de tres generaciones de la familia Barzana desde los primeros años del quinientos hasta la década de los años setenta de esa misma centuria. El ascenso de Lope desde sus primeras actuaciones como recaudador de los impuestos de Rodrigo Mendoza hasta la mayordomía mayor de las rentas del marquesado, su control de la recaudación y de los pagos; la sucesión de su hijo Gerónimo tanto en el cargo como en el control de la red, sus intentos por conseguir tener un estatuto de cristiano viejo y sus problemas al final de su vida en la entrega de cuentas; y la posición de la familia en la guerra de las Alpujarras, especialmente de Diego, Hernando y Francisco, hijos de Gerónimo.  SNAHN, Osuna, leg.1897, doc. 6.   Díaz, 2011: 207-222. 13   Galán, 2008: 28. 14   La construcción de estos mecanismos fiscales en el marquesado del Cenete pueden seguirse especialmente en mi trabajo sobre los pactos por la renta: Díaz (en prensa). 15   Como se verá a lo largo del trabajo, la familia Barzana se encuadra perfectamente en los caracteres del colaboracionismo que describe Galán, 2010: 125-129. Por ello, en las páginas que siguen, se mantendrá el concepto en cursiva. 16   Que este alguacil, en su nombre cristiano adoptado después de la conversión, fuese homónimo al marqués nos indica claramente su interés por vincularse a su señor identificándose con él y nos habla, lógicamente, de su colaboracionismo. 17   Las referencias se pueden seguir en Díaz y Muñoz, 2012: 269-289. 11 12

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Las figuras de los Barzana ya tuvimos ocasión de exponerlas de forma sucinta en un anterior trabajo, donde se resaltaba su actuación como uno de los ejes vertebradores de la estructura fiscal-financiera del señorío18 y como personajes centrales de la red creada alrededor de la gestión económica del territorio granadino. Las fuentes documentales básicas que se utilizan son las contabilidades de los tesoreros mayores del marquesado, primero Enrique Barberá y después Francisco de Recalde; las cuentas de los propios mayordomos del Cenete en la década de los años treinta; una abundantísima correspondencia entre todos los personajes principales del señorío y los marqueses; así como otras informaciones secundarias que nos proporcionan noticias sobre la familia Barzana y su recorrido vital. I.  La gestión de Lope de Barzana En el mes de noviembre de 1570 el V duque del Infantado y IV marqués del Cenete, Íñigo López de Mendoza, consigue permiso de Felipe II para que 23 familias completas de moriscos del Cenete, y en especial tres doncellas apellidadas Barzana, con el título de doñas, vayan a Guadalajara, a la casa señorial. El marqués consigue también trasladar hasta allí a la familia Abenchapela, que había sido deportada desde el Cenete a Badajoz. Después de la guerra y de las sacas generalizadas de moriscos, sabemos que Diego Barzana se quedó de seise y poblador en el marquesado del Cenete, recuperando su fortuna19. Estos episodios suponían una muestra del agradecimiento del señor con sus más leales colaboracionistas y cerraba el recorrido conocido de una familia morisca de Dólar, cuyo primer miembro destacado fue Lope de Barzana. Alfaquí o jurado en los últimos lustros del poder nazarita, alguacil viejo de Dólar, según los primeros documentos en los que aparece. Se vinculó al poder de los nuevos gobernantes consiguiendo mercedes de los Reyes Católicos y, después, de Rodrigo Mendoza. Siempre, tanto él como sus hijos, se mantendrían estrechamente unidos, como veremos, a su comunidad, primero mudéjares, luego moriscos y siempre cohesionados por sus propios representantes, entre los que se contarán los Barzana. Una familia colaboracionista, en un concepto precisado ya de forma clara por Galán Sánchez (2000, 361-362; 2010, 125-132), que ayudó a los señores y a sus representantes a suavizar tensiones y a desarrollar pactos fiscales con la comunidad mudéjarmorisca; pero que no dudó en ponerse del lado de sus correligionarios cuando tenían que defender sus intereses, enfrentándose a algún gobernador del señorío. Sabido es que los alfaquíes o jurados, junto con los cadíes, fueron los sustentadores del pacto fiscal que se forjó después de la conquista cristiana del reino de Granada, primero entre la Corona y los mudéjares, después entre los señores y los nuevamente convertidos. Paladines de este convenio tácito fueron también las diversas familias colaboracionistas que controlaron los territorios20. A las mercedes que la Corona ya había concedido a estas familias desde un primer momento, especialmente en el caso de Lope de Barzana el alguacilazgo y una serie de censos de habices en  Ibidem, 286.   Archivo General de Simancas [AGS], CC, leg. 2198. Vid. Ruiz, 1991: 323. 20   En el caso concreto del Cenete, el análisis del pacto y de la red financiero- fiscal montada por don Rodrigo Mendoza puede seguirse en Díaz y Muñoz, 2012: 269-272. 18 19

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Dólar21, se le sumarían en el año 1500, en el momento de la conversión, una hacienda con 60 cauchiles de agua que podía rentar 3.500 maravedíes, así como unos hornos en Dólar. No sabemos más de la participación de Lope de Barzana en el pacto que se firmó en ese momento para conseguir la conversión de los mudéjares del Cenete de forma rápida y muy tempranamente en relación a otros territorios granadinos22, pero si lo tenemos ya participando en 1509 en el pacto mediante el que Rodrigo Mendoza «arrendó» parte de sus rentas (alcabalas y diezmos) a los vecinos por tres millones de maravedíes. En torno al acuerdo la resistencia de los vasallos fue incluso violenta23, pero las autoridades del marquesado y los representantes de las comunidades, los colaboracionistas, lograron desactivarlas. Entre la docena de vecinos que reciben las ratificaciones de los demás y les convencen para la firma aparece Lope de Barzana24. Posiblemente debido a la fuerte oposición registrada y a la presión de los representantes de la comunidad morisca se consiguió que fuese únicamente un arriendo temporal y que se perdonasen las deudas de los tres años anteriores a cambio del pago de 500 ducados al recaudador mayor del marquesado25. Pero los representantes de la comunidad lograron también algo que los favorecía directamente: que la distribución del impuesto se hiciese de forma igualitaria entre todos los vecinos, sin tener en cuenta las propiedades. Sin duda una forma de compensar su apoyo y su colaboración en la firma del contrato de arriendo, en la desactivación de las tensiones, en el mantenimiento de la paz social. Pero hay un dato que resulta llamativo: en 1515 se firmaba otro acuerdo, también difícil de conseguir y contestado por los vecinos, mediante el que la renta del denominado magrán se convertía en un censo perpetuo y empeoraba las condiciones de los vecinos26. En este pacto fiscal no aparece citado Lope de Barzana. No sabemos si la ausencia fue fortuita o intencionada con objeto de no estar presente entre los firmantes y reafirmarse ante sus convecinos. Como quiera que sea, veremos progresivamente que esta situación va a ser una constante en la posición de la familia Barzana respecto a los demás miembros de su comunidad y al poder señorial: nunca mantendrán un colaboracionismo a ultranza ni un enfrentamiento constante, sino que irán midiendo su mayor o menor cercanía a ambos poderes. Durante estos años, aunque de forma irregular como era costumbre, Lope también aseguró unos ingresos anuales en metálico importantes. Cobró entre 1509 y 1514 un total de 80.000 maravedíes, lo que suponía una media anual superior a los 13.000 maravedíes En otro sentido, la evolución profesional y el incremento de su influencia social resultaron imparables. Pasó de cobrar las rentas de Dólar en 1509-10 a percibir además las de Huéneja y Ferreira en 1511, las de Aldeire en 1512 y las de Jérez, Lanteira y Alquife en 1514. A partir de aquí se constituía en el único cobrador del marquesado. Controlaba los arrendamientos en todos los pueblos, el cobro de las ren  Albarracín y otros, 1986: 156.   Galán, 2010: 77-79. 23   Ruiz, 1998: 412. SNAHN, Osuna, leg.1902, doc. 18 (1). 24   Entre ellos encontramos al jurado de Jérez (Gonçalo Alfaquí Gida), al jurado de Alquife (Andrés Abenabón) y al jurado de Calahorra (Ginés Abenamín), junto con 4 alguaciles más, el de Aldeire ( Juan de Molina), Calahorra (Pero Arrabey), el de Ferreira (Rodrigo Abenxin), y el de Dólar (Lope de Barzana, alguacil viejo). Gómez, 1990: 469. 25   Archivo Nacional de Cataluña [ANC], ANC1-960-T, leg.119, doc. 11. Del documento, seguramente precioso en sus explicaciones, únicamente se conserva la carpetilla original. El resto ha desaparecido. 26   Díaz (en prensa). 21 22

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tas y tenía contactos permanentes con el gobernador y a buen seguro con el propio marqués Rodrigo. Era el encargado, además, del control del cobro del magrán después del acuerdo de 1515. Esta posición preeminente está subrayada por los sucesivos y cada vez más importantes envíos de dinero al tesorero mayor, que en estos años, hasta 1524, era Enrique Barberá. A principios de 1513 le envía una partida de 78.500 maravedíes a Valencia; y en noviembre una de 3.000 ducados «por mano de moriscos»; al mes siguiente otra de 1.000 por medio del gobernador Francisco de Molina27. En 1514 su papel en el cobro es aún mucho más destacado. En el cuadro siguiente (cuadro 1) podemos ver cómo Lope de Barzana recogía el 94% de todas las rentas de los lugares del Cenete en los que no era cobrador, superando los 2,3 millones de maravedíes, además de la totalidad de las de Dólar. Entre 1509 y 1514 Lope cobró de todos los lugares del marquesado un total de 8.721.834 maravedíes, lo que suponía una media anual cercana al millón y medio de maravedíes28. Cuadro 1. Rentas recogidas por Lope de Barzana (1514)29 Nombre

Cobrador de

Rodrigo Abenaxí Álvaro de Bazán Juan Aduladín Sebastián Jarafí Lope Algoraví Total

Ferreira y Calahorra Huéneja Alquife Lanteira Jérez

Entrega a Lope (maravedíes) 488.292 529.706 206.302,25 448.279,5 694.041,5 2.366.621

% de rentas entregadas 89 98 84 96 95 94

También son elevados los importes del trigo y cebada controlados por Lope y vendidos por él. Cobrados en especie por los recaudadores y arrendadores a pie de territorio procedentes de las rentas denominadas como pan del campo, que gravaba la posesión de animales de labranza, y la renta del baño, pagada en cebada, impuesta para todos los vecinos moriscos por el uso de los baños. Las rentas procedentes de la venta de estos cereales no dejaron de incrementarse durante los años de los que tenemos datos y especialmente en los primeros años veinte. Como puede seguirse en el cuadro 2, con una media superior a los 200.000 maravedíes anuales, destacan los años 1521 en el que se superó ampliamente el medio millón porque se vendió una parte del correspondiente al año anterior; y el importe cobrado en 1522, cercano a los 400.000 maravedíes.

 SNAHN, C. 2946, doc. 2. Cuentas de Enrique Barberá.   Gómez, 1990: doc. 143. 29   Fuente: Gómez, 1990: 525, y elaboración propia. 27 28

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Cuadro 2. Ventas de trigo y cebada30 Años 1516 1517

Maravedíes 37.200 129.504

1518

142.188

1519

168.100

1520

48.000

1521

600.833

1522

378.420

Media

214.892

Rodrigo Mendoza muere en 1523, heredando el marquesado su hija primogénita Mencía. La máquina fiscal organizada siguió funcionando a la perfección. La cohesión entre los cobradores de cada uno de los lugares, el mayordomo Lope de Barzana, el gobernador del Cenete Francisco de Molina, el tesorero general Francisco de Recalde y los marqueses (en 1524 Mencía casa con Enrique de Nassau) no tenía ninguna fisura en la misión y en las relaciones entre ellos. En cuanto a la gestión, el incremento de la recaudación es muy importante: las rentas de 1523, 24 y 25, con un importe total neto de 12.118.875 maravedíes, multiplicaron por 2,7 el valor medio de las correspondientes al quinquenio 1509-14. También son significativos los envíos de metálico realizados por Lope de Barzana a la marquesa, que no cesan de aumentar respecto a la década anterior, como puede verse en el cuadro 3, entre 1524-26 y 1528-29 casi se multiplicaron por dos (los cuatro millones pagados a los genoveses pueden considerarse también como envíos), algo que nos pone de manifiesto una idea modélica: los territorios señoriales sirven para satisfacer gastos y oropeles de la nobleza mediante la detracción de las rentas que generan. Y es el mayordomo Lope de Barzana el eslabón fundamental de la red fiscal. Pero con algunas peculiaridades. De un lado, como ocurría también en otros territorios castellanos de señorío31, en ningún modo hay desidia por parte de los señores en el control y en la organización de la punción fiscal en sus territorios. Si en los últimos años de la vida del primer marqués, debido a los problemas habidos durante el movimiento comunero y las germanías valencianas, la entrega de cuentas había estado descuidada; nada más acceder al título su hija y casar con Nassau, la preocupación por el restablecimiento del orden fue inmediato. De otro lado, el incremento de los ingresos fue mucho más temprano y más importante que en otras casas nobiliarias32, dada la especial voracidad de ingresos que tenía el marqués flamenco Enrique de Nassau. Una urgencia que le llevó a solicitar en 1527 un crédito de 8.000.000 de maravedíes a los genoveses Juan Bautista Grimaldo, Esteban Riçio, Rafael de Mar, Bartolomé Lomelín y Nicola D’Espindola, a cuenta de las rentas del marquesado. Unos importes abonados, como se ve en el cuadro 3, por el mayordomo recaudador en el territorio.  Fuente: Archivo Real Chancillería Granada [ARChGr], leg 1070, 4, 8v-13r.   Yun, 2002: 17. 32   Yun, 2002: 116. 30 31

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Cuadro 3. Envíos a Barberá y Recalde33 Año 1512 1513 1514 1524 34

Maravedíes 78.500 1.500.000 1.685.000 2.740.000

35

1526 1527 1528 1529 1530 1530-31-32-33 1533-34

2.101.401 4.133.114 4.000.000 4.000.000 2.205.000 11.542.527 3.768.499

1535

2.250.000

1536

3.151.500

1537

12.818.085

1538 1538-39

2.466.486 5.482.019

1540

3.023.970

Por medio de No dice Francisco de Molina y moriscos Francisco de Molina y el bachiller Galán García de Molina Izbalá y Luis Izbalá Rafael Abenchapela; García de Molina Izbalá; García de Carreño, contador del marqués; Francisco Labrador, morisco; Fernando el Dudar y Sebastián Serafín, alguacil de Lanteira García de Molina Izbalá; Salvatierra Pagados a Juan Bautista Grimaldo y Esteban Riçio Pagados a Juan Bautista Grimaldo y Esteban Riçio García Carreño y por medio de Sancho, su criado34 No dice Diversos pagadores Por una letra de cambio de Juan de la Torre sobre Bernardino de Pina. Por una cédula de Juan de la Torre, con el contador García de Carreño35 Alonso de Sotomayor, escribano; Rodrigo Niño, secretario del marqués Francisco de Molina; Antonio Cordero, Juan Escudero y otros No dice Francisco Xenabil, jurado de la Calahorra; Francisco de Molina; García de Molina Izbalá

Las relaciones entre los agentes fiscales (el mayordomo, los cobradores de las villas y los transportistas del dinero) y el gobernador eran buenas. Eran personas de confianza, casi todos ellos moriscos. Así, en 1530, ante los comentarios y acusaciones vertidos por el genovés Rafael de Mar sobre el retraso en el pago de los plazos del préstamo suscrito por Nassau con Grimaldo y Riçio, Francisco de Molina defiende la gestión suya y la de Lope de Barzana ante los marqueses, diciendo a Alonso de la Torre, recaudador de la renta de la seda del reino de Granada, secretario del marqués e integrante de la red del Cenete, que Barzana ha recibido un requerimiento para el pago pero que le están pagando bien36. Poco tiempo después, en 1533, Francisco de Molina escribe a Nassau que en el marquesado las cuentas se toman muy bien y «estan a buen recabdo»37. Viene a tomarlas en estos años García de Carreño, contador de los marqueses.

 Fuentes: SNAHN, C. 2946, d. 2. Cuentas de Enrique Barberá. ANC1-960-T, leg. 135, d. 1. Cuentas de Francisco Recalde. Elaboración propia. 34   ANC1-960-T, leg. 129. Cuentas de Barzana. No hay constancia en las cuentas de Recalde por años, sino que se engloban en 1533. 35   ANC1-960-T, leg. 129. Cuentas de Barzana. No hay constancia en las cuentas de Recalde. 36  ANC1-960-T, leg. 128, doc. 9. 37  ANC1-960-T, leg. 127, doc. 20. 33

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II.  La gestión de Gerónimo DE BARZANA 1. La

transición de

Lope

a

Gerónimo

El joven Gerónimo de Barzana debía ser bastante díscolo. Preocupado más por los asuntos donde gastar el dinero que en emular a su padre. El gobernador Francisco de Molina, a instancias de su padre, le quitó en 1528 el cargo de cobrador de la hacienda que los señores tenían en Guadix para dárselo a Sotomayor, escribano del marquesado, porque el alguaçil [Lope] me rogó muchas veçes que se la quitase porque de todo ello no le daba blanca su hijo sino que entre él y García Izbalá se consumían ya lo pagado. Y también porque Gerónimo no es hombre de recabdo ni entiende sino en jugar y en cosas de poca virtud, aunque muchas veces he procurado de endereçalle38.

Seguramente Gerónimo iría dejando las «cosas de poca virtud». A lo largo de la primera mitad de los años treinta se va produciendo el traspaso en el control de las rentas del Cenete de padre a hijo. Así, en las cuentas de 1533, tomadas entre noviembre y diciembre de 1534, aunque el encabezado dice «el dicho Lope de Barzana», firma como mayordomo Gerónimo. Al año siguiente, en octubre de 1535, se citan al principio los mayordomos Lope y Gerónimo de Barzana, firmando luego solo Gerónimo. En las de 1535, tomadas entre junio y julio de 1536, aparecen al principio «Lope e Geronimo de Barzana, mayordomos del Cenete» y al final, tanto del cargo como de la data, se dice que el mayordomo es Gerónimo, pero únicamente aparecen las rúbricas del gobernador Francisco de Molina y del contador mayor, García de Carreño. Por último, ya en las que se entregan en 1537 las refrenda solo Gerónimo, pero en arábigo. Por tanto, vemos cómo éste ha ido sustituyendo progresivamente a su padre en el cobro de las rentas y en los envíos de metálico al tesorero mayor Francisco de Recalde. Durante los años treinta la red fiscal y el pacto por la renta montados en un principio por el primer marqués Rodrigo y apoyada en los Barzana, junto con los demás alguaciles y cobradores, y en el gobernador Francisco de Molina funcionaba de forma perfecta, generando elevados beneficios a la casa marquesal (Díaz López, en prensa). Y también al mayordomo. Sabemos, como se sigue en el cuadro 3, que todos los años dejaba sin enviar a los marqueses un importante volumen de dinero cobrado, que llegó a acercarse a los tres millones entre 1538-40 ¿Qué hacía con ese dinero retenido? La red funcionaba no solo como recolectora de las punciones fiscales en el Cenete y canalizadora del traspaso de capitales hacia Valencia, sino también como una especie de caja de libre disposición para Lope de Barzana y, después, para su hijo Gerónimo. Podemos ver en el cuadro 4 cómo en la mayoría de los años los resultados de la contabilidad tienen superávit para el mayordomo, con una media situada en torno al medio millón hasta 1535, año en que seguramente muere Lope, y de más de un millón de maravedíes cuando se queda encargado de las cuentas Gerónimo. Si en determinados momentos, con objeto de realizar pagos y atender a libramientos de los marqueses, Barzana tenía que adelantar dinero de su propio peculio; no es menos cierto que en diversas épocas del año éste cobraba las rentas y dilataba los pagos  ANC1-960-T, leg. 128, doc. 9. 1528? Carta de Francisco de Molina a Alonso de la Torre.

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o procuraba mantener un remanente. Surgen preguntas que, al menos por ahora, no tienen respuesta en la documentación ¿podía invertir rentablemente ese capital? ¿Podía Barzana hacer pequeños préstamos a sus convecinos para ayudarles a soldar cosechas, solucionar apuros; siendo al tiempo un factor importante para mantener su posición de control social sobre la comunidad y su prestigio personal? Interrogantes que, posiblemente, obtuviesen respuesta de la consulta de los protocolos notariales de Guadix, actualmente más secuestrados que custodiados por su notario titular. Pero, sin ninguna duda les sirvieron, primero a Lope y después a Gerónimo, para ir construyendo un importante patrimonio para sí y sus hijos, al menos en su pueblo, Dólar. No podemos olvidar una última cuestión: el salario anual del cargo, que, como se ha apuntado, en la segunda década del siglo superaba los 13.000 maravedíes anuales, ascendió en los años treinta a 20.000 maravedíes, lo que supuso un incremento bruto de un 35%39. Cuadro 4. Cargo y data de las cuentas de Barzana (en maravedíes)40 Año 1529 1530 1531 1532 153341 1534 1535 1536 1537 1538-39 1540

2. La

Cargo 4.900.792 4.587.998 5.307.540 5.836.150 5.023.948 4.463.318 4.471.844 5.530.644 5.278.146 9.516.265 7.136.497 nueva situación.

Data 5.156.496 3.713.179 3.860.323 5.110.519 5.023.937 4.549.189 3.248.935 4.489.716 5.000.582 6.565.206 4.302.126

Los

Resultado -260.704 874.719 1.441.206 625.631 11 -85.871 1.222.909 1.040.928 276.064 2.951.059 2.834.371

Capital enviado 4.182.268 2.205.000 2.811.577 4.250.000 1.201.175 3.660.966 2.259.088 2.776.500 3.489.42141 5.482.019 2.866.250

% 81,1 59,4 72,8 83,2 23,9 80,5 69,5 61,8 69,8 83,5 66,6

años cuarenta

A finales de los años treinta y primeros cuarenta tienen lugar en el esquema del marquesado algunos cambios importantes que empujaron a Gerónimo a desarrollar nuevas estrategias: en 1538 muere Enrique de Nassau y la marquesa casa dos años después con Fernando de Aragón, duque de Calabria. En estos momentos, Francisco de Molina, gobernador aún del Cenete, reúne a todos los alguaciles para intentar que se ponga fin a los pleitos que seguían los vecinos sobre los diezmos y el pago del magrán en la Chancillería de Granada desde hacía años. Con seguridad Gerónimo está presente y participa del acercamiento, como buen colaboracionista, porque el propio gobernador afirmaba, en carta a la marquesa, que no estaban presentes en las nego-

 ANC1-960-T, leg. 129. Cuentas de Barzana.  Fuente: ANC1-960-T, leg. 139, Cuentas del Cenete 1529-1540.Lope de Barzana, y después Gerónimo, controla únicamente las rentas del Cenete. La hacienda de Guadix, la herrería de Jérez y el situado y el servicio del reino de Granada están controlados por sus propios mayordomos. Todos los años hay dos o tres envíos, como mucho. 41   Todos los envíos (que son 19), excepto uno, los centraliza Francisco de Molina, el gobernador, quien se encarga de mandarlos a Francisco de Recalde de diversos modos. 39 40

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ciaciones Beçetin y Çamar, pero no dice nada de Barzana42. Además, en 1542 dejaba la tesorería general Francisco de Recalde, encargándose de ella un valenciano, Olesa, con quien había que establecer nuevas relaciones; y poco tiempo después el tándem gobernador – mayordomo del Cenete se quiebra al dejar el cargo Francisco de Molina. A partir de este momento Gerónimo de Barzana tratará de reorganizar su propia red de influencias y mejorar su situación económica con tres apoyos básicos: el nuevo gobernador, Gerónimo Pérez de Arnal, bayle de Teruel; la propia marquesa Mencía a la que se dirige por correspondencia de forma frecuente; sus convecinos moriscos, a los que apoya y anima continuamente. Durante los primeros años de la llegada del nuevo gobernador, Barzana se mantendrá unido a él. El prestigio del mayordomo y sus buenas relaciones son percibidos por otros criados de la marquesa. En estos años, Juan de la Torre, secretario de Mencía y recaudador de la renta de la seda del reino de Granada escribe a Pedro de Burgos, contador de la marquesa, diciéndole que el señor bayle lo tiene [al mayordomo] a cargo que es persona muy honrada y querda»43, y que el gobernador «agora anda muy enbuelto en hazer encabezamiento nuebo con los vasallos de todo el marquesado [...] y que lo haze muy cuerdamente y a plazer de todos los pueblos y en desagrabio de los pobres44;

y a la marquesa, que el governador es tan mañoso y le tienen tanto amor que ha sido bastante a dar conclusión en el negoçio y el liçençiado Ortiz lo ha soliçitado tan bien que con ser de su color de los moriscos y ansí halagueño los ha hecho venir al conçierto45.

Completan los mutuos reconocimientos y testimonios el que aparece en la carta que enviaba Barzana a su señora en 1547 diciéndole que este marquesado esta muy bueno, muy paçifico y bien governado y con mucha honra y açierto. vra. excia. a echo mucha merçed a todos los vasallos que somos en él en azer quedar al governador porque çierto tiene mucho cuydado de todo y estamos todos muy contentos46.

La red financiero – fiscal del marquesado está formada en estos momentos por el propio gobernador, Gerónimo Pérez de Arnal; el mayordomo, Gerónimo de Barzana; el escribano Sotomayor, que lleva viviendo muchos años en el marquesado; los cobradores Juan Abenchapela y García de Molina Izbalá; el citado licenciado Ortiz, que parece ser morisco o muy cercano a ellos según se desprende de la carta citada más arriba; Juan de la Torre, que está en contacto permanente con la señora, con las autoridades del señorío en Valencia y con otros financieros de Toledo47; y por otros  ANC1-960-T, leg. 129, doc. 9. 1538-1540. Cartas de Francisco de Molina a la marquesa.   ANC1-960-T, leg. 129, doc. 40. Carta de Juan de la Torre a Pedro de Burgos de fecha 12 de octubre de 1544. 44  ANC1-960-T, leg. 129, doc. 40. Carta de Juan de la Torre a Pedro de Burgos de fecha 14 de marzo de 1545. 45  ANC1-960-T, leg. 129, doc. 32. Carta de Juan de la Torre a la marquesa de fecha 28 de noviembre de 1546. 46  ANC1-960-T, leg. 131, doc. 8. Cartas de Barzana a la duquesa. 47   Díaz y Muñoz, 2012: 277-278. 42 43

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personajes secundarios, al tiempo que Gerónimo Pérez de Arnal fue creando durante estos años su propia red clientelar. La firma efectiva del nuevo pacto fiscal, que tuvo lugar en 1548 generó una serie de tensiones entre la comunidad morisca y el poder señorial sobre el cobro del magrán. En este momento el propio gobernador reconocía al contador Pedro de Burgos «que el pleito es cosa muy delicada y de mucha fatiga de persona y espiritu y allome muy solo porque tengo que hazer con moriscos y cobradores y traydores»48. No sabemos si incluiría ya a Gerónimo de Barzana en el grupo de éstos últimos cuando deslizaba ciertas dudas sobre su gestión al contarle en marzo de 1550 las dificultades para cobrar las rentas por la resistencia de los cobradores al nuevo pacto fiscal diciéndole que «el mayordomo se sirbe de dineros de S. E. o me engaño»49, pero ya en octubre la desconfianza es palpable cuando le dice que en lo del mayordomo yo le desenganyaré, como S. E. manda y si no quisiere, abisaré para que lo mande proveer. Aora no lo e hecho porque no convinía según las cosas de aquá [acá], más no tardará de azerse y como conviene50.

En otro orden de cosas, en 1549 los partidarios del gobernador Pérez de Arnal intentaban poner a Mencía contra Gerónimo de Barzana, desacreditándolo y vinculándolo a los sectores opositores a la casa señorial. Con este objetivo el hijo del gobernador, presente en el Cenete y teniente del cargo cuando se ausentaba su padre, escribía a la duquesa que Barzana estaba dificultando la aplicación del nuevo pacto fiscal, junto con García de Molina Izbalá y el escribano Sotomayor. Le contaba que aunque no se publican ellos, antes se muestran servidores de V. E., hazen que se publiquen los de su parçialidad y anlos ellos a lo que se cree soliçitado y sustentanlos» y le sugiere que «se disimule agora en toda cosa y los que agora iran con estas petiçiones sean muy bien reçebidos y oydos sin que se sientan que V. E. tiene ya aviso51.

Otros puntos de desencuentro entre la máxima autoridad del marquesado y el mayordomo eran la gestión del cobro de los escusados y la forma de rematarse algunas rentas señoriales. En la cuestión del cobro, por una petición de Barzana a la duquesa se intuye que éste acusaba al gobernador de ponerse de acuerdo con las autoridades eclesiásticas de la catedral de Guadix para que no le adjudicasen el cobro de los escusados del Cenete, y en concreto, de Dólar. Mediante este servicio el mayordomo pretendía dos objetivos, el primero, que declara por carta a Mencía de Mendoza, conseguir incrementar su figura como representante de la comunidad, «porque parezca a la jente que se tiene por serbida de mi» 52; y, lógicamente, también conseguir ingresos adicionales para sus arcas. En cuanto al remate de las rentas, siguiendo las adjudicaciones podemos ver que en algunos casos la carnicería, la especiería, la melcocha, el   ANC1-960-T, leg. 131, doc. 7. Carta del bayle de Teruel a Pedro de Burgos de 19 de noviembre de 1548.

48

  ANC1-960-T,  ANC1-960-T, 51   ANC1-960-T, Mencía. 52  ANC1-960-T, 49 50

leg. 131, doc. 7. Carta del bayle de Teruel a Pedro de Burgos de 12 de marzo de 1550. leg. 131, doc. 7. Carta del bayle de Teruel a Pedro de Burgos de 7 de octubre de 1550. leg. 129, doc. 30. 1549. Carta de Diego Pérez de Arnal, hijo de Gerónimo Pérez de Arnal a leg. 131, doc. 8, Carta de Gerónimo de Barzana de 21 febrero 1549.

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pan del campo o alguna otra se conceden graciosamente por el gobernador sin que hubiese pujas previas, algo que podía estar directamente relacionado con el mantenimiento de una red propia de influencias. Esta red también podía extenderse, como hemos analizado en otro lugar53, a las concesiones de parcelas de habices a censo. Sabemos, además, que había conexiones entre los que acensuaron algunas parcelas importantes en la subasta de los años cuarenta realizada por el gobernador y los que controlaban el cobro de las rentas en algunos pueblos, como por ejemplo Francisco el Bacaraxí en Xérez y García de Molina Yzbalá en Huéneja. A lo largo del año 1550, la oposición al gobernador debió incrementarse de forma importante, puesto que en el mes de agosto Antón Pérez, un cristiano viejo del marquesado cercano a la casa marquesal, colaboracionista y confidente, pide a la marquesa que le haga residencia a Pérez de Arnal, puesto que si no lo hace los vecinos pueden decir que «los agravios hechos por el governador son tambien culpa de la marquesa»54. Casi al tiempo Juan de la Torre pedía a Pedro de Burgos que se aclarase una partida de mil ducados de las rentas de 1546 que Gerónimo de Barzana afirmaba haber pagado al gobernador, habiendo mandado las cartas de pago a Valencia, mientras que la primera autoridad del marquesado lo negaba55. Seguramente, viendo que su situación en la red de la estructura de poder peligraba, Gerónimo de Barzana se afanará en congratularse con sus vecinos moriscos distanciándose del gobernador y enfrentándose a él por diversas cuestiones que veremos más abajo. Incluso será uno de los opositores a la firma del nuevo pacto del magrán. Puede que fuese una forma de salvaguardar sus propios intereses, puesto que el nuevo pacto establecía una derrama igualitaria de la punción fiscal entre todos los habitantes; puede que procurase no romper del todo sus lazos con su comunidad para mantener su influencia sobre ella y así poder cobrar más cómodamente las rentas. Puede que se tratase de la misma estrategia mantenida ya a lo largo de dos generaciones. La equidistancia entre el colaboracionismo y la colaboración. La situación pendular entre la comunidad neoconversa defendiendo sus posturas, y el poder señorial y sus oficiales, del que también procuraba servirse para mejorar su posición social y su situación económica. En estos tiempos escribía a la marquesa Mencía suplicando: Me haga merçed que en lo que toca a cierto despacho de una sentencia que tengo en mi fabor de cristiano viejo. V. E. me la haga, pues es cosa que para V. E. será façil favoresçiéndome que el prínçipe me la confirmase y si V. E. fuere servida de me hazer la merçed, es que esto suele despachar en el consejo de guerra y son del consejo el duque Dalva y el marqués de Mondéjar y Juan Vázquez, por manera que escreviendo V. E. al prinçipe y a estos señores sería luego despachado a mi merçed, todo para servir a V. E.56.

No solo implora sino que incluso indica a la duquesa el camino y a quiénes se tiene que dirigir. Una forma de hacerle constar que está informado de los mecanismos que se utilizaban para resolver esas cuestiones. Tenemos evidencias de que no lo consiguió, puesto que a principios de la década siguiente seguía pidiéndolo con objeto   Díaz, 2011: 219-220.   ANC1-960-T, leg. 126, doc. 33. Carta de Antón Pérez a la marquesa de fecha 20 de agosto de 1550. 55  ANC1-960-T, leg. 131, doc. 7. Carta del bayle de Teruel a Pedro de Burgos de 7 de octubre de 1550. 56  ANC1-960-T, leg. 131, doc. 8. Cartas de Barzana a la duquesa. 53 54

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de poder portar armas tanto él como sus hijos. Incluso décadas después, durante la guerra de las Alpujarras, sus herederos siguieron siendo considerados moriscos. Además del patrimonio acumulado años atrás al que hemos hecho referencia podemos rastrear el incremento que se iba produciendo a lo largo de la década: en 1543 se había apropiado de dos hornos de pan de habices en Dólar y los tenía arrendados en 9.000 maravedíes anuales a Andrés de Molina Abendarí, también vecino de Dólar57. En 1549 Fernando de Barzana, hijo de Gerónimo tenía un censo de habices por el que pagaba 600 maravedíes anuales que consistía en 9 marjales de riego y una hora de agua también en la villa de Dólar58. Al año siguiente, cuando se hizo el empadronamiento para el nuevo pacto del magrán, sabemos que la mejor vivienda de la localidad, la única exenta con un huerto anejo era la de Gerónimo59. Y no descuidaba tener toda la documentación que acreditaba sus posesiones. En este sentido, en 1547 se dirigía a la duquesa pidiéndole confirmación de la cesión de los bienes en este sentido: My padre y yo emos tenido unos habizes y hornos en Dolar, donde yo vivo, quel señor marqués que está en la gloria nos hizo merced dellos y ansi los hemos tenido asta hoy con voluntad y mandado de V. E. y del señor duque. Yo suplico s V. E. me lo mande confirmar para my vida y para un hijo myo. [...]También suplique al duque my señor me hiziese merced en la sierra de unas tierras yermas para sembrar y S.E. lo tuvo por bien y aviaseme de enviar aora la merced...60.

La confirmación de la posesión de esos bienes raíces le llegaría años más tarde, poco antes de morir Mencía de Mendoza y una vez que Pérez de Arnal ya no era gobernador del Cenete. Una vez recibida, Gerónimo lo agradece por carta diciendo que «de la merçed que V. E. me a hecho de los havizes y hornos de dólar yo embio al contador la carta de censo». La otra cara del planteamiento existencial de Gerónimo también es muy interesante y pone de manifiesto su voluntad colaboracionista. A pesar de sus buenas relaciones con Francisco de Molina, en los primeros años cuarenta no duda en escribir a la duquesa denunciando que el gobernador ha dado partidas de «abezes» a censo a personas pobres que no pagan o que se han ido; pide clemencia para Gerónimo el Maleh, que ha sido condenado a destierro y a una multa, para que se le perdone, puesto que es persona a la que se le puede confiar la cobranza de las rentas; afirma que, aunque los vasallos son reticentes a pagar porque están pendientes de que vuelvan los que han ido a negociar con la marquesa sobre la alcabala, ha procurado cobrar lo que se debe del año 1540 y le manda 1.000 ducados. También se afanaba por subrayar en su correspondencia cuándo y cuánto ponía de «su casa» para poder cumplir con las necesidades económicas de la duquesa. En 1543 que ... y no cesando de cobrar hasta que v. e. sea servida y pagada, y lo que yo haré de mi casa por el cumplimiento destos 2500 ducados... y esto haré por servir a v. e. y por la mucha neçesidad en que veo a los vasallos de v. e...

 ANC1-960-T, leg. 121, doc. 13. 1543-1552. Escrituras de arrendamiento de diversas propiedades y su valor.  ANC1-960-T, leg. 121, doc. 5. 1549-1552. Relación de los censos de habices que se establecen por Gerónimo Pérez de Arnal, gobernador. SNAHN, Osuna, C-2973 (3). Relación de habices arrendados. 59   Ruiz, 1984: 64. 60   Todas las cartas que se citan a continuación en ANC1-960-T, leg. 131, doc. 8. 57 58

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También en 1548, cuando afirma en su carta de 26 de julio que manda 2.566 ducados, «que mucha parte dellos son de mi casa porque hasta agora se a cobrado poco dinero»; y en 1549 que «con Andrés Chapela embio quatro mil ducados a VE. Yo quisiera que fueran más, más Dios es testigo que ban de mi casa hartos dellos y si más tubiera más enbiara y no quedará de azerse todo cuanto pueda... ». Pero estas noticias no pueden dejar de lago algo fundamental: las relaciones entre la duquesa y Gerónimo no se rompieron y el pacto firmado permitió a la casa señorial incrementar sus rentas, que en 1548 ascendieron a 4.568.000 m., lo que suponía aproximadamente el 13% más que en 1525. En el apartado siguiente vemos detenidamente ese cambio de escenario. 3. Los

primeros años cincuenta

La oposición de los líderes de la comunidad morisca, especialmente del mayordomo Gerónimo de Barzana, y de los cobradores de las rentas de cada uno de los lugares del marquesado; las dificultades surgidas para poner en marcha el nuevo pacto fiscal, así como las informaciones que Barzana y sus allegados iban haciendo llegar a las instituciones centrales del señorío, fueron minando la autoridad del gobernador y la confianza en él de la marquesa. Posiblemente la muerte del duque de Calabria, Fernando de Aragón hiciese también caer en desgracia a Gerónimo Pérez de Arnal. Las relaciones entre Barzana y la duquesa atravesaron momentos de tensión en los primeros meses de la década de los años cincuenta. Las dilaciones del mayordomo en la entrega de las cuentas y sus alegatos sobre ello motivaron que se le exigiese desplazarse a Valencia para presentar los justificantes de los años anteriores. A todo ello Barzana contestaba que era fiel servidor, que si tuviera dinero lo emplearía para socorrer las necesidades de su señora, que no tenía salud para tan largo viaje, ni persona de confianza y segura con quien enviarlas. Se quejaba de que en los años anteriores el contador mayor del señorío se había desplazado siempre a la Calahorra y pedía que se mantuviese esa costumbre. Las excusas le permitieron dilatar el viaje. Pero cuando, de nuevo en 1551 se volvía a exigir su presencia en la ciudad del Turia, respondía que hubiese ido antes a besar los pies de V. E., a no ser que a quatro meses que estoy en la cama malo de los ojos y otras ynfermidades, y agora después de resçibida la carta de V. E. a plazido a nuestro señor Dios que con el fabor de V. E. me a dado algun alibio y estoy determinado de que aunque quedara en el camino yr a cumplir lo por V. E. mandado....

Antes de partir hacia la sede ducal, seguramente durante el verano de 1551, Gerónimo procuraba desmontar lo más posible la credibilidad del gobernador ante la duquesa. Con ese objeto le escribía para informarle de que durante algunos días Francisco Alabiad, uno de los integrantes del clan del gobernador, había estado tratando de sonsacar a Juan Abenchapela, encargado del transporte del dinero hasta Valencia, sobre cómo se mandaba, quién lo llevaba y aconsejándole que procurase que no fuese su hijo en el envío. Concluía que tengo creído que entre el bayle y el dicho Francisco Alabiad y los criados y paniaguados que tiene aquí, tienen ordenada alguna maldad para que el dinero de V.E. o parte del se pierda en el puerto....

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Poco después, mientras estaba en Valencia, ya Hernando de Barzana, que ocupaba mientras el cargo de mayordomo, mantenía informado a su padre de las «vyllaquirias» del gobernador, que mandó a Diego Aduladín e a Fco. Alabiad y a Juan Chapela que cobrasen el terçio deste año de çinquenta e uno y dize ques a servicio de S. E. e no es sino para cobrar sus vyllaquirias y de Françisco Alabiad e de Diego Aduladín, e les dio dos alguaçiles e cobran muy a la fuerça61.

La oposición al gobernador y los intentos de anularlo por parte del mayordomo y sus seguidores eran permanentes. Después de regresar al Cenete, Barzana se quejaba a la duquesa de que en su ausencia Pérez de Arnal había aprovechado para colocar como jurados a sus partidarios, eliminando a los anteriores; perseguir a su familia, encarcelando a su hijo porque había tomado decisiones sobre el abastecimiento de fruta en beneficio del pueblo; permitiendo a otros moriscos enemigos de los Barzana y su grupo de apoyo que portasen armas para amenazarlos; e incluso, con objeto de perjudicar al mayordomo, reduciendo los impuestos que sobre el pan tenían que pagar los horneros, afirmando que así los hornos de VE siempre vernan a menos y digo que la costumbre que se a tenido en este marquesado de pagar de diez panes uno es porque los horneros cuezen las casguelas de todos los vezinos sin pagalles nada, con que en tiempo de las eras cada vezino que coge pan le da lo que quiere de su voluntad y agora el bayle a mandado con cierta pena que los harineros cuezan las dichas casguelas de balde e que no salgan a las eras ni los vezinos les den ninguna cosa, lo qual es quebrar la costumbre62.

El viaje de Gerónimo Barzana a Valencia y sus conversaciones con las autoridades centrales del marquesado y con la propia Mencía de Mendoza debieron servir para asegurar su posición de hombre fuerte del Cenete, asegurar la destitución del gobernador a finales de 1551 y el posterior juicio de residencia a partir de enero de 155263. Los cargos recogidos contra el gobernador, el bachiller Sierra, los alguaciles y otros oficiales del marquesado incluían alguno que hacía referencia directa a los intereses del propio Barzana, puesto que se le hace cargo que teniendo la Señora duquesa a Gerónimo de Barzana como mayordomo, se ha entremetido [el gobernador] a reçibir e cobrar sus rentas de trigo y çebada e dineros en mucha cantidad, no dexandolo cobrar al dicho mayordomo64.

En ese momento, según se desprende de su correspondencia y movimientos, el mayordomo había conseguido un importante salto cualitativo en el control del poder:  ANC1-960-T, leg. 127, doc. 20. 1551. Carta de Hernando de Barzana a su padre.  ANC1-960-T, leg. 131, doc. 8, Carta de Barzana de 27 julio 1551. 63  ANC1-960-T, leg. 120, doc. 54. Cargos contra Gerónimo Pérez de Arnal gobernador del Cenete, así como contra el bachiller Sierra, alguaciles y otros oficiales del marquesado. ANC1-960-T, leg. 120, doc. 55. Granada, 13 junio 1552. Recurso de Gerónimo Pérez de Arnal ante la Audiencia de Granada relativo a los cargos que se hicieron sobre la residencia por él habido en el marquesado. ANC1-960-T, leg. 120, doc. 56. Granada, 20 junio 1552. testimonio autorizado en virtud del cual Juan de Mieres, gobernador y justicia mayor del marquesado toma razón del gobierno del citado marquesado a Gerónimo Pérez de Arnal. 64  ANC1-960-T, leg. 120, doc. 54. Enero 1552. Cargos contra don Gerónimo Pérez de Arnal, gobernador del Cenete, así como contra el bachiller Sierra, alguaciles y otros oficiales del marquesado. 61 62

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apoyado por una parte importante de su comunidad, con un prestigio indudable ante los moriscos, había logrado eliminar del cargo a su principal enemigo: Gerónimo Pérez de Arnal, bayle de Teruel. El principal muñidor y gran defensor ante los neoconversos del nuevo pacto por la renta firmado en 1548 había caído del cargo. Pero seguirá en el territorio y en Granada hasta julio de 1553. Las tensiones sociales generadas a múltiples bandas desde mediados de los años cuarenta entre los representantes directos del poder señorial junto con sus criados y partidarios (los moriscos más colaboracionistas), los partidarios del mayordomo como colaboradores de la casa señorial y defensores de sus correligionarios, van a enquistarse y mantenerse incluso después del cese del gobernador. Los meses previos al fallecimiento de Mencía de Mendoza (en enero de 1554) van a ser de una situación muy compleja en el Cenete. La red financiero – fiscal estaba sufriendo fuertes convulsiones que se pueden seguir a través de la correspondencia que se conserva. En concreto, de los años 1552 y 1553 tenemos más de medio centenar de cartas dirigidas por los principales personajes vinculados al poder en el Cenete tanto a la marquesa como a su contador Pedro de Burgos. En ellas, los firmantes van desgranando sus enemistades con los miembros de los otros grupos, su visión de la realidad, dejando ver de forma clara la trama de intereses y de luchas de poder que se estaban dirimiendo de forma soterrada. Los sectores de la sociedad del marquesado se pueden organizar en estos momentos en torno a los siguientes actores principales: por un lado situaríamos al antiguo gobernador, Gerónimo Pérez de Arnal; a su hijo Diego, teniente de gobernador mientras su padre estaba fuera, y auxiliar fundamental; a Françisco Ximenez, criado del bayle y gran generador de disturbios; al licenciado Ortiz, solicitador de pleitos en la Chancillería, apoyo del grupo en los tribunales; a los alguaciles que habían estado en el cargo con Pérez de Arnal, ahora cesados, como Alabiad, Aduladín y Torres, moriscos los dos primeros y cristiano viejo el segundo; a Luis de Úbeda, beneficiado de Aldeire; además de otros apoyos que tenía, según sus enemigos, en la Chancillería de Granada. Ocupando el poder que podíamos denominar «oficial» podemos citar al juez de residencia, el licenciado Mieres, que al tiempo es también gobernador del Cenete; a Françesc Luis Escrivá, un valenciano poco entendido en el carácter y en las costumbres de los territorios andaluces, que ocupará la gobernación cuando concluya la residencia; sus nuevos alguaciles, nombrados para eliminar al grupo de apoyo a Pérez de Arnal, crear un clan propio e intentar controlar también de algún modo al mayordomo; además de una serie de personajes que intentan mantener una posición neutral en sus informaciones como el licenciado Cámara, beneficiado; Francisco de Cárdenas, del consejo de la duquesa; y Elvira Carrillo, mujer de Bernardino de Mendoza, familiar de Mencía, juez de la Chancillería de Granada65. En tercer lugar situaríamos al grupo de los colaboracionistas, integrado por Gerónimo de Barzana, mayordomo y verdadero eje central de toda la trama; sus hijos, especialmente Hernando y Diego, los mayores; Françisco Xenabil, Françisco de Quesada y Caxate, Françisco Abenajara, Françisco Naxar, Garçia Arbí, Juan Abenchapela, Garçia de Molina Izbalá66, moriscos, alguaciles y cobradores de diferentes lugares del Cenete, alguno de ellos, en concreto   Bernardino de Mendoza y Núñez de Toledo, de la casa del Infantado, conseguía en 1549 un hábito de Santiago, vecino y regidor de Madrid. Hijo de Juan de Mendoza y nieto de Diego Hurtado de Mendoza, duque del Infantado. Archivo Histórico Nacional [AHN], OM-Santiago, Exp. 5194. 66   Ibidem. 65

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Abenajara, vinculado a una familia de la oligarquía morisca de Guadix67; Sotomayor, escribano del marquesado desde los años treinta, quien escribe a la señora desde la autoridad moral que le reconocen todos los moriscos; Alfonso de Castroforte, beneficiado de Ferreira, apoyado por sus vecinos moriscos y portavoz y defensor de sus intereses. En las líneas que siguen se desgranan los sucesos básicos de esos dos años, los argumentos que esgrimen los defensores y el propio Gerónimo de Barzana, los que manejan el bayle y sus partidarios, así como, a modo de colofón, los pensamientos y preocupaciones de una figura que intentaba ser pacificadora, el gobernador que llega a finales de 1552, Françesc Luis Escrivá. Una vez destituido Pérez de Arnal del cargo de gobernador se iniciaban los trámites para su juicio de residencia. El encargado de iniciar los trámites, además de sosegar los ánimos de los vasallos, va a ser Pedro de Burgos, contador de la marquesa, que se encuentra en el Cenete desde febrero hasta marzo o abril de 1552. Al tiempo, el bayle y el mayordomo Barzana entablan varios pleitos en la Chancillería por cuestiones relativas a la gestión de los cobros. Aquel acusaba a éste de no haber ingresado en la hacienda marquesal los importes de rentas cobradas y éste, en cambio, culpaba al antiguo gobernador de haberse apropiado de ellas. Una vez que Pedro de Burgos abandona el territorio se va a encargar de la gobernación y del juicio de residencia el licenciado Mieres, quien, desde el primer momento, será acusado por los líderes de la comunidad morisca de ser excesivamente legalista y rígido en sus determinaciones68, no permitiendo las costumbres que eran tradicionales entre los neoconversos. A partir del mes de mayo Mieres comenzaba a sustituir a todos los alguaciles, jurados y cobradores de la época del bayle por otros nuevos, más cercanos al mayordomo. Esto suponía una nueva victoria de Barzana y un claro incremento de su poder, aunque la orden de que fuese de nuevo a Valencia para entregar cuentas recibidas en junio, suponga un revés importante. El mayordomo lograba dilatar el viaje, pero entretanto es detenido en Granada, donde estaba para entender en los pleitos con el bayle, junto con sus hijos y otros partidarios, acusados de portar armas. Barzana logró quedar en libertad porque aportó una merced real para ir armado, pero los demás hubieron de pagar una fianza. Poco después, en el día de Santiago se producía un grave altercado en la Calahorra y, de nuevo, Barzana era detenido «por poner paz», según Sotomayor. Entretanto llegaba un fiscal al Cenete, solicitado por los vecinos moriscos, para ayudar en la residencia y, en el mes de agosto, comenzaba la vista del juicio. A finales de septiembre o principios de octubre era asesinado un hijo de García de Molina Izbalá por algunos moriscos y cristianos viejos, lo que enrarecía sobremanera la convivencia en el marquesado. Del asesinato se enteraba su padre cuando volvía de Valencia, enviado por Barzana para entregar cuentas a la marquesa. En noviembre se sustanciaba el juicio y la sentencia declaraba libre al bayle de todos los cargos presentados contra él. El juez coincidía en los argumentos de la sentencia con los vertidos previamente por los oficiales de la marquesa a los que se pidió parecer: en las acusaciones no había perjuicio para los intereses de la hacienda señorial. Únicamente las actuaciones del antiguo gobernador habían perjudicado a los vecinos y al mayordomo, por lo que no se le podía condenar en residencia. Entre los vecinos y líderes del territorio se hacían críticas más o menos abiertas a la sentencia, por injusta y perjudicial para todo el   Díaz y Muñoz, 2012: 287.  ANC1-960-T, leg. 131, doc. 20. Cartas de Sotomayor.

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vecindario. En diciembre de 1552 era nombrado gobernador Escrivá y, de forma casi inmediata, sustituía a los oficiales (alguaciles, cobradores) por otros que le indicaba la propia marquesa en su correspondencia, más cercanos al poder señorial, más alejados de la influencia de Barzana, e incluso acusados antes de ser amigos del gobernador. Se estaba produciendo un cierto distanciamiento entre el nuevo gobernador y Barzana. En enero un receptor de la Chancillería ordenaba el secuestro de los bienes del mayordomo acusado de nuevo de portar armas. Seguramente Mencía conseguiría una orden de suspensión de la condena porque no se volvió a insistir sobre el asunto. Los argumentos desgranados en la correspondencia de estos años por Gerónimo de Barzana y sus colaboradores y partidarios tienen dos claros niveles de desarrollo, de un lado, de forma abierta, se trataba de apoyar testimonios en su pugna contra el gobernador, ya cesado; de otro, de forma soterrada, se luchaba por mantener el control de su comunidad morisca. Tampoco se puede olvidar que, lógicamente, procuraría favorecer la cohesión social entre todos los neoconversos, sin descuidar sus propios intereses personales. Acusaban al bayle de Teruel de perseguir a los familiares, amigos o criados del mayordomo; de destruir el estado haciendo daño a los intereses de la casa marquesal; de soliviantar a los vasallos para que volviesen al pleito contra los señores denunciando el pacto firmado en 1548; de utilizar a sus criados, especialmente a Françisco Ximenez, para buscar enfrentamientos con los partidarios de Barzana, y a sus amigos en la Chancillería para conseguir perjudicarlo con sus litigios; de no reconocer los pagos de rentas ya hechos por el mayordomo, habiéndose quedado el gobernador con el dinero; de robar a los vecinos cobrándoles rentas de forma abusiva, incluso para que apareciesen como decisiones de la señora; de mover acusaciones de llevar armas contra sus oponentes para que fuesen detenidos; y de impedir con estas detenciones que se cobrasen las rentas del señorío, puesto que casi todos los cobradores estaban en la cárcel. Asimismo, cuando se absolvía al bayle de todos los cargos se producía un gran revuelo en el Cenete. La misiva que dirigía Alfonso de Castroforte, beneficiado de Ferreira, apoyado por «todos los vecinos» es ilustrativa. En ella afirmaba que todos los vasallos estaban «escandaliçados della y an estado a punto de se absentar si no ovieran mirado mucho a los que Jeronimo de Barzana, mayordomo de V. E., a trabajado de los consolar y apaçiguar»69. Algunas consideraciones personales sobre éste introducía Sotomayor en sus cartas, diciéndole a Pedro de Burgos, contador, que era muy «distraydo», que el bayle ganará todos los pleitos porque no se preocupaba en absoluto de sus intereses. De forma paralela, a través de las manifestaciones de amigos y deudos del mayordomo, algunos cristianos viejos como el escribano Sotomayor, y de las actuaciones del licenciado Mieres y del nuevo gobernador Escrivá, podemos seguir la lucha interna por el control del poder que se desarrollaba. Cuando acababa de ser cesado del cargo de gobernador el bayle de Teruel, el escribano Sotomayor suplicaba a Mencía que proveyese en este cargo a una «persona llana y de buena conçiençia» porque hasta este momento habían estado los vasallos alborotados por culpa del bayle que «pensó que por tratallos mal los habia de tener mas sosegados y engañose en esto porque los governadores de los estados de los señores an de ser muy templados y no codiçiosos»70 si quieren conservar a los vecinos en su territorio. También el licenciado Cámara, beneficiado de la Calahorra, se quejaba de que el licenciado Mieres aplicaba de forma   ANC1-960-T, leg. 131, doc. 35. Carta de Castroforte de 3 de diciembre de 1552.  ANC1-960-T, leg. 131, doc. 20. Carta de Sotomayor 26 de febrero de 1552.

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taxativa las normas de las ropas y las armas como se hace en Granada y Guadix, haciendo muchos desatinos por ello. En definitiva, a lo largo del año 1553, Escrivá decía a la señora Mencía que empezaba a entender las cosas del Cenete, procurando ganar amigos «para valerme dellos en la neçesidad» y encontraba gente dispuesta a servir a la casa señorial, «aunque no me fio del todo dellos..., los tengo a todos por contrarios y me doy a entender que estoy entre enemigos». Pensaba que el mayordomo «lo manda todo y controla todo» y que aunque la marquesa le pedía que favoreciese a Barzana en todo, a veces «se pasa de la raya», siendo «de tal calidad y como este año todo a andado revuelto que todos mandaban, él se a tomado tanto que a no hirle yo a las manos querría mandar más que yo». El nuevo gobernador comunicaba a su señora que el origen de todos los enfrentamientos no estaba en los agravios del gobernador o de la marquesa sino en «querer vivir con la ropa destos pobres moriscos, por mas regalos que se les hagan» y pretender que «los ofiçiales se pongan a su apetito»71. Los testimonios que se conservan en la correspondencia de los seguidores del antiguo gobernador, Gerónimo Pérez de Arnal, son bastante escasos. Se reducen a los argumentos de éste mismo y a los de Elvira Carrillo, mujer de Bernardino de Mendoza. El propio bayle se quejaba de que los cobradores eran ahora defensores de los moriscos, habiendo quitado a «los buenos vasallos de V. E.»; acusaba a Barzana de cobrar el pan de Guadix para quedarse el dinero; se alegraba en suma del resultado de la residencia y de su absolución. De otro lado, Elvira Carrillo atacaba duramente al mayordomo porque afirmaba que conseguía siempre que sus partidarios fuesen rápidamente absueltos por la justicia porque los procesos se perdían, y que explotaba a los vasallos cobrándoles rentas demás y dándoles cartas de pago falsas72. En definitiva, con el único revés de la sentencia absolutoria del bayle, la posición de Barzana y los suyos hubo de salir reforzada frente a su comunidad y frente a la casa marquesal. Los lazos entre ésta y el mayordomo debían ser muy fuertes, puesto que, aunque durante los últimos años de su vida su situación fuese bastante crítica, debido a los pleitos por la herencia de Mencía, siempre se mantendría el apoyo de la familia Mendoza, como veremos más adelante. 4. La

situación de

Gerónimo

desde la muerte de

Mencía

de

Mendoza

Los problemas de Gerónimo se acentuaron cuando murió la marquesa el 4 de enero de 1554. La transmisión de la herencia del Cenete y del ducado de Calabria, junto con los bienes libres que tenía Mencía de Mendoza tuvo un hondo calado: por un lado el ducado de Calabria pasó, cuando murió Fernando de Aragón en 1548, a Luis de Requesens, comendador mayor de Castilla; por otro, el marquesado del Cenete lo heredaba María de Mendoza, hermana de Mencía, casada en 1534 con Diego Hurtado de Mendoza, conde de Saldaña73. Pero los herederos de una y otra casa, Requesens y Hurtado de Mendoza, se enfrentaron por los bienes libres, que ambos querían controlar, en un largo pleito que concluyó en 1566. Así pues, desde la muerte de Mencía, los condes de Saldaña comenzaron a cobrar diversas rentas de Gerónimo de Barzana.  ANC1-960-T, leg. 131, doc. 48. Cartas de Françesc Luis Escrivá a la marquesa.  ANC1-960-T, leg. 131, doc. 6, doc. 7. Cartas del bayle de Teruel al contador Burgos; doc. 16. Carta de Elvira Carrillo a la marquesa. 73  SNAHN, Osuna, C. 1774, doc. 1-3. 1534. Capitulaciones matrimoniales de Diego Hurtado de Mendoza con María de Mendoza. 71 72

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En total, en el acuerdo con el que concluyó el litigio, se reconocieron pagos por un importe de 8.695.788 mrs74. Aunque no tenemos grandes noticias, sabemos que Gerónimo continuó en su cargo al menos hasta los años 1560 o 1561 porque el primer documento relativo a otro mayordomo aparece fechado a finales de este último año, cuando en diciembre la marquesa María de Mendoza daba poder para cobrar las rentas a Gerónimo el Maleh, vecino de Ferreira, uno de los integrantes de la red de influencias del propio Barzana. Asimismo en abril de 1562 la marquesa daba poder al gobernador, Bernardino de Çúñiga, para tomar a el Maleh las cuentas del año 156175. Los últimos años de la vida de Gerónimo de Barzana transcurrieron entre la fidelidad a la casa marquesal del Cenete y en concreto a su titular, María de Mendoza, y los enfrentamientos legales con Luis de Requesens y sus representantes. En los primeros años sesenta, el antiguo mayordomo era apresado en Castilla y trasladado a la cárcel real de Valencia76. En ese momento, las disputas por la herencia entre Requesens y María de Mendoza le alcanzaron de lleno. Aquél le exigía el pago de todas las cantidades que, correspondiéndole cobrar de la herencia disputada, habría percibido Barzana y entregado a los duques de Saldaña, procedentes de los años 1548 a 1553, es decir, desde la muerte del duque de Calabria, marido de Mencía de Mendoza, hasta la muerte de ésta. Las negociaciones entre éste y los representantes de Requesens podemos seguirlas a través de tres documentos que las describen, dos fechados en mayo de 156477 y un tercero sin fecha concreta78, pero que con seguridad es posterior a ellos. Cronológicamente el primero sería un texto del acuerdo propuesto por Blas de Cava, mayordomo de Luis de Requesens, enviado a Gerónimo en la cárcel. El segundo sería la respuesta de éste, desde la cárcel, en el mismo mes de mayo, y su propuesta de acuerdo. El tercero es con seguridad el convenio definitivo. De forma paralela, su hijo Diego estaba recogiendo información sobre los cobros realizados. De estas actividades se conserva la solicitud de un certificado al escribano del marquesado79 en el que le pedía que se concretase el valor del trigo y la cebada cobrada por el mayordomo en los últimos años de su gestión. Este escribano, Alonso de Sotomayor, vivía en el Cenete desde tiempo atrás y era, como hemos visto más arriba, miembro de la red financiero-fiscal, y colaborador de Barzana en los enfrentamientos con el antiguo gobernador. La primera propuesta de Requesens exigía al mayordomo la entrega de las cuentas de los años 1548 hasta la muerte de Mencía de Mendoza, teniendo que pagar todo lo cobrado o lo que faltase por cobrar de esos años, restando las quiebras de las fincas  SNAHN, Osuna, C. 2968, doc. 36 (1). 1566. Carta de pago otorgada por Juan de Çuñiga en nombre de Luis de Requesens, comendador mayor de Castilla, su hermano. 75  SNAHN, Osuna, C. 3123, doc. 42 (L.5). 1561. Poder al gobernador del Cenete para tomar las cuentas del año anterior a el Maleh. 76  ANC1-960-T, leg. 139, doc. 15 (2). Petición de Diego de Barzana en nombre de su padre, con fecha 11 de febrero de 1563, al gobernador que mande sacar copia del registro de Alonso de Sotomayor de las rentas de la cebada y de habizes que entregó su padre en los años pasados cuando era mayordomo del marquesado. 77  ANC1-960-T, leg. 120, doc. 63. Mayo de 1564. Capítulos del acuerdo entre Gerónimo Barzana y Luis de Requesens. ANC1-960-T, leg. 135, doc. 23. Valencia, 18 de mayo de 1564. Carta de Gerónimo de Barzana a Blas de la Cava. 78  ANC1-960-T, leg. 120, doc. 47. 1564. Traslado de los capítulos del acuerdo entre Barzana y Requesens. 79  ANC1-960-T, leg. 139, doc. 15 (2). Petición de Diego de Barzana en nombre de su padre, con fecha 11 de febrero de 1563, al gobernador que mande sacar copia del registro de Alonso de Sotomayor de las rentas de la cebada y de habices que entregó su padre en los años pasados cuando era mayordomo del marquesado. 74

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que hubiesen sido abandonadas por los arrendatarios. También debía hacerse responsable Barzana de todas las cantidades que hubiesen de pagar los duques de Saldaña según sentencia judicial y que Requesens no pudiese cobrar de ellos. Debería entregar los recibos de las cantidades abonadas a los duques antes de tres meses después de salir de la cárcel y de lo que quedare debiendo pagaría mil ducados antes de tres meses y el resto en tres años en plazos iguales. Para preparar la documentación podría salir de la cárcel, sin retirarse de Valencia y con una fianza por si no lo cumpliese. La propuesta de concordia debió parecer exagerada al ya anciano Gerónimo, puesto que, desde la cárcel, hizo llegar a los Requesens una carta en la que se incluía un nuevo ofrecimiento de acuerdo. Se aligeraban considerablemente sus responsabilidades haciendo recaer todos los pagos en los duques de Saldaña. Se comprometía únicamente a la presentación de las cuentas pasadas, a reconocer los alcances y pagar todo lo abonado a los Saldaña, si un tribunal condenaba a éstos a la devolución de las rentas. El acuerdo final debió firmarse entre la segunda quincena de noviembre y la primera de diciembre de ese mismo año. Se situaba a medio camino entre ambos, salvaba en principio la hacienda del antiguo mayordomo, haciéndolo responsable únicamente si no pagaban los duques y liberándolo de la cárcel para que pudiese preparar la documentación de sus cuentas. El antiguo mayordomo presentó todos sus certificados de los pagos y se rehabilitó porque aparecen relacionados en la carta de pago de Requesens a María de Mendoza fechada en 13 de diciembre de 156680. A partir de este momento no tenemos más noticias sobre Gerónimo. Si, como vimos, ya en 1528 estaba encargado por el gobernador del Cenete de cobrar algunas rentas de las propiedades de los marqueses en Guadix, en ese momento debería contar al menos una veintena de años. Debió nacer, por tanto, en los primeros años del siglo y no sobreviviría demasiado a su estancia en la cárcel, muriendo sin duda antes de la rebelión de la Navidad de 1569. III.  La tercera generación: la guerra y la gratitud señorial Los hijos de Gerónimo de Barzana, especialmente Diego, siguieron vinculados a la casa marquesal del Cenete, siendo leales colaboracionistas con las tropas cristianas en la guerra de las Alpujarras. La ruptura progresiva de la convivencia entre las dos comunidades precipitó sin duda que una serie de familias de la oligarquía morisca, que se habían mantenido durante lustros como sirvientes de los poderes señoriales, al tiempo que mantenían prestigio y liderazgo entre sus convecinos moriscos (los Barzana, Andrés Abenchapela, vecino de Aldeire, Diego Zazay, de Huéneja, Juan de Benavides Aduladín81), tomasen claro partido por los marqueses y sus representantes. Antes de producirse el levantamiento, cuando los moriscos más radicales, líderes ya en ese momento de los grupos opuestos a los cristianos iban intentando captar las simpatías de otras comarcas, gracias al conocimiento que Diego de Barzana y sus hermanos tenían de la conspiración, 80  SNAHN, Osuna, C. 2968, doc. 36 (1). Carta de pago otorgada por Juan de Çuñiga en nombre de Luis de Requesens, comendador mayor de Castilla de 2.899.301 maravedíes que la marquesa del Cenete pagó por la razón que se dice. 13 de diciembre de 1566. 81  Ruiz, 1984: 36, 37, 64, 66, 71.

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truxeron presos quatro moriscos que eran espias y trahian cartas para los demás moriscos del [Cenete] y los entregaron al alcalde Molina de Mosquera que estava en la dicha fortaleza y despues los llevaron a Granada a donde se hizo justiçia dellos82.

Durante el desarrollo de las campañas de la guerra, la actividad de los Barzana siguió estando de forma inequívoca del lado de las tropas cristianas. Mármol Carvajal nos informa de las gestiones de Diego, el patriarca de la familia en este momento, para tratar de capturar a Aben Humeya. Como estaba casado con una tía suya, pensaba que fácilmente confiaría en él y podría llevarlo a un encinar de Sierra Nevada, donde se le podría emboscar83. Esta traición, su amistad con Juan de la Torre, gobernador de la Calahorra, y el peligro de caer en manos de sus antiguos correligionarios, les sirvió a los Barzana para poder refugiarse en el castillo: «Y luego que los dichos moriscos empezaron a levantarse se juntaron con los cristianos biejos y se recogieron y se reciptaron en la fortaleza y fuerza de la Calahorra». Desde aquí no dudaron en dar más pruebas de su lealtad, puesto que «salieron a correr la tierra [...] peleando diversas veces con los moriscos revelados, poniendo sus personas a diversos riesgos y peligros». Después de la guerra Diego de Barzana se quedó en el marquesado de seise, es decir, de apeador experto en las costumbres y modos de cultivo de los moriscos, después de las sacas generalizadas. Recuperó su fortuna, que antes del levantamiento estaba valorada en unos 20.000 ducados84. También sabemos por el apeo de 1571 que junto a sus hermanos tenía cuatro parcelas de huerta junto a Dólar, 270 marjales de tierra de regadío, 64 marjales de viña, 40 fanegas de castañas y una docena de nogueras, 6 casas en el pueblo, un horno de pan y 34 onzas de seda procedentes de los habices de la marquesa85. Por su parte, Jerónimo, su hermano, tenía cuatro casas, dos hornos y algunas parcelas de regadío. En 1570 el IV marqués del Cenete y V duque del Infantado, Íñigo López de Mendoza, conseguía permiso de Felipe II para que 23 familias de moriscos del Cenete, y en especial tres doncellas apellidadas Barzana, con el título de doñas, fuesen a Guadalajara, a la casa señorial, como sirvientas. Al mismo tiempo Diego de Barzana permaneció en Dólar como seise hasta prácticamente finales del siglo XVI, siendo incluso considerado como poblador en la visita que se realizó a los 260 lugares repoblados del Reino de Granada. En la documentación se le describía como viudo, cristiano nuevo, seise y conocedor de la villa, con seis hijos y hermanos en su casa, propietario de tres fanegas de sembrado y un bagaje86. Este episodio suponía una muestra del agradecimiento del marqués con sus más leales colaboracionistas y cerraba el recorrido conocido de una familia morisca de Dólar, cuyo primer miembro destacado fue el joven Lope de Barzana. Alfaquí o jurado en los últimos tiempos del poder nazarita; alguacil de Dólar desde los primeros momentos de la conquista cristiana, se vinculó, primero, al poder de los nuevos gobernantes consiguiendo mercedes de los Reyes Católicos desde los primeros momentos, y, después, a Rodrigo Mendoza, primer marqués del Cenete.

 AGS, CC, leg. 2198. Vid. Ruiz, 1991: 323.   Mármol, 2001: 250. 84   Los datos y las citas proceden de AGS, CC, leg. 2198. Vid. Ruiz, 1991: 323. 85   Espinar, 2001: 140. 86  AGS, CC, leg. 2146. 82 83

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CONCLUSIONES La reconstrucción de los aspectos fundamentales del recorrido vital de una familia, de agentes fiscales del marquesado del Cenete a lo largo de la época morisca, los Barzana, a partir de la importante documentación contable y epistolar que se conserva, nos pone de relieve algunos puntos fundamentales. Cómo los agentes fiscales supieron vincularse a los señores constituyéndose, al mismo tiempo, en pilares de los denominados poderes intermedios. En este sentido, las relaciones con los señores, primero con Rodrigo Mendoza, primer marqués del Cenete, como con Mencía y María, sus hijas y sucesoras en este orden, fueron casi siempre fluidas y directas. Por otro lado, la posición de los Barzana frente a los gobernadores osciló entre la relación estrecha con Francisco de Molina, el progresivo distanciamiento e incluso enfrentamiento abierto con su sucesor, Gerónimo Pérez de Arnal, y la cierta desconfianza con Françesc Luis Escrivá. En este sentido se pueden ver como colaboradores de los señores y de sus intereses. También se observa cómo fueron capaces de mantener también, a lo largo de tres generaciones, una posición determinante ante su propia comunidad, siendo líderes de los moriscos, siendo sin duda aglutinadores de sus preocupaciones y mitigadores de los conflictos que hubiesen podido surgir entre los neoconversos y los representantes del poder señorial. Cómo, de forma paralela a todo ello, supieron construir y mantener un patrimonio importante procedente de donaciones y cesiones de los propios marqueses y de adquisiciones personales. En definitiva, una familia que puede ser considerada paradigma de los agentes fiscales del reino granadino.

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Agentes de los sistemas fiscales en Andalucía y los reinos hispánicos (siglos XIII-XVII): un modelo comparativo

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