Los aspectos experienciales de la clasificación registral en la práctica coral: un estudio cualitativo

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Descripción

LOS ASPECTOS EXPERIENCIALES DE LA CLASIFICACIÓN REGISTRAL EN LA PRÁCTICA CORAL: UN ESTUDIO CUALITATIVO ZANGRONIZ, VIRGINIA; SARTESCHI, ANTONELLA; LOBOS, MELISA Y ALESSANDRONI, NICOLÁS GRUPO DE INVESTIGACIONES EN TÉCNICA VOCAL - LABORATORIO PARA EL ESTUDIO DE LA EXPERIENCIA MUSICAL FACULTAD DE BELLAS ARTES - UNLP

Introducción: clasificación y práctica coral “…un registro es una serie consecutiva y homogénea de tonos desde los graves a los agudos producidos por un mismo principio mecánico y cuya naturaleza difiere de otra serie de tonos igualmente consecutivos y homogénea producido por otro principio mecánico…”(García, 1847)

La clasificación coral de las voces en los estándares registrales que propone la teoría de la Técnica Vocal es un tema que ha suscitado en los últimos años diversos debates interesantes (Bickel, 2007; McKinney, 2005; Salomão y Sundberg, 2009; Yan, Ng, Chan, Wang, y Liao, 2012). Dichos debates tienen como eje el análisis de la práctica misma de la clasificación, entendida en algunos casos como una aplicación por extensión de los postulados teóricos, y en otros casos, como una habilidad diferente que depende en última instancia de la práctica coral misma y no de los estándares propuestos por los científicos de la voz. Estos estudios han buscado evaluar la plausibilidad epistemológica de las categorías planteadas en los textos más importantes del campo. Por otra parte, la clasificación registral es entendida en la actualidad como una instancia insoslayable para promover prácticas vocales saludables (BunchDayme, 2009; Fanning, 2012). Desde esta perspectiva, se favorece el análisis de los cambios anátomo-fisiológicos que tienen lugar en los individuos cuando estos cantan fuera de su registro y se analizan las consecuencias que estos cambios pueden propiciar a corto y largo plazo. Al margen de las discusiones epistemológicas y de higiene vocal sobre la validez de las categorías registrales, pocos estudios se han centrado en recopilar la experiencia subjetiva que atraviesan los cantantes al estar mal clasificados, o al ser cambiados de un registro a otro en la práctica coral. Nuestro estudio se propone profundizar este punto mostrando, a partir de metodología cualitativa, los aspectos más importantes de esta faceta experiencial de la clasificación registral. Normalmente en los coros la clasificación (entendiendo clasificación como el agrupamientode los diferentes integrantes de un ensamble en distintos registros vocales) la realiza solamente el director, a menos que el coro posea un preparador vocal y la clasificación sea en conjunto. Esto plantea un primer problema, ya que para la realización de la clasificaciónse depende pura y exclusivamente de los conocimientos que posea el director al momento de hacerla, y también de los criterios que el mismo tenga en cuenta en sudecisión, ambas cuestiones altamente variables entre diferentes profesionales.

Objetivos de nuestra indagación Esta línea de investigación se propone explorar las características más relevantes de la experiencia subjetiva de cantantes corales que argumentan haber sido mal clasificados o que han sido clasificados en más de un registro vocal en diferentes instancias de práctica coral. Se busca asimismo evaluar qué criterios siguen los directores corales al momento de clasificar las voces, y en qué se fundamentan dichos criterios, a la vez que se explora la dimensión cualitativo-experiencial de las consecuencias lógicas sobre la salud vocal que se derivan de la mala clasificación.

La clasificación registral en Argentina La República Argentina tiene una larga historia en relación a la actividad coral,teniendo variedad de formaciones, tanto académicas como vocacionales. En ese amplio arco existen coros que © 2014 ISBN

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cubren los 3 roles profesionales básicos de la actividad (Jordan, 2009)-a saber: (i) Director Coral, (ii) Preparador Vocal (cantante) y (iii) Entrenador Vocal (Fonoaudiólogo)-, mientras que hay otros que cuentan únicamente con un profesional Director Coral. Por tanto, para algunas agrupaciones el trabajo vocal ocupa un lugar fundamental, y para otras sólo un lugar secundario. Del mismo modo, mientras que en algunas se prioriza el trabajo interdisciplinario para la resolución de los problemas de los coreutas, en otros no existe tal intercambio. Las consideraciones presentadas en la introducción y en este apartado nos condujeron a la elaboración de un dispositivo que nos permitiera indagar en los aspectos fenomenológicos de la clasificación registral, rescatando las experiencias individuales sobre esta temática ya clásica, y al mismo tiempo, portadora de una controversia aún vigente. Se elaboraron, entonces, dos encuestas diferentes que se administraron, por un lado, a cantantes corales y por otro lado, a directores corales, en la República Argentina.Las preguntas de cada instancia se elaboraron teniendo en cuenta los objetivos perseguidos por el presente trabajo y las características estructurales y funcionales de diferentes agrupaciones corales previamente conocidas. Por razones de espacio, en este trabajo presentamos, a modo de informe de avance de la investigación, el análisis de las respuestas de 93 coreutas a la encuesta, y se exponenademás los resultados de un subgrupo de casos especialmente seleccionados. Dado que la línea de investigación continúa vigente, se reciben nuevas respuestas a las encuestas de manera regular. Los resultados finales actualizados están siendo tratados siguiendo una metodología eminentemente analíticocualitativa (Gibbs, 2012; Gómez, 2013).

Clasificación Fisiológica vs. Clasificación Experiencial Se encuestó a un total de 93 coreutas, con una distribución por género de 51 cantantes femeninas y 42 cantantes masculinos. Por otra parte, el rango de edades se extendió entre los 18 y 67 años, con una media de 34 años. Los encuestados ingresaron a diferentes agrupaciones corales entre los años 1962 y 2014, y permanecieron en ellas por períodos variables que abarcan desde 1 año a 44 años. Además, la mayoría de los coreutas cantó en más de una agrupación coral (ver tabla 1).

EDAD

CANTIDAD DE COROS EN LOS

CANTIDAD DE AÑOS QUE

QUE CANTÓ

CANTÓ EN COROS

MEDIA

34,05

3,71

11,29

MODA

26

2

3

DESV. TÍP.

12,423

3,286

9,907

MÍNIMO

18

1

1

67

22

44

MÁXIMO

Tabla 1. Caracterización de la muestra de coreutas (n=93).

Del total de encuestados, 63 coreutas (67,7%) continúan cantando en coros, mientras que 30 coreutas (32,3%) no cantan en ninguna agrupación en la actualidad.

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Debido al cuidado diseño de la encuesta dirigida a los coreutas, fue posible realizar un seguimiento de cada caso en relación con los coros en los que el sujeto había participado como cantante, la cantidad de tiempo que permaneció en cada uno de ellos, y la cuerda que le había sido asignada en cada caso. Así, por ejemplo, se observó que, longitudinalmente, 24 cantantes fueron clasificados en diferentes cuerdas en los diferentes coros en los que cantaron (25,8% de la muestra). Es importante destacar aquí que, aun cuando existió variabilidad en la clasificación realizada por los directores corales, no todos los cantantes pertenecientes a este subgrupo declararon haber sido mal clasificados. Sólo 14 cantantes (15,1%) consideraron haber sido mal clasificados en, al menos, un coro en el que cantaron (ver gráfico 2).

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Esta cuestión nos permite precisar la ya clásica caracterización de la “mala clasificación” que, tomando como punto de proyección los avances en Técnica Vocal que acontecieron durante el siglo XX – especialmente los anatómicos y funcionales-, la define como la clasificación registral de un coreuta en un registro que no le es fisiológicamente propio. Por el Gráfico 1. Caracterización de la muestra de coreutas 2 contrario, en este estudio rescatamos aquellos aspectos experienciales de la clasificación, entendiendo a los mismos como componentes constitutivos de la definición conceptual de “clasificación registral”. No existiría, entonces, una clasificación correcta a priori, basada sólo en el conocimiento biológico, sino que toda caracterización de la clasificación Gráfico 2. Clasificaciones fisiológicamente incorrecta y experiencialmente debe tomar en cuenta el impacto de incorrecta. la misma en el conjunto de vivencias particulares que de ella se derivan, o lo que es lo mismo, la praxis coral. Así, una caracterización más precisa de la misma debería incluir la evaluación subjetiva que el cantante realiza sobre la clasificación efectuada por el responsable de la agrupación coral en un contexto determinado, como así también los procedimientos utilizados por el director coral o preparadora vocal en dicha instancia. Proponemos diferenciar, entonces, dos tipos de clasificación. Por un lado, es factible hablar de unaclasificación fisiológicasiempre que nos refiramos, para un instrumento vocal dado, a un uso particular de la función vocal en interacción favorable o desfavorable con las posibilidades anatómica y biológicamente determinadas. Por otra parte, la clasificación experiencialqueda definida como el precipitado del conjunto de experiencias, sensaciones, criterios y juicios subjetivos que se derivan de una instancia clasificatoria en una agrupación coral, y que constituyen el núcleo de consideraciones fenomenológicas y anímicas de un sujeto sobre su propia práctica cantada. Una voz cualquiera puede ser clasificada en un registro siguiendo criterios estrictamente fisiológicos y técnicos correctos, sin embargo, los juicios experienciales que de esa clasificación se desprendan pueden ser negativos. Por lo tanto, no existe necesariedad de congruencia entre las clasificaciones fisiológica y experiencial.

La perspectiva experiencial de los coreutas En los párrafos que siguen se reseñan los 14 casos de cantantes que consideraron haber sido mal clasificados por sus directores corales. De todos los casos, 13 se corresponden con voces del registro femenino, dónde también se encuentra un contratenor; y sólo 1 con elregistro masculino. Todos los cantantes de esta submuestra pasaron por distintos registros en los diferentes coros. En particular, nos interesa remarcar dos casos emblemáticos en los que las coreutas habían cantado en seis coros diferentes con un promedio de permanencia en cada agrupación de 1 a 3 años (ver tabla 2).

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CLASIFICACIÓN REGISTRAL POR CORO CORO 1 CASO 84

CASO 92

Mezzosoprano Contralto

CORO 2 Soprano

Contralto

CORO 3 Mezzosoprano Mezzosoprano

CORO 4

CORO 5

Contralto

Contralto

Soprano

Contralto

CORO 6 Mezzosoprano Soprano

Tabla 2. Clasificación registral por coro en dos casos.

En los dos casos las coreutas presentan cambios de registro en los 6 diferentes coros, habiendo cantado así en todos los registros de las voces femeninas, tanto agudos como graves. Sólo una de las dos cantantes sufrió una derivación médica como producto de la clasificación, cuestión que detallaremos más adelante. Nos preguntamos, ¿qué factor operó en estos casos para arrojar como resultado tan alta variabilidad de cambio registral entre los diferentes coros? Los resultados de las encuestas nos muestranque en estos casos, o bien (i) no hubo instancia de clasificación, es decir, el director/preparador vocal indicó al coreuta en qué cuerda cantar directamente; o bien (ii) el coreuta indicó al director el registro en el que había cantado previamente en otras agrupaciones, y ese criterio fue adoptado por el director. Indagamos también en la forma en que los coreutas que se sentían afectados por una mala clasificación intentaron resolver el conflicto. De los 14 casos analizados en esta condición, solamente 6 se acercaron al director a comentarle sus molestias físicas y su incomodidad a la hora de cantar. En cada caso se obtuvieron diferentes respuestas. A continuación se transcriben algunos testimonios: RESPUESTA DE LOS DIRECTORES CORALES ANTE COMENTARIOS DE SUS COREUTAS SOBRE MOLESTIAS DERIVADAS DE LA MALA CLASIFICACIÓN REGISTRAL

CASO 19 CASO 22 CASO 44 CASO 60 CASO 62

CASO 92

“Me sugirió que no cantase las notas graves. En este caso yo estaba comenzando a formar mi voz y no podía ejecutar notas graves con el timbre correspondiente a mi registro, el director no tenía experiencia con contratenores y no creyó que un hombre pudiera cantar de soprano”. “El director me dijo que me iban a probar para cambiarme pero todavía lo espero”. “Tuve una respuesta negativa y tomé la decisión de retirarme de esa agrupación coral”. “Lo informé sin obtener respuesta, ypor recomendación de la fonoaudióloga, dejé de cantar por un período de 6 meses, decisión ante la cual el director estuvo de acuerdo”. “Me cambió de registro, en un caso. En otra oportunidad, en otro coro, me dejo afuera porque ya tenía demasiadas sopranos”. “Mis molestiassurgieron por cantarcomo contralto. En el caso de mi primer coro, demoré en notar la dificultad, o mejor dicho, creí que era una dificultad en relación con mi manera de cantar, no vinculada al registro. Cuando le comuniqué al director mi molestia al cantar en registro grave, me cambió a la cuerda de soprano. Una decisión avalada además por una nueva preparadora vocal que era fonoaudióloga. Fue ella quien, luego, me trató el hiatus resultante”. Tabla 3. Respuesta de los directores corales

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Observamos casi una totalidad de respuestas negativas lo que nos llevaría a entender que los directores muchas veces no saben bien como accionar frente a éstas situaciones, otras veces no cuentan con las herramientas necesarias para solucionarlas y otras, simplemente deciden no intervenir. Es de suma importancia destacar la participación del preparador vocal a la hora de responder a estas vicisitudes de los coreutas. De entre los 6 casos seleccionados, sólo uno contó con la presencia de una preparadora vocal que tomó parte en la resolución del problema y adjudicó importancia a la incomodidad de la cantante. Derivamos así que el conocimiento del director o preparador vocal sobre Técnica Vocal y Pedagogía Vocal es fundamental a la hora de trabajar con el instrumento vocal de otras personas, teniendo en cuenta que ante una carencia conceptual es probable que realice una clasificación que podría generar dificultades asociadas a la salud vocal de los coreutas. Este problema se ve exaltado por el nivel de confianza en los conocimientos teóricos y técnicos del director que los coreutas pareceríanadjudicar apriorísticamente, tal como se puede observar en el testimonio del caso 33 (ver tabla 4). CRITERIOS QUE SIGUIERON LOS COREUTAS PARA DECIDIR QUE HABÍAN SIDO MAL CLASIFICADOS

CASO 6

CASO 12 CASO 19 CASO 22 CASO 30

CASO 33

CASO 77 CASO 92

“En aquellos coros en los que no fui clasificada correctamente, creo que se debió a la necesidad de mezzos (y la abundancia de sopranos) que en ese momento tenía cada uno de los coros... Mi opinión se basa en algún conocimiento técnico - vocal y sensaciones corporales al cantar”. “Mi registro es soprano, aunque no lo utilice completamente en mi actividad artística ya que canto música popular, y por ende soy una soprano con graves desarrollados”. “Cuando canté en uno de los primeros coros al empezar a estudiar música y canto, me aquejaban dolores y sufría disfonías, no podía ejecutar notas graves y cantaba de contralto”. “Sensaciones corporales al cantar y clasificación vocal previa en otro coro” “Originalmente estuve clasificado como un barítono, pero interpreté obras con el coro que requerían que llegara a registros por sobre mi zona de comodidad. Al ser mayoritariamente un coro de jóvenes, las obras rara vez incluían una cuerda para bajos”. “Básicamente pienso que no fui clasificada correctamente, porque sentía que forzaba muchísimo mi voz para llegar a las notas y usaba la garganta como recurso, y eso a lo largo del tiempo me genero nódulos que en la actualidad son quistes para cirugía... respecto a mi segunda experiencia, fui bien clasificada y cuidada como debería haber sido siempre, ya que la cuerdas vocales son una herramienta. Como dijo mi maestro, no es cualquier cosa un director o profesor de canto, tenés que tener confianza en que te va a cuidar, cuando comencé era muy chica para interpretar eso”. “Me sentí más cómoda corporalmente, cantando como Mezzo, que como contralto”. “La clasificación se basó en determinar en qué registro "podía" cantar (cantar en el sentido de ser capaz de emitir ciertas frecuencias, no necesariamente emitirlas correctamente) y si se correspondía o no con el registro que era útil para ese momento en el coro”. Tabla 4. Criterios de los coreutas para decidir si habían sido mal clasificados. .

Los diferentes motivos por los que las personas creen haber sido mal clasificadas varían según el caso, pero podríamos agrupar las respuestas en 3 grandes grupos de criterios: 1Sensaciones propioceptivas, dolencias y malestares corporales percibidos luego de la clasificación. Feedback perceptual sobre la facilidad en la ejecución de las notas. 2El desequilibrio en las cuerdas de la agrupación coral donde se insertaron. Por ejemplo, para equilibrar el sonido, el director asigna a una soprano con graves la cuerda de contralto.

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3Falencias en el criterio clasificatorio de los directores corales, que despertaron sentimientos de decepción en los coreutas por entender que el rol profesional involucra un cuidado activo de las voces de los cantantes de la agrupación. Conjuntamente con esto se le preguntó a los coreutas cómo había impactado ésta mala clasificación en sus experiencias corales. Con los resultados podemos demostrar que no sólo impactó en la salud vocal, sino también en el aspecto experiencial. Una de las respuestas paradigmáticas afirma lo siguiente: “[…] psicológicamente me sentía incapaz de cantar sola porque creía que yo lo hacía mal […] cantar en otro registro me desmoralizó bastante…”. Resta mencionar en este informe preliminar que, de entre los casos que creen haber sido mal clasificados, algunos debieron ser derivados para una correcta atención médica. Cabe aclarar que de lo que se desprende de la encuesta se observa que en un sólo coro se le solicita a los coreutas -al ingreso y por lo menos una vez al año-que se realicen una evaluación con un médico ORL para constatar el estado de su salud vocal (funcional y orgánica). En ese caso el coreuta realiza la consulta con un especialista que lo evaluará según su criterio clínico y, eventualmente,a través de una laringoscopía indirecta, una fibroscopía o una estroboscopía.Una vez constatada la salud vocal, que ésta se mantenga dependerá otra vez de muchas variables, entre las cuales se debe tener en cuenta el mal uso o abuso vocal como resultado de una mala clasificación.Tal como lo recuerda Sacheri (2012), “El cantante debe aprender a percibir la diferencia entre la fatiga fisiológica normal, producto de un esfuerzo intenso o prolongado que se da durante la actividad del canto, de la cual puede recuperarse con el suficiente descanso y la fatiga muscular anormal, que surge como consecuencia de un trabajo desmesurado y una técnica vocal incorrecta. De esta fatiga, el cantante no se recupera tan fácilmente y puede quedar afectado durante varios días, con el agravante de que, si los esfuerzos vocales persisten, cada vez le será más difícil recuperarse, lo que lo afectará negativamente en su desempeño profesional”.

La salud vocal se mantendrá, entonces,a través de una clasificación fisiológica correcta que impactará en una clasificación experiencial confortable, del uso saludable de la voz y del aprendizaje de una técnica que lo facilite.Si estos elementos no se encuentran presentes en la concepción ideológica del coro, los coreutas estarán vulnerables a los vaivenes lógicos de cualquier aprendizaje sin una guía adecuada.

Bibliografía Bickel, J. E. (2007). Vocal Technique: A Physiological Approach for Voice Class and Studio. San Diego: Plural Publishing Inc. Bunch Dayme, M. (2009). Dynamics of the Singing Voice (5thEditio.). New York: SpringerVerlag/Wien. Fanning, C. (2012). Vocal Yoga VY®. Indianapolis, IN: Voices Corp. García, M. (1847). Mémoire sur la voix humaine présenté à l’Académie des Sciences en 1840. París: Duverger. Gibbs, G. (2012). El análisis de datos cualitativos en Investigación Cualitativa. Madrid: Ediciones Morata, S.L. Gómez, E. E. (2013). Herramientas para el análisis cualitativo. EEUU: Amazon Digital Services Inc. Jordan, J. (2009). Evoking Sound. Fundamentals of Choir Conducting. Chicago, IL: GIA Publications, Inc. McKinney, J. C. (2005). The Diagnosis & Correction of Vocal Faults: a manual for teachers of singing & for choir directors. Long Grove, IL: Waveland Press, Inc. Actas de las III Jornadas de la Escuela de Música de la U.N.R.

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Salomão, G. L., y Sundberg, J. (2009). What do male singers mean by modal and falsetto register? An investigation of the glottal voice source. LogopedicsPhoniatricsVocology, 34(2), 73-83. doi:10.1080/14015430902879918 Yan, N., Ng, M., Chan, E., Wang, D., y Liao, C. (2012). Vocal Fold Vibratory Differences in Different Registers of Professional Male Singers with Different Singing Voice Types. En E. Cambouropoulos, C. Tsougras, P. Mavromatis, y K. Pastiadis (Eds.), Proceedings of the 12th International Conference on Music Perception and Cognition and the 8th Triennial Conference of the European Society for the Cognitive Sciences of Music (pp. 1150-1153). Thessaloniki, Grecia. Recuperado a partir de http://icmpcescom2012.web.auth.gr/sites/default/files/papers/1150_Proc.pdf Sacheri, S. (2012). Ciencia en el arte del canto. Buenos Aires: Akadia.

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