Los aportes del método biográfico en el estudio de las violencias contra las mujeres

July 27, 2017 | Autor: Irma Colanzi | Categoría: Violencia De Género, Metodología de la Investigación
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Descripción

I Congreso De Investigación Cualitativa en Ciencias Sociales. I Post Congreso ICQI (International Congress of Qualitative Inquiry) Córdoba, Argentina 2 y 3 de Octubre 2014 Título del trabajo: “Los aportes del método biográfico en el estudio de las violencias contra las mujeres” Autoras: Irma Colanzi1, Cintia Hasicic2 y Celina Urtazún3 Línea Temática N° 10: Investigación cualitativa y Estudios de Género Palabras Clave: Violencia contra las mujeres-método biográfico-epistemología feminista I. Presentación La ponencia se enmarca en el proyecto de investigación “Las violencia contra las mujeres: los discursos en juego y el acceso a la justicia”, que se desarrolla en el Instituto de Cultura Jurídica de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (UNLP) 4. La misma tiene como objetivo analizar las narrativas de las mujeres en situación de violencia en instancias de denuncia, así como también la mirada de los operadores/as de justicia, efectivos policiales y otros/as profesionales abocados a la atención de la violencia familiar y de género en la provincia de Buenos Aires. La problemática de la violencia ha tomando gran visibilidad en su perfil judicial al fomentar las denuncias. Asimismo, ha sido notable el aumento en la creación de áreas 1

Lic. y Prof. en Psicología, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Becaria del Instituto de Cultura Jurídica (ICJ), Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, UNLP. Miembro del Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género. (CINIG). UNLP. Doctoranda en Ciencias Sociales, UNLP. Correo electrónico: [email protected] 2 Lic. en Sociología, Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Becaria del Instituto de Cultura Jurídica (ICJ), Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales, UNLP. Doctoranda en Ciencias Sociales, UNLP. Correo electrónico: [email protected] 3 Abogada, Universidad Nacional de La Plata. Doctoranda en Ciencias Sociales, UNLP. Correo electrónico:[email protected] 4 La investigación “Las violencia contra las mujeres: los discursos en juego y el acceso a la justicia”, es dirigida por la Dra Manuela G. González

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programáticas de atención a víctimas, observatorios y diversas dependencias estatales especializadas en el tratamiento de la temática; revelando la dimensión que ha adquirido la problemática y su incorporación en la agenda pública y de gobierno. El proyecto citado, tiene como propósito propiciar avances en el análisis del fenómeno de la violencia contra las mujeres. En tal sentido, la decisión epistemológica de un análisis preeminentemente hermenéutico, así como el contacto directo con las narrativas femeninas, constituye un desafío en el actual terreno de las investigaciones cualitativas. En esta presentación nos proponemos reflexionar sobre los aportes del enfoque biográfico en el abordaje de la violencia familiar y de género. Esto constituye un aporte novedoso para la indagación de la problemática de la violencia en función de las investigaciones actuales sobre la problemática que se centran en aspectos metodológicos de corte cuantitativo y/o normativo. Nuestro objetivo es revalorizar las voces de las mujeres, a través de entrevistas y el análisis de documentos judiciales para comprender el fenómeno de la violencia familiar y de género. La ponencia se centra en las potencialidades del método biográfico en el abordaje de la violencia familiar y de género, tanto desde una opción epistemológica como técnica. En tal sentido, destacaremos las narrativas de las víctimas de violencia desde una doble vertiente en tanto prueba jurídica, y como instrumento metodológico que posibilita indagar la problemática de la violencia.

II.

Una mirada histórica: la perspectiva biográfica

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La importancia de contextualizar el desarrollo histórico de la perspectiva biográfica permite establecer el valor de la narrativa en la visibilización y escucha de la problemática que investigamos: las violencias contra las mujeres, así como también introducir algunos interrogantes en torno a la perspectiva feminista en investigación en lo relativo a los aspectos epistemológicos y ontológicos. Los métodos biográficos requirieron de la aparición del yo en el marco de las Ciencias Humanas, por ello el hito histórico que situaremos en principio es de acuerdo al planteo de Leonor Arfuch (2002) se sitúa con la narración de Rousseau en “Las confesiones” (escritas entre 1766 y 1770). Este texto marca un punto de inflexión al romper con la dicotomía privado – público estableciendo una nueva retórica de lo íntimo. De esta manera comienza a hacerse visible una voz que arraiga en la narrativa de lo cotidiano, de lo propio del contexto privado. En tal sentido, Arfuch sostiene que “Es posible entonces estudiar la circulación narrativa de las vidas –públicas y privadas-, particularizando en los distintos géneros, en la doble dimensión de una intertextualidad y de una interdiscursividad, para retomar la distinción de Marc Angenot (1989), es decir, en la deriva irrestricta de los “ideologemas” a nivel de la doxa – modelos de vida, de éxito, de afectividad, etc.-, pero también en la interactividad formal y deontológica de los discursos involucrados – procedimientos narrativos, puntos de vista, esquemas enunciativos, giros retóricos, modalizaciones del ser y del deber ser, etc.-“ (Arfuch, 2002: 50). El desarrollo del positivismo supuso la discusión en torno al criterio de cientificidad de la perspectiva biográfica, impidiendo su crecimiento, dado que conllevaba a la revalorización del sujeto como objeto de estudio.

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El retorno de lo biográfico se asocia a los numerosos estudios que, en el marco de la Escuela de Chicago, proliferaron a partir de la décadas del veinte contribuyendo a la validez del método en base a estudios de caso5. Si bien es en el ámbito de la antropología norteamericana donde el método biográfico alcanza su mayor desarrollo y expansión, al inaugurar un período de fértil producción biográfica en busca de reconstituir las vivencias, costumbres y valores de culturas que estaban sufriendo un proceso de cambio y aniquilación (Piña, 1986). Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, tanto en sociología como en antropología, las historia de vida fueron relegadas como instrumento auxiliar y de apoyo en las investigaciones sociales, recibiendo críticas en relación a su escasa cientificidad, por no satisfacer los requerimientos de representatividad y validez (Piña, 1986). La primacía de la premisa epistemológica de objetividad, promulgó la utilización de métodos cuantitativos: el survey research. Pese a estos postulados, el origen de la desaparición o marginación de las biografías se debe a causas extrínsecas, no a debilidades internas del método. El surgimiento de los Estados Unidos como potencia mundial luego de la Segunda Guerra conllevó a la hegemonía de la sociología norteamericana -con sus pilares en el método de encuestas y el funcionalismo parsoniano- sobre todas las otras formas de observación y de teorización (Bertaux, 1999). Habrá que esperar hasta fines de la década del sesenta para que, en un contexto de revalorización de la metodología cualitativa, la modalidad de investigación con historias de vida experimente un vigoroso y progresivo resurgimiento, volviendo a ocupar un lugar central en la investigación teórica, metodológica y epistemológica de las ciencias sociales. Retomando a Rojas Wiesner “la crítica a los paradigmas hegemónicos, el desarrollo de 5

Entre estos estudios se pueden mencionar los trabajos de W.I. Thomas y F. Znanniecki, The Polish Peasant in Europe and America; C. Shaw, The jack roller, the natural history of a delinquent career, Brothers in crime; E. Sutherland, The professional thief; H. Macgill Hughes, The fantastics lodge, entre otros.

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profundas crisis sociales a fines de los años sesenta y las propuestas renovadoras dentro de las ciencias sociales” (Rojas Wiesner, 2001: 179) constituyen los factores externos que explican la revalorización del análisis cualitativo y, particularmente, de las biografías. Junto a las causas expuestas por la autora, destacamos aquellas razones intrínsecas vinculadas con los aportes que dicha estrategia metodológica brinda a las investigaciones en ciencias sociales: la capacidad para analizar las relaciones entre individuo y sociedad, la potencialidad para destacar los aspectos diacrónicos de los hechos sociales, la sensibilidad para iluminar personas, grupos sociales y problemáticas que no son evidentes desde otras estrategias metodológicas. Como sintetiza Pujadas Muñoz (1992) revalorizando al sujeto como objeto de investigación, esta perspectiva se preocupa, en líneas generales, por rescatar la trayectoria vital del actor social, sus experiencias y su visión particular; permitiendo aprehender, al mismo tiempo, aquella historia como el reflejo de una época, normas sociales y valores propias de la comunidad de la que el sujeto forma parte. De este modo, se plantea una mediación entre la historia individual y la historia social: “ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad puede entenderse sin entender ambas cosas” (Wright Mills, 1994)6. Existen múltiples discusiones en torno al uso de biografías en Ciencias Sociales. Entre las causas de estos debates se encuentra el hecho de que, en la investigación sociológica, los estudios a partir de biografías e historias de vida se han desarrollado desde diversas orientaciones y perspectivas teóricas. Martha Luz Rojas Wiesner, ha sintetizado de manera apropiada las diversas conceptualizaciones que se desarrollan en torno a lo biográfico. Siguiendo a la autora, “Hay 6

Este último aspecto ha sido destacado por clásicos del campo biográfico, Daniel Bertaux (1997) y Franco Ferrarotti (1988, 1991). Para estos autores el uso de historias de vida es un intento de lectura de lo social desde los sujetos; lo que una vida singular trasluce respecto a un contexto social más amplio, como puede ser, la historia de una región, grupo social o medio familiar

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quienes hablan de lo biográfico como el centro de lo cualitativo interpretativo, en tanto que otros tratan lo biográfico como material que permite la cuantificación. Igualmente, hay autores que hablan de lo biográfico como forma de acercamiento a la subjetividad y otros, a lo estructural” (Rojas Wiesner, 2001: 173). Más allá de las críticas que se han formulado desde una postura radical -como la de Ferrarotti- al uso cuantitativo de las biografías, sostenemos su posible formulación desde perspectivas cuantitativas y/o cualitativas. El abordaje metodológico pertinente para la realización de un estudio se encuentra reflejado en el planteo de su pregunta de investigación. En suma, el uso de biografías, como recurso o enfoque metodológico, no es exclusivo de los enfoques cualitativos, aunque se lo asocie usualmente a dicha tradición (Reséndiz García, 2001). Las diversas orientaciones y prácticas encuentran su eje conductor en el rescate de la perspectiva del actor, en las vivencias y experiencias que un individuo constituye a lo largo de su vida, o en un momento determinado.

III. Epistemología y metodología crítica – feminista Nuestra posición frente a la discusión sobre la existencia o no de una metodología feminista, coincide con quienes piensan que lo que hace feminista a una investigación son los motivos, las preocupaciones y el conocimiento involucrados en el proceso de investigación, partiendo de la convicción de que el mundo social está organizado por el género. Esa dimensión de la vida social (el género) implica relaciones de poder donde las mujeres como colectivo enfrentan algún tipo de opresión o de explotación por el sólo hecho de serlo. Consideramos que no es un asunto de métodos de investigación, se trata de comprender que el sesgo masculino permea la manera en que conocemos, obstaculizando la 6

construcción y definición de los problemas a investigar, incluso en metodologías que se proclaman como “alternativas”. Se trata, entonces, de desafiar las bases epistemológicas de la construcción del conocimiento (Tarducci y Daich, 2010). El gran aporte del feminismo se observa en la discusión en torno a la noción de valor en ciencia, dado que el criterio de cientificidad y objetividad, es cuestionado por las epistemólogas feministas con el fin de develar la intencionalidad en la construcción del hecho y la importancia de incorporar la noción de valor en la producción de conocimiento científico. En esta línea, Elizabeth Anderson (2004) analiza la noción de valor que incorporan las feministas en el análisis social de la ciencia. La epistemología feminista exige la inclusión de valores feministas en la construcción de conocimiento. Esto implica la visibilización de principios científicos que no son guiados por cuestiones metodológicas o epistemológicas, sino que cargan con valores políticos y morales que en múltiples ocasiones operan en la construcción de un sujeto de estudio revictimizado. Por este motivo, Anderson argumenta que “las feministas se oponen al despliegue de los valores sexistas para seleccionar supuestos de fondo que aíslan las bases teóricas del patriarcado” (Anderson, 2004:3). Los críticos de las feministas muestran su preocupación en torno a la utilización por parte de éstas de valores feministas para refutar premisas científicas. Sin embargo, las feministas abogan por la reflexividad como proceso de construcción de saber científico, distinguiendo modelos legítimos de implementación de valores en la ciencia.

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La importancia entonces de la postura feminista en ciencia, se vincula con la noción de valor en contraposición a la noción de hecho de la visión tradicional de ciencia. Anderson distingue dos sentidos a la afirmación de que la ciencia es libre de valores (Hugh Lacey 1999, 2-6): 1. Neutralidad: teorías científicas no a) presuponen o b) no apoyar cualquier juicio cognitivo de valores intrínsecos (morales y políticas). 2. Imparcialidad: Las únicas razones para aceptar una teoría son sus relaciones con la prueba y su manifestación de valores cognitivos. Estos motivos son imparciales entre los valores no cognitivos rivales. Frente a estas nociones de imparcialidad, el feminismo se propone incorporar la discusión en torno al modo en que esta falsa idea de imparcialidad se sustenta en mecanismos de desigualdad y redunda en el ejercicio de una violencia epistemológica (Teo, 2009). Esta noción será retomada y revisada en el siguiente apartado del trabajo. En un texto clásico sobre la metodología feminista, Fonow y Cook (1991) se resumían los principios básicos que la guían otorgándole un lugar muy importante a la reflexividad, dentro de la cual incluyen la toma de conciencia de la asimetría basada en el género. Esa toma de conciencia (consciousness raising) se refiere tanto a las investigadoras como a las sujetas de la investigación. Los otros principios expresados por estas autoras fueron el desafío a la dicotomía investigadora/investigada y el reconocimiento de las relaciones de poder entre ellas, el énfasis en el empoderamiento de las mujeres como objetivo de una investigación feminista y la atención dada a los componentes afectivos implicados en el proceso. 8

Mucho se ha discutido sobre las especificidades de la investigación con perspectiva de género, si existe un método o una epistemología particular. Los debates se fueron enriqueciendo al incorporar conceptos nuevos y complejizar los existentes (el standpoint, por ejemplo, como el punto el vista de las mujeres como sujetos que sufren opresión) y las especificidades que exigen las disparidades de clase, étnica, nacionales, etc, entre las mismas mujeres. Creemos que, sin duda, si algo hay de distintivo en la investigación feminista es que es llevada adelante por mujeres (casi exclusivamente) y para las mujeres. Es una epistemología y una metodología que rechaza de plano la separación entre lo político y lo personal, entre pensamiento y emoción y recupera, en todo momento del proceso de investigación, las experiencias de las mujeres. III. El abordaje de la violencia de género en investigación La violencia contra las mujeres ha sido visibilizada en primer lugar por los colectivos de mujeres feministas, quienes en nuestro país posibilitaron y exigieron una discusión que tuvo como resultado la creación de normativas tanto provinciales como nacionales (Ley 26.485 y Ley 12.569 – 14.509). En el campo de las investigaciones sin embargo, las discusiones feministas han sido invisibilizadas por ser consideradas producciones micro, sin valor en la construcción de conocimiento de las Ciencias Sociales. Siguiendo este planteo, Yeatman (1992) sostiene que “Paradójicamente, a medida que las mujeres van adquiriendo protagonismo como sujetos sociales, se vuelven más evidentes las estrategias de discriminación. El impacto de ciertos grados de visibilidad

pone en cuestión la

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invisibilidad en los cuerpos teóricos, en las metodologías de investigación y en las prácticas institucionales correspondientes a las ciencias humanas” (Yeatman, 1992: 160). La deuda del constructo de conocimiento en Ciencias Sociales frente a las problemáticas de las mujeres, que en gran medida se vinculan con el fenómeno de la violencia (feminización de la pobreza, desubjetivación, nuda vida, femigenocidio), aún hoy no ha sido saldada. Por este motivo, la propuesta de investigación objeto de esta ponencia tiene como objetivo la visibilización de la violencia contra las mujeres desde una perspectiva crítica y haciendo especial énfasis en las narrativas de las mujeres en situación de violencia. Consideramos que las historias de vida de las mujeres que han padecido violencias, constituyen

narrativas

no

hegemónicas

que

requieren

de

nuevas

perspectivas

metodológicas, y de una posición onto – epistemológica crítica. Se advierte de esta manera, la importancia de una propuesta metodológica crítica, que involucre los avances del feminismo, como propuesta ética y política en investigación. Irene Vasilachis de Gialdino (2012) hace referencia a la búsqueda actual de algunos autores en relación con “una metodología que intente tanto alterar el orden de las jerarquías, como desplazar las normas aceptadas respecto de binarios desiguales como los de hombre – mujer, público – privado, blanco – no blanco, capacitado – discapacitado, nativo – extranjero” (Vasilachis de Gialdino, 2012: 15). Se advierte entonces la importancia de una mirada crítica que incorpore los aportes del feminismo y el postcolonialismo, dos vertientes que contienen fundamentos epistemológicos desafiantes para incluir las voces silenciadas y el punto de vista de los sujetos conocidos.

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Los desarrollos de la epistemología feminista, como es el caso de Donna Haraway, refieren la importancia de la construcción de un saber hacer situado y crítico, dado que “la toma de posición es, por tanto, clave para fundamentar un saber organizado en torno a las imágenes de la mirada” (En Femenías. Soza Rossi, 2012: 14), que siempre depende del poder de ver. En el caso de las investigaciones en violencia contra las mujeres, son vastos los desarrollos anglosajones, centrados principalmente en una metodología cuantitativa, sin embargo la pluralidad de las mujeres y las múltiples dimensiones de violencias no pueden ser abordadas con metodologías centradas en la construcción de datos que generalmente se relevan de los dispositivos de atención en emergencia y que suponen un subregistro del fenómeno real de las violencias contra las mujeres. En consonancia con lo anterior, consideramos la necesidad de construir saberes en contexto, que además permitan analizar las tramas macro y micro de las violencias. Es necesario plantear además que los saberes situados no se oponen a la objetividad, así como tampoco es posible pensar en una dicotomía entre la epistemología del sujeto cognoscente y la epistemología del sujeto conocido (Vasilachis de Gialdino, 1999), posiciones que se han fortalecido en las Ciencias Humanas, más aún teniendo en cuenta las áreas de investigación presentes en la agenda científica. La metodología de la investigación exige hoy la experiencia situada, y esto responde de acuerdo al planteo de Irene Vasilachis de Gialdino (2012) “el punto de vista universalista se abandona a favor de la prerrogativa acordada al conocimiento particular, privilegiado, emergente de la experiencia situada de los diferentes actores” (Vasilachis de Gialdino, 2012: 12).

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IV. Las anónimas silenciadas Las mujeres en situación de violencia presentan múltiples diferencias y especificidades, por esto las historias de vida permiten analizar la complejidad de sus tramas de vida, así como también los entramados de violencias que han padecido las mujeres a lo largo de su historia y que permiten comprender la posición subjetiva en el marco del vínculo violento. El enfoque biográfico permite entonces, a través de las voces que configuran el espesor de las tramas de violencias, abordar de manera compleja la problemática que sufren las mujeres en el sistema patriarcal (Femenías, 2008). El orden patriarcal se asienta en una estructura de violencia que de manera reticular avance en las estructuras, las instituciones, los dispositivos y la subjetividad. María Luisa Femenías sostiene que “estos constructos sistemáticos – que suelen denominarse megarrelatos de legitimación patriarcal – han fundado relaciones jerárquicas y de desigualdad entre varones y mujeres que, por lo general, se interpretan como el subproducto necesario de las características naturales de cada sexo. Otro tanto sucede con las marcas de etnia, clase u opción sexual” (Femenías, 2013). Siguiendo este planteo, las narrativas de las mujeres en situación de violencia y su análisis en la producción de un saber situado, de– construyen los megarrelatos hegemónicos del patriarcado, desmontando tramas de violencias históricamente invisibilizadas. La complejidad de las historias de vida de las “anónimas” (Duffy, 2012) se vincula también con el discurso jurídico, en la medida en que el abordaje de la violencia contra las mujeres en la provincia de Buenos Aires tiene un perfil judicial en el que se co – construye las voces de las mujeres en una trama judicial claramente sexista y patriarcal. En esta línea, María 12

Luisa Femenías sostiene que “históricamente, tanto el discurso judicial como el médico permitieron establecer niveles importantes de desconocimiento o invisibilización de la violencia, no en tanto que individuos (jueces o abogados) insensibles, sino en cuanto constructor institucional. La sensibilidad individual de jueces/zas, médicos/as, abogadas/os, trabajadores/as sociales, etc. choca, en muchos casos, con la ley o la imposibilidad real de su implementación. Si aceptamos el orden jurídico (y el médico) como parte de una institución que conforma el Estado, y que tiene fuerza simbólica sobre la sociedad en general, es fácil reconocer que puede ejercer, en su conjunto, violencia institucional en, al menos, dos niveles: cuando se carece de una ley pertinente; cuando contando con ella no se la implementa (o se desatienden los modos de su implementación)” (Femenías, 2013). Las tramas judiciales encarnan la noción de violencia epistemológica planteada en el apartado anterior. Esta categoría conceptual se presenta en los desarrollos de la epistemología crítica, que incorpora las nociones centrales del marxismo, el postcolonialismo y la teoría feminista. Cuando referimos a la noción de violencia epistemológica, nos referimos a dos aspectos de la construcción de conocimiento en torno a la problemática de las violencias contra las mujeres: 1° los déficits que existen en torno al análisis de la perspectiva hermenéutica, que incluiría la indagación de las narrativas femeninas y la posibilidad de agencia que supone el análisis de las mismas. 2° la importancia de incorporar un análisis feminista de la epistemología que indaga las voces de las mujeres en la trama judicial. 13

En cuanto al primer aspecto, el proyecto de investigación en el marco de la cual se realiza esta ponencia, permite hacer hincapié en el aporte biográfico y testimonial de las mujeres en situación de violencia, a diferencia de otras investigaciones que se ocupan de datos estadísticos exclusivamente para el análisis del fenómeno. En lo que respecta al segundo aspecto el presente trabajo incorpora la noción de “injusticia epistemológica” acuñada por Miranda Fricker (2007), una categoría conceptual que en el discurso judicial permite la visibilización de la incidencia de quien toma el testimonio de las mujeres y desde sus presupuestos no contempla las narrativas que atraviesan el mismos, co – construyendo un texto biográfico desde un déficit de credibilidad. Para poder comprender la noción de una “injusticia epistemológica”, Fricker analiza el lugar de la construcción del poder y el conocimiento, especialmente en el marco del discurso judicial. La autora plantea que el poder existe aún cuando no se ejerce a través de la acción, contraponiéndose de esta manera al planteo de Foucault quien sostenía que el poder sólo existe cuando es ejercido en acción (Fricker, 2007). La autora considera que hay operaciones de agencia del ejercicio social del poder (activo o pasivo) a cargo de un agente social o más. Pero también hay operaciones que son puramente estructurales y carentes de sujeto. (Fricker, 2007: 11). En tal sentido, el aparato judicial opera a veces por medio de sus prácticas, pero también por medio de su estructura como un espacio de revictimización, que silencia a las mujeres en situación de violencia. Por este motivo es de gran importancia el análisis hermenéutico de las narrativas que construyen las mujeres, que reportan aspectos que configuran el complejo fenómeno de la violencia contra las mujeres.

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De acuerdo al planteo de Miranda Fricker el poder es una capacidad socialmente situada, orientada al control de la acción de otros, en donde esta capacidad puede ser ejercida (activa o pasivamente) por un agente social particular, o a veces, puede operar de manera estrictamente estructural. El ejercicio del poder estructural se advierte en la construcción del hecho a través del testimonio, de la operación de lectura que se efectúa de lo que los sujetos están dispuestos a narrar. Nuevamente se observa la importancia del aporte de la epistemología feminista en torno a la noción de valor en la construcción de los hechos científicos, y especialmente aquellos vinculados con el poder judicial. Por este motivo, Fricker sostiene que cuando se escucha a un sujeto opera una carga epistémica, que incide en el modo en que se co – construirá esa narrativa – testimonio. Fricker (2007) sostiene que en el caso del testimonio cara a cara, quien escucha debe prestar una atribución de credibilidad a quien da testimonio. Si bien esta atribución no es un elemento científico, puede haber un error si hay un déficit de credibilidad al momento de la escucha del testimonio. Un aspecto importante en la toma del testimonio es el posicionamiento ético de quien escucha. Este es un elemento fundamental para no generar una injusticia testimonial, como plantea la autora, así como también impedir la violencia epistemológica (Teo, 2009). La violencia epistemológica a la que refiere Teo, puede aplicarse en los casos en que los prejuicios ligados estereotipos inciden en el modo en que se co construye el testimonio, y la manera en que se configura la credibilidad del juicio de quien toma el testimonio (por

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ejemplo determinar la escucha con estereotipos como creer que las mujeres son irracionales, entre otros). La posibilidad de incorporar las narrativas femeninas al momento de indagar las violencias contra las mujeres adquiere un valor fundamental, dado que es únicamente a través de las voces de quienes vivencian estas tramas de desigualdad, que podemos apreciar en su complejidad una problemática que ha adquirido un perfil judicial, pero que exige un análisis macro y estructural, por medio de los testimonios de las mujeres que son vulneradas. V. Los desafíos conceptuales en el análisis de las narrativas de las mujeres en situación de violencia La perspectiva biográfica incorpora las voces silenciadas en la construcción de conocimiento en investigación cualitativa. Esto es sin duda un avance en materia de investigación cualitativa y también un desafió, porque las mujeres que brindan su testimonio, son solo un porcentaje del total de mujeres que padece las múltiples dimensiones de las violencias. Cada testimonio es al mismo tiempo la voz de todas las anónimas. Como en el testimonio de Rigoberta Menchú, su historia es la historia del colectivo de mujeres que históricamente ha sido condenada a la subordinación y violentado para sostener el status quo del sistema patriarcal. El testimonio entonces da cuenta de un entramado complejo en el que se entretejen discursos y posiciones que definen claramente sujetos vulnerados, en los que se incluye a las mujeres pobres del tercer mundo como los sujetos vulnerados por excelencia.

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Gayatri Spivak alude a la acepción del término forclusión que propone Lacan, quien hace una traducción del término Verwerfung que propone Freud. Citando a Lacan: “lo que ha sido forcluido en lo simbólico reaparece en lo real”.Spivak extrapola el término forclusión, como expulsión, para aplicarlo al informante nativo, como nombre de una marca de expulsión desde el nombre de Hombre. Esta marca de expulsión carga con la imposibilidad de la relación ética. Nos proponemos entonces, desde una perspectiva cualitativa, revalorizar la voz de las mujeres en situación de violencia, para poder analizar los hallazgos y las opacidades que imprime el sistema patriarcal en las vidas cotidianas de las mujeres. Por medio de entrevistas y análisis de testimonios de mujeres en la tramitación judicial de las causas por violencia familiar y de género. Esto permite entonces co – construir y analizar el modo en que son escuchadas las mujeres y los obstáculos a los que se enfrentan en la trayectoria crítica que efectúan una vez que deciden efectuar la denuncia por violencia. Tomando las revisiones de los desarrollos de Spivak, en el feminismo postcolonial, Chandra Mohanty quien afirma que “son las mujeres y niñas del mundo, especialmente del Tercer Mundo/Sur, quienes llevan la carga más pesada de la globalización. Las mujeres y niñas pobres son quienes reciben el impacto más fuerte de la degradación de las condiciones ambientales, de las guerras, del hambre, de la privatización de servicios de la desregulación de los gobiernos y la desintegración del Estado de Bienestar.(…) Y por esto es necesario el feminismo para tratar las injusticias del capitalismo global” (Mohanty, Chandra. 2012:248). Mohanty, revisando los postulados de Spivak se propone redefinir el proyecto de la descolonización, lo cual supone revisar el lugar de las mujeres y sus voces

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en la posibilidad de agencia del feminismo, la ruptura del lugar de forclusión, tarea posible a partir de la lucha de los colectivos de mujeres en el tercer mundo. VI. Reflexiones finales Consideramos que la posibilidad de incorporar las narrativas femeninas al momento de indagar las violencias contra las mujeres adquiere un valor fundamental, dado que es únicamente a través de las voces de quienes vivencian estas tramas de desigualdad, que podemos apreciar en su complejidad una problemática que ha adquirido un perfil judicial, pero que exige un análisis macro y estructural, por medio de los testimonios de las mujeres que son vulneradas. El enfoque biográfico permite entonces, a través de las voces que configuran el espesor de las tramas de violencias, abordar de manera compleja la problemática que sufren las mujeres en el sistema patriarcal. De este modo, nos permite repensar los padecimientos de las tramas de las violencias a las que están sometidas las mujeres, el entramado de las violencias y aportar a la construcción del testimonio recuperando la importancia de la co-construción del mismo con una escucha activa, recuperando a las sujetas como actoras sociales En este sentido, hacer un reconocimiento del método biográfico como un instrumento de análisis válido para comprender las narrativas silenciadas nos permite visualizar el impacto de la opresión de muchas de las problemáticas y desafíos y deuda de las ciencias sociales. Por ello, la importancia/incidencia de generar trabajos de investigación que permitan tener un real conocimiento de la situación de las mujeres que atraviesan situación de violencia y los obstáculos que a ellas se les presenta, cuando se las silencia/desacredita o se hace un recorte desde la investigación, la justicia de su narración. 18

La ciencia (y también la política) se preservan como instituciones patriarcales, llevando a las mujeres al “territorio masculino” como condiciones de su aceptación. Aunque con conflictos al comienzo, las mujeres van incorporando los valores predominante (Maffia, 2008). El feminismo, como teoría crítica, aportó al cuestionamiento de las relaciones sociales desiguales, integrando la problemáticas de géneros, clase etnia y opción sexual. La teoría feminista contribuye un conjunto de ideas tejidas en torno a la crítica de los valores y las dinámicas patriarcales sobre las cuales se estructuran y se desenvuelven las sociedades. El empoderamiento de las mujeres se dará en la trama colectiva, y su reposicionamiento se evidenciará la participación activa de las mujeres visibilizando su testimonio con el valor político instituyente para repensar las agendas políticas y reconfigurar el territorio a partir de la acción colectiva, porque en cada testimonio de una mujer víctima de violencia se refleja el sujeto colectivo que sufre y que reclama con su potencia transformadora VII. Referencias bibliográficas Amorós Puentes, Celia (2008), Mujeres e imaginarios de la globalización. Para una agenda teórica global del Feminismo. Ediciones Homo Sapiens, Argentina Anderson, Elizabeth. (2004). Rethinking the Underdetermination Argument for ValueLaden Science. Revista Hypathia. Vol. 19. N°1. Arfuch, Leonor. (2002). El espacio biográfico. Dilemas de la subjetividad contemporánea. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Colanzi, Irma. (2013). Las técnicas de investigación en contextos cotidianos. En Sanchez Vazquez (coord.). Investigar en Ciencias Humanas. Reflexiones epistemológicas,

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metodológicas y éticas aplicadas a la investigación en Psicología. Colección Libros Digitales de Cátedra. ISBN 978-950-34-0967-1. Junio de 2013. De Barbieri, Teresita. 2002. Acerca de las propuestas metodológicas feministas. En Bartra (comp.) Debates en torno a una metodología feminista. México, PUEG-UAM. Fonow, Mary y Judith Cook (comps) 1991. Beyond Methodology. Feminist Scholarship as lived research. Bloomington/Indianapolis, Indiana University Press. Fonow, Mary y Judith Cook (2005), Feminist Methodology: New Applications in the Academy and Public Policy. En Signs, Vol30, Nº4. Fricker, Miranda. (2007). Epistemic Injustice. Power and the ethics of knowing. Oxford University Press. Harding, Sandra. 2002. ¿Existe un método de investigación feminista? En Bartra (comp.) Debates en torno a una metodología feminista. México, PUEG-UAM Tarducci, Mónica y Déborah Daich (2010), “La pasión no se enseña”: transmitiendo el oficio de investigar con perspectiva de género”, ponencia presentada en las VI Jornadas de Sociología, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata. Teo, Thomas. (2009). Philosophical concerns in critical Psychology. En Fox, Dennis et al. Critical Psychology. An introduction. Sage Publication. Deleo, Camila; Hasicic, Cintia y Eugenia Roberti (2010), “La perspectiva biográfica en los estudios de casos argentinos”; ponencia presentada en las VI Jornadas de Sociología, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata.

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