Los anzuelos de la cueva de La Canaleja (Romangordo, Cáceres).

June 14, 2017 | Autor: E. Cerrillo-Cuenca | Categoría: Neolithic Archaeology, Fish-Hooks
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Descripción

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Extra

Homenaje a Rodrigo de Balbín Behrmann

2015

ARPI 03 Extra

Homenaje a Rodrigo de Balbín Behrmann

Publicación Extra: 2015 ISSN: 2341-2496 Dirección: Primitiva Bueno Ramírez (UAH) Subdirección: Rosa Barroso (UAH) Consejo editorial: Manuel Alcaraz (Universidad de Alcalá); José Mª Barco (Universidad de Alcalá); Cristina de Juana (Universidad de Alcalá); Mª Ángeles Lancharro (Universidad de Alcalá); Estibaliz Polo (Universidad de Alcalá); Antonio Vázquez (Universidad de Alcalá); Piedad Villanueva (Universidad de Alcalá). Comité Asesor: Rodrigo de Balbín (Prehistoria-UAH); Margarita Vallejo (Historia AntiguaUAH); Lauro Olmo (Arqueología- UAH); Leonor Rocha (Arqueología – Universidade de Évora); Enrique Baquedano (MAR); Luc Laporte (Laboratoire d'Anthropologie, Université de Rennes); Laure Salanova (CNRS). Edición: Área de Prehistoria (UAH)

Foto portada: Peña Somera (J. A. Gómez Barrera)

SUMARIO Editorial 05-12 Semblanza asturiana seguida de un oprobio de la vejez . Limón Delgado, Antonio 13-19 Hacerse humano. Carbonell Roura, Eudald 20-31 Peuplement de l’intérieur de la Péninsule Ibérique pendant le Paléolithique supérieur: où en est-on? Aubry, Thierry 32-43 Arte rupestre en la frontera hispano-portuguesa: cuenca del río Águeda. Reis, Mario; Vazquez Marcos, Carlos 44-55 Ganando altura. Tránsito, explotación y campamento de cazadores-recolectores en los espacios de montaña de la encrucijada vasca. Arrizabalaga, Alvaro; Calvo, Aitor; Domínguez-Ballesteros, Eder; García-Ibaibarriaga, Naroa; IriarteChiapusso, María José 56-72 Los anzuelos de la Cueva de la Canaleja (Romangordo, Cáceres). González Cordero, Antonio; Cerrillo Cuenca, Enrique 73-80 L’art céramique et l’émergence de l’économie agricole. Salanova, Laure 81-95 La nécropole de Barnenez à Plouezoc’h dans le Finistère: le long tumulus nord et son implantation. Cousseau, Florian 96-110 L’intégration de pierres dressées isolées à l’air libre dans les espaces sépulcraux de l’ouest de la France: Le département du Morbihan Gouezin, Philippe 111-118 Les pétroglyphes de la Pierre des Farfadets. Commune du Poiré sur Vie–Vendée (France). Etude d’interprétation provisoire. Benéteau, Gérard 119-132 Algunas reflexiones sobre métodos de realce digital de la imagen en pinturas rupestres. Cerrillo Cuenca, Enrique 133-147 El tiempo y los ritos de los antepasados: La Mina y el Alto del Reinoso, novedades sobre el megalitismo en la Cuenca del Duero . Rojo-Guerra, Manuel; Garrido-Pena, Rafael; Tejedor-Rodríguez, Cristina; García-Martínez de Lagrán, Iñigo; Alt, K.W. 148-163 El megalito pseudohipogeico “Monte Deva III” como representación de la plenitud neolítica en el hinterland de Gijón (Asturias). de Blas Cortina, Miguel Angel 164-179 Ad aeternum. Enterramiento de la Edad del Bronce en Carmona (Sevilla). Belén Deamos, María ; Román Rodríguez, Juan Manuel; Vázquez Paz, Jacobo

180-196 Nuevos datos sobre la secuencia de uso sepulcral de la cueva de Santimamiñe (Kortezubi, Bizkaia). López Quintana, Juan Carlos; Guenaga Lizasu, Amagoia; Etxeberria, Francisco; Herrasti, Lourdes; Martínez de Pancorbo, Marian; Palencia, Leire; Valverde, Laura; Cardoso, Sergio 197-210 Novedades en torno al arte rupestre de Valonsadero (Soria). Gómez-Barrera, Juan A. 211-223 Ces marques qui ne font pas partie du corpus. Hameau, Philippe 224-237 A dos metros bajo tierra. Pensando los yacimientos prehistóricos de hoyos. Márquez-Romero, José Enrique 238-256 The diversity of ideotechnic objects at Perdigões enclosure: a first inventory of items and problems. Valera , Antonio Carlos 257-271 Sobre la cronología de los ídolos-espátula del dolmen de San Martín (Laguardia– Alava). Fernández– Eraso, Javier; Mujika-Alustiza, José Antonio; Fernández– Crespo, Teresa 272-286 La diversidad campaniforme en el mundo funerario. Algunos ejemplos de la cuenca media/alta del Tajo en el interior peninsular. Liesau von Lettow-Vorbeck , Corina; Blasco Bosqued, Concepción 287-305 El Yacimiento romano de la Ermita de San Bartolomé (Atalaya del Cañavate, Cuenca). López, José Polo; Valenciano Prieto, Mª del Carmen 306-319 De un largo “tiempo perdido” en la reconstrucción de la Prehistoria canaria a una rápida construcción de su protohistoria. González-Antón, Rafael; del Arco Aguilar, Carmen 320-333 Manifestaciones rupestres protohistóricas de la isla de Lanzarote en un contexto doméstico: el sitio de Buenavista (Teguise). Atoche Peña, Pablo; Ramírez Rodríguez , Mª Ángeles 334-356 Décorations et représentations symboliques sur les mégalithes du Sénégal et de Gambie. Laporte, Luc; Delvoye, Adrien; Bocoum, Hamady; Cros, Jean‐Paul; Djouad, Sélim;Thiam, Djibi 357-370 Breves notas en torno a unos grabados de armas metálicas de influencia atlásica en las tierras del Tiris, al SE del Sahara Occidental. Sáenz de Buruaga, Andoni 371-387 La figura humana en el arte rupestre en el sur del Valle Calchaquí (Salta, Argentina). Ledesma, Rosanna

LOS ANZUELOS DE LA CUEVA DE LA CANALEJA (ROMANGORDO, CÁCERES).

Antonio González Cordero (1) Enrique Cerrillo Cuenca (1)

Resumen En el complejo de cuevas del valle de la Canaleja (Romangordo, Cáceres), se han documentado ocupaciones desde el Epipaleolítico a la Edad Moderna con un contenido de materiales insertos en los más variados contextos. Una pequeña parte de ellos, aún inédita, abarca un pequeño conjunto de anzuelos, matrices para su fabricación, pesos de redes…, en suma, artefactos relacionados con la pesca, cuyo estudio nos brinda la posibilidad de abordar un capítulo inédito de la economía de la Prehistoria Reciente de la región extremeña, en un lugar donde el río Tajo y sus afluentes se instituyen en protagonistas relevantes. Palabras clave: Anzuelos, río Tajo, cuevas, Neolítico.

Abstract A series of occupations from Epipalaeolithic to Modern Age has been recognised at the group of caves from Canaleja Valley (Romangordo, Cáceres, Spain). Artefacts belonging to different archaeological contexts have been recovered. Part of them, yet unpublished, is formed by fish hooks, matrices for their crafting, fishing net weights… artefacts linked to the practice of fishing, whose study allows us to reflect about the economy of Late Prehistory in Extremadura region, in a place where Tagus River and its secondary streams are relevant. Key words: Fish hooks, Tagus river, caves, Neolithic

(1) Doctores en Prehistoria. Universidad de Extremadura. [email protected]; [email protected]

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Los objetos en cuestión proceden de la 1.- LAS CUEVAS DE LA CANALEJA.

primera campaña, que se centró en un tramo del corredor que da inicio a la cueva denominada Ca-

Las cuevas de la Canaleja se hallan en el término

naleja I. En concreto, de un nivel cuyo contenido

de Romangordo (Cáceres), una localización que

presenta cerámicas impresas, herramientas de

coincide con los escarpes más ásperos de una gar-

hueso y geométricos propios de un Neolítico Anti-

ganta surcada por el arroyo que le da nombre, y

guo, aunque también materiales de usos sepulcra-

cuyo final tiene lugar dos kilómetros aguas abajo,

les del Neolítico Medio y el Calcolítico. Desgracia-

cuando se conecta al río Tajo junto al histórico

damente, se trata de ocupaciones problemáticas,

vado de Al-Balat. Todas las cavidades se han for-

debido a que los posteriores ocupantes removie-

mado a expensas de filtraciones y disoluciones en

ron partes de un suelo con escasa potencia sedi-

unas bandas de rocas carbonatadas, cuyas partes

mentaria y de textura polvorienta, para adecuar el

más bajas aún drenan agua alimentando de forma

escaso espacio disponible a un nuevo uso, gene-

permanente la corriente que fluye por el fondo del

rando en algunas partes una estratigrafía inversa,

valle. (Fig. 1).

cuando no totalmente revuelta. La diacronía en las ocupaciones ha creado conjuntos tipológicos de

Su intervención estuvo motivada por la

materiales en su mayoría fáciles de seriar, excepto

posibilidad de contrastar las diferencias entre el

parte de la industria ósea, la cual pudo estar aso-

modelo de poblamiento al aire libre y la ocupación

ciada tanto a usos neolíticos, como al sepulcro

de cuevas durante el Neolítico. Pero el potencial

calcolítico posterior, si bien con mayor probabili-

arqueológico que desveló su excavación, obligó a

dad a los momentos más antiguos. No obstante,

extender el proyecto . Los trabajos llevados a cabo

sólo nos referiremos a los materiales que no ofre-

tuvieron lugar entre los años 2004 a 2005 y permi-

cen ninguna duda de su asociación con la actividad

tieron reconocer una larga historia de ocupaciones

haliéutica, la cual abarca, desde anzuelos, a matri-

temporales, que pese a las discontinuidades, com-

ces para su elaboración y pesas de redes fabrica-

prenden desde el Epipaleolítico hasta la historia

das sobre cantos de río.

contemporánea. Gran parte del repertorio de materiales extraídos, junto al análisis paisajístico, geológico, traceológico, paleopatológico, antropológico, paleoambiental, etc., han tenido cabida en estudios precedentes (Cerrillo C. y González, 2006, 2007a, 2007b, 2010, 2011, 2014; Arias et al, 2009; Barca 2007; Gibaja, 2007) por lo que a lo largo de estas páginas sólo nos haremos eco de un pequeño conjunto de artefactos relacionados con la pesca que aún permanecen inéditos.

Fig.1. Localización de Cueva Canaleja I. Romangordo, Cáceres.

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2.-ANZUELOS Y MATRICES.

rísima curvatura. La cabeza tiene forma irregular ovalada y por debajo de la misma dos muescas pa-

En cuanto a los anzuelos, se han docu-

ra el engarce del hilo. El objeto acaba en una punta

mentado de dos tipos distintos. El primero, o Tipo

casi paralela al vástago que recibió un corte por

I, procede de corte C9, situado en el tercio inicial

abrasión oblicuo hasta el inicio del codo, y no posee

del recorrido de la cueva, donde se encontraron

indicios de lengüeta o traba. Colocado en plano no

también los otros elementos que aquí se detallan.

reposa enteramente sobre la superficie, debido a

Su definición se ajusta a la de la forma más elemen-

una ligera torsión exigida por la materia prima em-

tal, es decir con la curvatura semicircular en la cara

pleada, tal vez un hueso o asta de ungulado como

interna y externa del codo. Se caracteriza por tener

suele ser lo habitual. (Fig. 3)

una longitud de 3,5 cm y una abertura de 1,2 cm. El vástago tiene sección rectangular de 1,3 mm. La

Matriz 1 (C3-B3). Fragmento de placa rec-

zona baja del codo está reforzado con un espesor

tangular de hueso de 3 cm. de longitud, por 1,9 cm.

de 2.1 mm de media y la sección es casi de forma

de ancho y 3,5 mm de espesor. Se trata probable-

circular. A lo largo del vástago se detectan algunas

mente de un matriz con la perforación circular de

rayas y señales de trabajo muy irregulares en am-

inicio por ambas partes visible en el doble cono,

bas caras a pesar del pulido posterior, y un rebaje

alrededor de la cual se había comenzado a trabajar

vertical que lo adelgaza ligeramente proporcionán-

la forma del anzuelo desbastando el lado derecho;

dole una leve curvatura. Su cabeza o patilla es de

su diámetro es de 0,6 cm. El anverso corresponde a

forma trapezoidal aplanada y para el enganche del

la parte exterior del hueso, donde aún se distingue

hilo conserva dos muescas en ambos lados bien

la convexidad original, además de erosiones, y le-

marcadas y otra más imperceptible un poco más

vantamientos, producto, tal vez, de un tratamiento

abajo. La punta está perdida, por lo que no sabe-

con fuego, pues la superficie se halla totalmente

mos si fue dotada de una traba o lengüeta, aunque

oscurecida. El reverso aplanado por frotación, aún

la tendencia final, no parece ser esa. (Fig. 2).

mantiene partes esponjosa de la médula del hueso en la depresión que finalmente quedaría aligerada

El Tipo II (C9), es de forma recuadrada en el codo interno y circular en el externo. Su longitud

tras la talla y pulimento final perfectamente visible en la sección de la matriz.

total es de 3,1 cm con una abertura de 1,4 cm. El vástago tiene sección rectangular de 2 mm, que aumenta ligeramente en el codo con 2,3 mm, punto donde debido a la talla diferencial la sección es triangular, perceptible sobre todo en el arco exterior del codo. Se observa un pulimento notable en una de las caras, mientras que la otra se halla ligeramente descuidada, pero igualmente el vástago ha sido rebajado a lo largo para imprimirle una lige-

Matriz 2 (C6-7). Fragmento de placa rectangular de hueso fragmentada de 1,9 cm de longitud por 1,6 cm. de ancho, 3,5 mm de espesor con perforación circular de 0,8 cm. de diámetro. Vista en sección una de las caras exhibe la convexidad natural del hueso, mientras que la otra, tras un trabajo abrasivo, muestra la superficie totalmente plana. (Fig. 4, 4-6).

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Fig.3.. Anzuelo Tipo II de la cueva Canaleja I (Romangordo, Cáceres

Fig. 2. Anzuelo Tipo I de la cueva Canaleja I (Romangordo, Cáceres).

Fig. 4. Materiales representativos de la actividad pesquera: 1- Pesa de red; 2- Anzuelo TI; 3- Anzuelo TII; 4-6- Matrices para la elaboración de anzuelos.

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El número de matrices es posible que sea

ceso de fabricación se limita a un vaciado central

mayor que las dos que aquí describimos, pues se

para la separación entre el vástago y la punta.

conservan al menos media docena de fragmentos

Cuando la operación libera un exceso de materia a

de hueso con la cara interna totalmente alisada y la

partir del agujero practicado, el artesano lo remata

externa ligeramente redondeada y pulida con un

recuadrando la curvatura, forzándole a un acabado

espesor máximo de 3 mm, pero la probabilidad se

oblicuo en la punta, pero si mantiene la redondez

modera ante la falta de indicios inequívocos de su

sin deformar la perforación, el diseño finalmente

finalidad como puede ser la perforación en uno de

será curvo y la punta sencillamente aguzada.

los extremos u otro signo de manipulación En lo que se refiere a la suspensión, podemos indicar que los ojales son inexistentes en la 3.-ELABORACIÓN DE ANZUELOS

Canaleja, y se sustituyen por una patilla o paleta de perfil trapezoidal achatada y de sección rectangular

La idea sería que estas matrices o lamas se

que da paso al vástago, manteniendo en un caso

transportarían a medio fabricar a partir de un hueso

esta sección, y en el otro, variando hacia una forma

largo o un asta, para una vez troceados, proceder a

casi circular. El anzuelo se bloquea mediante esta

tallar un anzuelo en cada una de las partes raspan-

protuberancia en el extremo distal, y la ligadura de

do y puliendo finamente o mediante una técnica

la línea o hilo, se realiza en torno a las ranuras o

denominada levantamiento, la cual tiene por obje-

escotaduras de la parte superior del vástago. Una

to mejorar la resistencia del anzuelo a la tracción

única ranura indica que la línea era fijada sumaria-

del pez evitando así su fractura. Esta técnica se

mente por un solo nudo, al contrario, la presencia

halla generalizada por toda Europa y consiste en

de varias estrías serían la prueba de un método de

realizar una perforación en la base de la matriz de

atado de la línea menos arcaico. En la prehistoria la

un hueso de pocos milímetros de espesor, mien-

línea o sedal se pudo servir un hilo de cuero, ten-

tras se marca a partir de la mitad del círculo perfo-

dón, fibra vegetal trenzada o crines de caballo. Del

rado dos líneas paralelas que delimitará la parte

tipo de nudo nada podemos aventurar, pero no

interior del vástago y el final de la curvatura. A par-

debió de ser muy diferente del que se conservó en

tir de aquí se desaloja la materia compartimentada

un ejemplar procedente de Tybrind Vig (Andersen

liberando el vástago y la punta. Los últimos reto-

1987: Fig. 159).

ques incidirán en el área más crítica del codo, pues de su grosor y acabado dependerá la resistencia del aparejo.

Las dimensiones del anzuelo siempre han sido puestas en relación con funciones distintas. A nivel de altura y abertura es posible verificar algu-

En la Canaleja los resultados de este trabajo fueron dos anzuelos distintos, con un Tipo II más compacto y resistente que el Tipo I, el cual presenta un nivel muy simple de desarrollo, ya que su pro-

nas diferencias especialmente en la forma de la segunda. Relacionar estas diferencias con el objetivo de la captura puede considerarse especulativo, pero dado que los dos anzuelos de la Canaleja pare-

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ce que fueron fabricados in situ con cierta sincronía

de pesca que en castellano se conoce por el nom-

y de no mediar manos distintas de artesanos, cabe

bre de palangre.

la posibilidad de que se utilizaran para pescar especies distintas, de distinto tamaño y con técnicas dispares. En este sentido, el estudio del ángulo del

4.- ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS ANZUELOS

plano del arco resulta de gran interés, debido a que el arco se somete a una alta presión mecánica adi-

Los anzuelos fueron confeccionados a

cional, determinando con ello el éxito de la pesca.

partir de materiales diferentes, las más habituales

El Tipo I de la Canaleja, por ejemplo, tiene un ángu-

sobre huesos planos o el asta de las cornamentas, y

lo de aproximadamente 10º, lo cual resulta tan

los menos corrientes sobre conchas marinas, ma-

ventajoso, que sigue siendo habitual en el diseño

dera, e incluso piedra y marfil. Para su elaboración

de los aparejos de pesca modernos con caña. Si en

poseían buenos instrumentos desde los mismos

lugar de ello, el gancho tuviera un ángulo de ataque

comienzos del Paleolítico Superior, pero las condi-

tendente a cero grados, como ocurre con el Tipo II,

ciones especiales que requieren para su conserva-

es decir, coincidiendo con la línea de tracción, re-

ción determinados materiales perecederos como la

sultaría más apropiado para otros sistemas. Bor-

madera, impiden aventurar un sincronismo entre

nes, estima que el ángulo más eficaz de ataque es

las primeras capturas de peces con la utilización de

sólo 10, pero en muchos artefactos del pasado y del

los mismos.

presente oscilan entre 10 y 30. (Cleyet-Merle 1990: 157). El primero sería por tanto más efectivo para la

En el continente europeo, las fechas más

pesca con un sedal a mano, mientras que el segun-

antiguas se retrotraían a las proporcionadas por

do tipo, de forma cuadrada y plano, mucho más

yacimientos mesolíticos, especialmente Maglemo-

resistente, sería adecuado para sujetarlo a una

siense en los países bálticos, pero hallazgos recien-

cuerda aplicada a la pesca de fondo cuyo objetivo

tes han venido a envejecer notablemente el abani-

no es otro que la captura de grandes ejemplares.

co de fechas disponibles. Es el caso de los anzuelos

Similar razonamiento es el que aplica Margarida

de Wustermark, realizados sobre el marfil subfósil

Ribeiro al estudio de anzuelos lusitano romanos

de mamut y sobre hueso, que abarca cronologías

provenientes de Tróia, que si bien corresponden a

entre 19.041 años cal. B.P., y 12.290 cal B.P. Su

una época muy posterior, para la relación tamaño

importancia sin embargo no radica sólo en reunir

uso propone un tipo de aparejo que muy poco ha

hasta la fecha la mayor colección de anzuelos del

cambiado desde la Prehistoria, pues en el tiempo

Paleolítico encontrados en suelo europeo, sino que

en que se publica el trabajo, aun es conocido bajo

a partir de la comparación con otros lugares del

las designaciones de “espinel o espinhel” o “à linha”

continente con una datación parecida y con un con-

y consiste en la utilización de una cuerda larga o

tenido material semejante, la aparición y el desa-

cabo madre de la que penden varios hilos resisten-

rrollo de los anzuelos pudo estar asociada a un

tes con anzuelos en los extremos, dejando un espa-

cambio general en la disponibilidad de recursos

cio libre entre cada línea (Ribeiro 1970: 231), un arte

durante la fase interstadial Bølling-Allerød, un pe-

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ríodo cálido y húmedo , que en opinión de sus in-

Hay, no obstante, ejemplares más complejos como

vestigadores estuvo conectado con el cambio en

los de Tybrind Vig en Dinamarca pues dejando a

las industrias del Paleolíticas del norte de Europa

un lado la decena de anzuelos y un numeroso con-

Central (Gramsch et al. 2013: 2458).

junto de piezas en bruto para fabricarlos (Pickard y Bonsall 2007: 179), entregó el único ejemplar cono-

Muy cerca de la anterior estación, en con-

cido con un sistema de retención utilizado para fijar

creto de la región de Havelland al noroeste de Ber-

la línea a la patilla, consistente en una corta sección

lin, quince lugares han proporcionado series de

de cuerda fabricada con fibras vegetales (Andersen

anzuelos donde lo extraordinario no radica sólo en

1987). Estos anzuelos poseen una longitud de has-

lo profuso de su número, ni el estado excepcional

ta 3 cm de largo, están hechos de una costilla cier-

de conservación (Cziesla 2004: 175), sino que con

vo, tienen una forma de U con el exterior de la cur-

un origen afirmado en las postrimerías del Paleolíti-

vatura recuadrada, no poseen barba y pese a su

co Superior, a estas industrias tecnológicas se les

corta longitud parece ser que eran comúnmente

ha podido relacionar definitivamente con los an-

utilizados en la pesca del bacalao por parte de los

zuelos Mesolíticos, cuyo génesis lógicamente ten-

grupos del noroeste de Europa. Fechas recientes

dría lugar precisamente a partir de estos. Se destie-

efectuadas sobre esqueletos de la población local

rra así la idea de una supuesta emergencia tecnoló-

han arrojado una edad de 6750±80 BP que puede

gica independiente, adicionándose en la misma

tomarse como referencia para la población local de

publicación otras pruebas obtenidas en las localida-

pescadores (Hardh et al. 2007: 179).

des de Braunsbedra o Klein Liescow, a las que equipara con la austriaca de Gratkonr y las francesas de Pont d´Ambon y Bios-Ragos (Gramsch et al. 2013:

Hacia el sur, Francia y Suiza se hallan en

2459), estas últimas datadas en un aziliense tem-

posesión de un bagaje muy significativo. La prime-

prano. Un conjunto de lugares caracterizados por

ra porque conjuga especímenes de gran antigüe-

su ubicación en el interior del continente, es decir

dad, los antes mencionados de de Pont d´Ambon y

vinculados a grupos que en la misma época vivie-

Bois-Ragot de filiación aziliense (Chollet et al. 1980:

ron a expensas de la pesca fluvial.

12 y 14) y otro grupo más modernos cuya geografía de dispersión alcanza las fronteras pirenaicas. Se

En el Mesolítico la presencia de anzuelos

trata de ejemplares bien fechados en distintas fa-

se hará muy común en el registro arqueológico ,

ses del Neolítico francés procedentes tanto de es-

especialmente del Norte de Europa (Cleyet-Merle

taciones al aire libre como de cuevas. Entre las pri-

1990: 176;Hartz et al. 2010: 161 ; Myhre 1967: 18).

meras destacan dos anzuelos procedentes del po-

Proliferan formas sencillas que obedecen al uso de

blado neolítico de Fort Harrouard (Sorel-Moussel,

una matriz rectangular perforada en el extremo ,

al oeste de París), particularmente interesantes

que se van a mantener invariables durante mucho

porque presentan un ligero parecido con el tipo II

tiempo, especialmente hacia el centro-sur y oeste

de la Canaleja, inclusive en el diseño de la punta

de Europa.

hacia arriba. Ambos fueron descubiertos en una ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular

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fosa asociado con un fragmento de mandíbula lucio

franja alpina conocemos varios casos, casi todos de

de gran tamaño. Parecido al anterior, hay otro

la misma tipología y del mismo yacimiento de Are-

ejemplar de eje recto, gancho recuadrado al inte-

ne Candide en la Liguria. El ejemplar más destaca-

rior y una lengüeta vertical cortada en ángulo obli-

do posee una curvatura regular, sin barba y dos

cuo procedente del yacimiento de Hoenheim en

marcas superpuestas en la patilla (Bernabò 1946:

Alsacia, cerca de la frontera con Alemania, también

Lam LIX, Fig. 1G).

equiparable tipológicamente con el Tipo II de Canaleja, sino fuera porque conserva una perforación en

Esta falsa impresión de concentración de

el extremo distal. Por el contrario los que se han

yacimientos con anzuelos que se percibe en el Oes-

recogido en cuevas de la región de Ariège, al pie de

te europeo, queda atenuada por los hallazgos que

los Pirineos están dotados de una simpleza extre-

también se han producido en el Este, desde el golfo

ma, razón por la cual fueron comparados con ejem-

de Riga a Vlosova en Rusia, Mézine en Ucrania a

plares palafíticos de Suiza (Nougier y Robert 1951:

Vinça, en la antigua Yugoslavia, etc., lo cual de-

315). Esta área cuenta con anzuelos muy bien con-

muestra que los anzuelos ya formaban parte del

servados, donde una duplicidad de técnicas convive

acervo común del equipamiento tecnológico en la

al mismo nivel, destacando la técnica de perfora-

práctica totalidad de las poblaciones del continen-

ción circular cerrada por encima de la de anzuelos

te. (Fig.5)

de punta sencilla típicos del área pirenaica . En la

Fig.5. Tipos de anzuelos de yacimientos europeos. 1-2, Wustermark-Al.; 3, Gransee-Al.; 4, Braunsbedra-Al.; 5, Gratkorn-Aus.; 6, Vistehola-Sue; 7, Skipshelleren-Sue.; 8, Bédeilhac-Fr.; 9, Saint Michel de Tous-Fr.; 10, Hoenheim-Fr.; 11, Suecia; 12, Noordoosrpolders-Hol.; 13, Olsv Ijssel-Hol.; 14, Vinca-Sb; 15, Bois Ragot-Fr.; 16, Svaedborg-Dn.; 17, Tybrind Vig-Dn.; 18, Lago de Moosseedorf-Sui.; 19, Wangen-Sui. ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular

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En la Península Ibérica la escasa atención

Bronce, e incluso de época más moderna (Ferreira

dedicada a los anzuelos prehistóricos es directa-

1968: 119), en un punto de su exposición, habla por

mente proporcional a la pobreza de hallazgos, con

una parte de pequeños triángulos retocados de

menciones poco explícitas y casi siempre incluidos

sílex encontrados entre los concheiros del Muge y

en el contexto general de estudio del material recu-

del Valle del Sado, que podrían haber sido utiliza-

perado en excavaciones o prospecciones, principal-

dos de anzuelos y por otra, de un pequeño hueso

mente de cuevas andaluzas. El trabajo de Beatriz

alargado, fino, aguzado en las dos puntas, con una

Gavilán (1987: 55) es de los pocos que trata especí-

pequeña depresión o surco en el medio procedente

ficamente esta materia y se refiere a dos ejempla-

de las grutas de Cascais, (Ferreira 1968: 144). La

res de la cueva de la Murcielaguina en Priego de

descripción de este último encaja con lo que podría

Córdoba, donde es posible que entre el conjunto de

ser uno de los pocos anzuelos rectos conocidos en

materiales se hallen también matrices de fabrica-

la Península emparentado con otros ejemplares de

ción. Ambos ejemplares presentan sutiles diferen-

la cueva de Nerja (Aura, et al.; 2010: 163) y tal vez

cias, sobre todo en las patillas, en un caso porque

con otros dos más dudosos del poblado de Espar-

posee tres series de estrías en el extremo que le

gueira (Salvado, 2001: 42). Desgraciadamente se

confieren un aspecto roscado y en otro por un aca-

hallaba descontextualizado y salvo lo explícito de

bado para el enganche de la línea en una muesca

su mención, puede considerarse tan inédito, como

simple, pero profunda. Curiosamente, en la misma

un ejemplar curvo existente en la colección del Mu-

localidad, pero de la cueva de los Mármoles proce-

seo de Torres Vedras procedente de Lapa de Mou-

de un tercer anzuelo, lamentablemente sólo con-

raçao (Porto de Mos, Leiría). (Fig. 6)

serva la mitad inferior (Asquerino, 1986); en los tres casos y en atención al contexto material se les ha datado dentro de un Neolítico Medio-Reciente. Otro anzuelo de la misma región se recuperó en la cueva de la Dehesilla (Cádiz) y también posee una patilla peculiar con forma casi roscada. Aquí las dataciones se circunscriben a un periodo extenso comprendido entre el 5455 y 4565 cal BC (Acosta 1995: 52).

En Portugal, son pocos los estudios que

Fig.6. Anzuelo procedente de Lapa de Mouraçao (Porto de Mos, Leiría), en el Museo Leonel Trindade de Torres Ve-

conocemos sobre este tema y casi todos referidos a ejemplares de la edad de los metales (Mesquita de

Por lo que sabemos de este último, puede

Figueiredo 1898; Ribeiro 1970; Pereira 2008; Ri-

ser el único anzuelo curvo de hueso procedente de

gueiras 2010). Tan sólo hay una excepción, el tra-

Portugal del que tengamos noticia. Desafortunada-

bajo de O. Da Veiga Ferreira, que pese a recoger

mente y pese a que fue encontrado en el interior de

mayoritariamente ejemplares del Calcolítico al

una cueva, su hallazgo no es fruto de una excava-

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ción sino de una recogida superficial por parte de

La forma de U en los anzuelos, es decir

un grupo de espeleólogos, no obstante el conteni-

con el codo externo plano o ligeramente curvado se

do adyacente del sitio lo circunscribía a un difuso

atribuirá al ingenio Maglemosiense, donde los mo-

Neolítico-Calcolítico. Mide 4 cm de longitud, 2,3

delos derechos y puntiagudos se propagaron por

cm. de ancho y 0,4 cm de espesor; y es de hueso

este horizonte, al mismo tiempo que se abría paso

pulido. En su ficha indica además que pudo ser ela-

a una nueva técnica, consistente en una perfora-

borado mediante un pulimento intenso y los cortes

ción circular muy pequeña, casi cerrada, que obliga

o ranuras efectuadas con un utensilio cortante de

a abrirse a la punta hacia fuera y cortándola final-

piedra. Una peculiaridad que le hace único son

mente en un ángulo muy oblicuo al eje del vástago.

cuatro trabas o cortes que recorren la parte exte-

Esto se halla bien representado en los yacimientos

rior del codo, probablemente para retener mejor el

palustres suizos, en yacimientos rusos, noruegos y

cebo y la barba resultante de una quinta traba, si-

suecos, donde los tipos de perforación cerrada y los

tuada al contrario de lo que es habitual. Sólo un

anzuelos elementales no se estorban en el equipa-

ejemplar de Vinça en Serbia (Cleyet-Merle 1990:

miento de los pescadores, de hecho los anzuelos

176, Fig. 4), tiene un dispositivo parecido en esta

elementales de forma curva se mantendrán en las

posición, con la diferencia que este lo corrige adi-

parrillas de materiales, y junto a las ranuras de

cionando con una barba interna. Las cuatro escota-

amarre, aparecerán por primera vez los ojales.

duras para el amarre de la línea que ocupan todo el vástago le vinculan por otra parte con ejemplares

Poco a poco los anzuelos van ganando

nórdicos, donde es frecuente conceder una mayor

personalidad en sus diseños y hasta barroquismo,

fortaleza a la ligadura del sedal.

sobre todo en los mares que rodean la península escandinava, donde el ángulo oblicuo de las puntas

Hecho un repaso al conjunto de ejempla-

evoluciona para dar paso a la aparición de la len-

res europeos, y tras los descubrimientos efectua-

güeta o traba que aseguraría el enganche del pez,

dos en el noreste de Alemania (Gramsch et al..

lo cual representa una ventaja en vista de la estabi-

2013), podemos asumir que los primeros anzuelos

lidad y durabilidad del anzuelo. Será muy popular

confeccionados en el continente se ciñeron a for-

entre los pescadores nórdicos y de los Países Bajos

mas elementales con el codo externo semicircular,

concordando rara vez con los prototipos meridio-

si acaso levemente apuntado, una punta aguzada

nales, mucho más tradicionales. De hecho, en el

dispuesta en ángulo cero, o a lo sumo con unos

Neolítico de la mitad sur europea, veremos genera-

grados de desviación externa y un vástago remata-

lizarse las formas curvadas alcanzando un alto gra-

do en una patilla con escotaduras para el amarre

do de perfección. El codo del señuelo entonces,

del hilo. En todos se aprecia ya el origen de la técni-

pasa de una forma recuadrada a convertirse paula-

ca de ejecución a partir de una perforación circular

tinamente en una curva cerrada y elíptica, adqui-

del extremo de una lama de hueso, asta o marfil, de

riendo mayor forma de gancho. La calidad de la

forma espatulada

ejecución es a menudo destacable y el sistema de perforación en el extremo distal fue corrientemenARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular

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te utilizado. Su morfología, muy variable, revela un

punzones, otros, hacen posible su flotación, que

cierto número de tipos característicos que corres-

dado su más que presumible origen vegetal, ape-

ponden sin duda a los requisitos técnicos específi-

nas se han conservado, y otros, que tras la inmer-

cos de los especímenes a los cuales se destinaban.

sión en el agua, se ocupaban de mantener firme y desplegada la pantalla que formaba el tejido de la

Sobre el plano arqueológico, hay un pa-

cordada. Estos últimos son los pesos de fondo o

rentesco innegable de los ejemplares de la Canale-

lastres cuyo reconocimiento ha sido posible, mer-

ja, sobre todo del tipo I, con los anzuelos franceses,

ced a que se fabricaron primero en piedra y más

influencias que reciben también los ejemplares de

tarde de cerámica. (Fig.7)

las cuevas andaluzas. Mientras tanto, el tipo II, más arcaico en su diseño, muestra sus vinculaciones con ejemplares daneses, austriacos y alemanes, parentesco tan dispar como extraordinario, pues que aparezcan en un mismo yacimiento y aparentemente en el mismo nivel, dos tipos de anzuelos con concepciones formales distintas, sólo se puede argumentar de dos maneras, la más extrema lo achacaría a convergencias extraordinarias de índole humana y cultural, y la más probable, tal

Fig.7. Pesa de Red de la cueva Canaleja I (Romangordo, Cáceres).

y como hemos tratado de argumentar, es que fueron concebidos pensando en emplearlos en la pesca de especímenes distintos.

Uno de esos testimonios ha sido recuperado en el cuadro C8 de la cueva de la Canaleja, junto al lugar donde se extrajeron los anzuelos, lo que redobla su importancia. Fue elaborado a partir de

5.-OTROS APAREJOS POSIBLES.

un canto ovalado de cuarcita al que han practicado sendas muescas en los laterales. Mide 7,5 cm de

A los anzuelos les acompañaron otros artefactos o aparejos que intervinieron en el proceso de captura, es decir, redes, trampas y garlitos que pudieron tener incluso un papel preponderante con respecto a otras artes. De todos ellos muy poco queda, salvo algunos fragmentos que se han conservado en condiciones excepcionales, pero su utilización y confección dejó tras de sí un vasto conjunto de instrumentos que complementaban su utilidad. En una red, por ejemplo, hay un utillaje que interviene en su fabricación, tales como agujas o

largo, por 4,5 de ancho y 1,95 cm. de grosor. Su preparación como vemos es muy sencilla, pues solo se requieren cantos planos y ovalados de los que normalmente se encuentran a orillas de los cauces fluviales, para que con un golpe seco a cada lado del canto, la muesca producida, deje un estrangulamiento suficiente para atar con seguridad un cordel, cuya finalidad sería mantener las artes de pesca en el fondo del agua en posición vertical. Según Cleyet-Merle (1990: 145) se necesitan de tres a cinco kilogramos de lastre por cada cien metros de

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red. El tipo más comúnmente encontrado es el can-

Probable causa de que hayan pasado inadvertidos

to con muescas, entre cinco y quince centímetros

es la frecuente descontextualización, la amplia per-

de tamaño y con un peso entre 20 y 200 gramos.

duración y la multiplicidad de uso como anclaje, amarres o redes pajareras, como parece insinuar el

El origen de estos cantos parece remon-

hallazgo de un depósito con medio centenar de

tarse a finales del Paleolítico superior (Bernal,

pesos en el collado de una sierra de Mesas de Ibor,

2008: 188), pero lo cierto es que en los sitios meso-

afortunadamente junto a otros materiales calcolíti-

líticos europeos este tipo de hallazgos son extre-

cos que autorizan una aproximación temporal,

madamente raros, lo que de reflejar el uso generali-

pues son estrictamente indatables cuando se en-

zado de piedras no modificadas, dificultaría su re-

cuentran fuera de contexto. En la provincia de Cá-

conocimiento como artefactos (Croes y Hacken-

ceres, donde hemos seguido con cierto interés el

berger 1988). Con su forma de ocho tan caracterís-

hallazgo de pesos de redes, hemos constatado su

tica será más frecuente encontrarlo en yacimientos

presencia a lo largo de toda la banda ribereña del

Neolíticos, atestando aquellos lugares ubicados

Tajo y de sus afluentes, sobre todo en aquellos lu-

principalmente en las orillas de lagos o cauces flu-

gares donde la erosión provocada por los ascensos

viales. Charavignes, un ejemplo de asentamiento

y descensos del nivel de los pantanos, ha dejado al

palafítico emplazado en el lago Paladru, al pie de

aire materiales más pesados que la tierra sustraída.

los Alpes en el Departamento de Isère, ha entrega-

Muchas de estas localizaciones son aisladas, pero

do un gran número, y así en cantidades variables

afortunadamente un porcentaje importante cuenta

yacimientos del Haute-Saône (Raguin y Thévenin

con la colaboración de algún asentamiento para

1965: 132), en las comunidades lacustres de los

acotar su temporalidad. No hay una estadística

lagos de Suiza (Rigueiras 2010: 19) y las regiones

sobre cuantas se asocian a un poblamiento neolíti-

periféricas del Ródano y de las cuencas pirenaicas

co, pero se localizan en el 70% de los asentamien-

(Nougier y Robert 1951: 93) . En la Península se han

tos calcolíticos, porcentaje que se eleva al 90% si

recogido ejemplares en una

estos se encuentran cerca de los ríos. El más desta-

tesis reciente

(González 2013) .

cado por el número de pesos recogidos, con más de medio centenar de cantos preparados, es el yaci-

Abel Viana (1961: 132) es el primer investi-

miento calcolítico de los Mancos en la localidad de

gador peninsular que intenta llevar a cabo una or-

la Pesga (González 2011: 201), a orillas del río de los

denación parcial de los pesos, refiriéndose a una

Ángeles, muy cerca a su vez del Vaunogal de Ribe-

cincuentena de ellos hallados en yacimientos por-

raobeja, donde se halla la única representación de

tugueses, pero son De Pinho y Lanhas (1971: 585),

un petroglifo con un pez de la cuenca extremeña

quienes van a sistematizarlos de acuerdo con el

del Tajo (González 2000: 103).

tamaño, posición de los cortes o entalles, recogiendo una tipología extensible a cualquier yacimientos conocidos.

No termina aquí la lista de objetos relacionados con la pesca en la Canaleja, aunque para algunos sea difícil argumentar que este fuera su

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destino, pues indistintamente los microlitos trape-

cias, pero dado que el volumen de este tipo de ob-

zoidales, debidamente insertados en la punta de

jetos es aún escaso, parece abusivo configurar un

una lanza se pueden transformar en arpones útiles

tipo de pieza con valor asociado a una finalidad

para la pesca en los cauces secundarios de poca

específica. Sin embargo es indudable que su hallaz-

profundidad como el arroyo que corre a los pies de

go en varios lugares con presencia de objetos de

la cueva.

pesca constituye una coincidencia significativa. (Fig. 8)

Sobre los punzones puede decirse lo mismo, y aunque no tienen el tamaño adecuado ni un rebaje alrededor del centro para pensar en anzuelos rectos, su amplio abanico de posibles utilizaciones les faculta para usos en el trenzado, suspensión, cierre de trampas y agarre de cuerdas. No obstante su inclusión en la cueva como probables participes del ajuar en los enterramientos y su amplio espectro de utilizaciones impide tratarlos como parte de las herramientas relacionadas con la pesca.

6.-EL ENCAJE CRONOLÓGICO No existe una estratigrafía totalmente fiable para el conjunto de artes de pesca y posibles objetos relacionados, ni podemos saber con certeza a cuales de las fechas obtenidas en el complejo de la Canaleja se acoplarían realmente. Pese a ello podemos argumentar a favor de su adscripción al Neolítico, independientemente de las analogías artefactuales con especímenes europeos. En su favor colabora el resultado que arrojó el análisis de

Finalmente tenemos una serie de huesos ahuecados y trabajados, con el extremo cortado y biselado, al que se le presume un uso como recipiente o estuche cuyos extremos se taponarían a fin de transportar en el interior objetos o sustan-

una muestra de carbón extraído de un nivel intacto con restos humanos y cerámicas impresas tipo Boquique en Canaleja II, de idéntica factura y diseño a las que se hallaron en el revuelto de materiales que acompañaron a los anzuelos de Canaleja I,

Fig. 8. Posible estuche tubular trabajado en hueso de la cueva Canaleja I (Romangordo, Cáceres). ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular

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(6203±44; 5300-5043 cal BC). A partir de aquí cabría

zo en un momento impreciso del Neolítico, con

tener en cuenta otra fecha, la única obtenida de

poca incidencia en el utillaje de las etapas subsi-

Canaleja I sobre el parietal de un individuo infantil

guientes, para despegar definitivamente a finales

fechado en torno al 5100±50; (3989-3775 cal BC),

de la Edad del Bronce, cuando ya en metal se gene-

pues con referencia a lo que acontece en los regis-

raliza su utilización.

tros andaluces con este tipo de materiales datados hacia el Neolítico Medio y Final, una fecha cercana a esos momentos, coincidente con una fase que en

7.-CONCLUSIONES

la secuencia regional se considera Neolítico Medio, parece factible ser tomada en cuenta, al menos

El estudio morfológico de los dos anzuelos

como la referencia cercana más probable a la fabri-

nos autoriza a concluir, de acuerdo con las hipóte-

cación de los anzuelos.

sis y los razonamientos sugeridos por la observación y por el estudio de las técnicas más antiguas,

Una fecha más tardía también sería admi-

que ambos fueron realizados de una forma similar,

sible, pero esta ya no tendría como escenario el

pero atendiendo a dos diseños distintos que ya

momento Neolítico, sino el ámbito de un enterra-

fueron observados en los yacimientos del centro-

miento calcolítico, donde su inclusión como parte

oeste europeo. La forma geométrica de las gargan-

del ajuar funerario, daría pie a su equiparación con

tas, una recuadrada y otra más curva, muestran un

objetos excéntricos a la estandarización de equipa-

acabado esmerado ejecutado con precisión, si bien

mientos que se conocen en estas latitudes, y cuyas

la diferencia en el diseño insiste en un mestizaje.

composiciones, en concordancia con lo que se ha documentado en Tío Republicano, se supeditan a

Tales observaciones permiten aducir que

puntas de flecha, cuentas de collar, hachas, alabar-

los tipos de la Canaleja y de los restantes yacimien-

das, cerámicas lisas, prismas de cristal de roca y

tos peninsulares, son fruto de una tradición meri-

otros ítems que tipológicamente pueden adscribir-

dional que tiende a la simplificación con algunos

se al III milenio cal BC; un dilatado periodo que con

tintes distintivos en la peculiar forma de acabado

muchas más dudas propondríamos como maximun

de las patillas. La aparición de dos tipos netamente

post quem para estas manufacturas..

diferenciados en un mismo yacimiento no es excepcional, lo que puede obedecer al destino que se

Dadas las condiciones estratigráfícas problemáticas de Canaleja I, la cronología de los an-

quiere dar a la pieza y a las condiciones que impone la materia que se utiliza.

zuelos debe ser tomada con precauciones, pues la persistencia en el tiempo de tales producciones es

La presencia de anzuelos, pesas de red y

muy amplia, y como ya dijimos, no debe desdeñar-

otros útiles, que muy bien pudieron tener relación

se ningún detalle del contexto en el que se involu-

con la reparación o confección de hilos o cuerdas,

cran. Debemos admitir por tanto que las produc-

constituyen muestra suficientemente explícita para

ciones de anzuelos en la Península dieron comien-

ratificar la pesca como una incorporación temprana

ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular

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a las estrategias de subsistencia asociada a una

Todos estos datos podrían tener cierta

disponibilidad de recursos, reflejando además el

repercusión si se unen a lo aportado por el registro

uso de una sofisticada tecnología con un claro en-

paleoambiental de Canaleja II, según el cual las

tendimiento de la biología y comportamiento de

bases paleoeconómicas de los habitantes de esta

los peces. Saber entonces que el arroyo de la Ca-

cueva se hallaban establecidas en torno a una prác-

naleja y su desembocadura en el Tajo constituye-

tica agropecuaria de tipo mixto, es decir agricultu-

ron un hábitat favorable para la anguila cuyo con-

ra, basada en la identificación de pólenes de cereal

sumo ha sido identificado sobre la base de algunos

en porcentajes suficientes (>3%) y ganadería, sin

huesos que permanecían en los sedimentos de la

diferencias significativas con respecto a lo descrito

cueva, apoya el hecho de que la pesca de esta es-

para asentamientos contemporáneos como Los

pecie podría haber sido una de las motivaciones

Barruecos o el Cerro de la Horca (López Sáez, 2006;

importantes de quienes transitaron por estos terri-

López Sáez et al. 2005). La pesca constituiría otra

torios en una fase del Neolítico aún difícil de con-

de las alternativas a tener en cuenta en las prácti-

cretar.

cas de subsistencia, como seguramente lo fue la caza. Un argumento que podría ser puesto en

relación con lo anterior, es el resultado de un análi-

Medir por tanto, la importancia que la pes-

sis de isótopos estables realizado sobre uno de los

ca dulceacuícola tuvo con respecto a las formas

dientes de un humano adulto (d13C: -17.7, d15N:

tradicionales de subsistencia, o sencillamente fren-

9,46) (Cerrillo y González 2011). Este resultado,

te al resto de la fauna consumida en un entorno

muestra una mezcla de señales que parece sugerir

como el nuestro, resultaría de todo punto imposi-

que una parte importante de la dieta de este indivi-

ble. Lo que sí parece colegirse de estas cuestiones

duo se basó en el consumo de recursos proceden-

es que la pesca, pese a que fue una ocupación sos-

tes de un ámbito marino, aunque también su desa-

tenida históricamente, nunca alcanzó la importan-

rrollo en condiciones climáticas de cierta aridez. El

cia de otras fuentes de alimentos, relegando su

dato aislado es estadísticamente irrelevante y sería

papel al de una actividad complementaria y de au-

necesario contrastarlo con faunas locales, pero aún

toconsumo dentro de la economía de los pueblos

así podría sustentar un cierto valor en la paleodieta

prehistóricos del interior de la península, y en esto

de un componente de peces migradores de la talla

La Canaleja, no fue una excepción, aunque el ha-

de la anguila, sábalos, reos e incluso esturiones.

llazgo de anzuelos, pesas y materiales para elabo-

Recientes evidencias fundamentadas en el análisis

rar artefactos de pescan hagan valer esta actividad

de proteínas, almidones, oxalatos, etc., presentes

por encima de otras que no cuentan en el nivel de

en los fondos de vaso de la necrópolis toledana de

los hallazgos con una representación artefactual

Valle de las Higueras con cronología calcolítica, han

comparable.

demostrado que la ingesta de pescado o guisos con peces no fue algo ocasional en la Prehistoria Reciente (Bueno et al. 2005: 77).

AGRADECIMIENTOS La noticia sobre la existencia del anzuelo

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“da Lapa de Mouraçao”, se la debemos a nuestro

versidad de Extremadura. Cáceres.

colega Emanuel Carvallo. El nos relató las circuns-

González Gómez de Agüero, E. 2013: La ictiofauna

tancias del hallazgo y proporcionó la información

en los yacimientos arqueológicos del noroeste

que consta en los archivos del Museo de Torres

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