03
Extra
Homenaje a Rodrigo de Balbín Behrmann
2015
ARPI 03 Extra
Homenaje a Rodrigo de Balbín Behrmann
Publicación Extra: 2015 ISSN: 2341-2496 Dirección: Primitiva Bueno Ramírez (UAH) Subdirección: Rosa Barroso (UAH) Consejo editorial: Manuel Alcaraz (Universidad de Alcalá); José Mª Barco (Universidad de Alcalá); Cristina de Juana (Universidad de Alcalá); Mª Ángeles Lancharro (Universidad de Alcalá); Estibaliz Polo (Universidad de Alcalá); Antonio Vázquez (Universidad de Alcalá); Piedad Villanueva (Universidad de Alcalá). Comité Asesor: Rodrigo de Balbín (Prehistoria-UAH); Margarita Vallejo (Historia AntiguaUAH); Lauro Olmo (Arqueología- UAH); Leonor Rocha (Arqueología – Universidade de Évora); Enrique Baquedano (MAR); Luc Laporte (Laboratoire d'Anthropologie, Université de Rennes); Laure Salanova (CNRS). Edición: Área de Prehistoria (UAH)
Foto portada: Peña Somera (J. A. Gómez Barrera)
SUMARIO Editorial 05-12 Semblanza asturiana seguida de un oprobio de la vejez . Limón Delgado, Antonio 13-19 Hacerse humano. Carbonell Roura, Eudald 20-31 Peuplement de l’intérieur de la Péninsule Ibérique pendant le Paléolithique supérieur: où en est-on? Aubry, Thierry 32-43 Arte rupestre en la frontera hispano-portuguesa: cuenca del río Águeda. Reis, Mario; Vazquez Marcos, Carlos 44-55 Ganando altura. Tránsito, explotación y campamento de cazadores-recolectores en los espacios de montaña de la encrucijada vasca. Arrizabalaga, Alvaro; Calvo, Aitor; Domínguez-Ballesteros, Eder; García-Ibaibarriaga, Naroa; IriarteChiapusso, María José 56-72 Los anzuelos de la Cueva de la Canaleja (Romangordo, Cáceres). González Cordero, Antonio; Cerrillo Cuenca, Enrique 73-80 L’art céramique et l’émergence de l’économie agricole. Salanova, Laure 81-95 La nécropole de Barnenez à Plouezoc’h dans le Finistère: le long tumulus nord et son implantation. Cousseau, Florian 96-110 L’intégration de pierres dressées isolées à l’air libre dans les espaces sépulcraux de l’ouest de la France: Le département du Morbihan Gouezin, Philippe 111-118 Les pétroglyphes de la Pierre des Farfadets. Commune du Poiré sur Vie–Vendée (France). Etude d’interprétation provisoire. Benéteau, Gérard 119-132 Algunas reflexiones sobre métodos de realce digital de la imagen en pinturas rupestres. Cerrillo Cuenca, Enrique 133-147 El tiempo y los ritos de los antepasados: La Mina y el Alto del Reinoso, novedades sobre el megalitismo en la Cuenca del Duero . Rojo-Guerra, Manuel; Garrido-Pena, Rafael; Tejedor-Rodríguez, Cristina; García-Martínez de Lagrán, Iñigo; Alt, K.W. 148-163 El megalito pseudohipogeico “Monte Deva III” como representación de la plenitud neolítica en el hinterland de Gijón (Asturias). de Blas Cortina, Miguel Angel 164-179 Ad aeternum. Enterramiento de la Edad del Bronce en Carmona (Sevilla). Belén Deamos, María ; Román Rodríguez, Juan Manuel; Vázquez Paz, Jacobo
180-196 Nuevos datos sobre la secuencia de uso sepulcral de la cueva de Santimamiñe (Kortezubi, Bizkaia). López Quintana, Juan Carlos; Guenaga Lizasu, Amagoia; Etxeberria, Francisco; Herrasti, Lourdes; Martínez de Pancorbo, Marian; Palencia, Leire; Valverde, Laura; Cardoso, Sergio 197-210 Novedades en torno al arte rupestre de Valonsadero (Soria). Gómez-Barrera, Juan A. 211-223 Ces marques qui ne font pas partie du corpus. Hameau, Philippe 224-237 A dos metros bajo tierra. Pensando los yacimientos prehistóricos de hoyos. Márquez-Romero, José Enrique 238-256 The diversity of ideotechnic objects at Perdigões enclosure: a first inventory of items and problems. Valera , Antonio Carlos 257-271 Sobre la cronología de los ídolos-espátula del dolmen de San Martín (Laguardia– Alava). Fernández– Eraso, Javier; Mujika-Alustiza, José Antonio; Fernández– Crespo, Teresa 272-286 La diversidad campaniforme en el mundo funerario. Algunos ejemplos de la cuenca media/alta del Tajo en el interior peninsular. Liesau von Lettow-Vorbeck , Corina; Blasco Bosqued, Concepción 287-305 El Yacimiento romano de la Ermita de San Bartolomé (Atalaya del Cañavate, Cuenca). López, José Polo; Valenciano Prieto, Mª del Carmen 306-319 De un largo “tiempo perdido” en la reconstrucción de la Prehistoria canaria a una rápida construcción de su protohistoria. González-Antón, Rafael; del Arco Aguilar, Carmen 320-333 Manifestaciones rupestres protohistóricas de la isla de Lanzarote en un contexto doméstico: el sitio de Buenavista (Teguise). Atoche Peña, Pablo; Ramírez Rodríguez , Mª Ángeles 334-356 Décorations et représentations symboliques sur les mégalithes du Sénégal et de Gambie. Laporte, Luc; Delvoye, Adrien; Bocoum, Hamady; Cros, Jean‐Paul; Djouad, Sélim;Thiam, Djibi 357-370 Breves notas en torno a unos grabados de armas metálicas de influencia atlásica en las tierras del Tiris, al SE del Sahara Occidental. Sáenz de Buruaga, Andoni 371-387 La figura humana en el arte rupestre en el sur del Valle Calchaquí (Salta, Argentina). Ledesma, Rosanna
LOS ANZUELOS DE LA CUEVA DE LA CANALEJA (ROMANGORDO, CÁCERES).
Antonio González Cordero (1) Enrique Cerrillo Cuenca (1)
Resumen En el complejo de cuevas del valle de la Canaleja (Romangordo, Cáceres), se han documentado ocupaciones desde el Epipaleolítico a la Edad Moderna con un contenido de materiales insertos en los más variados contextos. Una pequeña parte de ellos, aún inédita, abarca un pequeño conjunto de anzuelos, matrices para su fabricación, pesos de redes…, en suma, artefactos relacionados con la pesca, cuyo estudio nos brinda la posibilidad de abordar un capítulo inédito de la economía de la Prehistoria Reciente de la región extremeña, en un lugar donde el río Tajo y sus afluentes se instituyen en protagonistas relevantes. Palabras clave: Anzuelos, río Tajo, cuevas, Neolítico.
Abstract A series of occupations from Epipalaeolithic to Modern Age has been recognised at the group of caves from Canaleja Valley (Romangordo, Cáceres, Spain). Artefacts belonging to different archaeological contexts have been recovered. Part of them, yet unpublished, is formed by fish hooks, matrices for their crafting, fishing net weights… artefacts linked to the practice of fishing, whose study allows us to reflect about the economy of Late Prehistory in Extremadura region, in a place where Tagus River and its secondary streams are relevant. Key words: Fish hooks, Tagus river, caves, Neolithic
(1) Doctores en Prehistoria. Universidad de Extremadura.
[email protected];
[email protected]
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
56
Los objetos en cuestión proceden de la 1.- LAS CUEVAS DE LA CANALEJA.
primera campaña, que se centró en un tramo del corredor que da inicio a la cueva denominada Ca-
Las cuevas de la Canaleja se hallan en el término
naleja I. En concreto, de un nivel cuyo contenido
de Romangordo (Cáceres), una localización que
presenta cerámicas impresas, herramientas de
coincide con los escarpes más ásperos de una gar-
hueso y geométricos propios de un Neolítico Anti-
ganta surcada por el arroyo que le da nombre, y
guo, aunque también materiales de usos sepulcra-
cuyo final tiene lugar dos kilómetros aguas abajo,
les del Neolítico Medio y el Calcolítico. Desgracia-
cuando se conecta al río Tajo junto al histórico
damente, se trata de ocupaciones problemáticas,
vado de Al-Balat. Todas las cavidades se han for-
debido a que los posteriores ocupantes removie-
mado a expensas de filtraciones y disoluciones en
ron partes de un suelo con escasa potencia sedi-
unas bandas de rocas carbonatadas, cuyas partes
mentaria y de textura polvorienta, para adecuar el
más bajas aún drenan agua alimentando de forma
escaso espacio disponible a un nuevo uso, gene-
permanente la corriente que fluye por el fondo del
rando en algunas partes una estratigrafía inversa,
valle. (Fig. 1).
cuando no totalmente revuelta. La diacronía en las ocupaciones ha creado conjuntos tipológicos de
Su intervención estuvo motivada por la
materiales en su mayoría fáciles de seriar, excepto
posibilidad de contrastar las diferencias entre el
parte de la industria ósea, la cual pudo estar aso-
modelo de poblamiento al aire libre y la ocupación
ciada tanto a usos neolíticos, como al sepulcro
de cuevas durante el Neolítico. Pero el potencial
calcolítico posterior, si bien con mayor probabili-
arqueológico que desveló su excavación, obligó a
dad a los momentos más antiguos. No obstante,
extender el proyecto . Los trabajos llevados a cabo
sólo nos referiremos a los materiales que no ofre-
tuvieron lugar entre los años 2004 a 2005 y permi-
cen ninguna duda de su asociación con la actividad
tieron reconocer una larga historia de ocupaciones
haliéutica, la cual abarca, desde anzuelos, a matri-
temporales, que pese a las discontinuidades, com-
ces para su elaboración y pesas de redes fabrica-
prenden desde el Epipaleolítico hasta la historia
das sobre cantos de río.
contemporánea. Gran parte del repertorio de materiales extraídos, junto al análisis paisajístico, geológico, traceológico, paleopatológico, antropológico, paleoambiental, etc., han tenido cabida en estudios precedentes (Cerrillo C. y González, 2006, 2007a, 2007b, 2010, 2011, 2014; Arias et al, 2009; Barca 2007; Gibaja, 2007) por lo que a lo largo de estas páginas sólo nos haremos eco de un pequeño conjunto de artefactos relacionados con la pesca que aún permanecen inéditos.
Fig.1. Localización de Cueva Canaleja I. Romangordo, Cáceres.
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
57
2.-ANZUELOS Y MATRICES.
rísima curvatura. La cabeza tiene forma irregular ovalada y por debajo de la misma dos muescas pa-
En cuanto a los anzuelos, se han docu-
ra el engarce del hilo. El objeto acaba en una punta
mentado de dos tipos distintos. El primero, o Tipo
casi paralela al vástago que recibió un corte por
I, procede de corte C9, situado en el tercio inicial
abrasión oblicuo hasta el inicio del codo, y no posee
del recorrido de la cueva, donde se encontraron
indicios de lengüeta o traba. Colocado en plano no
también los otros elementos que aquí se detallan.
reposa enteramente sobre la superficie, debido a
Su definición se ajusta a la de la forma más elemen-
una ligera torsión exigida por la materia prima em-
tal, es decir con la curvatura semicircular en la cara
pleada, tal vez un hueso o asta de ungulado como
interna y externa del codo. Se caracteriza por tener
suele ser lo habitual. (Fig. 3)
una longitud de 3,5 cm y una abertura de 1,2 cm. El vástago tiene sección rectangular de 1,3 mm. La
Matriz 1 (C3-B3). Fragmento de placa rec-
zona baja del codo está reforzado con un espesor
tangular de hueso de 3 cm. de longitud, por 1,9 cm.
de 2.1 mm de media y la sección es casi de forma
de ancho y 3,5 mm de espesor. Se trata probable-
circular. A lo largo del vástago se detectan algunas
mente de un matriz con la perforación circular de
rayas y señales de trabajo muy irregulares en am-
inicio por ambas partes visible en el doble cono,
bas caras a pesar del pulido posterior, y un rebaje
alrededor de la cual se había comenzado a trabajar
vertical que lo adelgaza ligeramente proporcionán-
la forma del anzuelo desbastando el lado derecho;
dole una leve curvatura. Su cabeza o patilla es de
su diámetro es de 0,6 cm. El anverso corresponde a
forma trapezoidal aplanada y para el enganche del
la parte exterior del hueso, donde aún se distingue
hilo conserva dos muescas en ambos lados bien
la convexidad original, además de erosiones, y le-
marcadas y otra más imperceptible un poco más
vantamientos, producto, tal vez, de un tratamiento
abajo. La punta está perdida, por lo que no sabe-
con fuego, pues la superficie se halla totalmente
mos si fue dotada de una traba o lengüeta, aunque
oscurecida. El reverso aplanado por frotación, aún
la tendencia final, no parece ser esa. (Fig. 2).
mantiene partes esponjosa de la médula del hueso en la depresión que finalmente quedaría aligerada
El Tipo II (C9), es de forma recuadrada en el codo interno y circular en el externo. Su longitud
tras la talla y pulimento final perfectamente visible en la sección de la matriz.
total es de 3,1 cm con una abertura de 1,4 cm. El vástago tiene sección rectangular de 2 mm, que aumenta ligeramente en el codo con 2,3 mm, punto donde debido a la talla diferencial la sección es triangular, perceptible sobre todo en el arco exterior del codo. Se observa un pulimento notable en una de las caras, mientras que la otra se halla ligeramente descuidada, pero igualmente el vástago ha sido rebajado a lo largo para imprimirle una lige-
Matriz 2 (C6-7). Fragmento de placa rectangular de hueso fragmentada de 1,9 cm de longitud por 1,6 cm. de ancho, 3,5 mm de espesor con perforación circular de 0,8 cm. de diámetro. Vista en sección una de las caras exhibe la convexidad natural del hueso, mientras que la otra, tras un trabajo abrasivo, muestra la superficie totalmente plana. (Fig. 4, 4-6).
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
58
Fig.3.. Anzuelo Tipo II de la cueva Canaleja I (Romangordo, Cáceres
Fig. 2. Anzuelo Tipo I de la cueva Canaleja I (Romangordo, Cáceres).
Fig. 4. Materiales representativos de la actividad pesquera: 1- Pesa de red; 2- Anzuelo TI; 3- Anzuelo TII; 4-6- Matrices para la elaboración de anzuelos.
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
59
El número de matrices es posible que sea
ceso de fabricación se limita a un vaciado central
mayor que las dos que aquí describimos, pues se
para la separación entre el vástago y la punta.
conservan al menos media docena de fragmentos
Cuando la operación libera un exceso de materia a
de hueso con la cara interna totalmente alisada y la
partir del agujero practicado, el artesano lo remata
externa ligeramente redondeada y pulida con un
recuadrando la curvatura, forzándole a un acabado
espesor máximo de 3 mm, pero la probabilidad se
oblicuo en la punta, pero si mantiene la redondez
modera ante la falta de indicios inequívocos de su
sin deformar la perforación, el diseño finalmente
finalidad como puede ser la perforación en uno de
será curvo y la punta sencillamente aguzada.
los extremos u otro signo de manipulación En lo que se refiere a la suspensión, podemos indicar que los ojales son inexistentes en la 3.-ELABORACIÓN DE ANZUELOS
Canaleja, y se sustituyen por una patilla o paleta de perfil trapezoidal achatada y de sección rectangular
La idea sería que estas matrices o lamas se
que da paso al vástago, manteniendo en un caso
transportarían a medio fabricar a partir de un hueso
esta sección, y en el otro, variando hacia una forma
largo o un asta, para una vez troceados, proceder a
casi circular. El anzuelo se bloquea mediante esta
tallar un anzuelo en cada una de las partes raspan-
protuberancia en el extremo distal, y la ligadura de
do y puliendo finamente o mediante una técnica
la línea o hilo, se realiza en torno a las ranuras o
denominada levantamiento, la cual tiene por obje-
escotaduras de la parte superior del vástago. Una
to mejorar la resistencia del anzuelo a la tracción
única ranura indica que la línea era fijada sumaria-
del pez evitando así su fractura. Esta técnica se
mente por un solo nudo, al contrario, la presencia
halla generalizada por toda Europa y consiste en
de varias estrías serían la prueba de un método de
realizar una perforación en la base de la matriz de
atado de la línea menos arcaico. En la prehistoria la
un hueso de pocos milímetros de espesor, mien-
línea o sedal se pudo servir un hilo de cuero, ten-
tras se marca a partir de la mitad del círculo perfo-
dón, fibra vegetal trenzada o crines de caballo. Del
rado dos líneas paralelas que delimitará la parte
tipo de nudo nada podemos aventurar, pero no
interior del vástago y el final de la curvatura. A par-
debió de ser muy diferente del que se conservó en
tir de aquí se desaloja la materia compartimentada
un ejemplar procedente de Tybrind Vig (Andersen
liberando el vástago y la punta. Los últimos reto-
1987: Fig. 159).
ques incidirán en el área más crítica del codo, pues de su grosor y acabado dependerá la resistencia del aparejo.
Las dimensiones del anzuelo siempre han sido puestas en relación con funciones distintas. A nivel de altura y abertura es posible verificar algu-
En la Canaleja los resultados de este trabajo fueron dos anzuelos distintos, con un Tipo II más compacto y resistente que el Tipo I, el cual presenta un nivel muy simple de desarrollo, ya que su pro-
nas diferencias especialmente en la forma de la segunda. Relacionar estas diferencias con el objetivo de la captura puede considerarse especulativo, pero dado que los dos anzuelos de la Canaleja pare-
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
60
ce que fueron fabricados in situ con cierta sincronía
de pesca que en castellano se conoce por el nom-
y de no mediar manos distintas de artesanos, cabe
bre de palangre.
la posibilidad de que se utilizaran para pescar especies distintas, de distinto tamaño y con técnicas dispares. En este sentido, el estudio del ángulo del
4.- ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LOS ANZUELOS
plano del arco resulta de gran interés, debido a que el arco se somete a una alta presión mecánica adi-
Los anzuelos fueron confeccionados a
cional, determinando con ello el éxito de la pesca.
partir de materiales diferentes, las más habituales
El Tipo I de la Canaleja, por ejemplo, tiene un ángu-
sobre huesos planos o el asta de las cornamentas, y
lo de aproximadamente 10º, lo cual resulta tan
los menos corrientes sobre conchas marinas, ma-
ventajoso, que sigue siendo habitual en el diseño
dera, e incluso piedra y marfil. Para su elaboración
de los aparejos de pesca modernos con caña. Si en
poseían buenos instrumentos desde los mismos
lugar de ello, el gancho tuviera un ángulo de ataque
comienzos del Paleolítico Superior, pero las condi-
tendente a cero grados, como ocurre con el Tipo II,
ciones especiales que requieren para su conserva-
es decir, coincidiendo con la línea de tracción, re-
ción determinados materiales perecederos como la
sultaría más apropiado para otros sistemas. Bor-
madera, impiden aventurar un sincronismo entre
nes, estima que el ángulo más eficaz de ataque es
las primeras capturas de peces con la utilización de
sólo 10, pero en muchos artefactos del pasado y del
los mismos.
presente oscilan entre 10 y 30. (Cleyet-Merle 1990: 157). El primero sería por tanto más efectivo para la
En el continente europeo, las fechas más
pesca con un sedal a mano, mientras que el segun-
antiguas se retrotraían a las proporcionadas por
do tipo, de forma cuadrada y plano, mucho más
yacimientos mesolíticos, especialmente Maglemo-
resistente, sería adecuado para sujetarlo a una
siense en los países bálticos, pero hallazgos recien-
cuerda aplicada a la pesca de fondo cuyo objetivo
tes han venido a envejecer notablemente el abani-
no es otro que la captura de grandes ejemplares.
co de fechas disponibles. Es el caso de los anzuelos
Similar razonamiento es el que aplica Margarida
de Wustermark, realizados sobre el marfil subfósil
Ribeiro al estudio de anzuelos lusitano romanos
de mamut y sobre hueso, que abarca cronologías
provenientes de Tróia, que si bien corresponden a
entre 19.041 años cal. B.P., y 12.290 cal B.P. Su
una época muy posterior, para la relación tamaño
importancia sin embargo no radica sólo en reunir
uso propone un tipo de aparejo que muy poco ha
hasta la fecha la mayor colección de anzuelos del
cambiado desde la Prehistoria, pues en el tiempo
Paleolítico encontrados en suelo europeo, sino que
en que se publica el trabajo, aun es conocido bajo
a partir de la comparación con otros lugares del
las designaciones de “espinel o espinhel” o “à linha”
continente con una datación parecida y con un con-
y consiste en la utilización de una cuerda larga o
tenido material semejante, la aparición y el desa-
cabo madre de la que penden varios hilos resisten-
rrollo de los anzuelos pudo estar asociada a un
tes con anzuelos en los extremos, dejando un espa-
cambio general en la disponibilidad de recursos
cio libre entre cada línea (Ribeiro 1970: 231), un arte
durante la fase interstadial Bølling-Allerød, un pe-
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
61
ríodo cálido y húmedo , que en opinión de sus in-
Hay, no obstante, ejemplares más complejos como
vestigadores estuvo conectado con el cambio en
los de Tybrind Vig en Dinamarca pues dejando a
las industrias del Paleolíticas del norte de Europa
un lado la decena de anzuelos y un numeroso con-
Central (Gramsch et al. 2013: 2458).
junto de piezas en bruto para fabricarlos (Pickard y Bonsall 2007: 179), entregó el único ejemplar cono-
Muy cerca de la anterior estación, en con-
cido con un sistema de retención utilizado para fijar
creto de la región de Havelland al noroeste de Ber-
la línea a la patilla, consistente en una corta sección
lin, quince lugares han proporcionado series de
de cuerda fabricada con fibras vegetales (Andersen
anzuelos donde lo extraordinario no radica sólo en
1987). Estos anzuelos poseen una longitud de has-
lo profuso de su número, ni el estado excepcional
ta 3 cm de largo, están hechos de una costilla cier-
de conservación (Cziesla 2004: 175), sino que con
vo, tienen una forma de U con el exterior de la cur-
un origen afirmado en las postrimerías del Paleolíti-
vatura recuadrada, no poseen barba y pese a su
co Superior, a estas industrias tecnológicas se les
corta longitud parece ser que eran comúnmente
ha podido relacionar definitivamente con los an-
utilizados en la pesca del bacalao por parte de los
zuelos Mesolíticos, cuyo génesis lógicamente ten-
grupos del noroeste de Europa. Fechas recientes
dría lugar precisamente a partir de estos. Se destie-
efectuadas sobre esqueletos de la población local
rra así la idea de una supuesta emergencia tecnoló-
han arrojado una edad de 6750±80 BP que puede
gica independiente, adicionándose en la misma
tomarse como referencia para la población local de
publicación otras pruebas obtenidas en las localida-
pescadores (Hardh et al. 2007: 179).
des de Braunsbedra o Klein Liescow, a las que equipara con la austriaca de Gratkonr y las francesas de Pont d´Ambon y Bios-Ragos (Gramsch et al. 2013:
Hacia el sur, Francia y Suiza se hallan en
2459), estas últimas datadas en un aziliense tem-
posesión de un bagaje muy significativo. La prime-
prano. Un conjunto de lugares caracterizados por
ra porque conjuga especímenes de gran antigüe-
su ubicación en el interior del continente, es decir
dad, los antes mencionados de de Pont d´Ambon y
vinculados a grupos que en la misma época vivie-
Bois-Ragot de filiación aziliense (Chollet et al. 1980:
ron a expensas de la pesca fluvial.
12 y 14) y otro grupo más modernos cuya geografía de dispersión alcanza las fronteras pirenaicas. Se
En el Mesolítico la presencia de anzuelos
trata de ejemplares bien fechados en distintas fa-
se hará muy común en el registro arqueológico ,
ses del Neolítico francés procedentes tanto de es-
especialmente del Norte de Europa (Cleyet-Merle
taciones al aire libre como de cuevas. Entre las pri-
1990: 176;Hartz et al. 2010: 161 ; Myhre 1967: 18).
meras destacan dos anzuelos procedentes del po-
Proliferan formas sencillas que obedecen al uso de
blado neolítico de Fort Harrouard (Sorel-Moussel,
una matriz rectangular perforada en el extremo ,
al oeste de París), particularmente interesantes
que se van a mantener invariables durante mucho
porque presentan un ligero parecido con el tipo II
tiempo, especialmente hacia el centro-sur y oeste
de la Canaleja, inclusive en el diseño de la punta
de Europa.
hacia arriba. Ambos fueron descubiertos en una ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
62
fosa asociado con un fragmento de mandíbula lucio
franja alpina conocemos varios casos, casi todos de
de gran tamaño. Parecido al anterior, hay otro
la misma tipología y del mismo yacimiento de Are-
ejemplar de eje recto, gancho recuadrado al inte-
ne Candide en la Liguria. El ejemplar más destaca-
rior y una lengüeta vertical cortada en ángulo obli-
do posee una curvatura regular, sin barba y dos
cuo procedente del yacimiento de Hoenheim en
marcas superpuestas en la patilla (Bernabò 1946:
Alsacia, cerca de la frontera con Alemania, también
Lam LIX, Fig. 1G).
equiparable tipológicamente con el Tipo II de Canaleja, sino fuera porque conserva una perforación en
Esta falsa impresión de concentración de
el extremo distal. Por el contrario los que se han
yacimientos con anzuelos que se percibe en el Oes-
recogido en cuevas de la región de Ariège, al pie de
te europeo, queda atenuada por los hallazgos que
los Pirineos están dotados de una simpleza extre-
también se han producido en el Este, desde el golfo
ma, razón por la cual fueron comparados con ejem-
de Riga a Vlosova en Rusia, Mézine en Ucrania a
plares palafíticos de Suiza (Nougier y Robert 1951:
Vinça, en la antigua Yugoslavia, etc., lo cual de-
315). Esta área cuenta con anzuelos muy bien con-
muestra que los anzuelos ya formaban parte del
servados, donde una duplicidad de técnicas convive
acervo común del equipamiento tecnológico en la
al mismo nivel, destacando la técnica de perfora-
práctica totalidad de las poblaciones del continen-
ción circular cerrada por encima de la de anzuelos
te. (Fig.5)
de punta sencilla típicos del área pirenaica . En la
Fig.5. Tipos de anzuelos de yacimientos europeos. 1-2, Wustermark-Al.; 3, Gransee-Al.; 4, Braunsbedra-Al.; 5, Gratkorn-Aus.; 6, Vistehola-Sue; 7, Skipshelleren-Sue.; 8, Bédeilhac-Fr.; 9, Saint Michel de Tous-Fr.; 10, Hoenheim-Fr.; 11, Suecia; 12, Noordoosrpolders-Hol.; 13, Olsv Ijssel-Hol.; 14, Vinca-Sb; 15, Bois Ragot-Fr.; 16, Svaedborg-Dn.; 17, Tybrind Vig-Dn.; 18, Lago de Moosseedorf-Sui.; 19, Wangen-Sui. ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
63
En la Península Ibérica la escasa atención
Bronce, e incluso de época más moderna (Ferreira
dedicada a los anzuelos prehistóricos es directa-
1968: 119), en un punto de su exposición, habla por
mente proporcional a la pobreza de hallazgos, con
una parte de pequeños triángulos retocados de
menciones poco explícitas y casi siempre incluidos
sílex encontrados entre los concheiros del Muge y
en el contexto general de estudio del material recu-
del Valle del Sado, que podrían haber sido utiliza-
perado en excavaciones o prospecciones, principal-
dos de anzuelos y por otra, de un pequeño hueso
mente de cuevas andaluzas. El trabajo de Beatriz
alargado, fino, aguzado en las dos puntas, con una
Gavilán (1987: 55) es de los pocos que trata especí-
pequeña depresión o surco en el medio procedente
ficamente esta materia y se refiere a dos ejempla-
de las grutas de Cascais, (Ferreira 1968: 144). La
res de la cueva de la Murcielaguina en Priego de
descripción de este último encaja con lo que podría
Córdoba, donde es posible que entre el conjunto de
ser uno de los pocos anzuelos rectos conocidos en
materiales se hallen también matrices de fabrica-
la Península emparentado con otros ejemplares de
ción. Ambos ejemplares presentan sutiles diferen-
la cueva de Nerja (Aura, et al.; 2010: 163) y tal vez
cias, sobre todo en las patillas, en un caso porque
con otros dos más dudosos del poblado de Espar-
posee tres series de estrías en el extremo que le
gueira (Salvado, 2001: 42). Desgraciadamente se
confieren un aspecto roscado y en otro por un aca-
hallaba descontextualizado y salvo lo explícito de
bado para el enganche de la línea en una muesca
su mención, puede considerarse tan inédito, como
simple, pero profunda. Curiosamente, en la misma
un ejemplar curvo existente en la colección del Mu-
localidad, pero de la cueva de los Mármoles proce-
seo de Torres Vedras procedente de Lapa de Mou-
de un tercer anzuelo, lamentablemente sólo con-
raçao (Porto de Mos, Leiría). (Fig. 6)
serva la mitad inferior (Asquerino, 1986); en los tres casos y en atención al contexto material se les ha datado dentro de un Neolítico Medio-Reciente. Otro anzuelo de la misma región se recuperó en la cueva de la Dehesilla (Cádiz) y también posee una patilla peculiar con forma casi roscada. Aquí las dataciones se circunscriben a un periodo extenso comprendido entre el 5455 y 4565 cal BC (Acosta 1995: 52).
En Portugal, son pocos los estudios que
Fig.6. Anzuelo procedente de Lapa de Mouraçao (Porto de Mos, Leiría), en el Museo Leonel Trindade de Torres Ve-
conocemos sobre este tema y casi todos referidos a ejemplares de la edad de los metales (Mesquita de
Por lo que sabemos de este último, puede
Figueiredo 1898; Ribeiro 1970; Pereira 2008; Ri-
ser el único anzuelo curvo de hueso procedente de
gueiras 2010). Tan sólo hay una excepción, el tra-
Portugal del que tengamos noticia. Desafortunada-
bajo de O. Da Veiga Ferreira, que pese a recoger
mente y pese a que fue encontrado en el interior de
mayoritariamente ejemplares del Calcolítico al
una cueva, su hallazgo no es fruto de una excava-
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
64
ción sino de una recogida superficial por parte de
La forma de U en los anzuelos, es decir
un grupo de espeleólogos, no obstante el conteni-
con el codo externo plano o ligeramente curvado se
do adyacente del sitio lo circunscribía a un difuso
atribuirá al ingenio Maglemosiense, donde los mo-
Neolítico-Calcolítico. Mide 4 cm de longitud, 2,3
delos derechos y puntiagudos se propagaron por
cm. de ancho y 0,4 cm de espesor; y es de hueso
este horizonte, al mismo tiempo que se abría paso
pulido. En su ficha indica además que pudo ser ela-
a una nueva técnica, consistente en una perfora-
borado mediante un pulimento intenso y los cortes
ción circular muy pequeña, casi cerrada, que obliga
o ranuras efectuadas con un utensilio cortante de
a abrirse a la punta hacia fuera y cortándola final-
piedra. Una peculiaridad que le hace único son
mente en un ángulo muy oblicuo al eje del vástago.
cuatro trabas o cortes que recorren la parte exte-
Esto se halla bien representado en los yacimientos
rior del codo, probablemente para retener mejor el
palustres suizos, en yacimientos rusos, noruegos y
cebo y la barba resultante de una quinta traba, si-
suecos, donde los tipos de perforación cerrada y los
tuada al contrario de lo que es habitual. Sólo un
anzuelos elementales no se estorban en el equipa-
ejemplar de Vinça en Serbia (Cleyet-Merle 1990:
miento de los pescadores, de hecho los anzuelos
176, Fig. 4), tiene un dispositivo parecido en esta
elementales de forma curva se mantendrán en las
posición, con la diferencia que este lo corrige adi-
parrillas de materiales, y junto a las ranuras de
cionando con una barba interna. Las cuatro escota-
amarre, aparecerán por primera vez los ojales.
duras para el amarre de la línea que ocupan todo el vástago le vinculan por otra parte con ejemplares
Poco a poco los anzuelos van ganando
nórdicos, donde es frecuente conceder una mayor
personalidad en sus diseños y hasta barroquismo,
fortaleza a la ligadura del sedal.
sobre todo en los mares que rodean la península escandinava, donde el ángulo oblicuo de las puntas
Hecho un repaso al conjunto de ejempla-
evoluciona para dar paso a la aparición de la len-
res europeos, y tras los descubrimientos efectua-
güeta o traba que aseguraría el enganche del pez,
dos en el noreste de Alemania (Gramsch et al..
lo cual representa una ventaja en vista de la estabi-
2013), podemos asumir que los primeros anzuelos
lidad y durabilidad del anzuelo. Será muy popular
confeccionados en el continente se ciñeron a for-
entre los pescadores nórdicos y de los Países Bajos
mas elementales con el codo externo semicircular,
concordando rara vez con los prototipos meridio-
si acaso levemente apuntado, una punta aguzada
nales, mucho más tradicionales. De hecho, en el
dispuesta en ángulo cero, o a lo sumo con unos
Neolítico de la mitad sur europea, veremos genera-
grados de desviación externa y un vástago remata-
lizarse las formas curvadas alcanzando un alto gra-
do en una patilla con escotaduras para el amarre
do de perfección. El codo del señuelo entonces,
del hilo. En todos se aprecia ya el origen de la técni-
pasa de una forma recuadrada a convertirse paula-
ca de ejecución a partir de una perforación circular
tinamente en una curva cerrada y elíptica, adqui-
del extremo de una lama de hueso, asta o marfil, de
riendo mayor forma de gancho. La calidad de la
forma espatulada
ejecución es a menudo destacable y el sistema de perforación en el extremo distal fue corrientemenARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
65
te utilizado. Su morfología, muy variable, revela un
punzones, otros, hacen posible su flotación, que
cierto número de tipos característicos que corres-
dado su más que presumible origen vegetal, ape-
ponden sin duda a los requisitos técnicos específi-
nas se han conservado, y otros, que tras la inmer-
cos de los especímenes a los cuales se destinaban.
sión en el agua, se ocupaban de mantener firme y desplegada la pantalla que formaba el tejido de la
Sobre el plano arqueológico, hay un pa-
cordada. Estos últimos son los pesos de fondo o
rentesco innegable de los ejemplares de la Canale-
lastres cuyo reconocimiento ha sido posible, mer-
ja, sobre todo del tipo I, con los anzuelos franceses,
ced a que se fabricaron primero en piedra y más
influencias que reciben también los ejemplares de
tarde de cerámica. (Fig.7)
las cuevas andaluzas. Mientras tanto, el tipo II, más arcaico en su diseño, muestra sus vinculaciones con ejemplares daneses, austriacos y alemanes, parentesco tan dispar como extraordinario, pues que aparezcan en un mismo yacimiento y aparentemente en el mismo nivel, dos tipos de anzuelos con concepciones formales distintas, sólo se puede argumentar de dos maneras, la más extrema lo achacaría a convergencias extraordinarias de índole humana y cultural, y la más probable, tal
Fig.7. Pesa de Red de la cueva Canaleja I (Romangordo, Cáceres).
y como hemos tratado de argumentar, es que fueron concebidos pensando en emplearlos en la pesca de especímenes distintos.
Uno de esos testimonios ha sido recuperado en el cuadro C8 de la cueva de la Canaleja, junto al lugar donde se extrajeron los anzuelos, lo que redobla su importancia. Fue elaborado a partir de
5.-OTROS APAREJOS POSIBLES.
un canto ovalado de cuarcita al que han practicado sendas muescas en los laterales. Mide 7,5 cm de
A los anzuelos les acompañaron otros artefactos o aparejos que intervinieron en el proceso de captura, es decir, redes, trampas y garlitos que pudieron tener incluso un papel preponderante con respecto a otras artes. De todos ellos muy poco queda, salvo algunos fragmentos que se han conservado en condiciones excepcionales, pero su utilización y confección dejó tras de sí un vasto conjunto de instrumentos que complementaban su utilidad. En una red, por ejemplo, hay un utillaje que interviene en su fabricación, tales como agujas o
largo, por 4,5 de ancho y 1,95 cm. de grosor. Su preparación como vemos es muy sencilla, pues solo se requieren cantos planos y ovalados de los que normalmente se encuentran a orillas de los cauces fluviales, para que con un golpe seco a cada lado del canto, la muesca producida, deje un estrangulamiento suficiente para atar con seguridad un cordel, cuya finalidad sería mantener las artes de pesca en el fondo del agua en posición vertical. Según Cleyet-Merle (1990: 145) se necesitan de tres a cinco kilogramos de lastre por cada cien metros de
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
66
red. El tipo más comúnmente encontrado es el can-
Probable causa de que hayan pasado inadvertidos
to con muescas, entre cinco y quince centímetros
es la frecuente descontextualización, la amplia per-
de tamaño y con un peso entre 20 y 200 gramos.
duración y la multiplicidad de uso como anclaje, amarres o redes pajareras, como parece insinuar el
El origen de estos cantos parece remon-
hallazgo de un depósito con medio centenar de
tarse a finales del Paleolítico superior (Bernal,
pesos en el collado de una sierra de Mesas de Ibor,
2008: 188), pero lo cierto es que en los sitios meso-
afortunadamente junto a otros materiales calcolíti-
líticos europeos este tipo de hallazgos son extre-
cos que autorizan una aproximación temporal,
madamente raros, lo que de reflejar el uso generali-
pues son estrictamente indatables cuando se en-
zado de piedras no modificadas, dificultaría su re-
cuentran fuera de contexto. En la provincia de Cá-
conocimiento como artefactos (Croes y Hacken-
ceres, donde hemos seguido con cierto interés el
berger 1988). Con su forma de ocho tan caracterís-
hallazgo de pesos de redes, hemos constatado su
tica será más frecuente encontrarlo en yacimientos
presencia a lo largo de toda la banda ribereña del
Neolíticos, atestando aquellos lugares ubicados
Tajo y de sus afluentes, sobre todo en aquellos lu-
principalmente en las orillas de lagos o cauces flu-
gares donde la erosión provocada por los ascensos
viales. Charavignes, un ejemplo de asentamiento
y descensos del nivel de los pantanos, ha dejado al
palafítico emplazado en el lago Paladru, al pie de
aire materiales más pesados que la tierra sustraída.
los Alpes en el Departamento de Isère, ha entrega-
Muchas de estas localizaciones son aisladas, pero
do un gran número, y así en cantidades variables
afortunadamente un porcentaje importante cuenta
yacimientos del Haute-Saône (Raguin y Thévenin
con la colaboración de algún asentamiento para
1965: 132), en las comunidades lacustres de los
acotar su temporalidad. No hay una estadística
lagos de Suiza (Rigueiras 2010: 19) y las regiones
sobre cuantas se asocian a un poblamiento neolíti-
periféricas del Ródano y de las cuencas pirenaicas
co, pero se localizan en el 70% de los asentamien-
(Nougier y Robert 1951: 93) . En la Península se han
tos calcolíticos, porcentaje que se eleva al 90% si
recogido ejemplares en una
estos se encuentran cerca de los ríos. El más desta-
tesis reciente
(González 2013) .
cado por el número de pesos recogidos, con más de medio centenar de cantos preparados, es el yaci-
Abel Viana (1961: 132) es el primer investi-
miento calcolítico de los Mancos en la localidad de
gador peninsular que intenta llevar a cabo una or-
la Pesga (González 2011: 201), a orillas del río de los
denación parcial de los pesos, refiriéndose a una
Ángeles, muy cerca a su vez del Vaunogal de Ribe-
cincuentena de ellos hallados en yacimientos por-
raobeja, donde se halla la única representación de
tugueses, pero son De Pinho y Lanhas (1971: 585),
un petroglifo con un pez de la cuenca extremeña
quienes van a sistematizarlos de acuerdo con el
del Tajo (González 2000: 103).
tamaño, posición de los cortes o entalles, recogiendo una tipología extensible a cualquier yacimientos conocidos.
No termina aquí la lista de objetos relacionados con la pesca en la Canaleja, aunque para algunos sea difícil argumentar que este fuera su
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
67
destino, pues indistintamente los microlitos trape-
cias, pero dado que el volumen de este tipo de ob-
zoidales, debidamente insertados en la punta de
jetos es aún escaso, parece abusivo configurar un
una lanza se pueden transformar en arpones útiles
tipo de pieza con valor asociado a una finalidad
para la pesca en los cauces secundarios de poca
específica. Sin embargo es indudable que su hallaz-
profundidad como el arroyo que corre a los pies de
go en varios lugares con presencia de objetos de
la cueva.
pesca constituye una coincidencia significativa. (Fig. 8)
Sobre los punzones puede decirse lo mismo, y aunque no tienen el tamaño adecuado ni un rebaje alrededor del centro para pensar en anzuelos rectos, su amplio abanico de posibles utilizaciones les faculta para usos en el trenzado, suspensión, cierre de trampas y agarre de cuerdas. No obstante su inclusión en la cueva como probables participes del ajuar en los enterramientos y su amplio espectro de utilizaciones impide tratarlos como parte de las herramientas relacionadas con la pesca.
6.-EL ENCAJE CRONOLÓGICO No existe una estratigrafía totalmente fiable para el conjunto de artes de pesca y posibles objetos relacionados, ni podemos saber con certeza a cuales de las fechas obtenidas en el complejo de la Canaleja se acoplarían realmente. Pese a ello podemos argumentar a favor de su adscripción al Neolítico, independientemente de las analogías artefactuales con especímenes europeos. En su favor colabora el resultado que arrojó el análisis de
Finalmente tenemos una serie de huesos ahuecados y trabajados, con el extremo cortado y biselado, al que se le presume un uso como recipiente o estuche cuyos extremos se taponarían a fin de transportar en el interior objetos o sustan-
una muestra de carbón extraído de un nivel intacto con restos humanos y cerámicas impresas tipo Boquique en Canaleja II, de idéntica factura y diseño a las que se hallaron en el revuelto de materiales que acompañaron a los anzuelos de Canaleja I,
Fig. 8. Posible estuche tubular trabajado en hueso de la cueva Canaleja I (Romangordo, Cáceres). ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
68
(6203±44; 5300-5043 cal BC). A partir de aquí cabría
zo en un momento impreciso del Neolítico, con
tener en cuenta otra fecha, la única obtenida de
poca incidencia en el utillaje de las etapas subsi-
Canaleja I sobre el parietal de un individuo infantil
guientes, para despegar definitivamente a finales
fechado en torno al 5100±50; (3989-3775 cal BC),
de la Edad del Bronce, cuando ya en metal se gene-
pues con referencia a lo que acontece en los regis-
raliza su utilización.
tros andaluces con este tipo de materiales datados hacia el Neolítico Medio y Final, una fecha cercana a esos momentos, coincidente con una fase que en
7.-CONCLUSIONES
la secuencia regional se considera Neolítico Medio, parece factible ser tomada en cuenta, al menos
El estudio morfológico de los dos anzuelos
como la referencia cercana más probable a la fabri-
nos autoriza a concluir, de acuerdo con las hipóte-
cación de los anzuelos.
sis y los razonamientos sugeridos por la observación y por el estudio de las técnicas más antiguas,
Una fecha más tardía también sería admi-
que ambos fueron realizados de una forma similar,
sible, pero esta ya no tendría como escenario el
pero atendiendo a dos diseños distintos que ya
momento Neolítico, sino el ámbito de un enterra-
fueron observados en los yacimientos del centro-
miento calcolítico, donde su inclusión como parte
oeste europeo. La forma geométrica de las gargan-
del ajuar funerario, daría pie a su equiparación con
tas, una recuadrada y otra más curva, muestran un
objetos excéntricos a la estandarización de equipa-
acabado esmerado ejecutado con precisión, si bien
mientos que se conocen en estas latitudes, y cuyas
la diferencia en el diseño insiste en un mestizaje.
composiciones, en concordancia con lo que se ha documentado en Tío Republicano, se supeditan a
Tales observaciones permiten aducir que
puntas de flecha, cuentas de collar, hachas, alabar-
los tipos de la Canaleja y de los restantes yacimien-
das, cerámicas lisas, prismas de cristal de roca y
tos peninsulares, son fruto de una tradición meri-
otros ítems que tipológicamente pueden adscribir-
dional que tiende a la simplificación con algunos
se al III milenio cal BC; un dilatado periodo que con
tintes distintivos en la peculiar forma de acabado
muchas más dudas propondríamos como maximun
de las patillas. La aparición de dos tipos netamente
post quem para estas manufacturas..
diferenciados en un mismo yacimiento no es excepcional, lo que puede obedecer al destino que se
Dadas las condiciones estratigráfícas problemáticas de Canaleja I, la cronología de los an-
quiere dar a la pieza y a las condiciones que impone la materia que se utiliza.
zuelos debe ser tomada con precauciones, pues la persistencia en el tiempo de tales producciones es
La presencia de anzuelos, pesas de red y
muy amplia, y como ya dijimos, no debe desdeñar-
otros útiles, que muy bien pudieron tener relación
se ningún detalle del contexto en el que se involu-
con la reparación o confección de hilos o cuerdas,
cran. Debemos admitir por tanto que las produc-
constituyen muestra suficientemente explícita para
ciones de anzuelos en la Península dieron comien-
ratificar la pesca como una incorporación temprana
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
69
a las estrategias de subsistencia asociada a una
Todos estos datos podrían tener cierta
disponibilidad de recursos, reflejando además el
repercusión si se unen a lo aportado por el registro
uso de una sofisticada tecnología con un claro en-
paleoambiental de Canaleja II, según el cual las
tendimiento de la biología y comportamiento de
bases paleoeconómicas de los habitantes de esta
los peces. Saber entonces que el arroyo de la Ca-
cueva se hallaban establecidas en torno a una prác-
naleja y su desembocadura en el Tajo constituye-
tica agropecuaria de tipo mixto, es decir agricultu-
ron un hábitat favorable para la anguila cuyo con-
ra, basada en la identificación de pólenes de cereal
sumo ha sido identificado sobre la base de algunos
en porcentajes suficientes (>3%) y ganadería, sin
huesos que permanecían en los sedimentos de la
diferencias significativas con respecto a lo descrito
cueva, apoya el hecho de que la pesca de esta es-
para asentamientos contemporáneos como Los
pecie podría haber sido una de las motivaciones
Barruecos o el Cerro de la Horca (López Sáez, 2006;
importantes de quienes transitaron por estos terri-
López Sáez et al. 2005). La pesca constituiría otra
torios en una fase del Neolítico aún difícil de con-
de las alternativas a tener en cuenta en las prácti-
cretar.
cas de subsistencia, como seguramente lo fue la caza. Un argumento que podría ser puesto en
relación con lo anterior, es el resultado de un análi-
Medir por tanto, la importancia que la pes-
sis de isótopos estables realizado sobre uno de los
ca dulceacuícola tuvo con respecto a las formas
dientes de un humano adulto (d13C: -17.7, d15N:
tradicionales de subsistencia, o sencillamente fren-
9,46) (Cerrillo y González 2011). Este resultado,
te al resto de la fauna consumida en un entorno
muestra una mezcla de señales que parece sugerir
como el nuestro, resultaría de todo punto imposi-
que una parte importante de la dieta de este indivi-
ble. Lo que sí parece colegirse de estas cuestiones
duo se basó en el consumo de recursos proceden-
es que la pesca, pese a que fue una ocupación sos-
tes de un ámbito marino, aunque también su desa-
tenida históricamente, nunca alcanzó la importan-
rrollo en condiciones climáticas de cierta aridez. El
cia de otras fuentes de alimentos, relegando su
dato aislado es estadísticamente irrelevante y sería
papel al de una actividad complementaria y de au-
necesario contrastarlo con faunas locales, pero aún
toconsumo dentro de la economía de los pueblos
así podría sustentar un cierto valor en la paleodieta
prehistóricos del interior de la península, y en esto
de un componente de peces migradores de la talla
La Canaleja, no fue una excepción, aunque el ha-
de la anguila, sábalos, reos e incluso esturiones.
llazgo de anzuelos, pesas y materiales para elabo-
Recientes evidencias fundamentadas en el análisis
rar artefactos de pescan hagan valer esta actividad
de proteínas, almidones, oxalatos, etc., presentes
por encima de otras que no cuentan en el nivel de
en los fondos de vaso de la necrópolis toledana de
los hallazgos con una representación artefactual
Valle de las Higueras con cronología calcolítica, han
comparable.
demostrado que la ingesta de pescado o guisos con peces no fue algo ocasional en la Prehistoria Reciente (Bueno et al. 2005: 77).
AGRADECIMIENTOS La noticia sobre la existencia del anzuelo
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
70
“da Lapa de Mouraçao”, se la debemos a nuestro
versidad de Extremadura. Cáceres.
colega Emanuel Carvallo. El nos relató las circuns-
González Gómez de Agüero, E. 2013: La ictiofauna
tancias del hallazgo y proporcionó la información
en los yacimientos arqueológicos del noroeste
que consta en los archivos del Museo de Torres
de la Península Ibérica. León.
Vedras.
Gramsch, B.; Beran, J.; Hanik, S. y Sommer, R. S. 2013: A Palaeolithic fishhook made of ivory BIBLIOGRAFIA
and the earliest fishhook tradition in Europe.
Acosta Martínez, P. 1995: Las culturas del neolítico
Journal of Archaelogical Science, 40: 2458-
y calcolítico en Andalucía occidental. Espacio, Tiempo y Forma, Serie I Prehistoria y Arqueología, 8. Madrid : 33-80.
2463. Hardh, B; Jennbert, K. y Olausson, D. 2007: Late Mesolithic coastal fishing practices. The evi-
Andersen, S. H. 1987: Tybrind Vig. A submerged
dence from Tybrind Vig. Denmark. On The
Ertebølle settlement in Denmark. In J. M.
Road. Studies in honour of Lars Larsson. Acta
Coles and A. J. Lawson (eds.). European Wet-
Archaeologica Lundensia in 4º, 26. Lund: 176-
lands in Prehistory. Oxford Clarendon Press.
183.
Oxford: 253–280.
Hartz, S.; Terberger, T. y Zhilin, M. 2010: New AMS
Arias, P.; Cerrillo-Cuenca, E.; Álvarez, E.; Gómez, E.
-dates for de upper Volga Mesolithic and the
y González, A. 2009: A view from the edges:
origin of microblade technology in Europe.
the the Mesolithic settlement of the interior
Quartär, 57. Rahden/Westfalen: 155-169.
areas of the Iberian Peninsula reconsidered.
López Sáenz, J. A 2006: Análisis palinológico de
Mesolithic Horizons, I. Oxford: 303-311.
yacimiento de Los Barruecos (Malpartida de
Asquerino, Mª. D. 1986: Industria ósea no orna-
Cáceres, Cáceres). In Cerrillo E. ed. Los Ba-
mental de la Cueva de los Mármoles (Priego
rruecos: primeros resultados sobre el pobla-
de Córdoba). Estudios de Prehistoria Cordobe-
miento neolítico de la cuenca extremeña del
sa, 1. Córdoba: 37-39.
Tajo. Mérida: 95-98.
Barca Durán, J. 2007: Los restos óseos del yaci-
López Sáenz, J. A.; González, A. y Cerrillo E. 2007:
miento de Canaleja II, una pequeña contribu-
Paleoambiente y paleoeconomía durante el
ción al estudio de las sociedades del Neolíti-
neolítico antiguo y el calcolítico en Extrema-
co Antiguo. In Cerrillo Cuenca, E. & González
dura: análisis arqueopalinológico del yacie-
Cordero: Cuevas para la eternidad: sepulcros
miento del cerro de la Horca (Plasenzuela,
prehistóricos de la provincia de Cáceres. Atae-
Cáceres, España). Zephyrus, 60. Salamanca:
cina, 3. Asamblea de Extremadura. cronológi-
145-153.
co. Trabajo de investigación inédito. Universidad de Extremadura. Cáceres.
Mesquita de Figueiredo, A. 1898: Contribuçoes para a historia da pesca, em Portugal na épo-
González Cordero, A. 2011: La Edad del Cobre en la Alta Extremadura. Asentamientos y organización del territorio. Tesis doctoral Inédita. Uni-
ca luso-romana”, O Arqueólogo Portugués, I. Lisboa: 53-58. Myhre, B. 1967: Tjorahelleren et bidrag til ro-
ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
71
galands tidlige steinnalder. Arbok, 77. Stavanger: 7-39. Nougier, L. R. 1951: Poids à Pêche Néolithiques. Bulletin de la Socièté Préhìstorique de France, XLVIII, 5-6. París: 225-242. Nougier, L. R. y Robert, R. 1951: Hameçons néolithiques. Bulletin de la Socièté Préhìstorique de France, XLVIII, 7-8. París: 307-322. Pickard, C. y Bonsall, C. 2007: Late Mesolithic coastal fishing practices: the evidence from Tybrind Vig (Denmark). Acta Archaeologica Lundensia, IV, 26. On the Road. Studies in honour of Lars Larson: 179-194. Pinho Brandao , D y Lanhas, F. 1971: Pesos de rede ou pesos de pedra con entalhes para pesca. Tentativa de sistematizaçáo. Actas do II Congreso Nacional de Arqueología I. Coimbra: 581-590. Raguin, E. y Thévenin, A. 1965: Anciens engins de pêche en Haute-Saône. Bulletin de la Sociétè Préhistorique Française. LXII, 7. París: 231232. Ribeiro, M. 1970: Anzóis de Tróia. Subsidios para o estudo da pesca no periodo lusitano-romano. O Arqueólogo Portugués, III, 4. Lisboa: 221236. Rigueiras Lourenço, P. 2010: A pesca na antiguidade, O caso de Monte Molião. Lagos. Disertação de mestrado en Arqueología. Fac. de Letras da Universidade de Lisboa. Lisboa. Salvado, Mª. C. 2001: Os artefactos ósseos dos povoados da Espargueira-Serra das Éguas e da necrópole de Carenque, do Museu Nacional de Arqueología. O Arqueólogo Português, IV, 19. Lisboa: 29-56. Viana, A. 1961: Pesos de piedra de pescar. VI Congreso Nacional de Arqueología. Zaragoza: 130 -143. ARPI. Arqueología y Prehistoria del Interior peninsular
03– 2015
72