Los anillos del ahuehuete

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Descripción

Los anillos del Ahuehuete Una historia sobre la contaminación vehicular en la Ciudad de México: evento antropogénico registrado en el corazón y la corteza de los árboles predilectos del antiguo tlatoani chichimeca, Nezahualcóyotl. Efraín S. Galicia

E

l interés por descifrar los secretos de la contaminación y su impacto en la naturaleza, llevó a Ofelia Morton Bermea y a Laura Beramendi a estudiar los ahuehuetes, árboles milenarios cuyo tronco acumula evidencias del impacto del tráfico vehicular en la zona urbana de la Ciudad de México. Estos árboles son capaces de capturar diferentes agentes contaminantes, por ejemplo elementos del grupo platino (EGP), metales que se emplean para fabricar una pieza clave de los vehículos automotores con convertidor catalítico de cuarta generación.

L

os ahuehuetes fueron los árboles predilectos de Netzahualcóyotl, emperador y poeta, quien lo cultivó y propagó por todo el territorio azteca al igual que la poesía. El interior del tronco de estos majestuosos árboles posee numerosos anillos de crecimiento que se forman año con año y cada uno de ellos tiene un valor científico. A Laura Beramendi del Instituto de Geología, esta característica le ha permitido reconstruir historias precisas de la contaminación ambiental. Ella y Ofelia Morton, del Instituto de Geofísica de la UNAM, se han dedicado a investigar los registros ambientales que proveen estos árboles milenarios.

El primer indicio En 2001 Ofelia Morton y su equipo de trabajo reportaron que los EGP se estaban acumulando en los suelos urbanos de la zona metropolitana. Este fue el primer indicio para concluir que había contaminación proveniente de los catalizadores o convertidores catalíticos (CC) automovilísticos. A partir del hallazgo se preguntaron si los EGP también se estaban almacenando en los seres vivos y decidieron investigarlo. A finales de 2015 las investigadoras realizaron un estudio dendroquímico (una técnica que somete pequeñas muestras de un anillo de crecimiento a procesos químicos) para comprobar si los EGP se estaban acumulando en los ahuehuetes.

P

ara comprobar su hipótesis, el equipo analizó tres ahuehuetes del Bosque de Chapultepec expuestos a la contaminación vehicular y una muestra proveniente de una región libre de contaminación. A partir de esta prueba detectaron que los que los ahuehuetes expuestos al tráfico vehicular estaban almacenando tres de los seis elementos que forman el grupo de los EGP: paladio, rodio y platino, respectivamente. Estos tres elementos se emplean para fabricar el convertidor catalítico (CC) y se encargan de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y de nitrógeno (CO2 y NO2).

De acuerdo con el conteo en los anillos de

crecimiento, los EGP comenzaron a incorporarse a estos majestuosos árboles a partir de 1991. Año en el que los vehículos con CC de cuarta generación comenazaron a circular por las calles de la Ciudad de México. Las geocientíficas señalan que aun no hay estudios sobre la toxicidad de estos elementos sobre la salud humana. Por lo que esta linea de invetigación en materia de salud es muy prometedora.

Ficha del autor Efraín S. Galicia es Biólogo egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM. Actualmente es periodista científico en el portal cienciorama.unam.mx y en la Agencia de Noticias Científicas de Latinoamérica. Las ilustraciones son de Steven Noble y Bryan Nash Hill y pueden encontrarlas en Behance El texto fue originalmente publicado en el portal cienciorama

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