los 10 leprosos

July 17, 2017 | Autor: Angie Mendez | Categoría: La Biblia
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Descripción

Yendo Jesús a Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea.
Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo:!Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes.
Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados.
Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están?
¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

(Lucas 17:11-19)


Antes debemos conocer la lepra, como esta se visualizaba en el tiempo de Jesús. representa al pecado, ya que cuando está en su etapa terminal solo se espera la muerte, La persona podía estar contagiada y caminar entre la multitud sana, pero cuando la enfermedad avanzaba la piel se le caía y es allí cuando se le enviaba hasta que muera; al sitio de aislamiento ubicado en las afueras de la ciudad, y se les prohibía regresar al pueblo y cuando alguien pasaba cerca de ellos tenían que dar la voz de alerta anunciando de que eran leprosos, para que la persona sana se alejara de ellos.
Una vez que la persona era declarada leprosa, era excluida de la comunidad y mandada a vivir fuera de la civilización para evitar una posible epidemia de lepra. Por eso se sacaban de la comunidad. Los sacerdotes levitas sólo seguían las recomendaciones del libro de Levíticos con respecto al trato del leproso. 
Es por eso que al pasar Jesús entre el límite de ambas ciudades se los encontró, y de lejos le gritaron ¡Jesús maestro, ten misericordia de nosotros! Jesús respondió a sus plegarias diciendo: muéstrense a los sacerdotes para que ellos se dieran cuenta de que el hijo del hombre tiene poder para sanar,
Algo muy similar pasa o ha pasado con nosotros, nos referimos a la lepra como pecado, pero esta puede ser un pecado tan cotidiano que es mal visto por todos nosotros. ¿Quién puede decirme uno? Y es aquí donde nosotros hemos actuado como los levitas, simplemente apartando al pecador de nosotros por temor a contagiarnos y siguiendo las leyes mundanas, cuando nuestro deber debe ser el de sanar.. ¿ y se preguntaran como sanaremos si nosotros no somos agentes de poder?
Cada oveja aquí presente, antes de conocer a Dios estuvo marcado por la lepra, en especial esa lepra invisible y tan secreta marcado en el corazón y donde en muchos casos poco a poco fuimos contagiando a otros o simplemente pudriéndonos por dentro, otra lepra es aquella que dejamos tan visible como el chisme, la calumnia, el maltrato verbal al prójimo, pero fuimos como los 10 leprosos y tuvimos fe, y al primer encuentro con Jesús pedimos misericordia y él nos respondió. Sin embargo aun cuando hemos sido sanadas por Jesús, y hemos sido capaces de sentir la sanación, somos como los 9 leprosos y continuamos nuestro camino enfermándonos más, porque nuestra fe no tuvo la fuerza para mantenernos limpios. Y es aquí donde Jesús se maravilla cuando volvemos a sus pies pidiendo misericordia y vuelve y nos salva. Pero creen ustedes que ser ese leproso que se devolvió es fácil?
Si lo contextualizamos a nuestro tiempo, donde cada uno de nosotros vive su vida según le parezca y de igual forma sintiéndose superior a los demás y autosuficiente, nos cuenta como humanos agradecer y reconocer que necesitamos de Jesus en nuestras vidas. En ocasiones nos place mas dejar de ir a la comunidad por x cosa que tiene que hacer o no ir a misa porque igual hacen lo mismo todos los domingos, y es aquí donde no somos capaces de dejar a un lado nuestro YO para seguir a Jesus.
Es igual que las situaciones del día a día donde ante cualquier enfermedad o los problemas o noticia de la gente que no nos afecta de forma directa tendemos a minimizarla, Pero cuando algo pasa cerca de nosotros, cambiamos nuestra forma de ver a la gente necesitada.
Eso cambia la forma en que vemos a las personas que sufren esa condición adversa. Una vez que Jesús les manda que hacer, los leprosos actúan en fe creyendo lo que él les dice y solamente uno volvió dando gracias a Dios, y este era samaritano, Hnos. los samaritanos eran personas que no se llevaban bien con los judíos y por lo tanto no compartían en su totalidad, su religión.
Y podemos decir quizás nuestros conocidos no son cristianos o creyentes, pero se reconocen enfermo y sin salida de su miseria, ¿debemos nosotros como iglesia cerrarles las puertas por todos sus pecados? O nuestra misión como apóstoles no es de predicar el evangelio para que otros sean salvos?
Dios nos permite las pruebas, las enfermedades que llegue el pecado a nosotros para hacernos entender que necesitamos estar en su presencia para ser salvos, sin embargo es tan maravilloso que nos da la libertad de elegir seguirlo o continuar nuestra vida de pecado. Así como le dijo al samaritano, Levántate, vete; tu fe te ha salvado, nos invita a permanecer en el, cuantos quieren ser sanados por Jesús?
No importa cual sea tu pecado, no importa cuántas veces hayas caído, entrégate a Jesús pero entrégate como ese samaritano que por fe fue sano y dio gracias, le pediremos a Ambrosio que nos acompañe con una canción muy hermosa que el canta, LEPROSO.

o prodigios y maravillas en el.

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