Lo que sabemos del feminicidio: ¿Qué lo causa?

May 25, 2017 | Autor: W. Hernandez Breña | Categoría: Homicide, Violence Against Women, Gender And Violence, Feminicidios, Feminicidio
Share Embed


Descripción

revista del ciej

-1-

Lo que sabemos del feminicidio: ¿Qué lo causa? Wilson Hernández Breña Investigador y docente de la Universidad de Lima. [email protected]

D

Introducción

esde su creación como con cepto en 1976 por Diana Russell durante el Primer Tribunal Internacional de Crímenes contra Mujeres, el feminicidio ha sido explicado por distintas corrientes. Mientras que el Feminismo ha buscado explicarlo a partir de un sistema patriarcal dominante, la Sociología y la Criminología han buscado, cada una a su manera, identificar regularidades en las características de las víctimas y los perpetradores así como del contexto en que suceden los feminicidios (Corradi, Marcuello-Servós, Boira, & Weil, 2016). La definición más común de feminicidio es aquella que lo conceptualiza como el asesinato de una mujer por razones de género. Aunque puede haber consenso en esta definición, su precisión y adaptación a contextos culturales y sociales es más discutida. Mientras que algunas autoras han optado por definir el feminicidio como la consecuencia de estructuras de poder en un sistema patriarcal (Bersani & Chen, 1988), otras lo han defi-

revista del ciej

nido como una modalidad de poder propia de ex colonias que interactúa con los sistemas socio-legales formales e informales y da forma a una economía de la muerte en la que operan distintos actores (iglesia, policía, jueces y otros actores del control social) (Shalhoub-Kervorkian & DaherNashif, 2013). La dificultad y las posiciones teóricas en torno a cómo definir el feminicidio son proporcionales a la complejidad de cuantificarlo. Los países latinoamericanos presentan tasas relativamente bajas de feminicidio pero al mismo tiempo con diferencias importantes entre un país y otro. Aunque estas diferencias no han sido aún explicadas, pueden deberse no solo a las diferencias culturales, sociales, económicas y políticas, sino a cómo el feminicidio ha sido definido en los respectivos Códigos Penales y a cómo los fiscales y jueces, a la luz de sus normas nacionales pero también de sus propios sesgos, interpretan cada homicidio hasta el punto de tomarlo como feminicidio o como homicidio.

-80-

En el campo de la investigación empírica, los problemas por cuantificar los feminicidios provienen de dos fuentes. Primero, la dificultad de cómo definirlo (ligada a lo visto en el párrafo anterior) y, segundo, la dificultad de hallar data que lo mida adecuadamente. Por ello, algunos investigadores son más cautos y optan por focalizar su objeto de estudio en sub grupos de fácil identificación (feminicidios íntimos).

En algunos países el feminicidio es considerado un problema de salud pública (Tejeda, 2014). Y es que tanto estudios cuantitativos (Patró & Limiñana, 2005) como cualitativos (Hardesty, Campbell, McFarlane, & Lewandowski, 2008) señalan que la violencia no solo daña a la mujer, sino que también afecta la salud, conducta y desempeño escolar de sus hijos.

Todo esto nos lleva a preguntarnos, ¿qué causa los feminicidios? ¿Qué tipo de Una de las mayores dificultades que factores hacen que una mujer sea más proenfrenta el feminicidio es su tránsito des- pensa a ser víctima de feminicidio? Resde lo político y desde el feminismo hacia puestas de este tipo aún son parte de la un marco de lucha política y su agenda pendiente en América Latina y institucionalización como categoría legal más aún lo es ligar tales resultados con for(Gardía-Del Moral, 2015). Por ello, hay que maciones teóricas sólidas. Con miras a tener en cuenta que una amplia cantidad construir un conocimiento base para Améde estudios empíricos señalan que el rica Latina, en este artículo exploramos feminicidio es muy distinto como fenóme- estas preguntas a partir de literatura que no social del resto de homicidios. El que primordialmente viene de otras regiones. las mujeres sean asesinadas por sus pa- Para hacerlo, agrupamos los enfoques de rejas o familiares, mientras que la ma- investigación en tres grandes explicacioyor proporción de hombres lo sea en nes: factores microsociales, factores un contexto muy distinto, general- macrosociales y una tercera categoría, esmente relacionado a delincuencia, pecie de mezcla de los dos anteriores, que hace del feminicidio un fenómeno so- responde al modelo ecológico. Finalmencial particular (Corradi, Marcuello- te, también abordamos la influencia del Estado en los feminicidios. Servós, Boira, & Weil, 2016). Respuestas desde lo microsocial Bajo este enfoque incluimos a los estudios que han buscado explicar las causas del feminicidio en las características demográficas, sociales y económicas del hombre y especialmente de la mujer. Algunos estudios señalan que los feminicidios son más comunes en mujeres jóvenes, pero otros dan énfasis a la diferencia de edades entre la mujer y el hombre (Wilson & Daly, 2008). Además, normalmente las investigaciones señalan que un factor de riesgo es que la mujer está casada o que mantenga una unión de hecho ( Johnson & Hotton, 2003). Resultados de

revista del ciej

este tipo parecen de sentido común, pues una mujer en situación de pareja tiene más probabilidades de ser víctima de violencia que una que no la tiene. Sin embargo, Gnisci y Pace (2016) le dan otra interpretación a este tipo de hallazgos. Señalan que, estar casada significa que la mujer tiene mayor dificultad por dejar la relación y, por tanto, un mayor compromiso en quedarse en una relación violenta que potencialmente desencadena en feminicidio. Otros estudios han enfatizado que los feminicidios son más probables cuando el hombre posee armas (Mathews, y otros,

-81-

2008) y cuando está desempleado (Campbell, 2008). Estos resultados no sugieren que la tenencia de armas cause feminicidios, sino que en hombres violentos su tenencia eleva la probabilidad que sean usadas en situaciones violentas. Igual sucede con el desempleo. No es que el desempleo cause violencia sino que exacerba frustraciones que en relaciones violentas y asimétricas de poder pueden generar agresiones físicas. A lo largo de la literatura especializada, hay un relativamente amplio consenso sobre qué factores aumentan el riesgo de feminicidio. Además, buena parte de estos predictores también han sido identificados en estudios que han analizado la evolución de las causas del feminicidio en el tiempo (Frye, Hosein, Waltermaurer, Blaney, & Wilt, 2005). Los pocos estudios que han comparado las causantes del feminicidio en víctimas de edades distintas han llegado a la conclusión de que hay más similitudes que diferencias. Por ejemplo, las variables que determinan los feminicidios de mujeres jóvenes (18-20 años) son los mismos que explican los de mujeres mayores, como por ejemplo la existencia de violencia previa, amenazas, desempleo, control de actividades de la mujer y acceso a armas (Glass, Laughon, Rutto, Bevacqua, & Campbell, 2008).

No obstante, los feminicidios son también comunes cuando la pareja termina su relación ( Johnson & Hotton, 2003), periodo en el que la mujer es objeto de acoso constante. McFarlane et al (McFarlane, y otros, 1999) hallaron que 3 de cada 4 mujeres víctimas de feminicidio eran acosadas por sus ex parejas. Por ello mismo, este tipo de feminicidios presenta características distintas de aquellos que se cometen durante la relación. Por lo general, se perpetran contra mujeres empleadas, en espacios públicos, con armas de fuego y en presencia de testigos (Dawson & Gartner, 1998), lo cual es señal de cómo el término de la relación y la autonomía económica de la mujer quiebran el statu quo de la relación y generan episodios de violencia extrema, siendo este riesgo mayor cuando el hombre tiene antecedentes penales y está desempleado. El otro lado de la moneda son los factores protectivos en lo microsocial. Es decir, aquellos que en lugar de aumentar el riesgo de feminicidio, lo disminuyen. Al respecto, la bibliografía existente es escasa. Entre los pocos estudios disponibles, el de Campbell (2008) ofrece información útil: mientras mayor sea la educación de la mujer y mientras mayor sea el número de arrestos – llámese una acción policial más efectiva – menor será el riesgo de feminicidio.

Respuestas desde lo macrosocial A diferencia de los estudios go y protectivos a nivel regional en el Perú microsociales, en este caso la investigación (Hernández, 2015). Sus hallazgos señalan busca correlacionar la frecuencia y tipo de que los feminicidios son proporcionales a feminicidios con las características de uni- la acumulación de factores de riesgo (dedades geográficas mayores, como el barrio, nuncias por violencia familiar, baja escolael distrito, la región e incluso el país. ridad, entre otros) y que tienen una relaUna de las pocas investigaciones ción negativa con ciertos factores cuantitativas disponible para nuestra región protectivos (accesibilidad a establecimienbuscó identificar regularidades entre el tos de salud, participación en mercado lanúmero de feminicidios y factores de ries- boral, ingresos, entre otros). En una escala

revista del ciej

-82-

distinta, este mismo estudio halló que el número de homicidios de mujeres tiene una relación directa con la riqueza de un país, medida por el producto bruto interno per cápita, así como con su nivel de desarrollo, medido por el Índice de Desarrollo Humano.

los feminicidios. Asimismo, luego de la caída del comunismo, Albania tuvo un pico de homicidios de mujeres (Stamatel, 2008).

Lejos de ser concluyentes, las explicaciones macrosociales son poco consistentes frente al avance de los países Estudiar el feminicidio implica en- en términos de igualdad de género. tenderlo en los contextos específicos en Mientras que diversos estudios de corte los que ocurre sin aislarlo de las dinámi- macrosocial hallan una relación muy baja cas sociopolíticas y económicas o nula entre el estatus de las mujeres en (Widyono, 2008). El ambiente y las gran- términos económicos (educación, etc.) y des transformaciones generan rupturas feminicidios ( V ieraitis, Br itto, & en la estabilidad económica y social de Kovandzic, 2007), otros tantos sí han un país que, bajo ciertas condiciones, re- identificado que mayor educación y empleo están vinculados con una mayor percute en el número de feminicidios. De un lado, parte de los estudios victimización violenta de mujeres empíricos resaltan la influencia particu- ( Yodanis, 2004). Particular mente, lar de aspectos socio-históricos en mol- Stamatel (2008) halló que el mayor núdear las relaciones individuales. Por ejem- mero de feminicidios estaba asociado a plo, Stamatel (2008) halló que en los ex una mayor tasa de divorcio y a la presenpaíses comunistas de Europa del Este y cia de mayores libertades (medidas con del Centro hay una mayor incidencia de el Freedom Index). feminicidios. Desde lo macrosocial, las Los estudios de corte macrosocial diferencias en las tasas de homicidio de enfrentan dos complicaciones. Primero, mujeres en países europeos han sido ex- es difícil tejer un discurso sólido para liplicadas por la variación en el rol (vincu- gar el estado de las variables lado al control individual sobre el poder macrosociales a las individuales. Además, social y recursos económicos) de las mu- en no pocos casos, estas relaciones son jeres y el cambio de status en términos teóricamente atractivas pero poco sólide acceso a poder y recursos (Gartner, das al ser operativizadas en modelos Baker, & Pampel, 1990). econométricos. Por ejemplo, Stamatel De otro lado, el feminicidio tam- usa la tasa de divorcio para medir roles bién sería la respuesta a cambios econó- femeninos en la sociedad y la tasa de micos, sociales y políticos repentinos que, matrícula escolar terciaria para medir el justamente por dicha condición, alteran estatus de las mujeres, pese a que lo prilas relaciones de poder en lo individual y mero puede estar ligado no a los roles sirven de incentivo para agresiones vio- de las mujeres sino a un cambio de lentas hacia la mujer bajo contextos que estatus (liberación, autonomía, etc.) y lo lo facilitan. En esta línea, F leitas y segundo puede relacionarse no al estatus Olamendi (2012), por ejemplo, hallaron sino a condiciones base para luego y bajo que las presiones económicas de la crisis otras condiciones (de derechos, de merargentina de inicios de siglo aumenta- cado, etc.) vincularse a mejora en el ron no solo los suicidios sino también estatus de las mujeres.

revista del ciej

-83-

Integrando lo micro y lo macrosocial Es claro que las causas del feminicidio están tanto en lo microsocial como en lo macrosocial. Son pocos los estudios que han logrado fusionar variables de ambos enfoques para buscar encontrar una explicación más holística. Además de ello, la naturaleza multicausal del feminicidio y su esencia interdisciplinaria, obligan a prestar atención al modelo ecológico de la violencia contra las mujeres, desarrollado por Heise (1998) en base a la teoría bioecológica de Bronfenbrenner y Ceci (1998). Para Heise, los predictores de la violencia se hallan tanto en lo individual (historia personal) como en factores organizados bajo una estructura jerárquica de tres niveles: microsistema (dominación masculina en la familia, control del dinero de parte del hombre, consumo de alcohol, etc.), exosistema (desempleo, bajo nivel socioeconómico y amistades del mundo delincuencial en el hombre) y macrosistema (masculinidad agresiva y dominante, roles de género rígidos, aceptación de violencia interpersonal, etc.). Esta

perspectiva permite integrar la visión feminista con marcos más sólidos para explicar la violencia. Esto lo logra debido a que fusiona cómo la influencia de los microdeterminantes se relaciona con los determinantes macrosociales para producir una interacción que condiciona una mayor o menor presencia de feminicidios. En otras palabras, mediante esta perspectiva se busca interrelacionar procesos que se dan en la vida social, económica y política con situaciones específicas, características de las víctimas y de los victimarios. Son pocos los estudios que se han acercado a probar el enfoque ecológico. Uno de ellos es el de Gnisci y Pace (Gnisci & Pace, 2016). Dicho estudio se preguntó si las condiciones del barrio influencian en la frecuencia de feminicidios. Los resultados sí hallan relación significativa. La baja cohesión social está más relacionada a los feminicidios íntimos y las desventajas socioeconómicas se relacionan más a los feminicidios cometidos por hombres que no eran pareja de la mujer víctima.

¿Y el Estado? La actuación estatal es clave tanto do dicha reducción es pequeña, el resultapara frenar los feminicidios como para el do es el opuesto (aumentan los efecto opuesto. Evidencia para Estados feminicidios y la violencia contra las Unidos muestra que determinados servi- mujeres). Este resultado probablemente cios y acciones estatales (políticas policiales explique parte de los hallazgos de de detención ante violación de órdenes de McFarlane, Campbell y Watson (2001) protección de víctimas y entidades con lí- quienes señalan que una de cada dos las nea de trabajo en promoción de derechos) víctimas de feminicidio, e igual proporque logran una reducción importante del ción entre las víctimas de tentativa de contacto entre la mujer y el hombre gene- feminicidio, obtienen órdenes de alejaran una reducción de homicidios de muje- miento y de detención contra los homres (Dugan, Rosenfeld, & Nagin, 2003). bres que después las asesinaron o que inSin embargo, los autores señalan que cuan- tentaron hacerlo.

revista del ciej

-84-

Conclusión El feminicidio es un fenómeno com- ploren el fenómeno y que lleguen a probar plejo todavía insuficientemente estudiado. cómo es que la cultura patriarcal, los esTenemos algunas aproximaciones a qué lo quemas de dependencia económica y causa pero aún estamos lejos de entender emocional, las relaciones de poder y dominapor qué tales causas lo generan. Hacen falta ción y el funcionamiento del Estado operan más estudios que desde lo cualitativo ex- hasta llegar a formas de violencia extrema. ea

REFERENCIAS Bersani, C., & Chen, H. (1988). Sociological perspectives in family violence. En R. Hasselt, A. Morrison, A. Bellack, & M. Hersen, Handbook of family violence (págs. 57-84). New York: Plenum. Bronfenbrenner, & Ceci. (1998). Nature-nurture reconceptualized in developmental perspective: A biological model. Psychological Review(101), 568-586. Campbell, J., Webster, D., Koziol-McLain, J., Block, C., Campbell, D., Curry, M., & Laughon, K. (2003). Risk Factors for Femicide in Abusive Relationships: Results From a Multisite Case Control Study. American Journal of Public Health, 93(7), 1089-1097. Corradi, C., Marcuello-Servós, C., Boira, S., & Weil, S. (Febrero de 2016). Theories of femicide and their significance for social research. Current Sociology(2), 1-21. Dawson, M., & Gartner, R. (1998). Differences in the characteristics of intimate femicides. The role of relationship state and relationship status. Homicide Studies, 2(4), 378-399. Dugan, L., Rosenfeld, R., & Nagin, D. (2003). Exposure reduction or retaliation? The effects of domestic violence resources on intimate-partner. The Law and Society Review, 37(1), 169-198. Fleitas, D., & Otamendi, A. (2012). Mapa de la violencia de género en Argentina. Asociación para Políticas Públicas. Frye, V., Hosein, V., Waltermaurer, E., Blaney, S., & Wilt, S. (2005). Femicide in New York City 1990 to 1999. Homicide Studies, 9(3), 204-228. Gardía-Del Moral, P. (Diciembre de 2015). Transforming feminicidio: Framing, institutionalization and social change. Current Sociology (23), 1-19. Gartner, R., Baker, K., & Pampel, F. (1990). The victims of homicide: A temporal and cross-national comparison. American Sociological Review, 55 (1), 92-106. Glass, N., Laughon, K., Rutto, C., Bevacqua, J., & Campbell, J. (2008). Young adult intimate partner femicide. Homicide Studies, 12(2), 177-187. Gnisci, A., & Pace, A. (Marzo de 2016). Lethal domestic violence as a sequential process: Beyond the traditional regression approach to risk factors. Current Sociology(9), 1-16. Hardesty, J., Campbell, J., McFarlane, J., & Lewandowski, L. (2008). How children and their caregivers adjuste after intimate partner femicide. Journal oa Family Issues, 29(1), 100-124. Heise, L. (1998). Violence against women: an integrated, ecological framework. Violence Against Women, 4(3), 262-290. Hernández, W. (2015). Feminicidio (agregado) en el Perú y su relación con variables macrosociales. Urvio Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad (17), 48-66. Johnson, H., & Hotton, T. (2003). Losing control. Homicide risk in estranged and intact intimate relationships. Homicide studies, 7(1), 58-84. Mathews, S., Abrahams, N., Jewkes, R., Martin, L., Lombard, C., & Vetten, L. (2008). Intimate femicide–suicide in South Africa: a cross-sectional study. Bulletin of the World Health Organization, 86(7). McFarlane, J., Campbell, J., & Watson, K. (2001). The use of the justice system prior to intimate revista del ciej

-85-

partner femicide. Criminal Justice Review, 26(2), 193-208. McFarlane, J., Campbell, J., Wilt, S., Sachs, C., Ulrich, Y., & Xu, X. (1999). Stalking and intimate partner femicide. Homicide Studies, 3(4), 300-316. Patró, R., & Limiñana, R. (2005). Víctimas de violencia familiar: Consecuencias psicológicas en hijos de mujeres maltratadas. Anales de Psicología, 21(1), 11-17. Shalhoub-Kervorkian, N., & Daher-Nashif, S. (2013). Femicide and colonization: between the politics of exclusion and the culture of control. Violence Against Women, 19(3), 295-315. Stamatel, J. (2014). Explaining variations in female homicide victimization rates across Europe. European Journal of Criminology, 11(5), 578-600. Tejeda, D. (2014). Feminicidio: Un problema social y de salud pública. La manzana de la discordia, 9(2), 31-42. Vieraitis, L., Britto, S., & Kovandzic, T. (2007). The impact of women’s status and gender inequality on female homicide victimization rates. Evidence from US counties. Feminist Criminology, 2(1), 57-73. Widyono, M. (2008). Conceptualizaing femicide. En PATH, Strengthening and understanding of femicide. Using research to galvanize action and accountability (págs. 7-25). Washington DC. Wilson, M., & Daly, M. (2008). Spousal conflict and uxoricide in Canada. En PATH, Strengthening understanding of femicide. Using research to galvanize action and accountability (pág. 119). Washington: PATH, MRC, WHO, Intercambio. Yodanis, C. (2004). Gender inequality, violence against women and fear. A cross-national test of the feminist theory of violence against women. Journal of Interpersonal Violence, 19(6), 655-675.

IMPORTANTE: A nuestros suscriptores judiciales Recordamos que Espacio Abierto es enviada a la oficina proporcionada al momento de la inscripción. En caso de traslado solicitamos a nuestros suscriptores su colaboración comunicando el mismo a [email protected] De esta manera podemos hacer llegar la revista a su destinatario, evitando su pérdida, gastos innecesarios de correo y un esfuerzo administrativo importante. Muchas gracias

revista del ciej

-86-

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.