Lo que nos dice la cantiga 130

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Descripción

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JOHN E. KELLER

Èentarse con el demonio o de escapar de é1, la generosida( ra abnegación, la rseverancia y la gratitud; y en contraste con estas loables cualidades, la compan de la santa Virgen por dos enamorados cuyas loables cualidades son más manas que espirituales. Las lecciones que estas cantigas enseñan causarían gran impresión en los rltos y niños que las oyeran recitar, cantar o hacerse visibles en las maravillominiaturas. creemos que tal vez algunas fueran presentadas como dramas.

ruocurÍl X el sabio. cantigas de santa María. F,dicíón facsímil der códice T.I. 1., de la Biblioteca de San Lorenzo el Real del Escorial, Siglo XIII. 2 vols. Madrid:

onso X- Alfonso

LO QUE NOS DICE LA CANTIGA 130

Edtláû, 19'19. ¡nso x o sabío. caniigas de santa María. 4 vols. Ed. walter Mettnaann. coimbra: Acta

Unive¡sitatis Conimbrigensis . 19 69, 19 64, 197 l. ler, John E. y A-nnette G. cash. Daily fe Depicted ín the cantígas de santa Marta. Lexington: University P¡ess ofKentucþ 1998. ter, Jobn E. y Richard I. Kinkade. Iconography in Medieval spanish Literature.. Lexington: University P¡ess of Kentucþ, 1983. [e¡ John E. "The Blessed virgin as a Matchmaker". Florilegíum Hispanicum. Medieval and Golden Age studies. P¡esented to Dorothy clotelle clark. Madison: Hispanic Semina¡y ofMedieval Studies, 1983. 103-118.

p-Hill' Katbleen. "The captions to the Miniatu¡es of the "código Rico" of the cantigas de Santa María, a Translation". Bulletin of the Cantigueiros,yn, Spring. 1965, 3-64. rtoya Martínez, Jesús, "ca.ntiga 178. un antiguo platero", en composíción, estructura y contenido del cancionero Marial, F.eal Academia de Alfonso X el sabio, lggg, 2gr296.

ELVIRA FIDALGO I.INTVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA

Creo que no exagero si digo que, cuando pensamos en la obra poética de A]fonso X, a nuestra mente acuden las Cantigas de Santa Maria, las cantigds profanas de escarnio, secgndariamente, las tres cantigas de amor y, raras veces, la cantiga de amigo, por lo dudoso de su atribución. Creo, además, que el orden es el que he expuesto, justificado por las diferencias tanto cuantitativas entre 1a poesía religiosa y la poesía profana como cualitativas, si tenemos çn cuenta la tiqueza de los códices que conservan la primera, frente a la transmisión -a través de B y V- en medio del corpus de la poesía profana gallego-portuguesa de la segunda, 1o que redunda en una excepcional calidad textual de la religiosa frente a la peor situación de la profana. No es extraño, pues' que' teniendo en cuenta las divergencias de tema y de transmisión manuscrita se tienda a hablar de Cantigas de Santa María pot una parte y de "poesía profana" (pensando seguramente en la poesía de escarnio) por otra. Por fortuna, voces se han hecho oír reclamando la pertinencia de una inirada de conjunto que abarque todo el corpus como punto de partida más adecuado para el estudio de la poesía religiosa alfonsí, elevando puentes que rompen el aislamiento con que ésta venía siendo contempladat. Valeria Bertolucci ha demostrado cómo de la

l.

Vid. V Bertolucci, "Allcui sond'ggi per I'integrazione del discorso c¡itico suAlfonso X

csn - nD9- ,lq _ )c

nì¡ ooJlS Montoya - A- Doñínguez, coord.), Editorial Complutense,

Madri{

1999,

pp' 149-158'

340

ELVIRA FIDALGO

poesía profana se entresacan muchos de los

hilos que tejen los textos marianos,

y la inconveniencia de creer al pie de la letra aquellos versos de la cantigaprólogo del cancionero mariano:

....

e por aquest,eu

quero seer oy mais seu trobado¡ (...) .... e ar querrei-me leixa¡ de t¡obar des i por outra dona .. (w. 18-19 y 23-25),

u'a ruptura total con el registro amoroso rrofano para dedicarse en adelante a la poesía religiosa, en honor de Santa María. ll contrario, la producción poética alfonsí no responde, como podría cómodalente pensarse, a poesía amorosa "de juventud" frente a poesía religiosa ..de radurez", producto ésta ultima de la reflexión y la sabiduría que cJtivan los ños, sino que' con los datos sienrpre seguros- que arrojan ros estudios -no un período de coi¡cidencia ctuales, debió de haber, al menos, -{igamos, entre 255 y 1270- de producción poética en ambos registros Por qué decide cultivai poesía religiosa robando tiempo y esfuerzo a la proucción profana a nunca lo sabremos, a'nq'e es probable que el deseo de renovaión de una poética que ya empezaba a envejecer, así como el deseo de sumarse la corriente lírico-religiosa que soplaba con fuerza desde tierras ultrapirenaicas 5, rnga algo que ver 6.

2.

uttlizo Ia edición

Mad¡i4

1986_89.

de

w. Methann, Arfurso x,

130

341

Sea por lo que fuere, Alfonso X emprende una ûueva etapa en su labo¡ literaria con la redacción de un amplio cancionero dedicado a 14 alab¡nz¿ 6s 1u Virgen y, para ello, aparentemente rompe con su antedor actividad poética, decisión expresada por medio de vrra chanson de change en la que anuncia el cambio de sennor que inspirará las nuevas canciones a ella dirigidas y a la que no libera de sus obligaciones con él:

¡ue,podrían dejarse interpretar como

rstqlia,

LO QIJE NOS DICE LA CANTIGA

er sabio. cantigas de santa

Maria (3 vots ),

Onde lle rogo, se ela quiser que lle praza do que dela disser en meus cantares e, se ll'aprouguer, que me dé gualardon com'ela dá aos que ama; (...) (w. 39-43)

Paradójicamente, el Sabio elige para abrir su cancionero de inspiración religiosa una composición de inaegable corte trovadoresco, fiel a los parámetros de la escuela occitana, por él conocida y admirada, y elaborada sobre uno de

los motivos más inequívocos de la lírica amorosa, \a chanson de

changel

,

poco frecuente en la poética peninsular y, por eso mismo, sorprendente por lo innovador y, por tanto, fácilmente identificable en un corpus catacterizado por la perseverancia en amar a una dama intransigente. Será desde este tópico de trovador desengañado de amores anteriores y satisfecho con un nuevo amor más receptivo desde el que construya su nuevo cancionero amoroso, que innarraticluirá, como sabemos, no sólo composiciones líricas, pero todas -las vas también- en alabatza de su nueva sennor. Sobre este juego literario de trovador cansado de no recibir galardón de sus damas anteriores y que, enfadado, renuncia a ellas ("ao demo os outros amores", ctga. 10, v.22), tomala decisión de convertirse en "trobador de santa Maia" y sólo de Ella ("Des oge quer'eu trobar / pola Sen-nor onrrada", cant. l, w. 3-4). Dicho de ot¡o modo, Alfonso X se vale del tópico de cambio de dama para justificar el cambio de registro literario e iniciar la composición de una obra nueva, que rompe en contenido e intención con la poesía que había venido cultivando hasta el momento 8. Pero, por otro lado, tiene interés en que se le considere "trovador mariano", por lo que no sólo no va a borrar su imagen de trovador sino que va a potenciarla, a lo largo de su nuevo cancionero, haciéndola bien evidente en

que encomendaba a la protección de la_Virgen con la redacción de milagros ubicados en dichos lugues. 7. Vid. V Bertolucci, "Motivi e regiski minoritæi nella lirica d'more galego-portoghese: Ia cantiga ", Actas do Congreso "O cantar dos trobadores", Xmta de Galicia, Smtiago de Compostela, 1993, pp. 109-120, y M. Schaffer, "A nexus betweel cantiga de anor and Cantigas de Santa Maria: t}1e cantiga 'de change', La Corónica, 27, 2, 7999, pp. 37-60, donde llma la atención sobre este motivo en el cancionero mæiano, especialmette en el PróIogo y lepasa Ia aprición del mismo en eI corpus de la lírica gallego-portuguesa. 8. No quiero dejar de insisti¡ en lo comentado a¡Jeriormente con respecto aI juego literrio del que se sirve paa proceder a la compilación de los milagros de la virgen, sin que ello indique ua ruptwa t¿ja¡te con la producción profæa que, segumente, seguía cultivando.

342

ELVIRA FIDA-I,GO

algunas de sus composiciones de roor que conectan (si no dependen) del prólogo e. ta ----€n la primera estrofa_ del dominis z) por parle de aquel que quiera apli_

QUENOS DICE LA CANTIGA

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T3O

E poren seu entendedor serei enquant'eu viva, ... (w. 34-3s) su que' como "enamorado tolerado", se supone que la Virgen ha acePtado

manera de manifesta¡le su amor. No es, por tanto, una relación de

der verbo trobar qre sarpica toda ra misma que, de alguna maoera enlaza co primera de loor. No voy a insisti¡ en el c en la imagen de trovador que le abandonada, de compositor de I

"3inlÏ,i,"#i'åi"","ï,åi'::i,""":?; Rosa das rosas e

He tomado prestado de J. Snow el título de esta contibución, porque es en ra

Fror

das

Dona das ilonøs, Sennor

frores

t3,

d-as sennores

today cuya ultim4 estrofa, no menos repetida, permite vislumb¡ar a.un trovador ra vía suplicante de ser aceptado, y dispuesto a abandona¡ a las otras d44as nueva señor le otorga su amol: Esta dona que tenno Por Sennor e de que quero seer fiobador, se eu per rei Pois'aver seu ¿rmor' 15. dou ao demo os outos amores Quen entender quíser, entend.edor seja da Madre de Nostro Sennor

Es.éste el estadio por él ansiado y en el que se ratifica ,la cantiga:

en la última estrofa de ensalza a la Virgen.

si ésta

344

ELVIRA FIDAI,G¿',

IrtO QUE NOS DICE LA CANTIGA

345

130

el s vasalláticos' equivale a qìre primeras ue se ha extendido por las dos que donas" "oufas "ela''l el binomio ligadas cepdenals estrofas de a cadena

des que hacen a su drma superior a cualquier otra a través de un juego de contrarios que enfrentan el "bien" de la vrgen de la mujer tr.rànui lqoe él ya ha "dado ao demo" en la cantiga l0).

atrrs a la mujer y positivo cuando son

virgen'

buidos a la

más rntramos con una cle las cualidades la locwa como uno de los

r de amor:

grâdos la locura uno de los más intensos

[l çoaeçimiento, la cualid¿d de discerni¡ ente el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, permite el alejamiento de la peligrosa vía que conduce a los amantes de las mujeres corrientes hasta el demonio, equiparaado éste al amor-pasión que aprisiona a los amantes, privándoles de la razón. En los efectos de este amor

go: que produce ese ¿¡mor en el enamorado, sino que señalan la poética de la cantiga de amor con un "atal costum'an" (v. l1) que permite suponer la reiteración de los mismos tópicos en los trovadores de la escuela. El úlrimo verso (.þoren non é leal o seu a-ot'') parece referirse al amor de t¿n altivas donas que generaû sólo daño,

16.

vé¿se, por ejemplo, la elocuente caatiga de Martin Soarez, quien se ve obrigado a mentir arte las insistentes pre$Ðtð de la gente:

Muitus me veen preguntar mha senhor, a quen quero ben, e non lhis quer' end'eu fala

perfectamente Joha¡i Gracia de Guilhacte
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