Lo objetivo y lo subjetivo en los conceptos y la historia

LO OBJETIVO Y LO SUBJETIVO EN LOS CONCEPTOS Y LA HISTORIA

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ARTURO LALONZO: Hístoría a Debate. Tomo 1, pp. 301-310

Lo objetivo y lo subjetivo en los conceptos y la historia Arturo L. Alonzo Escuela Nacional de Antropología e Historia, México

Planteamiento del Problema El nivel inmediato y aparencia! del fenómeno. Una reflexión La historia y la manera de hacer historia devienen. Es decir, las sociedades han modificado no sólo la historia, sino la manera de construirla, de reflexionarla y de presentarla. No sólo han venido cambiando las preocupaciones sino también la conciencia del que hace historia, esa conciencia es la que nos permite la reflexión en torno a la historia misma. ¿Cuál es la historia vigente, la que captura el hacer historia en el tiempo presente?. ¿Las maneras de hacer historia se vuelven anacrónicas?. ¿Se puede innovar todo o no se puede desechar nada?. Lo que nos trae aquí a Santiago de Compostela es una pregunta crucial, ¿cómo se hará historia en el siglo XXI?. Este desde luego no es un problema sólo para la ciencia histórica, constituye un problema para las ciencias sociales en general. Un ejemplo puede ser lo que sucede en la Ciencia Política contemporánea. Desde la coyuntura actual, con los conceptos de la ciencia política de moda, diseñada para problemas derivados de la globalización ¿podemos hacer lecturas de problemas políticos anteriores? Los conceptos actuales que se trasladan sin más a periodos históricos donde la existencia de gobiernos autoritarios impedía el desarrollo democrático en la política de la sociedad en países como los latinoamericanos, donde no había una sociedad civil fuerte y crítica, ¿podemos exigir como en el presente un comportamiento democrático a pobladores históricos de regiones peligrosas en el ejercicio de la política?. ¿Frente a situaciones de una violencia real de los gobiernos contra los ciudadanos, la protección de la clandestinidad armada o democrática que esperaba tiempos mejores era sólo una opción equivocada?. Los chilenos de la Unidad Popular en el periodo de Allende ¿hicieron mal por oponerse a la dictadura o por tener opiniones que eran blancos de la persecución?. Desde un punto de vista político, ¿la comprensión de hechos políticos atraviesa por la comprensión de la historicidad de los discursos?. O la ciencia política ¿se encuentra predestinada sólo a valorar los cambios políticos inmediatos y del presente?. ¿Qué diferencia existe entre opinión periodística y el análisis político?. ¿Entre describir y comentar lo que sucede o encontrar una verdadera epistéme del devenir político?. Por otro lado, el análisis político de hechos históricos, ¿se encuentra atravesado por los mismos problemas de la comprensión para otras humanidades como la historia, la filología o la misma filosofía?. El pasado como cambios de sentidos que se deben comprender (Gadamer 1975). Este hecho del que ya se había alertado la filología, pues los conceptos antiguos, no pueden leerse con las preconcepciones actuales pues se puede caer en el riesgo de no entender el pasado, ni semánticamente, ni en términos de su funcionamiento cultural, si no tomamos una distancia pertinente frente al acontecer histórico y dudamos que nuestra comprensión del mismo desde el presente es insuficiente para entender exactamente que tiene que decirnos. Esto lo saben los politólogos al momento de percibir las dificultades semánticas de lecturas como la de Maquiavelo en conceptos como Fortuna o Virtud.

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Pero no es sólo un problema semántico, tiene que ver con el problema de la dificultad de la dimensión comprensiva de los hechos. Tiene que ver también con los problemas de la comprensión de los sentidos del pasado (Gadamer 1975: 333).

sin embargo ancianos3·! cada quien hace valer sus sidad con todos sus

Este problema ya tocó en su momento las discusiones de la historiografía, en los años 80. Y fue fundamental para ubicar el papel analítico de la historia, como disciplina, por lo que me resurge la pregunta para la Ciencia Política y si esta tiene esta discusión también, sobre la comprensión del sentido político de problemas que ya son historia. ¿Cómo un especialista en ciencia política se puede cuidar de la existencia de opiniones previas arbitrarias e inadecuadas, que le impidan la comprensión del problema que estudia?. En los problemas del análisis político, ¿no existen las dificultades que se plantea para la propia historia el uso lingüístico actual y el de los conceptos y nociones que nos hablan del pasado?. Porque si esto es lo real, pudieran darse problemas de incomprensión de los actores históricos a la hora de analizarlos, una violencia de nuestros conceptos presentes que pretenden imponerse en condiciones diferentes o la más pura incomprensión por obstáculos insuperables a falta de conciencia de la historicidad de los lenguajes y los sentidos.

Estos argumentos reflexión. Los historia bias culturales en la La mentalidad no cam na, nos dicen (Knight 1 de los conceptos o las

Historiador al fin, con un tema elegido con mucho de ese carácter, me he enfrentado con varias dificultades personales, en las que creo se refleja una discusión no sólo generacional, con las modas presentes, sino que se experimenta en el análisis una persistencia de la superficialidad en algunos planteamientos contemporáneos. Lecturas poco rigurosas de autores del pasado, pretenden resolver el mundo por medio de la reinvención del mismo, omitiendo al menos una de las mejores recomendaciones de Thomas Kuhn Tener en cuenta la dimensión temporal y el desarrollo de los paradigmas en el conocimiento. Atrás de esa formación actualizada, no se encuentra una evolución de la ciencia política en la que se han superado viejos paradigmas y han crecido teorías mucho más pertinentes al mundo actual, sino de pronto me he encontrado con juicios más íntimos que me revelan una actitud permanente de disgusto contra toda tendencia que cuestione y proponga cambios más alli · de la acción institucional, del sistema establecido o en el marco de reivindicaciones posmoder~ . nas, además de un persistente antimarxismo anticomunista que me reflejan almas conservad~ ras y hasta cierto punto intolerantes'. El problema tiene que ver con mi problema de investigación, de allí mi interés, pues el análisis de la guerrilla mexicana en los años 70 se ve precedida por una dimensión generacional, sólo en México, también en América Latina, me he encontrado en particular en Argentina, la ración de los 70 que vive actualmente en la primera década del siglo XXI y las jóvenes a.,.,,.,.,.,..., dones que no se sienten herederos del periodo pero que finalmente son los habitantes del actual con su diversidad de opiniones. El riesgo latente no es una sobre posición de un n,.,.,.,,,am,., actual, mejor que supere el anterior, sino de la pretensión de borrar todo y pretender todo sobre la idea de que todo es nuevo.Así paradójicamente desde la historia los rn,n