Líneas causales una epistemología de sucesos

September 20, 2017 | Autor: Loreto Paniagua | Categoría: Epistemology, Causation, Bertrand Russell, Causality
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LÍNEAS CAUSALES: UNA EPISTEMOLOGÍA DE SUCESOS1.

Loreto Paniagua V. Universidad de Valparaíso [email protected]

Resumen Este estudio tiene como tesis principal mostrar cómo Russell desarrolla una teoría sobre las «líneas causales» que se aleja de su concepción primigenia sobre la ley causal. Así propone posteriormente un proyecto epistemológico que considera en su base la concepción de «línea causal» como fundamental para el desarrollo de la ciencia. Para este proyecto epistemológico existirá un cambio en la ontología de la noción causal aunque también, este punto será una de las principales críticas a esta construcción teórica. La consideración que el filósofo presenta, es ubicar a los «sucesos» o «eventos» como participes de la relación de sucesión en las líneas causales, excluyendo de este modo la tradicional visión de afección y sucesión de objetos. Russell revalida el rol de la experiencia desde su relación causal, no obstante también crítica la posición empirista por considerar que no se ajusta, en todos los casos, al camino del desarrollo científico. Otra cualidad de su posición filosófica es que desde una visión sumamente crítica, reincorpora la noción de sentido común del realismo ingenuo del siglo XIX. Y es así como, con estas renovadas herramientas, se sumerge en la comprensión de la estructura de la noción de mundo de los seres humanos, en cómo consideraremos el espacio-tiempo o la materia. Esta posición filosófica dentro de las teorías epistemológicas, precisamente muestra, cómo se construye una teoría causal a partir de inferencias que no se dan entre objetos, sino entre «eventos» o «sucesos», otorga al campo del método científico un espectro de acción mucho más amplio. Sin embargo, como toda teoría también evidencia que no es posible explicar todo desde su estructura, y así el ser humano vuelve a presenciar tanto lo insondable del universo como de nuestra capacidad de conocer. Palabras claves: causalidad, sucesos, líneas causales

Sección I: Introducción visión histórica, aproximación al problema La noción de causalidad para Russell no fue algo relevante al inicio de su concepción filosófica, sólo después en la obra Human Knowledge (1948) es concreto un cambio en la forma en que el filósofo valora la causalidad y como desarrolla una nueva visión con respecto a ella. En la siguiente cita es posible notar su opinión primigenia sobre causalidad: “En este ensayo me propongo tres cosas: en primer lugar, sostener que la palabra “causa” está tan inextricablemente enlazada con asociaciones engañosas que resulta deseable eliminarla por entero del vocabulario filosófico.” Luego:

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Texto desarrollado para el seminario de causalidad dictado por el profesor Wilfredo Quezada Pulido año 2012

“Pienso que la ley de causalidad, como mucho de lo que vale para los filósofos, es una reliquia de edades caducas, y que, al igual que la monarquía, sobrevive porque erróneamente se supone que no perjudica” 2. (Russell, 1913: p178) En su artículo “Sobre la noción de causa” esta posición taxativa es sumamente divergente con la teoría de «líneas causales» que posteriormente desarrollará. Es posible notar que la concepción de Russell con respecto a la causalidad, estaba lejos de ser una postura favorable y reducía superficialmente la «ley causal» a una “reliquia de edades caducas”, por esto para el filósofo esta noción no era atingente al desarrollo y sofisticación de la ciencia de la época. Sin embargo, posteriormente, ya en Analysis of Matter (1927) esbozaba un estudio más acucioso sobre la relación de la noción causal con el mundo. Cambió lo que entendería por «materia» o por «estructura». No obstante no es hasta 1948 que propone la noción de las leyes causales como vitales para el desarrollo de la ciencia. Al parecer existe una constancia estructural y una continuidad espacio-tiempo que no es posible pasar por alto. Es así como a partir de los principios y postulados desarrollados en Human knowledge que su propuesta epistemológica consolidará un método científico que incorpore las «líneas causales» como sustento fundamental para el desarrollo de la ciencia. Sección II: Cambio de noción ontológica a. Sobre el concepto de sustancia La noción causal aristotélica es especifica al señalar que sólo su teoría causal fue la que dio una explicación concreta acerca de la esencia y la entidad desechando que las formas son producto de la inmovilidad y el reposo y que serían éstas, las que dan la esencia a la materia según otras teorías como la de los pitagóricos, la de Empédocles o Anaxágoras (Véase, Aristóteles, Met. Libro I, cap.VII, 988b). Para Aristóteles la «esencia» es esa sustancia que deviene en acto. La teoría de las cuatro causas, compuesta por: la causa formal, material, eficiente y final (teleológica) no satisface a Russell, sin embargo ¿cómo explicará la identidad y permanencia de los objetos?. La visión sustacialista de la causalidad sería simplemente desechada por Bertrand Russell. Si bien a Aristóteles le interesaba la esencia y la entidad, a Russell muy por el contrario le interesaban las inferencias, no entre objetos, sino entre eventos. De ahí su crítica también a los empiristas por señalar a partir de “proposiciones de existencia” que un sujeto al cual no puedo identificar guarda una propiedad x. Entonces ¿cuál sería la esencia de los objetos?, ¿necesitamos realmente la noción de objeto o de substancia?, para Russell sólo necesitamos permanencia de la materia, pero no en un sentido absoluto. Así la esencia del objeto, se convierte en «inferencias causales», «líneas causales» que dan cuenta del cambio. Como por ejemplo, si no veo a mi hermano durante veinte años y luego me lo encuentro, de seguro estará muy distinto. Sin embargo, a pesar que su cuerpo haya cambiado y tal vez su cabello no sea negro, si no gris y su rostro esté con arrugas, la esencia es esa seguidilla de inferencias causales que dan cuenta de aquel cuerpo transformado. Así el anhelo de Russel se dejaba ver en su texto de 1948: “El concepto de los objetos físicos más o menos permanentes, en la forma que le asigna el sentido común, supone el de «sustancia» debemos hallar algún otro modo de definir la identidad de un objeto físico en diferentes tiempos. Creo que esto debe hacerse bajo el concepto de «línea causal»” (Russell, 1948: p 324)

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“The law of causality, I believe, like much that passes muster among philosophers, is a relic of a bygone age, surviving, like the monarchy, only because it is erroneously supposed to do no harm.” (Russell, 1913, p. 1) Stanford Encyclopedia of Philosophy en http://plato.stanford.edu/entries/causation-process/

Este reemplazo del concepto “sustancia” tiene mucha relación con lo que posteriormente Russel denominará postulado de cuasi-permanencia. Así es como descarta la noción de “sustancia” y está será reemplazada por la noción de “proceso” a partir de los «sucesos» que componen una línea causal.3 Russell al desarrollar una posición antiaristotélica se acerca bastante a la posición adoptada por Hume. Sin embargo, como veremos más adelante también se encargará de construir una crítica al empirismo. b. Sobre el verificacionismo y la experiencia. Con respecto al conocimiento que trasciende de la experiencia podemos afirmar que hemos de considerar dentro de las definiciones lógicas del concepto “verificación”, que éste es parte fundamental para Russell, puesto que se piensa que la verificabilidad es fundamental para la significación. Sin embargo, sabemos que la definición amplia de verificacionismo es inútil para dar por certera una proposición general ya que, encontrar un objeto que afirme su predicado no es suficiente. A partir de proposiciones, pensamos en sucesos futuros muchos de los cuales se dan de hecho y logran verificar la proposición. Sólo si nos referimos a un número finito de posibilidades o de sucesos futuros, si no, no lograríamos verificar dicha proposición. No obstante, por otro lado es posible encontrar que hay sucesos que no hay quien los presencie, pero no por ello negamos su ocurrencia o existencia, afirmar que la existencia depende de de nuestra apreciación como individuos sería simplemente solipsista. No obstante, si no se restringe el verificacionismo, simplemente se vuelve muy problemático. Si pensamos en un futuro con una cantidad de sucesos indefinidos, en cuanto a su cantidad, tendremos que la proposición general, en sí misma no puede ser verificable. Esto es porque los sucesos futuros que implica no son enumerables. Así Russell enuncia que no puede haber una proposición general de juicios puramente empíricos. (Cfr. Russell, 1948: p.453) No es necesario, de facto, que siempre se recurra a la experiencia, dado que hay inferencias que pueden ir más allá de ella. Sin embargo, al depender de la causación podemos complementarla con el principio de analogía. Así es posible notar que la posición de Russell era que para conocer, no es necesario ni una sustancia determinada ni siempre recurrir a la experiencia. Para él lo que hay son «sucesos» y líneas causales inferenciales, compuestas por éstos. Así “es posible conocer proposiciones existenciales sin conocer ningún caso particular de su verdad” (Russell 1948: p.457). Con lo anterior se vuelve inadecuada la noción de «sustancia» ya que, no es necesario que haya un objeto determinado.

Sección III: Espacio-tiempo y materia Para Russell el sentido común parte del supuesto de que existe materia 4 y la física moderna se basa en que ésta (materia), está conformada por una serie de «sucesos». Así un trozo de materia vincula simplemente sucesos. El mundo para Russell estaría construido por «sucesos» o «eventos» ubicados espaciotemporalmente y que nuestra percepción es capaz tanto de llevarnos a inferencias correctas como erróneas acerca del mundo. Por otra parte para Russell el espacio perceptivo también es una construcción del sentido común. Esta relación con el sentido común es el primer eslabón que podemos encontrar entre la teoría espacio-temporal y el realismo ingenuo. Podemos notar que en la siguiente cita se da en parte explicación a la relación existente entre sentido común y la física: “La física moderna está más lejos del sentido común XIX. Ha prescindido de la materia; y la ha sustituido ha abandonado la continuidad de los fenómenos sustituido la estructura causalidad determinista 3 4

que la física del siglo por series de sucesos: macroscópicos; y ha que afecta a cada

Para el desarrollo de la noción de proceso y la problemática que subyace a éste. Véase. Quezada 2002, p 10 Véase: Russell, 1927: p 149

acontecimiento individual por medios estadísticos. Pero aun ha conservado mucho cuya fuente es el sentido común. Aún hay continuidad y determinismo en lo concerniente a fenómenos macroscópicos, y para la mayoría de los fines todavía hay materia.” (Russell, 1948: p 331)

Russell respalda la concepción de sentido común. Para él éste en conjunto con la física, complementan el mundo de las percepciones, ya que ambos parten del supuesto que las cosas no dejan de existir porque no las percibamos. Por ejemplo, puedo inferir por una serie de antecedentes que hay un territorio en el mundo que es la antártica, a pesar que nunca la haya visto directamente. Así los objetos son un conjunto de eventos proyectados en el espacio-tiempo. Las cosas no le ocurren a los objetos, sino a los sucesos. Así se respalda que la materia no es algo compacto, sino como se mencionó anteriormente está constituida por sucesos o eventos. De este modo Russell abandona todos los supuestos ontológicos asociados al sustancialismo, ya que la identidad de los objetos es entendida como complejos de sucesos o eventos materiales desplegados en el espacio- tiempo, el cual consta de cierta estructura. Es bajo estos parámetros donde la causalidad juega un papel fundamental en líneas generales. El filósofo complementa lo anterior con la existencia de una multiplicidad cuatridimensional y a ésta Russell llamará espacio-tiempo (Cfr. Russell 1948: p 328) y en el siguiente fragmento podemos comprender cómo interactúa este espacio-tiempo con las leyes causales. “Es decir la relación de las leyes causales con el orden espacio temporal es recíproca. La formulación correcta es: es posible disponer los sucesos en un orden cuatridimensional tal que, cuando están dispuestos de este modo, se hayan vinculados por leyes causales que son aproximadamente continuas esto es, los sucesos de cuyas coordenadas difieren muy poco también ellos difieren muy poco. O más bien: dado cualquier suceso, hay una serie de sucesos muy similares en los que la coordenada temporal varía continuamente de menos a más que la del suceso dado, y en los que las coordenadas espaciales varían continuamente alrededor de las del suceso dado.” (Russell, 1948: p 335) Es posible considerar el origen de ciertos postulados que luego se expresarán como requerimientos para la comprensión y desarrollo de justificaciones coherentes a las inducciones que realizamos, mediante los parámetros entregados por esta teoría causal. Para desarrollar la concepción de espacio-tiempo Russell recurre constantemente al sentido común. Éste es un pilar fundamental tanto de las nociones espacio-temporales como causales. Sin embargo ¿qué es el sentido común? ¿Es alguna cualidad dada a priori?. No parece tan claro apelar constantemente al sentido común. No obstante, en reiteradas ocasiones Russell apela a este recurso epistemológico y al parecer éste hace que el filósofo siempre se encuentre cerca de los márgenes del realismo ingenuo. Las líneas causales dejan de manifiesto la persistencia de las cosas en el tiempo. La persistencia es la similaridad estructural que mantiene algo en el espacio-tiempo al no cambiar discontinuamente 5. La línea causal asegura que no habrá cambio repentino, con lo cual muchos tipos de estructuras quedan excluidos de esta interpretación. Dentro de las críticas a la teoría, una de ellas contempla esta característica.

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Véase Quezada 2002, p 10

Sección IV: Leyes causales, inferencias y sentido común.

En la teoría causal de Russell, lo fundamental es como inferimos cosas sobre el mundo. La noción de inferencia traspasa lo empírico, como es posible notar en el siguiente texto: “Cuando infiero algo no experimentado –lo experimento o no luego-, nunca infiero algo que yo pueda nombrar, sino sólo la verdad de una proposición existencial. Si la inducción es válida es posible conocer proposiciones existenciales sin conocer ningún caso especial de su verdad” (Russell, 1948: p 457)

Para Russell las inferencias componen unidades de sucesos y es por esto mismo que forman la materia. ¿Es posible inferir sin haber experimentado? Según el filósofo al haber similitud estructural ésta nos otorgaría la capacidad de poder inferir, a partir del principio de analogía sin que ello sea falso. No obstante, el concepto de estructura es muy ambiguo para Russell. Po lo cual éste apela nuevamente a la noción de sentido común, para poder entender cómo es la conformación de un mundo no peculiar, y de este modo no acercarse a estériles solipsismos. Para el filósofo hay dos tipos de estructuras que son diferentes, pero cuya distinción no siempre tiene importancia. Los primeros tipos son las «estructuras de sucesos» y en segundo lugar las «estructuras materiales» y da el ejemplo siguiente: un libro es una estructura material, pero si recito los versos de dicho libro el recitar tendrá una estructura de suceso (Cfr. Russell, 1948: p 468) Por lo mismo es posible notar que los aspectos estructurales de la teoría de Russell guardan una relación estrecha, con los postulados requeridos para respaldar tanto el método científico como el método causal. Ya que, en ciertas series causales, podemos encontrar constancia estructural, mientras que en otras es simplemente imposible que dé esta constancia. Por ejemplo podemos ver constancia en la ley del movimiento. No obstante en sucesos como por ejemplo: el estallido de una bomba atómica, no encontramos constancia estructural. Éste último ejemplo tiene relación en cómo la teoría desarrollada por Russell no es capaz de explicar otras teorías como la relatividad especial, por ejemplo. Por todo lo anterior, si bien la propuesta estructural de Russell da cuenta en parte del desarrollo de los procesos causales, hay ciertas particularidades que impiden que la teoría deje de ser un compilado de aproximaciones a partir de correlaciones estructurales (como por ejemplo: la correlación existente entre el espacio-tiempo físico y perceptual) Sin embargo, el filósofo salva guarda estas relaciones dado que son una primera instancia de acercarnos a la relación causal que se da en el espacio-tiempo físicos.

Sección V: Líneas causales a. Russell y las series causales 6 Russell no define con claridad absoluta qué son los eventos o sucesos. Sin embargo, si se refiere recurrentemente a lo que utilizará por el concepto de «línea causal»: “Llamo a una serie de sucesos una «línea causal» si, dados algunos de ellos, podemos inferir algo sobre los otros sin tener que saber nada acerca del entorno” (Russell, 1948: p 324)

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“Así, pues, es esencial para la percepción, como fuente de conocimiento , que existan en el mundo series causales que sean dentro de ciertos límites independientes del resto del mundo” (Russell , 1927: p 365)

Para Russell existe una «influencia causal» la cual no afecta la estructura de la «línea causal» a no ser que esta influencia causal sea directa. Esto se relaciona con una de las críticas a la teoría de Russell al dejar a un lado el entorno y no contemplarlo como un factor que pudiese afectar la persistencia (como por ejemplo en el caso de las señales lumínicas) Pero ¿Cómo ordenamos inferencialmente el mundo? Se reconstituye el objeto, pero a través de una entidad causal constituida por una serie de eventos. Así la esencia del objeto sería totalmente causal. En Russell es posible encontrar un concepto renovado de causa, el cual trata de adaptarse a la ciencia de su época, pero que no lo logra a cabalidad. Por ejemplo, en la siguiente cita, es fácil notar las intenciones que el filósofo tenía para su teoría causal: “El concepto de causa tal como aparece en las obras de la mayoría de los filósofos, aparentemente no es usado en ninguna ciencia avanzada. Pero los conceptos usados se han desarrollado a partir del concepto primitivo (que es el prevaleciente entre los filósofos), y éste, como trataré de mostrar, aun tiene importancia como fuente de generalizaciones aproximadas e inducciones precientíficas, y como concepto que es válido cuando se lo limita adecuadamente.” (Russell, 1948: p.458)

Sin embargo, los límites en la teoría de Russel no fueron del todo adecuados como veremos en la siguiente sección, son muchas las críticas que se esgrimen frente a la propuesta russelliana. Para entender su complejidad y cómo opera el concepto de «línea causal», es necesario asumir cinco principios o postulados propuestos por Russell, los cuales son los que entregarán sustento inferencial y probabilístico a la teoría. Estos postulados son los siguientes: 1. Postulado de cuasi- permanencia El postulado de cuasi permanencia es fundamental ya que es a partir de éste que las nociones de «cosa» y persona son reemplazadas. Dado que estas nociones son las nacen desde el sentido común e implican irrevocablemente el concepto de «sustancia» que como se expuso anteriormente fue desechado por el tratamiento que Russel hace de la causalidad. De este modo Russel enuncia el postulado de la manera siguiente: “Dado cualquier suceso A, ocurre muy frecuentemente que en algún tiempo cercano, se produce en un lugar cercano un suceso muy similar a A” (Russell, 1948: p 492) Si analizamos este postulado, claramente notamos la ausencia de algún referente sustancial. Sin embargo, Russel añade que debemos considerar una «cosa» como una serie de sucesos o eventos. Para Russel el concepto «cosa» es sumamente práctico dado que las series de sucesos tienen una connotación común o son altamente similares y de este modo mantienen la línea causal a partir de su semejanza y proximidad espaciotemporal (Cfr. Russell, 1948: p 492) También cabe mencionar que este postulado para Russell cuenta con un aspecto objetivo y otro subjetivo al parecer una secuencia serial estará dada de forma psicológica por la percepción, la cual según el filósofo cambia rápidamente frente a, por ejemplo, un estímulo luminoso. Por otro lado existe un aspecto objetivo que deben ser los cambios seriales que se llevan a cabo fuera de mi subjetividad y que tienen leyes diferentes a aquellos que ocurren subjetivamente.

2. El postulado de las líneas causales separables. Este postulado se refiere a aspectos del ámbito perceptual donde podemos “[...] formar una serie de sucesos tal que de uno o dos miembros de la serie, puede inferirse algo sobre todos los miembros de ella” (Russell, 1948: p 492) Para Russell este postulado se haya implicado en la noción de movimiento y es de esta manera cómo a partir de una ley causal, como la ley de movimiento es que se desarrolla una línea causal de la manera antes descrita. Del mismo modo el filósofo agrega que esta ley causal es intrínseca, dado que no es necesario nada más aparte de ella para poder inferir ciertos efectos de miembros que no han sido observados. 3. El postulado de la continuidad espacio-temporal en las líneas causales. Russell inicia la explicación de este postulado con una premisa fundamental. “Este postulado niega la «acción a distancia»” (Russell, 1948: p. 319) En vez de que exista esta, propone la existencia de eslabones, los cuales son próximos entre sí de modo que se dé una cadena causal, con lo cual se forma un proceso continuo. También agrega que este postulado se encarga de aquellas conexiones causales ya establecidas. Y de este postulado también dependerán algunos de los eventos o sucesos que no se observan pero, que podemos dar por sentado su concatenación causal. Se encarga de que nuestras percepciones parezcan interconectadas causalmente a pesar que no lo estén directamente. 4. El postulado estructural. A partir de este postulado podemos referirnos tanto a una constancia de estructura como de cualidad de la inferencia causal. Así la conexión causal está garantizada a partir, por ejemplo, de una determinada estructura como lo sería una cantidad de personas agrupadas alrededor de un centro común en el cual se cometiera un estruendo y por ende todas estas personas agrupadas lograran escuchar este sonido. Las personas que estén más distantes de este centro común oirán el estruendo en un tiempo posterior que las que están más cerca. De este modo la estructura esta dad por la conformación céntrica de los individuos agrupados y por esto Russell afirma que todos y cada uno de los individuos pertenecerá a estas líneas causales que tienen su origen en este centro.

5. El postulado de la analogía Este postulado es uno de los más habituales dentro de los parámetros de la teoría del conocimiento propuestos por Russell. Ya que es a partir de éste que podemos referirnos a cierto sucesos sin tener la necesidad de acceder a la observación directa. Sin embargo, como veremos la garantía de que una clase de sucesos sea en cierto grado explicada por otra, no tiene un grado certero sino un grado probable. El postulado puede enunciarse del modo siguiente: “Dadas dos clases de sucesos, A y B, y suponiendo que, toda vez que es posible observar A y B, hay razones para creer que A causa , entonces, si en un caso dado se observa A, pero no hay ningún modo de observar si se produce o no B, es probable que B se produzca; y lo mismo si se observa B, pero no es posible observar la presencia o ausencia de A” (Russell, 1948: p 496) Este postulado, sin duda es fundamental para el desarrollo de la teoría epistemológica de Russell dado que entrega al método científico una cierta cualidad predictiva.

Sección V: Principales críticas a la teoría de las líneas causales 7 Para completar este estudio de la teoría causal de Russell es necesario también exponer las críticas que se han formulado contra ella. Estas son las siguientes: 1. Crítica del error categorial se refiere a que Russell pone al centro de su teoría el concepto de causalidad física a partir de la noción de inferencia, lo cual no es ontológico, es lógico o epistemológico. Sin embargo para otros autores la causación es una relación ontológica no un principio epistémico. 2. La teoría de las líneas causales no toma en cuenta el contexto. Entonces si el entorno no juega un rol fundamental los sucesos o eventos se convierten en sistemas cerrados. Russell centra su teoría en la noción de persistencia y por lo mismo deja de lado la noción de interacción, lo cual provoca que no repare en que el entorno también puede afectar la persistencia. Por lo anterior no puede diferenciar causa común. 3. No diferencia entre procesos y pseudo-procesos8. Reichenbach ya había notado la existencia de secuencias causales irreales como por ejemplo: el trazo que deja en la luna un laser desde una distancia como la tierra, la teoría de las líneas causales darían cuenta de este suceso a pesar que es irreal. 3.1 La teoría no nos permite integrar la teoría de la relatividad especial, ya que en ésta no se logra determinar donde ocurre lo causal, no nos permite diferenciar entre lo que es y no es causal.

Sección VI: Conclusión. Russell desarrolla una posición antirreductivista de la causación lo que significa que esta finalmente no es posible reducirla a ningún otro tipo de relación, como sería la relación de dependencia funcional. Sin embargo guarda rasgos a veces solipsistas, a pesar de la crítica que el filósofo construye frente a este concepto. La teoría de las líneas causales al no sustentarse en la noción de sustancia aporta una posición nueva con respecto a la percepción del cambio de las cosas del mundo. Haber centrado su postura en la noción de persistencia, también es sumamente interesante, ya que a partir de ésta es que se despliega la noción de continuidad a través de las inferencias causales. Sin embargo a pesar de las ventajas ya mencionadas existe una noción de gran problematicidad como lo es el sentido común, el cual no es explicado exhaustivamente por lo que no queda claro las características que rigen a esta noción, ya que en ciertas ocasiones se acerca al determinismo y en otras simplemente es el concepto auxiliar para justificar ciertas explicaciones basales de la teoría. Hay ciertos principios como el de analogía que tienden a darse dentro de la teoría como condiciones naturalmente inferenciales, lo cual también puede pensarse dentro de una posición de determinación anterior. La teoría de las líneas causales es especialmente refinada con respecto a su foco de atención en los «eventos» o «sucesos», ya que esta se desarrolla de forma intuitiva, lo cual agrega un carácter metafísico a la misma.

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Véase, Quezada 2002: p 10

Para entender la diferencia entre proceso y pseudo proceso Véase la investigación: Quezada , Wilfredo. Pavez, Luis “Causalidad, pseudocausalidad y medición en física” y http://www.causalidadusach.cl/archivos/fisica_lpavez_causalidad_fisica_y_procesos_causales.pdf

Russell expone que: “Reflexionando sobre este proceso y refinándolo, llegamos a los cánones de la inferencia inductiva. Estos cánones son válidos si el mundo tiene ciertas características que todos creemos que tiene”9 (Russell, 1948: p 499) Sin embargo ¿podemos ser los propios jueces de nuestra obra objetivamente o nos bastaremos de las creencias para analizar el mundo? Considero que el sentido común, las creencias y constructos de esta índole, si bien cumplen con los requerimientos que les ha impuesto el ser humano, son de una problematicidad inusitada. No sólo por el solipsismo subyacente, sino también porque si de facto son estructuras compartidas que rigen nuestra construcción del conocimiento, estamos ante un determinismo estructural del cual no podemos excluirnos. Tal vez por lo mismo, la teoría de la relatividad especial se ve excluida de estos parámetros.

Bibliografía:

Aristóteles. Metafísica (Traducción de Tomás Calvo Martínez) Madrid: Editorial Paidós, 1998 Quezada, Wilfredo (2002) “Causalidad física: procesos causales y cantidades conservadas” Revista de Filosofía, Volumen 67, (2011) 251 – 268. En http://www.causalidadusach.cl/publicaciones/Quezada_2002_causalidad_fisica_procesos_causales_y_cantida des_conservadas.pdf

Quezada , Wilfredo. Pavez, Luis “Causalidad, pseudocausalidad y medición en física” Rev. filos. vol. 67 Santiago 2011. P251-268 En http://dx.doi.org/10.4067/S0718-43602011000100016

Russell, Bertrand (1948). El conocimiento Humano. (Traducción Nestor de Míguez) Barcelona: ediciones Folio, 2001. Russell, Bertrand (1913) Misticismo y lógica. Y otros ensayos (Traducción José Rovira Armengol) Buenos Aires: Editorial Paidós, 1949. Russell, Bertrand (1927) El análisis de la materia. (Traducción Eulogio Mellado) Madrid: editorial Taurus, 1969. Russell, Bertrand (1913). On the Notion of Cause. Proceedings of the Aristotelian Society 13: 1-26. En http://plato.stanford.edu/entries/causation-process/

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