Lillian Cespedes Gonzalez, \'La Catedral de Winchester\', Revista Medieval, Vol. 40, No. 4, (2011), pp.36-44.

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Descripción

Lillian

Céspedes

González,

‘La

Catedral

de

Winchester’, publicado en Revista Medieval, Vol. 40, No.4, (2011), pp. 36-44. Imponente, ubicada en la zona centro de la ciudad, se alza la Catedral de Winchester, (Hampshire, Reino Unido). Esta catedral está considerada una de las más grandes de Europa y, sin duda, es de igual o mayor importancia para Inglaterra. Los primigenios cimientos que se establecieron en lo que hoy es el área de la catedral datan del siglo VII, y pertenecen al antiguo 'Old Minster', la iglesia de origen anglosajón. Durante el periodo medieval, la ciudad de Winchester era ciudad real, y por tanto su catedral era el equivalente inglés del Vaticano en Italia. El edificio demostraba el poder de la nobleza y del clero, la grandeza de su arte: era símbolo y espejo al mismo tiempo. Desde ese momento hasta el día de hoy, la catedral cumple una función vital para la ciudad en el ámbito religioso difundiendo el cristianismo, y es una clara evidencia viva del paso de la historia. Y es precisamente en su historia en la que vamos a sumergirnos.

BREVE HISTORIA DE LA CATEDRAL DE WINCHESTER

El edificio que actualmente encontramos ante nuestros ojos tiene su origen en el año 1079. Si hacemos memoria recordaremos que en 1066 los Normandos liderados por Guillermo el Conquistador llegaron a las costas de la isla y, tras su victoria en la batalla de Hastings, se convirtieron en la nueva dinastía real. Nuevos edificios eran necesarios para servir al nuevo régimen, y dado que Winchester era la capital del reino, que mejor sitio por el que empezar. El proyecto se puso en manos del Obispo Wakelyn, y la catedral fue inaugurada en 1093; a pesar de que el edificio no estaba acabado, parecía estar lo suficientemente completo como para ser operativo. La construcción del edificio en sí, se atribuye a un maestro masón llamado Hugh. Este decidió que el esquema a seguir para la construcción de la catedral debía ser el de una basílica benedictina; no obstante, la elaboración del edificio no fue precisamente fácil. En 1107, la torre normanda alzada sobre el transepto terminó colapsándose, y tuvo que ser reconstruida. Remodelaciones y adiciones a la catedral original tuvieron lugar desde entonces: alrededor de 1202 se comenzó la construcción del trascoro, la magnífica sillería del coro fue construida en 1308; desde mediados del siglo XIV hasta

aproximadamente 1410 se hicieron trabajos de reconstrucción en las zonas norte y oeste de la nave, siendo uno de los trabajos más importantes desarrollados durante este periodo la impresionante vidriera que se yergue sobre el pórtico de la catedral. Más tarde, alrededor de 1500, la restauración de la zona este de la Capilla de la Virgen se vio finalizada. De aquí en adelante, la historia de nuestra preciada catedral comienza su descenso a los infiernos. Winchester como ciudad comenzó a perder su importancia. La ciudad sufrió un gran descenso de población que no sería recuperado hasta siglos más tarde. Gran parte de la ciudad se vio afectada por un acusado retroceso urbanístico ya que la naturaleza comenzó a abrirse paso entre lo que tiempo atrás había sido su dominio. Poco a poco, amplias áreas de la ciudad se fueron cubriendo de un manto verde, y pequeños jardines florecieron por sí solos donde antes había viviendas. La única zona que escapó a este destino fue la calle principal, conocida con el nombre de 'High Street', y las calles que la rodean. Podría considerarse una curiosa metáfora del destino de la catedral. Aparte de cambios en la administración y naturaleza de esta institución, la cual deja de ser una entidad monástica, y remarcando el casamiento de María Tudor con Felipe II, que tuvo lugar entre sus muros, poco ocurre en lo que concierne al edificio y, lo peor, es que no precisamente para bien. Desde 1642 a 1649, Inglaterra se vio sumida en una terrible guerra civil entre los partidarios de la Corona y los puritanos seguidores de Oliver Cromwell. Por desgracia, el edificio fue castigado como consecuencia del conflicto, y es a esto a lo que debemos la destrucción de la enorme vidriera oeste. Por suerte, las gentes de la ciudad consiguieron conservar la mayor parte de las piezas de este gigantesco rompecabezas y, aunque no se pudo lograr una reconstrucción exacta de la misma, al menos gran parte del cristal original fue incluido en el peculiar 'collage' que se ve hoy en día. Evidentemente, después de tales acontecimientos, y del paso de los años, la catedral estaba necesitada de un buen trabajo de mantenimiento. El esfuerzo comenzado en 1775, mayoritariamente por el Obispo Nott, concluyó cincuenta años más tarde: cincuenta años de efervescente y laboriosa remodelación. Este fue un proceso bastante costoso: cantidades ingentes de dinero se gastaron en la rehabilitación del edificio, siendo el valor de 7500 libras la cifra máxima alcanzada en gastos, entre 1820 y 1822. No obstante, un nuevo periodo oscuro se cernía sobre este lugar. En 1841, finalmente, se hicieron regulaciones y reformas en los estatutos de la iglesia anglicana. Estas reformas básicamente reducían la hacienda y la fuerza laboral que la Iglesia tenía a su disposición. No solo Winchester, sino todas las catedrales y demás instituciones eclesiásticas de la isla se vieron seriamente afectadas por ello. Ese fue el transcurso de los acontecimientos del siglo XIX, y por desgracia, el comienzo del nuevo siglo no supuso una mejora.

Durante la primera década del siglo XX, el arquitecto jefe de la catedral informó del lamentable estado del lado oeste, y más urgente, de la precaria y peligrosa situación de la cripta. Ésta, de origen normando, debido a su localización geográfica y diversas condiciones adversas del terreno tiende a inundarse. Por tanto, es comprensible que tras prácticamente un milenio de historia, sus cimientos y los del resto del edificio se encontraran terriblemente dañados, y amenazaran con colapsarse. Afortunadamente, los arreglos pertinentes se hicieron a tiempo. Por otro lado, como el resto del país, la comunidad de Winchester se vio afectada por la trágica Primera Guerra Mundial. En aquellos tiempos tan tristes, la catedral incrementó sus servicios, misas y memoriales, para dotar de fe y fuerza a sus feligreses. Y en efecto, hoy se puede encontrar el manuscrito con el registro de los caídos en guerra en el interior del edificio, que se complementa con el monumento alzado en memoria de los soldados, situado enfrente de la misma. En el periodo entre guerras la catedral se benefició de la caridad de los habitantes de su ciudad y otros donantes, lo que permitió la refundición de las doce campanas situadas en lo alto de la torre. Curiosa es la anécdota que concierne a ellas. La tradición quiere que una de estas sea grabada con el nombre del monarca en el trono cuando es refundida. La campana en cuestión es la denominada 'Tenor Bell', que, de las dieciséis que hoy pertenecen a la catedral es la que produce el sonido más grave, además de ser la más pesada (1838 kg). Prosiguiendo con nuestra historia, cuando las campanas se enviaron a ser arregladas, el rey de Inglaterra era Eduardo VIII. No obstante, este proceso lleva su tiempo y mientras tanto Eduardo abdicaba y Jorge VI asumía el trono. He aquí el problema: Eduardo ya no era monarca y era su nombre el que figuraba en la inscripción. Así pues, muy habilidosamente uno de los artesanos al servicio de la catedral, armándose con un cincel y un martillo, tachó el nombre del susodicho para reemplazarlo por el del nuevo rey. (¡Evidencias de lo aquí explicado pueden observarse en el tour de la torre de la catedral!). Pero no todo son penas en la historia de la catedral. Por suerte, la ciudad de Winchester no sufrió la desgracia de ser bombardeada durante la Batalla de Inglaterra por la 'Lüftwaffe', en la Segunda Guerra Mundial. Fuentes primarias, entre las cuales se encuentran cartas y correspondencia entre los altos mandos del régimen Nazi, nos cuentan que Hitler pretendía ser coronado en la catedral y que por tanto, Winchester debía de permanecer ilesa...Afortunadamente para la comunidad, Hitler desconocía en aquel entonces que su destino no era hacerse con el control de la isla. Finalizamos esta 'breve' historia de nuestro edificio en los años sesenta. Durante este periodo, el área de las humanidades se vio beneficiado por las nuevas y diversas tendencias en el estudio de la historia. La más importante, y que aquí nos concierne, fue la corriente de la denominada 'Nueva

Historia Social' (The New Social History), que entre otras cosas favorecía el uso de otras disciplinas como suplemento de la historia, y que tuvo gran importancia en Gran Bretaña. Esto impulsó principalmente el trabajo de campo en arqueología, y fue gracias a estos trabajos que en esta década se descubrieron los restos del antiguo 'Old Minster': la predecesora de la catedral.

EL GÓTICO EN INGLATERRA Antes de entrar en valoraciones y comentarios acerca de la catedral y su apogeo durante los siglos del gótico, resulta pertinente hacer una previa explicación del desarrollo de este estilo arquitectónico en Inglaterra. Por diversos motivos, entre los cuales se incluyen el factor geográfico y las tensiones políticas con Francia, el gótico británico es peculiar. Si nos fijamos detenidamente, nos daremos cuenta de que la gran mayoría de las iglesias y catedrales del Reino Unido carecen de ese aspecto flamígero característico del gótico tardío: no producen esa sensación de ligereza. Son macizas, prácticas, e incluso algunos dirían que frías e insípidas. Pero estos prejuicios provienen de un desconocimiento de las circunstancias del lugar, y de no saber apreciar los pequeños detalles, lo diferente ( y, por supuesto, de una mera cuestión de gusto). Supongo que a muchos, en el momento en que escuchamos las palabras 'catedral gótica' se nos forma una imagen mental determinada. Habitualmente esta imagen será la de la maravillosa catedral de Reims, o la de Chartres, ambas en Francia. Aunque supongo que en muchos casos también pensaremos en material nacional, como las de Burgos o León. Sea cual sea la respuesta, no se puede ignorar el elemento francés en la ecuación, ya que todo el proceso comenzó allí en el siglo XII, y tuvo que influenciar el desarrollo de este estilo en el resto de países. Teniendo esto en mente, volvamos a Inglaterra. El gótico inglés puede subdividirse en tres periodos. El primero sería el gótico inglés temprano, que comprendería entre 1170 y 1240, y cuyo más claro ejemplo es la Catedral de Canterbury. El gótico ornamental, que abarcaría la mayor parte del siglo XIII, comenzando con la restauración de la abadía de Westminster. Y finalmente, tendríamos lo que se denomina Gótico Perpendicular, o Vertical. Este se prolonga desde 1330 hasta 1530 y es el menos afrancesado. Ahora bien, consideremos de modo general la situación entre Inglaterra y Francia durante este periodo. Resulta lógico pensar que durante la primera fase, la influencia francesa era mayor. Al fin y al cabo, la presencia normanda seguía surtiendo cierto efecto, y al encontrarse en los inicios de algo nuevo, sería más conveniente optar por seguir un patrón definido. No obstante, de aquí en adelante las cosas cambian. Desde el siglo XIII las relaciones entre ambos países se ven terriblemente perturbadas. El imperio Angevino, por aquel entonces, incluía Inglaterra y aproximadamente la región de Aquitania,

lo que suponía un reto para la descentralizada corona francesa. Y, evidentemente, el hecho de que Eduardo III de Inglaterra llegase al trono y se proclamase como legítimo heredero del trono francés no ayudó a que la situación se relajase en absoluto, más bien al contrario. Tales eventos desembocaron en la conocida Guerra de los Cien Años entre ambas naciones. Es comprensible que tras tan largo conflicto con Francia se originase una abierta hostilidad hacia todo lo francés, que por supuesto se vio reflejada en el arte. A esto debemos sumarle la Peste Negra a mediados del siglo XIV y la Guerra de las Rosas, entre 1455 y 1485. Inglaterra era un país necesitado de su propio estilo, de su propia identidad. En un lugar en el cual su propia integridad carece de cohesión, en que la población está dividida, no hay lugar para elementos extraños; es necesario crear algo que le de empaque, uniformidad y al mismo tiempo distinción a tan desastrosa escena. Y es así como el gótico en Inglaterra se redefine a sí mismo. Pero, volvamos al tema del Gótico Perpendicular, ya que es el más visible y relevante en la catedral de Winchester. Hay ciertas características prototípicas del mismo con las que debemos familiarizarnos para entender esta tendencia. El Perpendicular es un estilo compacto, elaborado en bloques, formando paneles de piedra (panelling). Es posible que este hecho esté directamente relacionado con los efectos de la ya mencionada peste. La plaga se cobró la vida de entre un tercio y la mitad de la población del mundo conocido en aquel entonces. Esta gran tasa de mortalidad tuvo grandes repercusiones en el mundo laboral, y muchos canteros y constructores resultaron ser sus víctimas, lo cual no solo hizo que los gremios se vieran afectados en número, sino también en la calidad y técnica de sus artesanos: los edificios se seguían construyendo de igual manera y resultaba mejor tener un artesano mediocre, que ningún artesano. He aquí una explicación a las características físicas del gótico inglés. No obstante, de la mano de la epidemia llegó una de las maravillas del estilo Perpendicular: la 'chantry chapel', que es una estructura única de Inglaterra. Las iglesias y catedrales se convirtieron, aún más, en centros de refugio y amparo, ya que la mayoría de la gente buscaba la forma de escapar de la enfermedad, y encontraron en la religión su salvación. Muchos pensaban que era un castigo divino por sus pecados, por lo que rezar todo lo posible no estaba de más. Asimismo, hay que tener en cuenta que para los cristianos de la Edad Media el Purgatorio era algo a tener en cuenta, del mismo modo que lo era el cuidar de las almas de aquellos que habían perecido para ahorrarles sufrimiento en tal sitio. Y he aquí el origen de estas capillas personales. La palabra 'chantry' en inglés deriva del termino latino 'cantaria', que en aquella época se utilizaba para referirse a las misas funerarias, el réquiem. Resumiendo, las 'chantry chapels' son, básicamente, pequeñas capillas que contienen las tumbas de sus dueños, y altares para rezar por sus almas. Y es Winchester desde donde se extendieron al resto del país.

LA CATEDRAL DE WINCHESTER Y EL GÓTICO

Resulta pues lógico finalizar este artículo con un comentario acerca de la sección gótica de la catedral de Winchester, o mejor dicho la sección Perpendicular de la misma. La nave de la catedral fue remodelada alrededor de 1360, y esta restauración es la causante de la transformación de la antigua portada románica, que pasó a convertirse en un pórtico de triple acceso, más bajo, cuyos arcos son más bien de estilo Tudor, muy típicos del Perpendicular. Sobre el pórtico se encuentra la gran vidriera, que antes de ser destruida en la Guerra Civil, debió de ser un tríptico de cristal, en el que figurarían Jesucristo y los Apóstoles, acompañados por los profetas. La vidriera, pues, representaba uno de los temas clásicos de la iconografía cristiana medieval: el juicio final, la salvación, lo cual encaja perfectamente teniendo en cuenta la viva presencia de la plaga .Prosiguiendo con las reformas en la nave, es imposible pasar por alto el trabajo encomendado por el Obispo William de Wykeham, y realizado por su hábil arquitecto William Wynford; la reconstrucción de la nave se debía principalmente al mal estado de la arquitectura normanda. No obstante, en lugar de derribarla y volver a construirla, Wynford ideó una forma más rápida y barata de renovar la estructura siguiendo el nuevo estilo arquitectónico. Para ello se decidió reutilizar la propia piedra de la construcción normanda, que fue re-esculpida in situ de forma que sirviese para crear la imagen gótica de la catedral. Al mismo tiempo se aprovechó este trabajo para deshacerse del triforio y de este modo obtener un edificio de dos niveles en lugar de tres, y por tanto una nave más alta. La “refetory screen” reemplazó al ábside normando a principios del siglo XIV. Los nichos decorativos debían contener las pequeñas esculturas que representaban a algunos de los antiguos monarcas y obispos relacionados con la catedral. En cualquier caso, muchas de estas imágenes fueron destruidas durante el periodo de la Reforma. Recientemente, los nichos han sido decorados con modernos iconos creados por el artista ruso Sergei Fvodorov. De este periodo también data el presbiterio, que es el espacio situado entre el coro y el altar. La magnífica arcada fue construida bajo el mandato del Obispo Henry Woodlock, cuyo retrato puede observarse en una de las ménsulas de los mencionados arcos. A esto debemos añadir la ya mencionada sillería del coro. Este intricado e impresionante trabajo en madera fue fruto del esfuerzo del artista Willian Lyngwode. Para terminar con esta zona, tenemos la gran pantalla que se puede ver justo detrás del altar. Esta data del siglo XV, y posiblemente fue comisionada por el cardenal Beaufort.

Terminamos esta sección con una mención especial de las 'chantry chapells' de la catedral. La primera en ser construida fue la del Obispo William Edington, bajo la arcada románica. La catedral en aquel entonces se encontraba en un periodo de transición estilística, y ese es el motivo por el cual, a pesar del carácter claramente gótico de la capilla, se encuentra rodeada de un entorno normando. La más importante de todas tal vez sea la del Obispo William de Wykeham. No solo se le debe reconocimiento por su importancia como obispo y su tremendo esfuerzo en la reconstrucción de la nave: esta es la primera de las capillas que posee características realmente monumentales, y que exclama Gótico Perpendicular de manera llamativa. Además de estas dos, otras cuatro de estas capillas se encuentran en el presbiterio: la del cardenal Henry Beaufort se encuentra en un lugar privilegiado, al lado de la dedicada a la reliquia de St. Swithun. La otra digna de mencionar es la de Richard Fox, que fue el último Obispo de la Baja Edad Media en Winchester, el cual se dedicó a embellecer y remodelar la catedral. Su capilla se encuentra detrás del altar. La restante en la zona norte, corresponde a William Waynflette, que fue el fundador del Magdalene College en Oxford. Y así llega a su fin nuestro recorrido histórico por los recovecos de la catedral de Winchester. Tras haber viajado desde el siglo XI hasta la década de los 60 nos hemos sumergido de lleno en este edificio un tanto fantasmagórico. Y digo fantasmagórico porque, de algún modo todas las catedrales góticas y esta en particular desde fuera crean una visión impactante, inquietante. Sin embargo, el ambiente espectral alcanza su cúspide en el interior. Ese aire de decadencia y temor en cada esquina propio del Gótico Perpendicular recrea imágenes de agonía y angustia. Pienso en la peste, en los apestados, en los que, temerosos de la enfermedad, corrían al edificio a buscar refugio y levantaban sus pesimistas plegarias al cielo...Pienso en esos retorcidos grabados de las misericordias de la sillería del coro, que servían como apoyo a los monjes de avanzada edad, en los que son visibles los pecados humanos, lo obsceno y lo terrible. Y también pienso en esa doble imagen de Cristo; la deprimente sufriendo en la cruz y la imponente en el juicio final. Analizando esto, uno se da cuenta de que los edificios eclesiásticos de la Edad Media eran lugares en los que había cosas realmente aterradoras para los cristianos; pecado, castigo, muerte...Resulta lógico pues, que el clero quisiese embellecerlas, pero sin dejar de transmitir su mensaje. El gótico, y particularmente el estilo Perpendicular de las capillas de la Catedral de Winchester recogen estos dos factores en perfecta armonía.

Bibliografía -Crook, J., Winchester Cathedral (2001, Andover) -Crook, J., Winchester Cathedral: A Pitkin Guide (1990, Eastleight) -Bussby, F., Winchester Cathedral 1079-1979 (1979, Southampton) -Winchester Cathedral Website: http://winchester-cathedral.org.uk/

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