Libro: Glosario técnico de la Quichua. Cultura, política y educación/ Glossary of the Quichua language. Culture, politics and education

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Descripción

(libro en edición)

Glosario de la quichua. Cultura, política y educación Héctor Andreani Introducción provisoria Este glosario no es un trabajo original ni mucho menos. Sólo pretende presentar al lector un orden posible de elementos que rodean a la quichua, variedad hablada en Santiago del Estero (Argentina), un acercamiento a los diversos conceptos técnico-operativos que pueden ser de utilidad a los docentes rurales y urbanos, a estudiantes bilingües de la educación secundaria y terciaria, a los bilingües nativos con posibilidades de acción, al estudiante universitario de quichua, a los estudiantes de humanidades interesados en cultura popular y promoción social, a trabajadores sociales en contextos rurales, a funcionarios, comunicadores de medios audiovisuales, sindicatos docentes, técnicos agropecuarios, técnicos rurales de organizaciones, comunidades de base, trabajadores de la salud, grupos artísticos y literarios. En fin, un glosario de conceptos-propuestas-acciones posibles, no de conservación museificante sino de acciones sobre la lengua quichua, pero sobre todo de acciones basadas en la experiencia social y humana de la lengua, que es lo que realmente interesa. Otras preguntas insidiosas me hice en el proceso: ¿un glosario sobre quichua con conceptos “científicos”? ¿Dirigido a quiénes? ¿En qué medidas los quichuahablantes son los destinatarios ideales y directos de este libro? ¿Tiene sentido este glosario? Debo responder que, por desgracia, este glosario no estará dirigido a todos los bilingües. Muchas poesías, ensayos e investigaciones se han escrito en el siglo XX sobre las problemáticas el hombre rural, pero esos escritos nunca llegaron a sus manos (denuncia que vengo haciendo, incluso a mí mismo, desde hace tiempo). Muchos bilingües siguen siendo analfabetos, muchos no tienen acceso a bienes materiales, menos lo tendrán a bienes bibliográficos como el que presento, de tirada limitada y de circulación posiblemente nula en el ámbito rural. En ese sentido, la desigualdad entre dos lenguas se manifiesta con toda su fuerza en otros aspectos no reductibles a lo meramente “lingüístico”. De todos modos, tengo la esperanza de hacer llegar este material a los quichuistas amigos del camino que deseen hacer “cosas” con su lengua. En el fondo, el glosario es un ordenamiento de preocupaciones colectivas, y algunas individuales. Criterios de elaboración del glosario Existe una idea tradicional de “glosario” como una suerte de catálogo, una lista que clasifica y ordena, según una secuencia alfabética, hechos, percepciones, conceptos, teorías y otros elementos de diversos campos del saber humano. Todo glosario se presenta como una intención organizadora frente a la dispersión de elementos, cuya característica más sobresaliente es la heterogeneidad y el caos. De allí que los glosarios sean, de algún modo, la posibilidad de un modelo de lenguaje, muchas veces autoritario, arbitrario en su naturaleza. Todo glosario es, en el fondo, un ensayo del autor para opinar sobre los conceptos que ordena, sobre cómo los ordena, y cómo excluye deliberadamente otros. Éstos fueron, precisamente, desafíos a tener en cuenta para no cometer el error categórico de un glosario estático, pasivo, sólo útil como consulta inmediata. Buscar un punto medio entre un glosario informativo y un glosario argumentativo-programático. Si bien he intentado instaurar un orden de elementos dentro de un campo amplio de percepciones sobre la lengua quichua hablada en la provincia de Santiago del Estero, es necesario aclarar que también intenté elaborar un

trabajo interactivo, que genere nuevas preguntas y acciones a partir de los conceptos ordenados, incluso dudas que me surgen en el proceso, y que considero válidas para ser incluidas. Es decir, un lenguaje tentativo que refleje acciones posibles sobre la quichua. Que genere curiosidades, preguntas, y no sólo definiciones cerradas. En cuanto a los términos, su naturaleza, su proveniencia disciplinar y porqué están aquí, debemos justificar lo siguiente: Hay términos creados, a partir del terreno observado sobre la quichua; temas que no reconocen un marco teórico previo. Términos como sintaxis dominante, adquisición excluida, desarticulación basal, etc., construidos a posteriori, como parte de un proceso de observación. Hay muchos términos que no impactan directamente en la lengua quichua, sino que complementan en algún aspecto. Pareciera que hablar de “campesinado”, “Juan el zorro”, “etnogénesis”, “chauvinismo”, o “policía lingüística” no tiene que ver con la quichua. Precisamente el principal objetivo de este glosario es ampliar el campo perceptivo sobre la quichua, sin estancarnos solamente en temas gramaticales o folclóricos. Por otra parte, he omitido incluir términos demasiado generales como “discurso”, “sociedad” o “lengua”, a menos que alguna situación particular con la quichua nos permita referirla: por ejemplo, la categorización hacia el quichua como “lengua invasora” tiene un por qué en la historia intelectual local, que es necesario describir. Este trabajo evidencia una evaluación complicada porque hay algunos conceptos que no resultan fáciles de medir en su frecuencia de uso, menos si perdurarán en el tiempo. He seguido la línea de David Crystal en este sentido, quien propone ser cauteloso en la selección, y como regla de tres sólo incluir los términos que se ha utilizado en al menos dos fuentes, uno de los cuales no es la del creador (Crystal, 2.000). Este criterio, por supuesto, no ha sido aplicado a la totalidad de los conceptos de este trabajo, sino a aquellos que necesiten justificación bibliográfica. Otros términos muy conocidos han sido trabajados con este criterio, pero sólo para mostrar las diferencias respecto de cada autor. He intentado mantener (dentro de lo posible y de los objetivos de este glosario) la autonomía de términos similares, pero que a fuerza de contexto, cada uno precisaba de un artículo propio. Creo que no hice un “manual” porque un glosario ayuda al lector a una consulta rápida, pero también me permite remitirlo impunemente hacia otras partes, otras definiciones, actividades y discusiones del glosario. Utilizo subrayados en conceptos que remiten a su artículo específico en otro sector del glosario, y las cursivas sólo como énfasis de algún concepto. Me interesa que se origine una lectura que comience por una consulta, y derive hacia una red de consultas en el mismo glosario. Reconozco que hay conceptos que no han sido asegurados en su área “tradicional”. Por ejemplo, algo tan complejo como “lengua” ya no puede ser establecido solamente en la lingüística. Cada artículo introduce al área temática, su definición específica, y al final, con preguntas, o propuestas de actividades posibles de ser concretados en alguna clase, taller, charlas, encuentros (o “juntadas”) para hablar sobre el tema. No lo propuse tajantemente, pero es muy probable que muchas de esas actividades planteadas puedan ser de utilidad (o no) en el aula o en cursos secundarios o superiores. Una aclaración un poco obvia: todo lo que no aparezca como cita, es escritura del autor. Esto se encuentra en proceso constante, y este libro va a amarillear más rápido que las hojas del periódico. La búsqueda y las discusiones colectivas donde afloran inquietudes y propuestas, sigue su curso. No ha sido un objetivo responder(me) a todas las preguntas planteadas, sino que considero interesante estimular dudas y curiosidades, y no arrogarme la veracidad de todo. Héctor Andreani

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