Libre pensamiento en Ecuador

September 11, 2017 | Autor: R. Salazar Medina | Categoría: Political Science
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Descripción

LIBREPENSAMIENTO EN ECUADOR: los Hechos y los Retos Richard Salazar Medina Presidente del Centro Cultural Eugenio Espejo, Quito [email protected] Si bien aparentemente pueda tratarse de una categoría que se expresa por sí sola, particularmente en los medios intelectuales, para realizar una propuesta de análisis sobre la situación de librepensamiento en Ecuador o cualquier otro contexto, es fundamental comenzar definiendo dicha expresión. Para el presente ensayo, entendemos al librepensamiento desde una perspectiva amplia, que contempla no sólo la libertad de conciencia (la cual incluye, entre otras, la libertad de culto y el derecho a la expresión y comunicación sin coacción alguna), sino como una “actitud filosófica consistente en rechazar todo dogmatismo, bien sea de tipo religioso o de cualquier otra clase, y confiar en la razón para distinguir lo verdadero de lo falso”;1 una concepción “que propugna la formación de opiniones al margen de cualquier pretensión de control ideológico, que al tratarse de una filosofía práctica, supone también una concepción humanista laica y una praxis ética, individual y social”.2 Más aún, a partir de la praxis entendemos al libre pensamiento como una actitud dinámica y constructiva hacia la vida, desde las distintas perspectivas de la humanidad, en su plena diversidad. Más adelante podremos explicar más ampliamente esto último; baste decir por el momento, que deliberadamente hemos excluido la cuestión científica de la definición que utilizamos en este documento, presente en toda referencia sobre el librepensamiento, incluidos los autores de las citas que hemos usado en este párrafo. Entonces, a partir de lo dicho, ¿cuál sería el estado de la cuestión en Ecuador? Lo más simple y quizá lo más políticamente correcto sería hacer una apología de varios autores y librepensadores ecuatorianos, como Eugenio Espejo, Manuela Sáenz, Juan Montalvo, Eloy Alfaro, Dolores Cacuango, entre tantos otros. Pero desde nuestra perspectiva el análisis no puede ser tan reduccionista, sea desde la definición misma que hemos hecho, como de otros factores que consideramos esenciales para el librepensamiento. Para lograr criterios, individuales y colectivos, libres de posturas dogmáticas y al margen de controles ideológicos, que se realicen no sólo en la expresión de opiniones sino en actitudes dinámicas y constructivas hacia la vida, son necesarios varios factores fundamentales a la hora de probar una evaluación de la cuestión. Desde nuestra perspectiva, al menos de: alcance de la democracia, no sólo representativa sino, principalmente participativa e 1 2

http://es.wikipedia.org/wiki/Librepensamiento Fuchslocher, Guillermo, En proceso de publicación.

inclusiva; de los derechos, civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, tanto individuales como colectivos; y de los niveles de bienestar (o lo que Naciones Unidas ha denominado de Índice de Desarrollo Humano), que incluye los niveles de vida digna (en cota de edad y calidad de vida respecto particularmente de la sanidad y pobreza) y de educación. Esto quizá para algunos resulte extraño o excesivo, pero desde nuestra perspectiva resulta esencial. Y es que caben varias preguntas aquí; o sea, ¿es posible el librepensamiento en condiciones de pobreza y necesidades? O, ¿es posible el librepensamiento en circunstancias de democracia restringida o ausente? La respuesta digna sería sí, ya que no se puede decir que los pobres no tengan la capacidad de realizar el librepensamiento, o incluso se podría alegar la libre expresión de ideas desde la libertad de conciencia y de rechazo a los dogmas por más que existan gobiernos dictatoriales y autoritarios. Pero la realidad es bien distinta. Pese a que la situación ideal (e idealista, desde la perspectiva filosófica y política) mantenga este ejercicio del librepensamiento sin restricción, lo cierto es que en circunstancias de pobreza y/o de carencia de educación de calidad, de vida digna, de intolerancia a las diversidades culturales, sexuales, etáreas (de edad), en regímenes que impidan la libertad de expresión, de culto, etc., es bastante iluso pensar, desde nuestra perspectiva, que en cualquier país o contexto pueda cumplirse plenamente un librepensamiento. En pocas palabras, en nuestra opinión, la libertad de pensamiento se logra cuando las necesidades vitales, de dignidad y de potenciación y reproducción cultural y social están garantizadas. Si no, hablando simplemente de la libertad de expresión, ¿quién se atreve a expresarse si va a ser perseguido? Perseguido no únicamente desde una perspectiva política, sino excluido del sistema, que puede implicar no tener trabajo o garantizada una vida digna para sí y los suyos, en cualquier contexto cultural. Pero bien, ¿qué decir de Ecuador? Evidentemente el Ecuador es un país considerado pobre, pese a sus innumerables recursos naturales y capital social. Por otra parte, el avance de la democracia, de los derechos y del Estado del bienestar ha sido bastante lento en estos casi dos siglos de República. Más aún, el clásico Estado-nación, con su perspectiva monocultural, anuló históricamente a las diversidades sociales y, principalmente, culturales del país. Más aún, hasta principios del siglo XX, el Ecuador no fue un Estado laico, sino más bien confesionalcatólico,3 y fue precisamente Eloy Alfaro quien en su revolución separó el

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La primera Constitución del Ecuador (1830), además de decir que “la religión católica, apostólica y romana es la religión de Estado y que es deber del Gobierno protegerla con exclusión de otras religiones”, en el capítulo de derechos civiles, nombra a “los venerables sacerdotes de las parroquias como tutores y padres naturales de los indígenas, potenciando su ministerio de caridad a favor de esta clase inocente, abyecta y miserable” (Artículo 68, los subrayados son míos). Esto da la medida de la concepción del Estado frente a este importante porcentaje de personas que además no eran ciudadanos, ya que para serlo, se debía (Art. 12):

Estado de la Iglesia. Y, si hablamos de los derechos políticos, recién en 1929 se confiere en la Constitución de ese año, el derecho al sufragio de la mujer, el cual llegó a ser universal solo en 1979, en que se permitió el voto a los analfabetos. ¿Qué expresión básica del la libertad de expresión, pensamiento y opinión podía haber existido antes, si los analfabetos y, previamente, las mujeres, no podían siquiera expresar su voluntad política frente a un grupo de candidatos a gobernantes? Por otra parte, pese a la gran diversidad cultural y de idiomas indígenas milenarios en el país, solo en la Constitución de 1998 se reconoce al Ecuador como un país multicultural y plurilingüe, reconociendo a una de las 14 lenguas indígenas que se hablan en su territorio, el Kichwa, como oficial. ¿Podía hablarse de librepensamiento antes, si se había silenciado oficialmente la voz de todos estos pueblos? Y es que al no reconocer la realidad humana, social y cultural, así como la posibilidad de educarse, escribir y expresarse en su propia lengua a los pueblos y personas, se enmudecen cosmovisiones, es decir, diversas visiones del mundo y, por tanto, perspectivas y verdades de la vida de estas personas. Así, no solo se silencian las voces de los indígenas, sino de todas las diversidades culturales; es decir, se silencia la voz del pueblo. La Constitución hoy vigente (2008) ciertamente es muy auspiciosa en cuanto a derechos y a las protecciones de todas las diversidades; asimismo define ampliamente la democracia en tres tipos: representativa, directa y comunitaria; y en su primer artículo mismo se resuelve como un “Estado constitucional de derechos y justicia, social, democrático, soberano, independiente, unitario, intercultural, plurinacional y laico. Se organiza en forma de república y se gobierna de manera descentralizada”. Esto aparentemente ya diría todo… Y, más aún, se incluyeron dos funciones más del Estado, adicionales a las tres clásicas (desde Montesquieu: de Ejecutivo, Legislativo y Judicial): la Función Electoral, encargada de precautelar la democracia en todos sus sentidos; y la Función de la Participación Ciudadana, encargada de garantizar la inclusión de la voz de todos/as, de realizar veedurías a todo proceso público y de nominar todas las autoridades contraloras públicas; es decir, promoviendo un sistema plenamente incluyente y de voz libre y soberana del pueblo y sus representantes (que se supone serían los funcionarios de la nueva Función del Estado). Esto último, no obstante, aún no se ha implementado. Se espera que en el futuro, ya re-institucionalizado el Estado, no solo esta función sino todas funcionen plenamente, con autonomía cada una, que es lo recomendable para toda democracia sana.

1. Ser casado, o mayor de veintidós años; 2. Tener una propiedad raíz, valor libre de 300 pesos, o ejercer alguna profesión, o industria útil, sin sujeción a otro, como sirviente doméstico, o jornalero; 3. Saber leer y escribir. Los indígenas, dadas las circunstancias, no poseían ni el segundo ni el tercer requisitos….

Y hablando de librepensamiento es ineludible hablar también de la libertad de expresión. Pero no quiero referirme a las acusaciones altisonantes, fundamentadas o no, que se hace al actual Gobierno de perseguir a la prensa. En el fondo, desde nuestra perspectiva, ésa es una lucha política y la prensa4 históricamente ha jugado un papel sumamente influyente en la política y las decisiones de Estado en Latinoamérica y en todo el mundo, bajo el escudo de ser “la guardiana de la democracia o de la verdad”. Y las verdades, sabemos, son siempre relativas, más aún desde el librepensamiento que promulgamos. No es casual que desde “El Ciudadano Kane” de Orson Welles (1941) se hable de la prensa como el cuarto poder del Estado. Está documentado, por ejemplo, el caso de “Watergate” en Washington, donde la prensa desenmascaró importantes irregularidades que le costaron el cargo al Presidente Nixon. Así como también están documentados los “deslices” y las pseudo-verdades muchas veces descarados de la prensa en pos de apoyar varios regímenes dictatoriales, como el de Chile o Nicaragua, por citar solo dos. En fin, el tema corporativo y macro se resolverá en Ecuador políticamente, desde nuestra perspectiva, y será la historia que nos cuente en el futuro su desenlace, que se espera sea para bien de la ciudadanía, del pueblo. Un futuro en el que se anhela los medios den voz a los sin voz y no solo a los “personajes”... A lo que sí quiero referirme es a un reciente caso de una denuncia que realizó un alto funcionario del Gobierno, que acusó a una ciudadana del pueblo - que en los primeros años de este Gobierno fue también funcionaria del mismoporque en una entrevista ella lo llamó “nuevo rico”. Si bien esto puede ser susceptible a interpretaciones y connotaciones, lo cierto es que ya textualmente analizado, cualquier alto funcionario, en cinco años de sueldo propio de su rango, en un país como el Ecuador, evidentemente puede resultar rico, con alta solvencia económica. Más aún, en ningún momento esta persona le dijo ladrón, ni otro calificativo similar. Sin embargo, este funcionario la enjuició y pidió una alta suma de indemnización; y el juez, con gran premura le dio la razón y sentenció en primera instancia a esta ciudadana con pena de cárcel por un año y la indemnización solicitada. El desenlace fue que el funcionario demandante perdonó públicamente a la demandada, “demostrando su piedad” pese al fallo judicial. Episodios como éste dejan mucho, todo qué desear, ya que no puede hablarse de libertad de expresión ni de pensamiento, cuando si se dice una opinión, que a la larga es no ingenua pero si inocua -más aún para funcionarios de gobierno que siendo personajes públicos están sujetos, seguramente más que cualquier otra persona, al escrutinio y crítica pública- puede caer un juicio, cárcel y una millonaria multa o indemnización. Y tampoco puede hablarse de libertad de expresión si no se tiene acceso a medios públicos (al menos con el acceso a internet y otras herramientas tecnológicas se va aminorando la enorme 4

Quiero aclarar que con esto no me refiero a toda la prensa ni menos aún a todos los periodistas; me refiero a sectores concretos de la prensa que han estado vinculados al poder.

brecha), o si éstos (los medios de comunicación, sean públicos o privados) distorsionan lo dicho. En todo caso, haciendo un balance puede decirse que en Ecuador, en su evolución histórica, particularmente desde 1906 al presente, se ha avanzado de manera importante en este camino del librepensamiento, y que la actual Constitución es auspiciosa y llena de buenas y grandes expectativas a todos, pero que también mucho, muchísimo está aún por hacerse… Y es ésa la tarea que todos/as, desde una perspectiva de libertad, equidad, solidaridad y complementariedad, debemos emprender. Finalmente quiero decir que, en esta tarea, en un contexto de diversidad cultural como es el caso del Ecuador, donde no sólo se cuenta con la matriz racionalista de Occidente sino con varias cosmovisiones, es necesario ampliar la perspectiva del librepensamiento a las convicciones de estas otras matrices culturales que responden a una concreta percepción del mundo y sus derivaciones. Necesitamos ponernos al día, con una perspectiva actual y futura del librepensamiento y éste es un proceso que no ha de quedarse en las élites sino recoger la sabiduría y la voz de una ciudadanía librepensante, crítica y plural, con vocación de participación. De no ser así, habría un dogmatismo científico y Occidental, incluso etnocentrista, sin dar paso a otras formas de conocimiento y percepción para formar el pensamiento, el librepensamiento. ¿Estamos en posibilidad de ese derroche de los conocimientos y perspectivas diversas?

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