Libertad y Neutralidad de la Red en Chile
Descripción
Libertad y Neutralidad de la Red en Chile Marcelo Luis B. Santos (@celoo) MSc. Comunicación y Semiótica. Escritor, profesor y consultor en Comunicación y Democracia
Eugenio Tironi dijo en los primeros años de la ¨transición¨ democrática que la mejor política de medios para Chile era la no política (1). La analogía es clara: el neoliberalismo dictaba el tono de la relación entre gobierno y medios de comunicación. Luego de casi 22 años el efecto es visible: las barreras financieras (costos de producción de contenidos e infraestructura de transmisión) y políticas (concesión del espectro electromagnético, falta de apoyo o iniciativa pública hacia medios alternativos) conllevaron al notable predominio de los medios comerciales privados, muchas veces con carácter oligopólico en detrimento de los medios públicos, estatales, sin fines de lucro y comunitarios (2). Esto impacta directamente a la posibilidad de un escenario mediático democrático, ya que la autonomía de los medios comerciales es afectada de sobremanera por su vinculación con los auspiciadores o avisadores que muchas veces son tema de noticia – como el movimiento por el fin del lucro en la educación, la colusión de las farmacias e industrias de pollos, el escándalo de la Polar etc. – de igual forma que un medio estatal se ve en conflicto cuando se refiere a sí mismo (3). Sin embargo, la misma inspiración liberal que llevó a la catastrófica desregulación del sistema informativo de los medios masivos en Chile se tradujo, para los nuevos medios vehiculados por Internet, en un marco legal nacional de vanguardia en el escenario mundial: la Ley de Neutralidad en la Red. La idea de ¨libre competencia¨ aplicada a los contenidos y servicios de Internet, un ámbito en que muchos de ellos son de acceso libre y gratuito, permite un desarrollo democrático del medio, al contrario de lo que pasa con los medios masivos tradicionales. Es decir, en el ambiente digital, en que el costo de acceder a dispositivos de producción, edición y recepción de contenido es muy bajo y el de publicación y difusión es casi cero, al garantizar la ausencia de privilegios, se promueve la democracia comunicativa, dando condiciones más parejas al bloguero y a Emol. Los proveedores de acceso (ISP), según la ley: ¨No podrán arbitrariamente bloquear, interferir, discriminar, entorpecer ni restringir el derecho de cualquier usuario de Internet para utilizar, enviar, recibir u ofrecer cualquier contenido, aplicación o servicio legal a través de Internet (...)¨ (4) En Chile, por lo tanto, está prohibido que un proveedor seleccione el contenido a ser ofrecido a través de sus canales de comunicación, sea por inspiración comercial – por ejemplo si se hace un acuerdo de bastidores entre proveedores y productores de contenido o servicios para favorecer técnicamente al segundo – o ideológica – como lo hizo Yahoo con los correos que mencionaban el sitio del movimiento Occupy Wall Street acusando una ¨actividad sospechosa¨(5). Pero, querido amigo chileno, antes de saltar eufóricamente, orgulloso de la modernidad de su patria, debe usted acordarse que en este país ley no es sinónimo de solución – aunque debiera ser. La institucionalidad chilena ha tenido un
problema histórico con la privacidad de la ciudadanía, sobre todo las fuerzas de orden y seguridad, y la ley no menciona el tema – no regula, por ejemplo, la lectura de texto, ni las intervenciones telefónicas vía comunicación VoIP. Además hay que estar atento con las pocas empresas que controlan el mercado, escenario que ya sabemos más de una vez terminó en acuerdos ilícitos, corrupción o colusión. La fuerza de la red reside también en la posibilidad del ciudadano de ejercer activamente un control sobre la sociedad, complementando la supervisión oficial, al menos mientras la institucionalidad pública siga debilitada por la lógica del achicamiento del Estado, también de inspiración neoliberal, que muchas veces deriva en organismos e instituciones negligentes o incapaces de cumplir su complejo rol de fiscalización. La ciudadanía está invitada a informarse y a hacerse activa en este proceso a través del recién lanzado sitio www.neutralidad.cl que explica de forma sencilla cómo ejercer su derecho. NOTAS (1) Tironi fue Director de Comunicaciones en el gobierno de Aylwin (1990-‐ 1994). Algunas de sus ideas sobre el tema pueden ser consultadas en: Eugenio Tironi y Guillermo Sunkel, ¨Modernización de las comunicaciones y democratización de la política: Los medios en la transición a la democracia en Chile¨, Estudios Públicos: nº 52, 1993. Consultado en www.cepchile.cl en diciembre de 2011. (2) El más notable por cierto es el duopolio de prensa escrita (Mercurio-‐ Copesa) que concentra un 80% del público y de la torta publicitaria. María Olivia Mönckeberg, ¨Los Magnates de la Prensa: Concentración de los Medios de Comunicación en Chile¨, Santiago de Chile: Debate, 2009. (3) Para Dominique Wolton, ¨los medios son el pulso de la democracia¨ cuando y sólo cuando convivan la pluralidad de medios y autonomía de los mismos. En un escenario de medios comerciales monopólicos no existe ninguna de estas dos características. En Chile hasta la TV pública (TVN) tiene rasgos marcadamente mercantiles, siguiendo la lógica del autofinanciamiento. (4) La ley nº 20.453 (Ley de Neutralidad) es complementaria a la Ley General de Telecomunicaciones y puede ser consultada en http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1016570&buscar=20453 (5) Ver http://gizmodo.com/5842194/yahoo-‐accidentally-‐blocked-‐emails-‐ about-‐the-‐occupy-‐wall-‐street-‐protests Publicado originalmente en Le Monde Diplomatique, año XI, número 126, Enero-‐ Febrero-‐2012, p. 35
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