Lezama Lima y Góngora: analogías y el uso de la metáfora en la poesía

June 15, 2017 | Autor: Ingrid Simson | Categoría: Intertextuality, Metaphor, Luis de Góngora, Jose Lezama Lima
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Descripción

Ediciones de Iberoamericana Serie A: Historia y crftica de ta literatura Serie B: Lingüfstica Serie C: Historia y Sociedad Serie D: Bibliograffas

Hanno EhrlicherIStefan Schreckenberg (eds.)

EI Siglo de Oro en Ia Espaiia contemporanea

Editado por

Mechthild Albert, Walther L. Bernecker,

Enrique Garda Santo-Tomas, Frauke Gewecke,

Anfbal Gonzatez, Jürgen M. Meise!,

Klaus Meyer-Minnemann, Katharina Nierneyer

A: Historia y crftica de la literatura, 55

Iberoamericana . Vervuert . 2011

GOBIERNO OE ESPABlf'.

MINISTERIO PECUJSt;IR,'

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~.".~';.;,.

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Publicaci6n financiada con e! apoyo del Programa de Cooperaci6n Culrural "ProSpanien"

Contenido Derechos reservados

,. © Iberoamericana, 2011 Amor de Oios, 1 - E-28014 Madrid Tel.: +34 9\ 42935 22 Fax: +34 91 4295397 [email protected]

Hanno EhrlieherlStefon Sehreekenberg Introducci6n ................................................................................................... .

1.

7

REMEMORIZACIONES CONFLICTIVAS Y PROCESOS DE CANONlZACIÖN

www.ibero-americana.net

Aurora Egido © Vervuen, 2011

EI Barroco en e!laboratorio de las revisras (1914.1930)

23

Elisabe[hens[r. 3-9 - 0-60594 Frankfurt am Main Tel.: +49 69 '597 46 17 Fax: +49 69 597 87 43 [email protected] www.ibero-americana.nel ISBN 978-84-8489-603-6 Oberoamericana) ISBN 978-3-86'527-651-3 (Vervuen)

Fernando Domenech Rieo Oe la escena al manual. EI canon moderno de Lope de Vega

53

Javier PortUs EI Siglo de Oro en e! Prado de! siglo XX

83

SteJfen Jost 1492 corno lugar de memoria espafiol. Anilisis de! desarrollo de la memoria cultural en Espafia desde e! Sn de! siglo XIX

103

Oeposito Legal: SE-) 110-20 11

Manfred Tietz Diseiio de la cubierta: Michael Ackermann Foto de la cubiena: Oetalles de Velazquez, "Las Meninas" y de una obra de Jesus Soler (Exposici6n "Madrid recicla" abril-junio de 2009 en e! Parque de! Reriro, Madrid),

EI Siglo de Oro y e! discurso legitimador de la Iglesia carolica en la Espaiia contem poranea

fotografla de Sref"an Schrecken berg lmpreso en Espafia Prinred by Publidisa The paper on which [his book is printed meers rhe requiremenrs ofISO 9706

Ir.

123

REvrSIONES AMERlCANAS DEL SIGLO DE ORO

lngrid Simson Lezama Lima y Gongora: analogias y e! uso de la merifora en la poesia

147

Burkhard Fohl Cervantes contra Cervaotes: releeturas conmemorativas

Introducci6n

169

HANNO EHRLICHER!STEFAN SCHRECKENBERG

III.

REPRESENTACIONES NARRATIVAS Y TEATRALES:

LA HISTORIA OEL 5IGLO OE ORO EN LA LlTERATURA

Isabelle Touton EI Siglo de Oro bajo e! prisma de la nove!a historiea contemporanea: aprension e interpretacion de una imagen ...................... ..................................................

195

SOBRE LA UTILIOAO Y LOS PERJUICIOS OE LOS SIGLOS DE ORO PARA LA ESPANA CONTEMPOMNEA

5te{an Schreckenberg EI sitio de Breda de Calder6n y Las lanzas de Velazquez en EI sol de Breda de Anuro perez-Reverre. Transformaeiones de un lugar de memoria ....................

213

Harma Ehrlicher Refuncionalizaciones de un entremes cervantino: nuevos retablos de las mara­ villas en e! teatro espafiol de! siglo XX ..•• •..•...... .•••• ..•. •.. ..••....... ...•••.•.. ................

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Carey Kasten Tradicion propagandistica: e! auto sacramental franquista ....................... .........

IV.

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REFIGURACIONES MEDIALES OE MITOS AUREOS

Hartmut Nonnenmacher Avatares cinematograficos de Don Juan eo tiempos de b demoeracia. Las peli­ culas Don Juan, mi querido fantasma de Antonio Mercero y Don Juan en los infiernos de Gonzalo Suarez........................................................ .......................

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Sabine Schmitz Oe la (im)potencia de un miro: la cultura espafiola contemporanea a la bus­ queda de Don ]uan ..................... .......... ... .........................................................

297

Faul Julian Smith Dos vidas audiovisuales: Teresa de Jesus de Josefina Molina (1984) y Teresa: el euerpo de Cristo de Ray Loriga (2007) .......... ..... ......................................... .......

315

SOBRE LOS AUTORES .................... .... ..... ..... .........•.•................. ..................... ......

325

Enunciar el imperativo pedagogico de que "hay que leer a los dasicos" segura­ mente no va a encontrar mucha resistencia entre los historiadores de la literatu­ ra, ya que 10 'dasico' parece ser un valor en si -asegurado por la tradicion que conlleva-, un "autentico tesoro heredado", en palabras de una filologa espafiola especialmente activa en promulgar ese legado culrural. I Un tesoro lIeno de oro, podriamos afiadir, ya que la epoca clisica sue!e denominarse en Espafia, preci­ sam ente, e! 'Siglo de Oro'. La longevidad de! termino parece corroborar la apa­ rente naturalidad de! valor de 10 dasico. Esta concepcion, proveniente de la mitologia clisica, se entroniza en el proyecto humanistico de un nuevo renaci­ miento de la Antigüedad y se sigue manteniendo en la filologia actual a pesar de su evidente faha de neutralidad 0, justamente, por e!la. La conversion de un valor cultural en valor natural es, en definitiva, e! sentido ideologico de la meti­ fora. Corno metal precioso, e! oro tiene un aura de eternidad que 10 distancia aparenternente de! mercado culrural con sus constantes coyunturas y crisis de valores. Pero, corno todos sabernos, precisarnente en la realidad de!lIarnado Siglo de Oro es tan solo dentro de! mercado donde este metal alcanza su valor social factico, corno moneda convertida en ese "pequefio orbe" de! ser hurnano de! que habla Francisco de Quevedo en un conocido soneto satirico. 2 No es necesario ser marerialista para cuestionar la idealizacion implfcita de! concepto de! Siglo de Oro, basta con observar la procedencia y e! desarrollo de! concepto con ojos de historiador genealogico para darnos cuenta de que, debajo de! aura

I Me refiero a las declaraciones que hizo Rosa Navarro Duran en una entrevista concedida a Be/en Galindo (Galindo/Navarro 2006: s. p.). La preocupaci6n de la autora por la promulgaci6n de! tesoro disico se aprecia especialmente en su !ibro, tambien del mismo afio, Por que hay que leer a los cldsicos (Navarro Duran 2006) 2 Cf. Quevedo 1969.

Lezama Lima y Gongora: analogias yel uso de la metafora en la poesia INGRlD SIMSON

Crea eI ser su caracoJ

Jose Lezama Lima, Danza de La Jerigonza La mttaphore seule peut donner une sorte d' eternite au styJe Marce! Proust

1. GÖNGORA EN AMERlCA

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"Es suntuoso, exquisito, pero no es oscuro en si mismo. Los oscuros somos nos­ otros, que no tenemos capacidad para penetrar su inte!igencia" (Garda Lorca 1980: 1051). eon estas palabras, expresadas en su celebre conferencia "La ima­ gen poetica de Don Luis de Gongora", de 1927, Federico Garcia Lorca toma c1ara posicion en una disputa sobre el valor poetico de la obra de! autor cordo­ bes de! siglo XVII, una disputa que ocupo por siglos tanto a los literatos corno a los criticos. La Generacion de! 27, este grupo de autores espafioles entre los que cabe destacar, junto a Garcia Lorca, aDamaso Alonso, Vicente Aleixandre y Rafae! Alberti, se formo en 1927 para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Gongora. EJ grupo logro una revalorizacion de Ja obra gongorina, a Ja cuaJ saJvo de! olvido y de! menosprecio. Desde siglos los criticos habian lamentado la oscuridad, la artificialidad, la complejidad y e! hermetismo de!lenguaje poe­ rico de! cordobes. A estas recriminaciones se opuso la Generacion de! 27, Y especialmente Damaso Alonso, con una demostracion apoJogetica de que e! lenguaje gongorino -aunque dificil y complejcr- carece de oscuridad y sobresa­ le por su claridad y su intelectualismo: "No oscuridad; si dificultad. Pero, tras estas dificultades, la mas rutilante iluminacion, el mas intenso, e! mas nutrido acopio de temas de belleza" (Alonso 1955a: 89).

148

Ingrid Simson

Lezama Lima y G6ngora: analogias y e! uso de la metafora

Ambos autores, tanto Garda Lorca corno Dimaso Alonso, destacaron en su e!ogio de Gongora su uso de la metifora. Damaso Alonso le dedica a la metifo­ ra de Gongora algunos capftulos de un vasto estudio,l mientras que Garcfa Lorca analiza las metiforas gongorinas en la ya mencionada conferencia de 1927: "[ ... ] quiso que la belleza de su obra radicara en la metafora limpia de realidades que mueren, metafora construida con espiritu escultorico y situada en un ambiente extraatmosferico" (Garda Lorca 1980: 1037). Fue otra la recepcion de la obra de Gongora en America Latina. En general, la recepcion de fenomenos del Siglo de Oro en procesos culturales de America Latina es enorme y se diferencia en su mayorfa de la recepcion espafiola. Diver­ sos e!ementos de la produccion literaria y cultural de los siglos XVI y XVII con­ dujeron a nuevas formas dentro de! ambito culturallatinoamericano. Un buen ejemplo para tal referencialidad es el caso del Don Quijote que en America Lati­ na toma su propio rumbo. 2 En el caso de Gongora, es obvio que ya durante e! Siglo de Oro encontro mas aceptacion en las colonias hispanoamericanas que en Espafia. Aunque e! cordobes tambien tenfa sus seguidores e imitadores en Espafia, un gran numero de lectores y autores rechazo su obra criticando e!lenguaje cargado de figuras retoricas. Mientras que en las colonias hispanoamericanas no solamente se encuentran imitadores de! estilo gongorino, corno el mexicano Carlos de Sigüenza y Gongora p. ej., sino que tambien en la figura de la monja mexicana Sor Juana lnes de la Cruz tenemos una autora que en la base de la poetica gon­ gorina desarrolla su propio estilo poetico creativo y sorprendente. 3 Todavia en 1662, el peruano Juan de Espinosa Medrano publica un tardio Apologetico en favor de don Luis de Gongora, en el cual defiende y e!ogia el estilo gongorino. Tambien aquf Gongora y su poesia son la base para un discurso propio y original, una llamada para la independencia cultural de las colonias: "La defensa de Gongora en contra de sus criticos se convierte en autodefensa que sirve corno autodeterminacion de una identidad, la identidad delletrado criollo".4

En el siglo XX G6ngora se convierte en figura central de las discusiones sobre el nuevo estilo latinoamericano neobarroco. Estas discusiones nos llevan a un autor latinoamericano quien, de una manera particular, toma la obra de Gongora y la convierte en base de su propia obra de vasta extension: se trata deI cubano Jose Lezama Lima. Para el y su obra, la literatura creada por Gongora es esencial, corno expone Gustavo Guerrero:

149

Desde su primer libro de poesfa, Muerte de Narciso, hasta la novela Paradiso y su continuacion inconclusa, Oppiano Licario, e! escritor no cesa de dialogar con el Gongora de! Polifemo y las Soledades tanto en e! plano estilistico [00.] corno en el terreno critico (Guerrero 2001: 145). Sin embargo, las interpretaciones que Lezama Lima ofrece de la obra de G6ngora se diferencian radicalmente de las lecturas de la Generacion de! 27. Mientras que Lorca y sus contemporaneos espafioles tratan de ver claridad e intelectualismo en la rerorica compleja y sofisticada del cordobes, Lezama Lima se interesa exactamente por este aspecto de la supuesta oscuridad de G6ngora y realza el hermetismo dei autor de! siglo XVII. A continuacion presentare primero un breve resumen sobre las tesis e ideas mis importantes acerca de la obra gongorina discutidas por Lezama Lima en sus ensayos, para luego indicar analogias en las obras poeticas de ambos auto­ res. Dado que estas son numerosas, me parece necesario concentrarme en un solo aspecto. Por esta razon he elegido el recurso ret6rico de la metifora, tan relevante y central en las obras de ambos autores. Con algunos ejemplos conci­ sos presentare los procedimientos de creaci6n metaf6rica de los autores, para asi tratar similitudes y diferencias y, ademas, la referencialidad intertextual entre ambos aurores. En el caso de Lezama Lima me limito a su creacion poetica, ya que un analisis de sus novelas rebasaria los limites de este estudio.

2. LEZAMA LJMA SOBRE GÖNGORA Vease por ejemplo las obseevaciones de Alonso sobre las metaforas en las Soledadcs en Alon­ so (l955a: 73-77). 2 Yease p. ej. Simson 2006 y Schmidt-Welle/Simson 2010. 3 Respecto al gongorismo de Soe Juana Ines de la Cruz veanse Neumeister (1998: 19-23) y Catahi 1987. 4 "Die Verteidigung Gongoras gegen seine Kritiker wird zur Selbstverteidigung, die der Selbstbestimmung einer Identität dient, der Identität des amerikanischen Gebildeten (/etrado crio­ //0)" (Neumeister 1998: 19). Traduccion de la autora. J

i

I

Jose Lezama Lima expresa sus ideas acerca de G6ngora en tres obras ensayisticas relevantes. La primera es un articulo de 1937, "EI secreto de Gareilaso", influi­ do por las obras de Damaso Alonso y de Juan Ramon Jimenez,5 en el cual Leza­

s Para la influencia de la Generacion de! 27 en Lezama Lima, vease Mataix (2000: 51-77).

,

150

Ingrid Simson

Lezama Lima y G6ngora: analogfas y eI uso de la metafora

I ma ofrece interpretaciones extraordinarias sobre las obras tanto de Garcilaso de

luz difiere del de claridad propagado por la Generaci6n del27. Para Lezama,

la Vega como de G6ngora. 6 Mas relevante parece el ensayo "Sierpe de don Luis

luz y luminosidad son metaforas para subrayar la excelencia de la poesia gongo­

de G6ngora" de 1951. Abi el autor cubano describe detalladamente su lectura

rina. Lezama presenta a G6ngora como poeta miximo que roza 10 esencial.12 Destaca su atenci6n sobre la palabra:

de las Soledades y ofrece una versi6n del autor cordobes que se opone de mane­ ~

f

ra explfcita a la imagen del G6ngora creada por la Generaci6n del 27.7 Sin embargo, con su conocido ensayo "La expresi6n americana", del afio 1957,

~

asistimos al apogeo de la dedicaci6n a la obra gongorina por parte de Lezama. 8

l

ducci6n poetica y ficticio novelesca, ya que utiliza metodos similares. No se

I ,

i J ~

Los textos ensayisticos de Lezama Lima no se distinguen mucho de su pro­

Cualquier referencia suya va con fuerza decisiva a engastarse en su unidad poetica. Su dureza se debe quizas a esa misma tensi6n del nacimiento de la palabra y a la fuerza con que esta va a ocupar un lugar irreemplazable en su arbe poetico (Lezama Lima 1977c: 17).

trata de textos analfticos. Mis bien Lezarna, con una gran variedad de imagenes ensayos. Estos son textos abiertos y ambiguos que necesitan interpretaciones

Segun Lezama, G6ngora radica en el orbe poetico y logra crear el unico sen­ tido poetico por sus imagenes ins6litas: 13 "G6ngora queda asi como el poeta

para ser entendidos. Y no carecen de contradicciones, es decir, juega con oposi­ clones.

iman perfecto" (Lezama Lima 1977c: 17), concluye Lezama Lima con otra metafora fuerte.

y metiforas, expresa ideas muy personales y extremamente individuales en sus

Lezama Lima en sus ensayos indica claramente el hermetismo dellenguaje

La interpretaci6n lezamiana de las Soledades en "Sierpe de Don Luis de

de G6ngora. Ya en el ardculo sobre Garcilaso y G6ngora, del afio 1937, dice

G6ngora" es detallada y muy personal. Asi, por ejemplo, realza las connotacio­ nes sexuales del texto cuando aisla el "animal carbunclo" y la cabra que llama Amaltea dotandola de esta manera de un origen mitol6gico:

/i.

que "[G6ngora,] conocedor astuto de la experiencia temporal que le correspon­ de, decide empavonar, sombrear, agigantar [... ]"9 (Lezama Lima 1977c: 16).

i

En "Sierpe de Don Luis de G6ngora" menciona la "raiz juglaresca hermetica"

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151

de la obra gongorina, la cual explica por el trobar clus, el metodo de los trova­ dores medievales de "poetizar con sentido oculto, corno un merito especial" (Lezama Lima 1977d: 186).10 Es obvio que Lezama considera el poetizar de forma oculta corno un merito, como bien muestran las primeras palabras de

Asf se afslan los dos animales que le son convenientes: eI animal carbunclo y la cabra. Por medio del animal carbunclo, que se le conviene muy pronto en un orga­ no, descubre y amiga, y otorga el tiempo que les corresponde de luminosidad. La cabra asciende, parece metamorfosearse y esgrimir un largufsimo cayado; convertida

"La expresi6n americana": "S610 10 dificil es estimulante [... ]" (Lezama Lima 1977a: 279). Aunque Lezama destaca ellado oscuro de la poesia de G6ngora, habla al mismo tiempo de luz y luminosidad en la obra del poeta. 11 Pero su concepto de

Vease Lezama Lima 1977c.

Vease Lezama Lima 1977d.

8 Vease Lezama Lima 1977a.

9 Cursiva de mano de la autora.

10 Con esta frase Lezama Lima cita de su fuente, ellibro Homo Ludens del historiador cultu­

ral neerlandes Johan Huizinga. 11 Esto ocurre sobre todo en "Sierpe de Don Luis de G6ngora", donde abundan las metHoras de luz y lurninosidad corno en este parrafo: "A veces el tratado del verso de G6ngora, recuerda los usos y leyes del tratamiento de las aves cetreras. [... ] Su relampago de apoderarniento surge de la noche, pero despues, anegada en la luz, la incitaci6n desaparece en la voracidad de su blancura. 6

7

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Desprendese la luminosidad del verso sobre una superficie 0 escudo, a111egar a11i el rayo de luz se refracta y chisporrotea, en esa momentanea incandescencia cobrada por el objeto, se pesca aquel unico sentido de que habIabamos. Pero corno aquellos objetos no estan extraidos de su noche 0 suefio, la sucesi6n de aquellos PUntos luminosos, ininterrumpidos y crueles, se refracca sin con­ erastes, encegueciendose" (Lezama Lima I 977d: 192-193). Se repice la oposici6n luz-oscuridad, cuando Lezarna encuentra el complemento perfecto a la poesia de G6ngora en la corriente mistica de San Juan de la Cruz, descacando asi la superioridad de la licerarura del Siglo de Oro. Vease Lezama Lirna (1977d: 196-197). 12 Roberro GonzaJez Echevarria en su articulo "Lezarna, G6ngora y la poetica del mal gUSto" lee los comencarios de Lezama Lima sobre G6ngora corno una interpretaci6n del caraccer sublime dei autor cordobes. Aunque parece posible tal interpretaci6n, el esrudio de GonzaJez Echevarrla se basa mas en las tesis de la obra de Wagschal, sobre 10 sublime en G6ngora, y eri las propias ideas de GonzaJez Echevarria sobre las analogias entre G6ngora y Lezarna Lima que en los textos mis­ mos de Lezarna Lirna. Wase GonzaJez Echevarrla 2001 y Wagschal2002. 13 En referencia a estas tesis vease, sobre todo, la obra temprana "EI secreto de Gareilaso".

152

Ingrid Simson rambien la cabra en un organo, dirige los fesrivales, evitando las confusiones y los adormecimienros (Lezama Lima 1977d: 189-190).

Este parrafo breve muestra bien la fndole enigmatica individual de las pre­ sentaciones ensayfsticas de Lezama, las cuales precisan de interpretaci6n por parte dellector. Asf que no sorprende que el cubano Severo Sarduy, junto a Lezama Lima uno de los te6ricos mas relevantes del Neobarroco americano, ponga enfasis en el caricter dial6gico y carnavalesco de escritores neobarrocos corno Lezama Lima, segun las tesis de Bajtfn. 14 Sarduy, influido por te6ricos franceses corno el grupo 'Tel Quel' 0 Roland Barthes, realza al mismo tiempo

el procedimiento intertextual de Lezama, quien, en toda su producci6n litera­ ria, se refiere muchas veces a la obra gongarina. Sarduy, quien ve grandes ana­ logfas entre los procedimientos de G6ngora y Lezama Lima respecto a los metodos y a la inclusi6n de!lector, lee y analiza la obra de Lezama en base a la de G6ngora. Para Sarduy, en el origen del neobarroco esta, pues, Gongora: un Gongora oscuro, reflexivo, intertextual, parodico y corno carnavalizante, un Gongora estructuralista y lezamiano, pero sobre rodo muy antiguo y muy moderno, muy vanguardista y muy latinoamericano (Guerrero 2001: 153). Los procedimientos (neo)barrocos, por sus ambigüedades, obligan allector a entrar en un proceso interpretativo de dialogo. EI procedimiento de crear metiforas es destacado tarn bien por Sarduy.15 Para Lezama Lima G6ngora es e! poeta de! contrarrenacimiento. Con esta tesis e! autor cubano hace referencia a un debate entre te6ricos sobre la ubica­ ci6n de! Barroco que viene siendo tema hasta la actualidad. Obviamente no hay acuerdo acerca de la cuesti6n si el Barroco trata de referirse directamente a la Edad Media y al periodo g6tico y asf trata de ignorar las caracterfsticas de! Renacimiento, 0 si e! Barroco debe entenderse corno reacci6n directa y clara contra e! Renacimiento. (Es, entonces, e! Renacimiento obstaculo 0 motivo de! Barroco? Lezama Lima, que conoda las tesis de los dos historiadores de! arte Wilhe1m Worringer y Werner Weis bach sobre sus lecturas de Ortega y Gasset,

14

Vease al respecro el articulo ya chisico "EI barroeo yel neobarroco" (Sarduy 1979: 167­

184). 15

Wase Sarduy (1999: 1161-1162).

Lezama Lima y Gongora: analogfas y el uso de la metafora

153

se decide claramente por la posici6n de Weisbach que niega una referencia directa a la Edad Media. 16 Es sobre todo en su ensayo "La expresi6n americana", concretamente en e! capftulo "La curiosidad barroca", donde Lezama Lima expresa sus ideas sobre e! BarrocoY Para el e! Barroco llega a su mayor expresion cuando toca tierra ameri­ cana: "Para mf el barroquismo es una condicion muy nuestra, es una condici6n muyamericana" (Lezama Lima en Gonzilez Cruz 2000: 43). Segun Lezama Lima, e! principio barroco se lIeva a cabo mejor en America que en la propia Espafia: Si observamos el eco hispanico al gongorismo, precisamos que ni Bernardo Soro de Rojas, con su lenta fruicion y su extendida volupruosidad, logra captar el ehisporro­ teu, el fuego metalico de don Luis [... ] Es en la America, donde sus inteneiones de vida y poesia, de crepitacion formal, de un contenido pluronico que va contra las formas como contra un paredon, reaparecen en el colombiano don Hernando Dominguez Camargo. EI mismo frenesi, la misma inrencion desatada [... ] (Lezama Lima 1977a: 306-307). 18 EI Barroco espafiol y sus peculiaridades estilfsticas se convierten entonces en e! punto de partida de Ja determinaci6n de la cultura e identidad americanas. Por eso Lezama Lima aqui afiade la idea de la contraconquista: "Repitiendo la frase de Weisbach, adaptindola a 10 americano, podemos decir que entre nos­ otros el Barroco fue un arte de la contraconquista" (Lezama Lima 1977a: 303). Esta idea incluye y destaca el caricter antag6nico de! Barroco que se aparta de! movimienro anrerior creando algo nuevo y decisivo. Hernando Dominguez Camargo, Sor Juana Ines de la Cruz y Luis de Sigüenza y Luis de Gongora son, segun Lezama Lima, los mayores represenran­ tes de un Barroco americano excelente y original. Y este Barroco, en oposici6n

16 En varias oeasiones Lezama Lima habla de un Barroeo renaeentista 0 posrenacentista. Vease p. ej. Lezama Lima (J 977c: 16) 0 Lezama Lima (l977d: 187). Respeeto a este debare vease tambien Neumeister (1998: 24-25), Poppenberg 1996 y GonzaJez Echevarria 1987. 17 En relaci6n a este texto vease tambien ColJazos 1987, Ugalde Quintana 2006 y

UlJoa/UlJoa 1998.

IS Y por eso, para Lezama Lima el primer americano fue barroco: "EI primer americano que va surgiendo dominador de sus caudales es nuesrro senor barroeo. Con su carieioso lomo holandes de Ronsard, con sus exrensas paras para el eisne mantuano, eon sus plieguilJos oeultos con maJi­ cias sueltas de Gongora 0 de Polo de Medina, eon la plateria a1jofarada del soneto gongorino 0 el eosrilJar prisionero en el sonero quevediano" (Lezama Lima 1977a: 303).

Ingrid Simson

154

al espafiol, ya incluye po sie iones de la Ilustracion. 19 Ademas, este Barroco inclu­ ye 10 indigena y crea asi una sintesis, tanto entre 10 hispano europeo y 10 indio corno entre 10 hispano europeo y 10 afroamericano. 20

3.

EL

uso

OE LA METAFORA

Hay un gran numero de analogias entre la poesia de Gongora y la produccion textual de Lezama Lima. Los dos situan e!lengua;e y la palabra en e! centro de sus textos. Se concentran en e!lado estetico de la poesia. Ambos autores utili­ zan un lenguaje complejo, difkil, hermetico. Sus textos son ambiguos y estan cargados de figuras retoricas, requiriendo asila interpretacion por parte de!lec­ tor. La proliferacion es una caractedstica tanto de la poesia de Gongora corno de los diversos textos de! autor cubano. Central en los textos de ambos autores es e! uso de la metafora. Gongora, segun e! cdtico Georges Güntert "uno de los creadores de lenguaje mas innova­ dores de todos los tiempos",21 creo un lenguaje figurado complejo con una sin­ taxis extremamente construida. Pero en e! centro de la poetica de Gongora se encuentra la metafora. Federico Garda Lorca sefiala la importancia de la meta­ fora en la obra gongorina: "[Gongora] [i]nventa por primera vez en e! castella­ no un nuevo metodo para cazar y plasmar las metaforas, y piensa, sin decirlo, que la eternidad de un poema depende de la calidad y trabazon de sus image­ nes" (Garda Lorca 1980: 1037). Son varios los metodos que aplica Gongora cuando crea metaforas en su poesia. 22 Corno demostracion de! uso de la metafora gongorina un ejemplo, unos versos tornados de las Soledades:

19 "Ese barroco nuestro, que situamos a fines del XVII ya 10 largo del XVIII, se muestra firme­ mente amistoso de la Ilustraci6n. En ocasiones, apoyandose en el cientificismo cartesiano 10 ante­ cede" (Lezama Lima 1977a: 305). 20 Para Roberto GonzaJez Echevarrla este procedimiento de Lezama Lima de crear identida­ des americanas por medio de un estilo poetico "es un gesto de desaflo; rescatar 10 mas vilipendia­ do de la tradici6n espafiola, 10 de peor gusto, 10 inaceptable mas aHa de las fronteras del idioma, e instalarIo en el origen de la cultura latinoamericana" (GonzaJez Echevarrla 2001: 438). 21 Güntert (1991: 153), traducci6n de la autora. 22 No abundan los trabajos sobre G6ngora y su poesia. Todavfa no existe ninguna monogra­ fla que se dedique exclusivamente a su uso de meciforas. Algunos trabajos esenciales hasta hoy son Jammes 1987, Orozco Diaz 1984 y los estudios de Alonso 1950 y 1955b.

Lezama Lima y G6ngora: analogias y eI uso de la metafora

155

A pesar luego de aspides volantes -sombra de! sol y t6sigo de! viento­ de caribes flechados, sus banderas siempre gloriosas, siempre tremolantes, rompieron los que arm6 de plumas ciento lestrigones e! istmo, aladas fieras: e! istmo que al Oceano divide, y -sierpe de cristal- juntar le impide la cabeza, de! Norre coronada, con la que ilustra e! Sur cola escamada de antarticas estrellas (G6ngora 1956: 59, vv. 419-429).

Estos versos son parte de! discurso de! poHtico serrano en la primera Soledad cuando habla sobre la nautica, America y las conquistas espafiolas.23 Este seg­ mento esti cargado de figuras retoricas. Hay metonimias, alegodas, sinecdoques y metaforas. La primera metafora meneionada en los versos son los '';ispides volantes" que indican las flechas envenenadas de los caribes. EI tertium compara­ tionis, que en la metafora pone en analogia significado y significante, viene deter­ minado por la forma similar de flecha y culebra, y por e! acto de volar. 24 Tenemos aqui una mezcla de metafora pura e impura, es decir, de una meta­

fora in absentia e in praesentia. Las flechas se mencionan en e! poema, asi que

encontramos en e! texto tanto e! significado corno e! signiflcante de la metafo­

ra, por eso hablamos de una metafora impura. Pero, ya que se hace referencia al

venena solamente a traves de! significante -puesto que aun siendo los aspides

culebras poco venenosas, se las asocia con la idea de venena- se trata, por con­

siguiente, de una metafora al mismo tiempo pura. La insercion "sombra de! sol

y t6sigo de! viento" son de la misma forma metaforas, otros significantes para las flechas. He aqui un metodo muy comun en G6ngora: una serie de signifi­ cantes para un significado, la l1amada cadena de metaforas. Corno los "aspides volantes", "sombra de! sol y tosigo de! viento", indican otro aspecto no mencio­ nado directamenre en e! segmento de! poema: e! gran numero de flechas, ya

23 Para una discusi6n sobre e! contenido de estas lineas y su interpretaci6n referente a la Con­ quista espafiola en America, veanse Simson (2003: 369-372) y Poppenberg 2007. En referencia al uso de la metafora en las Soledades, vease Gaylord Rande! 1978/1979. 24 En re!aci6n a algunas teodas basicas sobre Ja metafora, veanse Kurz 2004, Czernin 2007 y Haverkamp 2007.

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Ingrid Simson

Lezama Lima y Gc5ngora: analogias y eI uso de la metifora

que pueden sombrear el sol, y por otro lado e! aspecto venenoso de las flechas que pueden aun envenenar el viento. Las banderas pueden entenderse corno metaforas para referirse a los espafio­ les 0, en el contexto de! poema, para los hombres de Colon, aunque la figura retorica se parezca mas a una metonimia 0 a una sinecdoque. Otro procedi­ miento metaforico utilizado en muchas ocasiones por Gongora indica la indu­ sion de los 'lestrigones', gigantes antropOfagos de l.!l Odisea de Homero. En muchos casos Gongora utiliza metaforas que aluden a personajes 0 a sucesos de la mitologia griega. Estos, aveces, se convierten en una especie de emblemas. Otras meraforas de estos versos citados de las Soledades son las "aladas fieras" y las "armas de plurna" . Armar sus guerreros con plumas parece una contradic­ cion, un hecho absurdo con el cual el autor alude a la inocuidad de las armas de los indigenas americanos. Es un procedimiento corriente en Gongora la meta­ forizacion sirviendose de! campo semantico zoologico, asi que muchas veces e! significante tiene forma de anima!. Un ejemplo para tal procedimiento es e! istmo que Gongora denomina, mediante una metafora impura, "sierpe de cris­ tal". En este caso tenemos una metafora que Damaso Alonso llama vulgar 0 sencilla,25 ya que no se trata de la creacion individual de Gongora sino de una metafora corriente en la epoca. Todas estas met.iforas se pueden extrapolar facilmente de! texto, ya que el lector culto que conoce historia y mitologia no tendra problemas en encomrar el tertium comparationis. Pero en la obra de Gongora tambien hay un gran numero de metaforas con un tertium comparationis complicado y construido, de modo que se hace dificil entender e! significado. Maurice Molho en esros casos habla de enigmas. 26 Un ejemplo de esta indole son los versos famosos de! final de la segunda Soledad:

logias entre torbellinos y halcones son muy vastas y tampoco ayuda la mencion de Noruega que, al contrario, acentua el caracter enigmatico. Sera dificil, tam­ bien para ellector culto, encontrar en este caso el tertium comparationis, yes tarea dellector despejar la incognita. Por ello se habla aqui de una metafora enigmatica 0 individual. 27

Aunque ociosos, no menos fatigados, quejindose venian sobre el guante los raudos wrbellinos de Noruega (Gongora 1956: 111, v. 971-973). Los "raudos torbellinos de Noruega" son halcones y se puede deducir el sig­ nificado de esta metafora por el contexto y por la mencion de! guante. Las ana­

25 26

Vease Alonso (I 955a: 73-75).

Vease Molho (I990: sobre rodo 255-256).

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Otro procedimiento metaforico gongorino son las metaforas reversibles que se basan en metaforas vulgares. Parafrasear el agua corno cristal era una merafo­ ra sencilla y comun entonces. En Ja segunda Soledad, sin embargo, G6ngora le da la vuelta a la metafora de la manera siguiente: No ondas, no luciente cristal -agua al fin dulcemente dura­ (Gongora 1956: 98, vv. 577-578). EI cristal es abora agua, pero agua dura. EI esquema 'A si no B' parece tarn bien un modo tfpico de Gongora para crear metaforas. Esta exclusion de B muchas veces conriene una metafora, corno en otra parte del discurso de! politico serrano en la primera parte de las

Soledades: Pilow hoy la Codicia, no de errantes arboJes, mas de selvas inconstantes (Gongora 1956: 59, vv. 403-404).28 Esta breve e incompleta sinopsis de los procedimientos metaforicos de Gon­

gora muestra bien que, aun cuando las metaforas son muy complicadas yela­

boradas, asi corno sus diversos significantes y e! tertium comparationis, siempre

hay indicios para una solucion de! enigma que e1lector culto sabe resolver. ''A

Gongora 00 hay que leerIo, sino estudiarlo", corno iodica directamente Federi­

co Garcia Lorca (1980: 1036).

27

Yease Molho (1990: 248-250 y 255).

Este ejemplo muesrra bien eI gran panorama de posibles interpretaciones de las mecaJoras de la poesia de Gongora. Mientras que Darnaso AJonso en su versi6n en prosa de las Soledades habla de "algunas naves errantes" (AJonso 1956: 129), asi que los "errantes arboles" pueden ser entendidos corno metafora para las naves de Colon, construidas de la madera de arboles, la expre­ si6n tambien parece posible corno metafora para derrelictos, cosas sin sentido, sin provecho. 28

I

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Lezama Lima y G6ngora: analogfas y eI uso de la merafora

Tambien en 1a obra de Lezama Lima 1a metafora es esencial. Ademas, el autor cubano hace de 1a imagen el elemento centra1 de su poetica. Segun Car­ men Ruiz Barrionuevo, para Lezama, 1a imagen es "la forma mas a1ta de 1a expresion verbal" (Lezama Lima 2003: 54). Son 1äs imagenes que exp1ican el mundo y dotan a los hombres de conocimientos. Solamente por 1a imagen el hombre 11ega a conocer el mundo y recibe un concepto del mas a11a: "La ima­ gen corno un abso1uto, 1a imagen que se sabe imagen, 1a imagen corno 1a ultima de las historias posibles" (Lezama Lima 1977b: 152).29 "Trato en mi sistema de destruir 1a causalidad aristote1ica buscando 10 incondicionado poetico", dice Lezama Lima en una entrevista con Armando Alvarez Bravo (1968: 34). Son las metaforas que deben ayudar a descifrar las imagenes:

proceso rompe 1a causalidad y hace posible conexiones y asociaciones insoli­ tas. 31 EI subito es la relacion repentina de dos cosas disrintas con una rercera, tambien distante. Estos dos procesos, segun el autor cubano, permiten posibili­ dades infinitas de asociaciones y conexiones metaforicas:

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Va la mecifora hacia la imagen con una decisi6n de epistola; va corno la carta de Ifi­ genia u Orestes [ ...] Ueva la metafora su carta oscura, desconocedora de los secretos del mensajero, reconocible tan s610 en su antifaz por la bujia momenranea de la imagen. Y aunque la metafora ofrece su penetraci6n, corno toda metamorfosis en la reminiscencia de su daridad y cuerpo primordiales, y desconociendo al mensajero y desconociendo su penetraci6n en la imagen, es la lIegada primera de la imagen la que le presta a esa penetracion, su penetraci6n de conocimiento (Lezama Lima 1977b: 157). De esta manera, la razon para 1a creaci6n de metaforas es 1a imagen, 1a cual se pretende entender por procesos de ana10gias. 3o Segun Lezama Lima, las series de metaforas tratan de estab1ecer una ultima imagen esclarecedora: Yo creo que la maravilla del poema es que lIega a crear un euerpo, una sustancia resistente endavada entre una metafora, que avanza creando infinitas conexiones, y una imagen final que asegura la pervivencia de esa sustancia, de esa poiesis (Lezama Lima 1966: 63). Segun las ideas poeticas de Lezama, las creaciones de metaforas est:in estre­ chamente vinculadas a dos procesos: la vivencia oblicua y el subito. EI primer

29 Respecto aI concepto de la imagen en Lezama Lima vease, sobre todo, el mismo ensayo del autor cubano "Las imagenes posibles" (Lezama Lima 1977b). Veanse tambien Ruiz Barrionuevo 2003; Chiampi 1990. 30 Vease Ruiz Barrionuevo (2003: 58-59).

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En e! proceso de aprehension poetica Contamos aun con otro eslabon: e! subito 0 ins­ tante de reveIaci6n de! sentido en e! espacio de la anulaci6n de la causalidad. EI subi­ to se apodera de la fulguracion total. EI intercambio entre la vivencia oblicua y el subito crea e! incondicionado condicionante, e! potens 0 posibilidad infinita que cus­ todiara el poeta, guardian de! posibiliter. Lezama concentra este significado en una bellfsima imagen: 'Llevamos un tesoro en un vaso de barro' (ValcirceI1999: 1262).32 Todas las obras de Lezama Lima, incluidas las ensayisricas, estan impregna­ das de un sinnumero de metaforas de muy diversa indole. Corno hemos visto, el autor cubano utiliza metaforas aun cuando explica la esencia de la merafora de una manera teorica. Juan Goytisolo en su ardculo sobre la metafora erotica logra clasificar cuatro grupos de metaforas en Paradiso, grupos que se pueden aplicar rambien a la poesia de Lezama Lima: Un primer grupo historico cultu­ ral, un grupo de metaforas de una geograffa exotica, orro de metaforas de! mundo animal y un cuarto "de las asociaciones estrictamente insolitas, peculia­ res de la poesia surrealista, aunque r...] se remonta, con mayor exactitud, al uni­ verso de G6ngora" (Goytisolo 1976: 161). No hay lugar aqui para presentar deta11adamente todos los procedimientos de metaforizacion de Lezama Lima. En toda su obra hay grandes cantidades de metaforas de diversa tipologia. Podemos encontrar cadenas de metaforas, meta­ foras reversibles, complicados procesos de espejismo y sintesis, de permutacion y condensaci6n, y un gran numero de metaforas eroticas. Mas relevante que formar grupos de categorias para las metaforas lezamianas parece, sin embargo, elaborar los rasgos decisivos dei proceso creativo de Lezama Lima a la hora de formar metaforas.

31 "La mecifora y la imagen permanecen fuertes en el desciframiento directo y las pausas, las suspensiones, que entreabren rienen ta! fuerza de desarrollo no causal que constituyen el reino de 1a absoluta libertad y donde la persona encarna la metafora. EI hombre y los pueblos pueden alcanzar su vivir de merafora y la imagen. mantenida por la vivencia oblicua, puede trazar el encantamiento que revisre la unanimidad" (Lezama Lima 1977b: 158-159). Respecto aI aspecto de Ja "vivencia oblicua", veanse tambien Ruiz Barrionuevo (2003: 60) y Valclrcell999. 32 Vease tambien Ruiz Barrionuevo (2003: 61).

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Severo Sarduy en su Homenaje a Lezama Lima describe e! procedimiento de! autor cubano de crear metaforas de la manera siguiente: Liberada dellastre verista, de todo ejercicio de realismo -incluyo su peor variante: e! realismo magico-, entregada al demonio de la correspondencia, la metllora lezames­ ca llega a un alejamiento tal de sus terminus, a una libertad hiperbolica que no alcan­ za en espaiiol -descuento otras lenguas: la nuestra es, por esencia, barroca- mis que Gongora. Aquf el distanciamiento entre significame y significado, la falla que se abre entre las faces de la metllora, la amplitud de! COMO -de la lengua, puesto que esta la implica en todas sus figurar- es maxima (Sarduy 1999: 1161-1162). Para ilustrar la complejidad y 10 sofisticado de! metodo de Lezama en la cre­ aci6n de rnetaforas, sirvan corno ejernplo unos versos tornados de uno de los sonetos de Dador de! ano 1%0: La noche va a la rana de sus metales, palpa un buche regalado para e! palpo, e! rodo escuece a la piedra en gargantilla que baja para tiznarse de humedad al palpo (Lezama Lima 1975a: 982, w. 1-4). Se ve muy bien aquf no solamente cierta influencia surrealista, sino tambien la re!evancia de un proceder metaf6rico. Las metaforas carecen de significados y por eso tarnpoco existe e! tertium comparationis que ellector tiene que construir al misrno tiernpo que un significado posible. Oe esta manera existen varias posibilidades de interpretaci6n, y la lectura de! poema parece un proceso infini­ to creando cada vez nuevo significado. Una referencialidad especial a la literatura de! Siglo de Oro se percibe en e! poerna siguiente:

!

Ah, que tu escapes en e! instante

en el que ya habfas alcanzado tu definicion mejor.

Ah, mi amiga, que tu no quieras creer

las preguntas de esa estrella recien cortada,

que va mojando sus puntas en otra estrella enemiga.

Ah, si pudiera ser cierto que a la hora de! bano,

cuando en una misma agua discursiva

se bafian el inmovil paisaje y los animales mas finos:

Lezama Lima y Gongora: analogfas y eI uso de la metafora

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antiJopes, serpientes de pasos breves, de pasos evaporados, parecen entre suenos, sin ansias levantar los mis extensos cabelJos y e! agua mis recordada. Ah, mi amiga, si en e! puro marmol de los adioses hubieras dejado la estatua que nos podia acompafiar, pues e! viento, el viento gracioso, se extiende corno un gato para dejarse definir (Lezama Lima 1975b: 663, w. 1-15). Este poema es el primero de Enemigo rumor, e! primer libro de poesfa publi­ cado por Lezama Lima, en 1941. EI ap6strofe acompafiado de! "ah" repetido cuatro veces dota al poema de una estructura basada en la e!ipsis. Una primera lectura superficial de! poema reve!a la perdida de una 'amiga'. Pero e! poema no es una elegfa de amor tradicional, sino mas bien tiene un tono par6dico. Pala­ bras corno "definici6n" y "agua discursiva" indican e! caracter metaliterario de! poema: e! tema es e! proceso de la escritura misma y la dificultad de precisar las palabras. Las metaforas de! poema tocan los campos dei universo y la naturaleza ("estre!las", "paisaje" , "viento"), la cultura ("estatua", "marmol", "bano") y, sobre todo, el mundo anima!. Sin embargo, si se acepta eI cadcter metaliterario dei poema, las metaforas son en primer lugar metaforas, intertextualmente re!a­ cionadas con la literatura tradicional, especfficamente con la literatura de! Siglo de Oro. 33 La metafora de la "enemiga estrella" se encuentra en un soneto con el titulo

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