LEÓN MUÑOZ, A.; y JURADO PÉREZ, S., (2010): “La cristianización de la topografía funeraria en el suburbium occidental” en D. VAQUERIZO y J.F. MURILLO (Eds.), El anfiteatro romano de córdoba y su entorno urbano. Análisis arqueológico (ss. I-XIII d.C.), MgAC, nº 19 vol. II, 547-551.

Share Embed


Descripción

Edita: Grupo de Investigación Sísifo (P.A.I., HUM-236)

19

19. VAQUERIZO, D.; MURILLO, J. F. (Eds.) 2010: El Anfiteatro Romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis Arqueológico (ss. I-XIII d.C.), Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (2 vols.), Córdoba. 18. VAQUERIZO, D. (Ed.) 2010: Las Áreas Suburbanas en la ciudad histórica. Topografía, usos, función, Monografías de Arqueología Cordobesa 18, Córdoba. 17. RUIZ OSUNA, A. B. 2010: Colonia Patricia, centro difusor de modelos. Topografía y monumentalización funeraria en Baetica, Monografías de Arqueología Cordobesa 17, Córdoba. 16. RUIZ OSUNA, A. B. 2007: La monumentalización de los espacios funerarios en Colonia Patricia Corduba (ss. I a. C. - II d. C. ), Arqueología Cordobesa 16, Córdoba. 15. MORENO ROMERO, E. 2007: “Santa Rosa”. Un sector de la Necrópolis Septentrional de Colonia Patricia, Arqueología Cordobesa 15, Córdoba. 14. GUTIÉRREZ DEZA, M. I. 2007, Los opera sectilla cordobeses, Arqueología Cordobesa 14, Córdoba. 13. LEÓN PASTOR, E. 2007: La secuencia cultural de la Corduba prerromana a través de sus complejos cerámicos, Arqueología Cordobesa 13, Córdoba. 12. CASTRO DEL RÍO, E. 2005: El arrabal de época califal de la zona arqueológica de Cercadilla. La arquitectura doméstica, Arqueología Cordobesa 12, Córdoba. 11. VAQUERIZO, D.; GARRIGUET, J. A.; VARGAS, S. 2005: “La Constancia”. Una contribución al conocimiento de la topografía y los usos funerarios en la Colonia Patricia de los siglos iniciales del Imperio, Arqueología Cordobesa 11, Córdoba. 10. MONTERROSO, A. 2005: Ex teatro cordubensi. La vida del monumento y la producción de cerámicas africanas en el Valle del Baetis, Arqueología Cordobesa 10, Córdoba. 9. CASAL, M. T. 2003: Los cementerios musulmanes de Qurtuba, Arqueología Cordobesa 9, Córdoba. 8. SALINAS, E. 2003: El vidrio romano de Córdoba, Arqueología Cordobesa 8, Córdoba. 7. SÁNCHEZ RAMOS, M. I. 2003: Un sector tardorromano de la necrópolis septentrional de Corduba, Arqueología Cordobesa 7, Córdoba. 6. MARTÍN URDIROZ, I. 2002: Sarcófagos de plomo de Córdoba y provincia, Arqueología Cordobesa 6, Córdoba. 5. CÁNOVAS, A. 2002: La decoración pictórica de la villa de El Ruedo (Almedinilla, Córdoba), Arqueología Cordobesa 5, Córdoba. 4. SÁNCHEZ MADRID, S. 2002: Arqueología y Humanismo. Ambrosio de Morales, Arqueología Cordobesa 4, Córdoba. 3. VAQUERIZO, D.; MURILLO, J. F.; CARRILLO, J. R.; MORENO, M. F.; LEÓN, A.; LUNA, M. D.; ZAMORANO, A. M.ª 1994: El Valle Alto del Guadiato (Fuenteobejuna, Córdoba), Arqueología Cordobesa 3

Con la colaboración de

2. VAQUERIZO, D.; MURILLO, J. F.; QUESADA, F. 1994: Fuente Tójar, Arqueología Cordobesa 2 1. QUESADA, F.; MURILLO, J. F.; CARRILLO, J. R.; CARMONA, S.; QUESADA, F. 1994: Almedinilla, Arqueología Cordobesa 1

MINISTERIO DE Ciencia e Innovación

Monografías de Arqueología Cordobesa (MgAC), que vieron la luz por primera vez en 1994, es una serie de carácter temático publicada por el Grupo de Investigación Sísifo (P.A.I., HUM-236), de la Universidad de Córdoba, y la Gerencia Municipal de Urbanismo de

cordobesa

esta misma ciudad, en el marco de su convenio de colaboración para la realización de actividades arqueo-

Vaquerizo, D.; Murillo, J. F. (Eds.)

El Anfiteatro Romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis Arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

19 Vol. II

lógicas, que dirigen el Prof. Dr. Desiderio Vaquerizo Gil y el Dr. Juan Fco. Murillo Redondo. MgAC surgen como instrumento para dar a conocer de forma monográfica propuestas de interpretación arqueológica desarrolladas por Investigadores de dicho Convenio, que someten así de manera periódica su trabajo al juicio crítico de la comunidad científica internacional, y también temas de especial relevancia para el avance de la investigación arqueológica internacional, española y cordobesa.

Vaquerizo, D.; Murillo, J. F. (Eds.) El Anfiteatro Romano de Córdoba

[ monografías de arqueología cordobesa ] 2010

Vol. II

monografías de arqueología

[ 2010 ]

Monografías de Arqueología Cordobesa

Imagen de portada: Vista aérea del Rectorado de la Universidad de Córdoba, con la superposición de las diversas fases documentadas arqueológicamente. Destaca entre todas ellas la inmensa mole del anfiteatro patriciense (Elaboración: R. Ortiz; © Convenio GMU-UCO).

NÚM.

19 (VOL. II)  2010

[ NUEVA ÉPOCA ]

El Anfiteatro Romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis Arqueológico (ss. I-XIII d.C.) (Vol. II)

Vaquerizo, D.; Murillo, J. F. (Eds.)

Córdoba, 2010

NÚM.

19 (vol. II)  2010

[ NUEVA ÉPOCA ] Serie monográfica publicada por el Grupo de Investigación Sísifo (P.A.I., HUM-236), de la Universidad de Córdoba, y la Gerencia Municipal de Urbanismo del Ayuntamiento de esta misma ciudad, en el marco de su convenio de colaboración para la realización de actividades arqueológicas en Córdoba, entendida como yacimiento único.

Directores

Desiderio VAQUERIZO GIL Juan F. MURILLO REDONDO Secretarios

José A. Garriguet Mata Alberto León Muñoz

Foto de portada: Vista aérea del Rectorado de la Universidad de Córdoba, con la superposición de las diversas fases documentadas arqueológicamente en su parte trasera. Destaca, entre todas ellas, la inmensa mole del anfiteatro patriciense (Elaboración: Raimundo Ortiz; © Convenio GMU-UCO).

Correspondencia y pedidos Área de Arqueología, Facultad de Filosofía y Letras Plaza de Cardenal Salazar, 3. 14003 CÓRDOBA Tel.: 957 218 804 - Fax: 957 218 366 E-mail: [email protected] www.arqueocordoba.com D. L. CO: 1.224/2010 I.S.B.N.: 978-84-932591-8-1 Confección e impresión:

Imprenta San Pablo, S. L. - Córdoba www.imprentasanpablo.com

La dirección de MgAC no se hace responsable de las opiniones o contenidos recogidos en los textos, que competen en todo caso a sus autores

Relación de autores Editores científicos y coordinadores: D. Vaquerizo  /  J. F. Murillo Autores: BLANCO GUZMÁN, Rafael ✉✉ [email protected]

CANO SANCHIZ, Juan Manuel ✉✉ [email protected]

CÁNOVAS UBERA, Álvaro ✉✉ [email protected]

CARMONA BERENGUER, Silvia ✉✉ [email protected]

CASAL GARCÍA, María Teresa ✉✉ [email protected]

CASTILLO PÉREZ DE SILES, Fátima ✉✉ [email protected]

CASTRO DEL RÍO, Elena ✉✉ [email protected]

DORTEZ CÁCERES, Teresa ✉✉ [email protected]

GARCÍA MATAMALA, Begoña ✉✉ [email protected]

LEÓN MUÑOZ, Alberto ✉✉ [email protected]

LEÓN PASTOR, Enrique ✉✉ [email protected]

MARTAGÓN MAESA, María ✉✉ [email protected]

MURILLO REDONDO, Juan Francisco ✉✉ [email protected]

ORTIZ URBANO, Raimundo ✉✉ [email protected]

PIZARRO BERENGENA, Guadalupe ✉✉ [email protected]

RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, María del Carmen ✉✉ [email protected]

RUIZ LARA, Dolores ✉✉ [email protected]

RUIZ OSUNA, Ana ✉✉ [email protected]

SALINAS PLEGUEZUELO, María Elena ✉✉ [email protected]

GARRIGUET MATA, José Antonio ✉✉ [email protected]

González ruiz, Antonio José ✉✉ [email protected]

GUTIÉRREZ DEZA, María Isabel ✉✉ [email protected]

HERNÁNDEZ LOZANO, Liliana ✉✉ [email protected]

SÁNCHEZ MADRID, Sebastián ✉✉ [email protected]

SORIANO CASTRO, Patricio José ✉✉ [email protected]

VAQUERIZO GIL, Desiderio ✉✉ [email protected]

VARGAS CANTOS, Sonia ✉✉ [email protected]

JURADO PÉREZ, Saray

VÁZQUEZ NAVAJAS, Belén

✉✉ [email protected]

✉✉ [email protected]

[ 357 ]

ÍNDICE

(VOL. I)

INTRODUCCIÓN (D. Vaquerizo y J. F. Murillo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

15

EL PROYECTO AMPHITHEATRO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

19

IN AMPHITHEATRO. MUNERA ET FUNUS. EL ANFITEATRO ROMANO DE CÓRDOBA Y SU ENTORNO URBANO (ss. I-XIII d.C.). FUNDAMENTACIÓN CONCEPTUAL Y PLANTEAMIENTOS METODOLÓGICOS (D. Vaquerizo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

21

EL MEDIO FÍSICO Y LAS INFRAESTRUCTURAS: RED VIARIA, ABASTECIMIENTO DE AGUA Y GESTIÓN DE RESIDUOS . . . . . . . . . . . . . . .

31

El medio físico (D. Ruiz Lara, R. Ortiz, S. Carmona, P. J. Soriano) . . . . . . . . . . . . . . . .

33

Geomorfología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Hidrología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Edafología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Vegetación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Otros recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

33 38 38 41 42

El Baetis (E. León Pastor) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

45

Morfología fluvial del Guadalquivir . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El Baetis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Infraestructuras hidráulicas en el Baetis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

45 46 47

El poblamiento prerromano de Corduba (E. León Pastor) . . . . . . . . . . . . . . . .

51

Corduba y la secuencia cultural de sus estratigrafías . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Síntesis de la investigación de Colina de los Quemados, Corduba . . . . . . . . . . . . . . . . Del poblado prerromano de Corduba a la fundación de Claudio Marcelo . . . . . . . . . . . .

51 52 52

Territorio y vías de comunicación en época romana (M. C. Rodríguez) . . . . .

55

Territorio y vías de comunicación EN ÉPOCA islámica (M. Martagón) . . . . . .

66

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tipología viaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Jerarquización de los ejes viarios: características estructurales y funcionalidad . . . . . . . Evolución diacrónica de los ejes viarios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

66 72 77 80

La infraestructura de abastecimiento. Acueductos y qanawat– al occidente de Córdoba (G. Pizarro) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

82

Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los acueductos romanos de Colonia Patricia. Agua, territorio y urbanismo a Occidente de Córdoba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

82 83 [ 359 ]

La continuidad de los sistemas hidráulicos. Los qanawa–t de época islámica . . . . . . . . . Recopilación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

92 98

EL ÁREA SUBURBANA OCCIDENTAL DE CÓRDOBA A TRAVÉS DE LAS EXCAVACIONES EN EL ANFITEATRO. UNA VISIÓN DIACRÓNICA (J. F. Murillo, M. I. Gutiérrez, M. C. Rodríguez, D. Ruiz Lara) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

99

La identificación del anfiteatro de Colonia Patricia . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101 Las excavaciones en la antigua Facultad de Veterinaria . . . . . . . . . . . . . . . 107 Primera Campaña (2002-2004) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107 Segunda Campaña (2006-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134 La secuencia histórica del anfiteatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 248 La construcción del anfiteatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El abandono y expolio del anfiteatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Reutilización del anfiteatro durante la Tardoantigüedad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ocupación del área del anfiteatro en época islámica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Transformaciones entre los siglos XIV y XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

250 277 285 295 309

Anexo 1 Los complejos cerámicos del anfiteatro de Colonia Patricia Corduba (L. Hernández, S. Vargas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 311 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Campaña 2002-2004 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Campaña 2006-2008 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

311 311 318 324

Anexo 2 El sector noroccidental del anfiteatro de Córdoba: laS intervenciones arqueológicas en C/ Albéniz, 2 y Avda. Medina Azahara, 9 (R. Ortiz) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Encuadre histórico y antecedentes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Desarrollo de los trabajos y metodología de intervención . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Presentación e interpretación de los hallazgos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

ÍNDICE

329 329 331 333

(VOL. II)

SUBURBIUM OCCIDENTALE CORDUBENSE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 363 El concepto de suburbium en la ciudad romana (J. A. Garriguet) . . . . . . . . . . Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Un problema terminológico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Arqueología de las áreas suburbanas en las ciudades romanas de las provincias occidentales: una visión sintética . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Los suburbios de la Córdoba romana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . [ 360 ]

365 365 366 369 374

VIAE SEPULCHRALES Y PAISAJE FUNERARIO (A. Ruiz Osuna) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Topografía funeraria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Evolución cronológico-tipológica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

380 380 384 388 401

Aproximación a la infraestructura viaria del barrio del anfiteatro (F. Castillo, M. I. Gutiérrez, J. F. Murillo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 406 La arquitectura doméstica de la zona occidental de Colonia Patricia Corduba (A. Cánovas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415 Vicus occidentalis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 419 Domus del Sátiro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 427 Instalaciones industriales y comerciales en el Suburbium Occidentale (B. García) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 439 Talleres artesanales o industriales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tabernae . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Estructuras de almacenamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Vertederos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

441 444 445 448 449

El vicus del Suburbium Occidental de Colonia Patricia visto a través de sus conjuntos cerámicos (S. Vargas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 450 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El vicus occidental del Paseo de la Victoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La domus del Parque Infantil de Tráfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

450 451 459 465

El anfiteatro de Colonia Patricia Corduba en el marco de la ideología imperial (J. A. Garriguet) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 466 El factor espacial: emplazamiento del anfiteatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 467 El factor temporal: la cronología del anfiteatro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 474 Epigrafía gladiatoria cordubense (S. Sánchez, D. Vaquerizo) . . . . . . . . . . . . . . 480 El contexto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 480 Anfiteatros y gladiadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 483 La familia gladiatoria cordubense . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 485

LA ETAPA TARDOANTIGUA: NUEVO PAISAJE SUBURBANO . . . . . . . . . . . . 501 La transición de la civitas clásica cristianizada a la madina islámica a través de las transformaciones operadas en las áreas suburbiales (J. F. Murillo, A. León Muñoz, E. Castro, M. T. Casal, R. Ortiz, A. J. González) . . . . . . . . . . 503 Los primeros indicios de cambio en la ciudad y el suburbio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . De la cristianización del suburbium… . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . … A la nueva civitas cristiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La conquista islámica y el inicio del proceso de islamización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ‘Abd al-Rahman II y la consolidación de la imagen urbana de Madinat Qurtuba . . . . . . De Madinat Qurtuba a la aglomeración urbana Madinat Qurtuba - Madinat al-Zahra Madinat al-Zahira . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

504 510 518 525 535 540 [ 361 ]

LA CRISTIANIZACIÓN DE LA TOPOGRAFÍA FUNERARIA EN EL SUBURBIUM OCCIDENTAL (A. León Muñoz, S. Jurado) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 547 Los primeros indicios cristianos en las necrópolis paganas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 549 La configuración de una topografía funeraria cristiana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 553

LA ISLAMIZACIÓN DE QURTUBA Y LA APARICIÓN DE UN NUEVO CONCEPTO DE ÁREA SUBURBANA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 563 LOS ARRABALES DEL SECTOR SEPTENTRIONAL DEL YANIB AL-GARBI . . . . . . . . . . . . 565 La almunia y el arrabal de al-Rusafa, en el Yanib al-Garbi de Madinat Qurtuba (J. F. Murillo, F. Castillo, E. Castro, M. T. Casal, T. Dortez) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 565 El arrabal de Cercadilla (E. Castro) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 615 Urbanismo islámico en el sector central del Yanib al-Garbi (T. Dortez) . . . 621 El sector central de los arrabales de Poniente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 621 El sector meridional del Yanib al-Garbi (D. Ruiz Lara, E. Castro, A. León Muñoz, S. Sánchez) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 629 Ocupación Emiral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 631 Ocupación Califal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 636 La gestión del agua en los arrabales occidentales de Madinat Qurtuba (B. Vázquez) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 643 El abastecimiento y almacenamiento de agua . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 643 Los sistemas de evacuación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 648 Los cementerios de Madinat Qurtuba (A. León Muñoz, M. T. Casal) . . . . . . . . . . 651 Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El proceso de islamización a través de paisaje funerario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Las áreas funerarias de las comunidades dimmíes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

651 656 674 684

La industria medieval de Córdoba: el sector occidental en época islámica (J. M. Cano, E. León Pastor, M. E. Salinas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 685 La industria medieval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 685 Los complejos alfareros del Yanib al-Garbi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 692 La fitna y sus consecuencias. La revitalización urbana de Córdoba en época almohade (A. León Muñoz, R. Blanco) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 699 El convulso siglo XI . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La etapa almorávide . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . La revitalización almohade . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

700 703 705 723

Reflexión final (D. Vaquerizo) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 727 Bibliografía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 733

[ 362 ]

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

mercancías más especializadas serían adquiridas en el Gran Zoco situado al Oeste del Alcázar de Córdoba. Un último equipamiento comunitario lo constituían los baños, que según diversos autores árabes eran muy numerosos en la ciudad, si bien en las elevadas cifras que se dan debían estar comprendidos tanto los públicos como los privados. Por los conocidos en la Madina y en la Axerquía tras la conquista cristiana, podemos deducir que los baños públicos se situaban en las calles próximas a las mezquitas, como es el caso del documentado en el Naranjal de Almagro en el curso de las obras de la Ronda de Poniente, vecino de una pequeña mezquita. Otro hamman, en este caso de pequeñas dimensiones y posiblemente privado, ha sido excavado en las proximidades de la Estación de Autobuses, muy cerca de otra mezquita (MURILLO et alii, 2003c, 373-374)367. Juan F. Murillo Alberto León Muñoz Elena Castro M.ª Teresa Casal Raimundo Ortiz Antonio J. González

LA CRISTIANIZACIÓN DE LA TOPOGRAFÍA FUNERARIA EN EL SUBURBIUM OCCIDENTAL Es bien conocido el proceso de transformación generalizada que la cristianización de la sociedad tardorromana implicó en la distribución de los nuevos espacios funerarios de las ciudades tardoantiguas hispanas. La introducción de este importante factor de cambio se tradujo en la concentración de enterramientos en determinadas zonas de la ciudad; aquéllas que por diversas razones estaban dotadas de una especial carga simbólica o ideológica en el proceso de cristianización de la población. En este sentido, estaríamos ante la “superación del interés prioritario por la sepultura como monumento a favor de la priorización del espacio funerario como articulador del territorio” (AZKÁRATE, 2002, 122). No obstante, en otros sectores se continuaron utilizando algunas de las necrópolis existentes desde época romana. Estas circunstancias tendrán unas consecuencias significativas en la configuración del paisaje funerario en los siglos sucesivos por la continuidad de algunos de estos espacios y la coexistencia de varios rituales vinculados a las distintas creencias religiosas practicadas por la población cordobesa. Pese a la oscuridad que ha caracterizado tradicionalmente al registro arqueológico de época tardoantigua en Córdoba368, uno de los principales avances en la investigación ha consistido en la sistematización de la información arqueológica relacionada con la influencia decisiva del cristianismo

367  Para un análisis pormenorizado de los espacios domésticos, excluido de los objetivos del presente trabajo, remitimos a los artículos de J. F. Murillo et alii, (1999b) y de E. Castro (2001), así como el incluido en este mismo volumen correspondiente al arrabal de al-Rusafa. 368  Son muy escasos los trabajos centrados en esta etapa, en comparación con el avance en el nivel de conocimientos experimentado en ciudades como Barcelona, Valencia o Mérida. En Córdoba, las escasas aproximaciones a este período se han centrado en la interpretación del complejo arquitectónico de Cercadilla: (HIDALGO, 2002; HIDALGO y FUERTES, 2001) y del complejo episcopal situado en el sector suroccidental de la ciudad (MARFIL, 2000a; 2006). A este respecto, remitimos a las recientes interpretaciones que a la luz de importantes novedades arqueológicas, revisan las hipótesis tradicionales sobre este área suroccidental del espacio amurallado (LEON MUÑOZ y MURILLO, 2009).

Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (Vol. II)  Córdoba 2010  isbn 978-84-932591-8-1

[ 547 ]

Vaquerizo, D. / Murillo, J. F. (Eds.)

Fig. 253. Topografía funeraria del suburbio occidental de Córdoba en los siglos IV-V. © Convenio GMU-UCO.

[ 548 ]

en la transformación de la topografía funeraria de la ciudad. Este tema ha sido objeto de recientes estudios por parte de Isabel Sánchez, en el marco de varios proyectos de investigación369. El resultado de estos trabajos sobre las características de la topografía funeraria de época tardoantigua no hace sino confirmar las pautas generales conocidas en otras ciudades hispanas. De este modo, el origen de importantes cementerios cristianos se encuentra en un enterramiento martirial, alrededor del cual se genera una necrópolis ad sanctos que se gestará y desarrollará a lo largo de todo el Medievo (GODOY FERNÁNDEZ, 2005). Así se puede constatar en Mérida, donde la tumba de la mártir Eulalia concentró, a partir del siglo IV, a su alrededor una elevada cantidad de tumbas (MATEOS, 1999); en Complutum en torno a los cuerpos de los niños Justo y Pastor (RASCÓN, 1999); o en Tarraco, ciudad en la que los restos mortales de Fructuoso y sus dos diáconos, fueron el origen de un complejo funerario y cultual a las afueras de la ciudad (LÓPEZ VILAR, 2006). En consecuencia, la tumulatio ad sanctos supuso el primer factor de cambio de los suburbia hispanos a lo largo de la Antigüedad Tardía. En líneas generales se aprecia cómo durante una primera fase (entre los siglos IV y V) (Fig. 253) se mantienen o reocupan las antiguas necrópolis paganas de época altoimperial situadas extramuros370. Se encuentran, por tanto, en un mismo espacio sectores funerarios mixtos o compartidos entre los miembros de la emergente comunidad cristiana y los grupos que mantienen rituales paganos, sin que en ellos sea fácil distinguir el credo de los individuos inhumados (SÁNCHEZ RAMOS, 2003; 2005). Sin embargo, durante los siglos VI y VII se produce un cambio significativo en los lugares de enterramiento con respecto a los de la ciudad imperial. A partir de este momento se aprecia la desaparición o abandono de ciertas áreas funerarias de tradición romana frente a la concentración de enterramientos en torno a centros con especial significación religiosa, en particular, de carácter martirial (SÁNCHEZ RAMOS, 2007a, 199). Se crean, de este modo, nuevas áreas cementeriales alrededor de estos espacios sagrados, conver-

369  Como resultado de su tesis doctoral se han publicado varios trabajos centrados de manera específica en la cristianización de la topografía funeraria de Córdoba durante la Tardoantigüedad (SÁNCHEZ RAMOS, 2002; 2003; 2005; 2006 a, b y c; 2007). Remitimos a estos trabajos para un análisis exhaustivo de dicho proceso. 370  Algunos de estos espacios funerarios romanos habían sido ya amortizados durante los siglos II y III d.C. para usos residenciales o industriales (SÁNCHEZ RAMOS, 2003).

El anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

tidos por lo general en basílicas martiriales distribuidas por los suburbia de la ciudad. Esto supone una clara discontinuidad con respecto a las áreas funerarias anteriores y la configuración de un nuevo paisaje funerario. Esta es, según A. Azkárate, la diferencia fundamental entre el cementerio cristiano y la necrópolis pagana visible a partir de este momento: la prioridad de los espacios funerarios en detrimento de la sepultura aislada (AZKÁRATE, 2002, 112). Si bien desconocemos cuándo se inicia este traslado con seguridad, aparece ya plenamente configurado en el siglo VI.

LOS PRIMEROS INDICIOS CRISTIANOS EN LAS NECRÓPOLIS PAGANAS El siglo IV se presenta, por tanto, como los años de adopción y lenta expansión de las prácticas cristianas por parte de la población371. De hecho, la única evidencia arqueológica clara de la presencia del Cristianismo en Córdoba372 es el uso de sarcófagos con iconografía cristiana; piezas que, por otra parte, se han encontrado descontextualizadas y dispersas –en muchos casos reutilizadas en viviendas del periodo islámico- a lo largo de toda la ciudad373. Estas piezas, cuya cronología no va más allá de mediados del siglo IV, posiblemente importadas desde la capital del Imperio, nos hablan de la cristianización de altos miembros de la sociedad cordobesa374. No obstante, la presencia de sarcófagos de temática pagana375 –los encontrados reutilizados en Medina Azahara o el de la recogida de la aceituna del Cementerio de la Salud376, (Fig. 254) entre muchos otros- nos habla de la convivencia de ambos ritos en un mismo espacio. Sin lugar a dudas, uno de los mejores ejemplos de ello es el único sarcófago cristiano que se encontró in situ, aunque muy saqueado desde antiguo, en la Huerta de San Rafael, al Norte de la ciudad377 (Fig. 255). Esta pieza, de gran calidad técnica y cronología constantiniana, se encontró 371  El hallazgo, junto a una vía de salida de la ciudad en su extremo oriental, de lo que ha sido definida por sus excavadores como una mensa funeraria del siglo IV, alrededor de la cual se generó una pequeña necrópolis, bien pudiera significar el más temprano ejemplo de enterramiento de ritual cristiano de la capital cordobesa. No obstante, debido a la ausencia de elementos claros que definan la religiosidad de los allí enterrados, no se puede afirmar con certeza que estemos ante restos cristianos (MOLINA y SÁNCHEZ, 2002-2003); aunque existen bastantes paralelos que vendrían a corroborar tal hipótesis (SÁNCHEZ RAMOS, 2007, 199). 372  La primera noticia, al margen de los martirios de Acisclo, Zoilo y los Tres Coronas (narrados en el Peristephanon de Prudencio, el Martyrologium Hieronymianum, de mediados del V y el Oracional de Verona, de finales del VII, sólo por citar las fuentes más antiguas), que tenemos al respecto es la firma del obispo cordobés Osio en las actas del Concilio de Elvira (Granada), celebrado en los primeros años del siglo IV. En referencia a este obispo (el primero conocido de la historia de Córdoba), San Atanasio afirmaba que su consagración episcopal tuvo lugar entre los años 290 y 295 (NIETO, 2003, 13), por lo que para esas fechas ya debía de existir una comunidad importante digna de ser regida por un obispo. 373  En este sentido, destacan el de la resurrección de Lázaro y el sacrificio de Isaac, acompañado por la multiplicación de los panes y los peces encontrados en el suburbium occidental, estudiados monográficamente por Sotomayor (2000); el conservado en la ermita de los Mártires, en el Paseo de la Ribera, con escenas de la vida de San Pedro; el que se expone actualmente en el Museo de San Vicente, en la Mezquita Catedral, que fue reutilizado en época visigoda; o el de la escena de Daniel entre los leones (SOTOMAYOR, 2006, 158). 374  De hecho, tenemos claro que, al menos en Hispania, el Cristianismo fue, en primer lugar, un fenómeno eminentemente urbano y relacionado con las clases privilegiadas (MATEOS, 2005). No fue hasta un siglo después cuando la nueva fe comenzó a expandirse por todas las capas de la sociedad. 375  Estudios detallados este tipo de sarcófagos se pueden encontrar en Beltrán, García y Rodríguez (2007) y Beltrán (1999). 376  Esta pieza, que casi con toda seguridad debió pertenecer al ángulo izquierdo del frontal de un sarcófago, debió ser tallada en Roma en época tetrárquica. La escena está compuesta por cuatro personajes, vestidos con ropa de invierno, que realizan labores de recolección de aceitunas: los dos de los extremos, montados en escaleras, portan a sus espaldas capazos; en el centro de la escena, otro personaje recogía directamente las aceitunas de las ramas más bajas del olivo, mientras que el último iba depositando en un cesto las que se encontraban caídas en el suelo (AAVV, 2001, 241). 377  Con una datación aproximada del año 330, esta pieza, hallada en 1962, es un sarcófago columnado con escenas del Antiguo y Nuevo Testamento labradas en su frente (SOTOMAYOR, 2006, 158). Las escenas, labradas con una gran calidad técnica, representan el sacrificio de Isaac, la negación de Pedro, la multiplicación de los panes y los peces, el pecado original y el milagro de la piedra de Horeb.

Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (Vol. II)  Córdoba 2010  isbn 978-84-932591-8-1

[ 549 ]

Vaquerizo, D. / Murillo, J. F. (Eds.)

Fig. 254. Relieve de los aceituneros (AAVV, 2001).

Fig. 255. Sarcófago de la Huerta de San Rafael (SOTOMAYOR, 2006).

Fig. 256. Lápida de Victoria. CIL, II²/7, 658. © Centro CIL II.

en un contexto claramente funerario, rodeada de restos óseos desperdigados, fragmentos de sarcófagos e inscripciones, etc. (SOTOMAYOR, 2006, 158). Sería, por lo tanto, un buen ejemplo de esos espacios de enterramiento mixtos a los que ya se ha hecho referencia a lo largo de este texto (SÁNCHEZ RAMOS, 2007a, 194). Algo más al Norte (en la denominada Huerta de San Rafael; actual barrio de las Moreras), se han documentado vestigios epigráficos y arqueológicos que permiten plantear la existencia de un área funeraria en esta zona. Así lo pone de manifiesto el hallazgo en 1967 de un epígrafe funerario cristiano de la difunta Victoria (Fig. 256), datada durante la primera mistad del siglo V (MARCOS y VICENT, 1977, 167). En este mismo sector, en la década de los noventa se excavó en esta zona del P.P MA 1-1 un cementerio tardoantiguo al que se superpone un arrabal islámico en el sector de las actuales C/ Teruel y Joaquín Sama Naharro. Un poco más al Sur, en la esquina de ésta con la calle Músico Cristóbal de Morales, en una zona en la que no existía tradición funeraria alguna, se erigió en el siglo IV un pequeño edificio cuadrangular de posible funcionalidad religiosa (bien funeraria, bien ritual), sobre el que, en época visigoda se levantó una estructura basilical (APARICIO, 2010, 1131). Esta continuidad se constata, de igual modo, en el uso del diverticulum de la vía Corduba-Hispalis (aproximadamente la actual Avenida de Medina Azahara) como espacio funerario durante, al menos, los siglos IV y V. En este sentido, en primer lugar hay que citar el enterramiento infantil, en una cista378 fabricada con elementos de mármol reutilizados379 (Fig. 257), de cronología tardorromana, localizado en la actual sede del Rectorado de la Universidad de Córdoba (MURILLO et alii, 2009a, 670). A lo largo de la citada

378  Una cronología similar tienen las cistas documentadas en la necrópolis tardorromana de la calle Lucano; cistas que, como en este caso, también servían como contenedores de los cadáveres de neonatos o niños (MOLINA y SÁNCHEZ, 2002-2003, 371). 379  Se trata de una pieza de mármol blanco decorada con roleos, fechable en el siglo I d.C. que bien pudo pertenecer a un monumento funerario del entorno (RUIZ OSUNA, 2007, 110).

[ 550 ]

El anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

avenida380 se han documentado varios grupos de enterramientos con tipología y características similares381: tumbas en fosa simple cubiertas con tegulae –principalmente a doble vertiente o capuccina–, orientación mayoritaria Este-Oeste u Oeste-Este y ausencia de ajuar. En la mayor parte de los casos, los cadáveres se colocaron directamente sobre el suelo, en decúbito supino, con las extremidades superiores e inferiores extendidas. La propia vía Corduba-Hispalis (fosilizada en la actual calle Antonio Maura) también tuvo continuidad durante esta época. Así lo atestiguan los hallazgos descontextualizados de sarcófagos a lo largo de la Avda. de Manolete, así como la pequeña necrópolis documentada tras la plaza de toros de la capital382 (MORENA, 1994). Más al Oeste, en la manzana 14 del Plan Parcial O-7, se han documentado dos nuevos enterramientos, con características similares a los que ya hemos comentado, vinculados a una potente estructura realizada en opus africanum. Aunque no es posible adjudicarles una adscripción religiosa concreta, bien podría tratarse de un recinto funerario, levantado entre los siglos IV y VI –debido a la ausencia de material asociado no es posible ofrecer una cronología más exacta– (CLAPÉS, 2008, 256-258) que guarda un cierto parecido con el localizado en el parque Infantil de Tráfico. Un proceso similar tuvo lugar en el extremo más meridional del suburbio occidental cordobés, en el entorno del Cementerio de la Salud-Fontanar. En esta zona existe una tradición de enterramientos desde, al menos, el siglo I d.C., como atestiguan las excavaciones realizadas hace escasos años en la Avda. del Corregidor (VARGAS y GUTIÉRREZ, 2006); tradición que pervive durante todo el periodo que abarca este estudio. Al igual que en el caso comentado con anterioridad, se observa un predominio de las fosas simples cubiertas de tejas –documentadas en el Cementerio de la Salud (ROMERO DE TORRES, 1909), en el Fontanar de Cábanos (APARICIO, 2002, 12) y en las excavaciones de la calle Pintor Espinosa (RUIZ, MURILLO y MORENO, 2001)–, combinadas con la

Fig. 257. Enterramiento infantil realizado en cista, localizado en el Rectorado de la Universidad de Córdoba. © Convenio GMU-UCO.

380  Así se ha podido documentar en las excavaciones de Avenida de Medina Azahara 41 (RODRÍGUEZ PUJAZÓN, 2003), 43 (APARICIO, 2001), Diego Serrano esquina con Siete de Mayo (SANTOS, 1955) y Glorieta de Ibn Zaydun (SÁNCHEZ MADRID et alii, 2010). 381  Esta tipología de enterramientos se ve acompañada –aunque en proporciones muy inferiores– de otros tipos de enterramientos como cistas (SÁNCHEZ MADRID, 2010) o sarcófagos, como los documentados a mediados del siglo pasado en el entorno de la Glorieta de Ibn Zaydun (MARTÍN URDIROZ, 2002 a y b). 382  Algunas de las tumbas documentadas en este sector de la ciudad se pueden vincular a una estructura de planta rectangular realizada con grandes sillares de caliza trabados con piedras de menor tamaño y cimentación de guijarros (MORENA, 1994, 6). Al carecer de más información al respecto, no podemos concluir si sería algún tipo de enterramiento ad sanctos o simplemente un mausoleo de tipo familiar.

Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (Vol. II)  Córdoba 2010  isbn 978-84-932591-8-1

[ 551 ]

Vaquerizo, D. / Murillo, J. F. (Eds.)

Fig. 258. Mensa funeraria y enterramientos cercanos. Fotografía: S. JURADO.

Fig. 259. Enterramientos en fosa simple con cubierta de tegulae localizados en las excavaciones del Parque Infantil de Tráfico. © Convenio GMU-UCO.

[ 552 ]

presencia de algún que otro sarcófago de plomo –hallazgos en la Avenida Conde de Vallellano (CASTEJÓN, 1954, 171) y detrás del Cementerio de la Salud (IBÁÑEZ, 1983)–. Por lo tanto, observamos cómo, en varios puntos del suburbium occidental cordobés, se mantuvo la tradición de enterrarse en torno a las principales vías de salida de la ciudad. Una costumbre que no permite establecer si los inhumados en tales espacios eran cristianos o paganos, ya que carecen de elementos que definan, sin ningún género de dudas, su religiosidad383. Por otro lado, la simplicidad de los enterramientos, la ausencia de material asociado así como la perduración en el tiempo del uso de la fosa simple como forma de inhumarse, tampoco permite establecer cronologías muy afinadas. No obstante, a pesar de que el uso de este tipo de tumbas perduró durante gran parte de la Edad Media, las evidencias y los paralelos con otras ciudades del Imperio, permiten afirmar que esta forma de enterrarse fue muy común durante el Bajo Imperio y que pervivió, en parte durante la época visigoda, pudiendo vincularse a grupos de tradición hispanorromana. Un ejemplo de esos espacios mixtos podríamos encontrarlo en un grupo de enterramientos excavados en el sector oriental de la ciudad, concretamente en la calle Lucano. Allí, se documentó una necrópolis de cronología tardorromana en la que el elemento más destacable –y con una posible filiación cristiana– y aglutinante “una

383  Estas circunstancias se observan en todo el cinturón de necrópolis de la capital cordobesa. Así, en la conocida como necrópolis septentrional, excavaciones llevadas a cabo en el Plan Parcial Renfe, Doña Berenguela (SÁNCHEZ RAMOS, 2003) o Santa Rosa (SÁNCHEZ RAMOS, 2007, 195) han sacado a la luz grupos de inhumaciones de cronología tardorromana en los que resulta prácticamente imposible definir su religión. Otro tanto igual sucede con los escasos restos funerarios hallados al Sur del Guadalquivir (SÁNCHEZ RAMOS, 2007, 199).

El anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

mensa funeraria relacionada con la celebración de los pasti y el banquete” (SÁNCHEZ RAMOS, 2007, 198) (Fig. 258). Un interesante jalón intermedio en este proceso lo constituyen los hallazgos localizados en el Parque Infantil de Tráfico, donde se localizaron dos niveles de enterramientos (Fig. 259), de clara adscripción cristiana384, fechados durante finales del siglo IV y primera mitad del siglo V d.C. (CASTRO, PIZARRO y SÁNCHEZ, 2006, 109-111). Estos restos debemos de ponerlos en relación con una calle que pasaba junto a la antigua domus. Destaca el hecho de que mientras perduró la funcionalidad funeraria de esta zona, la vía continuó en uso, mostrando incluso algunas reparaciones; abandonándose a finales de este periodo (CASTRO et alii, 2003, 11-12). Este espacio funerario interpretado como de uso familiar aparece, sin embargo, vinculado a muros de un edificio de cierta entidad y cuidada arquitectura cuya funcionalidad no ha podido ser interpretada con seguridad hasta el momento. Aunque sus excavadoras no se deciden a plantear con contundencia la presencia de un centro cultual extramuros en este punto, por “la parcialidad de la información arqueológica y el rápido abandono de este espacio”385 (ibid., 113), sí apuntan la posibilidad de que tenga una funcionalidad religiosa, “aunque en el estado actual de la investigación no podemos definir con exactitud su tipología (memoria, oratorio, basílica, etc.)” (ibid., 115).

LA CONFIGURACIÓN DE UNA TOPOGRAFÍA FUNERARIA CRISTIANA (Fig. 260) Pese a no contar con una documentación concluyente en la mayoría de los casos386 –al no aparecer normalmente los enterramientos asociados con edificios de culto claramente identificables como tales–, existen suficientes indicios para sospechar de la existencia de varios de estos centros en los suburbios de la ciudad. En relación con la configuración de un espacio cementerial en el sector occidental de Corduba, podríamos poner uno de los ejemplos más destacados y extensos de estos nue-

384  El argumento definitivo sobre el que sustentar esta identificación consiste en el hallazgo de una pieza de vidrio decorado con temas cristianos (CASTRO, PIZARRO y SÁNCHEZ, 2006, 110). 385  Pensamos que más que un abandono de este espacio cabría hablar de ampliación o basculación del área de influencia del complejo religioso hacia la zona más meridional, donde se documentaron restos funerarios y elementos arquitectónicos del época visigoda (SANTOS, 1955, 33) 386  El único caso documentado hasta el momento en el que aparecen los enterramientos asociados a un edificio de culto se encuentra en Cercadilla (vid. infra).

Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (Vol. II)  Córdoba 2010  isbn 978-84-932591-8-1

Fig. 260. Topografía funeraria del suburbio occidental de Córdoba en los siglos VI-VII. © Convenio GMU-UCO.

[ 553 ]

Vaquerizo, D. / Murillo, J. F. (Eds.)

Fig. 261. Croquis de D. Samuel de los Santos de los hallazgos encontrados en el Cortijo de Chinales (SANTOS, 1955).

vos espacios con funcionalidad funeraria, posiblemente vinculado a un edificio de carácter martirial. Así, al menos, parecen estar apuntando las distintas evidencias recuperadas en las zonas del Cortijo de Chinales (SÁNCHEZ RAMOS, 2002, 329 ss.; SÁNCHEZ VELASCO, 2006, 224-225), Vista Alegre y Avda. del Aeropuerto (SÁNCHEZ RAMOS, 2007b, 423 –Fig. 1– y 434) y, más recientemente, en el entorno de la antigua facultad de Veterinaria, actual Rectorado de la Universidad de Córdoba, relacionadas con la fase de reutilización del antiguo anfiteatro de la Colonia Patricia, interpretadas como fruto de “la habitual sacralización por parte de la Iglesia de los escenarios del martirio, muchos de los cuales corresponden a los anfiteatros” (SÁNCHEZ RAMOS, 2007a, 197)387. La localización al Sur del antiguo anfiteatro, de numerosas evidencias (restos funerarios asociados a elementos de decoración arquitectónica de carácter litúrgico) relacionadas con la arquitectura cristiana tardoantigua de los siglos VI y VII podría hacer pensar en la existencia de un importante complejo cultual (Fig. 261). Todo parece indicar que el principal foco de atracción de esta zona fue, amén del propio anfiteatro, el gran edificio que documentó Santos Gener a finales de los años 40388. Sería un gran inmueble de unos 75 metros de largo y 50 metros de ancho, subdividido en dos estancias, con orientación Norte-Sur levantado sobre sillares de gran tamaño reutilizados y alzados del mismo material389 (SANTOS, 1955, 31-33). A pesar de no existir más estructuras dignas de mención, alrededor de este imponente edificio aparecieron una enorme cantidad de elementos de decoración arquitectónica, lápidas y enterramientos, que hablan ya, claramente, de la cristianización de este sector de la ciudad. Paradójicamente no se han encontrado muchas tumbas vinculadas a este edificio; sólo dos sarcófagos al exterior y dos cistas rectangulares formadas y cubiertas por lajas de piedra, localizadas en el sector septentrional de la construcción. Sin embargo, la epigrafía sí ha sido muy prolija y se han documentado bastantes inscripciones que abarcan un arco cronológico que va desde el siglo V

387  Acaso se puedan poner en relación con este hipotético uso religioso del antiguo edificio de espectáculos los hallazgos de varios enterramientos fechados entre los siglos IV y VI en la Avda. de Medina Azahara n.º 43 (APARICIO, 2001) o los documentados por Samuel de los Santos Gener en la confluencia de las calles Siete de Mayo y Diego Serrano, donde pudo excavar una estructura absidada a la que se vinculaban varios enterramientos y piezas de decoración arquitectónica (SANTOS, 1955). 388  Este sector de la ciudad fue estudiado por Samuel de los Santos Gener durante la primera mitad del siglo XX como consecuencia de las obras de urbanización de lo que hoy conocemos como “Ciudad Jardín”. En consecuencia, carecemos de contextos arqueológicos claros que nos permitan afinar cronologías. 389  Por alguna razón que se nos escapa, la cimentación de la crujía Norte era considerablemente más estrecha –tan sólo 70 cm–, defecto que fue solventado con la presencia de importantes contrafuertes al interior del edificio.

[ 554 ]

El anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

al VIII390. De este modo, contamos con una treintena de inscripciones en las que predominan fórmulas como “vixit annos” o “famulus christi/dei”, así como crismones y elementos iconográficos –trenzas, tallos, racimos o peltas–, claramente cristianos. Una de las evidencias más antiguas en la que el finado, si bien no lo hace explícitamente, se define como cristiano es la lápida de un personaje tolosano llamado Samon391 que fue enterrado a la edad de 53 años un 25 de octubre de la primera mitad del siglo V392 (Fig. 262). De todas las lápidas, sólo conservamos los nombres completos de cinco individuos, presentando una variedad prosopográfica muy interesante, pero que tiene en común el hecho de ser nombres cristianos393. Tan sólo hay uno, el de Chintio (CIL2 7.649), que no se puede vincular con ninguna religión; de hecho, en toda la epigrafía del Imperio ésta es la primera y única vez que se documenta dicho nombre que, por su raíz, es posible que fuera de origen germano (SALVADOR, 1998, 59). Al margen de los enterramientos y los muros del edificio, se han recuperado en sus alrededores una gran cantidad de elementos de decoración arquitectónica394, entre los que abundan las placas y las columnas, que ofrecen una imagen más completa del aspecto que debió tener este edificio (Fig. 263). Debido a la fragmentación de muchas de las lápidas, la datación de las mismas se realiza mediante criterios estilísticos y tipológicos de las letras, lo que no permite gran precisión en la cronología de las mismas. No obstante, existen algunos casos en los que la propia inscripción aportaba la fecha de la muerte: Teodosio falleció el 20 de abril de 563 (CIL2 7.601); Chintio el 17 de marzo de 607 (CIL2 7.649); 22 de abril de 566 (CIL2 7.669); 609 (CIL2 7.677) y 634 (CIL2 7.680). 391  Samon civis / Tolosianus re/ces(s)it in pace d(ie) oc/tavo K(a)l(endas) Novembres / vixit annos LIII (CIL2 7.655). 392  La presencia de un personaje de origen galo en la capital cordobesa pudo deberse a su participación en las expediciones visigodas realizadas en Hispania contra los pueblos germanos en función del foedus firmado con Roma (SALVADOR, 1998, 176). Este hecho podría relacionarse con la hipótesis que plantea García Moreno, según la cual, la presencia de personajes de etnia goda en la capital cordobesa debe retrotraerse a mediados del siglo V (GARCÍA MORENO, 2006). 393  Teodosius (CIL2 7.601), Acisclus (CIL2 7.645), Casiana (CIL2 7.648) y Fortuna (CIL2 7.652) son nombres sobradamente conocidos en la epigrafía cristiana temprana. En este sentido, llaman la atención el de Teodosio, nombre teofórico que rememoraba al emperador que hizo el Cristianismo religión oficial y Acisclo, en honor del gran mártir cordobés del siglo IV (SALVADOR, 1998). 394  Se conserva una notable colección de columnas –bien completas o bien fragmentadas– elaboradas, principalmente, en caliza y mármol (en ese orden). Igualmente se han documentado basas áticas, capiteles corintios o corintizantes (en su mayor caso con hojas de acanto muy depreciadas, tal y como se documentan en todo el Imperio en los siglos VI y VII), fustes (lisos o estriados), así como dos cimacios. También existen otras piezas, estadísticamente mucho menores, como una ménsula de caliza, un fragmento de friso, un salmer y algunas de funcionalidad desconocida. Los estudios estilísticos e iconográficos de las piezas ofrecen una cronología visigoda, que abarca entre finales del VI y mediados del VII, es decir, que deberíamos incluir este edificio en un contexto puramente visigodo (SÁNCHEZ RAMOS, 2002, 337). 390 

Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (Vol. II)  Córdoba 2010  isbn 978-84-932591-8-1

Fig. 262. Lápida del tolosano Samon. CIL, II²/7, 655. © Centro CIL II.

[ 555 ]

Vaquerizo, D. / Murillo, J. F. (Eds.)

Fig. 263. Selección de piezas encontradas en el Cortijo de Chinales (a partir de SÁNCHEZ RAMOS, 2002; SÁNCHEZ VELASCO, 2006 y VICENT, 1998).

[ 556 ]

La presencia de placas decoradas, –o fragmentos de ellas– que bien pudieron hacer la función de canceles, es especialmente nutrida395. Las placas, elaboradas bien en caliza o en mármol –aunque con predominio de la primera– presentaban una decoración muy habitual en la iconografía del momento: tetrafolias de bulbo central elaboradas a partir de círculos secantes y tallos ondulantes formando racimos396. 395  En total se han podido identificar 13 piezas de este tipo (referencias del MAECO: 10.672; 11.273; 12.536; 12.722; 12.758; 10.711; 12.582; 12.583; 12.658; 12.672; 12.673; 12.690; 12.725. 396  Temas vegetales como éstos, tuvieron una gran profusión en toda la Península, pudiendo encontrar su origen en la iconografía clásica relacionada con el mundo báquico y funerario (SÁNCHEZ RAMOS, 2007b, 431).

El anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

Llama la atención un conjunto de siete columnitas397 de pequeño tamaño (fustes y capiteles) fechables en el siglo VII398. Con un diámetro medio de unos 10 cm, son piezas bastante simples, lisas, y labradas en caliza, en las que la decoración (caulículos, volutas etc.) tiende a simplificarse hasta casi desaparecer. Aunque no queda muy clara su funcionalidad –de hecho existe un debate historiográfico sobre el tema– todo parece indicar que estas columnitas se utilizaron como parteluces en ventanas geminadas y en el mobiliario litúrgico de las iglesias (VICENT, 1998, 96; SÁNCHEZ RAMOS, 2007b, 427). Por lo tanto, no podemos sino concluir que en este lugar se erigió un gran edificio que dominaba su entorno desde una pequeña colina y que generó una pequeña necrópolis a su alrededor. Ya desde antiguo, Santos Gener propuso, basándose en la aparición de la lápida de un tal Acisclus399 (Fig. 264), que los restos allí excavados debieron pertenecer al monasterio de los Cien Monjes, o de San Acisclo, de origen tardoantiguo, en el que se formaron mártires mozárabes (SÁNCHEZ RAMOS, 2002) y que el citado personaje debió ser un monje que adoptó el nombre del titular del monasterio (SANTOS, 1955). Aunque sólo se puede plantear como una hipótesis400 –por cierto, muy sugerente– esta idea no parece descabellada, ya que los muros informan de un edificio de grandes dimensiones que bien pudo ser el refectorio, el hospitium o cualquier otra sala dispuesta para albergar a una comunidad numerosa401. En este sentido, grandes edificios –o conjuntos de ellos- de planta rectangular, localizados a las afueras de sus respectivas ciudades ya han sido interpretados como estancias monacales a lo largo de los últimos años402. Al Sur de este espacio, en el sector conocido como Colina de los Quemados y Fontanar de Cábanos, se ha venido situando tradicionalmente uno de estos espacios funerarios de época tardoantigua y visigoda a partir de los hallazgos realizados por E. Romero de Torres a principios del siglo XX de varias tumbas junto al 397 

Fig. 264. Lápida de Acisclus. CIL, II²/7, 645. © Centro CIL II.

30.139, 12.590, 12.677, 12.570, 12.670, 12.682 y 12.680, según el catálogo del

MAECO. 398  El conjunto total de este tipo de piezas encontradas en Córdoba ha sido estudiado brillantemente por Ana M.ª Vicent (1998). 399  La inscripción (CIL2/7.645), que reza [AC]ISCLUS FA[MULUS] / [PX(CHRIST)I VIXIT A] NNOS se puede fechar, de forma genérica, durante el periodo visigodo. 400  Los monasterios urbanos se localizaron, casi en exclusiva, en los suburbia de las ciudades, habida cuenta de la necesidad de una gran cantidad de terreno libre donde edificarlos (BIARNE, 2002, 127). 401  Al margen de la propia iglesia, entre los muros de la clausura, los complejos monásticos hispanos contaban con un número variable de edificios: refectorio (ya citado), cellarium (almacén), dormitorios, hospedería monástica, zona de novicios, enfermería, biblioteca, portería etc… toda una serie de construcciones que variaría en función de su economía, número de monjes… (MARTÍNEZ TEJERA, 1998, 21). 402  En esta línea se encontrarían las estructuras excavadas en Tarragona (LÓPEZ VILAR, 2006) o el xenodochium emeritense (MATEOS, 1999); complejos arquitectónicos desarrollados a partir del siglo VI y vinculados en su origen con el mundo martirial y la recepción de peregrinos.

Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (Vol. II)  Córdoba 2010  isbn 978-84-932591-8-1

[ 557 ]

Vaquerizo, D. / Murillo, J. F. (Eds.)

Fig. 265. Enterramiento múltiple y ajuar excavado en el Teatro de la Axerquía (MORENO y GONZÁLEZ, 2005).

cementerio de Nuestra Sra. de la Salud (ROMERO DE TORRES, 1909) y de piezas de decoración arquitectónica por Santos Gener junto al camino del Fontanar (SANTOS, 1955). Esta información ha sido confirmada posteriormente gracias a la documentación de varias tumbas en las inmediaciones403 y, sobre todo, tras la excavación en el “Teatro de la Axerquía” de dos sepulturas datadas en el siglo VII a partir de los elementos de ajuar recuperados (Fig. 265) (MORENO y GONZÁLEZ, 2005, 203); si bien, en este caso, no está segura su adscripción a ningún centro de culto404. A diferencia de los que sucede en la mayoría de los casos comentados, aquí parece darse una continuidad como zona de enterramientos desde el siglo III hasta, al menos, el siglo VII. Sin lugar a dudas, de todos estos centros de culto tardoantiguos el más conocido y mejor documentado hasta el momento se sitúa al Norte del complejo tardorromano de Cercadilla. En torno a las estancias septentrionales del conjunto arquitectónico bajoimperial se dispone un grupo de enterramientos que parecen responder a la tradición de enterramientos ad sanctos. Más allá de la discusión acerca de la interpretación de la fase fundacional del edificio y su advocación a San Acisclo o San Félix, parece incuestionable que se trataría de un espacio con ciertos enterramientos privilegiados, como demuestra el hallazgo de la inscripción funeraria del Obispo Lampadio (fechada en 549; reutilizada como cubierta de una tumba mozárabe) y el anillo-sello del obispo Sansón405 (HIDALGO, 2002). La extensión

403  Excavaciones de la Avda. del Aeropuerto, calle Pintor Espinosa y del PERI 9-A del PGOU, “Pago o Huerta del Fontanar”, donde se han documentado varios enterramientos fechados entre los siglos IV y VI d.C. 404  Pese a todo, la continuidad de la ocupación de la zona con un arrabal emiral, hace plantear a I. Sánchez que “bien pudieran perpetuar un barrio cristiano anterior organizado junto a una basílica” (SÁNCHEZ RAMOS, 2007b, 439, nota 106). No obstante, ya Santos Gener, a raíz de los hallazgos realizados en la década de los 40, se preguntaba si, los restos de una “construcción subterránea con apariencia de iglesia” no serían los de San Ginés, templo citado en los escritos medievales cordobeses (SANTOS, 1955). De hecho, hay que tener en cuenta que en el entorno se localizaron, totalmente descontextualizados, una columnilla monolítica (VICENT, 1998, 104, Fig. 5, n.º 26); un fragmento de mesa-altar de mármol (SÁNCHEZ VELASCO, 2008, 73, n.º 84) o un soporte cuadrangular de altar (SÁNCHEZ VELASCO, 2006, 70, n.º 79). 405  Existe cierta discusión acerca de la interpretación y cronología (tardoantigua o altomedieval) del personaje mencionado en dicho anillo (MARFIL, 2000b, 160).

[ 558 ]

El anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

hacia el sector más oriental del área funeraria de Cercadilla ha sido confirmada recientemente con la excavación de ocho tumbas (cuatro de las cuales contenían huesos en deposición secundaria) (FUERTES, RODERO y ARIZA, 2007, 177-182). En el sector oriental el principal espacio funerario debió de situarse junto a la llamada basílica de los Tres Santos o Tres Coronas, los santos Fausto, Genaro y Marcial. La identificación de este enclave con la actual iglesia de San Pedro se fundamenta en el hallazgo de varios elementos de decoración arquitectónica, fragmentos de escultura decorativa de época visigoda, la conservación de algunos epígrafes cristianos (de discutida cronología) (MARCOS y VICENT, 1975, 201) y, en especial, la excavación en la actual iglesia de San Pedro de varios enterramientos de rito cristiano fechables, según su excavador, en el siglo XI (MARFIL, 2000b, 173-176). Todos estos indicios permiten pensar en la localización en este enclave de un cementerio cristiano vinculado a la mencionada basílica martirial suburbana, que se mantuvo en funcionamiento tras la ocupación islámica de la ciudad406. Al Sur del río, en el llamado “Campo de la Verdad”, el hallazgo de varias piezas de decoración arquitectónica datables en el siglo VII, en la denominada “Huerta Ripoll”407, pudieran ponerse en relación con otra de estas basílicas suburbanas. Las referencias textuales aportadas por los miembros de las comunidades cristianas bajo dominio islámico mencionan la existencia al otro lado del río de la basílica de San Cipriano y de una iglesia donde se celebraba la festividad de San Cristóbal (SÁNCHEZ RAMOS, 2007b, 439, nota 109).

*** Otro rasgo del paisaje funerario de la ciudad tardoantigua lo constituye la aparición de enterramientos intramuros (GONZÁLEZ VILLAESCUSA y LERMA, 1996; AZKÁRATE, 2002). En Córdoba encontramos enterramientos aislados en el sector Norte del recinto amurallado, fechados a partir del siglo VI (CARRILLO et alii, 1999, 44, nota 39), así como algunos otros en zonas marginales del sector meridional408. Ninguna de estas inhumaciones parece definir espacios funerarios ni están asociadas a edificios de culto y ello pese a que están constatados algunos edificios de este tipo intramuros (MARFIL, 1996 a y b; 2000a) y existen indicios de la existencia de otros (CARRILLO et alii, 1999, 45). Esta localización de enterramientos intramuros en la parte más septentrional de la ciudad se ha puesto en relación con el posible abandono de aquel sector intramuros, aparentemente deshabitado y destinado a fines productivos como huertas, muladares, etc., a favor de la configuración de un nuevo centro de poder en el sector suroccidental de la ciudad. Esta afirmación ha sido matizada recientemente y de forma muy atinada, según nuestro criterio, por Isabel Sánchez. No se trataría tanto de un abandono como consecuencia del deterioro urbano, sino de una nueva “forma de entender la ciudad tardoantigua, que comportará un tejido urbano discontinuo, escalonado de sepulturas, espacios de funciones productivas y de habitación” (SÁNCHEZ RAMOS, 2007a, 201), en la que no resultaría extraña la convivencia de vivos y muertos compartiendo espacios tanto al interior como al exterior de las murallas. En este sentido, cabría plantear la posibilidad, aún no constatada arqueológicamente, de encontrar espacios funerarios privilegiados vinculados con el complejo episcopal que, con un origen

406  Esta hipótesis de identificación, asumida por la inmensa mayoría de la comunidad científica (SÁNCHEZ RAMOS, 2006b, 94) es, no obstante, obviada en un reciente estudio sobre la decoración arquitectónica de época visigoda conservada en el Museo Arqueológico, a favor de un emplazamiento más cercano a las murallas de la ciudad (SÁNCHEZ VELASCO, 2006, 226-227) basado más en fundamentos subjetivos destinados a retroalimentar una débil argumentación de situación del anfiteatro en esta zona, cuando éste ya ha sido localizado a occidente de la ciudad. 407  “La inmensa mayoría de la piezas que hemos adscrito a este complejo se hallaron durante unas excavaciones llevadas a finales de los 40, cuando toda la zona que se encontraba entre las actuales calles de Acera Pintada y Avda. de Cádiz fue urbanizada y construidas las llamadas “casas baratas” (…). Además, la urbanización continuó hacia donde hoy se localiza el Hotel Hesperia, donde se hallaban unos terrenos propiedad del señor Ripoll” (SÁNCHEZ VELASCO, 2006, 227). 408  Los encontrados sobre los restos ya amortizados del teatro de la ciudad (MONTERROSO, 2002, 147).

Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (Vol. II)  Córdoba 2010  isbn 978-84-932591-8-1

[ 559 ]

Vaquerizo, D. / Murillo, J. F. (Eds.)

probablemente a lo largo del siglo V, si no anterior, parece definitivamente consolidado en el sector meridional de la ciudad, al menos, a partir de mediados del siglo VI d.C. Pese a no contar con evidencias hasta el momento en Córdoba, no resulta nada descabellado pensar en la existencia de un fenómeno similar al documentado en los conjuntos episcopales de Valencia (ALAPONT y RIBERA, 2006) y Barcelona (BELTRÁN, 2008).

*** Y, finalmente, un factor importante a tener en cuenta en esta segunda fase es la incorporación de nuevos contingentes de población desde la conquista visigoda de la ciudad, consolidada definitivamente durante el último cuarto del siglo VI. Se ha insistido en el peso de la tradición hispanorromana de la población cordobesa de época tardoantigua y la resistencia que ésta ofrece a la conquista visigoda, que no se concreta definitivamente hasta el año 584 (RODRÍGUEZ NEILA, 1988a). Sin dejar de considerar cierta esta afirmación genérica, es conveniente matizarla a tenor de datos como la antroponimia de algunos miembros de la nobleza cordobesa tardoantigua que manifiesta su origen germánico y las propias evidencias funerarias fechadas en un momento previo a la conquista visigoda de finales del siglo VI. En este sentido, resultan muy valiosas las apreciaciones de L. González Moreno, quien considera a esta nobleza “de origen diverso, romano y también gótico, capaz de mantener el recuerdo de sus orígenes étnicos –como podría ser en el caso de la visigoda su propia antroponimia o ciertas tradiciones germánicas de tipo más bien simbólico muy enraizadas en las familias de la nobleza goda, como pudiera ser la Morgengabe–, pero que se considera un solo grupo social y político en la que le unía frente a los poderes externos que amenazaba la plena realización de sus aspiraciones políticas: su carácter cordobés y su declarada Fe católica, la misma que había llevado al martirio a los santos cordobeses” (GARCÍA MORENO, 1995, 870). Entre los rasgos distintivos de estos grupos de origen godo podría muy bien estar las particulares características detectadas en el registro funerario que no siempre se han sabido reconocer o valorar en su justa medida. A partir de estos siglos (VI y VII) empieza a detectarse en Córdoba un tipo particular de ritual409 (enterramientos mayoritariamente en cistas de calcarenita, y con un alto porcentaje de enterramientos múltiples) y ajuares funerarios tipo410 (consistente en la presencia de vasijas de cerámica y elementos metálicos de adorno personal). Ejemplos de estos enterramientos los encontramos en el Teatro de la Axerquía (MORENO y GONZÁLEZ, 2005), en las inmediaciones de Cercadilla (FUERTES, RODERO y ARIZA, 2007) y en el sector oriental411 y septentrional, en la C/ Pintor Palomino, n.º 55412. Atendiendo a la singularidad de los rituales funerarios documentados en estas inhumaciones con respecto a la tradición hispanorromana cabría la posibilidad de ver un indicio distintivo de carácter

409  Las características de estos enterramientos se distinguen claramente de las inhumaciones más habituales de época anterior, esto es, fosas simples con cubierta de piedra o de tegulae y sin ningún tipo de ajuar. 410  Muy recientemente se ha planteado una nueva –y muy interesante teoría– acerca de la funcionalidad de este tipo de piezas: como contenedor de oleos o agua bendita que pudieran interceder por el fallecido a su llegada al cielo (GIMENO y SASTRE, 2009). Estaríamos ante un tipo culto martirial secundario, generado por “reliquias de contacto”, es decir, aquellos elementos que han estado en contacto con los mártires y que han recibido parte de la “santidad” de aquellos (GODOY FERNÁNDEZ, 2005, 67-69). 411  Excavación en la zona de Zumbacón fruto del Estudio de detalle de la zona SC3 (Zumbacón), dirigido por D.ª Isabel Larrea Castillo. 412  En esta excavación se documentaron los testimonios funerarios más tardíos de época visigoda, representados por tres tumbas conformadas por cistas rectangulares realizadas con lajas de calcarenita, sin cubiertas. Destaca el ajuar de la tumba n.º 3, compuesto por un pequeño cuchillo de hierro, una cuenta de collar y una moneda (triente de oro) de final del reinado de Egica, representado con su hijo Witiza, acuñación de 698-702 (PÉREZ, PIÑERO y SALINAS, 2006).

[ 560 ]

El anfiteatro romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

La etapa tardoantigua: nuevo paisaje suburbano

étnico-cultural413, o sólo sería una cuestión de índole cronológica414. No obstante, ni su distribución (salvo, quizás el último de los casos mencionados), ni su segregación/concentración permiten hablar de cementerios exclusivamente visigodos, sino que éstos parecen estar integrados en el resto de las áreas funerarias cordobesas. Se configura, por lo tanto, una imagen, más o menos clara, de la “corona funeraria” que circundaba la ciudad de Córdoba durante la Antigüedad Tardía; una ciudad que, en cuestión de un par de siglos, vio como sus suburbia se poblaban de iglesias y necrópolis en honor a los mártires locales415. En lo que respecta al suburbium occidental, eje de este estudio, todo parece indicar que sufrió, desde posiblemente el siglo IV, un proceso de cristianización de gran calado que marcó el futuro desarrollo de todo el sector al Oeste de la muralla urbana. Toda una serie de edificios cultuales y funerarios que jalonaban la zona de Norte a Sur y de Este a Oeste. No pensamos que todos estos “pequeños” centros de culto –martyria, basílicas…– tuvieran un desarrollo en solitario, aislado, sino que debieron formar parte de un complejo mucho mayor que ocupaba todo el suburbio. Debió ser, por lo tanto, un gran conjunto que surgió como devoción a la vida y muerte de los mártires y que pervivió durante toda la Antigüedad Tardía; un gran conjunto arquitectónico en el que se debieron dar cita multitud de fieles y peregrinos416 que venían a presentar sus respetos a los santos cordobeses417. Sea como fuere, la formación de estos espacios fue decisiva para la configuración de los paisajes funerarios en época altomedieval, ya que, los principales centros de culto cristianos y sus áreas cementeriales aledañas fueron ocupados, sin aparente solución de continuidad, por las llamadas comunidades mozárabes de la ciudad hasta el siglo IX. Alberto León Muñoz Saray Jurado

413  Estas mismas características generales se aprecian, por ejemplo, en el cementerio tardoantiguo de la Almoina de Valencia (ALAPONT y RIBERA, 2006). 414  Para una revisión historiográfica de los planteamientos relativos a esta discusión remitimos al trabajo de A. Azkárate (2002, 116-118). 415  Los textos informan que durante este periodo –y también en época mozárabe– Córdoba contó con un importante número de iglesias y monasterios (PUERTAS, 1975, 41-51). 416  Sabemos por las fuentes escritas que estos grandes complejos de peregrinos abarcaban iglesias, monasterios, necrópolis, hospederías y multitud de edificios al servicio de los llegados de fuera. 417  Procesos similares observamos en el complejo religioso que se erigió en Mérida en torno a la tumba de Santa Eulalia (MATEOS, 1999) o en la necrópolis del Francolí, en Tarragona, alrededor del enterramiento del mártir San Fructuoso (LÓPEZ VILAR, 2006).

Monografías de Arqueología Cordobesa 19 (Vol. II)  Córdoba 2010  isbn 978-84-932591-8-1

[ 561 ]

Con la colaboración de MINISTERIO DE Ciencia e Innovación

vio la luz en 1994, es una serie de carácter temático publicada por el Grupo de Investigación Sísifo (P.A.I., HUM-236), de la Universidad de Córdoba, y la Gerencia Municipal de Urbanismo de esta misma ciudad,

cordobesa

en el marco de su convenio de colaboración para la realización de actividades arqueológicas, que dirigen

Vaquerizo, D.; Murillo, J. F. (Eds.)

El Anfiteatro Romano de Córdoba y su entorno urbano. Análisis Arqueológico (ss. I-XIII d.C.)

19 Vol. II

el Prof. Dr. Desiderio Vaquerizo Gil y el Dr. Juan Fco. Murillo Redondo. MgAC surge como instrumento para dar a conocer de forma monográfica propuestas de interpretación arqueológica desarrolladas por Investigadores de dicho Convenio, que someten así, de manera periódica, su trabajo al juicio crítico de la comunidad científica internacional, así como temas de especial relevancia para el avance de la investigación arqueológica española y cordobesa.

Vaquerizo, D.; Murillo, J. F. (Eds.) El Anfiteatro Romano de Córdoba

[ monografías de arqueología cordobesa ] 2010

Vol. II

Monografías de Arqueología Cordobesa (MgAC), que

[ 2010 ]

19

monografías de arqueología

Imagen de portada: Vista aérea del Rectorado de la Universidad de Córdoba, con la superposición de las diversas fases documentadas arqueológicamente. Destaca, entre todas ellas la inmensa mole del anfiteatro patriciense. (Elaboración: R. Ortiz; © Convenio GMU-UCO).

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.