Lenguas en retroceso vistas como tecnologías rotas

Share Embed


Descripción

Ismael Arinas Pellón Universidad Politécnica de Madrid Dept. Lingüística Aplicada a la Ciencia y la Tecnología Agosto – Octubre de 2013

Lenguas en retroceso vistas como tecnologías rotas 1. Introducción Los primeros automóviles antes de ponerse en marcha necesitaban 20 operaciones previas1. Hoy en día se han probado con éxito vehículos sin conductor2 que para funcionar sólo requieren que los pasajeros seleccionen un destino. Los idiomas, nos dice el filósofo Fernando Flores Morador (2011:105), son tecnologías y, por lo tanto, también evolucionan con el tiempo. Estos cambios se producen en la pronunciación, las reglas que permiten construir oraciones, los significados de las palabras, y los ámbitos de uso de un idioma concreto. Todas las lenguas, al igual que otras tecnologías más tangibles, van a terminar siendo tecnologías obsoletas. Por ejemplo, el latín, una lengua muerta, se fragmentó en múltiples lenguas romances algunas de las cuales se han extinguido (el mozárabe o el dálmata) y otras se han extendido más allá de su ámbito de origen por procesos de colonización (español, francés, o portugués). En esta colección de trabajos de investigación de los alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey Campus Querétaro (ITESMCQ), algunos (García Gálvez et al, 2013; Martínez Del Valle y González Quintanar, 2013; Mora Cortés y González González, 2013; Quintero Campos y Esparza Hernández, 2013) han considerado directamente la relación entre la lengua otomí e identidad bajo el prisma de las tecnologías rotas (Flores Morador, 2011). Este artículo tiene dos propósitos esenciales: primero, aclarar algunos conceptos básicos de la lingüística en relación con la comunicación multilingüe; y segundo, combinando los trabajos de los alumnos del ITESMCQ con otras fuentes, explicar qué factores pueden estar conduciendo a la lengua otomí al estado de tecnología rota. Las conclusiones señalan la interrelación entre las políticas lingüísticas y la percepción de la identidad propia por parte de grupos de hablantes bilingües o multilingües. La desaparición de cualquier lengua comienza en parte con su

1

Véase el documental del británico Channel 4 “The Secret life of Machines – The Combustion Engine” a partir del minuto 8 en http://qt.exploratorium.edu/ronh/SLOM/SLOM_0201Internal_Combustion_Engine.m4v (02/08/2013). 2 http://www.ted.com/talks/sebastian_thrun_google_s_driverless_car.html video conferencia en inglés que explica el proyecto de un coche sin conductor en la empresa Google. También nota de prensa sobre esta tecnología en http://www.madrimasd.org/noticias/via-libre-al-coche-sin-conductor/54321 (02/08/2013)

1

diversificación y en parte con el abandono de su uso en los entornos públicos. Por otra parte, los trabajos de los estudiantes del ITESMCQ suscitan varias preguntas que sugieren investigar en más detalle la relación entre nuevas tecnologías como canal de comunicación y distintas generaciones de hablantes de otomí o la relación entre marginación y mantenimiento o desaparición de una lengua como tecnología para comunicarse. 2. Lenguajes vistos alternativamente como tecnologías plenas o rotas Tanto las investigaciones lingüísticas como antropológicas actuales parecen mantener un consenso casi unánime sobre la capacidad inherente de todas las lenguas y sus dialectos para satisfacer suficientemente las necesidades comunicativas de sus hablantes (Edwards, 2011: 111-112). Por lo tanto, la desaparición de una lengua no es achacable a posibles imperfecciones técnicas. Las lenguas son tecnologías dinámicas, adaptables y por ello evolucionan. La evolución en sí misma es una causa de su desaparición, pero también existen causas externas que pueden conducir a la extinción de un idioma concreto (véase más abajo el apartado 6). Fernando Flores Morador (2011) nos proporciona una metodología para clasificar los tipos de insuficiencia que degradan a las tecnologías en el escalafón de su utilidad. Para Flores Morador (2011: 17), toda tecnología surge del deseo previo de llevar a cabo una acción (noema). Si este deseo cristaliza en un objeto o método para consumarlo, entonces tendremos un pragma. En el tercer apartado de este documento hablaré del noema que justifica la tecnología lingüística, pero baste decir por el momento que todos los idiomas comparten el mismo noema y se diferencian en el pragma que usan para llevarlo a cabo (variedad lingüística). Flores Morador (2011: 19-24) establece tres niveles de rotura tecnológica que no son necesariamente independientes entre sí. En un primer nivel, tenemos roturas que afectan a la congruencia entre el noema y el pragma que lo materializa. Dentro de este primer nivel de rotura se describen también incongruencias que bien reflejan que el pragma no funciona completamente porque el noema es incompleto, o bien que el noema se materializa en pragmas cuya tecnología es aun deficiente. En un segundo nivel, se describen tecnologías cuya rotura se debe a la obsolescencia: siguen siendo útiles, pero han sido ya superadas por pragmas superiores. Además este segundo nivel incluye aquellas tecnologías cuya reproducción resulta imposible por razones históricas (se ha perdido el conocimiento o un elemento necesario ya no se puede obtener). Y en un tercer nivel se producen roturas que conciernen a aspectos culturales y sociales. Si bien es este último nivel de rotura el que describe la desaparición de un idioma como

2

tecnología plena para comunicarse, a lo largo de este artículo veremos ejemplos de los otros niveles de rotura en los idiomas. 3. ¿Para qué sirve el lenguaje? Si bien no existe un acuerdo general entre las distintas teorías lingüísticas sobre la respuesta a esta pregunta, me inclino por la explicación que proporciona la teoría lingüística sistémico funcional (LSF) de M.A.K. Halliday (1994). Los motivos para esta elección son los siguientes: Halliday (1994: xiii) considera que la gramática debe estudiar cómo se usa el lenguaje. En otras palabras, el uso del lenguaje (textos hablados y escritos) como recurso para generar significado, porque el lenguaje es una herramienta para generar significado en un contexto (Halliday y Mattiessen, 2013: 3). La LSF no sólo estudia los textos3 en sus contextos, sino que también describe y analiza cómo funciona cada elemento del lenguaje4 dentro del sistema lingüístico (Halliday, 1994: xiv). Finalmente, la LSF estudia los componentes que generan significado según tres metafunciones: ideacional, interpersonal, y textual. Otros modelos gramaticales, como el estructuralista-chomskyano, no prestan ninguna atención a las posibles relaciones entre estructuras, significado y contexto. La metafunción ideacional se identifica con el uso del lenguaje para organizar, comprender, y expresar nuestras percepciones sobre el mundo y nuestra consciencia (Bloor y Bloor, 2004: 10). La metafunción interpersonal atañe a cómo se emplea el lenguaje para tomar parte en actos comunicativos con otras personas, asumir roles, y tanto expresar como comprender sentimientos, actitudes, y opiniones (Bloor y Bloor, 2004: 11). Asimismo, la función textual nos permite relacionar lo que se dice o escribe con el resto del texto y con otros actos lingüísticos. Esto incluye el uso del lenguaje para estructurar el propio texto (Bloor y Bloor, 2004: 11). Para los lingüistas que siguen el modelo LSF, un texto se puede analizar como un espécimen de un sistema lingüístico o como un artefacto usado para generar significado (Halliday y Matthiessen, 2013: 3). En el primer caso, nos interesa desentrañar cómo funciona el sistema lingüístico. En el segundo caso, nos importa averiguar qué significa ese texto y por qué tiene ese significado para nosotros o para otros. Si vamos a considerar aquí el lenguaje como una tecnología, nos conviene estudiar su faceta como artefacto. La siguiente sección describe brevemente la relación entre las identidades de los hablantes y cómo estos usan un mismo idioma de formas distintas en distintos contextos. Los tipos de variación que se describen no sólo se dan 3

Como texto entienden los lingüistas sistémico funcionales tanto el lenguaje escrito como el hablado. Por elementos del lenguaje se entienden las palabras, los grupos nominales, adjetivales, verbales, adverbiales, preposicionales, las oraciones tanto simples como compuestas, los elementos prosódicos, los párrafos, los elementos que cohesionan los textos, y el uso metafórico del lenguaje 4

3

con hablantes monolingües, sino que en el caso de hablantes multilingües, estos seleccionan además entre distintas lenguas. 4. Variación en el lenguaje: su relación con las identidades Entre las marcas de fabricantes de automóviles están aquellas que son más o menos nuevas (las chinas Great Wall Motors fundada en 1976 o Cheri Automobile Co. Ltd creada en 1997), aquellas que aparecieron con los primeros vehículos autopropulsados (la Daimler AG, que tiene sus antecedentes en la Benz & Cie de 1883, o la Ford Motor Company de 1903), aquellas que pueden desaparecer si su situación no cambia (las estadounidenses Chrysler Group LLC, General Motors Company, y Ford Motor Company) y finalmente aquellas que desaparecieron por diversas causas (la española Hispano-Suiza, la alemana NSU Motorenwerke AG, o la francesa Poinard). Estas circunstancias son trasladables, con algunas matizaciones, a las lenguas. Existen lenguas criollas con tan sólo unos 200 años de antigüedad (el haitiano o el singlish). Entre las lenguas más antiguas que todavía tienen algún uso están el copto (antiguo Egipcio de la época faraónica relegado hoy a un uso religioso) o el hebreo que se resucitó como lengua hablada durante el siglo XIX por impulso del movimiento sionista y que actualmente es la lengua oficial del estado de Israel. Según el Endangered Language Fund5 hay aproximadamente 3.500 lenguas en peligro de extinción (entre ellas varias lenguas habladas en México6). Sólo se puede estimar el número de lenguas desaparecidas, ya que es altamente probable que muchas desaparecieran antes de los primeros registros históricos de su existencia. Han surgido numerosos métodos para reconstruir posibles lenguas extintas a partir de lenguas actuales7, pero no nos garantizan ni la exhaustividad en las protolenguas reconstituidas, ni la exactitud del vocabulario resultante. Por poner dos ejemplos de lenguas extintas, se pueden mencionar el sumerio y el galice. La primera entró en fase de declive unos 2.000 años antes de Cristo y entre el 1.700 A.C. y el 100 A.C. su uso se restringió a la escritura en Asia Menor de textos religiosos, literarios, y científicos (Kausen, 2006: 2-3). La segunda desapareció definitivamente hacia los años sesenta del siglo XX y se hablaba en el estado de Oregon (EE.UU.)8. Y del mismo modo que coexisten numerosas marcas de coches en cada país, la situación históricamente más frecuente ha sido el multilingüismo (Auer y Wei, 200: 1), 5

http://www.endangeredlanguagefund.org/ (23/08/2013). Según el atlas interactivo de la UNESCO serían 21 idiomas los que se hallan en serio peligro de extinción en México: http://www.unesco.org/culture/languages-atlas/index.php?hl=es&page=atlasmap (23/08/2013). 7 Véase por ejemplo el reciente artículo sobre métodos probabilísticos de reconstrucción de lenguas antiguas en Bouchard-Côté et al., 2013. 8 Información obtenida en http://www.ethnologue.com/language/gce (11/10/2013). 6

4

es decir, la coexistencia de varios idiomas en un mismo entorno geográfico. El latín y el griego en la antigüedad o más recientemente el árabe, el swahili, (Holm, 1989: 564565,571) o el quechua9 (Adelaar y Muysken, 2004: 179) son algunos ejemplos de linguas francas10 que han servido y sirven como herramienta de comunicación entre hablantes provenientes de entornos geográficos distintos. Por seguir con el símil de las marcas de automóviles, así como existen fabricantes de vehículos nacionales e internacionales, hay lenguas que conviven a diario en el mismo territorio e idiomas que se usan en territorios que pueden estar muy alejados entre sí. El multilingüismo es una característica que nos muestra la variedad de pragmas que materializan el noema de la necesidad de comunicarse que tienen los seres humanos. En la sección 5 se verá la relación entre la variedad lingüística, la política y la rotura de algunos pragmas. Pero además de coexistir varios pragmas lingüísticos, cada idioma tiene varios modos de uso. Según Halliday y Matthiessen (2013: 11), el lenguaje nos permite participar en actos de comunicación con otros, asumir roles, y tanto expresar como comprender sentimientos, actitudes y opiniones. Esto es lo que en lingüística se denomina variación lingüística. Veamos qué tipos de variación se estudian desde las perspectivas de la sociolingüística (Milroy y Gordon, 2003: 88-115) y la etnografía de la comunicación (Saville-Troike, 2003: 42-87): 

Variación en el tiempo. – Hasta hace unos pocos años, era normal escuchar el verbo influir, sin embargo el poco cuidado que despliegan los profesionales del periodismo en la traducción de las noticias que reciben en inglés ha convertido a este verbo en influenciar. Los estudiantes del ITESMCQ que han participado con sus artículos en este volumen utilizan consistentemente la palabra género11 (una categoría gramatical) cada vez que quieren distinguir el sexo de los participantes en sus investigaciones. Tan solo en unos años, el significado o la forma de algunas palabras puede cambiar. En un plano menos actual, podemos utilizar la herramienta Google ngrams12 para detectar la aparición y

9

Al menos durante el imperio Inca y al principio de la conquista castellana, ya que hoy en día se trata de una familia de lenguas (Adelaar y Muysken, 2004: 34) con diferencias similares a las que puede haber entre español, italiano, portugués y francés. 10 Una lingua franca es un idioma usado como lengua común de comunicación entre hablantes de varias lenguas. 11 En español, por ejemplo, además de los géneros masculino y femenino existen palabras con género epiceno. Se acepta el concepto de género en estudios de sociología para referirse a diferencias sociales, económicas, culturales entre los sexos, pero en principio en español las palabras tienen género y las personas sexo. Más información en el Diccionario Panhispánico de Dudas on-line: http://lema.rae.es/dpd/?key=g%C3%A9nero (11/10/2013). 12 http://books.google.com/ngrams (20/08/2012) no los distintos significados de palabras polisémicas, ni incluye transcripciones de textos hablados, pero si da una idea orientativa de la importancia de una palabra en la literatura a lo largo del período seleccionado.

5

Ilustración 1: Distribución temporal de las palabras valores, sostenibilidad, flogisto, y colateral en textos entre los años 1600 y 2008. (Fuente Google Ngram Viewer)

desaparición de algunas palabras en el uso escrito de varios idiomas. A modo de demostración de uso, podemos seleccionar el periodo entre el año 1600 y el 2008 para el español con estas palabras: flogisto, valores, colateral, y sostenibilidad. En el gráfico resultante (Ilustración 1), vemos que la palabra flogisto13 tiene dos momentos de máximo uso (hacia 1700 y hacia 1800) después desaparece por completo. El uso de valores tiene unos picos hacia 1620, 1660 y 1700 para comenzar un paulatino pero constante ascenso hacia 1790. Sin más datos, se puede proponer la hipótesis de que este ascenso súbito y mantenido en el empleo de la palabra coincide con el establecimiento y desarrollo de las bolsas de valores como sistemas de inversión. La palabra colateral, que reentra en el español durante la primera guerra del Golfo Pérsico14, tuvo un uso inusitadamente alto entre 1690 y 1710. Actualmente, la expresión efectos colaterales se utiliza como sinónimo de efectos secundarios15. El concepto de sostenibilidad, que parece inevitable en cualquier discurso oficial independientemente del tema que trate, surge aproximadamente en el año 1966, pero su uso tiene un crecimiento exponencial a partir del año 1987. Estos cambios se producen en todos los niveles del lenguaje: fonología, morfología, sintaxis, semántica y pragmática. La variación del lenguaje a lo largo del tiempo no es uniforme y hay elementos que son más proclives al cambio que otros (Nichols, 2003: 283). En definitiva, la 13

El flogisto, según una teoría química obsoleta, era un componente que formaba parte de todos los materiales que eran combustibles. 14 En la expresión daños colaterales – collateral damage – usada fundamentalmente para referirse a víctimas civiles de ataques militares. http://www.fas.org/irp/doddir/usaf/afpam14210/part20.htm#page180 (28/08/2013). 15 Consúltese efecto colateral en el Diccionario de la Real Academia http://lema.rae.es/drae/ (28/08/2013).

6

acumulación de cambios en el lenguaje permiten distinguir diferencias generacionales y dado el suficiente tiempo, sirven para documentar la fragmentación lingüística en dialectos primero y lenguas hermanas después. 

Variación según el sexo: - El uso del lenguaje puede ser diferente según se sea hombre o mujer aunque las diferencias pueden ser más marcadas en unas culturas que en otras. Por ejemplo, en español la inclusión de palabrotas o groserías es más frecuente entre los hablantes masculinos que entre las mujeres. Sin embargo, hay idiomas que van más allá y tienen palabras de uso exclusivo para cada sexo16 o manifiestan diferencias estilísticas de acuerdo con el sexo de los hablantes (Saville-Troike, 2003: 80)17.



Variación entre profesiones: - En una cena en Dinamarca, un matrimonio de profesores alemanes (historiador él, socióloga ella) me comentaba que no hablaban de asuntos profesionales pues las discusiones

podían

llegar

a

ser

bastante

subidas

de

tono.

Aparentemente, el origen de estas intensas discrepancias se encontraba en que usaban los mismos términos (tecnicismos) con significados diferentes. Yo mismo he asistido con interés a una acalorada discusión entre un grupo de alumnos de ingeniería mecánica y otro de ingeniería de la energía sobre la definición de lo que es una turbina. Para los primeros, una turbina es algo bastante concreto; para los segundos, el concepto es un hiperónimo que incluye varios tipos de máquinas heterogéneas con funciones diferentes, aunque todas ellas comparten algunas características esenciales. No es raro ver como disciplinas que se solapan (sociología, retórica, comunicación, lingüística, psicología) utilizan el mismo tecnicismo con sutiles y sin embargo importantes diferencias (sin ir más lejos, el concepto de discurso). Si bien el vocabulario específico marca una diferencia notoria entre distintos grupos profesionales y científicos, las diferencias lingüísticas van mucho más allá. En términos generales, podemos decir que lo habitual es que varios grupos profesionales se organicen en comunidades de práctica

16

La primera persona de los verbos en el idioma norteamericano Koasati es diferente según si quien habla es una mujer o un hombre (Saville-Troike, 2003: 78). 17 Saville-Troike (2003: 77-81) menciona varios ejemplos en los que hombres y mujeres usan de forma sistemáticamente diferente los modos más o menos directos de contar las cosas. Más ejemplos sobre investigaciones etnográficas y sociolingüísticas de este tipo se pueden encontrar en Swann (2009: 213241) y Milroy y Gordon (2003: 100-107).

7

(Wenger, 1998: 72-73). Estas comunidades de práctica utilizan para comunicarse lo que podemos denominar géneros (orales y escritos). Estos géneros tienen unas características prototípicas que los distinguen (un propósito claro, una audiencia identificada, un contenido que sirve a su propósito y audiencia, y unas convenciones resultantes de procesos de innovación y de prueba y error). Expuesto brevemente con un ejemplo: una patente de invención es un género en cuya escritura intervienen científicos, abogados, economistas, funcionarios e inversores (por mencionar sólo los grupos profesionales más relevantes). Para comprender una patente no basta con ser un experto científico en el área de la patente, es imprescindible conocer las convenciones del lenguaje jurídico que describen la invención de un modo que garantiza la acotación de una propiedad intelectual según unos criterios marcados por las oficinas de patentes y los precedentes jurídicos. Por otra parte, para valerse de una patente (o un grupo de patentes interrelacionadas) como garantía financiera frente a un grupo de inversores, es esencial saber interpretar la relación de esas patentes con las patentes de competidores y las tendencias comerciales en el entorno tecnológico relevante. En otras palabras, ya sea para solicitar una patente, ya sea para sacarle un rendimiento económico a una patente concedida, entender una serie de convenciones lingüísticas y prácticas profesionales es un requisito ineludible. 

Variación según la situación o el rol: - Me resulta difícil imaginarme a un funcionario dirigiéndose a su hijo pequeño en estos términos: “Estimado ciudadano en edad infantil, arrojar desperdicios al suelo no sólo es una costumbre reprobable, sino que además constituye una falta que contraviene la normativa municipal.” Lo más probable es que este funcionario dijera algo así como: “Escuincle del demonio, te he dicho mil veces que no tires papeles al suelo.” La selección del tipo de lenguaje que se utiliza varía también según el papel que se esté desempeñando. El lenguaje formal y distante del primer ejemplo es el habitual en la comunicación escrita entre la administración y la ciudadanía. El lenguaje más emocional e informal del segundo ejemplo se encuentra en episodios de la vida familiar. Existen casos extremos de separación de funciones comunicativas denominados diglosia. Este fenómeno se da cuando dos o más idiomas o variantes del mismo idioma dentro de una comunidad de hablantes se asignan 8

siempre a funciones y contextos sociales distintos. (Bussman, 1998: 314 y Saville-Troike, 2003: 45). 

Variación según la región: - La entonación característica del habla de una persona nos puede indicar que se trata de un español, o una argentina, o un mexicano18, o una chilena, o cualquier otro hablante nativo de español. Es más, dentro de cada país podemos encontrar formas de hablar típicas que se identifican por una combinación de fraseología y acento distintivos. Así, nos dirán que este es yucateco, aquella jarocha, el otro chilango (México); o bien, que ese es claramente costeño, la otra es paisa, ese es bogotano (Colombia); o bien, que lo que oyes es el típico deje porteño, o el cantito santiagueño, o el parloteo tucumano (Argentina); o para terminar, que esa es gallega, aquel es catalán y este andaluz (España). A modo de anécdota ilustrativa del nivel de diferenciación que se puede alcanzar, el profesor John Trumper19 experto en fonología del italiano, a partir de una grabación de una amenaza de bomba fue capaz de identificar la procedencia del comunicante hasta el punto de decir no sólo su ciudad de origen, sino también el barrio donde se crió20. Evidentemente, las diferencias regionales no se circunscriben a la entonación y pronunciación características de cada región ya que también afectan al vocabulario, algunas construcciones sintácticas diferentes y aspectos pragmáticos. Como último ejemplo podemos ver que no sólo entre países, sino que dentro de un mismo país hay diferencias en cómo se usa el lenguaje más allá del vocabulario. En la Comunidad Autónoma española de La Rioja y zonas aledañas es habitual oír oraciones condicionales como esta: si me tocaría la lotería, me iría a dar la vuelta al mundo. El estándar en la mayoría de variantes del castellano usaría tocara/tocase (subjuntivo) en lugar de la forma condicional tocaría.



Variación según la clase y el estatus sociales: - Pijos en España, fresas en México, y engrupidos en Argentina son tres denominaciones del mismo fenómeno: un grupo social que se distingue por el tipo de ropa que lleva, los lugares en los que se reúne, y la forma de pronunciar. Añadamos a estas tres características un, al menos pretendido, estatus económico y tendremos a una comunidad de hablantes cuyos vínculos de

18 El diccionario de mexicanismos elaborado por la Academia Mexicana de la Lengua se encuentra en: http://www.academia.org.mx/dicmex.php (12/10/2013). 19 http://polaris.unical.it/user/report/visualizzacurriculum.php3?IDutente=1049187899 (11/10/2013). 20 Y todo esto antes de que se pudiera hacer un análisis utilizando ordenadores.

9

identidad común son una forma deliberadamente diferenciada de hablar y unas costumbres sociales. En la Inglaterra posterior a la conquista normanda, la minoría gobernante hablaba francés normando y quizás algo de las lenguas locales para la comunicación básica con sus súbditos mientras que el resto sólo hablaba las lenguas locales. La reina de Inglaterra utiliza el pronombre nosotros (we en el original inglés) para referirse a sí misma y los papas de la iglesia católica nos como marca de estatus institucional. En resumen, si tenemos suficientes datos sobre el lenguaje de una persona podemos tener una idea bastante minuciosa de su identidad (edad aproximada, sexo, profesión, origen geográfico, rol, clase social, etc.), o mejor dicho, de sus identidades21 ya que como hemos visto toda esta variabilidad en el uso lingüístico se debe a variaciones en las circunstancias contextuales. En el caso de personas multilingües, puede ocurrir que usen idiomas diversos en circunstancias diversas. Tomemos por ejemplo a aquel hablante nativo de español que ha realizado sus estudios de maestría en inglés y que además ejerce su profesión también en este idioma. Es frecuente que estas personas tengan una menor desenvoltura para hablar de asuntos profesionales en su lengua materna. En la sección 6, más abajo, veremos las consecuencias que este tipo de variación en la identidad bilingüe puede tener sobre la rotura paulatina de las lenguas otomíes. 5. Política, lenguaje, identidad centrípeta e identidad centrífuga Desde la política se ha usado esta relación entre lengua e identidad tanto para fomentar la fusión de diversidades como para ensanchar diferencias (del Valle y GabrielStheeman, 2004: 16-20). Dicho en forma más sencilla por Cemiloglu (2009: 3): la planificación lingüística posee la doble función de tanto unificar como dividir a las gentes. La relación entre política, identidad, raza y lenguaje tuvo unos orígenes relativamente tardíos. Sir William Jones fue el primero en proponer en 1786 el origen común de un grupo de lenguas que han terminado llamándose Indo-Europeas. Sus trabajos inspiraron a numerosos literatos del Romanticismo europeo, particularmente en Alemania (Anthony, 2007: 6). Herder propuso la teoría según la cual el lenguaje tiene un papel fundamental en la creación de las categorías y distinciones mediante las cuales las personas atribuimos significado al mundo y por lo tanto expresa el alma de los pueblos (Anthony, 2007: 8; Lacome y Judt, 2002: 8). Schlegel reelaboró esta idea 21

Esta idea discrepa de la visión de Manuel Castells (2010: 7) que considera que todos estos datos son roles y que la identidad es única e individual.

10

hasta afirmar que el origen de las naciones se fundamenta sobre la pre-existencia de una lengua común (Lacome y Judt, 2002: 8). El apogeo de esta línea de pensamiento llega con los Discursos a la nación alemana22 de Fichte que asegura que la lengua alemana es superior a otras como el francés y refleja el carácter superior de sus hablantes que deben constituirse en una nación (Lacome y Judt, 2002: 8-9). Tras la publicación en 1859 del libro de Charles Darwin, El Origen de las Especies, los pensadores románticos combinaron su convicción de que el idioma era un factor definitorio de la identidad nacional con las nuevas ideas sobre biología y evolución. Aunque Darwin nunca relacionó su teoría de la evolución con ideas tan imprecisas como la raza o el idioma, surgieron ideologías que atribuían a los europeos del Norte rasgos de superioridad lingüística y racial (Anthony, 2007: 8). Estas ideas han tenido y tienen un papel muy importante en la justificación de la emergencia de estados-nación europeos (Anthony, 2007: 9). Los movimientos nacionalistas surgidos del romanticismo pasan por dos fases: en una primera época, hasta 1880, la formación de una nueva nación exige la viabilidad territorial, una élite cultural, una lengua vernácula ampliamente usada en la administración y la literatura, y una capacidad de conquista (nacionalismo expansivo); en una segunda fase, a partir de 1880, los criterios esenciales para la constitución de nuevas naciones son exclusivamente étnicos y lingüísticos (nacionalismo separatista) (del Valle y Gabriel-Stheeman, 2004: 18-20). Si bien los rasgos morfológicos de las personas se pueden rastrear en la historia mediante el estudio de los huesos, el idioma que hablaban estas personas no (Anthony, 2007: 11). No se puede establecer de un modo predecible la relación entre raza e idioma (Anthony, 2007: 11). Añádase a esto que no hay una definición unívoca que determine quienes pertenecen a una raza (Anthony, 2007: 11). Todos los grupos raciales hablan diversas lenguas, por lo tanto, asumir una relación directa entre genes e idiomas es un error (Anthony, 2007: 11). En definitiva, la elección de una lengua nacional es normalmente una opción política que prevalece sobre consideraciones económicas y sociales (Lacome y Judt, 2002: 9). Con el tiempo las políticas de planificación lingüística han evolucionado hacia los siguientes nueve modelos (Leclerc, 2007): 

Políticas de asimilación – un caso prototípico sería Turquía que tras el movimiento nacionalista surgido a la caída del imperio otomano basó la creación de la nueva Turquía en los principios de secularización y

22

Reden an die deutsche Nation (1808). Una versión traducida de estos discursos se puede descargar desde: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=2&ved=0CC8QFjAB&url=http%3 A%2F%2Fxa.yimg.com%2Fkq%2Fgroups%2F25057161%2F2115568208%2Fname%2FFichte.%2BDiscurso s%2Ba%2Bla%2Bnaci%25C3%25B3n%2Balemana%2B(selecci%25C3%25B3n).pdf&ei=8o5aUtaWK8TQtQ bIx4CgDQ&usg=AFQjCNEOkzBR5_7j_5kWCtyg32p71wyNKA&bvm=bv.53899372,d.Yms (12/10/2013).

11

unidad (Virtanen, 2003: 11). Por razones históricas, entre los siglos X y XX, Turquía se había convertido en una entidad política multiétnica y multilingüe (Virtanen, 2003: 7). Dado que la unidad no podía ligarse a una única identidad étnica o religiosa, se optó por instrumentalizar la lengua y cultura de la mayoría junto con un objetivo común como elementos unificadores (Virtanen; 2003: 11-12). Esto dio lugar a políticas orientadas a identificar turquidad con cultura e idioma turcos (Virtanen, 2003: 12). En fechas relativamente recientes y por influjo de la Unión Europea este país ha aplicado reformas tendentes al reconocimiento oficial de lenguas y dialectos minoritarios23 (Virtanen, 2003: 35). 

Políticas de no intervención – por ejemplo, la constitución de Gibraltar no establece ninguna lengua oficial y el inglés tiene ese estatus de facto.



Políticas de valorización de la lengua oficial – entre los ejemplos de este tipo de planteamiento se puede destacar el del idioma hebreo. El empleo oral de esta lengua habría desaparecido hacia el siglo segundo de nuestra era quedando sólo el conocimiento del idioma para leer los textos religiosos. A finales del siglo XIX, Ben Yehouda24 jugó un papel definitivo en la recuperación del hebreo como lengua hablada entre los emigrantes sionistas que se establecieron en Palestina. Para noviembre de 1922, habían conseguido que las autoridades británicas de Palestina reconocieran el hebreo como la lengua oficial de los pobladores judíos. Otro ejemplo lo constituye la reintroducción del irlandés en la República de Irlanda tras su independencia del Reino Unido, aunque que con resultados desiguales.



Políticas sectoriales – este planteamiento se denomina sectorial porque cubre a lo sumo un par de aspectos lingüísticos sin atribuirle a una lengua un estatuto jurídico y va resolviendo problemas a medida que estos van surgiendo. El ejemplo prototípico de este tipo de política son los Estados Unidos de Norteamérica que, de facto, tiene el inglés como lengua oficial, pero que deja libertad a cada estado de la unión sobre la posible legislación respecto a una lengua oficial.

23 Por ejemplo, la ley que reforma varios artículos de la Constitución turca (Nº 4709 del 3 de octubre de 2001) publicada en el Boletín Oficial en el 17 de Octubre de 2001 que afecta a 35 artículos, dos de los cuales eliminan las restricciones previamente existentes en materia de uso de lenguas y dialectos (Virtanen, 2003: 35). 24 http://jcpa-lecape.org/eliezer-ben-yehuda-la-renaissance-de-lhebreu/ (11/10/2013).

12



Políticas de estatuto jurídico diferenciado – este tipo de planteamiento asume que la mayoría tiene todos los derechos lingüísticos aunque las minorías puede disfrutar de derechos limitados. El ejemplo paradigmático sería el Reino Unido de Gran Bretaña donde la lengua oficial de facto es el inglés, pero coexiste en determinados lugares con lenguas celtas (País de Gales, Escocia, Irlanda del Norte, e Isla de Man25) y lenguas hermanas del inglés (Escocia que en su parte SurOriental mantiene el Scots26)



Políticas de bilingüismo o trilingüismo institucional - la constitución de La India (Parte XVII, Capítulo 1, Artículo 343)27 establece que el idioma oficial de la unión será el hindi aunque prevé el co-uso del inglés y en los distintos estados de la unión la posibilidad de añadir otras lenguas co-oficiales propias de cada estado (Parte XVII, Capítulo 1, artículo 345). En el Tribunal Supremo de La India y otros tribunales de apelación, así como las leyes promulgadas han de ser, al menos, promulgadas en inglés (Parte XVII, Capítulo 3, Artículo 348).



Políticas de multilingüismo estratégico - se trata de una opción esencialmente pragmática, pues el Estado, en sus comunicaciones con la ciudadanía, hace uso de varias lenguas en función de exigencias comunicativas marcadas por situaciones sociales, económicas, políticas, etc. Algunos ejemplos de este tipo de política son Sudáfrica, Bélgica, Belize, Etiopía, Pakistán, las Filipinas, o el Vaticano.



Políticas de internalización lingüística – son aquellas que hacen referencia a antiguas potencias coloniales que aprovechan sus estructuras para influir las políticas lingüísticas más allá de sus fronteras. Por ejemplo, tendríamos el British Council28 del Reino Unido, la Alliance Française29 de Francia, o el Instituto Cervantes30 de España que promueven estándares de lengua que no representan las variedades

25

En proceso de revitalización, ya que el último hablante nativo de Manx falleció en 1974 (Mesthrie y Leap, 2004: 247). 26 Es debatido y debatible si es tan sólo un dialecto del inglés o una lengua independiente. Como argumento a favor de considerarlo una lengua existe una literatura que se remonta al siglo XV. Como argumento en contra está el uso actual mezclado de vocablos escoceses y algunos giros idiomáticos con la variante dialectal del inglés del Norte. Su consideración como lengua separada es una de las reivindicaciones del Partido Nacional de Escocia (http://www.snp.org/) (11/10/2013) 27 En su reforma de diciembre de 2007. Texto íntegro disponible en http://lawmin.nic.in/olwing/coi/coienglish/Const.Pock%202Pg.Rom8Fsss(23).pdf (11/09/2013). 28 British Council en México http://www.britishcouncil.org/es/mexico.htm (15/10/2013). 29 Alianza Francesa en México http://www.alianzafrancesademexico.org.mx/ (15/10/2013). 30 Página web principal del Instituo Cervantes http://www.cervantes.es/default.htm (15/10/2013).

13

dialectales de las antiguas colonias y que en combinación con otras instituciones del estado trabajan para la implantación de sus correspondientes idiomas como segundas lenguas en los planes de estudio de terceros países. 

Políticas lingüísticas mixtas – se dan cuando un estado practica simultáneamente varios tipos de intervención. Leclerc (2007)31 indica que hay varios tipos posibles de combinación, pero que las más frecuentes son la no intervención combinada con una política sectorial para las minorías (Alemania, Austria, Panamá, República Checa, o Tayikistán) y la valorización de la lengua oficial acompañada de un estatuto jurídico diferenciado (Albania, California, Chile, Croacia, Eslovaquia,

Estonia,

Kirguizistán,

Letonia, Lituania,

Guatemala,

Macedonia, Montenegro, Rumania, o Quebec). En el caso de los Estados Unidos de México, tras la independencia, la identidad nacional se asoció inicialmente a un idioma, el español, siguiendo el modelo que marcaba la revolución francesa de rechazo de cualquier lengua que no fuera el francés. El mejor ejemplo esta actitud es el informe de Bertrand Barère ante el comité de salud pública el 17 de Enero de 179432 en el que equipara las otras lenguas de Francia con la reacción, la contrarrevolución, y la fragmentación tanto de la identidad nacional como de la República (Lacome y Judt, 2002: 9). Las políticas lingüísticas tanto centrípetas como centrífugas están basadas en ideas que no se corresponden ni con los datos arqueológicos ni con los contextos multilingües que han existido desde la prehistoria hasta nuestros días. El convencimiento de muchos políticos de que diversas identidades lingüísticas llevan necesariamente a la aparición de identidades nacionales incompatibles entre sí ha acarreado la estigmatización de las lenguas no oficiales y como consecuencia el menosprecio de quienes las usan. 6. Percepciones sobre la identidad a través de la lengua Anshen (2004: 704) nos dice que los factores que determinan la elección de un idioma nacional son los siguientes cuatro: nacionalismo, intereses étnicos33, demografía lingüística, y el prestigio de las lenguas candidatas. Tortosa (1982: 95-96) nos proporciona unos interesantes datos sobre una encuesta entre escolares respecto al uso de idiomas en el Estado de Oaxaca. Según esta 31

http://www.axl.cefan.ulaval.ca/monde/polmixte.htm (12/10/2013). Texto íntegro en http://www.axl.cefan.ulaval.ca/francophonie/barere-rapport.htm (12/10/2013). 33 Confrontar más arriba en la sección quinta de este documento lo referente a lo poco demostrable que es la afirmación que los hablantes de un idioma se corresponden con un origen genético común. 32

14

encuesta, el 38% de los escolares hablaba el zapoteco así como el 52% de sus madres y el 49% de sus padres. Para Tortosa lo interesante de estos datos es saber cuál es la lengua considerada como la más deseable en términos generales por los escolares: el castellano aparece como la lengua preferida (48% de los encuestados) seguido por el zapoteco (24%) y el inglés (24%). Al preguntar sobre en qué lengua debería impartirse la enseñanza, el máximo de respuestas (47%) se decantaba por el zapoteco. Para estos mismos encuestados, la radio y la televisión deberían ser en inglés (47%). En contraste con los datos de la encuesta, la política gubernamental consiste en la castellanización motivada por la construcción nacional o la integración. Tortosa (1982: 96) concluye que el problema reside en que los Estados necesitan un medio para la comunicación entre sus habitantes y sin embargo el medio seleccionado no responde a las aspiraciones de la ciudadanía. Los estudiantes encuestados entienden que en su comunicación cotidiana necesitan el castellano, en ámbitos más concretos es el zapoteco lo que precisan y la posibilidad de emigrar a los EE.UU. recomienda que se les enseñe el inglés. Su preocupación, evidentemente, no es la unidad nacional (Tortosa, 1982: 96). En el caso de la comunidad otomí de Cerrito Parado, los estudios de los alumnos del ITESMCQ indican de forma unánime que la mayoría de los varones en edad laboral se dedican a la construcción durante la semana en la ciudad de Querétaro (por ejemplo: Becker Ortiz et al. 2013: 49; García Monte et al., 2013: 28-29; Grajeda Garibay et al., 2013: 29; y Becerril Vilar, 2013: 4, 12). Aparentemente, las unidades familiares consisten en los progenitores y su descendencia. Desde el punto de vista lingüístico, son por tanto las madres y los hermanos mayores quienes contribuyen a la adquisición del lenguaje de las criaturas en su etapa inicial (Grajeda Garibay et al., 2013: 28). Más tarde, aparece la escuela (que parece ser que enseña en castellano) como elemento adicional del aporte lingüístico. Por lo tanto, si las madres no enseñan otomí como primera lengua a los más pequeños, el idioma tenderá a desaparecer. Sobre todo, teniendo en cuenta que la lengua otomí se encuentra ya en una situación de diglosia y su uso se restringe al ámbito familiar (Grajeda Garibay et al, 2013: 27). El prestigio de una lengua (algo subjetivo, pero de gran importancia para los hablantes) juega un papel muy importante en la decisión tanto política como individual sobre qué lengua se usa y dónde se usa. Anshen (2004: 710) señala que el prestigio de una lengua está en relación con la existencia o no de una larga tradición literaria y la consideración de un idioma como dialecto o como lengua autónoma. Yo añadiría a estas dos la percepción subjetiva de utilidad para el trabajo y la comunicación. En el caso de las lenguas otomíes, es evidente que no se puede aducir que son dialectos del español. Cuando, por razones de prestigio, los hablantes bilingües separan los ámbitos de uso de sus idiomas, se produce una diglosia interlingüística, es decir, que el uso del 15

español y del otomí se especializan funcionalmente. El español se convierte en el idioma de la educación, el trabajo, las relaciones con la administración y el otomí se circunscribe al ámbito familiar (Grajeda Garibay et al., 2013: 27). Para la comunidad de Cerrito Parado la lengua otomí es, por tanto, secundaria ya que se confina al entorno privado y algunos de los encuestados prefieren que sus hijos aprendan bien el castellano y luego el otomí (Grajeda Garibay et al., 2013: 28). 7. Rotura del idioma otomí como tecnología en la visión de los estudiantes del ITESMCQ Flores Morador (2011: 107) considera que un idioma es una tecnología o una máquina para la comunicación porque permite su uso para que ocurran cosas. El propósito de esta sección es presentar los niveles de rotura tecnológica que afectan a las lenguas otomíes combinando la metodología de Flores Morador con la visión de la lingüística. Al menos en la literatura sobre estudios de lingüística, se habla de sustitución lingüística, muerte de un idioma, y mantenimiento de un idioma (Mesthrie y Leap, 2009: 245). En el primer caso, se refieren a comunidades que abandonan su lengua materna para adoptar otra con un estatus dominante. En el segundo caso, hablan de idiomas que han dejado completamente de usarse. Finalmente, el tercer caso se identifica el proceso opuesto al de la sustitución lingüística, es decir, la revitalización de lenguas en declive. Bodomo (2010: 180) afirma que los motivos para documentar y revitalizar una lengua en declive son los siguientes: 

Los idiomas son repositorios de cultura que de perderse son irrecuperables;



Los idiomas expresa la visión del mundo particular que tienen las personas que la hablan que desaparecen con las lenguas extintas; y



Los idiomas son un artefacto cultural intangible que merecen la misma atención que monumentos u obras literarias. Ahora bien, Muriel Saville-Troike (2003: 278) nos indica que la represión social

y una segregación impuesta contribuyen a mantener vivas lenguas minoritarias. Por otra parte, esta misma autora subraya que éticamente ningún lingüista puede proponer seriamente estas medidas para conservar lenguas en vías de extinción. Esto implica que no se puede mantener una lengua viva a costa del bienestar de sus hablantes y por lo tanto no pueden ser relegados a vivir en un mundo de tecnologías rotas por obsolescencia o como las denomina Flores Morador (2011: 67) tecnologías enigmáticas. Para que sigan siendo tecnologías plenas, tienen que evolucionar con la realidad económica, social y cultural. Si no se entiende que la lengua es una tecnología relacionada pero separada de otras tecnologías culturales, el conservar una cultura

16

puede ser sinónimo de estancamiento en el pasado tanto de los modos de vida como del uso lingüístico. Para ser precisos, el otomí es un grupo de lenguas habladas en partes de ocho estados mexicanos: Guanajuato, Querétaro, Michoacán, México, Hidalgo, Tlaxcala, Veracruz y Puebla (Wright Carr, 2005: 51). Existen nueve variantes, de las cuales tres se emplean en situaciones de diglosia; dos no se aprenden como lengua materna; y cuatro son la lengua materna de las generaciones más ancianas y lo adultos de mediana edad, aunque las comprenden, no las usan entre sí para comunicarse (Martínez del Valle y González Quintanar, 2013: 5). Además, la palabra otomí es un gentilicio en castellano que dada la enorme variedad de equivalentes en cada variante otomí sirve para referirse a un grupo de idiomas y sus hablantes de forma unificada (Wright Carr, 2005: 51)34. Los alumnos del ITESMCQ han centrado sus investigaciones sobre una variante lingüística del grupo otomí hablada en Querétaro. Concretamente el otomí noroccidental bajo (Martínez del Valle y González Quintanar, 2013: 5). Es posible que las circunstancias que afectan a la rotura de las otras variantes no sean exactamente las mismas que las de la variedad analizada en Querétaro. Wright Carr (2005: 134) nos dice que la situación lingüística que encontraron los conquistadores españoles en los valles centrales de México era multilingüe. Este mismo autor (2005: 146, 258) nos indica que no es posible trazar fronteras culturales basadas en criterios lingüísticos y por lo tanto los otomíes y los náhuatl compartían una misma cultura en la que usaban el náhuatl como lingua franca. Políticamente, los conquistadores fomentaron la transición paulatina desde las estructuras de gobierno autóctonas hacia el modelo de ayuntamiento español con la consiguiente pérdida gradual de poder por parte de los señores aborígenes (Wright Carr, 2005: 192). La transición hacia una política de asimilación permitió que entre el siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII se produjeran textos en otomí como el Mapa de Huamantla, los Recibos de Mixquiahuala, y el Códice de Huichapan (Wright Carr, 2005: 13). El náhuatl habría seguido siendo usado por los sacerdotes como lingua franca para la evangelización (Wrigth Carr, 2005: 261) llegando incluso a ser proclamada como lengua oficial de los indios novohispanos por Felipe II en una cédula de 1570 (Wright Carr, 2005: 263) y en 1680 se creó en la universidad de México una cátedra de las lenguas náhuatl y otomí (Wright Carr, 2005: 264). Desde la independencia de México hasta la campaña de defensa de la lengua española del presidente José López Portillo (1976-1982) no se marca específicamente que el español sea la lengua oficial del Estado, pero de facto si parece serlo. 34

Wright Carr (2005: 51) recoge las siguientes variantes del gentilicio según diferentes dialectos otomíes: ñahñü, ñähtho, ñähñu, ñañho, n’yühü, o n’yän’yü. La variedad de denominaciones para el idioma es igualmente diversa.

17

A pesar de estas circunstancias, la lengua y cultura otomíes han llegado hasta nuestros días. Por lo tanto, la conclusión inicial de Martínez del Valle y González Quintanar (2013) es algo borrosa, ya que, si bien la conquista española, la política de asimilación de la emergente nación mexicana, y la globalización tuvieron que afectar a la cultura e idioma de las gentes de Querétaro, hasta bien entrado el siglo XX continuaban manteniendo su lengua y su cultura había evolucionado de acuerdo con el entorno. Hemos, pues, de buscar en las investigaciones de los alumnos del ITESMCQ causas más precisas que expliquen la posible rotura presente del otomí entre las gentes de Querétaro. En los artículos de investigación de los alumnos del ITESMCQ sólo encontramos seis ejemplos indirectos35 de préstamos de lenguas aborígenes al castellano (comal, mecate, metate, milpa, molcajete, y nixtamal) y ningún ejemplo de préstamos desde el castellano a las lenguas otomíes. Este tipo de préstamos supone un tipo de rotura de primer nivel en el que el pragma-palabra que representa un noemaconcepto de una lengua se toma de otra lengua por tres razones: el noema es nuevo (al menos para la lengua que incorpora el préstamo) y no existe un pragma disponible, o bien se considera más prestigioso el uso del pragma en otra lengua, o bien se cree falsamente que un pragma-palabra fonéticamente similar en las dos lenguas significa lo mismo (falsos amigos o falsos cognados). Para ilustrar este tipo de rotura de primer nivel, propongo varios ejemplos de préstamo del francés al turco y al español, tanto peninsular como mexicano (tabla 1), de lenguas aborígenes mexicanas, de préstamos de lenguas aborígenes mexicanas al español (tabla 2), y de usos innecesarios (préstamo por prestigio) o falsos cognados tomados desde el inglés en el castellano internacional (tabla 3). Francés

Turco

Ascenseur Gare Garage Gazeuse Station Ballon Pasteurisé Ordinateur

asansör gar garaj gazoz istaşon balon pastörize 

Español peninsular ascensor (estación de tren) garaje gaseosa estación balón pasteurizado ordenador

Español México (elevador) (terminal de tren) garaje (refresco) estación balón pasteurizado (computador)

Tabla 1: Ejemplos de préstamos del francés al turco y al español36

Chapapote Chocolate

Cuitlacoche Elote

Guajolote Tomate

Tabla 2: Préstamos de lenguas aborígenes mexicanas al castellano. 35 Indirectos en el sentido de que no se usan como ejemplos de lenguaje, sino como ejemplos de tecnologías otomíes en la cocina (Becker et al. 2013: 10, 40-41) u otros (Grajeda Garibay et al. 2013: 24; Mora Cortés y González González, 2013: 8). 36 Si no hay un préstamo lo marco con  y si el préstamo proviene de otro idioma o no es literal lo incluyo entre paréntesis.

18

Inglés football stock sponsor bacon driver Falsos amigos en inglés to implement requirement Gender bizarre to apply Bonus

Español internacional Fútbol (balompié) Stock (inventario) sponsor (patrocinador) Beicon (panceta) Driver (motor = motivación) Término usado (término sustituido) Implementar (aplicar, poner en marcha) Requerimiento (requisito) Género (sexo) Bizarro (extraño) Aplicar (solicitar) Bono/Bonus (incentivo)

Tabla 3: Préstamos del inglés por prestigio o falsos amigos.

Esta rotura de primer nivel a largo plazo sólo supone un problema para los puristas del lenguaje. Además de los ejemplos de las tablas 1 y 2, en castellano hay préstamos del árabe (aceite, alcalde, alfombra, alguacil, alcachofa, azúcar, berenjena, jarabe, sandía, tambor, taza, zanahoria, etc.), del catalán (alioli, banderola, cantimplora, chafardear, paella, peseta, sastre, etc.), del italiano (dueto, escopeta, espagueti, mosquete, novela, soldado, soneto, ópera, pizza, etc.), del vasco (calimocho, chabola, cuscurro, lendakari, mus, sinsorgo, socarrar, zurrón, etc.), del visigodo (blanco, brindis, espía, espuela, guante, guerra, rico, rueca, etc.) y de varias lenguas aborígenes americanas (barbacoa, itacate, huracán, tiburón, palta, zapallo, huarache, yapa, etc.) que reflejan que el contacto con otras lenguas y el prestigio de algunos idiomas han influido sobre el inventario léxico del español a lo largo de los siglos. Dado que este es un proceso común, es de esperar que las lenguas otomíes hayan igualmente recibido y aportado vocabulario antes y después de la conquista española. La rotura de primer nivel no supone en sí misma una amenaza a la supervivencia de un idioma. Grajeda Garibay et al. (2013: 17, 27) nos indican que el 87% de los entrevistados en la comunidad de Cerrito Parado habla el otomí pero lo emplea casi exclusivamente en el entorno familiar (diglosia). Sin embargo, algunos de los encuestados comentan que sus hijos no comprenden completamente el otomí y que bien han aprendido la lengua de los abuelos, o bien prefieren que aprendan bien el castellano y después el otomí (Grajeda Garibay et al., 2013: 27-28). De generalizarse esta situación el otomí pasará a ser una tecnología obsoleta (la lengua que hablan los abuelos). El tercer nivel de rotura de la lengua otomí se da porque sus hablantes no le atribuyen un valor como instrumento de comunicación y progreso social. De hecho, una de las encuestadas habla de vergüenza al usar el castellano y de su preferencia que sus hijos aprendan primero castellano bien y sólo después el otomí (Grajeda Garibay et al., 2013: 28). Sin datos concretos en las investigaciones de los alumnos del ITESMCQ, no se puede afirmar con rotundidad que los habitantes jóvenes y de mediana edad 19

identifiquen el uso del otomí con la marginación social y limitaciones en el progreso económico, pero la situación descrita por García Monte et al. (2013) muestra unas condiciones de vida difíciles en la comunidad de Cerrito Parado y el trabajo de García Gálvez et al. (2013) no señala que los jóvenes usen la tecnología (televisión, celular, Internet) para comunicarse en otomí. 8. Conclusiones y posibles líneas futuras de investigación Si bien Martínez Del Valle y González Quintanar mencionan la globalización como una de las causas de rotura del otomí en las comunidades aborígenes, este proceso empezó con la conquista castellana del territorio que hoy en día constituye México. Sin embargo, a pesar de su impacto y de las posteriores presiones para usar el idioma español como elemento creador de una nueva identidad común mexicana, es ahora cuando parece que la lengua otomí está en peligro inminente de desaparición. La globalización, vista en relación con las tecnologías de la información, puede tanto revitalizar el uso de un idioma como rematarlo (Heller, 2007: 539). Serán pues factores combinados con esta globalización los que contribuyan a la rotura definitiva de una lengua o su revitalización. En principio, cualquier lengua o dialecto posee todos los elementos necesarios para una comunicación efectiva así que no son factores internos de un idioma como tecnología los que llevan a su rotura. Los factores que pueden conducir a la desaparición de idioma otomí son los siguientes: 

La rotura de primer nivel se puede dar en la sustitución de términos y estructuras propias de las lenguas otomíes por expresiones y construcciones provenientes del castellano o del inglés. Esto sólo sería un problema para los puristas del idioma. A largo plazo, muchos de estos calcos lingüísticos pueden ser a su vez sustituidos por otros o por nuevos términos otomíes.



La rotura de segundo nivel se da en la medida que las nuevas generaciones no aprenden el otomí como primera lengua y por razones de prestigio abandonan su uso a favor del español. De ser cierto este proceso, el otomí está abocado a la categoría de tecnología obsoleta. En este caso se relaciona directamente con el siguiente nivel de rotura.



La rotura de tercer nivel se produce con el descenso de una primera lengua o lengua materna a la categoría de segunda lengua e incluso la decisión de no utilizar ni enseñar a los descendientes la lengua propia. Esta rotura deriva de la falta comparativa de valor frente a una lengua más usada. Es decir, que el valor/utilidad que los hablantes nativos asignan al otomí es mucho menor que el que asignan al castellano. Podemos concluir que, sin un acceso a los medios de comunicación, sin una

percepción del otomí como una lengua valiosa y sin un uso, al menos, paralelo del 20

otomí y el castellano en varios ámbitos de la vida social y profesional, es difícil que el otomí se recupere de los procesos de rotura ya mencionados. Por otra parte, los trabajos de investigación de los alumnos del ITESMCQ abren una amplia gama de interrogantes que sugieren varias líneas de investigación en relación con la rotura de las lenguas otomíes. Por ejemplo, si como nos dicen Martínez del Valle y González de Quintanar (2013:2 y 7) Becker Ortiz (2013: 2-5), primero la migración de los pueblos a las ciudades motiva la selección del castellano como lengua materna; segundo, Internet y los teléfonos celulares aceleran la obsolescencia de las lenguas otomíes entre los más jóvenes; y tercero la falta de interés de los más jóvenes por elementos antiguos relega al otomí a la categoría de herramienta obsoleta, las preguntas que me vienen inmediatamente a la mente son: 

¿Qué restringe el empleo de las lenguas otomíes al ámbito rural?



¿Desde cuándo existe esta división otomí-rural y castellano-urbano?



¿Por qué se asume que las lenguas otomíes no son tecnologías plenas para la comunicación en el ámbito urbano?



¿Se identifica el uso de una lengua otomí con marginalidad?



De ser así, ¿tiene esto relación con estereotipos y políticas de planificación lingüística o hay otras causas? ¿Por qué el bilingüismo o el plurilingüismo no son situaciones normales como lo son en otros ejemplos presentados en este artículo?



¿Por qué las nuevas tecnologías no han supuesto un medio de revitalización o expansión del uso de las lenguas otomíes?



La falta de interés de los jóvenes otomíes por su acervo, ¿se debe a que lo identifican como un conjunto de tecnologías rotas de segundo nivel y por lo tanto caducas?



¿Muestran las personas más mayores interés en usar Internet u otras tecnologías de la información para comunicarse en otomí?



¿Ven las personas más mayores a Internet como una herramienta para usar y mantener la cultura otomí? ¿Por qué?



¿Qué ventajas y desventajas tiene para empresas de comunicación el uso del otomí en radio, prensa, televisión e Internet?

Es cierto que los alumnos del ITESMCQ mencionan tanto la necesidad de relacionarse en las ciudades como aspectos de prestigio asociados al español o la globalización como causas que motivan la sustitución lingüística hacia el castellano, pero mis preguntas buscan profundizar sobre las causas que impiden el plurilingüismo (por otra parte normal en muchos países) y averiguar si aquellos factores que producen una rotura del idioma por obsolescencia hacen que las generaciones más jóvenes 21

asocien la lengua de sus ancestros a una suspensión del tiempo que los aleja de su época al mismo tiempo que los margina. Los italianos hace muchos siglos que no hablan latín, ni visten togas, ni tienen un ejército organizado en decurias, centurias y legiones. Asimismo, el panteón de los dioses romanos hace mucho que dejó de ser representativo de las creencias de la población de la península itálica. Tampoco los daneses, suecos o noruegos basan ya su economía en razias a comunidades agrícolas estables o en la conquista de territorios más fértiles y de clima más suave que les permita aumentar su producción agrícola. Odín y Thor son sólo parte de leyendas antiguas que nada tienen que ver con el luteranismo predominante en los países escandinavos. Del mismo modo, es de esperar que ni el atuendo, ni los utensilios, ni la organización social, ni tan siquiera las creencias religiosas de los otomíes sean los mismos que hace 1000, 500, ó 150 años. Mantener con las costumbres y atuendos del pasado a las comunidades aborígenes resultaría tan arbitrario y costoso como lo sería hacer que todos los habitantes de París vistieran y vivieran tal y como lo hacían en tiempos de Napoleón Bonaparte. En lo que atañe al idioma, haya o no una influencia de otros idiomas, la realidad documentada es que todos los idiomas cambian con el tiempo y bien se diversifican en varias lenguas, bien se vuelven tan distintos de la versión original que no son inteligibles entre sí, o bien desaparecen por varias causas. Deduzco de las investigaciones de los alumnos del ITEMCQ que sacar a la comunidad otomí de la marginación pasa por incrementar la rotura por obsolescencia de muchas tecnologías de su vida cotidiana (incluidas muchas de las que los alumnos denominan "occidentales"). Lo que posiblemente marcará la diferencia entre una rotura de tercer nivel o la revitalización de la lengua y cultura otomíes será el que esa salida de la marginalidad tome un cariz propiamente otomí (los usos de las tecnologías plenas tengan una marcada localidad y que las lenguas otomíes se usen de forma espontánea para denominar nuevos usos y costumbres). Termino recomendando que se analicen los idiomas como tecnologías asociadas pero autónomas de otras tecnologías culturales. Los entornos económico, político, social, educativo, y tecnológico (entre otros) influyen sobre la evolución de la lengua pero son separables y distintos de esta. Referencias Adelaar, Willen F.H. y Muysken, Pieter C. (2004). The Languages of the Andes. Cambridge: Cambridge University Press. Anshen, Frank (2004). Language Planning. En Aronoff, Mark y Rees-Miller, Janie (eds.) The Handbook of Linguistics. Oxford: Blackwell Publishers, p. 704-713.

22

Anthony, David W. (2007). The Horse, the Wheel, and Language: How Bronze-age Riders from the Eurasian Steppes Shaped the Modern World. Princeton, NJ / Oxford: Princeton University Press. Becerril Vilar, Emma (2013). Tecnologías rotas y roles sociales. (En este libro electrónico) Bloor, Thomas y Bloor, Meriel (2004). The Functional Analysis of English: A Hallidayan Approach. Londres: Arnold y Nueva York: Oxford University Press. Bodomo, Adams (2010). Documentation and Revitalization of the Zhuang Language and Culture of Southwestern China through Linguistic Fieldwork. En Diaspora, Indigenous, and Minority Education, Vol. 4, Nº 3, p. 179-191. Accesible en (11/09/2013) http://dx.doi.org/10.1080/155956909344298 Bouchard-Côté, Alexandre; Hall, David; Griffiths, Thomas L.; y Klein, Dan (2013). Automated Reconstruction of Ancient Languages Using Probabilistic Models of Sound Change. En PNAS, Vol. 110, Nº 11, p. 4224-4229. Accesible en (21/08/2013): http://www.pnas.org/content/110/11/4224.full.pdf+html Bussman, Hadumod (1998). Routledge Dictionary of Language and Linguistics. London: Routledge. Castells, Manuel (2010). The Power of Identity. Chichester: John Wiley & Sons Ltd. Publications. Cemiloglu, Dicle (2009). Language Policy and National Unity: The Dilemma of the Kurdish Language in Turkey. En CUREJ – College Undergraduate Research Electronic

Journal,

p.

1-81.

Accessible

en

(21/08/2013)

http://repository.upenn.edu/curej/97 Del Valle, José y Gabriel-Stheeman, Luis (2004). Nacionalismo, hispanismo y cultura monoglósica. En del Valle, José y Gabriel-Stheeman, Luis La batalla del idioma: La intelectualidad hispánica ante la lengua. Madrid: Iberoamericana, p. 15-33. Edwards, John (2011). Challenges in the Social Life of Language. Houndmills, Basingstoke: Palgrave MacMillan. Edwards, John (2004). Language Minorities. En Davies, Allan y Elder, Catherine (eds.) The Handbook of Applied Linguistics. Malden, MA/ Oxford: Blackwell Publishing Ltd., p. 451-475. Fernández Medina, Leticia Eugenia (2013). Equipos del hogar. (En este libro electrónico). Flores Morador, Fernando (2011). Broken Technologies: The Humanist as Engineer. Lund: Universidad de Lund.

23

García Gálvez, Laura; Acebo Arciniega, Lina Ivel; y Martínez Ocampo, Samantha Michelle (2013). Niveles de consumo de medios de comunicación en familias de comunidades rurales. (En este libro electrónico). García Monte, Mª del Mar; Suárez Bautista, Rosana; Chávez H., María Angélica; y Cevada González, Juan Carlos (2013). Servicios Básicos. (En este libro electrónico). Grajeda Garibay, Grecia Guadalupe; Quintero, Mariana; Torres González, Uriel; y Esparza, Carlos (2013). Métodos cualitativos para la investigación social: “Tecnologías rotas y roles sociales”. (En este libro electrónico). Halliday, Michael A.K. (1994). An Introduction to Functional Grammar. Londres: Edward Arnold y Nueva York: Oxford University Press. Halliday, Michael A.K. y Matthiessen, Christian M.I.M. (2013). Halliday’s Introduction to Functional Grammar. Londres / Nueva York: Routledge. Heller, Monica (2007). Multilingualism and Transnationalism. En Auer, Peter y Wei, Li (eds.) Handbook of Multilingualism and Multilingual Communication. Berlín / Nueva York: Mouton de Gruyter, p. 539-554. Holm, John (1989). Pidgins and Creoles. Volume II: Reference Survey. Cambridge: Cambridge University Press. Joseph, Brian D. y Janda, Richard D (2003). The Handbook of Historical Linguistics. Malden, MA / Oxford: Blackwell Publishing Ltd. Kausen,

Ernst

(2006).

Sumerisch.

Accesible

en

(21/08/2013):

http://homepages.thm.de/kausen/wordtexte/Sumerisch.doc Lara, Luis Fernando (2007). Por una reconstrucción de la idea de lengua española. Más allá de las fronteras intuidas. En del Valle, José (ed.) La lengua, ¿patria común? Ideas e ideologías del español. Madrid: Iberoamericana, p. 163-181. Lacome, Denis y Judt, Tony (2002). La politique de Babel: Du monlinguisme d’État au plurilinguisme des peuples. Paris: Éditions Karthala. Leclerc, Jacques (2007). L’aménagement linguistique dans le monde. Accesible en (11/09/2013) http://www.tlfq.ulaval.ca/axl/ Lo Bianco, Joseph (2004). Language Planning as Applied Linguistics. En Davies, Allan y Elder, Catherine (eds.) The Handbook of Applied Linguistics. Malden, MA/ Oxford: Blackwell Publishing Ltd., p. 738-762. Martínez Del Valle, Francisco y González Quintanar, Celia Andrea (2013). Castellanización Otomí, una tecnología rota. (En esta compilación de artículos). Mesthrie, Rajend y Leap, William L. (2009). Language Contact 1: Maintenance, Shift and Death. En En Mesthrie, Rajend; Swann, Joan; Denmert, Ana; y Leap,

24

William L. (eds.) Introduction to Sociolinguistics. Edimburgo: Edinburgh University Press, p. 242-270. Milroy,

Lesley

y

Gordon,

Matthew

(2003).

Sociolinguistics:

Method

and

Interpretation. Malden, MA: Blackwell Publishing Ltd. Mora Cortés, María Fernanda y González González, Mariana (2013). ¿La salsa en el molcajete sabe mejor que en la licuadora?: Uso de las tecnologías en las familias de la comunidad otomí de “Cerrito Parado”. (En esta compilación de artículos). Nichols, Johanna (2003). Diversity and Stability in Language. En Joseph, Brian D. y Janda, Richard D. (eds.) The Handbook of Historical Linguistics. Malden, MA / Oxford: Blackwell Publishing Ltd., p. 283-310. Pauwells, Anne (2004). Language Maintenance. En Davies, Allan y Elder, Catherine (eds.) The Handbook of Applied Linguistics. Malden, MA/ Oxford: Blackwell Publishing Ltd., p. 719-735. Quintero Campos, Mariana Geraldine y Esparza Hernández, Carlos Alberto (2013). Entre lo arcaico y lo moderno. Roles sociales y uso de la tecnología en la comunidad otomí de Cerrito Parado. (En esta compilación de artículos). Saville-Troike, Muriel (2003). The Ethnography of Communication: An Introduction. Malden, MA: Blackwell Publishing Ltd. Scollon, Ron y Wong Scollon, Suzanne (200). Intercultural Communication: A Discourse Approach. Malden, MA / Oxford: Blackwell Publishers, Inc. Swann, Joan (2009). Gender and Language Use. En Mesthrie, Rajend; Swann, Joan; Denmert, Ana; y Leap, William L. (eds.) Introduction to Sociolinguistics. Edimburgo: Edinburgh University Press, p. 213-241. Tortosa, José M. (1982). Política lingüística y lenguas minoritarias. Madrid: Editorial Tecnos. Traxler, Matthew J. y Gernsbacher, Morton Ann (eds.) (2006). Handbook of Psycholinguistics. Londres: Academic Press. Virtanen, Özlem Eraydin (2003). Recent Changes in Turkey’s Language Legislation. CIEMEN Mercator Working Papers 11. Barcelona: CIEMEN. Accesible en (15/09/2013) http://www.ciemen.org/mercator Wenger, Etienne (1998). Communities of Practice: Learning, Meaning and Identity. Cambridge: Cambridge University Press. Wright Carr, David Charles (2005). Los otomíes: cultura, lengua y escritura. Tesis doctoral.

Accesible

en

(21/08/2013)

https://www.researchgate.net/publication/236900046_Los_otomes_cultura_l engua_y_escritura_%28vol._1%29

25

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.