Laura Itinerario espiritual Laura Vicuna

September 17, 2017 | Autor: Eduardo Devit | Categoría: Espiritualidade Cristã
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Descripción

















































ITINERARIO ESPIRITUAL DE "LAURA VICUÑA"
"CAMINO DE LUZ"




1. EL REGALO DE LA VIDA


2. DIOS ME HACE SU HIJA


3. EMIGRANTE SIEMPRE EN BÚSQUEDA


4. UNA CASA QUE ACOGE

5. LA AMISTAD ES UNA FIESTA

6. MI ENCUENTRO CON JESÚS


7. SOY HIJA DE MARÍA


8. MI VIDA POR LA TUYA


CONCLUSION























PRESENTACIÓN


Cuando el Papa Juan Pablo II habla a los jóvenes, es directo en
presentarles abiertamente las metas a las cuales están llamados como hijos
de Dios. Con naturalidad y sin miedo les habla, de mirar a Jesús Hijo del
Padre y única meta a la que todo bautizado debe dirigirse como modelo de
vida.

En su visita a Chile, con impresionante fuerza gritó a la multitud
de jóvenes que lo acompañaron en el Estadio Nacional: "MIRADLO A EL". Su
voz resonó en el amplio estadio provocando un impresionante silencio que
muchos jóvenes y adultos todavía recordamos.

En Toronto, nuevamente les recuerda con la convicción que le es
característica, de no esperar a la mayoría de edad para transitar por los
caminos de la santidad, ya que ésta, es tan joven como la eterna
juventud de Dios. Vivamente, insiste que la santidad no es cuestión de
edad.

Al presentar el "Itinerario Espiritual de Laura Vicuña, resuenan
vibrantes las invitaciones del Santo Padre para ayudar y acompañar a los
niños y jóvenes por los senderos de la plenitud verdadera, es decir: la
santidad de vida.

El Camino de Luz que presentamos es una reflexión que siguiendo un
itinerario sencillo nos regala algunas facetas de la vida y santidad de la
Beata Laura Vicuña. Una niña con dificultades y pesares familiares, pero
abierta a la gracia del Espíritu Santo. Con su vida nos dice, que la
santidad se gesta en forma sencilla acogiendo del ambiente que le toca
vivir lo más positivo; aceptando por otra parte, aquello que es adverso,
sin estridencias y con una valentía propia de aquellos que hacen opciones
radicales.

Las conclusiones que este camino presenta, reflejan con claridad
aspectos determinantes de su Proyecto de Vida, conjugando armónicamente
lo humano y lo divino.

Esperamos que su lectura, en este centenario de su Pascua, sea un
aporte al conocimiento de su corta pero intensa vida de amor y entrega.

Auguramos que la buena reflexión, convierta al lector en animador
de caminos de santidad cotidiana.


Equipo Educación de la Fe

Hijas de María Auxiliadora





"ITINERARIO ESPIRITUAL DE LAURA VICUÑA
«CAMINO DE LA LUZ»


Presentamos el camino de la luz de la adolescente Laura Vicuña. Si bien, no
pretende ser una exhaustiva investigación científica, es una pequeña
iluminación de cómo Dios va modelando entre sus manos la arcilla de la vida
de Laura.


1. EL REGALO DE LA VIDA


"Felices los que reciben la vida como don, porque su caminar será una
entrega constante"

"Antes de formarte en el seno de tu
madre, yo te conocía"
Jer 1, 5ª

El 05 de abril de 1891 nace nuestra pequeña protagonista en la ciudad
de Santiago, República de Chile. Hija de Domingo Vicuña y Mercedes Pino.
Llega a la vida en circunstancias históricas conflictivas, su padre un
perseguido político por los antibalmacedista.[1] Pero no es este el punto
más importante, según Brugna,[2] de la situación familiar de Laura. Sino la
delicada situación de los padres de nuestra Beata.
No se puede afirmar con seguridad que realmente los padres de Laura
estuviesen casados. Nuestra intención no es dar una respuesta a esta
interrogante, sino más bien desde esta situación familiar, tan común hoy en
día, ahondar la dimensión espiritual de Laura.


Laura nace, de una relación de amor entre dos personas. Laura nace de
una historia. De hecho, la Sagrada Escritura está impregnada de historias
de amor ¿no es amor la historia de un Dios celoso, que busca con paciencia
ser el Dios único y fiel de un pueblo? Encontramos muchas historias de amor
o pasión en la Sagrada Escritura, donde Dios va escribiendo derecho en
renglones torcidos su historia de salvación. Pensemos en la historia de
David y su amor pasional por Betsabé.[3] De esta relación nace el gran Rey
de Israel, Salomón. Dios perdona el pecado de David y mantiene su fidelidad
y sus promesas a los descendientes de David. Más aún, Salomón, será el
beneficiario de dichas promesas: Dios hará pasar su gracia por donde pasó
el pecado. Ésta es una vez más la demostración que Dios utiliza los caminos
menos evidentes para nosotros. Todo dentro de un proyecto de amor.


Laura es parte, como todos nosotros, de este proyecto de salvación.
Aquella niña, que a muy temprana edad sufre la orfandad del padre, fue un
espíritu empapado de la presencia de Dios en su vida. Supo acoger el regalo
de la vida que gratuitamente había recibido para hacer de ésta una
respuesta constante de amor a Dios y los hermanos. Hay personas que acogen
o viven con mayor intensidad aquello que nos dice la Dei Verbum:


"Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran
amor y mora con ellos, para invitarlos a su comunicación y recibirlos en su
compañía".[4]

Por lo tanto podemos afirmar que el itinerario de Laura inicia
justamente con su nacimiento, cuando la vida engendrada, cuidada y acogida
se hace don para recibir las múltiples gracias a las cuales Dios invita al
hombre a dar también su respuesta al amor gratuito que él ofrece. Ahora, el
"regalo de la vida" de Laura, no se puede solo reducir a su nacimiento
biológico, hay un nacimiento también espiritual que, en el caso de nuestra
Beata, sucede a los pocos días de su nacimiento: su Bautismo.

Por otro lado, será toda la corta vida de Laura un dar una constante
respuesta a Dios a este llamado de amor que se hace don y gratuidad hasta
el punto de dar y ofrecer la propia vida a Aquel que le fue su autor.


¿Se podría afirmar que Laura era un alma contemplativa? Según los
estudios sobre Laura no hay muchos argumentos para afirmarlo, pero lo era
sin duda. Según Brugna,[5] lo más valioso de Laura, en esta dimensión
contemplativa de la vida, fue su colaboración a la obra del Espíritu Santo,
es decir, su apertura a Dios. Si analizáramos algunos contemplativos de la
Sagrada Escritura podemos verificar esta afirmación.


Hablemos de Jeremías. Yahvé le asegura que antes de formarlo en el
seno de su madre, ya lo conocía, y lo había consagrado y destinado para ser
profeta de las naciones.[6] Jeremías será dirigido por la fuerza del
Espíritu, los miedos de su naturaleza tendrán que someterse. No es una vida
fácil la del profeta, la prueba mayor no es la hostilidad de los hombres,
sino el aprendizaje diario de la convivencia con Dios. Más el Señor le
afirma que a pesar de todas tribulaciones y dificultades, estará con él
para ampararlo.[7] Esta historia es también para cada uno de nosotros como
lo fue para Laura. No somos productos al azar. En su plan eterno, Dios ha
visto en forma especial, junto a Cristo, aquellos a los que encarga una
misión más trascendental. Esta experiencia pasa por la libertad de Laura,
acogiendo su vida acoge la llamada de Dios a ser profeta del amor y
entregar libremente la vida.


La vida no es otra cosa si no una respuesta al soplo de vida que Dios
da a cada uno. Laura acogió el ruah [8] de la vida, e hizo de ésta un
fecundo sí de amor. La vida hecha entrega, la vida acogida y donada, la
vida que se hace palabra de Dios: Bienaventurado quien pierde la vida por
amor, porque Dios es su fuente inagotable de eternidad. De hecho podemos
leer en uno de sus escritos uno de los propósitos el día
de su primera comunión: "Dios mío, quiero amarte y servirte toda la
vida: por eso te doy mi alma, mi corazón y todo mi ser".[9]

Laura descubrió el sentido de la vida, a partir del dolor de ver a la
madre que la acompaña en tal trascendental día y no comulga. Laura descubre
que la vida no puede ser sino un don para que "otros" descubran la vida en
abundancia, como ella lo descubrió. Para algunos en este día de la primera
comunión comienza el drama de la vida de Laura, para nosotros es la
respuesta conciente a Dios, madurando las consecuencias del dar la vida
como Jesús.


2. DIOS ME HACE SU HIJA


¡Felices los renacidos por el agua bautismal, porque de su corazón brota
el germen de la vida"


"He puesto sobre ti mi
Espíritu"
Is 42,1


Hemos afirmado que en la vida de Laura hay un nacimiento también
espiritual: su Bautismo. Laura es bautizada el 24 de mayo de1891 en la
Iglesia de Santa Ana, Santiago. Escribe el Padre Crestanello:


"A los pocos días de su nacimiento le fue administrado el santo
bautismo, queriendo Dios tomar posesión, con su divina gracia y los más
pronto posible, de aquel tierno corazón, purificarlo y hacerlo suyo".[10]

El Bautismo es el sacramento, por medio del cual, el hombre nace a la
vida espiritual, por medio del agua y la invocación a la Santísima
Trinidad. El Bautismo es el fundamento de toda la vida cristiana, es el
pórtico de la Vida en el Espíritu, y además es la puerta que nos abre el
acceso a los otros sacramentos. Por el Bautismo, somos liberados del pecado
y regenerados como hijos de Dios, llegamos a ser miembros de Cristo, y
somos incorporados a la Iglesia, haciéndonos partícipes de su misión.[11]

Podemos decir que, el Bautismo es el sello y el más bello y magnifico
de los dones de Dios... Es "Don", porque Dios se lo da a los que nada han
hecho para recibirlo, y también, podríamos decir, que es "Sello", porque
nos guarda y es signo de la soberanía de Dios.

En las Sagradas Escrituras se encuentran muchas prefiguraciones de
este sacramento. A continuación haremos mención de algunos. El Génesis, por
ejemplo, nos
habla del agua como fuente de la vida y de la fecundidad. La Sagrada
Escritura dice que el Espíritu de Dios "se cernía" sobre ella.[12]


El arca de Noé es otra de las prefiguraciones que la Iglesia nos
menciona. Por el arca, "unos pocos, es decir ocho personas, fueron salvadas
a través del agua."[13] Si el agua de manantial significa la vida, el agua
en el mar es un símbolo de la muerte. Por lo cual, pudo ser símbolo del
misterio de la cruz. Por este simbolismo el bautismo significa "la comunión
con la muerte de Cristo." [14]


Sobre todo el paso del Mar Rojo, verdadera liberación de Israel de la
esclavitud de Egipto, es donde se anuncia la liberación obrada por el
bautismo, se entra como esclavos en el agua y salen liberados. También el
paso por el Jordán, donde el pueblo de Israel recibe la tierra prometida,
es una prefiguración de este sacramento.[15]


Todas estas prefiguraciones tienen su culmen en la figura de Cristo.
Él mismo, recibe el bautismo de Juan, el Bautista, el cual estaba destinado
a los pecadores y Él sin haber cometido pecado, se somete para "cumplir
toda justicia".[16] Desciende el Espíritu sobre Cristo y el Padre
manifiesta a Jesús como su "Hijo amado".[17] Cristo se dejó bautizar por
amor y humildad, y así darnos ejemplo. Si recordamos el encuentro de Jesús
con Nicodemo, vemos como Él le explica la necesidad de recibir el bautismo.
[18]


Después de su Resurrección confiere la misión de bautizar a sus
apóstoles. "Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra, id pues,
enseñad a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo".[19]


Con su Pascua, Cristo hizo posible el bautismo para todos los hombres.
Ya había hablado de su pasión, "bautismo" con que debía de ser bautizado.
La sangre y el agua que brotaron del costado traspasado por la lanza del
soldado de Jesús crucificado, son figuras del "bautismo" y de la
"eucaristía", ambos sacramentos de la nueva vida; desde entonces es posible
"nacer del agua y del Espíritu" para entrar en el Reino de Dios. Desde el
día de Pentecostés, la Iglesia ha administrado el bautismo siguiendo los
pasos de Cristo.


Así es como también nuestra Beata Laura Vicuña, nace del agua y del
Espíritu para nacer a una vida nueva, la que la lleva al paso de pocos años
a alcanzar la madurez espiritual que le permite volver a las "fuentes" de
la verdadera Agua donde nunca más se experimenta la sed. Influyó,
seguramente, por una parte su precaria salud, por otro, su apertura y
colaboración a la obra del Espíritu Santo que encontró la tierra fértil
para hacer crecer en ella la gracia bautismal. Afirma Brugna:


"La salud de Laura fue precaria desde el nacimiento: la enfermedad que
tuvo en su infancia, las penurias, los fríos y mojaduras a que fue sometida
a los ocho años, en el largo y accidentando viaje hacia Junín, enervaron su
resistencia física. Por otra parte, y sobre todo, fue su espíritu empapado
de Dios, total y continuamente tenso hacia Él, el que la consumió más dura
y rápidamente. Lo cual, por cierto, no fue un mal, pues todos, pronto o
tarde, terminamos en la consunción final de la muerte; pero en Laura ha
sido el medio apresurado de unión eterna con su Amado".[20]

Laura cuidó con esmero las gracias recibidas en el bautismo. Se narra
en una de sus biografías que una compañera pregunta a Laura sobre cual de
las virtudes era la que más apreciaba, Laura responde que todas, no
obstante que las que más le agradaban era la humildad, la obediencia, la
caridad y la castidad. De hecho se testimonia que para Laura la obediencia
era la misma voz de Dios que se manifestaba hasta en los horarios o
reglamentos.[21]

Sentirse y sabida "hija" de Dios Padre, despertó en Laura el deseo de
la Santidad y de la comunión constante con Dios. Es el camino ascensional
hacia el Amor de los Amores, es el camino de quien se sabe relacionado, no
con una idea, sino con una Persona, que ha marcado con su "sello" de
santidad, y a la cual Laura no puso resistencias.

La madurez espiritual de Laura se va desarrollando en este "camino de
luz" que queremos compartir y que vamos juntos descubriendo. Descubrir a
Laura en su camino de Luz es descubrir nuestro propio camino de santidad y
de respuesta al llamado de Dios en el don de nuestra propia vida y en el
don del bautismo.


3. EMIGRANTE EN BÚSQUEDA DE UNA TIERRA

¡Felices los que están siempre en marcha porque serán los primeros en
llegar al Corazón del Padre!

"Deja tu país…y anda a la tierra
que yo te mostraré"
Gn. 12,1

Cuando Abraham es llamado por Dios inicia un camino desconocido para
él. Su fe hace que la realización de la promesa a través de su respuesta,
le lleve a ser padre de un gran pueblo. Cuando Dios elige y llama, los
caminos son insospechados, llenos de luces y sombras que llevan a la
consecución de una meta donde el Padre conduce a sus hijos para mostrar su
infinito amor y regalar la plenitud verdadera.


La incipiente familia formada por Don José Domingo Vicuña, de notable
familia, y Doña Mercedes, mujer sencilla y de modesta situación económica,
vio su serenidad y seguridad peligrando por los acontecimientos de la
revolución. La carrera militar de Don Domingo le había puesto en las filas
del régimen presidencial. Los acontecimientos históricos de Chile en el
1891 y la caída del gobierno de José Manuel Balmaceda obligaron al
matrimonio al exilio huyendo de Santiago.

Laura, primogénita de la familia, inicia un éxodo muy común también en
esta sociedad actual, que por diversas razones está constreñida a vivir la
itinerancia en búsqueda de dignidad y seguridad. Cabe preguntarnos en la
fe: ¿Quién será esta niña? ¿Cómo los acontecimientos le arrebatan la
seguridad y tranquilidad desde los inicios de sus días? ¿Cuál será el
mensaje de su testimonio?


La sociedad globalizada de hoy día genera miles de niños en riesgo
social, sin afecto y sin dignidad. ¿Qué puede decirnos Laura, niña llevada
en los brazos de sus padres? Ella inicia un éxodo que hace recordar las
palabras de la Escritura: "Deja tu país… y anda a la tierra que yo te
mostraré".[22]


El autoexilio fue la primera realidad que vive esta familia que debió
partir a Temuco en la primavera de 1894, para iniciar una nueva vida. La
situación de inseguridad, la falta de lo necesario, fueron los compañeros
de Don Domingo y Doña Mercedes. Laura camina sin saber a donde va; el calor
del amor de sus padres habrá cobijado la desdicha de esta situación que
parece tan antigua como la historia.


Temuco, tierra del sur de Chile, recibió con su frío y lluvioso
clima a Laura y sus padres con la intencionalidad de reiniciar su vida,
brindándoles alegrías y pesares. La pequeña población flotante con
habitantes heterogéneos, es testigo del nacimiento de Julia Amanda única
hermana de Laura que ve la luz en 1894. Su padre muere en forma improvisa
dos meses después de una pulmonitis aguda, dejando a la familia en el más
completo desamparo.


La inseguridad y la búsqueda llaman a la puerta del corazón de Doña
Mercedes que intenta nuevos caminos para poder sobrevivir y entregar a sus
pequeñas hijas un modo de vida y una manera de salir adelante.


Otro viaje diferente del primero emprenden nuestras emigrantes. La
caravana del grupo familiar Vicuña[23] toma la ruta del Norte de Temuco, un
viaje largo y dificultoso, con innumerables peripecias. Doña Mercedes al
entrar a la Argentina por Neuquén, tiene fija una meta precisa - casi una
obsesión-: Junín de los Andes.


Brugna, destaca con fuerza y claridad que para ella, no era solamente
el anhelo de encontrar un trabajo y conseguir la tranquilidad que por
razones políticas no tenía en Chile. "Ella perseguía una meta clara aún a
costa de sacrificios y dolorosas aventuras, quería conseguir el colegio de
las Hermanas, estar al lado de ellas y conseguir la educación para sus
hijas. Norquín, Las Lajas, Chapelco y Junín de los Andes fue el itinerario
que realizaron nuestras emigrantes.[24]


El relato sigue destacando la lentitud del viaje por las dificultades
climáticas y nos presenta a Laura en Las Lajas asistiendo a las clases de
catecismo. Aquí vive Laura la impactante experiencia de una compañera que
desobedeciendo a su mamá perdió la vida ahogándose en el río Agrio,
(afluente del Neuquén) experiencia que le hará valorar mucho la obediencia.


El camino se hace lento y Doña Mercedes espera siempre con la
atracción de la meta: Junín. Ella espera, y la ocasión se presenta cuando
a finales de Mayo de 1899, llega de viaje el estanciero Manuel Mora, que le
ofrece ayuda y la posibilidad de continuar el viaje hacia el sur.


Todavía por la crudeza del invierno deben permanecer en Chapelco donde
son recibidas por la familia Fosbery quien les acoge dando trabajo a
Mercedes y cobijo a sus dos hijas. Esta situación dura muy poco, pues el
capitán Fosbery debe trasladarse y nuestras protagonistas deberán seguir
itinerando. Mercedes finalmente encuentra trabajo y acogida en la hacienda
de Manuel Mora


Cuando Dios llama a Abraham éste inicia un éxodo de experiencias y
realizaciones que sustentan una promesa en la que él cree firmemente.[25]
Laura pareciera ser hija de una promesa de incertidumbre y desamparo; pero
bien sabemos que nada en la vida de un creyente es al azar. La Providencia
está detrás de cada hijo suyo conduciéndole por senderos a veces
desconocidos hasta llegar a la meta. La capacidad de acoger los caminos del
Espíritu y descubrir en la propia realidad los designios que la
Providencia asigna es el desafío permanente que está en el corazón de
cada bautizado. Muchos detestan de su camino o su suerte, otros, la acogen
y descubren betas insospechadas en el tejido que la Providencia prepara
para la plenitud verdadera.

Desconcierto y dolor habrán sido los sentimientos de Abraham cuando
Yavé le solicita la entrega del hijo de la Promesa. Su fe inquebrantable en
aquel Dios que le muestra caminos desconcertantes para hacerlo padre de un
gran pueblo, es el ancla que le pone en comunicación con Aquel que le
había dicho: "te haré padre de un gran pueblo". Este Señor, gestor, garante
y propositor de la Alianza de Salvación para el pueblo, busca entre sus
hijos los colaboradores de esta misión involucrándolos en la tarea
salvadora.

Laura, vivió un éxodo, que bien nos recuerda los éxodos de estos
tiempos donde tantos inmigrantes refugiados y desplazados deambulan sin los
derechos más fundamentales. Son miles de rostros que llaman para poder
VIVIR y SER; son tantas niñas y jóvenes con las mismas desdichas que a
ella le tocó vivir: inmigrantes, carentes de afecto, expuestas a la
explotación de mafias inescrupulosas. Nuestra pequeña emigrante ¿puede
decirles con su vida y experiencia una palabra de esperanza y confianza?


El Padre Crestanello,[26] biógrafo y director espiritual, nos presenta
a Laura recordando positivamente los momentos y amistades habidos en su
paso por los lugares de su dificultoso e inseguro itinerario hasta su
llegada al colegio.


Siempre en camino y en búsqueda hacia la meta fue la experiencia en
esta tierna edad de nueve años, donde Laura vive como itinerante… "Deja
tu país… y anda donde yo te mostraré"[27] escuchó Abraham de su Dios Yavé.
La vida en camino, fue para ella el contacto con la inseguridad que la
introduciría por los senderos de los sencillos y elegidos a pregustar
aquí en la tierra el contacto con la fuerza de lo trascendente que llama
desde la realidad humana a quien quiere para hacerle partícipe de una
transformación en la que sobran las palabras y la vida grita diciendo:
"Dios está aquí".

Las rasgos de su comportamiento presentados por su director espiritual
muestran la normalidad de su actuar; viveza y entereza de quien sabe muy
bien lo que quiere y hacia donde va. Los desamparos de nuestra pequeña
emigrante, el deambular en busca de seguridad para vivir ¿le habrán formado
un carácter acostumbrado al sacrificio y a valorar lo que las
circunstancias ofrecen?

Los caminos de Dios son para cada Hijo suyo un misterio de amor y
Providencia. La libertad de quien los acoge hace que se conviertan en dolor
para quien los protagoniza y testimonio para quien observando detenidamente
constata que la acción del Espiritu en las personas abiertas a Él son
como el que escala las cimas y desde ellas contempla la belleza de las
montañas y las maravillas de un horizonte sin límites.


Poseer a Dios en el corazón es la mayor de las plenitudes que muchos
niños y jóvenes de todos los tiempos han experimentado; Laura en su corta
vida puede afirmarnos esta realidad.


Las Hijas de María Auxiliadora establecidas en Junín de los Andes,
fueron testigos junto con su director espiritual, de los caminos de Laura
en búsqueda de la plenitud verdadera. Junín fue el lugar donde Laura
concluyó su experiencia de emigrante viviendo intensamente los silencios de
la búsqueda y entrega que calladamente el Espíritu le suscitaba.








4. UNA CASA QUE ACOGE

"Felices los que acogen a todos con bondad, porque Dios les mostrará en
vida la ternura y plenitud del corazón"

"A ti te las confío"
Crono historia Fma.

Nuestras viajeras llegan al colegio de las Hijas de María Auxiliadora
de Junín, solicitando ser recibidas como alumnas internas[28] por doña
Mercedes y precisamente en época de vacaciones el 21 de Enero de 1900. En
la inscripción aparecen las hermanas Vicuña, Laura con 9 años y Julia 6
como hijas de Domingo y Mercedes, chilenos y católicos.[29]


Es de imaginar el dolor de las niñas al separarse de su madre. El
testimonio de quien las recibió afirma que Julia lloraba y Laura estaba
triste y pensativa. Su director sin embargo afirma que Laura demostraba
manifestaciones de contento "muy contrarias a su acostumbrada moderación".
[30]

"A ti te las confío" [31] había escuchado María Mazzarello en la
visión de Borgo Alto, donde la Virgen le asignaba una tarea para ella y sus
hijas. Las Hijas de María Auxiliadora instaladas en Junín[32] hacía poco
tiempo, ofrecían sencillamente el cariño y la acogida a estas niñas que
llegaban a casa, hijas de emigrantes y gente sencilla de la zona.


Las hermanas tenían en el corazón su radical amor por Jesucristo pobre
y obediente al Padre. La vida de sencillez y austeridad de aquellos tiempos
las centraba en lo esencial. Anunciar a Jesucristo, hacerlo amar por los
demás con un corazón bondadoso y alegre era su única misión.


En el ambiente pobre y sencillo de Junín, se respiraba un aire de
especial alegría. El Sistema Preventivo de Don Bosco, fundamentado en la
Fe, la Religión y el Amor, le daban su identidad. Aquí la
protagonista es la "Persona" de la niña y la joven, a quien se le ayuda a
ser gestora de su crecimiento, hasta hacerse protagonista de su libertad.


El estilo educativo, genera y fomenta las condiciones para ayudar a
niñas y jóvenes a desarrollar los grandes ideales, y así propiciar los
caminos de la santidad. Las hermanas vivían con las niñas el espíritu de
familia característica carismática de las hijas de D. Bosco, quien quiso
que sus obras educativas cultivaran un estilo familiar.
Este ambiente[33] de sencillez y acogida propio del carisma, que
quiere hacer a las niñas y jóvenes "Honestas ciudadanas y buenas
cristianas", acogió a Laura para ofrecerle la seguridad y formación que no
tenía en la estancia de Quilquihué.


La Comunidad Educativa recibió Laura, quien con corazón abierto va
gestando su respuesta al llamado de santidad, que le hizo el Señor en su
vida .Al referirse a este modo de educar se destacan expresiones que ponen
de manifiesto la influencia de este ambiente, al que nuestros fundadores
Don Bosco Y Madre Mazzarello daban primordial importancia: "… la Misión
Salesiana constituía un ambiente educativo unitario, del cual surgió Laura
Vicuña".[34]


Los recreos, el canto, el juego, las fiestas, el estudio, los actos
académicos y teatros[35] se entrelazan dando un estilo peculiar donde el
educando se siente en un ambiente sereno propicio para el crecimiento
integral. El clima envolvía a quienes vivían en la Misión Salesiana con las
celebraciones religiosas, el Triduo Escolar al inicio del año, los
Ejercicios Espirituales y los acontecimientos formativos y espirituales
propios de la época.

Laura, vive su experiencia escolar en este ambiente, comprometiéndose
en las propuestas que le ofrecen; siendo protagonista y líder positivo. En
una oportunidad "Laura confunde a unos niños y niñas que hablaban
calumniando a los colegios de las Hermanas y de los Padres diciendo que
daban poca y mala comida. Todos eran sanos y robustos. Ella con sencillez,
pero con firmeza (afirma) "Bien claro demuestran la verdad de cuanto
estáis diciendo vuestra flacura, palidez y debilidad…"[36] los compañeros
cambiaron avergonzados de conversación.


Laura, demostró siempre mucha libertad y valentía. Su corta
trayectoria puede decir tantas cosas, especialmente, invita a las niñas a
vivir los acontecimientos de la vida cotidiana con esperanza, valentía y
claridad en sus decisiones. Su vida dejó el colegio impregnado de gestos
simples y profundos; diciéndonos que la santidad es cercana a quienes
están abiertos al Dios de la Vida.


En este ambiente de valores, Laura, desarrolla su experiencia de niña
y preadolescente. Ella, nos demuestra con su experiencia, que el Sistema
Educativo como espiritualidad y método, es valido para presentar a los
niños y jóvenes caminos de superación y santidad.


La consigna: "A ti te las confío" presente el corazón de cada Hija de
María Auxiliadora fue el mandato del quehacer de aquellas hermanas con las
que Laura vive sus cortos e intensos años. Los nombres de sus maestras, los
lleva en el corazón: Sor Ángela Piai su directora, Sor Ana María Rodríguez,
su educadora más cercana, Sor Rosa Azócar quienes la comprenden y
acompañan en su enfermedad.


La quietud de los últimos tiempos de Abraham propio de los que saben
de quien se han fiado ¿Habrá sido también para Laura la conclusión de su
éxodo? Sus experiencias en el colegio serán para ella el itinerario de
quien vive los senderos de la niñez y preadolescencia en lo cotidiano, con
transparente y sencilla alegría, y con la profundidad del que abre las
puertas de su ser al Espiritu y su Gracia.


5. LA AMISTAD ES UNA FIESTA


"Felices los de mirada limpia, porque con su sonrisa crean lazos de
amistad"


"Quien ha encontrado un amigo,


ha encontrado un tesoro"


Sir 6, 14

La entrada al colegio, es la mediación concreta que Dios pone en la
vida de Laura, para despertarla al valor profundo que tiene la existencia
como regalo de Dios, para ser vivido en su presencia, su amistad y hacer de
la vida diaria un regalo para otros.


El ambiente y las hermanas del colegio, hacen surgir en Laura la
certeza del valor de la vida que ella asume como propia con inmensa
responsabilidad. Por tanto, la vida de Laura y lo que ella llega a ser,
se gestan en un ambiente cargado de valores. Su don está en que supo
aprovechar al máximo las instancias de gracia que iban floreciendo a su
alrededor.

Es, aquí donde Laura descubre y se abre a la amistad, un cristiano ha
de ser afable, amigable con todos los hombres, no sólo con los hermanos
hemos de ser así, sino con todas las personas.


Conocemos la amistad que mantuvo con Mercedes Veras, llamada siempre
Merceditas, ella misma nos lo dice: "Varios hechos edificantes que noté en
mi querida e inolvidable compañerita Laura Vicuña en los tres años y medio
que estuve con su dulce y tan amable compañía en el Pueblo de Junín de los
Andes" .[37]


Mercedes tenía tres años más que Laura; pero ésta por su serenidad, su
sentido de responsabilidad, su amor a la piedad, al estudio y al trabajo,
se presentaba como una niña de mayor edad. Entre las dos se estableció una
profunda amistad, se tenían una gran confianza, se estimulaban a la
santidad de palabra y de ejemplo.


"Las dos amigas tenían gran apertura de corazón también con sus
Superiores y con su Confesor. Sin embargo, en muchas cosas que no eran de
confesión, o que podían llamar mucho la atención o parecer cosas
imposibles, las dos chicas las comentaban inocentemente sólo entre las dos
callándolas con todos los demás".[38]
Las dos amigas se potencian mutuamente para el bien, fortaleciendo su
comunión y siendo un ejemplo para el resto de sus compañeras. El sentido de
la amistad lleva a Laura a una comunicación y sintonía espiritual no solo
con Merceditas, sino que establece una relación de cercanía con todos.


Encontramos también un ejemplo de amistad con el clérigo Félix de
Valois así lo menciona el Padre Brugna: "En ese 14 de febrero de 1900, a
las tres de la tarde, llegaba a la Misión Salesiana una comitiva: eran el
P. Melanesio, el P. Zacarías Genghini, el clérigo Ortiz, el señor Carlos
Cernada y su secretario, señor Luis Boccard. Ese primer encuentro, antes de
iniciar las actividades de la Comunidad Educativa, ese sencillo estrechar
de manos, esas sonrisas complacientes y diálogos intrascendentes, fueron,
sin embargo, el puente de una incipiente comunicación espiritual entre dos
santos: Laura Vicuña y Félix Ortiz, el clérigo. Sintonizaron enseguida. Es
así que se estableció, con toda naturalidad y nobleza, una amistad
definitiva y bienhechora, que durará hasta la muerte".[39]

"La amistad o sintonía sobrenatural de Ortiz y Laura se reflejan
emotivamente, todavía seis años después de la muerte de Laura, en el dolor
de Ortiz, quien al escribir en el periódico Flores del Campo acerca del
recuerdo que tiene de la querida amiga, exclama: "no podemos a menos de
sentir un vacío..., en vano procuramos distraernos..., su recuerdo no puede
separarse de nosotros... Era imposible tratar con ella sin sentirse atraído
a su amistad".[40]

La amistad verdadera es una hermandad que se sostiene teniendo a
Cristo como fundamento. Esta amistad es un regalo de Dios para el creyente.
Si damos una mirada a nuestra cultura ella se muestra libertaria, pero a la
vez represiva, ya que en ella, existe una visión erotizante que prohíbe
muchos gestos de amistad, por eso: "Hay que reivindicar los gestos
fraternos, dos amigos pueden tener gestos de amistad: tomarse de la mano,
poner la mano sobre la espalda, lo que da transparencia a la amistad es la
no posesión".[41]

Los aportes de la psicología nos dicen que un niño/a, un
preadolescente, necesita sentirse parte de un grupo, de un ambiente, en
esta edad es fundamental crear vínculos, que los ayuden a determinar
quiénes son y hacia dónde van. Por esto, nuestros ambientes educativos
deben favorecer experiencias que fortalezcan estas vivencias, ya que en la
preadolescencia y sobre todo la adolescencia, "es la gran edad de la
amistad, ya que se produce el nacimiento de la interioridad y acceso a la
conciencia de sí.


La adolescencia es la edad donde uno se descubre como único, teniendo
el valor a los ojos de alguien que no es de la familia. Se sale de la
familia, para crear una fraternidad electiva, muy parecida a aquella que se
da en los lazos fraternales, pero con el encanto de la elección".[42] El
autor, continúa afirmando: "La amistad es, del mismo modo, una
construcción: implica la voluntad, es el fruto de una cualidad del alma que
se llama virtud"[43] y continúa, "... en la Iglesia, una amistad puede
nacer de una vida espiritual compartida y comunitaria, proviene de la
comunión y de la comunidad, no únicamente de la afectividad".[44]


Los niños de todas las edades necesitan sentir que encajan en su vida
social, que están en su ambiente. Al llegar a la adolescencia, la necesidad
de ser "parte del grupo" es más fuerte que a ninguna otra edad. Las
amistades se estrechan, los vínculos son muy importantes. Es frecuente que
formen grupos pequeños, cada uno con su identidad especial.


Durante la preadolescencia y la adolescencia los amigos influyen en
los gustos, en la música, la ropa y los peinados, así como en las
actividades en las que quieran participar. Surge el desafío de cuidar las
relaciones de amistad de nuestros niños, y jóvenes, de crear ambientes
educativos, que faciliten redes fortalecidas por el valor de la verdadera
amistad, que como a Laura, llevó a potenciar su vida según los valores del
Evangelio. Ella al encontrar la amistad, encontró el gran tesoro, la perla
preciosa: el Reino de Dios. Así, también nuestros niños, y jóvenes puedan
encontrar el tesoro que es Cristo Jesús. Por esto, reafirmamos con fuerza
que Laura vivió en plenitud una rica experiencia de amistad, hizo de la
amistad un de camino y fiesta.




6. MI ENCUENTRO CON JESÚS


"Felices los que se alimentan de Jesús Eucaristía, porque con su fuerza
serán centinelas de esperanza"

"He venido para que tengan vida"
Jn. 10,10


Con facilidad Laura percibe los estímulos positivos del ambiente y
los va integrando a su vida. Nos dice su biógrafo: "Aprendió rápidamente a
cuida con atención de su persona, de su ropa, de sus cosas y hacer todo
según un horario". Su naturaleza abierta a la realidad la hizo gozar
profundamente de todo lo que iba descubriendo como positivo y rico de
significado. "Se fascinó con las fiestas salesiana, hechas de ceremonias
religiosas, de poesías de cantos y de exultante alegría".


Esta misma apertura de espíritu la abre a la vida de comunión y
cercanía con Jesús. El descubrimiento de Dios señaló en Laura un dinamismo
interior nuevo que encendió su corazón de un ideal claramente definido.
Cuenta su biografía que después de ser informada que no podía ser Hija de
María Auxiliadora, hace de este impedimento un motivo de mayor entrega a
Jesús: …"quiero ser toda tuya aunque tenga que permanecer en el mundo".[45]
Es feliz de pensar en el amor infinito de Dios. Se Alimentará y defenderá
aquella llama con todas sus fuerzas. Se prepara con decisión y fuertes
anhelos al día de su Primera Comunión. Es un día decisivo y fundamental,
el 31 de Mayo de 1901. Se prepara con su confesión y con un acercamiento
emotivo a su mamá, a quien pide perdón; y ella le da un fuerte beso en la
frente de su hija.

La vivencia de Laura en estos momentos de su vida se comunica a través
de sus anhelos profundos:

Primero: Oh mi Dios, quiero amarte y servirte para toda la vida;
por es te doy mi alma, mi corazón, todo mi ser.
Segundo: Quiero morir antes de pecar; por eso quiero
mortificarme en todo lo que me podría alejar de ti.
Tercero: Me propongo hacer todo cuanto sé y puedo para que tú
seas conocido y amado y parea reparar las ofensas que recibes
cada día de los hombres, especialmente de las personas de mi
familia. Mi Dios dame una vida de amor, de mortificación, de
sacrificio."[46]

La fidelidad a estos propósitos supone también la frecuencia a otro
sacramento: la confesión. Será para Laura no sólo requisito de su vida
moral, sino camino formativo, escuela de santidad, dando espacio a una
dirección espiritual que le permite adhesión al proyecto de Dios.


Todos estos elementos nos gritan con fuerza la vivencia del estilo
educativo propuesto por Don Bosco. La comunión de Laura con Jesús germina
en un espacio educativo cargado, empapado de la presencia de un Dios
cercano, amigo, ideal de la vida, es el núcleo de toda la aventura. En
torno al valor que ella descubre y da a este encuentro personal con Jesús,
gira todo su proyecto de vida y sus opiniones.

El testimonio y el anuncio de las hermanas le hacen acercarse al gran
misterio que se esconde detrás de la paz, la alegría, la serenidad y la
bondad de las religiosas la educan. Ella poco a poco va descubriendo el
secreto: el Amor es Dios. Se da cuenta de que Dios vive en ella, por tanto
ser buena quiere decir precisamente: Amar. Aquí se inicia la aventura de
Laura con Jesús, vivirá en una actitud dialogal de amistad constante.

Muchas anécdotas están presentes en su biografía al respecto. Una de
ellas es el nombre con que firma sus tareas escolares: "La loquita de
Jesús", expresión que muchas veces usó para excusarse cuando le
preguntaban con quien hablaba, "porque se le veía de vez en cuando mover
los labios, ó susurrar alguna palabra; le preguntaban qué era lo que
decía:
- Nada – contestaba ella
- ¿Y cómo estás hablando a solas?-
- Así hacen los locos. – respondía sonriéndose, y de esa manera se
sacaba de apuro y lograba quedarse libre de preguntas inoportunas y
encubría lo que no era conveniente manifestar".[47]

La vivencia de un Dios personal se expresa en su sentido profundo de
la oración con diálogo lleno de afecto y amistad con Jesús. Laura realizaba
visitas frecuentes al Santísimo. Don Crestanello nos lo cuenta sí: "Había
aprendido a visitarle, y por el amor que le tenía, habría deseado pasar
largas horas en su presencia, y hacerle compañía en su soledad. Suplía a
esa imposibilidad con frecuentes visitas espirituales. Muchas veces fue
vista ya desde la clase, taller o patio y aún desde la cama durante la
noche, dirigir sus miradas a la capilla, y con ellas los afectos de su
corazón".[48]

El espíritu creativo e industrioso de Laura se manifiesta en detalles
cotidianos que buscan comunicarse con el amado. Entregó a Dios su corazón,
todo su ser y se sentía inmersa en Dios y así lo expresaba: "Me parece que
Dios mismo es quien mantiene vivo en mi el recuerdo de su Divina Presencia.
Donde quiera que me encuentro, ya sea en la clase, y en el patio, ese
recuerdo me acompaña, me ayuda y me consuela".[49] La intimidad que Laura
mantiene con la Persona de Jesús es la fuerza que potencia en ella esa
interioridad y le hace ser fuerte, serena y decidida en sus decisiones
heroicas. Jesús Eucaristía y su amor a María son ella dos fuertes pilares
que fundamentan su estilo de santidad.

La presencia de Cristo que nos ama gratuitamente a cada uno y que
nunca cierra los brazos de su misericordia. Su amor siempre presente y
acogedor fue experiencia fundante para nuestra preadolescente. De la
comprensión y vivencia de este amor, Laura tomará las fuerzas para cumplir
el proyecto de amor y gozar de la vida en abundancia que el Espíritu Santo
le regala.














7. "SOY HIJA DE MARIA"



"Felices los que acogen a María como Madre, porque encontrarán apoyo en sus
vidas"


"He aquí a tu Madre"
Juan 19,27

Abordar el tema de la espiritualidad mariana de Laura Vicuña implica
situarnos, inmediatamente, en el contexto de la pedagogía salesiana, así
como Don Bosco la entendió y vivió. Laura ha madurado esta devoción casi
exclusivamente en el ambiente del Colegio de Junín de los Andes, que la
acogió por casi cuatro años. La riqueza espiritual de las Hermanas hacía de
aquel lugar un nido de fervor, con el sabor de los orígenes.

Laura del Carmen, un nombre con sabor mariano. Los padres se lo han
asignado el 5 de abril de 1891, y la Iglesia lo ha confirmado el 24 de mayo
del mismo año. El haber dado a la hija primogénita un nombre que la
vincula a la Virgen del Carmen, pone de manifiesto el espíritu cristiano de
Domingo y Mercedes, y su devoción a María honrada bajo este título,
devoción profundamente radicada en nuestro pueblo chileno. Esta
particularidad nos hace suponer que Laura, cuando ingresa al Colegio en
Junín, ya conoce a la Virgen y su maternidad divina –aspecto característico
de la Virgen del Carmen- y que probablemente ya ha tenido con Ella un
encuentro filial.





Laura Descubre A María Santísima



Sobre la base de una religiosidad mariana popular... ¿cuál es la
novedad del aporte que el ambiente salesiano entrega a Laura? Es evidente
el sello de María Santísima impreso en la fundación de la obra salesiana, y
el celo con que Don Bosco propagó la devoción a la Madre de Dios,
Inmaculada y Auxiliadora. Ella es y será siempre la "maestra", "guía" y
"refugio" de los jóvenes.


Es en este ambiente rico de espiritualidad mariana, de alegría y
fiesta, de simplicidad y sencillez, de espíritu de familia y de oración que
se respiraba día tras día, donde Laura comienza a dar pasos firmes y
fundamentales en su relación con María, la Virgen Madre. Gozaba plenamente
las fiestas salesianas, vividas entre ceremonias religiosas, cantos,
poesías y música. Entre ellas, resaltan las celebraciones marianas,
precedidas por novenas, triduos o, incluso, meses de preparación en que la
propuesta espiritual –llamada florerilla constituía la "mejor ocasión para
estimular, a la luz de María, por amor a María o en honor a María, a un
cristianismo siempre más concreto y empeñativo.[50]
Por otro lado, no es posible saber con exactitud cuáles han sido los
contenidos marianos aprendidos por Laura, sin embargo, de sus palabras y
escritos es fácil entrever con inconfundible claridad, la adquisición del
sentido de María como Madre, Inmaculada y Auxiliadora.

Entre muchos, el aspecto que emerge en Laura con particular vigor es
el hecho de la maternidad de María. Laura ve a María como Madre, Madre de
Dios y de la humanidad. Si se pretende dar con el punto de partida o
fundamento teológico al respecto, lo encontramos en su comprensión de María
como Madre. Repetía frecuentemente: "¡Qué fortuna es para mí ser Hija de
María!, ¡Cómo ha sido bueno Jesús con nosotros, dándonos a su misma Madre
como madre nuestra".[51] Con maravilloso estupor y profunda convicción, a
quien le hablaba de María, Laura repetía: "¡Ella es mi Madre!"

Así también, mientras Laura se refiere a María como Madre con
tiernísimo afecto, con no menor admiración y deseo de imitar era atraída
por su pureza. En esta niña, el sentido de María Inmaculada como presencia
que acompaña en la lucha contra las insidias del pecado y del mal, está
fuertemente presente. Cuando Manuel Mora intenta abusar de ella, es María
Inmaculada en quien Laura se cobija, sea como modelo de vida a inspirarse,
sea como intercesión en su favor. La medalla que llevaba consigo por ser
Hija de María era motivo de gran confianza en la Virgen, en cualquier
momento; Laura no está sola en la fuerte lucha que enfrenta: junto a ella
está María. Y cuando la situación se presentó en toda su complejidad, ella
supo resistir y vencer. Esta victoria no pudo sino ser fruto de una
particular presencia de María.[52]

Y si de este temple era la devoción de Laura tras la Inmaculada, no
menos vivo e intenso era su amor por la Auxiliadora. El mismo hecho de
concebir a María como Madre e Inmaculada, la guiaba a confiarse en Ella
como Auxilio. Más aún, el encontrarse en un colegio puesto bajo su
protección y con educadoras que llevaban su nombre, le ayuda a descubrir un
nuevo aspecto de la devoción mariana. Don Bosco había experimentado y
narrado innumerables veces la intervención poderosa de María a favor de la
Iglesia y, en particular, de sus jóvenes y su presencia viva, materna y
activa en la Congregación por él fundada. Esta experiencia la había
transmitido a sus colaboradores con la pasión y el ardor propios de un hijo
que quiere comunicar a todos la grandeza de la propia madre.

Los educadores y educandas de Junín se habían dejado conquistar
profundamente con este mensaje y, como hijos de un tal padre, lo
transmitían con gran empeño a todos. No dejaban pasar ocasión para dar a
conocer las grandes gestas de María, y hacerla amar por los jóvenes e
imitarla en la sencillez del cotidiano, invocándola frecuentemente con la
jaculatoria: "María, auxilio de los cristianos, ruega por nosotros".

Esta fervorosa insistencia no podía tener sino una respuesta positiva
por parte de las alumnas del colegio. Laura era una de ellas. Descubrir a
María como Auxiliadora la había impulsado a abrir nuevos horizontes
respecto de su importante lugar en la historia de la salvación y en la
Iglesia. María es la ayuda que libremente Dios se ha escogido para llevar a
cumplimiento su designio salvífico; en la respuesta libre y generosa de
Ella, el Verbo se hizo carne.[53]

Laura, pese a sus cortos años, comprendió cabalmente el sentido y el
valor de María como Auxiliadora; no tanto a través de una explicación
teológica, sino más bien, mediante la narración de las gestas gloriosas
realizadas por la Virgen en favor de sus hijos a lo largo de la historia,
en especial en la vida y obra de Don Bosco.

Si en el momento de la tentación de Mora, como antes decíamos, la
imagen de la Inmaculada se le presentaba como modelo de pureza, el nombre
de María Auxiliadora es en su oración invocación de ayuda, de presencia, de
fortaleza en la dura lucha contra el mal.

Por otro lado, el sentido apostólico, fuertemente presente en esta
devoción, no deja a Laura insensible o apática frente a una situación ni a
las personas. Cierta del auxilio de María, se empeña en ser, a su vez,
auxiliadora con Dios por la salvación de su madre. Laura vive su devoción
con entereza y solidez, y no meramente a base de sentimentalismos o débil
adhesión a María; es, precisamente la Auxiliadora quien la guía a ser
siempre más para los otros. Es gracias a ello que en casa la llamaban la
segunda auxiliadora.[54]

Su modo de ser nacía, naturalmente del gran amor por María Auxiliadora
que los hijos y las hijas de Don Bosco continuamente alimentaban en los
jóvenes. Momento fuerte e intenso de crecimiento y expansión de aquella
devoción era la fiesta anual del 24 de Mayo, conmemoración litúrgica de
María Auxiliadora, donde era común la convocación de tantos jóvenes y niñas
que demostraban con juveniles expresiones su cariño a María. Sin embargo,
aquel 24 del año 1903 merece ser especialmente recordado, pues Laura en
esa ocasión manifestó de modo singular la intensidad y profundidad de su
amor a la Virgen Auxiliadora. "En presencia de las autoridades civiles y
eclesiales, Laura leyó con tanta gracia y suavidad su composición a María,
que todos quienes la oían quedaban conmovidos. No parecía una niña de su
edad. Los presentes no lograban entender cómo una niña de doce años
pudiese nutrir sentimientos de tanto amor y gratitud, como lo expresaba
Laura. Sin duda, sólo su corazón podía dictar aquellas dulces
palabras..."[55]

Laura concibe a María como Madre, Inmaculada y Auxiliadora. Estos
aspectos no son en ella considerados de manera distinta, separada o sólo
como objetos de conocimiento o lejanos a su vida. En Laura el amor a María
está profundamente unido y relacionado a su vida. La devoción a su
maternidad la hace penetrar en el misterio de su pureza como plenitud de
gracia, y le da el sentido vivo de su ser mujer totalmente impregnada en el
hoy de la historia respecto de la lucha contra el mal y el pecado. En este
sentido, la acoge como la Auxiliadora, la Virgen del refugio y la guía que,
junto a Jesús, la acompaña y anima a ser testimonio de la fe y fidelidad a
los cotidianos deberes de la vida cristiana.


8. "MI VIDA POR LA TUYA"

"Felices si buscan entregarse totalmente por el bien de los que aman,
especialmente los más cercanos, porque sus anhelos se verán cumplidos"


"No hay amor más grande que dar la Vida"
Jn. 15,13

El camino de crecimiento en la vida cristiana es un camino de
maduración en la fe, de una adquisición constante y progresiva de comunión
y de vida con Dios en Cristo Jesús. En esta línea, resultaría relativamente
fácil hablar de madurez en la fe, respecto de los adultos, dado que en
ellos hay un desarrollo humano más pleno, y la posibilidad de contar con
mejores herramientas para establecer auténticos y nuevos encuentros de
comunión con Dios y con los hermanos.

En el caso de Laura, preadolescente que muere poco antes de cumplir
sus trece años, no es así. Ella, sin haber alcanzado la plenitud de su
madurez humana, debido a su corta edad, ha dado pasos reales y concretos de
una auténtica madurez en la fe. Y de esto dio múltiples demostraciones en
la sencillez y cotidianidad de su vida.

La entrega de la vida que hace Laura, no es producto del azar. No hay
en ella motivos superficiales o mero sentimentalismo que la lleven a tal
decisión. La ofrenda de la propia vida es, en Laura, consecuencia de un
corto, pero intenso recorrido de amor y comunión con Dios. Es el fruto más
sabroso que esta pequeña niña pudo regalar a Aquel que dio sentido a su
vida y a su misión.

Son precisamente estos hechos, los que hacen intuir en Laura la
presencia de un vivo dinamismo espiritual que, sobre la base de una
fundamental disposición a lo religioso, elabora un tipo de relación con
Dios, del todo particular para alguien de su edad, lo que inspira en ella
un acto heroico de caridad: el don de la propia vida.[56]

Generalmente, en la vida cristiana tal dinamismo es fuertemente
alimentado en la vida de piedad que busca cultivar una auténtica relación
interpersonal con Dios. Ahora, observando a Laura, se nota que la piedad
es uno de los aspectos más presentes en ella y mayormente resaltado por sus
biógrafos.

Según el estudio realizado por sor María Dossio,[57] resulta
significativa la referencia a Santo Tomás de Aquino, acerca de los signos
que evidencian la presencia de una intensa vida espiritual ya en el tiempo
de la niñez; se enumeran tres: "Disposición al silencio y atención interior
(el gusto de Dios); disposición a realizar gestos gratuitos (desprecio de
las cosas del mundo); un sentido particular de paz y de alegría. Estas
disposiciones naturales se especifican a través de una orientación sincera
y duradera hacia el Señor, en el encuentro con El en una actividad
prolongada y habitual de la inteligencia y de la voluntad, iluminada y
sostenida por la gracia sobrenatural, en el discernimiento más o menos
claro de una orientación de vida conforme a la voluntad de Dios, en la
ascesis y en la lucha contra las inclinaciones desordenadas y búsqueda de
sí mismo, en el apostolado y en las acciones ejercitadas por los otros para
ayudarlos a encontrar a Dios y servirlo." [58]

Su director espiritual, da cuenta de la disposición a la acción de la
gracia divina y el agrado ante la presencia de Dios y las cosas del
Espíritu presentes en Laura. Así lo confirman algunos testimonios: "se
notó una verdadera inclinación a la piedad. Su corazón encontraba paz y
reposo en las cosas de Dios. Durante la oración se veía que su mente estaba
inmersa en lo que estaba haciendo y muchas veces fue necesario avisarle
que era tiempo de salir de la Iglesia".[59] "Puedo asegurar que Laura vivía
una vida de fe, viviendo en la presencia de Dios, volviendo a El
confiadamente en medio de sus problemas y enfermedades, y observando
espontáneamente y por amor de Dios, los mandamientos, los preceptos de la
Iglesia y sus obligaciones personales. Durante el trabajo y también en la
recreación cuantas jaculatorias y oraciones repetía con todo su afecto".
[60]

Que para Laura la oración no fue un hábito, lo testimonia[61] la firme
decisión de fidelidad a los deberes tomados cuando, en el tiempo de
vacaciones en la estancia, se encuentra impedida de cumplir sus devociones.
La vida al aire libre, la atracción de las amistades y de la belleza que la
naturaleza le regalaba, la ausencia de estímulos adecuados y favorables,
podían ser ocasión más que suficiente para sugerirle interrumpir, al menos
por un tiempo su vida de oración.

Estas motivaciones no logran modificar su propósito; al contrario,
ella cultiva mayormente su atención a Dios, intensifica su diálogo con El,
sobre todo cuando intuye el peligro al cual se expone viviendo bajo el
mismo techo con Manuel Mora. Así, cuando el peligro se hace realidad, está
pronta a la lucha y sale victoriosa.[62]

La interioridad y oración de Laura buscan ante todo el cumplimiento
fiel de la voluntad de Dios en su vida, y la salvación de los pecadores. No
es una búsqueda de compensaciones afectivas, o devoción sentimental. Laura
busca a Dios por Dios.

En base a esto, nos surge una interrogante: si de este tipo es la
relación que Laura establece con Dios, ¿quién era Dios para ella?
Ciertamente, no era un Ser abstracto, lejano o, peor aún, un fruto de su
fantasía. Basándonos en el estudio de sor María Dossio, vemos que los
conocimientos recibidos y asimilados en el colegio le han dado el sentido
de Dios, como persona viva, activa, con quien es posible entrar en diálogo
y a quien se debe amor, obediencia y máximo respeto, sin perder nada de la
confianza propia de una hija hacia su Padre. Si Laura no hubiese tenido
experiencia viva de Dios y no lo hubiese considerado como bien absoluto y
trascendental, no encontraríamos explicaciones a sus actitudes de profunda
adoración, de adhesión amorosa a su voluntad y, al mismo tiempo, de
confianza absoluta en El.[63]

Para Laura, es connatural la comunicación con Dios. "Me parece –es
ella quien lo afirma- que Dios mismo mantiene vivo en mí el recuerdo de su
Divina Presencia. Donde quiera que me encuentre, sea en clases, sea en el
patio, este recuerdo me acompaña, me conforta me ayuda a hacer todo mejor
y no me distrae de ningún modo, porque yo aún no pensando en esto, sin
pensarlo me encuentro gozando en este recuerdo". [64]

Podemos ahora, hablar de madurez de fe en Laura. El haber puesto a
Dios al centro de su existencia ha significado para ella no sólo una
intensa vida de piedad, sino también un empeño máximo en la caridad. Una
fe que no impregne la totalidad de la vida, y que no la modifique, no puede
ser verdadera.

Por eso, al confirmar la autenticidad de la fe de Laura, hacemos
referencia directa al máximo gesto de amor en la donación oblativa de su
vida por la conversión de su madre. Este es el fruto maduro de una piedad
seria, auténtica, sellada en el agradecimiento de Dios que acoge la ofrenda
y dona a Doña Mercedes la salvación invocada. Porque "no hay amor más
grande que dar la vida..." Laura lo ha comprendido y no ha dudado en
llevarlo a cabo. Aunque sin este gesto, en sí mismo altamente
significativo, su vida es rica de hechos, de signos que manifiestan la
acción transformante de la gracia en su persona y en sus acciones en
relación al ejercicio de la caridad.

Finalmente, diremos que la vida de Laura está inserta totalmente en lo
cotidiano, a tal punto que una mirada superficial es incapaz de descubrir
la magnitud de su interioridad. Mas, por los frutos se reconoce al árbol,
de la conclusión de su vida nos es posible descubrir su temple. Sólo el
amor de Dios cultivado con delicadeza y constancia, le posibilita una
constante comunión con El, que la impulsa a cumplir el gesto más grande de
su vida: la donación total de sí por la salvación de su madre. Esto
confirma que, también los preadolescentes, empujados por el amor, pueden
hacer de su vida, sin medida, el don de sí mismos a Dios y al prójimo.

Su Santidad Juan Pablo II, hablando a los jóvenes en Toronto, les
decía: "No esperéis tener más años para aventuraros por la senda de la
santidad! La santidad es siempre joven, así como es joven la eterna
juventud de Dios. La santidad no es cuestión de edad" Así nos lo ha
demostrado nuestra Beata Laura Vicuña.




CONCLUSIÓN


SU VIDA NOS DICE

Luego de este itinerario quisiéramos prensar las impresiones sobre
la corta vida de esta niña; que siendo breve, tiene sin embargo la
profundidad de quien siente dentro de si la certeza de ser visitada por una
fuerza interior impulsora de caminos; que unido a su disposición personal,
la condujo por los caminos de la plenitud verdadera.

Nuestra preadolescente Laura, es activa, dinámica, sencilla e
inserta en su ambiente en forma normal, capaz de realizar opciones
sencillas y también heroicas.
El ambiente educativo- salesiano favoreció a Laura encontrarse
consigo misma para responder a la invitación que Dios le hacía a
la santidad cotidiana.
El mensaje de su vida nos habla de su capacidad de acoger las
vicisitudes familiares del cotidiano con serenidad, reaccionando
en forma positiva.

Dos grandes elementos se hacen persistentes en su itinerario espiritual:


A. Humanamente es capaz:


De vivir con serenidad y alegría cultivando plenamente la
amistad
De hacerse respetar y defender su dignidad de niña - mujer.
De vivir en obediencia al confesor y a sus educadoras



B. Su proyecto de vida cristiana se destaca por:

La interioridad cultivada, a través de la dirección espiritual
La devoción a María
La frecuencia del sacramento de la Reconciliación y la Eucaristía,


El amor a Jesús Sacramentado manifestado en sus frecuentes
encuentros en los tiempos libres de estudio.
Capacidad de amar con transparencia los cercanos hasta ser capaz
de entregar su vida para que otros experimenten la alegría y de
vivir la experiencia de ser Hijos de Dios.
-----------------------
[1] Las persecuciones se sucedieron en la revolución de 1891, año del
nacimiento de Laura vicuña y muerte de José Manuel Balmaceda.
[2] Cf. BRUGNA CIRO, "Aportes para el conocimiento de Laura Vicuña", 161-
172.
[3] Cf. 2 Sam 11-12.
[4] CONSTITUCIÓN DOGMATICA, Dei Verbum, n. 2.
[5] Cf BRUGNA, 185.
[6] Cf, Jer 1, 1ss.
[7] Lo mismo se puede apreciar en Moisés (Ex 3, 12) y en Pablo (He 26, 17).
[8] Cf Gn 2, 7.
[9] BRUGNA, 213.
[10] CRESTANELLO AUGUSTO, Vida de Laura Vicuña. Alumna de las Hijas de
María Auxiliadora e Hija de María Inmaculada, Santiago, Escuela Tip.
Gratitud Nacional 1991, 8.
[11] CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, n. 1213.
[12] Gn 1, 2.
[13] 1 P 3, 20.
[14] CCC n. 1220.
[15] Cf. CCC n. 1117-1122.
[16] Mt 3, 15.
[17] Mt 3, 16-17.
[18] Cf Jn 3, 3-5.
[19] Mt 28. 18-19.
[20] BRUGNA, 185.
[21] Cf Vida de Laura Vicuña, 47-50; y 206-207.
[22] Gn, 12, 1.
[23] Cf. BRUGNA CIRO SDB, Aportes para el conocimiento de Laura Vicuña,
Bs., Ars, 1990, 31-40.
[24] Cf. Ídem, 31-32
[25] Cf. Gn, 12, 2-5.
[26] Cf. CRESTANELLO AUGUSTO, Vida de Laura Vicuña, Escuela Tip.
"Gratitud Nacional", 1911.
[27] Cf. Gn. 12, 1.
[28] BRUGNA, 56-58.
[29] Cf, Ídem, 57.
[30] Cf CRESTANELLO, 10.
[31] CAPETTI G, FMA, (A cargo), Cronohistoria I, Ediciciones Don Bosco,
Barcelona, 83.
[32] BRUGNA, 82
[33] Cf, Ïdem, 82 – 107 Para la comprensión del Ambiente Educativo de la
época, recomendamos el Capítulo Sexto sobre la Comunidad educativa de
Junín.
[34] Cf, Ídem, 83
[35] Cf, Ídem, 91.
[36] Cf, Ïdem, 87
[37] Cf, Ídem, 152.
[38] Cf, Ídem, 153.
[39] Cf, Ídem, 129.
[40] Cf, Ídem, 36.
[41] Cf. Revista Mensaje, Julio 2003. Articulo: Las amistades de Xavier
Lacroix, 35.
[42] Cf, Ídem, 34.
[43] Cf, Ídem, 33.
[44] Cf, Ídem, 35.
[45] CRESTANELLO, A, "Vida de Laura Vicuña" Escuela Tip. Gratitud Nacional,
Santiago, Chile, 1911, 25.
[46] Cf, Ídem, 21.
[47] Cf,BRUGNA, C, "Aportes para el conocimiento de Laura Vicuña" Buenos
Aires, 1990, 138.
[48] CRESTANELLO, 60.
[49] Cf., Ídem, 72.
[50] DOSSIO, M.; La Espiritualidad Mariana de Laura Vicuña, Revista
Ciencias de la Educación, Roma, 3.
[51] CRESTANELLO, A, Vida de Laura Vicuña, Argentina, 1990, 69.
[52] Cf. DOSSIO, M.; Op. Cit, 4.
[53] Cf. Idem, 5.
[54] Cf. Idem, 6.
[55] Cf. Idem, 6.
[56] Cf. DOSSIO, M.; La « Vicenda Religiosa » di Laura Vicuña (1891-1904)
sullo sfondo della religiositá preadolescenziale, Rivista di Scienze
dell'educazione 26, 1988, 15.
[57] Cf. Idem, 16.
[58] Cf. Idem, 18.
[59] CRESTANELLO, Vida de Laura Vicuña, .227
[60] DOSSIO, M.; Op. Cit, 16
[61] Cf. CASTANO, Laura, p.115
[62] Cf. Ibid, pp. 91-94
[63] Cf. DOSSIO, M.; Op. Cit., 18
[64] CRESTANELLO, Vida de Laura Vicuña, 254.
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