LATINOAMERICANOS BUSCANDO UN LUGAR EN EL SIGLO XX. N.G.CANCLINI.

August 25, 2017 | Autor: María José Méndez | Categoría: Sociology, Nestor Garcia Canclini
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Descripción

Néstor García Canclini Latinoamericanos buscando lugar en este siglo

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PAIDÓS ESTADO Y SOCIEDAD Últimos títulos publicados: 50. 51. 52. 53. 54. 55. 56. 57. 58. 59. 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74. 75. 76. 77. 78. 79. 80. 81. 82. 83. 84. 85. 86. 87. 88. 89. 90. 91. 95. 96. 97. 98. 100. 105.

A. Margalit, La sociedad decellte D. Held, La democracia y el orden global A. Giddens, Política, sociología y teoría social D. Miller, Sobre la nacionalidad S. Amin, El capitalismo en la era de la globalización R. A. Heifetz, Liderazgo sin respuestas fáciles D. Osborne y P. Plastrick, La reducción de la burocracia R. Castel, La metamorfosis de la cuestión social U. Beck, ¿Qué es la globalización? R. Heilbroner y W. Milberg, La crisis de visión en el pensamiento económico moderno P. Kotler y otros, El marketing de las naciones R. Jáuregui y otros, El tiempo que vivimos y el reparto del trabajo A. Gorz, Miserias del presente, riqueza de lo posible Z. Brzezinski, El gran tablero mundial M. Walzer, Tratado sobre la tolerancia F. Reinares, Terrorismo y antiterrorismo E. Etzioni, La nueva regla de oro M. Nussbaum, Los limites del patriotismo P. Pettit, Republicanismo C. Mouffe, El retorno de lo político D. Zolo, Cosmópolis A. Touraine, ¿Cómo salir del liberalismo? S. Strange, Dinero loco R. Gargarella, Las teorías de la justicia después de Rawls J. Gray, Falso amanecer F. Reinares y P. Waldmann (comps.), Sociedades en guerra civil N. Garda Canclini, La globalización imaginada B. R. Barber, Un lugar para todos O. Lafontaine, El corazón late a la izquierda U. Beck, Un nuevo mundo feliz A. Calsamiglia, Cuestiones de lealtad H. Béjar, El corazón de la república J.-M. Guéhenno, El porvenir de la libertad J. Rifkin, La era del acceso A. Gutmann, La educación democrática S. D. Krasner, Soberanía, hipocresía organizada J. Rawls, El derecho de gentes y "Una revisión de la idea de razón pública» N. Garda Canclini, Culturas hfbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad F. Attina, El sistema político global J. Gray, Las dos caras del liberalismo G. A. Cohen, Si eres igualitarista, ¿cómo es que eres tan rico? J. B. Thompson, El escándalo político M. Hardt y A. Negri, Imperio A. Touraine y F. Khosrokhavar, A la búsqueda de sí mismo J. Raw ls, La justicia como equidad F. Ovejero Lucas, La libertad inhóspita U. Beck, Libertad o capitalismo N. Garda Canclini, Latinoamericanos buscando lugar en este siglo

Néstor García Canclini

Latinoamericanos

buscando lugar en este siglo

305.8 GAR

García Canclini, Néstor Latinoamericanos buscando lugar en este siglo.- P ed. 1ª reimp.- Buenos Aires: Paidós, 2002. 120 p. ; 23x15 cm.- (Estado y sociedad) ISBN 950-12-6405-X

1. Título ­ 1. Sociología-Globalización 2. América Latina­ Situación Social

Cubierta de Mario Eskenazi 1ª edición, 2002 1ª reimpresión, 2002 Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, compren­ didos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o présta­ mo públicos.

©

2002 de todas las ediciones en castellano Editorial Paidós SAICF Defensa 599, Buenos Aires e-mail: [email protected] Ediciones Paidós Ibérica SA Mariano Cubí 92, Barcelona Editorial Paidós Mexicana SA Rubén Darío 118, México D.F.

Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723

Impreso en Argentina - Printed in Argentina

Impreso en Verlap S.A.

Comandante Spurr 653, Avellaneda, Buenos Aires, en septiembre de 2002

Tirada: 3.000 ejemplares

ISBN 950-12-6405-X

SUMARIO

Prefacio......................................................................................

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1. Horizontes: 2005-2010.........................................................

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2. De los inconvenientes de ser latinoamericano Unificados por las deudas.............................................. Lo que queda de las naciones......

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3. Desarrollo con deudas, apertura sin rumbo Identidades en busca de autogestión............................ El asalto neoliberal

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35

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4. Economía y cultura: el espacio común

latinoamericano Promesas de la globalización Industrias culturales: entre Estados Unidos y Europa La construcción actual de lo latinoamericano

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5. Culturas expulsadas de la economía Dónde quedan las culturas populares Últimos trenes a la modernidad....................................

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6. Escenarios de un latinoamericanismo crítico

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Bibliografía

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Para Jesús Martín-Barbero y George YÚdice.

Para Marta Dujovne y Víctor Zavalía.

PREFACIO

No es sencillo ahora hablar de América latina en conjunto. Menos aún para alguien que ha entremezclado en su vida a Ar­ gentina y México. Al explorar posibles rasgos comunes entre es­ tos países, sobresalen las divergencias. No sólo son extremos geo­ gráficos del continente. Mientras muchos argentinos se han sentido, según Borges, como europeos en el exilio, México es una nación orgullosa de su historia, de su modo de construir una mezcla multiétnica diferente de sus vecinos del norte y del sur. Declaraciones de dirigentes de estas naciones podrían hacer pensar que uno de los pocos rasgos compartidos entre Argenti­ na y México es no querer ser latinoamericanos. Los presidentes que debilitaron a estos países con su furia privatizadora duran­ te los años noventa anunciaban entonces, con idénticas pala­ bras, que con esa apertura a la inversión extranjera ya estába­ mos en el primer mundo. La Argentina blanca y porteña, para distinguirse del continente, ignoró a sus provincias indígenas y mestizas, y se alejó de la solidaridad recibida de América latina durante la aventura en las Malvinas: hasta que el derrumbe acercó las ciudades argentinas a las capitales de la pobreza lati­ noamericana y quitó sustento a la educación y la cultura que le permitían imaginarse diferente. Por su parte, el secretario de Economía de México declaró en febrero de 2002 que no tienen que inquietarnos los desórdenes sudamericanos gracias a que pertenecemos a Norteamérica, co­ mo si el temblor brasileño de 1998 y el de Argentina desde fi­ nes de 2001 no incidieran en la economía mexicana. Como si

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Latinoamericanos buscando lugar en este siglo

Estados Unidos no presionara al gobierno de México para que arbitre en la guerra de Colombia y controle las migraciones centroamericanas con la promesa de maltratar menos a los in­ documentados mexicanos. Es difícil conciliar esta propuesta de desentendernos de América latina con el lugar protagónico asignado por el actual gobierno mexicano al Plan Puebla Pa­ namá. Repensar, como pidió el concurso al que presenté este ensa­ yo, qué significa hoy ser latinoamericano es, entonces, il1~Jl?I.~­ tar la persistencia y los cambios de una historia conjunta que se niega. Es retomar la búsqueda de Alfonso Reyes en el sur del continente, la de Arnaldo Orfila en México, la historia de estu­ dios compartidos, exilios y migraciones en esta región, la frater­ nidad en el cine y la literatura, el tango, el bolero y el rock, en músicas y telenovelas cuyas ganancias por exportación no están lejos de lo que el petróleo, los granos y el turismo aportan a es­ tos países. Y hacernos cargo, al mismo tiempo, de las tenden­ cias centrífugas que exaltan más la competencia que la recipro­ cidad. ¿Qué significa ser latinoamericano? Busqué elaborar un ensa­ yo $obre la manera en que está cambiando la e.!egunta y se cons­ tf!U'en nuevas respuestas. Sigue habiendo voces históricas en es­ te debate, pero se suman otras distintas, a veces con nuevos argumentos. Además, se expandió la escala: la condición actual de América latina desborda su territorio. Quienes dejaron sus países, y ahora extienden nuestras culturas más allá de la región, muestran el desencaje doloroso de los latinoamericanos y tam­ bién las oportunidades que ofrecen los intercambios globales. Quise captar las indecisiones a las que conduce n~m­ bivalente inserción en los conflictos actuales del capitalismo: n05i globalizamos como productores culturales, como migrantes y como deudores. La debilidad con que asumimos estos tres pa­ peles, que ya hizo fracasar muchos proyectos de integración re­ l \giOnal, se vuelve más inquietante ante los riesgos de que se fir­ 'J I me en 2005 el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y se sigan descomponiendo las frágiles democracias la­ tinoamericanas. Llegaremos así con más sujeciones que patri­

\Y

Prefacio

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monio a los actos con que varias naciones del continente cele­ brarán en 2010 el segundo centenario de su independencia. El texto entregado al concurso de ensayo de la Fundación Cardoza y Aragón en octubre de 2001 recibió mínimos ajustes para la publicación. Agregué algunas frases para especificar el sentido de procesos analizados en la primera versión, que cul­ minaron en los últimos meses de ese año y en los primeros de 2002. El qerrumbe argentino había sido previsto en análisis de autores citados aquí, como consecuencia de la recesión instalada a partir de 1998, pero se volvió visible y más dramático de lo anunciado: menciono ahora efectos socioculturales que cabe considerar en otras sociedades de la región con dilemas seme­ jantes. La presentación de este ensayo con seudónimo al concurso me obligó a omitir referencias a textos previos en los que había dado antecedentes, o desarrollos más extensos que no quise re­ petir en estas páginas. Me pareció necesario clarificar la relación con los lectores levantando esta autocensura. De todas maneras, las citas son apenas las indispensables y remiten a la bibliogra­ fía final para no trabar la fluidez del texto. Traté de dar libertad a la escritura y moverme entre géneros, desde los narrativos hasta los reflexivos, fundando las interprefaciones en la infor­ mación controlada de investigaciones empíricas y aventurando a la vez imaginarios practicables. Espero que sea leído como el trabajo de alguien que valora lo que las ciencias sociales descu­ bren, pero sabe que a partir de las observaciones científicas pue­ den ensayarse diversos futuros. Agradecer a quienes me instigaron desde sus textos o diálo­ gos a escribir este análisis engendraría una lista parecida a la bi­ bliografía final. Quiero destacar que la Universidad Autónoma Metropolitana de México (UAM) me dio, como siempre, las me­ jores condiciones para elaborar este estudio y realizar los viajes que lo nutrieron. Varios colegas del Departamento de Antropo­ logía de la UAM fueron interlocutores preferentes de estas refle­ xiones. Irene Álvarez y Cecilia Vilchis me ayudaron a perseguir algunas estadísticas y tuvieron la paciencia para pasar en limpio las versiones de este libro.

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Latinoamericanos buscando lugar en este siglo

Ana María Ochoa, que compartió en días y noches, en viajes y memorias de Colombia, lo que aquí analizo, fue lectora pri­ mordial de las dudas y los debates que recorren estas páginas. Las dedicatorias. George Yúdice y Jesús Martín-Barbero es­ tán entre quienes más nos han ayudado a repensar América la­ tina. Supongo que algo dice de mi perspectiva que encuentre como acompañantes singulares a George, de los neoyorquinos que conozco el que se mueve con más soltura y arraigo en todo el continente, y a Jesús, que refundó el estudio de la comunica­ ción y la cultura desde Colombia y desde otras sociedades lati­ noamericanas recorridas por él durante treinta años, sin dejar de reflexionar como español disidente (¿hay algún español inte­ resante que no lo sea?). Marta Dujovne y Víctor Zavalía, a quienes conocí en el exilio mexicano, se convirtieron cada año, desde que regresaron a Ar­ gentina, en amigos tan entrañables que me hicieron sentir pro­ pia, de nuevo, a Buenos Aires. Amistades y amores itinerantes: son vínculos comunes a mi­ llones de los que vivimos en este continente, desde dentro o en sus ilimitados márgenes.

Capítulo 1

HORIZONTES: 2005-2010

Última semana de agosto de 2001, en un taxi, en Buenos Ai­ res. El chofer pasa rápido por los temas de los que hablan todos en el país: la desesperanza económica se ha vuelto social y polí­ tica, quizá la mitad de la población anule su voto en las próxi­ mas elecciones y ya hay mensajes en Internet que proponen cru­ zar las boletas electorales escribiendo nombres de personajes de tiras humorísticas. Entre éstos, el más votado en las elecciones del 14 de octubre fue Clemente, porque «como lo dibujan sin manos a lo mejor no roba». -Yo ya sé por quién voy a votar -me anuncia el taxista-o Voy a poner José de San Martín... Si es que estoy. -¿Adónde piensa ir a vivir? -No sé todavía. Yo prefiero Estados Unidos, pero éste es un plan familiar. Nos reunimos los doce y la mayoría eligió otro país. Yo no estoy de acuerdo con ese régimen, pero igual creo que podríamos estar mejor que acá. -¿Ahí también va a trabajar en un taxi? -No, vamos a poner un negocio entre todos. -y si invierte y después quiere sacar el dinero ¿le parece que va a poder? -Estamos hablando de eso. Esta semana nos contestan. Pare­ ce que sí nos darán garantías. Cuando bajamos del taxi, confirmó lo que insinuaba sobre el destino: -Si van por Varadero, y quieren comer buenas pastas, los espero.

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Latinoamericanos buscando lugar en este siglo

Nos preguntamos qué está ocurriendo en América latina pa­ ra que un continente que ya expulsó a centenares de miles du­ rante las dictaduras de las últimas décadas, siga empujando a ecuatorianos, peruanos y colombianos a irse a España, a los uruguayos hasta Australia, mientras otros imaginan que Esta­ dos Unidos y Cuba son alternativas comparables. Pensaban en agosto de 2001, antes del colapso, que su modesta inversión fa­ miliar estaría más segura en una playa cubana que en Argenti­ na. ¿Cómo se construyó en la tierra de la que salió el Che la fan­ tasía de la inviabilidad del propio país, y lo que a una familia le podría suceder si se va a uno u otro de esos dos destinos del norte, valorados habitualmente con signos opuestos? Las estra­ tegias familiares para reubicarse en el propio país, o en Estados Unidos o España, hace tiempo que se organizan con parámetros distintos de los que arrastran las divisiones político-ideológicas (Espinosa, 1998; Pedone, 2000 y 2001). 14 de septiembre de 2001. El cartón diario de Máximo en El País, con la imagen de las Torres Gemelas quebrándose, incluye este diálogo: -Choque de ideas, de culturas, de civilizaciones. -Yo lo dejaría en choques de desesperados contra instalados. Hay que agregar que los instalados y desesperados coexisten en el primer mundo y en los demás. Los estadounidenses, al en­ contrar el terror en su país, ya no pudieron separarse de «las pe­ riferias». Oriente comenzó a ser mirado como algo más que el lejano sitio por donde pasan oleoductos, de donde vienen técni­ cas espirituales de superación del stress y melodías editables co­ mo world music. La multiculturalidad global que habita esa na­ ción ya no se arregla segregando a cada etnia en un barrio diferente. La guerra mundializada que los gobernantes, medios y ciudadanos estadounidenses descubrieron el 11 de septiembre comenzó años antes en sus bombardeos a africanos y asiáticos, en las dictaduras de América latina, la globalización narcoeco­ nómica de Colombia, la destrucción planificada de movimien­ tos sociales y políticos bajo la doctrina de seguridad llamada

Horizontes: 2005-2010

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nacional (en rigor transnacionalizada, desde Centroamérica has­ ta el cono sur), en aquel 11 de septiembre de 1973 en que las lla­ mas de otro bombardeo, en Santiago de Chile, destrozaron La Moneda. Un documento del Convenio Andrés Bello, de 1997, Las

transformaciones de América latina y las perspectivas de la integra­ ción, sostenía que «La globalización actual no está emparentada con ninguna de las utopías históricas internacionalistas: el uni­ versalismo religioso, el cosmopolitismo burgués y el internacio­ nalismo socialista o tercermundista» (Convenio Andrés Bello, 1997: 8). ¿Fin de las grandes narrativas? Hoy sabemos que los escombros de Manhattan dejaron miles de muertos y algunas resurrecciones. Entre las más vistosas, volvemos a encontrar so­ lemnes relatos, que la versión posmoderna de la globalización se había apresurado a sepultar. Por ejemplo, el de la civilización occidental y su misión redentora de toda la humanidad, el del patriotismo, y el de Dios y sus muchos pueblos elegidos. Al rea­ vivarse con violencia estas narraciones antiguas, uno se pregun­ ta si sólo esos recursos les quedan a los predicadores del relato I único del mercado omnisapiente e integrador de la humanidad 1 mediante el libre comercio. En rigor, se trata de la mezcla de múltiples narrativas que ocultan sus contradicciones, por ejem­ plo la de la CIA que contrata terroristas y narcotraficantes por todo el mundo, el relato que se contaron los narcotraficantes cuando invirtieron y especularon en los bancos de sus persegui­ dores. En fin, cuando descubrimos que el gran thriller de la glO-l balización neoliberal esta hecho con demasiadas relaciones peli­ grosas y amores imposibles. Las simetrías y complicidades entre los terrores enfrentados llevaron al rockero Ángel Luis Lara a escribir: «Bin Laden y Bush son las dos nuevas Torres Gemelas del Imperio» (Lara, 2001: 8). ¿Dónde quedan ahora los relatos dellatinoamericanismo? A \ partir del «ataque a Nueva York» la desaparición de centenares de miles de empleos en hoteles y restaurantes, compañías de aviación y de taxis, restaurantes y otros servicios, redujo las fan­ tasías de muchos latinoamericanos de buscar trabajo en Estados Unidos. Los aviones semivacíos que en las semanas posteriores

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Latinoamericanos buscando lugar en este siglo

al 11 de septiembre viajaban desde Los Ángeles, Nueva York, Houston y San Antonio retornaban a sus países a jóvenes mexi­ canos, salvadoreños, guatemaltecos que no querían ser recluta­ dos para combatir en las naciones islámicas. Un movimiento inverso ocurrió en junio de 2001. Cuando no había guerra mundial a la vista, 72 soldados argentinos y uru­ guayos llegaron a Madrid contratados por el ejército español. Se dijo que era un recurso para obtener la nacionalidad, alige­ rar los trámites que exigen a descendientes de españoles e ita­ lianos hacer fila toda la noche a las puertas de las embajadas de esos países en Buenos Aires y Montevideo. Sus abuelos viajaron de Europa a América huyendo de las guerras. Ahora miles de estudiantes de biotecnología, ingeniería o humanidades acuden a charlas en las casas de Asturias y Galicia en Argentina o Uru­ guay, 600 aprobaron en 2001 las pruebas para ir a ganar los 500 dólares mensuales que no esperan en sus países «aunque ten­ gas un título». Ni siquiera en las empresas españolas que ahora ~ son dueñas del petróleo, el gas, la electricidad, parte de las co­ municaciones y la industria editorial en varios países de Améri­ ca latina. La Eregunta sobre qué significa ser latinoamericano está cambiando a comienzos del siglo XXI, se desyanecen respuestas que antes convencían y surgen dudas sobre la utilidad 9-~J9n.1ar compromisos continentales. Aumentaron las voces que intervie­ nen en este debate: indígenas y afroamericanas, campesinas y suburbanas, femeninas y provenientes de otros márgenes. Al mismo tiempo, los Estados nacionales, que integraban parcial­ mente a los actores y les asignaban lugares dentro de la primera modernidad, son disminuidos por la globalización. Las incertidumbres y regresiones económicas y políticas de fines del siglo XX suspendieron muchas expectativas. Quienes apostaron sólo a los Estados nacionales, al mercado, o a los me­ dios masivos, para ver cómo podía desarrollarse e integrarse América latina, aprendieron que ninguno de esos referentes es lo que fue. El horizonte mundializado cambió a las naciones, los (\, mercados y los medios. Ni siquiera se mueven en un solo senti­ 1\ do porque la globalización es ~ultivalentg: incl~n~cios..es-

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Horizontes: 2005-2010

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peculativos y también migraciones multitudinarias, intercam- f bios fluidos, mayor penuria económica y juicios internacionales . por violación de derechos humanos. Un punto de ¡:?artida de este ensayo es prestar atención a que en la globaliza.sión no~ deja nombrar como mercado. La variedadde transformaciones no econÓmicas irrumpe cuando vemos las muchas razones por las que se van médicos argenti­ nos y físicos brasileños a investigar en Estados Unidos, psicoa­ nalistas y empleadas domésticas a España, campesinos, mecáni­ cos y obreros de México y Colombia que ganan más que en sus países pero menos que sus ahora vecinos de California, Chicago o Madrid. En el último año del siglo XX dejaron Uruguay tantas ~ personas como las que nacieron en el país. Viven en Estados Unidos, en Europa o en otras naciones latinoamericanas el 15 por ciento de los ecuatorianos, aproximadamente una décima parte de los argentinos, colombianos, cubanos, mexicanos y sal­ vadoreños. América latina no está completa en América latina. Su imagen le llega de espejos diseminados en el archipiélago de las migraciones. En varias naciones latinoamericanas las remesas de dinero enviadas por los migrantes representan más del 10 por ciento del producto interno bruto. México recibió en 2001, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo, 9.273 millones de dólares de sus residentes en Estados Unidos, o sea, casi lo mismo que ingresa por turismo y el doble de sus exportaciones agrícolas. Los trabajadores salvadoreños en el exterior enviaron a su país el mismo año 1.972 millones, los dominicanos 1.807 millones y los ecuatorianos 1.400 millones de dólares. En con­ junto, América latina recibió en 2001 una ~ y media lo que pa- ~ g_

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Latinoamericanos buscando lugar en este siglo

radiofrecuenctas --el espectro electromagnético-, por las que transcurrirá una cantidad cada vez mayor de com:unicaciQnhll­ ma:r:t:~JT~~!!yidad comercial en la era de las _cgIIlul1icaciones ina­ \ lámbl"i~as. Nuestros ordenadores personales, agendas electróni­ cas, Internet sin cables, teléfonos móviles, localizadores, radios y televisiones, todos dependen de las radiofrecuencias del es­ pectro para enviar y recibir mensajes, fotografías, audio, datos» (Rifkin, 2001: 9). El mismo autor demuestra que ese espectro, tratado como «propiedad común» (otros dicen que es el nuevo «patrimonio de Íanumanidad»), ya no está controlado por naciones ni go­ biernos, sino por corporaciones comerciales que administran la casi totalidad de las ondas. Aun el gobierno estadounidense, agrega Rifkin, ha cedido el p~~regulcl.~J~? comunicaci-ºJles dentro de su territ~Unaempresa de origen japonés, ~y, se adueñó de~cip?les_eshldiosde filmaciº--n-ª~ Hollywood y de grabación musical de Miami, los alemanes de Bertelsmann compraron Ran49mHouse, la mayor eclitora-estadounidense. Tenemos qúe precisar cuáles son las bases económicas de es­ ta C!~.?~9-~?!lJ:1cciºn de las naciones en Arnéri~E.latina. Adé~ás de los cambios reseñados en el capítulo anterior, necesitamos considerar la pé!:dida de control sobre lél?Jinan~por la desa­ parición de la moneda propia en Ecuador y El SalvaE-or o por la rígida fijación al dólar (ArgentinafyIa privatización y transna­ cionalización de industrias--0ervicios, notoriamente los banca­ rios. Aun donde subsisten monedas nacionales, los emblemas que llevan ya no representan la capacidad de gestionar sobera­ namente sus precios ni sus salarios, ni las deudas externas e in­ ternas. Ni tampoco la economía y la simbólica de la culrura que circula por sus territorios. .,--'- Entre los años ct1~r~n..tay_~~j~nta__d_~_~!gJ.oX:X,-la creación de , editoriales en Argentina, Brasil, México y algunas en Colombia, chiie:Perú, Uruguay y Venezuela, produjo una «sustirución de importaciones» en el campo de la culrura letrada, decisiva para desarrollar la educación, formar naciones modernas y ciudada­ nos -democráticos. En las últimas tres décadas la mayoría dé-los editores fue quebrando, o vendieron sus catálo~_?s a-ed~~~~_~les

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Economía y cultura: el espacio común latinoamericano

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españolas, luego compradas por empresas francesas, italianas y \ __ alemanas.

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En Argentina la transnacionalización de las comunicaciones, , \1 iniciada hace más de diez años, entregó la mayoría de las industrias culturales a empresarios extranjeros. Las ventajas brinda­ das para sus inversiones no tienen reciprocidad en los mercados estadounidense o europeo. En v~.~g.Ldisp~ta~~~cadºe.'.~~é!~ en _~~i­ ~é:l, como centenares de otros libros, hasta que volvió la demo­ cracia en 1983. Ahora el au!~ritari?!!lo d,gL!!l~EdQ blq9...tl~~ el \1 conocimiento incluso de autores que viven en el país. Ironía

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Latinoamericanos buscando lugar en este siglo

, cruel: el suplemento de Clarín publica reseñas de los libros de Aira y Fogwill, pedidas a críticos argentinos que viven fuera del .! país, y coloca los precios en euros. La~mofe editorial argentina no es únicamente conse­ cuencia de sus errores internos, o derivación del derrumbe eco­ nómico del país. Su ~ructuración det!!!~LCadº~ditoriales semejante a la pr~ida P9r
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