Las relaciones entre los movimientos sociales y las instituciones desde una perspectiva cotidiana. Dinámicas, espacios, lógicas

October 7, 2017 | Autor: Sandra Barrenetxea | Categoría: Political Sociology
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LAS RELACIONES ENTRE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LAS INSTITUCIONES DESDE UNA PERSPECTIVA COTIDIANA. DINAMICAS, ESPACIOS, LÓGICAS.

Modelos y áreas de investigación en Ciencias Sociales Departamento de Sociología 2 2 Soziologia saila Facultad de Ciencias Sociales Gizarte Zientzien Fakultatea Universidad del País Vasco Euskal Herriko Unibertsitatea

SANDRA BARRENETXEA DÍEZ

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1.- INTRODUCCIÓN La mirada sociológica implica siempre de la encarnación del problema a analizar en una misma, a partir del elemento con que se mira, y por tanto de la genealogía del mismo, de sus querencias, presencias y ausencias. Del mundo que en él se inscribe. La realidad observada, reflejada en el iris y la pupila propios, es más que una imagen evocadora de la posición desde la que se aborda el ejercicio analítico de la misma. Es toda una metáfora. Por una parte, nos habla de la capacidad de esa realidad de incrustarse en nosotras mismas. En el acto de mirar, la hacemos nuestra y se asimila en nuestros propios ojos, como si fueran parte de ellos. No hay, de hecho, ojos puros, ojos solos, ojos sin entorno incrustado. Por otra parte, nos habla de nuestra propia capacidad de remodelación del entorno observado. Este se presenta con formas nuevas, curvas, difuminadas, con tonos pálidos, propios, fruto de la mezcolanza entre los colores del iris y los reflejados. Esta encarnación de la que hablo, es la que me ha llevado a elegir el tema para mi tesis. Durante algunos años he participado en ciertos movimientos sociales y organizaciones políticas. Durante algunos años, me he cambiado las camisetas con las que me veían las otras miradas y me puesto diferentes gafas con las que mirar. Los movimientos sociales, las organizaciones políticas, el barrio, las instituciones, han sido todos ellos espacios por los que he pasado durante más o menos tiempo, y que me han llevado a realizar diferentes reflexiones. Dentro de mí, se han activado dos esferas contradictorias de forma constante. La que avalaba la democracia representativa y la que abogaba por un sistema de participación más o menos directa, más flexible, más comunitario y más activo. Un parón obligado de año y medio en mi actividad me hizo además, interrogarme sobre elementos que hasta entonces, pasaban desapercibidos para mí, sobre todo, aquellos vinculados a mi propia identidad política: ¿qué me impulsa a participar?, ¿qué le impulsa a los y las otras?, ¿quiénes seríamos si no fuéramos parte de ese movimiento?, ¿nuestros objetivos, son sociales o personales? En fin, multitud de preguntas que, por supuesto, no han encontrado su respuesta, pero sí la forma de ser canalizadas. Así, el estrabismo de mi mirada, hacia los movimientos sociales y hacia las instituciones, hacia la actividad política y hacia la sociabilidad, no podía tener otro alivio que el intento de articulación de estos ámbitos, debate interno que me ha generado preguntas constantes acerca de su conveniencia o posibilidad, tanto a nivel conflictivo como consensual. Siendo consciente de que la articulación no implica solución a los problemas reales, no he podido hacer otra cosa que intentar plasmar todas estas preguntas y comenzar el largo camino de intentar responderlas. La cuestión que trato de averiguar es, por tanto, si los procesos de participación comunitaria, tanto en relación con el ámbito institucional, como de forma autónoma, inciden en la reelaboración y creación de otras formas de entender el ámbito de lo político a partir de la emergencia de nuevas politicidades, comparando para ello, diferentes casos. En este ejercicio, he planteado preguntas referidas al contexto en el que se sitúan estos procesos, las consecuencias en el entendimiento de lo político que generan, así como la expresión de todo ello a través de las politicidades, tanto de los agentes participantes como de la comunidad en la que se insertan. También me

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interesa explorar las posibilidades de articulación entre los movimientos populares y las instituciones. La perspectiva epistemológica desde la que trato de abordar estas cuestiones puede resumirse en tres elementos: el primero, el lugar desde el que miramos, abogando por el “conocimiento situado” de D. Haraway, el segundo, el punto de partida del proceso de conocimiento, que denominaremos tal y como lo hace I.Rauber “desde abajo” y el tercero, referido a la forma en que miramos, la “objetividad entre paréntesis” de Maturana. Partimos así, de una mirada situada a partir de nuestra propia posición e interés por el impulso de procesos de empoderamiento comunitario, partiendo de las prácticas concretas y cotidianas (incluyendo como práctica la elaboración discursiva) para construir un conocimiento válido para las personas participantes en el proceso. Es un camino que nada más está empezando, por lo que en este artículo tan solo realizaremos una aproximación a las definiciones del ámbito institucional y comunitario, así como sus implicaciones, a través del estudio de diferentes autores, para terminar con un pequeño recorrido por una serie de entrevistas realizadas el pasado año a personas implicadas en el proyecto Astra (Gernika). 2.- LA COMUNIDAD Y EL ESTADO, ¿DOS LÓGICAS CONTRAPUESTAS? La primera cuestión que trataremos de abordar es si las instituciones y los movimientos sociales son lógicas, espacios o momentos diversos, y si estos son contrapuestos o por el contrario, se pueden articular en ciertos aspectos. En primer lugar, es necesario aclarar que, indistintamente, en este caso, hablaremos de comunidad y de movimientos sociales, pues consideramos que forman parte de un mismo ámbito, de la misma forma que indistintamente, hablaremos de Estado e instituciones. La comunidad no siempre está organizada en movimientos sociales, ni todos los movimientos sociales funcionan desde una lógica comunitaria, tal y como la definimos más adelante. Pero es precisamente esta cuestión la que nos interesa en nuestro estudio, es decir, aquellas expresiones de la comunidad, bien en forma de movimiento social o de iniciativa concreta, que tenga como objetivo el trabajo cooperativo y la creación de dinámicas de reparto de poder. Así mismo, no solo nos interesa el Estado como tal, sino aquellas instituciones que tengan como objetivo normativizar y procedimentar. La lógica del ámbito institucional En el ámbito institucional la ciudadanía es el sujeto principal, basada esta en el individuo, los valores, los derechos y las ideas adquieren carácter universal. La movilización es básicamente una cuestión de partidos políticos con representación parlamentaria y de organizaciones institucionalizadas. En la sociedad moderna, además, los partidos políticos no solo se constituyen en mediadores de las demandas sociales, sino también en organizaciones productoras de ideas. Poco a poco, la política se autonomiza de la sociedad y el conflicto social se convierte en una pelea de ideas y de discursos que se expresan en la plaza pública: el Parlamento y los medios de comunicación. Así, los actores principales son los partidos 3

políticos, que articulan la representación. El acto es el voto y las instituciones son los agentes que implementarán las demandas ciudadanas, estructuradas en función de grupos sociales previamente definidos. La representación política expresa así una forma de relación entre lo social y lo político, que presupone también una forma de entender la relación entre la sociedad civil y la política institucional, que más allá de una cuestión organizativa implica también una visión particular sobre la filosofía del proyecto social, los sujetos y las funciones que les corresponden a cada uno. De hecho, como señala D.Merklen, los partidos políticos de clase obrera tampoco han marcado la diferencia en este sentido, puesto que su surgimiento como oposición al adversario político dentro del sistema de capitalista, contribuyó a que reprodujeran la estructura política subyacente. Actualmente y principalmente en países de América Latina (Bolivia, Venezuela,...) están surgiendo nuevas formas de organización del poder, nuevas relaciones entre la sociedad civil y política, en base al protagonismo ciudadano. En nuestro contexto más cercano, estos intentos aún no parecen haber tomado cuerpo, aunque sí podemos hablar de apertura del ámbito municipal a ciertos modos de participación (presupuestos participativos, referendums,...) así como iniciativas con momentos de interrelación entre los dos ámbitos (recuperación de espacios culturales en Gernika, Lekeitio,...) La lógica del ámbito de la comunidad El ámbito comunitario cobra cada vez más importancia por lo que supone de colchón de cara a hacer frente a las consecuencias de la crisis y a la desaparición del Estado de Bienestar. Las redes familiares están resultando fundamentales de cara a afrontar las bases para la supervivencia de cada vez más amplias capas de la población. Así mismo, y sobre todo para las mujeres, el ámbito familiar y comunitario se constituye como un espacio en el que desarrollar redes de apoyo mutuo de cara a afrontar los trabajos de cuidado y crianza, cuya responsabilidad sigue recayendo mayoritariamente en ellas. La comunidad es además un lugar en el que la división público-privado se difumina, bien por la presencia de elementos institucionales (en nuestro país las “Auzo etxeak” suponen un punto de referencia importante de cara a la solicitud de recursos de asistencia pública), bien porque cada vez más se vuelven a implementar servicios que, habiendo desaparecido de lo público-institucional, se resitúan en lo públicocomunitario o popular (asistencia a personas deshauciadas, comedores sociales, recursos formativos...). La presencia de las mujeres en estos ámbitos será tanto más importante cuanto más imbricado de cotidianidad esté el espacio. Además, la expulsión progresiva de las mujeres como fuerza de trabajo desde el ámbito laboral a consecuencia de la escasez creciente de empleo, están provocando una vuelta de las mujeres a otros ámbitos, tanto familiares como comunitarios. 1

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La tasa de desempleo femenina supera a la masculina desde finales de 2010, como resultado de los recortes realizados en los últimos dos años en la oferta pública de empleo y los servicios colectivos (Fuente: EPA). Según la Encuesta Anual de Estructura Salarial, la diferencia salarial entre mujeres y hombres es de un 22,5%. Y según el informe "La sombra de la crisis. La sociedad española en el horizonte de 2018" (Centro Reina Sofía), cada vez más mujeres atienden a familiares dependientes por la

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Es necesario señalar que cuando hablamos de comunidad, no solo nos referimos a la comunidad organizada. Es evidente que más allá de los movimientos sociales, existe una mayoría de población que no participa en ninguna organización. La cuestión es que nuestro interés se centra en la reestructuración de las fronteras entre el espacio comunitario y el institucional y que en este ejercicio son los movimientos sociales los protagonistas, aunque los efectos de estos movimientos, cuando aquieren relevancia, puedan percibirse también en el resto de la sociedad. Los movimientos sociales además, pueden clasificarse en función de diversas variables, en función de los objetivos (emergencia social, sectoriales, alternativas globales...), del carácter de la reivindicación (respuesta-proyecto), del tipo de organización (jerárquicos, flexibles, disruptivos...), del grado de democracia interna... En nuestro caso, nos interesan aquellos movimientos o iniciativas que impulsan un tipo de participación que favorezca la redistribución en sus diversas dimensiones de la variable poder y que estén implicados de forma local en su comunidad de referencia. Partiendo de la clasificación de Parte Hartuz (Martínez Z, Casado B, Ibarra P, 2012), nos interesan concretamente: -

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Las experiencias de participación EN la Administración: relacionadas con nuevas formas de gobernanza o cogestión de los servicios públicos. Las experiencias CON la Administración: procesos codecisorios locales en los que se ponen en marcha mecanismos de participación ciudadana más o menos estables. Se trata de decisiones surgidas de un espacio autónomo ciudadano que se complementan con decisiones administrativas. Las experiencias SIN la Administración: aquellas que se configuran al margen de las instituciones, a partir de la autogestión de un proyecto propio, que eventualmente puede confluir con la vía institucional.

Entre las experiencias en las que comunidad y Administración trabajan en conjunto, es necesario diferenciar, aquellas que lo son por irrupción o por invitación: -

Por irrupción: las dinámicas comunitarias desbordan su ámbito propio e irrumpen en el ámbito institucional. Por invitación: aquellos procesos en los que las instituciones establecen cauces para que la ciudadanía o la comunidad puedan participar en la definición de las políticas públicas.

Ámbitos de poder y fronteras que se desdibujan Partimos del planteamiento que realiza el sociólogo estadounidense Erik Olin Wright cuando teoriza el “poder social”, como capacidad de movilizar a la gente para realizar voluntariamente acciones colectivas cooperativas de distinto tipo en la sociedad civil (2006). Recogido por Z.Martínez, el espacio social queda configurado con una triple lógica, la del mercado, la del Estado y la de la comunidad, siendo estas últimas las que en nuestro caso adquieren relevancia: reducción de políticas sociales. Un 26,3% de las mujeres ocupadas trabajan en empleos a tiempo parcial, siendo el cuidado de algún familiar es el segundo motivo más frecuente por el que las mujeres solicitan la jornada parcial.

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El ámbito de poder del Estado se dedica a normativizar y legislar, así como a ejecutar las normas a través de procedimientos previamente definidos y un cuerpo burocrático compuesto por el funcionariado. Su lógica es la de la distribución, y el sujeto predominante, la ciudadanía. El ámbito de poder de la comunidad se dedica a la ayuda y la solidaridad a partir de la interdependencia mutua, a través de la cooperación y el trabajo conjunto. Su lógica de funcionamiento se basa en el reparto y el intercambio y el sujeto protagonista es el o la compañera de grupo.

La cuestión del poder se revela básica a la hora de analizar este tema, ya que entre los textos tratados, se hace constante referencia al poder, a su distribución, a su construcción. Partimos de la idea de Foucault de que el poder no se tiene, sino que se ejerce, tratándose de un sistema de relaciones en diferentes ámbitos (cultural, económico, político…), basado en dinámicas jerárquicas. En cada contexto sociohistórico además, el modo de articulación del conjunto de relaciones sociales es contingente y cambia en función de las relaciones entre fuerzas sociales. Además, en este conjunto de relaciones sociales, económicas, culturales y políticas que determinan el modo de vida, se reproduce a través de la vida cotidiana. Así, “el modo de articulación sociocultural que reafirma, impone y recrea el poder dominante es la hegemonía” (I.Rauber, XXX). El tema de la hegemonía, concepto acuñado por Gramsci, también es recurrente a la hora de hablar de poder. La disputa del poder, la construcción de poder propio,”desde abajo” (con la lógica de los de abajo) en palabras de I.Rauber, implica también la deconstrucción del poder hegemónico, de sus formas, relaciones y expresiones, a través de la construcción de procesos de empoderamiento locales que configuren un nuevo tipo de poder participativo-consciente. No se trata pues, de una historia del cambio lineal, mecanicista y guiada por el sujeto unívoco y predeterminado, sino de las diferentes expresiones que, a nivel local y a través de la vida cotidiana, pueden constituir las bases para un cambio declinado de múltiples formas. Laclau y Moufee añaden a esta concepción el tratamiento sobre la democracia. El poder, en su expresión política determinará la relación entre el ser y el deber ser, estableciendo límites en una sociedad determinada (Laclau, 2003). Es por eso que el debate político como definidor de fronteras configura también el debate sobre la democracia (Laclau, 2006). Como señala Ch. Mouffe (1999): “El espacio político de la democracia liberal no es un espacio neutro (…) Se trata de un espacio cuya formación es expresión de las relaciones de poder, y éstas pueden dar lugar a configuraciones interiores muy distintas. Esto depende del tipo de interpretación dominante de los principios de legitimidad y de la forma de hegemonía que así se instaure. Pasar por alto esta lucha por la hegemonía (…) es eliminar el lugar del adversario y excluir la cuestión propiamente política, la del antagonismo y el poder”. La interpretación de conceptos en principio universales, como la justicia, la igualdad o la libertad, así como la definición de lo que es o no legítimo en una sociedad, dependerá de la relación de fuerzas dada en ese momento y en ese lugar. Lo cual establecerá también un tipo de relación entre los diferentes espacios y grupos sociales.

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El espacio social puede considerarse un espacio con fronteras, pero también con lugares de encuentro y con espacios interfronterizos que nos descubran nuevas formas de articulación a nivel micro entre esos dos lenguajes, en principio contradictorios. Lo que a primera vista pueden parecernos categorías “limpias”, puras, se entremezclan en los límites, que nunca están vacíos. Probablemente, de la capacidad de articular bien o mal esos lenguajes contradictorios depende la capacidad de dar colectivamente sentido a la situación vivida, la experiencia social. La idea de la que partimos por tanto es que, más allá de su consideración como dos lógicas contrapuestas, el ámbito institucional y el de la comunidad pueden tratarse desde su mezcla, considerándolas dos sedimentaciones diferenciadas de la experiencia social que en ciertos momentos se encuentran, bien porque trabajan en conjunto, porque se establecen elementos de conflicto o incluso porque una adquiere el carácter de la otra, tal y como ocurre en los casos en que la inciativa comunitaria gestiona lo público desde otra perspectiva, adquiriendo una legitimidad pareja o cercana a las instituciones en funcionamiento (el ejemplo más conocido en nuestro país, probablemente sea el nacimiento de las Ikastolas). Conjugación de espacios Desde los movimientos sociales siempre ha existido cierto rechazo a establecer relaciones con la institucionalidad, desde diferentes perspectivas. Una de ellas, es el rechazo previo a la lógica de ese ámbito, rechazo a la burocratización de la gestión social y de la representatividad. Se percibe en este planteamiento, cierta tendencia al “purismo”, evitando mezclarse con otras organizaciones o agentes políticos. También ha existido temor por parte de algunos movimientos sociales a la cooptación desde el ámbito institucional, debido a fenómenos de instrumentalización de los movimientos sociales de cara a ganar legitimidad social, sobre todo en una época en la que los partidos políticos cuentan con un amplio descrédito. Así mismo, la dependencia de ciertas organizaciones sociales respecto al ámbito institucional, se ha convertido para muchos y muchas en el espejo de lo que no quieren ser. La absorción de subjetividades emergentes y su integración ha provocado en no pocas ocasiones la desaparición de su capacidad inicial de subvertir la estructura. Como señala Tarrow, “La mayoría de las grandes organizaciones en favor de los derechos civiles no tardaron en verse constreñidas por las reglas del juego de la política diaria”. Desplazamiento este que se volverá a repetir con la llamada “nueva izquierda”, tanto en Europa como en Norteamérica. No hay que olvidar además, que muchas expresiones comunitarias no pretenden incidir en el ámbito institucional, sino tan solo crear una alternativa propia, por lo que la relación en estos casos es practicamente nula. Por su parte, la institucionalidad también establece dinámicas de expulsión desde la perspectiva de que los movimientos sociales pueden remover el suelo sobre el que se sostienen. La calificación o nominación por parte de las instituciones hacia los movimientos sociales, es en realidad un ejercicio de definición de fronteras dentro del espacio social, fronteras cuya expresión de cierre más intensa es la represión2. 2

La actuación institucional en el desalojo del espacio Kukutza en Bilbao, es un buen ejemplo para ilustrar las dinámicas de expulsión desde el ámbito institucional, y el cierre del sistema sobre si mismo, independientemente de la legitimidad adquirida por este proyecto. En este caso, nos podríamos preguntar, por qué si la legitimidad y por tanto, el sentido común, había conseguido cohesionarse con

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Es innegable, por tanto, que “existe una tensión constitutiva entre los movimientos sociales como fuerzas y prácticas políticas irruptivas y las enmarcadas en normatividades y requerimientos institucionales. Los movimientos sociales pueden ser entendidos como un desborde democrático desde abajo. Esto define desde el principio una tensión conflictiva de los movimientos sociales hacia la representación políticoestatal y viceversa” (Z. Martínez, B Casado, 2014). Tarrow también señala la dicotomía entre los dos espacios en base a lógicas disruptivas y jerárquicas ampliamente diferenciadas3, así como la tendencia a la imposición desde el ámbito institucional de su propia lógica. I. Errejón por su parte, recoge las aportaciones postmarxistas de autores como Zizek, Laclau, o Mouffe, para plantear dos formas de construcción política, que bien podrían adscribirse a los ámbitos que estamos tratando. Por un lado, la lógica de la diferencia, sería aquella basada en la separación, en la gestión técnica institucional de las demandas y en la fragmentación de los sujetos, y la lógica de la equivalencia, basada en la construcción de la imagen de “pueblo” a través de la conjugación y articulación de una serie de demandas. Así, el Estado y las instituciones tratan de dispersar y segmentar las reivindicaciones, aislándolas y disolviendo el conflicto en la gestión burocrática del mismo y escondiendo tras la tecnocracia los planteamientos ideológicos de un tipo de gestión determinado. Esta relación conflictiva se expresa además, a través de relaciones diversas. Entre actor y adversario, pero también entre asistencial y asistido, entre reivindicación y gestión... incluso, aunque en pocos casos, entre actores con objetivos comunes. Así, la tensión de hecho existente, no tiene por qué impedir la posibilidad de articular los dos espacios. Señala I.Rauber que no existe contradicción entre tomar el poder y construirlo. Y que además, es necesario conjugar ambos espacios, el del poder construido “desde abajo” y el del gobierno que emerja desde la acción electoral. Como veremos más adelante, aunque no en estos términos, es habitual que procesos de individuación en la acción política como es el voto, sean complementarios con otros modos de inscripción colectiva. Rauber defiende así que la participación en la política institucional es un elemento necesario en el proceso de construcción de poder desde la comunidad. Más allá de esta idea, lo que nos parece interesante aquí es analizar las diversas formas que tienen los sujetos de articular estos elementos. Como reelaboran en la vida cotidiana sus contradicciones y las tensiones entre los dos ámbitos. gran parte de la población local, la institución no actuó de una forma más acorde a la idea de que se trataba de un espacio necesario y legítimo. Probablemente, uno de los elementos importantes en este caso es que el ámbito institucional estaba invadido por el tercer ámbito articulador del espacio social, el del mercado y que por tanto, el conflicto no era tanto entre el espacio institucional y el comunitario sino, entre este último y el mercantil. Siendo además el elemento coercitivo necesario para el Estado cuando el control mediante las ideas ya no funciona. 3

En este caso, Tarrow define la acción colectiva contenciosa y a partir de ahí genera una serie de categorías entre las que se incluyen las mencionadas. No nos habla directamente de las instituciones, pero como se puede observar en el siguiente texto, define un tipo de acción colectiva funcional al marco institucional, mientras que otras no lo son. Entendemos pues, que nos está hablando de lógicas de funcionamiento que bien podrían pertenecer a los ámbitos comunitario y/o institucional. “El acto irreductible que subyace a todos los movimientos sociales y revoluciones es la acción colectiva contenciosa. La acción colectiva adopta muchas formas: puede ser breve o mantenida, institucionalizada o disruptiva, monótona o dramática. En su mayor parte se produce en el marco de las instituciones por parte de grupos constituidos que actúan en nombre de objetivos que difícilmente harían levantar una ceja a nadie”.

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Para ello, como veremos más adelante, el ámbito de lo local nos parece un terreno privilegiado. Los movimientos sociales que residen en las estructuras cotidianas de la vida se configuran al mismo tiempo, en terreno de socialización y de politización, en el que las solidaridades que se generan son más fuertes y en el que las redes políticas, institucionales y sociales se entremezclan. 3.- LO POLÍTICO Y LA POLITICA EN LA VIDA COTIDIANA. La cultura política y la politicidad La creciente autonomización de la esfera de los partidos políticos, ha provocado una mirada de exterioridad hacia la política. Es como si “la política” fuera lo que pasa allí, en otro espacio. Y como si nuestra politicidad tan solo se activara para opinar o relacionarnos con esa exterioridad. Sin embargo, es necesario mirar desde dentro las expresiones políticas, ya que de otra forma, tan solo tendremos acceso a lo que se revela (o rebela) en el espacio público- institucionalizado y por tanto, estaremos perdiendo la base que sostiene esas expresiones y que condensa los elementos de amplios procesos de construcción colectiva. D.Merklen, expone esta idea de una forma tan acertada que no podemos más que reproducirla: “la posibilidad de calificar como político un acto no es algo que se pueda hacer cientificamente. Desde un punto de vista sociológico, afirmar que un acto encaja en la categoría de lo político mientras que otros son excluidos a priori es ignorar el precepto weberiano de que solo el sentido subjetivamente mentado y comunicado por lo agentes confiere carácter social a un acto. Este debate oculta el conflicto social que se organiza en torno al carácter político o apolítico de esas formas de acción colectiva” (D.Merklen, 2005). Estamos asistiendo, en realidad, a la lucha por establecer fronteras sociales. Así, abstrayéndonos de sus objetivos concretos, gran parte de las luchas sociales se basan en definir las fronteras de lo político, de lo democrático, de lo que pertenece o no “al sistema”. Estas fronteras se convierten en elementos para dividir a los grupos, pero también para comunicarlos, a través de la constitución de identidades y relaciones sociales. Lo político así, se entremezcla con lo cotidiano, discurriendo por las relaciones y las redes sociales. Es por esta razón que no podemos estar de acuerdo con I.Rauber cuando denomina proyectos políticos a aquellos que constituyen una alternativa global, denominando a las luchas por problemáticas concretas, luchas sectoriales y estableciendo una dicotomía que, si bien puede llegar a desaparecer en un momento determinado, establece una diferenciación en realidad, entre lo inmediatista y lo estratégico, atribuyendo la característica de “político” a este último. Como afirma Merklen, lo político no es más que la definición de una frontera delimitada por los grupos sociales en lid que atribuyen para sí y para otros grupos la nominación o falta de nominación al respecto. Lo político es intrínseco al sujeto, y no considerarlo así, conllevaría aceptar que es un sistema previo al que el sujeto accede, sistema sin embargo constituido por otros sujetos, con la intención explícita de hacerlo y por tanto, de marcar los mecanismos de entrada y salida, así como las formas admitidas o no de participación en él. Desde aquí, sin embargo, vamos a considerar lo político como un aspecto perteneciente al sujeto, que se expresa a través de su politicidad. Puesto que 9

si partimos de la idea que el sujeto es un ser social, no podremos obviar su categoría política, en cuanto a la participación, acción en lo común, esto es, en lo social.4 Esta predefinición de lo político y por tanto, su consideración en cuanto funcional al sistema queda bien descrita por Tarrow, en su crítica al concepto de cultura política. “Gabriel Almond y Sidney Verba introdujeron un nuevo concepto, el de cultura política, para conectar las bases estructurales de la política con sus resultados institucionales” (S.Tarrow, 1997). Como conclusión afirmaban que cada sistema político cuenta con una serie de símbolos que cuentan con mayor o menor apoyo por parte de la ciudadanía y que contribuyen al mantenimiento del sistema, atribuyendo al tipo de “cultura cívica” el sustento de la política democrática. La principal crítica que realiza Tarrow es que en ningún caso atribuían los valores de la población a decisiones de la gente, además de que para interpretar los valores que quedaban fuera del consenso democrático, acudían al término “subcultura”, situando los símbolos relacionados con el conflicto en los márgenes del sistema. No nos interesa por tanto la cultura política, que ha erigido un muro entre las prácticas funcionales aceptadas y las que no lo son. No interesa más bien utilizar conceptos que nos ayuden a articular lo cotidiano y lo político, lo reivindicativo social y lo político general, puesto que como señala I.Rauber, son las luchas sociales las que imprimen un contenido más complejo a la política, sacándola del ámbito de la lucha partidaria y enlazando público-privado, estratégico-cotidiano. Para ello, optamos por el concepto de politicidad, que según D.Merklen “designa la condición política de los individuos y grupos sociales. Refleja no solo la identidad y la cultura política de un colectivo o individuo, sino también la totalidad de las prácticas” (D.Merklen, 2005) a través de las cuales cada el sujeto defiende sus intereses y su concepción del bien común. Preferimos este término al de “relación con la política”, porque este último implica que el sujeto pudiera tener una existencia previa a su vida política. Y porque además, nos da la oportunidad de romper la dicotomía entre comunidad y política, como si la comunidad se situara en el mundo de la naturaleza y la política, las instituciones, los partidos en el mundo de la cultura al que hay que acceder. Si el sujeto es tanto político como social, la politicidad de las personas será fruto de su socialización política, y esta vendrá definida por su contexto, así como los grupos sociales en los que se sitúa. Este conjunto de relaciones no podrá ser definido a priori, sino que tendrá que ser descrito de forma concreta, en cada tiempo y espacio, en cada conflicto y cada consenso. El análisis de marcos De cara a establecer la metodología más adecuada para el estudio del ámbito subjetivo y simbólico en la relación entre espacios institucional y comunitario, se ha relizado un breve repaso por los enfoque más destacados en el estudio de la acción colectiva. En este sentido, el “Frame Analysis” parece ser el conjunto de metodologías que mejor se adapta a nuestro proceso investigador. 4

Esto mismo además, afirma I. Rauber al señalar: “No hay sujeto político separado e independiente del sujeto social” (I.Rauber, 2005), aunque esta vez lo hace en el sentido de “sujeto (colectivo) histórico sociotransformador” y no tanto en relación a las personas que participan del mismo.

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Entre los enfoques más destacados en el análisis de la acción colectiva, se sitúa en primer lugar la teoría de la “elección racional” que desde un punto de vista economicista, analiza las causas que llevan a los individuos, a implicarse en la acción colectiva, a partir de la maximización de beneficios y la minimización de costes. La Teoría de la Movilización de Recursos, que nació a partir de los años 60 del pasado siglo, planteó un modelo explicativo distinto, en función de los elementos organizativos y las herramientas que los movimientos sociales podían emplear en la consecución de sus objetivos. En este sentido, dan cierta relevancia a los elementos simbólicos (junto a los materiales) que las y los activistas tenían a su alcance, sin embargo, no atienden a la importancia de la formación de identidades políticas. Posteriormente, surge el modelo de la “Estructura de Oportunidades Políticas”, que pone en relación la movilización política con el contexto social, económico e institucional, aunque le dan escasa atención a los actores de estos movimientos (Tejerina, Fernández-Sobrado, y Aierdi, 1995, en Errejon, 2011) Desde los años 80 del SXX, sin embargo, y con el fin de los grandes relatos de la modernidad, se produce una multiplicación de los enfoques, y se da una confluencia entre perspectivas que daban prioridad a unos u otros aspectos (oportunidades políticas, estructuras, o producción discursiva de significado) (Tejerina, 1998: 11, en Errejon, 2011). A partir de aquí, se ha generalizado una matriz en la que tres factores son los fundamentales: la estructura de oportunidades y límites, las formas de organización y los procesos de atribución de sentido. Estos últimos son los marcos para la acción colectiva, que otorgan significado político a elementos de la vida cotidiana. En Tarrow (1997) encontramos una amplia explicación respecto a esta categoría. Como él mismo señala, el concepto de “enmarcado” es tomado por parte del sociólogo David Snow y sus colaboradores de Erving Goffman (1974), afirmando que existe una “categoría especial de sobrentendidos cognitivos” mediante los que los movimientos sociales construyen significado. Se trata de un artefacto que ayuda a interpretar y entender el mundo de una forma global. Así, la metodología del frame analysis intenta analizar los esquemas utilizados por los movimientos sociales para atribuir sentido a la realidad, y en última instancia, impulsar la acción política. Aunque no aplica explícitamente esta metodología, D.Merklen también reconstruye en su estudio la matriz cultural que, en su caso, permite a las clases populares reordenar el mundo en sistemas de jerarquías más adaptados a sus realidades cotidianas y dar un sentido aprehensible a la multiplicación de las prácticas relacionales. Por lo que, en cualquier caso, consideramos necesario el estudio de los fenómenos de construcción de sentidos comunes, así como de los marcos de significado, respecto a determinadas iniciativas sociales. El análisis de las subjetividades, de la conciencia, de la no consciencia, de las relaciones entre lo que se vive, lo que se nombra y en definitiva, de la reelaboración colectiva de los acontecimientos es el punto desde el que partiremos para desbrozar las relaciones entre lógicas contrapuestas, con el objetivo último de intentar encontrar lugares comunes.

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4.- TOMANDO TIERRA. EL PROYECTO ASTRA COMO EJEMPLO DE LAS RELACIONES ENTRE EL AMBITO COMUNITARIO E INSTITUCIONAL El proyecto Astra es un espacio de creación y expresión cultural creado en Gernika a partir de la ocupación en XXXde una antigua fábrica de armas por parte de jóvenes del municipio. Su gestión es autónoma y comunitaria, pero las instituciones han intervenido e intervienen en algunos aspectos del proyecto. En las siguientes líneas se presentan una serie de conclusiones obtenidas de tres entrevistas realizadas a dos personas participantes del proyecto Astra y a una persona responsable política del Ayuntamiento de Gernika. 5 - La política como sistema y como elemento del sistema. Concepciones acerca de la politica Las concepciones acerca de la política varían notablemente. Desde el ámbito institucional, la definición de este concepto pivota en torno a los partidos políticos, por lo que podemos entender que la dinámica social depende de las decisiones que se toman en el ámbito de los partidos políticos. Desde este punto de vista, se afirma que la política o los partidos políticos, son el elemento mediador de los deseos y las necesidades sociales. Por tanto, la política sería un elemento perteneciente al sistema, esto es, el elemento mediador, entre las necesidades colectivas y la implementación de las mismas. Politika? Uff... zelan definituko neban... Nik definituko neban... ez nire aukerie, o sea, politikoak gara ordezkarixek, hori klaru dekogun geuzie da, o sea herritarran ordezkarixek, gu gara herritar batzuk. Herritarrak zer nahi daben bideratzen dogun elementue edo. A.I Desde el ámbito de la comunidad, se considera que la política es el elemento organizador de las personas o de los pueblos y que, en función del reparto de poder que se establezca en esa organización, la configuración del sistema político será una u otra. Por tanto, en este caso, la política es la base del sistema, ya que es el elemento que organiza el poder de las personas, cuyo mayor o menor reparto, dará lugar a diferentes sistemas políticos. Politikia... jendea antolatzen daben elementu bat eta hor boterea parte inportante bat da (...) Orduen ez dakit, politika nik esango neke dala herrixa antolatzeko eredue edo, izengo litzake, nik uste dut hortik tiretzen dogula, eta hor barruen, boterien asuntua komentaten dogunien da politika ikusteko era ezberdinek egon al dire depende boterien repartoa zelan eiten dan. A.C. En cuanto a las coincidencias, es de destacar que desde los dos ámbitos se considera la política un ámbito de conflicto (polemos) y de consenso (polis) (Mouffe). El ejercicio político adquiere aquí carácter de cotidianeidad, puesto que se compara con la gestión de las relaciones humanas y personales. Podríamos decir entonces, que la política es una forma de relación más, en la que es necesario gestionar los conflictos y llegar a acuerdos, no tanto en base a estrategias predefinidas, sino en favor de la consecución de un objetivo común. En este 5

Los extractos correspondientes a sus entrevistas vienen codificados de la siguiente forma: A.I.: Ámbito Institucional A.C.: Ámbito comunitario

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ejercicio, los sujetos expresan su politicidad desde la gestión de sus conflictos y sus consensos. Ezdakit. Diskutitu eiten dozunean azkenien egoten zara lagun bategaz helduko da momentu bet amaieri emongo dotzazuna, ta zuk zure zure arrazoia dekozu ta nik nirie, eta hemen bebai bardine dala pentseten dot, nahiz ta hasikeran kontrakkoak pentseu, nik zedidukot, zuk zedidukozu, eta heldu ahalko gara bide bardinetik joatera. A.I. Beti zedidu bida. Hori da gauza bat ikasi dudana nire bizitzan zehar. Zuk edo talde batek helburu batzuk dekoz baina nonor dekozunen aurrien justo kontrakoa pentsaten dauena bixek zedidu bihar dabe zeozetan. A.C. A partir de la concepción general de la política, algunos temas han adquirido mayor relevancia que otros a la hora de focalizar el tema en cuestión. El sistema de partidos políticos es un elemento básico del sistema político y así nos ha aparecido, tanto en las entrevistas correspondientes al ámbito institucional como las del ámbito comunitario. Desde ambos espacios se considera un sistema inevitable. Esta inevitabilidad es la que hace que el sistema sea válido, ya que sus funciones están claramente asignadas. No es posible imaginar otro modelo, o tal vez sí, pero el profundo conocimiento acerca de las reglas del juego del presente, hace que sea dificil repensar la realidad desde otros parámetros. Beti egongo dire partidu ezberdinetako jentie eta danon lana... Oposiziñoak eingo deu bere lana, esango deu zer dagon txarto edo botako deu beren iritzixe, geuze bat zelan ein al dan, baina beti izango da gobernetan dauenak hori, ba boterie dekonak, erabakiko dauena. A.I. Aldedien sistemien bere funtziñoa betetan dau, ze ondiño leku gitxitan frogatu da beste eredu batzuk funtzionetan dabela ondo eta epe luzera begira, orduan funtzionetan dau eta jendearen aurrien sinesgarritasuna deko. A.C. Esta inevitabilidad confiere al voto y a la participación a través de la representación partidista, un valor destacable. Así, a pesar de que la abstención tiene una importante presencia en nuestro entorno, el voto se trataría de un mal menor frente a un sistema que se considera, va a seguir funcionando de todas formas. Igual abstenidute pentseten dozu ba, paso eingot eta listo, baia zauz igual beste gauza batzuk txarrau eitxera bideratzen, ze igual zeure abstentziñoagaz bestiek galtzen deu eta orduen... A.I. Nik ze in biot, alderdi politiko baten derrigorrez sartu bixu, politikan parte hartzeko. Baia egixe da, beti kritikekogu alderdi sistemea ta, ni naz lehenengoa, baia egixe da, pues ondiño, o sea, jentiak ez dauela, bueno leku batzuetan bai, ez?... baia pisua kendu barik gauzari...Alderdi sistemia inportantea da. A.C.

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Entre los problemas a los que se enfrenta el sistema de partidos, desde el ámbito comunitario se destacan la jerarquía y la burocracia, así como la falta de autonomía de las personas. alderdi gehixenak jerarkia eta burokrazia asko dekiela, eta usteot autonomirako eremu gitxi dauzela sistema horretan. Uste dut hori problema handixenetako bat dala. Eredu horrek anuleu itxen dabelako askotan. A.C. Esta concepción sin embargo, no se considera un problema desde el ámbito institucional; el sistema se basa de hecho en esa lógica. Se plantea, partiendo de esta concepción, una mayor apertura a la participación. Bai ahalko da danen artean erabaki, bai, baina beti deko azkeneko hori botera dekonak. A.I. Sin embargo, la autonomización del espacio político, como espacio exclusivo de los partidos sí es considerada desde ambos espacios como un problema a resolver. Desde el espacio comunitario, se considera que la crisis política que se vive actualmente se debe a esta autonomización, y que de hecho, es necesario un nuevo modelo. ...politikie dau krisixen, politikie ulertu dala politikoen gauza baten moduen, o sea, nik uste dut hor dauela krisi sakon bat, beste krisi askogaz batera, politika emoten dauela dala lurralde esklusibo bat politikoana, eta alderdi politikoana, eta hori da seguruenik momentu honetan, eta ya arinagotik bebai, arinagotik datorren asunto bat da, baina momentu honetan nik holan ikusten dot, o sea hor beste eredu bat egon behar da. A.C. Desde el ámbito institucional, se comparte el diagnóstico, pero se considera que ese cambio ya está en marcha. Así, se considera a las personas con responsabilidades políticas representantes de las necesidades de la población, medios para canalizar las demandas ciudadanas, destacando así, la diferencia respecto a aquella clase política alejada de la población y centrada en estrategias más partidistas que dirigidas al bien común. Nik pentsetzen dot, lehengo politikie zala gahixau “politika naz eta gogoak emoten dostena eingot”, bueno, hori bebai, segun ze partidokoa izango den, baina gure kasuen, ta gure hori lehen, oin eta beti izango da: ordezkarixek gara. Gara bide bat zuk gure duzuna bideratzeko. Eta zuk esaten dozuna ia posible egin al dan, eta posible bada guk lortukogu aurrera eroatie, baia ez guk nahi doguna. Gara ordezkarixek, hori da. A.I. - El poder como capacidad de tomar decisiones. Concepciones acerca del poder Tanto para el ámbito institucional, como para el ámbito comunitario, el poder se entiende como la capacidad de tomar decisiones. ...Boterea? Erabakixek hartzeko boterie eukitzia A.I. ...nik boterie gehixau lotuko nuke norberak edo talde batek egin ahal dabenagaz o sea, zein mailatan dan libre erabakixek hartzeko 14

A.C. Las diferencias aparecen en la concepción de la distribución del poder. Desde el ámbito institucional se considera que siempre existe un elemento jerarquizante en la distribución del mismo. Horrek azkenien, beste batzuk izango balira moduen, herritarrak udalari eitxen dotzen moduen udalak eitxen deuz bere goikoari, eta goikoak eingo dauz bere goikoari, nahi dut esan, hori bidie... berez, bidie da holan, esango neban nik. A.I. Así, existe una concepción vertical de la distribución del poder. Distribución esta, que funciona a través de figuras determinadas situadas en una estructura a través de la que se toman decisiones desde arriba, que se transmiten hacia abajo. El poder se individualiza en la cadena jerárquica. Bai. Hori da, biharrian bebai, jefe barik, danak ibiltzen dire, bata hemendik, bestea hortik. Bai bida boterie, eta baita jefe bat. Boteria... jefie... igual ez dire sinonimoak, baina bai egon bida bat dana hori eitxen. A.I. Berez, han erabakitzen direnak bai transmitiduten dabe behera. A.I. Azkenien eztabez nire erabakixe, edo nire... ez dakit zelan esan, ni naz boterie baina beti daukagu be goitik bat. A.I. En el ámbito comunitario, sin embargo, el poder es considerado desde un punto de vista micro, como un elemento que acompaña a cada persona, por el simple hecho de serlo. Se trataría pues de un elemento perteneciente al aspecto político que configura la identidad del sujeto, y que se activa en determinados momentos (Foucault, Rauber). Gure hondartzak, hemengoak, urtero urtero aldatzen dire, inoiz ez dauz igual. Boteriagaz be bardina pasetan da, hor dauz maila batzuk, boteria dau, instituziño batera lotute dauan boterie, baina boterie bebai dau jentien esku edo kaleko pertsona baten esku. Orduen boterie nik ikusten dut zeozer oso repartiduen moduen (...) Danok euki biogu geure botere motxilatxu bet, erun bigu, bai... A.C. Desde esta perspectiva, el reparto de poder entre las personas y entre los grupos se considera sinónimo de libertad y de soberanía colectiva (Rauber) Eta zenbat eta repartiduagoa egon esan leike pertsonak eta taldeak libreagoak direla, burujabeagoak garela, eta nik holan ikusten dut. A.C. Perspectiva esta que impulsa una cultura política de empoderamiento personal y colectivo. Astra se convierte así, en una herramienta a través de la cual canalizar esa capacidad individual y colectiva. Promobiduten dugun kultura politikoak hori promobiduten deu, jentien kapazidadea, jentien ahalduntze bat egotie, bai maila pertsonalean eta bai maila kolektiboan.

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Nik uste dut azkenean herramienta bat dala ta espazixo honek lagundu bihar dau jente horrek era ezberdinekoa eta helburu ezberdinekaz botere hori eukitxen, ta hau dala herramienta bat, espazixo bat hori laguntzeko. A.C.

- La democracia como la capacidad de la comunidad de tomar decisiones. Concepciones acerca de la democracia A pesar de que las perspectivas sobre la democracia son diferentes, existen algunos puntos en común. En primer lugar, y respecto a las definiciones genéricas acerca de la democracia, los puntos de coincidencia se sitúan básicamente en considerar la democracia como aquel sistema en el que las personas, la comunidad, tienen capacidad de decisión. ...erabakitzeko aukerie eukitzie, jentiek berak pentseten duena itxeko aukera eukitzie... A.I. ...niretzat ez dau demokrazi errealik benetan jentiek bere egunerokotasunean politika mailan parte hartzen ez badau. A.C. Las diferencias aparecen principalmente en la forma de entender esa capacidad de decisión. Así, desde un punto de vista más institucional, la importancia se sitúa en la correlación entre el discurso y la práctica, así como en el cumplimiento de la legalidad. Eee esaten dana eitxie, legiek esaten dauena holan dala izetie eta ez gero beste batek esatie ez, ez, hori ez deu esaten, ze txarto ulertu duzu. A.I. Desde el ámbito comunitario, sin embargo, se subraya la capacidad de las personas para tomar decisiones de forma directa, no delegada y ligada a las convocatorias electorales. Nik ez dot sinesten delegaziñoan, ze, sortzen dabena da, botere politikoa jente gitxiren eskutan egotea eta autoritarismoa egotie. Ez dau demokrazia estandar bat. Lau urterik behin bozkatzen danien, hori da demokrazia eredu bat, baina eztakit, eredu ezberdin asko dauz. A.C. Estas diferencias se expresan en la práctica a través de diferentes conflictos ocurridos durante los procesos de interacción entre la institución y la comunidad. Así, la política se configura como definición de fronteras (Laclau, Merklen) y el conflicto se sitúa en torno al concepto de democracia. Por un lado, se define la democracia representativa limitada al voto a los partidos, y por otro, se aboga por la ampliación de la democracia desde el voto hacia la participación comunitaria. Bai, klaro dauela gatazka bat, dau hasikeratik, ta egon zan lehen eta dau oin bebai, die hain zuzen demokrazia ikuspentu ezberdinak dauzelako funtzionamentuen. Alde batetik ba udalan dauenak pentsau al deu hiritarran babesa dekolako hautestontzixen bidez erabakixek eta kudeaketie hain zuzen ordezkagarritasun hori jaso dabelako eurek erabaki bihar dabela (...)beste alde batetik beste eredu bat bilatzen dogunok da esaten dogunok hori bakarrik ezin leikela izen, politikia hori baino gehixau izen bihar dala, ta boteria ulertzeko be beste era batzuk dauzela. 16

A.C. En esta linea, desde el ámbito comunitario se aboga por una democratizacion de la esfera pública, así como la ampliación de lo que se podría denominar el canon democrático y un alejamiento de la esfera económica. Tomando en consideración los tres espacios de relaciones de poder que define E.O. Wrigth, lo que aquí se plantea es que lo público tiene que pasar a la esfera de la comunidad. .. guk eredu hori da maila batean hamendik plantietan dogune, ez dakit ze berbatan ze semantikoki ez gauz oso garatute, baina hor esaten dogunien esfera publikoan demokratizazio bat egon bihar dala hori da esaten doguna, afera publikoak, gai publikoak, ez direla alderdi politikoan eta politikari profesionalan arlo esklusibo bat, eta gainera kontuan eukinde gaur egun botere ekonomikoan menpe dauzela ehuneko larogeixek edo gehixauk A.C. - Concepciones sobre la toma de decisiones y la participación El ámbito en el que más diferencias se han encontrado es el de la participación y la toma de decisiones. A pesar de que existe una concepción general sobre la necesidad de ampliar las cotas de participación de la ciudadanía en las políticas públicas, el alcance y carácter de esa participación se entiende de forma muy diferente desde un ámbito u otro. Aldaketak beti etorten dire ondo. Beti etorten dire ondo eta azkenian egon bidauela alderdi desberdinek eta nik pentseten dot desberdintasunak aberasten doskule. (...) Eta bai, danan artien gauzak hobeto eitxen dire, hori holan da, danak danan gogoa edo eitxeko aurrerapidie egon bida. A.I. Desde el ámbito institucional, la toma de decisiones se aborda desde una perspectiva jerárquica. Así, el debate y la participación se consideran deseables, pero se les reconoce un límite, que es la propia posesión del poder de gobierno. Al final, quien decide es quien gobierna. Ez dakit, beti egongo dire partidu ezberdinetako jentie eta danon artien egongo da lana, baina beti azkenin herriek beti eukiko deu partiduen gobernetan dauenak. Bai ahalko da danen artean erabaki, bai, baina beti deko azkeneko hori botera dekonak. A.I. Desde el ámbito comunitario, sin embargo, el acento se pone en la capacidad de la sociedad para impulsar procesos participativos. Así, se considera que el proceso no tendrá éxito si no nace desde la comunidad, situando el papel de las instituciones como receptoras de sus inquietudes. ...gauzak ilusiñoak behar dabez, jentien motorra mobidu inbia, da horretarako nik uste dut behetik etorri behar direla aldaketak. Eta instituziñoak izan behar dire errezeptiboak aldaketa horretara, o sea, maila horretan, benetan sakondu gure badaben beste demokrazia eredu bat, non alderdi politikoak eta bere egiturak ez deken botere pilo bat. A.C.

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Desde el ámbito institucional además, se entiende que aún no es posible una gestión conjunta de las cuestiones públicas, a pesar de que sea deseable, ya que los intereses partidistas se superponen a los objetivos que podrían ser comunes. Zegatxik? Ze ondiño dau, según nok antolatzen dauen beren erara izen bidauela. Apur bat hori badekogu ondiño. Klaro, hori dana aldatu arte, ez dakit zenbat denpora pasa bikoden, baina hori. Holakoak lortu bidoguz, gauza txikitxuek, tik, tik, tik, baina bai danen artien eitxeko zeozer. Opiniño desberdinen egongo dira baina lortu; bale zuk zure moduan pentsaten dozu, nik nire moduen, baina danok bardinen egongo gara. Eta hau danon inyarraz erongogu aurrera A.I. Desde el comunitario, sin embargo, consideran que la concepción de lo público debe ampliarse, no solo centrarse en aquellos elementos que están gestionados por las instituciones, sino en todos aquellos que están gestionados por la comunidad, ya que una gestión común es posible, más allá de los partidos políticos. Eske nik hor problema handi bat dekot, ze nik askotan esateot hau erakunde publiko bat dala, zeatxik ezin da izan eremu bat danona beste era batera kudeatute. A.C.

... ze askotan esan da, erakunde publikoak, beti dekogu bisiño putie politikoak, barriro, alderdi politikoak, hor dauz, depende de quien este en el gobierno es de unos, o sea txiringitoa nonona da, eta ya esta, hor itxen dan dana... eske hori da aldatu behar dogun ideie. A.C. Las concepciones acerca de la toma de decisiones, se sostienen en realidad sobre las concepciones acerca de la democracia. Desde el ámbito comunitario, se considera que la gestión del espacio público debe entenderse como gestión del espacio de todas las personas, abogando por una democracia participativa en la que se abran otros medios a la toma de decisiones. Eta hori da demoikrazia eredu partehartzaile berba itxen dugunean, beste eremu batzuk zabaldu jentiek parte hartzeko, benetan publikoa dan hori, danona dan hori, danon artien egin ahal izateko ta ez izetie eremu esklusibo bat politikoana. A.C.

En el ámbito institucional, sin embargo, prevalece la lógica de la democracia representativa. Así, se plantea la intervención de representantes de diversos ámbitos en el proceso decisorio, no así en la toma de decisiones. Ba egongo dire hor ordezkari batzuk, horrek mugimenduetako ordezkarixek, eta batuko dire gugaz. Kultura arlokoa bada batuko dire kultura arlokoagaz, gero kulturakoak bere taldien eingo dau berba, ta gero hor erabakiko zan. A.I. De la misma forma, y quizá desde una concepción economicista de los procesos, se entiende que la representación directa no produce los resultados deseados, y que, al fin y al cabo, la jerarquía es inevitable. Ze azkenien jente askoko batzarrak ez die izaten produktiboak. 18

A.I. Ta egongo da jefe bat hor be, suposatzen dut, egon bihar dauela lehen esan dogun moduen, derrigor egon bideu arduradun bat. A.I. Existen también importantes diferencias en cuanto a la concepción de la participación en sí. En primer lugar, desde el ámbito institucional, no se considera la posibilidad de poner en marcha proyectos en conjunción con la comunidad, siendo siempre un paso previo el comienzo del proyecto, bien en un espacio, bien en el otro. Elkarlanean hasitxe zelanik? Orduen batan batek erabaki bikoban, edo Udalak pentseten deu proiektua, aurkezten deu herritarran aurrien eta gero elkarlan bat, edo talde baten pentseten deu, eitxen deu udalagaz eta gero elkarlana. Orduen bai pentseten dot batak edo bestiek einbiko dala A.I. La participación no se considera desde una nueva lógica sobre la que gestionar lo público, sino como una serie de procesos aplicables a cuestiones concretas, a pesar de que se considera deseable ampliarlo al mayor número de espacios posibles. Orokorrean ez deutsut esango erabaki danak hartu biko zirenik parte hartze prozesu baten bidez ze ezin izengo zan, baina ahal dan dana bai. Ahal dan dana bai. Eta pentseten dot oin lortzen gabizela hori proiektu handixek direnian egon biko zala parte hartze prozesue eta ganera, aberasgarrixe totala dala pentsaten dot ze iritzi desberdinak egongo ziren eta dana A.I. Desde el ámbito comunitario la participación forma parte del proyecto en sí, en la medida en que la concepción de lo público parte de la concepción de aquello que es de todos y todas. Así, para que el proyecto adquiera un carácter público, debe ser un proyecto participativo. Hasiketa hasikeratik nahiko klaru egon zan gauza bat dala, batez be gazte asanbladien partetik eta Iparragirrenen partetik. Eraikina okupetan danian ya zero kilometroari buruz bera itxen da. Hasikeratik, pum. Esaten zan, o sea, eraikin hau publikoa izan behar da eta danona izan behar den einean danon artien erabaki behar dogu prozesu baten bidez zelan izengo dan. Nik uste dot hori hasikeratik datorrela. A.C. - Las relaciones entre el espacio comunitario y el espacio institucional La relación entre Astra y las instituciones ha sido conflictiva desde el primer momento, y así lo aseguran las personas entrevistadas, a pesar de que se percibe predisposición al entendimiento por todas las partes. Desde el ámbito comunitario, se afirma que los conflictos han sido continuos, no solo entre ellos/as y las instituciones, sino también entre los diferentes niveles institucionales, lo cual, en cierta forma, les ha terminado beneficiando. Eske hainbeste guzur eta hainbeste mobida pase jakuz ke... Ni enau Eusko Jaurlaritza bedeinkatzen edo Psoeko gobernua, enao bedeinkatzen ez ezebez, baina holan izen zan. Gatazka politiko potente bat egon zen que estaba en los medios todos los días... A.C.

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Eusko Jaurlaritza fabrika horren proiektuetan esaten zalako eraikinin kudeaketa geratu bihar zala eraikinen erabiltzaileen esku. Hori guretzat zorte bat izan zan. A.C. El conflicto además es con la institución en sí, no con quien gobierna esa institución, ya que la raíz del mismo es la capacidad de decisión sobre ciertos elementos que se consideran importantes. Ba hor beti egon da gatazka bat instituziñoagaz, independientemente nor dauen udalien, ze, gero pasaten garenien donde se mueve la pasta y donde benetan erabaki hor ya gatazkak sortzen dire A.C. Desde el ámbito institucional, se considera que existe una falta de reconocimiento por parte del proyecto respecto al papel que el Ayuntamiento juega en el sostenimiento del proyecto y se critica la concepción de autogestión, ya que se considera que la colaboración del Ayuntamiento es en realidad una colaboración de toda la ciudadanía. Bai, batez be errekonozimentue, ze jende asko, igual kanpora zoaz, eta “Astra ezdakit zer, joe zelako proiektue, zelako autogestiñoa”... barkatu, autogestiñoa... ni independizete banaz, independizeten naz con todas las de la ley, eta ez dotzet esaten aitxeri edo gurasoari ordaindu dana ta ni independizeta nau; ez, ez, ni enau independizeta, ni independizeko naz dana lortzen dotenean nik. Behintzet jakitzie udalak guk bai be laguntzia emoten dogula. Eta udala esaten da, baina udaleko laguntzie herri guztiaren laguntzie da. A.I. Desde el ámbito comunitario reconocen que existe un desconocimiento mutuo, del cual también hablan desde el ámbito insitucional. Ni egon naz bilera ixe gehixenetan udalagaz, inoiz ez doskue esan ai ze ondo doa, ezta? Edo zelan doa? Inoiz bez, o sea ke ezintzut esan. Eztakitela. Udalan partetik inoiz ez dabe adierazi. A.C. Baina klaro, ezinezkoa da be, ze astero, hilero be azkenien ezdakit, nik ez zara konturatuten hemen barruen zauzenerarte zenbateko ardurek dekozuzen eta bale bai Astra, ardure potoloa da, baina da beste bat. A.I. Se considera positivo haber logrado cierta legitmidad frente a las instituciones, a pesar de que el proceso haya sido conflictivo. Da ezin gara kejeu halan da be, diñot, kejeu, o sea onartzen dalako, baina onartzeko, ein biher izan da bide gatazkatsu bat egonda, ez dala izen.... A.C. La legitimidad en este caso, vendría dada por el propio proyecto y por la aceptación por parte de la ciudadanía y los poderes públicos de una serie de ideas impulsadas desde el propio proyecto. Los sentidos, por tanto, empiezan a ser comunes. Astrak eta Astran proiektuek, ez dotze emon Astra eraikinek, emon dotze astra proiektuek (...). Zoaz gerniketik kanpo ta hasten zara berbetan ta “zu Gernikekoa zara, joe Astra...” Orduen, horrek bai emon dotzo izena, inyarra edo legitimidadia, eztakit. 20

A.I. La razón de esta falta de entendimiento se entiende desde la existencia de diferentes culturas políticas. Se plantea que es difícil romper las jerarquías previamente establecidas desde el ámbito institucional y que por tanto, el trabajo en común resulta imposible. Uste dut kultura politiko baten ausentzia dala, datorrenien el aparejador de turno ta zu zoaz hara, “Aupa, ni XXX naz gazte asanbladakoa, da ezdakitzer, ba, planoak, lehioak, eztakitzer...” y te mira con un careto... “¿A mí que me estas diciendo...? A mí que me diga el concejal y si no...” o sea, ezdakixu? A.C. Desde el ámbito institucional, sin embargo, se considera que el Ayuntamiento se situó en la posición central en algunos de esos conflictos, por lo que no se percibe la existencia de posiciones jerárquicas, sino una falta de entendimiento entre diferentes sujetos. Klaro. Hor egon dire, ez dakit zelan esan, ataskoak ez dotzut esango, baina bai esaten diela “guk hau esan gendun”, bestiek hau, eta guk gero erdixen, ba batan bersiñoa, bestien bersiñoa, eta ez dakit... hobetu beti in ahal da. Ba batzartute, ez dakit ze metodo in ahal dugun, eurek esaten biena inye arkitektoak esaten ebana inye, eztakit, igual bixen arteko... ba batera einye. A.I. A pesar de todo, ambas partes reconocen haber vivido un proceso de aprendizaje a partir de la interacción con el otro. Así, desde el ámbito institucional, afirman haber aprendido nuevas formas de participación que podrán aplicar en otros ámbitos, así como formas de comunicación más cercanas a la ciudadanía. Elkar ikasterik? Bai. Ba batez be parte hartzeko eragatik, eta zelanik egin daben, ta igual guk pe beste gauza batzutarako, hori erabili ahalko gendula, bueno, hori edo behintzet erabili daben... jendiari informaziñoa zelan pàsa jakien. A.I. Desde el ámbito de la comunidad, se afirma que han aprendido a trabajar con mayor seriedad, disciplina y formación, así como capacidad para autoobservarse de igual a igual hacia el espacio institucional. Ya que para hacer efectiva la legitimidad, es necesario creer que de hecho, se tiene. Askotan nik uste dut autokritikie be izan leikela herri mugimenduantzako, proiektuak garatzeko orduen, eta seriotasun maila eta disziplina eta formakuntza potentiagoa egon biher da. Da hori bebai da autokritika bat, zoazenien tekniko bateiñe, ba egotie bere alturara edo jakitie defenditzen. A.C. También se reconoce que existía un total desconocimiento de las instituciones y que si se desea cambiarlas es necesario conocerlas por dentro. Nik ikusten dot ikasten dozula instituziñoak apur bat barrutik ikusten, eta sentiduten, eta zelan funtzionetan dauen, eta esperientzi hori inportantea da bebai. Zuk ikusi in biozu instituziñoak zelan funtzionetan badan benetan aldatu gure badozuz A.C.

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- Astra como espacio político y de sociabilidad Así mismo, Astra es un espacio de poder, en la medida que está compuesto por personas. Aparece aquí la concepción del poder desde su punto de vista micro, ya que se considera a las personas portadoras de un poder personal. Así, a partir de las interacciones entre personas, se constituye el poder comunitario de Astra. ... jentia dauen bitartien boteria dau. Jenterik ez badau eztau, orduen jentea dauen bitxartian bai, baina nik Astran oso ikuspegi instrumental bat dekot, instrumentala, ez mahai bateri lotute, ez horma batzuri lotute, interrelaziño eremu baten moduen, interrelaziño eremu horrek emoten dotzuz aukera gehixau, ordun maila baten bai, boterie oso lotute dau, nik uste dut bidegurutziekaz, pertsona bat aisleta dauanak nik usteot eztekola... ez? A.C. Astra, además de un espacio cultural, también es un espacio de práctica política, en la medida en que lo público es lo de todos y todas y lo participado. La política, por tanto, se configura a través de la participación de la comunidad en un proyecto común. Baina astra bai, politikoa ehuneko ehun, ta ganera bere zentzu positibo guztiagaz, adostute dekogun gauza bakarrenetakoa, partihartiza bultzatu iten dogula, zeozelanik publikoa edo danona den hori benetan danona izeteko. A.C. Por tanto, y más allá del proyecto teórico, la importancia de las prácticas es fundamental en la medida en que confiere realidad al discurso. La puesta en práctica del proyecto inicial, basado en ideas abstractas es algo que se aprende a través del propio trabajo. Ideia maila baten gauzak klaru egon arren, hori praktikara eroatie, da hori da alderik inportantiene guretzat, praktikie bera, eguneroko parktikie Gauza bat da diskursoa eta beste bat praktikie, da diskursoa nahiz ta hasikeratik klaru eukin, ikesi doguna da diskurso hori praktikatik eroaten denporiagaz eta hasikeratik ez gendun eukin hori landute. A.C. Esta práctica política se da a través de la participación de las personas que trabajan en Astra en diferentes dinámicas. No es una práctica política directa, sino que se expresa en diferentes ámbitos. Al crear el espacio público entendido como un espacio de todos, se está en realidad, participando políticamente. Orduen baina klaro, jente guztixe, hemen antolatzen dabenak, ez da zertan konsziene izen, bakoitzaren helburuek ezberdinak dizelako, batek hamen bidexoak itxen deuz, beste batek ez dakit zer itxen deu, edo dator gurasuen elkartie da antzerki ikastaro bat antolatzen deu; euren ustie ez da igual politika itxen dauzenik, baina proiektua orokorki ikusite, holako espazio bat mantentzie edo beste espazixo bat, holako asko dauzenak Euskal Herrixan edo beste leku askotan, ba maila baten bai bada eremu publikoa ulertzeko beste era bat, nun jentiek parte hartze askoz handixagoa dekon, eta betiko

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estruktura klasikoetatik aparte jentiek erabakiek hartu al dabezen bere bizixen eragine deken erabakixek. A.C. Así mismo, Astra se convierte en un espacio de construcción de valores a través de la práctica cotidiana. Trabajar junto con otras personas, con formas diferentes de pensar, esto es, desde la diversidad ideológica, a través de objetivos comunes, se convierte en una forma nueva de activación de los sujetos y de nuevas identidades políticas, en la medida en que, más allá de la propia ideología, lo que se sitúa por encima son los objetivos comunes ligados al proyecto teórico. O sea, mugak piloa euki doguz, eta izan gara zeozelanik elkarlanien eta batera lan itxen ikasi duguz muga horrek gainditzen, eta horrek bebai eskatzen deu metodologia asko eta eskatzen deu kultura politiko bat, maila baten, lehen aipatu duzuna, kultura politiko horren zati bat da ikastie besteekaz batera lan egiten, nahiz eta zure moduen ez pentsau pertsonaren batek edo eragile batek horegaz lan egiten jakitxie helburu amankomun batzutara heltzeko. A.C. Orduan biharrizan objetibo batetik sortuten dan gauza bat da. Gero hor barruen klaru dau beste helburu batzuk egon al direla subjetiboagoak diezenak edo balorekaz zerikusirik dekenak eta hori bertan parte hartzen dugun eragile eta pertsonak. A.C. - Cambios provocados en el proceso de construcción e interrelación Cambio en la cultura política. Se da un aumento de las actividades autogestionadas, sin esperar que la institución de una respuesta a las necesidades de la población Bai herri hau aldatu ein da, nik esango neke herri hau aldatu ein dala. (...) ta azkenean jentiek ikasi dau bere kabuz eitxen asko. Hori da gure irakaspen handixena esatie gu ez gauz itxaroten erakunde publikoari, igual eskatukogu edo saiatuko gara gauzak aldatzen, baina ez gauz itxaroten, o sea einogogu gure kabuz bihar bada. A.C. Se ha conseguido que la institución acepte la gestión comunitaria, lo cual supone un cambio en la concepción del poder. Más allá de las decisiones que tomen los partidos políticos, la gestión del espacio Astra queda en manos de la comunidad, lo que supone una cesión de poder. Instituzinoari begire maila baten onartutie jentiek kudeatu al dabezela gauzak. Nik uste dut lorpen handi bat da, ze instituzino batean emon al deu edo instituzinoan ikuspegixe da eurek dekie boterie eta boterie dau instituzinoen esku eta bertan ordezkaritzan alderdi politiko eta abarren esku. A.C.

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6.- CONCLUSIONES PARA SEGUIR AVANZANDO En el contexto actual, el agrietamiento del sistema moderno de representación política, permite la emergencia de nuevas formas de interpretar lo político. De hecho, las fluctuaciones de la participación política en las elecciones o de la afiliación a sindicatos y partidos políticos ya no es igual a desafección hacia la política. La política interesa, probablemente interesa más que nunca, pero no interesa este sistema político. Esta idea nos lleva directamente a la necesidad de buscar lo que Merklen llama “los refugios de la politicidad”, aquellos lugares en los que las definiciones políticas se esconden, principalmente ahora, que esta escapa de la expresión clásica a través del sistema de partidos. ¿Dónde y cómo se reelabora la politicidad en la interrelación entre nuevas y viejas formas de hacer política?. Tanto la revisión teórica como el análisis de las entrevistas nos lleva a pensar que, más alla del sistema partidista, la política se expresa ahora a través de múltiples cauces, que pueden abarcar desde diferentes expresiones culturales, hasta el surgimiento de nuevas formas de entender la gestión, la participación y la toma de decisiones, tanto en el ámbito institucional como en el comunitario. Como hemos visto, ambos son espacios con un elevado nivel de separación y con un importante nivel de tensión entre ellos, en torno principalmente a los procesos de toma de decisiones y a la falta de (re)conocimiento mutuo. Es evidente que la política se configura como un ámbito de conflicto y de consenso y sobre todo, definidor de fronteras, que solo se ven superadas desde el espacio y el tiempo de la cotidianeidad, a partir del cual sí es posible establecer nuevos parámetros. La necesidad de mayor participación, de apegar la política a la cotidianeidad y la defensa del bien común, como elemento universalizante, son lugares comunes en los que estas dos lógicas parecen encontrarse. En adelante, será necesario profundizar en torno a estas reflexiones y comenzar un análisis más profundo al respecto, principalmente en lo que se refiere al análisis de la política en la vida cotidiana, cuyas categorías es necesario definir. Este interés viene precedido de una consulta de textos que constantemente me llevaba al ámbito de la Ciencia Política, hasta dar con los análisis de D.Merklen y otra serie de investigaciones, principalmente referidos a la crisis en Argentina y los movimientos sociales que allí se produjeron, así como otras autores y autoras latinoamericanas dedicadas al análisis de la realidad política (I Rauber...) cuya perspectiva se centra más en la Sociología y la Antropología. En este sentido, más allá de la descripción de la dimensión política de los comportamientos cotidianos, intentaré analizar cómo estos comportamientos, que son también políticos, pueden dar lugar a nuevas definiciones de la política que se superpongan a las definiciones clásicas. Es decir, no tanto desvelar la dimensión politica de la cotidianeidad, sino cómo esa dimensión se construye en la cotidianeidad e invade los sentidos comunes, tanto de las personas que trabajan en el movimiento popular, como de las personas que trabajan en las instituciones. En definitiva, entender cómo esa “nueva manera de hacer las cosas” invade ámbitos diferentes y se superpone a las definiciones clásicas de la política alejadas de lo social y centradas en la gestión. 24

BIBLIOGRAFIA CITADA

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