Las Reformas Estructurales Mexicanas

August 22, 2017 | Autor: F. Álvarez Simán | Categoría: Mexico, Economia Y Finanzas
Share Embed


Descripción

Las Reformas Estructurales Mexicanas

"Aquellas personas que no están dispuestas a pequeñas reformas, no estarán nunca en las filas de los hombres que apuestan a cambios trascendentales"
Mahatma Gandhi

Fernando Álvarez Simán*

Casi desde mediados de la década de los 80´s del siglo pasado hemos escuchado a las autoridades gubernamentales y a académicos en materia financiera y económica decir que México necesita crecer a un ritmo de entre seis y siete por ciento anual. Pero que además las fuerzas productivas del país y la política económica mexicana necesitan crear las condiciones para que se puedan generar un millón de empleos formales al año. Es evidente que la política económica de muchas administraciones del país no lo ha logrado o que el éxito ha sido a medias, ya que los datos disponibles hablan que el crecimiento mexicano de los últimos años ha sido tres por ciento anual, mediocre para muchos analistas si nos comparamos con Brasil, Perú o incluso Panamá, pero para otros; a pesar de que es poco respecto a lo que necesitamos ha sido un crecimiento sostenido.

El hecho es que esa falta de crecimiento económico y de generación de empleos tienen por lo menos dos saldos negativos muy evidentes: primero el engrosamiento del empleo informal que no genera ingresos fiscales y en épocas de crisis provoca que los aumentos en las tasas impositivas se repartan entre la población cautiva (los que tienen empleos formales) y en segundo lugar, la migración legal e ilegal hacia los Estados Unidos que impacta sobre el bono demográfico nacional. En el fondo, en México no se ha podido todavía dejar atrás un lastre que para muchos inicia desde nuestra época colonial; la profunda desigualdad del país; que hay que decirlo, tiene indicadores macroeconómicos de una nación desarrollada.
El desarrollo sostenido para todos ha sido el gran pendiente de la política económica nacional. Concretamente no se ha podido desarrollar las capacidades de todas las clases sociales para detener la brecha de la desigualdad, tampoco que cada uno de los mexicanos tengamos las mismas oportunidades de desarrollo profesional y también personal y mucho menos que todos podamos construir un patrimonio. Lo que es peor, nuestro Producto Interno Bruto (PIB), concepto que formula el valor monetario de la producción de bienes y servicios y que expresa el bienestar material de las sociedades actuales es de 10 mil 689 dólares per cápita al cierre del primer semestre de 2013, cuando en el 2008, antes de la crisis financiera internacional llegó hasta 11,230 dólares por cada habitante del país. Es decir, al saldo histórico negativo de crecimiento y de creación de empleos formales se le agrega un entorno mundial adverso, lo que conllevaría a cancelar de nuevo las intenciones gubernamentales de lograr el santo grial de la política económica mexicana: el crecimiento a ritmos de cinco o seis por ciento anual y la creación de un millón de empleos anuales si no se toman medidas urgentes.

La tarea no parece fácil, porque para lograr estos retos el país necesita alcanzar un PIB per cápita de 20 mil dólares en el 2018 (el doble del PIB actual) y de 45 mil dólares en treinta años. Pero si vemos hace 20 años como han evolucionado países que en ese tiempo tenían un desarrollo similar con México, vemos que alcanzar la meta del PIB se puede realizar; por ejemplo Irlanda que tenía niveles de desarrollo peores que México, en los últimos 20 años ha doblado su PIB y claro está que tuvo un descalabro con la crisis financiera internacional; pero incluso su recuperación ha sido sorprendente; China con mil millones de habitantes dobló su PIB en 12 años, a la India le tomó 16 años y Corea del Sur que en 1980 tenía un PIB muy inferior al mexicano, hoy prácticamente triplica el nuestro.

Ahora lo importante no es lamentarse el rezago nacional, nuestros esfuerzos deben de concentrarse en lograr aprovechar las capacidades nacionales para lograr comenzar a crecer económicamente más allá del 3 por ciento en promedio que se ha logrado durante los últimos años. Es decir tener en claro cuál es nuestra plataforma para el despeje. En ese sentido; en materia económica ¿qué hemos hecho bien los últimos años?

Básicamente se han logrado los siguientes resultados: 1) después de la crisis de 1994 conocida como "el efecto tequila" el país ha disfrutado de una estabilidad macroeconómica, con niveles de empleo estables (este no crece pero se mantiene casi inalterable) y con un equilibrio en la balanza de pagos con finanzas sanas cuidando los niveles de endeudamiento.
2) Inflación controlada ya que en la administración de José López Portillo el promedio de inflación anual sexenal fue de 36 por ciento, con Miguel de la Madrid se disparó hasta el 87 por ciento, con Salinas de Gortari el promedio fue de 16 por ciento, en la administración de Ernesto Zedillo se elevó al 22 por ciento, pero con Vicente Fox y Felipe Calderón el promedio fue de cuatro por ciento. 3) el sistema financiero y bancario es sano porque el Banco central es autónomo, lo que le permite asumir las funciones de vigilancia del control de precios. Tal vez la única crítica en este punto es que el sistema de pagos, o sea los bancos están en manos del capital extranjero, lo que impacta sobre el destino de las ganancias que reciben por su actividad.

Ya vimos lo que se hecho bien en el país; ahora bien, ¿Que falta por hacer? o cual serían los elementos que deberán sumarse a la plataforma de lo que se ha hecho bien para que en México vivamos una época de crecimiento económico, asumiendo que otros países que estaban peor o igual que nosotros han logrado despegar económicamente.

Se necesita una reforma estructural de las condiciones con que actualmente opera el aparato económico nacional. Pero no perdamos de vista que primero el Estado mexicano debe de recuperar su papel de actor principal en dos sentidos: a) como impulsor del crecimiento económico y b) como promotor de la inclusión social.

En ese sentido ¿Qué es una reforma estructural? Son acciones, medidas o un conjunto de estrategias políticas y económicas que afectan o modifican el marco legal vigente que define el comportamiento de los actores políticos, sociales y económicos de un país. Al lograr la modificación se transforma la estructura económica bajo metas y objetivos que deben de ser claros. También si las reformas estructurales no responden a momentos precisos o son mal diseñadas y peor implementadas; el resultado siempre será contraproducente y los saldos serán peores que no implementarlas. En este caso, las reformas estructurales mexicanas deben pasar por garantizar el crecimiento económico y el empleo formal. Un punto importe siempre a considerar es que los efectos de las reformas estructurales siempre son graduales, nunca son inmediatos, por lo que se debe asegurar su largo alcance.

Si las reformas estructurales son integrales, tomando en consideración las condiciones actuales de la economía mexicana, se debe trabajar en reunir las condiciones para que de manera sostenida exista mayor ingreso, mayor consumo, mejores tecnologías, un aumento en la productividad, se reduzca la pobreza y se distribuya mejor el ingreso. Al momento y no sin falta de polémica, el presidente Enrique Peña Nieto, que aún no ha cumplido un año como responsable del poder ejecutivo nacional, ha presentado cuatro reformas a nuestras leyes que juntas pueden considerarse como reformas estructurales.

La primera de ellas fue la reforma en telecomunicaciones, un sector particularmente sensible en México puesto que crece a la par de la aparición de las nuevas tecnologías, al año crece en promedio 0.8 por ciento más que el PIB; el problema es que es un sector monopólico que la falta de competencia hace que el servicio no sea bueno, que la infraestructura desarrollada no corresponda a las necesidades de crecimiento del país y que esto dificulte que su crecimiento no arrastre a otros sectores de la economía, por ejemplo el de los servicios. Con la reforma se busca aprovechar y explotar de manera más eficiente espectro radioeléctrico, las redes de telecomunicaciones y la prestación de los servicios de radiodifusión y telecomunicaciones. Esto a través de la creación de un organismo gubernamental que tenga la capacidad de sancionar las prácticas monopólicas en los mercados de radio, televisión y telecomunicaciones y que autorice nuevas cadenas nacionales.

La segunda reforma presentada y aprobada fue la de la educación, que recibió una respuesta airada del sector disidente del sindicato magisterial con marchas, plantones bloqueos en la capital nacional y las ciudades más importantes del país. Básicamente de lo que se trata es que los maestros sean evaluados en materia de calidad, desempeño y resultados desde la educación básica hasta la media superior, sustituir la Carrera Magisterial, terminar con la asignación discrecional de plazas las cuales serán otorgadas directamente por las autoridades educativas y evaluar el ingreso al servicio docente y las promociones laborales. No son pocos los que piensan que estas medidas son correctas, que acabarán con el poder fáctico del sindicato magisterial, pero también se preguntan ¿por qué solo al magisterio si existen otros poderes fácticos en el país?.

La tercer reforma que todavía no está aprobada pero también es bastante polémica por las implicaciones de identidad nacional con el petróleo y porque la industria representa el 10 por ciento del PIB nacional, es la reforma energética que busca modernizar el régimen fiscal de PEMEX y aumentar la inversión tecnológica para que la paraestatal sea una empresa competitiva internacionalmente. Lo que se busca es precisamente lo que reprochan otros sectores; la inversión extranjera como fuente de financiamiento de la industria petrolera nacional sobre todo en la búsqueda de nuevos yacimientos que ya no son convencionales.

La cuarta reforma es la hacendaria, la más recientemente presentada; con ella se busca modificar la Constitución Política para generalizar el IVA excepto en alimentos y medicinas, también plantea fusionar el Impuesto Sobre la Renta (ISR) y el Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) y hacer más eficiente al Servicio de Administración Tributaria. La crítica es que se fortalecieron las tasas impositivas a la población cautiva (de empleo formal) y nuevamente se deja fuera la tarea de ampliar la base contribuyente. A la vista y de manera general habrá que estar de acuerdo con el Presidente Peña Nieto que las reformas propuestas son necesarias y urgentes. El marco legal actual en materia económica no es eficiente porque a pesar de que protege las fuentes laborales, la falta de capacitación obstaculiza la productividad de quienes tienen un empleo y esto resulta en que la rigidez del mercado laboral no permite la incorporación de cuadros más jóvenes. Por otro lado los poderes fácticos de las telecomunicaciones no permiten la competencia y no abaratan los costos del servicio además de que son parte de un sector que crece más que el PIB nacional. En materia energética el entorno internacional ha cambiado y con ello el paradigma energético que debe de fortalecerse promoviendo las energías verdes. Además la propuesta fiscal será eficiente solo si en las tasas impositivas pagan más los que tienen ingresos más elevados.

¿Qué es lo que falta? primero que todas las reformas sean lo más profundas posibles porque es evidente el costo social que llevará implementarlas y no se verán resultados inmediatos, pero que además las reformas tengan una correspondencia gubernamental, que se presenten iniciativas para sanear las finanzas públicas federales y estatales, sobre todo que a partir de un análisis de nuestra infraestructura pública (carreteras, puertos, aeropuertos etc) se inicie un proyecto de construcción y rehabilitación de la infraestructura para apalancar el desarrollo mientras vemos los frutos de las reformas. Sobre todo que se avance en los asuntos de transparencia y rendición de cuentas; que incluso el poder judicial se someta a una profunda modernización en materia de impartición y procuración de justicia. Además que el sistema político también se modernice ya que no son pocos los que piensan que el Congreso de la Unión está sobre representado. Lo más importante, que el componente social de las políticas públicas sea prioridad de prioridades para que se acorte la brecha de la desigualdad en México y nuestro desarrollo sea incluyente y sostenido en el tiempo.

* Profesor investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas.





Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.