Las redes sociales como espacio de colaboración, de encuentro y de formación del profesorado

June 13, 2017 | Autor: Carme Durán | Categoría: ITC and education, Didáctica lenguaje
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Descripción

Para citar este artículo: DURÁN, C. Las redes sociales como espacio de colaboración, de encuentro y de formación del profesorado. Textos de Didáctica de la Lengua y la Literatura, 70, 41-47

LAS REDES SOCIALES COMO ESPACIO DE COLABORACIÓN, DE ENCUENTRO Y DE FORMACIÓN DEL PROFESORADO

Carme Durán Rivas (UAB) versión postprint

Resumen Este artículo analiza las potencialidades de las redes sociales en la formación inicial y continua del profesorado. Estos contextos de formación informal se caracterizan por a) la representación del profesor como agente activo en su propia formación y b) el sentimiento de pertenencia a una comunidad de aprendizaje, la cual facilita la interacción entre iguales, compartir con otros docentes experiencias y recursos, y la reflexión sobre la propia práctica educativa. Palabras clave: redes sociales, formación del profesorado, comunidad de aprendizaje ______________________________________________________________________ Como hemos señalado en otras ocasiones (Manresa, Durán y Ramada, 2012; Durán, en prensa) las redes sociales presentan una gran potencialidad en la actualización metodológica del profesorado. Plataformas como Facebook y Twitter o redes específicas como Ning, entre otras, permiten una socialización de las experiencias de aula, una reflexión sobre aspectos educativos de índole diversa y una retroalimentación constante que posibilita aprender en la red y de la red (Adell y Castañeda, 2010). A través de ellas, los profesores han configurado una comunidad docente muy activa, un claustro virtual que es a la vez lugar de encuentro, espacio de formación y contexto de colaboración. Las redes sociales como lugar de encuentro Hace unos años apareció en el diario El País un artículo titulado El raro del instituto firmado por Elena Sevillano (mayo de 2008). En él la autora hacía referencia a

profesores que enseñaban a sus alumnos de la ESO de una manera distinta, a partir de la resolución de problemas, de estudios de campo o de proyectos colaborativos. Hablaba de clases más ruidosas y movidas, donde el alumno era parte activa de su aprendizaje, pero también de docentes con ganas de implementar modelos didácticos menos tradicionales que se sentían aislados y muchas veces incomprendidos en sus claustros. Eran los raros del instituto. Las redes sociales han venido a paliar la situación de aislamiento de muchos de estos profesores, los cuales han encontrado en las comunidades virtuales un espacio de encuentro profesional. En ellas comparten experiencias, lecturas o reflexiones en una especie de claustro virtual que rompe con los límites geográficos, temporales e incluso lingüísticos y, lo que es más importante, que posibilita relaciones de colaboración entre docentes. Todo ello configura al mismo tiempo una comunidad de aprendizaje o comunidad de prácticas (en términos de Wenger, 2001) con intereses comunes, a través de la cual la experiencia individual se convierte en experiencia colectiva. Este claustro virtual presenta dos características destacables. En primer lugar, tiene un carácter no jerárquico, de encuentro entre iguales. Todos los usuarios pueden ser productores o destinatarios de aquello que se genera en la red y los límites solo vienen determinados por las características del contexto discursivo. En él se dan cita tanto profesores noveles como profesionales con una gran experiencia que comparten con los otros usuarios materiales, lecturas, recursos, actividades de aula o reflexiones en torno a las prácticas que llevan a cabo, lo que "permitirá que los miembros más noveles de una organización aprendan de otros más experimentados. Algo fundamental en los colectivos profesionales como pueden ser los docentes" (Area, 2015, en línea). En segundo lugar, tiene un carácter informal y, casi podríamos decir, vivencial, ya que: "Junto a la información que vemos habitualmente de nuestros contactos se mezcla otra de carácter personal e informal que proporciona una visión muy diferente a la que estamos acostumbrados a percibir de las personas con las que no convivimos a diario" (Haro, 2015, en línea) lo que permite establecer vínculos emocionales y de pertenencia a una comunidad de personas con intereses comunes, que aprenden conjuntamente unas de otras y que

elaboran conocimiento a disposición de toda la comunidad. Es precisamente esta capacidad de erigirse como un espacio de formación informal continuada la que convierte a las redes sociales en una herramienta poderosa al servicio de la renovación metodológica. Las redes sociales como espacio de formación Y es que, como han señalado numerosas investigaciones e informes internacionales como TALIS o PISA, la formación del profesorado ha sido siempre una pieza clave para la mejora del sistema educativo. Perrenoud (2004), por ejemplo, destaca la organización de la propia formación continua como una de las diez competencias básicas que deben tener los maestros y profesores del siglo XXI. Esta formación es compleja y bebe de fuentes diversas y complementarias que podríamos sintetizar en tres (Durán, en prensa): a) la experiencia de aula y la reflexión sobre la propia práctica; b) la fundamentación teórica y la investigación científica, y c) el aprendizaje en contextos informales a través del intercambio con otros docentes La observación atenta de lo que pasa en el aula nos permite situarnos delante de la complejidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje en su contexto natural, un espacio vivo, dinámico, y único en el que es necesario gestionar múltiples aspectos a la vez. Esta acción docente debe ir acompañada de una reflexión sobre la práctica que permita evaluar los resultados de la intervención y que, a menudo, genera más preguntas que respuestas sobre la enseñanza de la lengua y la literatura: ¿cómo fomentar los hábitos lectores entre unos adolescentes que parecen tan alejados de la lectura literaria? ¿Cómo acercarlos a las obras literarias clásicas y conseguir que las interpreten adecuadamente a la vez que aprendan a disfrutar de su lectura? ¿De qué manera ayudarlos a entender mejor los textos que leen? ¿Cómo dotarlos de estrategias para que puedan mejorar en la escritura de textos diferentes? ¿Cómo trabajar la gramática para que les sea útil para mejorar sus producciones y que sea interesante en ella misma? Preguntas como estas nos llevan al segundo contexto de formación continua: la fundamentación teórica. ¿Qué se sabe sobre cómo aprendemos? ¿Qué metodologías se

han mostrado más eficaces para enseñar lengua o literatura? ¿Qué nos dice la investigación educativa que nos permita dar respuesta a alguno de estos interrogantes? Se trata, por tanto, de un planteamiento que va de la práctica a la teoría siempre con la mirada puesta de nuevo en las prácticas de aula. El tercer contexto de formación viene dado por el aprendizaje informal, a menudo caracterizado por la interacción entre iguales. Aprendemos de los demás y con los demás en contextos diversos. En este marco situamos el papel relevante que han tenido en los últimos años las redes sociales y las comunidades virtuales a las que nos referíamos más arriba. Estos nuevos contextos de aprendizaje permiten traspasar las paredes del aula, verlas y vivirlas a través de las experiencias que comparten los docentes, y nos permiten escuchar la voz de los protagonistas, profesores y alumnos. También permiten compartir reflexiones teóricas o comentarios a partir de lecturas o de conferencias (podemos seguir una presentación a través de Twitter, por ejemplo, a través de los comentarios que hacen los asistentes o leer un artículo que ha seleccionado un profesor sobre algún tema que nos interesa). Este tipo de formación informal, más errática, más irregular, es también más creativa y flexible. Todos ellos, la observación y la reflexión a través de la práctica de aula, la profundización y el enriquecimiento a partir de la fundamentación teórica y de la investigación, y el hecho de poder compartir entre iguales, construyen un entorno personal de aprendizaje (un PLE, del inglés Personal Learning Environment) que se enriquece con la participación en grupos de trabajo colaborativo o la puesta en marcha de proyectos compartidos. Las redes sociales como espacio de colaboración Y es que otra de las características de las redes sociales es su capacidad de crear contextos de reflexión compartida y de colaboración profesional. Veamos a modo de ejemplo dos tipos de actividades colaborativas que los profesores llevan a cabo a través de redes sociales como Twitter, seguramente la red que cuenta con una comunidad docente más activa. Puesta en marcha y difusión de proyectos colaborativos

La interacción constante que permiten las redes sociales es fundamental para la creación y, sobre todo, para la difusión de trabajos por proyectos a los que se pueden unir docentes y estudiantes de cualquier punto geográfico. Ejemplo de ello son proyectos colaborativos como Palabras azules. Quijote News. En pie de guerra. ¿Periodista o escritor?i que se han difundido a través de las redes sociales. •

Palabras azules es un proyecto centrado en la mejora de la expresión escrita de los alumnos de infantil, primaria y secundaria a través del fomento de la creatividad y de la utilización de herramientas 2.0 disponibles en la red. El objetivo principal del proyecto es, según sus coordinadores, "crear, recoger, ampliar, organizar y compartir recursos propios y adaptados, y secuencias didácticas completas de profesionales de la educación preocupados en la mejora de la expresión escrita". Funciona, por tanto, como un repositorio de buenas prácticas sobre enseñanza de la escritura, las cuales se recogen en su web y se difunden a través de las redes sociales, poniéndolas al servicio de otros docentes.



Por su parte, Quijote News es un proyecto creado por un grupo de profesores de lengua y literatura con motivo del IV centenario de la publicación de la segunda parte del Quijote. La propuesta, que incluye el diseño de la secuencia didáctica, tiene como objetivo acercar esta obra fundamental de la literatura española a los estudiantes más jóvenes, tanto de primaria como de secundaria, a partir de la escritura de noticias, crónicas o reportajes sobre las aventuras o sucesos de la obra. Para ello, plantean un producto final, un periódico quijotesco donde se publican las aportaciones de los estudiantes. Los periódicos recibidos durante el curso 2014-15 proceden de toda España y de Latinoamérica.



Por último, En pie de guerra. ¿Periodista o escritor? es un proyecto interdisciplinar de escritura de relatos o crónicas a partir de imágenes procedentes del archivo fotográfico del Museo del Pueblo de Asturias. En la propuesta, ganadora del V Concurso de Buenas prácticas convocados por la asociación "Mejora tu Escuela Pública" en colaboración con la Fundación La Caixa, han colaborado diversos centros asturianos.

En esta lista podríamos incluir proyectos ya veteranos como Poesía eres tú, Homenaje a Miguel Hernández o Callejeros literarios, entre muchos otros. En todos ellos destaca el papel dinamizador de las redes sociales como clave del éxito de convocatoria de estos

proyectos y la posibilidad que estas aportan de difusión del producto final de los estudiantes, lo que permite una proyección social de la tarea. Su éxito muestra la capacidad de las tecnologías y, más concretamente, de las redes sociales de romper los límites del aula ordinaria y de poner en contacto profesores y estudiantes de zonas geográficas diferentes (Manresa, Durán y Ramada, 2012). Debates sobre educación Otra actividad surgida de la capacidad de interacción que permiten las redes sociales es el debate o foro de reflexión sobre temas diversos. Además de tertulias literarias como #llegimipiulem (Santacruz, 2015), encontramos ejemplos de grupos de discusión en el que se implican agentes diversos de la comunidad educativa. Es el caso de @XaTac_5, un proyecto de debate semanal sobre educación en Twitter que reúne a los usuarios de esta red social para discutir sobre un tema previamente determinado. El debate cuenta con diversos moderadores especialistas en educación (Neus Lozano @NewsNeus, Olga Bonet

@Ob2000twtt,

Elena

Ojando

@Elenaojando,

y

Àngels

Soriano

@Angelssoriano74), quienes gestionan las participaciones que se van canalizando a través de la etiqueta #Xatac5 y, posteriormente, recogen el resumen de la conversación en la plataforma Storify para que se pueda acceder a ellas de manera asincrónica. Esta experiencia imita propuestas similares muy populares en contextos anglófonos (como #Edutach, #Whatisschool, #AussieEd, #Nt2t) y nace de la necesidad de sus creadoras de ofrecer un espacio de comunicación y un foro de reflexión sobre el uso de las herramientas tecnológicas en la mejora de la práctica educativa. Algunas reflexiones finales Como hemos señalado a lo largo de este artículo, las redes sociales tienen –o pueden tener– un papel destacado en la formación inicial y continua del profesorado. La capacidad de poner en contacto a personas con intereses comunes ha colaborado a hacer más evidente la evolución del concepto tradicional de docente, quien ya no se concibe como un profesional que trabaja y se forma solo, sino como alguien que aprende de los demás y con los demás, en un proceso de autoformación continuada (Area, 2015). Aquellos raros del instituto –afortunadamente cada vez más numerosos– han encontrado en los claustros virtuales compañeros con quien compartir experiencias y

proyectos, pero también dudas e inquietudes. La difusión de experiencias, la posibilidad de compartirlas y reflexionar sobre ellas y, sobre todo, el sentimiento de pertenencia a un colectivo que experimenta en las aulas, que investiga y pone en cuestión aquello que implementa para mejorar su práctica diaria, es precisamente la gran fortaleza de las comunidades docentes virtuales, las cuales se conciben como lugares de encuentro, de formación y de colaboración. Ahora bien, de la misma manera que algunos estudios destacan la limitada capacidad de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) para impulsar procesos de innovación y mejora de las prácticas educativas, las redes sociales no pueden cambiar de un día para otro inercias muy enraizadas entre los profesionales de la educación. Como señala el informe TALIS, todavía son muchos los profesores que no trabajan en equipo ni observan o comentan la labor de otros docentes, a pesar de que numerosas investigaciones señalan que el trabajo en equipo es un aspecto que incide en la mejora educativa. Por otro lado, no siempre las intervenciones en las redes sociales muestran una verdadera reflexión sobre la práctica educativa. En algunas ocasiones se pueden quedar en la superficie, en el mero escaparate del producto final, sin que vayan acompañadas de una reflexión sobre los procesos implicados que realmente ayuden a otros docentes a aprender de la experiencia de los demás. Sea como sea, las características de las redes sociales y la cada vez mayor presencia de docentes en ellas permite se optimistas con su capacidad de transformar algunas prácticas de aula. Su potencialidad en la actualización metodológica del profesorado se basa en la idea que el aprendizaje, también el del docente, implica un profundo proceso de participación en una comunidad de prácticas. Referencias ADELL, J.; CASTAÑEDA, L. (2010). "Los entornos personales de aprendizaje (PLEs): una nueva manera de entender el aprendizaje". En ROIG VIL, R.; FIORUCCI, M. (eds.): Claves para la investigación en innovación y calidad educativa. Stumenti di ricerca per l'innovazione e la qualità in ámbito educativo. Alcoi/Roma. Marfil/TRE Università degli Studi.

AREA, M. (2015). "Las redes sociales en internet como espacios para la formación del profesorado". Razón y palabra, 63 [en línea]. DURÁN, C. (en prensa). Noves (i velles) didàctiques per ensenyar llengua i literatura amb les TIC. Ítaca. Revista de Filologia, 6 (2015). HARO, (2015). "Las redes sociales en educación". Educativa (blog sobre calidad e innovación en educación secundaria). [en línea]. Consultado el 5 de julio de 2015 en http://jjdeharo.blogspot.com.es/2008/11/la-redes-sociales-en-educacin.html MANRESA, M.; DURÁN, C.; RAMADA, L. (2012). Les TIC en les seqüències didàctiques de llengua i literatura. Articles de Didàctica de la Llengua i de la Literatura, 57, p. 36-48. PERRENOUD, Philippe (2004): Diez nuevas competencias para enseñar. Invitación al viaje, Barcelona, Graó. SANTACRUZ, L. (2015). Lectura i Twitter, la tertúlia @llegimipiulem. Anàlisi per a una proposta d'aula. Articles de Didàctica de la Llengua i de la Literatura. WENGER, E. (2001). Comunidades de práctica: aprendizaje, significado e identidad. Barcelona, Paidós.

                                                                                                                i  Todos  los  proyectos  citados  en  este  artículo  son  fácilmente  localizables  en   internet.  

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