Las redes en la disciplina de la antropología

June 14, 2017 | Autor: M. Astete Checaña | Categoría: Redes sociales, Antropología, Antropologia Peruana, Historia de la Antropología, Antropologías Del Mundo
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Descripción

XXI Congreso Nacional De Estudiantes De Antropología 2014 Conean XXI UNSAAC Antropología y universidad

Las redes en la disciplina de la antropología

Marco Antonio Astete Checaña 21/09/2014 Octavo Ciclo Escuela Académico-Profesional de Antropología Facultad de Ciencias Sociales Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Correo electrónico: [email protected] Teléfono (móvil): 987115753 - 991276132

Las redes en la disciplina de la antropología

Marco Antonio Astete Checaña1

Resumen Este texto trata sobre las redes en la antropología académica y practica en el Perú. En el que se examina los momentos de su fundación, los factores externos e internos que hicieron posible su génesis, su posterior desarrollo, se mencionan de la misma manera a los principales personajes y los hechos trascendentales de esos años denominado “edad oro”, dando énfasis en la importancia de las redes de cooperación que, en el contexto actual de crisis institucional, puede ser una alternativa de solución. Palabras clave: antropología académica, antropología teórica, redes, crisis, alternativa.

Summary This text deals with the networks in academic anthropology and practice in Peru. At the time of its foundation review, external and internal factors that made possible its genesis, its subsequent development, are mentioned in the same way the main characters and important events of those years called "golden age", giving emphasis on the importance of cooperation networks in the current context of institutional crisis, may be an alternative solution. Keywords: academic anthropology, theoretical anthropology, networks, crisis, alternative.

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Estudiante de Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Actualmente cursa el cuarto año, octavo ciclo. Interesado en los estudios académicos de la teoría social y los temas de identidad.

Introducción En la introducción de un libro Joseph LLobera2 señalo lo importante que era revisar la historia de la antropología. De igual manera Esteban Krotz3, desde la perspectiva de paradigmas de Kuhn demostró la importancia de la perspectiva histórica en la epistemología y la antropología. Es así que en el ámbito académico de Perú se nos presenta como necesario revisar la historia de nuestra disciplina. La revisión histórica de algo implica indagar en los orígenes, factores internos y externos, desarrollo, apogeo, extensión, representantes, logros y crisis. La historia de la antropología tiene orígenes muy remotos y rumbos muy cambiantes en el Perú. Pero la antropología académica propiamente dicha es de reciente presencia. Esta antropología académica, asimismo, es muy fluctuante y sinuosa. Quiere decir que hubo muchas orientaciones teóricas, muchos temas de interés, muchos antropólogos, desde su inicio hasta la actualidad. La historia nos demuestra un devenir deplorable en nuestra disciplina. Pues en la actualidad la disciplina, con los diagnósticos e informes, atraviesa una crisis de institucionalidad. Los orígenes de esta crisis se pueden ubicar en algún momento histórico y por una serie de factores. Pero lo que sorprende es que esta crisis se genera luego de una “edad de oro” de la antropología. Por tales motivos la interrogante seria ¿Qué factores hicieron posible el periodo de “edad de oro” en la antropología peruana? Y consecuentemente ¿A qué se debió la crisis? ¿De qué formas se manifiesta esa crisis? ¿Qué opciones debe tomar la antropología? Siguiendo la propuesta de Llobera creemos que existieron factores de diversa índole, a las que clasificamos como factores internos y externos en los inicios de la antropología, para su fundación, en su apogeo y su crisis. Otro factor de crucial importancia para el apogeo fugaz, en nuestra apreciación, es la existencia de redes que la disciplina mantenía con varias instituciones y personajes. Pues las redes son estructuras sociales en un entramado que unen los puntos unos con otros, entendido desde la propuesta de la Escuela de Manchester. Y por último la opción de futuro, como una propuesta nuestra, seria retomar las estrategias del pasado. En ese sentido nuestra intención, en esta ocasión, es hacer una revisión histórica de la disciplina. Pretendemos dar cuenta de los inicios de la disciplina y de la “edad de oro”. Se trata de indagar sobre los factores que hicieron posible ese apogeo fugaz. Asimismo se indaga sobre el momento de la crisis. Y finalmente se evalúa la posibilidad de aplicar esas estrategias del pasado al contexto actual de crisis.

Llobera. “Introducción. La historia de la antropología como un problema epistemológico”. 1980, PP. 1568 3 Krotz. “¿Ciencia normal o revolución científica? Notas sobre las perspectivas actuales de la antropología sociocultural”. 1981, PP. 63-97 2

Surgimiento La historia de la antropología tiene orígenes muy remotos. Su surgimiento se relaciona con el advenimiento de la escritura. Pues, los documentos coloniales serían los antecedentes más inmediatos a la formación de la antropología en el Perú. Con el transcurso de los años la antropología vería su nacimiento con la vinculación con los indigenismos surgidos en Lima, Cusco, Ayacucho y Puno. Las manifestaciones sociopolíticas en favor de la reivindicación del “indio”, para fundamentar sus propuestas, recurrieron al estudio de la población “indígena” en su actualidad y totalidad. Producto de esto sería la obra de Mariátegui, en sus Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (1929) y el estudio sistemático del abogado con vocación de etnógrafo Hildebrando Castro Pozo con su obra Nuestra Comunidad Indígena (1924). Aunque hubo muchos indigenistas, al inicio y durante buen tiempo, que se ocuparon de asumir un papel paternalista respecto al indigenista. Este carácter ventrílocuo del indigenismo, que estaba tácitamente enmarcado dentro del contexto nacional, también operaba bajo el influjo de factores externos, por la intromisión de teorías euroamericanas. Quiere decir que la antropología peruana fue heterogénea. “Quizá un buen punto de partida sea asumir que la antropología en Perú […] debe ser comprendida como el desarrollo de un “saber periférico”, si bien bajo ciertas particularidades. No fue una disciplina que dependió exclusivamente de los vaivenes teóricos de las corrientes euroamericanas; aunque tampoco elaboro “automáticamente” sus propias teorías y paradigmas.”4 Factores internos El movimiento del indigenismo y su influyente participación política en el Estado es el primer factor y fundamental para la institucionalización de la antropología en Perú, pues el indigenismo per se es el resultado nodal de varios factores y circunstancias sociopolíticas. El indigenismo peruano en sus inicios estaba orientado fundamentalmente a la búsqueda de continuidades culturales. Si bien en épocas anteriores al indigenismo los intelectuales peruanos se encaminaron en la búsqueda de la identidad nacional revalorando el pasado de la grandeza del Tahuantinsuyo, el nuevo indigenismo se volcó también por buscar el pasado milenario y valorar a los descendientes de este pasado, pues buscaron revalorar al “indio” actual. El conocimiento del pasado y el conocimiento actual permitirían hallar las continuidades culturales. Se decía que el conocimiento indígena era el conocimiento andino por antonomasia. Y la labor de los etnógrafos indigenistas era buscar el conocimiento indígena. No es casual que desde el Cusco Luis E. Valcárcel en Tempestad en los andes (1927) criticara acremente contra el mestizaje y propusiera volver a las raíces del gran imperio del Tahuantinsuyo.

Sandoval, Pablo. “Antropología y antropólogos en el Perú: discursos y prácticas en la representacíon del indio, 1940-1990”. P.101 4

El indigenismo sociopolítico con todas sus propuestas aporto en la construcción de dilemas nacionalistas. Pues, los gobernantes se remecieron con estas propuestas y desde el Estado se propuso desarrollar la construcción nacional, una integración nacional. Estas tendencias de hecho que marcaron a la larga las políticas modernizadoras. Factores externos Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial el mundo se fue configurando en dos bloques antagónicos. Pues, el bloque comunista y el bloque capitalista, pretendían demostrar que su sistema era mejor. Seria este contexto de guerra fría lo que dio lugar a que Estados Unidos aplicara su política de la “buena vecindad” con la mayoría de los países considerados como “subdesarrollados” para evitar que el comunismo tenga influencia en esos países. Ese afán de ejecutar la política de buena vecindad hizo que “en los Estados Unidos diputados del Congreso “internacionalistas” (tanto republicanos como demócratas) aprobaron bajo las presidencias de Truman y Eisenhower el estipendio de fondos estatales para la realización de trabajos de campo, con la esperanza de que las Ciencias Sociales produjeran su modelo del desarrollo rural que resistiese el avance del comunismo.”5 El contexto de la guerra fría y la pugna ideológica de los dos bloques hizo que Estados Unidos apoyara a la formación de instituto en investigación etnológica. “El final de la II Guerra Mundial trajo un extraordinariamente renovado interés en la investigación social andina, surgido de movimientos convergentes dentro y más allá de los países andinos.”6 Estos dos tipos de factores dieron nacimiento a la antropología académica y científica en el Perú. Aunque el nombre no fue estrictamente antropología, y más bien prefirieron llamarlo etnología; se puede decir que la antropología en el Perú se institucionalizo con la creación del Instituto de Etnología y Arqueología en 1946 en la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San Marcos. Seguidamente se creó el Instituto de Estudios Etnológicos en 1946, este instituto orientado a la investigación el Instituto de Etnología para ejercer la docencia y preparación de los futuros etnólogos. Pero, como Valcárcel lo manifestó, ambos institutos tuvieron que combinar sus funciones. A esos institutos de investigación y docencia debemos señalar la importancia de Valcárcel y sus redes académicas que mantenía. En un texto de la Revista del Museo nacional Matos Mar exponía: “El incremento de los estudios etnológicos […] ha sido posible gracias a la amplia ayuda económica de la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San Marcos, del Museo de la Cultura Peruana, del Instituto Francés de Estudios Andinos y de una reciente donación del fundación Wenner Gren.”7

Salomon. “Etnología en un terreno desigual: encuantros andinos, 1532-1985”. 2012, P. 52 Ibíd. 7 Matos Mar. “Las investigaciones etnológicas en el Perú (1951-1952)”. 1952, PP. 51-52 5 6

Estas redes no solo apoyaron en el financiamiento, sino también influenciaron con la orientación teórica del culturalismo Norteamericano y su tendencia desarrollista. Tales influencias se manifestaron en el uso exclusivo de nomenclaturas como: cultura, rasgo cultural, pautas culturales, área cultural, relativismo cultural, personalidad, configuración, etc. Además de la nomenclatura también hubo expresiones del culturalismo en la presencia de eminentes antropólogos nacionales y extranjeros y en los innumerables proyectos de investigación etnológica. Representantes A los representantes los agrupamos en tres grupos: por un lado están los primeros pioneros; luego tenemos a los extranjeros que radicaron en Perú durante un buen periodo de tiempo y por ultimo tenemos a los representantes peruanos, que por suerte son los primeros antropólogos formados académicamente. Estos representantes, la mayoría de ellos, cambiaron de orientación teórica en periodos más tardíos, otros incluso dieron el viraje teórico casi de inmediato, en general una misma persona no se mantuvo con la misma orientación del culturalismo el resto de sus vidas. Es por ello que ubicamos al culturalismo entre los años 40 y 60’s, ya que a partir de esta última década los antropólogos se inclinaron hacia las teorías como la dependencia y el marxismo. Se puede decir que la antropología en el Perú se inició con la llegada de Bernard Mishkin. Al igual que este hubo otros antropólogos norteamericanos que arribaron al Perú desde el año 1937 para realizar investigaciones particulares e independientes. El primero en arribar al Perú, gracias al financiamiento de la Viking Fund, para realizar estudios en la provincia de Quispicanchis fue Bernard Mishking en 1937, que se quedó hasta 1938 y después volvió para prolongar sus estudios desde 1941 hasta 1942. Otros pioneros fueron: Paul Fejos, que estudio en el Noreste amazónico a los Yagua, ora, Witoto entre los años 1940 y 1941; Harry Tschopik, que estudio a la comunidad Chucuito durante los años 1941-1942, y en otra etapa a la comunidad de Sicaya entre 1946 y 1947, en esta incorporo de manera parcial a los peruanos Jorge Muelle y Gabriel Escobar, John Gillin que realizo estudios en la comunidad de Moche en 1944 y por último Fernando Comara Barbachano, que junto a Núñez del Prado, realizo estudios en la comunidad de Chinchero durante 1945 y 1948. Dentro del grupo de los extranjeros adunamos a los pioneros, que fueron principalmente norteamericanos, ya que vinieron durante el periodo de 1940 a 1960. Los extranjeros que vinieron en este periodo tenían como finalidad estudiar a las poblaciones andinas. Esto lo pudieron realizar gracias a la cooperación de los institutos peruanos con las universidades norteamericanas y el apoyo financiero de las fundaciones internacionales como la Wenner Gren y la Smithsonian Institution. Entre los tantos antropólogos que llegaron al Perú, tenemos a los antropólogos de corte culturalista, entre ellos a Allan Holmberg, John Gillin, Richard Adams, Kubler, Bennet y a otro no norteamericano John Murra.

Dentro del grupo de los peruanos no podemos iniciar la lista sin dejar de mencionar al Intelectual Luis E. Valcárcel. “…en la década de 1940 buena parte de la antropología peruana delineo su primera agenda de docencia e investigación bajo la trama política y moral del indigenismo, patrocinada por su principal organizador y exponente intelectual, Luis E. Valcárcel.”8 Este indigenismo rápidamente se fue vinculando con “…redes y financiamiento de investigación de alcance regional.”9 Una serie de financiamientos externos, principalmente norteamericanos y franceses hizo posible que investigadores de la cultura, tanto extranjeros cuanto peruanos, expandieran su visión al alcance del ámbito macro regional. “Estas empresas estuvieron asociadas al surgimiento de institutos de investigación etnológica en el Museo Nacional de Lima y en la universidad insigne peruana, San Marcos.”10 Apogeo La antropología en el Perú ya tiene 77 años de existencia como disciplina académica. En este transcurso de tiempo ha habido intromisión de diversas teorías provenientes del extranjero. Muchas de ellas tuvieron acogida por la necesidad concreta que tenía el análisis de la realidad nacional peruana. La primera disciplina que entro con fuerza, y de hecho es la que más tiempo tuvo y hasta el momento es el más relevante, es el culturalismo. El culturalismo tiene origen en Edward B. Tylor por diseñar el concepto de cultura como el sistema complejo. Más tarde el alemán Boas introdujo en las aulas norteamericanas en términos de relativismo cultural el método del trabajo de campo. Pues, “fue el fundador del moderno trabajo de campo en América y preparo a una generación de brillantes y productivos antropólogos.”11 Es así que en las universidades norteamericanas preparo en el trabajo de campo a muy buenos jóvenes norteamericanos y despertó el interés en el estudio de “Áreas culturales”. El Perú fue catalogado como el área cultural andina y este fue fuente de interés para que vinieran varios antropólogos a estudiar rasgos y pautas culturales en el complejo cultural andino. El interés del particularismo histórico de Boas y sus discípulos, sumado a los intereses del Gobierno norteamericano y el indigenismo hicieron posible que en el Perú se realizaran una innumerable cantidad de proyectos de investigación y de esa forma la antropología peruana llegase a su “edad de Oro”. Por un lado, el particularismo expresado en el culturalismo se afano en realizar trabajos de campo en todos los confines del mundo, en especial en Sudamérica. Producto de este interés es la elaboración del Handbook dirigido por Julian Steward.12 Por otro lado, el gobierno norteamericano como fin estratégico y por la experiencia de las guerras mundiales hizo que esta vez el etnólogo 8

Sandoval. Loc Cit. P. 100 Ibíd. P. 105 10 Salomon, Loc Cit. P. 53 11 Bohannan. “Lecturas de Antropología”. P. 82 12 Salomon. Loc Cit. P. 53 9

antecediera al soldado. El apoyo del gobierno se manifestó en los subsidios a fundaciones y universidades norteamericanas para que envíen antropólogos a diversas regiones del mundo. Por último, el indigenismo para la década de los 40’s se había orientado hacia la etnología, con Valcárcel al mando, pues según este “la etnología ayuda enormemente al maestro, porque este necesita que aquel le informe acerca del medio social en que va actuar y le proporciona un cuadro completo de la cultura que va enriquecer con sus enseñanzas.”13 El culturalismo en el Perú llego a su apogeo con la masiva publicación de trabajos etnográficos. Estas publicaciones se realizaron en diversas revistas, tanto de Perú cuanto de Estados unidos. En Perú la Revista del Museo Nacional, en varios de sus números, se dedicó a publicar diversos resultados de trabajos de campo. A este periodo, de masiva investigación y publicación etnológica muchos lo llaman “edad de Oro” de la antropología peruana. Pues durante este periodo se dedicaron a estudiar principalmente a comunidades. El proyecto de mayor calibre que se realizó entre los primeros años fue en el valle de Virú, provincia de Trujillo, departamento de La Libertad, durante 1946 y 1948. Este proyecto estaba a cargo del Instituto de Estudios Etnológicos y se contó con la participación dela las universidades de Columbia, Harvard, Yale, el Instituto de Antropología Social, el Bureau de Etnología Americana, el Museo de Historia Natural de Nueva York, El Museo de Historia Natural de Chicago y la Andean Research. El financiamiento los realizaron estas instituciones y las fundaciones internacionales: Smithsonian Institution, Fundación Guggenheim y la Viking Fund. El proyecto fue dirigido por Gordon Willey y tuvo el apoyo de los antropólogos peruanos: José Matos Mar, Rosalía Avalos, Jorge C. Muelle, Oscar Núñez del Prado, Humberto Ghersi y Mario Vasquez. El resultado de este proyecto es las publicaciones de: Allan Holmberg, Remnant of in Exalted People; Jorge Muelle, Estudios Etnológicos en Virú. Las luces de fiesta; y Oscar Núñez del Prado, Aspecto económico de Virú. El proyecto de la Comunidad de Tupe se realizó entre 1945 y 1953. La institución que estuvo a cargo fue el Instituto de Etnología y Arqueología. Conto con el financiamiento de la Smithsonian Institution, la Wenner Gren y la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San Marcos. Lo dirigió José Matos Mar y conto con el apoyo de Rosalía Avalos, Carmen Delgado Sotelo y Carlos Inchaustegui. Otro proyecto de gran alcance fue el de Huarochirí-Yauyos ejecutada desde 1951 hasta 195 en los distritos de dichas provincias. El Instituto de Estudios Etnológicos y el Instituto de Etnología y Arqueología estuvieron a cargo del proyecto. La Viking Fund se encargó del financiamiento. Bajo la dirección estuvo José Matos Mar. Y por ser un proyecto de gran alcance se dividió en diferentes distritos: Julio Cotler en San Lorenzo de Quinti, Francisco de Boluarte en Santiago de Achuncaya, Eduardo Soler en San Pedro de Huancaire y los esposos Matos en la Comunidad de Carampoma. El objetivo de este

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Valcárcel. “Politítica y etnologia”. 1946, P. 13

proyecto era recoger información actual para con los datos que había proporcionado el extirpador Francisco de Ávila. El proyecto en la comunidad isleña de Taquile estuvo bajo la dirección de José Matos Mar y Avalos. Este proyecto se realizó entre 1950 y 1952. Estuvo a cargo del Instituto de Etnología y Arqueología y conto con el apoyo financiero de la Facultad de Letras y el IFEA. Otro proyecto de gran dimensión fue el que se hizo en el valle de Lurín, en el que se evidencio la disolución de la propiedad comunal y de esa manera se dejó de considerar a la comunidad como un ente armónico y colectivo, ya que una pequeña minoría por sus intereses particulares disolvía la propiedad comunal en beneficio de la propiedad privada. De la misma manera que este último, otro proyecto dedicado al estudio de comunidades fue realizado en el Cusco bajo la dirección de la UNSAAC y con el apoyo económico del diario La Prensa. Este proyecto tenía la finalidad estudiar al “ultimo ayllu incaico” en la comunidad de Q’ero. La Expedición Científica estuvo a cargo de un equipo multidisciplinario, en el que participaron lingüistas, geógrafos, arqueólogos, un folklorólogo y un antropólogo, Morote Best y Núñez del Prado, respectivamente.

Cambios en la agenda Si bien el indigenismo alzo vuelo con la alianza con el culturalismo, eso fue solo al inicio ya que más tarde el indigenismo abandonaría su esencialismo por la intromisión de la antropología aplicada. “la etnología se convirtió en un estudio orientado al futuro. Incluso Valcárcel, originalmente inmerso en continuidades inca-moderno, por la década de 1950 reoriento su polémica para enfatizar el valor de la antropología al interpretar la asimilación, “elevando el estándar de vida de los grupos menos favorecido”, y ajustando la agenda de desarrollo a las realidades peruanas.”14 Eso sucedió durante la década de los 50’s. Fue consecuencia de varios factores: primero, porque el culturalismo vino con esa pretensión y segundo, porque es de larga tradición en el Perú desarrollar al país desde el Estado. Los intelectuales no han sido ajenos al objetivo nacional, pues en su análisis ellos mismos dividieron al Perú en dos unidades en oposición, lo tradicional y lo moderno, “…el antropólogo, muchas veces provinciano, busca al otro, con frecuencia lo exotiza, pero al mismo tiempo se siente parte de él, y pretende por otro lado acercarlo, “aculturarlo”.”15 El proyecto más representativo de esta época y que ha dado mucho que hablar es el Proyecto Vicos o también conocido como el Proyecto Peru-Cornell que se realizó de 1952 hasta 1966. Estaba bajo la dirección de Allan Holmberg y Carlos Monge. Estaba a cargo de la Universidad de Cornell, el Instituto de Indigenista Peruano y tuvo la 14

Salomon, Loc Cit. P. 53 Degregori. “Panorama de la antropología en el Perú: del estudio del Otro a la construccion de un Nosotros diverso”. 2012, P. 41 15

participación de casi todos los egresados Sanmarquinos del Instituto de Etnología y Arqueología. Su objetivo principal fue provocar cambios hacia la modernización. Y sus otros objetivos específicos fueron: producir bienes dirigidos al mercado , adquirir la hacienda a favor de la comunidad, cambiar la situación de comunidad cautiva a comunidad libre, establecer nuevas condiciones de administración, alfabetizar a los adultos y educar a los niños. Tubo buenos resultados, pero al largo plazo termino siendo un dispendio de esfuerzos. Ya que al término del proyecto cientos de comunidades se estaban empoderando sin necesidad de un proyecto de antropología aplicada y aun sin saber del Proyecto Perú-Cornell. Fue ahí que estas orientaciones se dejaron al abandono y muchos antropólogos se vieron con la necesidad de buscar nuevas teorías. Crisis La disolución del indigenismo a través de la mutación por la fusión con el desarrollismo más el fracaso de la antropología aplicada norteamericana. Apareció, en consecuencia, la necesidad de recurrir a nuevas orientaciones teóricas por el abandono de las teorías anteriores y por el nuevo escenario nacional, dentro del escenario internacional. La década de los 60’s y 70’s fue testigo de grandes cambios en el país. El problema del petróleo y el problema de la tierra fueron los temas centrales. En varias regiones del país, en especial en Cusco, se estaba viviendo la experiencia de la toma de tierras por parte del campesinado. A este fenómeno lo acompañaron los movimientos guerrilleros que se inspiraron en la revolución cubana. Como una forma de aplacar el movimiento campesino el gobierno de Belaunde aplico la Reforma Agraria de manera parcial. En esta década de los 60’s hubo una definida intromisión del marxismo en las universidades públicas como una manera de comprender el escenario nacional en términos de clase. Es así que acaecieron grandes cambios al interior de las universidades. Los partidos políticos también llegan a definirse como conservadores, radicales y revolucionarios. Pues, fueron décadas de quiebre político, académico y social en el país y en las universidades. En fin, el culturalismo entro en crisis por la llegada del marxismo. La crisis del culturalismo marco definitivamente la crisis de la antropología en el Perú. Pues, los nuevos antropólogos peruanos formados en las aulas de San Marcos, que habían orientado su interés a otras áreas decidieron tomar la conducción del instituto de Etnología, tomando así el control de la asignación de docentes, la distribución de cursos y la carga lectiva. Es en ese escenario que se dio la expulsión del profesor José Matos Mar de la universidad y con ello también se dio la eliminación de las redes que le universidad mantenía a través de Matos Mar. Esas redes de cooperación se trasladaron a otras instituciones como el IEP.

Enfoques Alternativos Es bien sabido que la antropología nació en contexto de colonización. La tarea inicial fue el estudio de la alteridad humana. Desde la mirada del etnocentrismo, y el eurocentrismo como ideología dominante, hizo de esa alteridad en radical, o sea se presento a los “otros” desde un presente etnográfico calado por un exotismo incomprensible, irracional, pre-lógico y hasta intraducible. No obstante, en la actualidad, debido a las características de la globalización, se dio un viraje en las teorías y en la epistemología misma, pues se cuestiona sobre esos supuestos “otros” y también se exige el estudio del “nos/otros”. Las críticas contemporáneas están orientadas según la propuesta de la interdisciplinariedad. De acuerdo a Auge es mejor utilizar una caja de herramientas que utilizar una llave que abre varias cajas. Las propuestas recientes desplazan los estudios de sociedades particulares y supuestamente aisladas como los Trobriand, Nuer y Dinka. Es necesario establecer conexiones entre esas sociedades dentro del sistema mundo moderno. Se trata de entrelazar en un texto etnográfico la figura y el trasfondo, o sea el acontecimiento pasajero y la historia de larga duración, según la propuesta de Bestard.16 Si bien se pretendió una antropología como conocimiento holístico, la propuesta actual es concebirlo como como una “estrategia de conocimiento”. En el contexto de la globalización es necesario analizar los nuevos escenarios culturales y dar una mirada a la hibridación cultural propuesta por Néstor García Canclini y que también es desarrollado por Hannerz17. La cultura que ha sido tema clave para los culturalistas en cierta medida a sido tomado como objeto de estudio central en la antropología. Es por ello que este contexto se reformula estudiarlo en su lugar desterritorializado18, en términos de Sahlins y comprenderlo como un sistema de relaciones de sentido que identifica “diferencias, contrastes y comparaciones”, según Appadurai19. Además, según la propuesta conjunta de Ferguson y Gupta, la localidad no es también un objeto de análisis etnográfico.20 Ahora se puede hacer estudios antropológicos, etnografías, mas alla de la identidad en un espacio concreto. Las poblaciones ya no se conciben aisladas y de esto da cuenta Wolf en su estudio de los pueblos sin historia. Las etnografías en esa dirección deben ser multisituadas. Es por ello que la propuesta y sugerencia en la actualidad, la que comparte la Escuela de Antropología de la Universidad nacional Mayor de San Marcos es la interculturalidad.

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Bestard, J. (2010). Cambioseneltrabajo de campo y enlaproduccióndelconocimiento antropológico. Barcelona: Departamento de Antropología, Universidad de Barcelona. 17 Hannerz, U. (1998). Conexiones transnacionales: cultura, gente, lugares. Madrid: Ediciones Catedra. 18 Sahlins, M. (2000). Sentimental PessimismandEthnographic Experience, orWhyCultureisnot a Disappearing ‘Object’. En Daston, BiographiesofScientificObjects. The Universityof Chicago Press. 19 Appadurai, A. (2001). La modernidad desbordada. Dimensiones culturales de la globalización. Buenos Aires: Fondo de Cultura Economica. 20 Ferguson, A. G. (1997). Discipline andPractice: ‘The Fields’ as Site, Method, andLocation in Anthropology. En A. G. Ferguson, AnthropologicalLocations: BoundariesandGroundsof a Field Science. Berkeley: University ofCalifornia Press.

Las redes en la Antropología El contexto teórico de la antropología está bien presentado, hay muchas ofertas teóricas, pero en lo fundamental se hace énfasis en el conocimiento y uso de las múltiples propuestas orientándose en la interculturalidad. Es en ese contexto que la EAP de Antropología de la UNMSM realizo un nuevo plan de estudios en el 2013. La tarea principal en ese nuevo plan es la interculturalidad. El plan, que sigue las recomendaciones del Informe Mundial sobre las Ciencias Sociales, señala cuatro aspectos como quehacer antropológico: acentuarse en el mundo poscolonial, ubicarlo en el fin de los ismos, generar conocimiento crítico y finalmente ese conocimiento debe ser para el bienestar general. El nuevo plan, que en realidad es una reforma necesaria, considera como áreas de conocimiento fundamentales el nivel académico y el nivel profesional. De la misma manera se hace mención de las líneas de conocimiento, que son la investigación, la docencia y la intervención. En otros términos se habla de la teoría y la práctica que son importantes para el quehacer antropológico. En cuanto al aspecto teórico la Escuela ya tiene la tarea cumplida pero el aspecto de la práctica aún tiene sus deficiencias, como es la ausencia de prácticas pre profesionales. Otro aspecto que es necesario señalar es que para la formación en antropología no solo es necesario el trabajo de la Escuela o institución, sino también el esfuerzo personal individual es de suma importancia. La sólida formación de los futuros antropólogos determinara la legitimidad de la disciplina en el Perú. Pues con el contexto actual, en donde cada vez más y más la disciplina va perdiendo legitimidad institucional. En el que abogados van ocupando los puestos de los antropólogos en los ministerios; en donde los periodistas tienen la última palabra sobre temas polémicos, en el que sociólogos remplazan masivamente los puestos de los antropólogos, hay una necesidad de formar buenos antropólogos. Uno de los factores que determinan la perdida de legitimidad, hablando en el aspecto práctico, es la falta de articulación con las instituciones que nos competen. A nivel nacional hay una decena de municipios que quieren entablar lazos de cooperación con universidades y no la hacen porque no ubican a una que esté interesada. La ausencia de las prácticas pre profesionales también genera que los egresados no tengan un campo laboral seguro, por lo que algunos optan el camino que no competa a la disciplina. En el ámbito teórico también hay una serie fenómenos que dan como diagnostico una mala salud para la disciplina. La ausencia de redes de cooperación académica es uno de ellos. La falta de un plan nacional conjunto es otro factor. Es una sorpresa para muchos que en San Marcos se hagan cursos integrados y de la misma forma en cada escuela tocan temas que no son conocidos en otros. Asimismo, pese al dispendio de esfuerzos en los Conean’s, se ve que el Conean no tiene institucionalidad, solo se realizan con el esfuerzo de contados y meritorios entusiastas.

Conclusiones La antropología en el Perú tiene inicios que son de larga data. Sin exagerar podemos tener el atrevimiento de decir que sus orígenes se ubican en 1533, con la llegada de los españoles. Pero, la antropología académica se institucionaliza con la creación del Instituto de Etnología y Arqueología en la Facultad de Letras de la Universidad Mayor de San Marcos en 1946. El surgimiento de la antropología fue impulsado por factores internos y externos. Los factores internos que lo impulsaron fueron la política estatal del gobierno de “integrar a la población aborigen” en un Estado Nacional homogéneo. Y el factor externo fue el afán imperialista de Estados Unidos de poseer influencia en los países latinoamericanos y de esa forma tenerlos alejados de la influencia soviética. El concurso de la financiación internacional de entidades como la Smithsonian Institution y la Wenner Gren hicieron posible la intromisión de la antropología culturalista norteamericana, y de esa manera favorecieron la investigación etnológica, que fue la época más promisoria de la antropología peruana. La antropología peruana en su expresión culturalista llego a su apogeo en los años 50’s. Esto se evidencia en la prolija cantidad de proyectos de investigación que se ejecutaron en diversas áreas rurales del país. Pero, con tan solo pertrecharse en este terreno, el culturalismo norteamericano rápidamente aplico su verdadera práctica que es la “antropología aplicada” orientada a generar el desarrollo en las sociedades tratadas. Paralelamente a la aplicación de proyectos desarrollistas se observaba en el país un cambio a nivel nacional. Pues, durante los años sesentas la situación económica social del país se estaba transformando. Brotaban movilizaciones de campesinos y movimientos populares. Fue este clima lo que género que la antropología norteamericana fuera dejada de lado y se optara por teorías nuevas que sean plausibles para la nueva realidad. Con la salida del culturalismo y de sus grandes representantes, que por cierto también dirigían en la universidad, Valcárcel y Matos perdió sus redes de cooperación. Con la nueva dirección y obviamente con nuevos planes para la antropología la antropología opto por teorías de corte marxista. Luego de esto las propuestas teóricas se proliferaron y la antropología en San Marcos perdió el sendero. En los últimos años se dieron serias reformas en el plan de estudios. Se tiene la reforma del 2001 dirigido por Degregori, que hacia énfasis en la interculturalidad, luego se dio el nuevo plan del 2009 que aborda sobre la diversidad nacional y la última que se espera su aplicación, el del 2013, que hace también énfasis en la interculturalidad pero tomando como herramienta la interdisciplinariedad. En el contexto de crisis de la disciplina, en donde “la antropología peruana no figura”, es necesario tomar conciencia de esto y buscar alternativas de solución. Una alternativa es la aplicación del nuevo plan de estudios. Otra alternativa que se dio en estos últimos meses y viene desde el Estado es la Nueva Ley Universitaria. En ambos se hace énfasis

en la necesidad de vincular la universidad a la sociedad nacional, mediante prácticas de extensión universitaria, prácticas profesionales y acreditaciones. La propuesta de vincularse no es más que la estrategia de los años 40’s en el momento fundacional de la antropología. En ese sentido, la opción de la antropología debería ser utilizar los recursos que auspicia el estado y vincular a la antropología con la sociedad nacional, entrelazando a las escuelas a nivel nacional, fomentando los convenios con instituciones, institucionalizando los congresos académicos, etc.

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