LAS PUNTAS DE ALETAS Y PEDÚNCULO DEL SOLUTRENSE PENINSULAR. UN PROGRAMA EXPERIMENTAL

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O Paleolítico actas do IV congresso de arqueología peninsular

Promontoria Monográfica 02

O Paleolítico Actas do IV Congresso de Arqueologia Peninsular (Faro, 14 a 19 de Setembro de 2004)

EDITOR CIENTÍFICO

Nuno Ferreira Bicho

COORDENADORES DE SESSÓES

María Soledad Corchón Nuno Ferreira Bicho

Centro de Estudos de Património Departamento de História, Arqueología e Património (Universidade do Algarve)

Las puntas de aletas y pedúnculo del Solutrense Peninsular. Un programa experimental Francisco Muñoi Belén Márquei ' • Opto. de Prehistoria y Arqueología Edificio de Humanidades Facultad de Geografia e Historia Universidad Nacional de Educación a Distancia P.0 Senda del Rey sin. 28080-Madrid. Spain [email protected] .. Museo Arqueológico Regional Plaza de las Bemardas, s/n, 28801-Aicalá de Henares (Madrid). Spain [email protected]

RESUMEN La punta de aletas y pedúnculo (PAP) es uno de los elementos característicos del Solutrense extracantábrico. Su morfología contribuye a plantear la hipótesis de que se hayan utilizado como punta de flecha para arco. Sin embargo. hasta la fecha no hay estudios específicos que permitan contrastar la idea. En este sentido, hemos llevado a cabo un programa experimental para caracterizar las flechas desde un punto de vista tecnológico. funcional, balístico, así como de su eficacia para cazar. Alguno de los resultados muestra que las puntas de pedúnculo y aletas del Solutrense español son morfológicamente y métricamente adecuadas para ser lanzadas por un arco. Las réplicas tuvieron un comportamiento balístico perfecto, así que podemos considerar que el origen del arco podría colocarse antes de lo pensado tradicionalmente. PALABRAS CLAVE Punta de aletas y pedúnculo; Solutrense superior; Solutrense superior evolucionado; arco; flecha; balística ABSTRACT Barbed and tanged points (BTP) are one of the specific elements which characterizes extracantabrian Solutrean. lis morphology contributes to fix the hypothesis that its possible function can be arrowheads propelled by a bow. However. until date there are not specific studies to contras! the idea. In this sense, we have carried out an experimental program to characterise the arrows from a technological. functional, ballistic and hunting qualities point of view. Sorne of the results show that barbed and tanged points of the Spanish Solutrean are morphologically and metric well suited to be thrown by a bow. The replicas had a perfect ballistic behaviour, so we can think that the origin of bow can be earlier than traditionally thought. KEYWORDS Barbed and tanged point: Upper Solutrean: Upper Evolved Solutrean: bow: arrow; ballistics

ta, con morfologías en ángulo agudo o gancho, o bien incluidas en la misma, formando un ángulo recto con el pedúnculo central. Este elemento aparece siempre bien individualizado, mediante profundas entalladuras que lo separan de las aletas y la punta. Este morfotipo está presente en la mayor parte de los yacimientos que se encuadran en el Solutrense Superior. donde es más abundante y característico, y en el Solutrense

1. INTRODUCCIÓN La punta de aletas y pedúnculo constituye uno de los tipos más característicos de Solutrense Extracantábrico, exclusivo de esta región peninsular. Se trata de una punta de clara tendencia triangular, cubierta por un retoque plano e invasor, que en la mayoría de las ocasiones es bifacial (Fig. 1). Las aletas pueden estar bien marcadas y diferenciadas de la pun-

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O Paleolitico - Actas do IV Congresso de Arqueologia Peninsular

tadas en flechas con el fin de testar su capacidad desde el punto de vista balístico para ser lanzadas con un arco. Al tratarse de una experimentación de carácter analítico. se ha jugado con el cambio de variables (longitud de astil. tipo de flecha, tipo de emplumado. tipo de arco. etc.) para determinar qué papel juegan en la trayectoria de las flechas y en su velocidad . El concepto de arco es. en principio. muy simple: dos brazos elásticos armados por medio de una cuerda que los mantiene en tensión y separados por una parte rígida . la empuñadura. En arquería se entiende por tensión la longitud a la cual puede tensarse un arco. Esta tensión almacena en las partes elásticas del arco una energía potencial que se transfiere de la cuerda a la flecha cuando ésta se dispara . La fuerza en la cuerda acelera la flecha y transmite parte de la energía disponible como energía cinética . La energía potencial es producto de la fuerza de tracción que se genera a lo largo del lomo o curva exterior y de la fuerza de compresión que se desarrolla en el vientre o curva interior. Cualquier arco debe adaptarse a estas fuerzas a fin de evitar que se rompa . Una vez que la flecha es disparada el arco vuelve a su posición inicial por ausencia de tensión en la cuerda . Para nuestros experimentos se han utilizado tres arcos simples de diferentes características: un long bow laminado de 40 libras de potencia. un long bow laminado de 50 libras de potencia y un long bow de olmo de una sola pieza de 40 libras de potencia. Así, dos de ellos son arcos industriales. mientras que el tercero se trata de una réplica del arco mesolítico danés de Holmegaard (Becker, 1945). Éste se trataba de un arco simple de 1,5 m de largo. Las palas eran aplanadas, y el mango biconvexo. Al igual que el original, el arco experimental ha sido realizado en una única pieza de madera de olmo según la técnica tradicional de fabricación (Fig. 4).

Superior Evolucionado, siendo en esta fase paulatinamente sustituido por la punta de muesca de retoque abrupto (Fig. 2). No obstante, su aparición en el registro arqueológico puede remontarse a las fases finales del Solutrense Medio, como consecuencia de la culminación de los primeros ensayos de pedunculación de proyectiles de retoque plano iniciados en esta etapa. Tanto en la Cova del Parpalló - 5,25-5,5 m - (Pericot, 1942) como en Les Mallaetes - Sector Este nivel V-Va (Fortea y Jordá, 1976) se han identificado en este momento proyectiles cuyas morfologías están a caballo entre las hojas de laurel del subtipo H (Smith, 1966) y estas puntas, con pedúnculo bien diferenciado y aletas incipientes, (Muñoz. 2000). Este mismo fenómeno de progresiva aparición de utillaje cinegético con pedúnculo puede observarse en el Solutrense de Francia, Cornisa Cantábrica y Cataluña o en el Areniense de la Provenza y el Epigravetiense Antiguo de Italia, aunque darán lugar a otros monotipos. La punta de aletas y pedúnculo, que desaparece con el Solutrense Superior Evolucionado, volverá a formar parte de los contextos culturales neolíticos y perdura hasta la actualidad, aunque realizada en otros materiales. Esto demuestra que sus peculiaridades tecnomorfológicas le confieren una alta idoneidad como punta de proyectil para actividades cinegéticas o bélicas. Una de las ideas más recurrentes sobre la funcionalidad de este tipo de utillaje ha sido su uso como puntas de flecha Sin embargo, esta hipótesis se basaba más en impresiones subjetivas que en estudios balísticos, traceológicos y experimentales.

2. ESTUDIO BALÍSTICO EXPERIMENTAL El trabajo que aquí presentamos forma parte de un programa experimental mucho más amplio para caracterizar desde el punto de vista balístico y cinegético las puntas ligeras de proyectil solutrenses (Fig. 3). Algunos de los resultados de este trabajo han demostrado que las PAP cumplen los requisitos morfológicos y métricos para ser enmangadas en astiles de flecha (Muñoz. 2000; Jardón-Giner et al., 2000).

2.2. l as flechas El experimento contó con un total de 47 flechas (Fig. 5). Desde el punto de vista cinegético, la flecha es el elemento más importante, ya que es la encargada de conectar el arco con la presa. En definitiva, en ella se basa gran parte del éxito o el fracaso del disparo. Una flecha con una buena estabilidad y rectitud puede ser efectiva en un arco de diseño poco depurado; pero en el caso contrario las posibilidades de hacer blanco quedan muy mermadas. Los elementos básicos que componen la flecha son la punta, el astil, los estabilizadores o emplumado y el culatin. Los astiles empleados en esta experimentación son varillas cilíndricas de madera industrial de cedro. haya y roble. Su diámetro oscila entre los 8 y los 1O mm. Su longitud va desde tos 72.5 mm a los 133.80 mm, aunque la mayor parte no sobrepasa los 83 mm El peso de los astiles se s1túa entre

2.1. Los arcos El problema de la aparición del arco ha sido objeto de numerosas discusiones. Máxime cuando existe un momento a finales del período paleolítico en el que aparecen puntas de pedúnculo y aletas susceptibles de haberse utilizado tanto como proyectiles de flecha para arco como para propulsor En este sen!ido se ha realizado una serie de réplicas con resma de algunas puntas solutrenses procedentes del yacimiento almenense de Cueva Ambros1o Estas han sido mon-

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las puntas de alelas y pedúnculo del Solutrense Peninsular. Un programa experimenlal

los 20.2 y los 31.9 gramos para los ejemplares más cortos y entre los 32.2 y los 87.7 gramos para los mayores de 83 mm de longitud Las ev1denc1as arqueológ1cas más antiguas constatan que el d1ametro de los astiles osc1la. por regla general. entre los 8 y los 9 mm. s1endo muy raros los ejemplares que sobrepasan los 1O y los que no alcanzan los 5 mm. Su longitud siempre se s1tua entre los 70 y los 90 cm . En yacimientos como los alemanes de Petersfehn o Wietingsmoor los astiles aparecidos ten1an un d1ametro de 9 mm (Jacob-Friesen. 1950; Cl ark . 1963) . m1 entras que en otros como Eising (Jutlandia) los ttenen de 8.5 mm (Petersson. 1951 ). En Loshult (Suecia) hay vanos fustes encuadrables en el Mesolitico cuyo diámetro osc1la entre los 8.5 y los 10 mm (Petersson. 1951). En cu anto a la longttud de los astiles. los ejemplares arqueológtcos no suelen estar completos. por lo que no contamos con demas1adas referenc1as Sin embargo. datos como los del yac1m1ento de V111kelmose (Jutlandia) nos hablan de astiles de algo mas de 1 m de largo (Troels-Smith, 1961 ). aunque suelen ser mas cortos. De nuevo en Loshult se evidencia la presenc1a de un fuste con una longitud de 88 cm y ótzi, la rnomta del glac1ar de S1milaun (Italia). llevaba flechas de 85 cm de largo (Spmdler. 1993). Los es tabtllzadores. o emplumado. permiten anular las desvtactones de la trayectoria rectil ínea que pueda sufrir la flecha durante el vuelo. Estas alteraciones vienen determinadas por una suelta defectuosa. la fuerza del viento. su cambio de direcctón y por aquellos elementos del entorno que la flecl1a se encuentra en su recorrido. Las plumas. por otra parte. ayudan a orientar la flecha en la dirección del flujo del aire. es deCir. para lela a su trayectoria. Además, transforman parte de la velocidad de la flecha en un movimiento de rotación giroscópico. haciendo que ésta gire sobre su eje longitudinal. El angula de emplumado. formado por la intersección del astil y la pluma. no debe ser muy grande porque provocaría una resistencia aerodinámica alta e innecesaria. Asimismo. para una mayor efectividad en su función de estabilizador deben situarse lo más alejadas posibles del centro de gravedad de la flecha . El numero de estabilizadores y el sistema de emplumado tiene una Importante repercusión en las características aerodinámicas de la flecha. El emplumado con cuatro elementos es más eficaz que el que consta de tres. La colocación de tres plumas. equidistantes 120° entre si. genera un par de fuerzas asimétricas que provocan un pequeño coleteo durante el vuelo. Esto se traduce en una mayor resistencia por el rozamiento. Una buena estabilización permite que la trayectoria de la flecha y su eje longitudinal sean coincidentes. Así. se obtiene una mayor velocidad de vuelo . En cuan to a la preparac1ón de la pluma. todas ellas se han prepa rado a mano Se han ut1llzado preferentemente plumas de bu1tre Para cada flecha. las plumas que la compo-

nen deben todas ellas proceder de la misma parte del pájaro. Una vez escogido el largo deseado, se practica una ranura y se parte la pluma con la longitud adecuada. A continuación el raquis es raspado para facilitar su posterior división en dos, que se efectuará con sumo cuidado para no partir el elemento. Todas ellas se unirán al astil con la ayuda de pelo de caballo, resistente y manejable al mismo tiempo (Fig. 6). El número de plumas de cada astil oscila entre dos y tres para los más cortos. No obstante, en todos los casos, cada tipo punta se ha montado siempre en astiles con 2 y 3 plumas. Los estabilizadores de cuatro elementos se han reservado para los astiles más largos, a partir de 130 mm. La longitud de la zona emplumada oscila entre los 12 y los 20 cm. Mientras que la anchura de la pluma, una vez cortada, se sitúa entre 1 y 4,5 cm. El ángulo de emplumado, formado por el astil y el inicio de la pluma en su parte distal, presenta valores que van desde los 106° a los 155°. Esta variación responde a si la pluma ha sido o no cortada. El culatín es la ranura que se practica en el extremo proximal de la flecha para insertar la cuerda. Junto al astil, es uno de los elementos más importantes de la flecha Y de~e estar perfectamente alineado con el mismo. De lo contrano, la energía liberada por la cuerda no se transmitirá a lo larg~ del eje longitudinal de la flecha y la trayectoria de ésta no s~ra paralela al arquero, sino oblicua. Puede ser exento o est~r Incorporado en el propio astil, como en nuestro caso, med1ante el tallado de una ranura de tamaño suficiente para ·msertarlo en la cuerda. Así, el culatín se genera mediante una ra~ura · · · s slemen el extremo proximal de la flecha, cuya onentac1on e pre contraria a la que presenta el cajeado de la punta. Las puntas cinegéticas que montan las flechas presen. · y t1pome · · tn·ca · La elec-. tan una gran diversidad morfolog1ca ción de una punta dependerá del tipo de pieza Y la modalidad de caza. En la actualidad, para la caza con arco se . ·mpacto, de arrastre Y de emplean tres t1pos de puntas.. de 1

corte. Lógicamente, las PAP son puntas de cort~, que pro. d'd mas1va de sanvacan la muerte del animal por una per ' a gre o bien al alcanzar un órgano vital. Este tipo se emplea as de caza menor para la caza mayor y para aque11as pres _ no pueden ser cobradas empleando los que por su tamano

tipos anteriores. Pueden ser planas (dos cuchillas), como las PAP, o de estrella (tres o más cuchillas). Sobre estos astiles se montaron réplicas de PAP de los niveles solutrenses del yacimiento de la Cueva de Ambrosio. En total se escogieron 12 ejemplares procedente: de Sol~­ trense Superior Evolucionado, Solutrense Supenor. Y sedimento revuelto. Esta muestra abarca todos los subtipos establecidos para este proyectil. . Debido a las dificultades que plantea la talla expenmental de estas puntas y el objetivo del estudio. que se basaba en la balística y no en la eficacia cinegética. se optó porrealizar moldes de las piezas en lugar de réplicas en sílex

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O Paleolítico - Actas do IV Congresso de Arqueologia Peninsular

arqueológicas (p.e. Bergman y Newcomer, 1983: Carrére y Lepetz, 1988: Odell y Cowan, 1986), existen otros de carácter analítico que se alinean con los presentados aquí (Carrére. 1990). Éstos nos permiten conocer aspectos relativos a la capacidad de las armas prehistóricas para realizar su función (Márquez. 2004 ). Los experimentos objetos de este estudio se han realizado en las instalaciones del Departamento de Balística y Grupo Técnico de Tecnología de la Policía Científica de Madrid. Se contaba con una galería de tiro que permitía realizar el experimento en las condiciones más adecuadas (Fig. 8). El equipo de medición (modelo Drello y BAL4042 V-computer) proporciona medidas de la velocidad del proyectil en m/sg. En este sentido deseábamos contar con las condiciones más controladas posibles. Así. hemos optado por utilizar un único medidor. Los arcos fueron montados sobre un bastidor para impedir variaciones en la apertura que ocurren cuando se dispara normalmente (Fig. 9). De esta forma hemos podido estandarizar en todos los casos la apertura del arco (40-50 cm). Hemos de comentar que en el caso del arco tradicional de olmo, éste "ha tardado en calentarse", por lo que. al principio, la apertura ha sido ligeramente menor. Para que las medidas sean registradas por el aparato, la flecha debe pasar a través de un arco y de dos células fotoeléctricas. Si la flecha no mantiene una trayectoria rectilínea no se pueden efectuar las mediciones. Sin embargo. como veremos. el vuelo de las mismas ha sido correcto y, por lo general. no han existido problemas en este sentido. Se han tomado dos mediciones. la primera, al inicio del disparo y la segunda a una cierta distancia para controlar la pérdida de Energía cinética. Así, el primer medidor se ha colocado a 1,1 O m del arco para medir la velocidad inicial (Velocidad 1), mientras que el segundo medidor, que ha recogido la velocidad final (Velocidad 2) fue situado a 8,5 m del mismo. Posteriormente, las medidas recogidas en m/sg han sido transformadas en Energía cinética (ECo para la energía inicial, Ec1para la energía final y Ec, que marca la pérdida de energía entre el momento del disparo y un momento situado a la distancia elegida). Se han realizado 58 disparos. Entre las variables contrastadas para testar su influencia en el vuelo de la flecha y, como ya hemos visto más arriba. se encuentra el tipo de arco. Además, aunque se han registrado todas las variables relativas a las características de las flechas, las que posteriormente se han tomado en cuenta a la hora del tratamiento estadístico han sido el peso total de la flecha (tomado en gr). la longitud total de la flecha (medida tomada en cm) y el número de plumas. Se ha realizado un estudio de ANOVAS que permite el análisis de la varianza buscando las diferencias significativas entre medias. Para poder utilizar los datos obtenidos del expenmento. se ha procedido a convertir en variables categórrcas tanto el peso

Para su fabricación se utilizaron moldes bivalvos en silicona de alta resolución (Silicona RTV 863). Este sistema de trabajo permitió reconstruir la morfología original de aquellas piezas que presentaban pequeñas fracturas. Los moldes bivalvos se rellenaron con resina de poliéster de 2 componentes (Cronolita 10.700 EF Activ), que mediante la dosificación del catalizador permite controlar el tiempo de solidificación. Para obtener un peso idéntico al original, la resina de poliéster fue cargada con polvo de mármol (marmolina) y óxido y hierro pulverizado (ocre). Después de diversos experimentos, empíricamente se llegó a la proporción exacta de cada punta. En líneas generales para cada 20 cm3 de resina de poliéster se necesitan 22 gr de ocre y 17 de marmolina. Incluso, en algunos ejemplares el peso obtenido fue mayor que en el original, para poder comprobar en los lanzamientos como afectaba a la trayectoria y velocidad de la flecha. Los pesos de las puntas oscilan, según los tipos, entre los 0,40 y los 4,60 gramos y su longitud total entre los 20 y los 51 mm. Estas puntas fueron insertadas en los astiles mediante un cajeado en el extremo distal de los mismos (Fig. ?a). La incisión fue siempre perpendicular a los anillos de crecimiento de la madera (a contraveta) para evitar, en la medida de lo posible, que la fuerza del impacto rajara el astil. De esta forma, el pedúnculo de la punta queda embutido en el vástago. Éste, en su extremo distal tiene siempre una morfología cónica para adaptar su diámetro al ancho del pedúnculo. Casi siempre, las dos pestañas de madera que se crean para el enmangue invaden parte del extremo inferior del cuerpo de proyectil y terminan siempre en punta para evitar cualquier rozamiento suplementario durante la penetración. Las puntas son fijadas a los astiles mediante una almáciga formada por resina de pino (50%), cera de abeja (30%) y ocre (20%) como aglutinante para formar una mezcla homogénea parecida al lacre. Para ligar estos tres elementos se necesita una fuente de calor no muy elevada, alrededor de 120°. Valores superiores al 50% de resina de pino vuelve el pegamento demasiado quebradizo (Fig. 7b). Una vez que esta mezcla empieza a endurecerse, el enmangue es reforzado con tripa fresca de cordero. La tripa no solo se aplica a la unión del vástago de madera con la punta. sino también en la parte inmediatamente inferior, para reforzar la parte más frágil del astil. De esta forma. cuando la tripa se seca queda totalmente adherida a la flecha y muy tensa. pero sin apenas incrementar el grosor del conjunto. 2.3. Los lanzamientos Algunos autores han realizado experimentos que buscan contrastar las características balísticas de conJuntos homogéneos de proyectiles. Frente a los de carácter replicativo. y encammados a contrastar huellas de uso expenmentales con

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Las puntas de aletas y pedúnculo del Solutrense Peninsular. Un programa experimental

BIBLIOGRAFÍA

como la longttud de la necha. En el caso del peso. se agrupan las nechas en pesadas (H =heavy) o ligeras (l = light), dependtendo de St su peso es mayor o menor respectivamente de 30 gr En cuanto a la longitud de la flecha, éstas son agrupadas en cortas (S =short) o largas (l =long) dependtendo de si el largo es mayor o menor respectivamente de 90 cm

BECKER, C. J. 1945. Ein 8000-aarig Stenalderboplads i Holmegaards Mose, Fra Nationalmuseets Arbeidsmark: 61-72. BERGMAN. C. A. & NEWCOMER, M. H. 1983. Flint arrowhead breakage: examples from Ksar Akil, Lebanon, Journal of Field Archaeology, 10: 239-243.

Se ha dectdtdo no mcluir los datos obtenidos de los disparos procedentes de las nechas más largas. las emplumadas con 4 plumas. ya que su funcionamiento ha sido defectuoso y dtstorstonan el análisis.

CARRERE, P. 1990. Contribution de la balistique au perfectionnement des eludes techno-fonctionnelles des pointes de projectiles prehistoriques. Paléo, 2: 167-176.

Las flechas dtsparadas con ayuda del arco laminado de 40 hbras presentan una Ec, significativamente menor que las dtsparadas con el de 50 libras (Cuadro 1; Figura 10). En la tabla inferior vemos. en negrita. los valores de las medias de Ec. para los dos arcos mencionados (Cuadro 2) . El arco de 40 libras de olmo seria. por otra parte. el que perdería menos energía en tre los dos puntos en los que se ha medido la veloctdad .

CARRERE, P. & LEPETZ, S. 1988. Étude de la dynamique des pointes de proyectiles. Mémoíre de Maitrise. Panteón Sorbonne. FORTEA, J. & JORDÁ. F. 1976. La cueva de Les Mallaetes y los problemas del Paleolítico Superior del Mediterráneo Español. Zephyrus, XXVI-XXVII: 127-166. JACOS-FRIESEN, K. H. 1950. Buchbesprechungen: Ur-und Frühgeschichte, GWU, 1. JARDÓN-GINER. P.; JUAN-CABANILLES, J.; MARTÍNEZ-VALLE, R. & VILLAVERDE-BONILLA, V. . 2000. Les pointes solutréenes de facies ibériqu~ el les pomtes néolithiques: étude de la morphologie, de la typologte el des fractures. Anthropologie el Préhistoire, 111: 44-53.

En cuanto al resto de las variables, sólo el número de plumas parece tener mayor importancia. Se observan diferenctas para su mteracción con la Eeo. pero no son estadísticamente signtficativas. En este sentido, las flechas emplumadas con 3 plumas presentarían una Eeo menor que las emplumadas con 2 (Fig. 11 ).

MÁROUEZ,B. · 2004. Los análisis traceológicos como forma de reconstrUif 1as actividades prehistóricas: el caso de la caza. 1•0 E. Baq~ed~no & S. Rubio (eds.). Miscelánea en Homenaje a EmlllanoAgwrre. 300-311 Arqueología (Zona Arqueológica, IV: 4).

Asi mismo. se observan diferencias. aunque no significativas desde el punto de vista estadístico, y esta vez tanto pa ra la Energía cinética inicial como final. entre las flechas cortas Ylargas. En los dos casos. la Ec0 y Ec 1 de las flechas cortas (S short). tiende a ser menor que la de las flechas más largas (l Long) (Figuras 12 y 13).

=

MUÑOZ, F. J. E t antábrico· 2000 Las puntas ligeras de proyectil del Solutrense xrae . 1• análi~is tecnomorfológico e implicaciones funcionales. Sene ~~ a Abierta. Universidad Nacional de Educación a Distancia. Madn ·

=

Podemos concluir así que desde el punto de vista balístico, los disparos efectuados con los arcos y puntas de pedúnculo y aletas solutrenses han sido del todo satisfactorios en cuanto a trayectorias y efectividad . El aumento de la muestra permitirá confirmar si las variables que muestran tendencias mfluyen significativamente desde el punto de vista estadístico en la velocidad de la flecha.

ODELL. G. H. &COWAN, F. mal 1986. Experiments with spears and arrows on animal targets. Jou of Field Archaeology, 13: 197-212. PERICOT. l. . 1942. La Cueva del Parpalló (Gandía). Excavactones del ~.I.P. de la Diputación de Valencia. Instituto Diego Velázquez. Madnd. PETERSSON. M. · L h lt 1951. Microlithen als Pfielspitzen; ein fund aus de~ Ltlla. os. u Moor, Ksp. Loshull. Meddelanden fran Lunds Univers1tets H1stonska

AGRADECIMIENTOS

Museums: 123-137.

SMITH, P. 1966. Le Solutreen en France. Bordeaux. Delmas.

Queremos agradecer a las siguientes personas su ayuda tanto desde el punto de vtsta técnico como aportando materiales que han hecho postble la realización de esta experimentación: Personal de la Secc1ón de balística y en general de la Policía Ctentífíca de la DGP (Madrid). Florencia Correa . Salvador Legaz. Antonto Aguado . Justo Gullérrez. Matías Moreno. Francisco Fer· nández. y en espectal José Luis N1eva y Jorge Bugarín. V1ttono Bnzzt (Bologna) . Laura Longo (Museo de Htstoria Na· tural de Verona) . Sergto Rtpoll (Universidad Nactonal de Educactón a 01stancta . Madrtd). Carmen Cacho (Museo Arqueológtco NactO· nal Madfld) Jesus Rodnguez (Museo Nactonal de Ctenctas Natu· rales Madndl Juan Gomez ¡Madnd) y Dantel Cruz ¡Madndl

SPINDLER, K. 1993. L'equipaggiamento dell'uomo dei ghiacci. L'uomo dei ghiacc1: 102-153. Pratiche pe editrice. TROELS-SMITH. J. 1961 . El Pileskaft fra Tidlig Maglemosetid (an arrowshaft from the early Maglemos1an), Aarbóger for nordisk Oldkyndigfled og flistone. 122-146

.137

O Paleolítico - Actas do IV Congresso de Arqueologia Peninsular

CUADRO 1. Resultados de la Anova realizada a partir de las variables "Tipo de Arco". "N. 0 de plumas·. "Peso de la flecha" y "Longitud de la flecha" para la "Ec1·. En negrita la variable que resulta significativa: "Tipo de arco·. SS

Degr. of freedom

MS

F 361.7748

lntercept

2,898261E + 09

1

2,898261 E + 09

p 0,000000

-· -

Arco

1,094469E + 08

2

5,472346E + 07

H.• plumas

4,617316E + 06

1

4,617316E + 06

ArrowW

2,110719E + 05

1

2,110719E + 05

6.8308 0,002986 - - -- 0.5764 0.452554 - --- ------ 0,0263 0,871939

Arrowl

1,150137E + 07

1

1,150137E + 07

1,4357

Error

2,964155E + 08

37

8,011230E + 06

-

--

- -·-

-- -

-

-----

0,238462

1--- -

--

CUADRO 2. Medias de los resultados obtenidos en cuanto a velocidades de las flechas. A partir de las mismas, se ha calculado la energía cinética al inicio (Eeo). la energía cinética en un segundo punto (Ec1) y la pérdida de energía (Ec,). MEDIAS

Eco

Ec1

Ecr

Vel1 m/sg

Vel 2 m/sg

40 LIB OLMO

15486,20

8949,92

-6536,28

32,49

29,32

40 LIB LAM.

18033,56

7812,06

-10221,5

33,99

26,31

50 LIB LAM.

18988,26

10195,77

-8792,49

34,34

31,58

438

-·--

las pun1as de aletas y pedúnculo del Solutrense Peninsular. Un programa experimental

~ 12

11

o

2

14

JCM.

FIGURA 1. Puntas de pedúnculo y aletas procedentes de Cueva Ambrosio.

439

O Paleolítico - Actas do tV Congresso de Arqueología Penonsular

1. Corral Blanc

14. R. Bubo 15. Cantos Visera 16. Hemández Ros 17. Mortolítos 18. Cejo Pantano 19. H. Pescadores 20. Barranco Hoz 21. Ambrosio 22. Serrón-Palíca 23. P Cubillas 24. C. de los Ojos 25. B. Zafarraya 26. Higuerón-Suizo

2. Pla de la Pitja 3. Balsa de la Dehesa 4. Mallaetes 5. Parpalló 6. Llop 7. Pocs 8. Maravelles 9. Barranc Blanc 10. Font M 8 Rosa 11. Capurri 12. Montgó 13. Beneito

27. C. Humo 28. Bajondíllo 29. Tajo Jorox 30. Sewell 31. Cubeta Paja 32. Chorrito 33. C. Levante 34. Fontanilla 35. Higueral S. Valleja 36. Llanos D. Pedro 37. C. Higueral 38. Pirulejo 39. Peña Grieta

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Q CUEVA

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* AIRELIBRE ... SOL. SUPERIOR

~ SOL SUP. EVO.

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33

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SOL. FINAL

FIGURA 2. Yacimientos del Solutrense Superior y del Solutrense Superior evolucionado del Sureste pentnsular.

FIGURA 3 Experimentos de dtsparos sobre un sarno realizados con réplicas de ptedra de puntas ligeras de pedúnculo y aletas

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las puntas de aletas y pedúnculo del Solutrense Peninsular. Un programa experimental

FIGURA 4. Réplica del arco (olmo 40 libras) utilizado en esta experimentación.

FIGURA 5. Vista del conjunto de flechas empleadas en este experimento (Foto Mario Torquemada).

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O Paleolítico - Aclas do IV Congresso de Arqueologoa Penonsular

FIGURA 6. Montaje de las plumas con ayuda de pelo de caballo.

FIGURA 7 A - Detalle del cajeado practicado a los asliles: B - Detalle de una de las flechas una vez montada y aplicada la resina.

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las puntas de alelas y pedünculo del Solutrense Peninsular. Un programa experimental

FIGURA 8. Vista de la galeria de tiro utilizada para la realización de la presente experimentación. En primer término se puede observar el aparato medidor de velocidad, con las dos células medidoras.

FIGURA 9. Vista del bastidor utilizado para fijar los arcos.

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O Paleolitico - Actas do IV Congresso de Arqueologia Peninsular

Arco;

LS Means

Curren! effect: F(2, 37)=6,8308. p=.00299 Effective hypothesis decomposillon Vertical bars denote 0,95 confidence intervals 19000

--

18000 17000 16000 15000

/

-1-

~

14000 13000 12000 11000 10000

---- ----

- r-

/

--

/

/

--

--

---

9000 8000 40 lib Olmo

40 lib. Lam.

50 lib.

,\rcu

FIGURA 10. Representación gráfica de lo anterior expuesto. Existen diferencias significativas entre el arco laminado de 40 libras y el arco laminado de 50 libras.

:-;• pluma.•;

LS Means

Curren! effect. F(1. 49)=3,7222. p=,05950 Effective hypot.hesis decomposit1on Vertical bars denote 0,95 confidence 1ntervals 23000 22000

-

-

21000 20000 ;

~

r---

19000 18000 17000

-

'-

-------- ----

16000

-

1--

15000

2

3 ~·plumas

FIGURA 11 . Representación gráfica de lo anterior expuesto. Existen diferencias. aunque no significativas desde el punto de vista estadístico. entre las flechas de 2 y 3 plumas en relación con la Energía cinética inicial (EcO).

444

--

Las puntas de alelas y pedünculo del Solutrense Peninsular. Un programa experimental

ArrowL ; LS Means Current effect F(1. 49)=3.6593. p=.06161 Effect1ve hypothes1s decompoSition Ven1cal bars denote 0.95 confidence intervals 25 000 2-1 00 0 23000 22000 21000 20000 1:.

-

19000 18000

r-

17000

~

~

~

~

~

16000 15000

-

1-

1 1

1-1000 13000

S

l

Arrowl

ArrowL; LS Means Current eHect F(1 , 37)=1.4357, p=,23846 Effect1ve hypothes1s decomposition Vert1cal bars denote 0.95 confrdence intervals 18000

- -

17000 16000 15000

,

14000

-

:....:

'-

13000

-------

12000 11000 10000

-

-------1

1-

1

9000

l

S

Arrowl

FIGURAS 12 y 13. Representación gráfica de la influencia en la Energía cinética inicial (gráfica superior) y la Energía cinética final (gráfica inferior) de la longitud de las flechas.

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