Las palabras nos engañan

July 27, 2017 | Autor: M. ARIAS Páramo | Categoría: Literature, Literatura, Filosofía, Teoría Crítica
Share Embed


Descripción

Entrevista a Mariano Arias

«Las palabras nos engañan» CULTURA El Comercio, 05.04.10 - 02:38 DIEGO MEDRANO | OVIEDO. Mariano Arias (Oviedo, 1961) tiene aires de Tintín escéptico de todo, filósofo a ratos, escritor total, fotógrafo naturista, coleccionista de robots años 40 y teterías orientales, sabio encendido, esteta de jerséis rayados y torres de libros que se vienen abajo. Ha leído hace no tanto su tesis doctoral-cum laude -'El escriba sagrado'- y muchos le recuerdan todavía por su excelente novela 'El silencio de las palabras' -Finalista del Premio Nadal en 1991-, la colección de relatos 'Il Finimondo' -con varios premios internacionales en su haber- o el prestigioso Premio Juan Rulfo de Relatos (1992). El piso, amurallado de libros hasta en los rincones más insólitos, biblioteca culta y leída de un tirón, tiene tres secciones fuertes, que también son buena parte de su credo y de su vida entera: Filosofía y Política, Literatura Hispanoamericana y Poesía. Padre putativo es don Gustavo Bueno, amigo de buena parte de su familia y mucho mas que un maestro. Amigo íntimo, casi un hermano, el poeta Javier Almuzara, a quien considera la mejor pluma poética de esta región junto con el también borgeano y culto Pelayo Fueyo. Hablamos al desgaire, como que no quiere la cosa, en principio sobre esa contradicción latente y vieja entre pensamiento, o filosofía, y creación literaria. «A mí no me supone ninguna contradicción -matiza Mariano-. Somos pensamiento y ficción. No soy escéptico ni mucho menos pesimista. Mi modelo fue durante muchos años el 'Flaubert' de Sartre. Ahí cabe todo: ensayo, novela, crítica, lo que quieras. Somos hombre y método». Intento preguntar por su obra más hermosa, 'El silencio de las palabras', pero me corta al instante. «A mí lo que me interesa, y en lo que llevo toda la vida, es en una gran reflexión sobre el lenguaje con independencia de todo lo demás. Las palabras están vivas. Son como insectos. Mi obra del Nadal es una reflexión sobre la literatura. Mi tesis, 'El escriba sagrado', una investigación sobre el origen de la escritura y su asunción por parte de toda civilización. La obra del Nadal vendría a decir algo así como que hasta los intelectuales saben matar, un tema complejísimo, que nos llevaría horas». -¿Por qué no seguiste en la ficción tras aquél gran empujón? -Por algo muy importante, me di cuenta que lo que quería decir no lo podía hacer bajo el género novelesco. Buscaba algo más importante que contar una historia. Explicar, qué es la escritura. Algo que no consiguió decirnos ni el Formalismo ruso, ni la escuela Americana ni mucho menos la Francesa. Los géneros son una consecuencia, si quieres, pero no la causa: una evolución de cómo la imaginación comenzó a 1

desarrollarse para contar. Mi pasión es la literatura que los trasciende, el 'Ulises' de Joyce, si quieres, o la propia literatura hispanoamericana, que es sucintamente oral, muy traviesa. Quise ir al origen de todo, simplemente. En un reto honesto y muy mío.

2

-¿Por qué es tan importante la escritura, Mariano, no salva ninguna vida y condena otras muchas? -La escritura modifica el pensamiento, la religión y el trueque económico o las primeras organizaciones políticas. Es una de las razones más importantes del desarrollo del hombre. Sin alfabeto, si te fijas, no hay ni religión, imposible cualquier creencia en Yahvé. A nivel personal, mantener la memoria, es la verdadera sino única tradición histórica relevante, algo que sin escritura resulta imposible. -¿Con qué escrituras te quedas de la contemporaneidad? -Con muy pocas, no se arman las historias bien. Los clásicos nos quedan porque arman su época a la perfección. No se piensa en muchas novelas actuales; los personajes no piensan y eso trasluce, se ve, funciona todo como un inmenso error. La habilidad o tensión del escritor debería estar ahí. Las palabras nos pueden, Diego, tienen identidad por si mismas, el escritor jamás las domina del todo, de ahí mi tesis. No han sido creadas por Dios sino por el propio hombre, la guía telefónica no es un libro. Necesita estar dentro un perfecto orden lógico, un 'symploké' platónico o filosófico si quieres, necesita una historia dentro perfectamente trenzada, armada, para ser un libro. -¿Escribes tal vez para un publico demasiado selecto, Mariano? -Rotundamente, no. No escribo para el gran público ni para uno selecto. Escribo para mí. La escritura sería la laguna sagrada del pensamiento. Aprender a pensar dentro de aquélla, el máximo reto. ¿Cómo se pensaba tres mil años antes de Cristo? Resulta imposible hacerlo en cuneiforme, el lenguaje es algo que se consigue o logra con el tiempo. El que se decide a escribir se da a algo que no controla, la escritura queda siempre fuera de ti, no busco la enajenación de las palabras sino su contrapunto idóneo, su racionalidad más plena y compleja. Un ejemplo: en las cartas de amor, parece que es donde hay menos racionalidad, pero es todo una quimera. Son puro logos. La letra, en este sentido, siempre implica dos cosas: a) conocimiento de uno mismo. Por qué actuamos. Toda una moral, una conducta... y b) Conocimiento de los demás. Del mundo que nos rodea. La comprensión exacta de la guerra de Irak o de nuestra vecina con rulos del cuarto. El ensayo sobrevive a cualquier otro género, por eso los periódicos, el que sea, están repletos de magia por doquier. -No te gustan demasiado los escritores esteticistas. -No demasiado. Mi modelo podría ser, en este aspecto que dices, el Julio Cortázar de 'La casa tomada', que va directamente al problema de Nicaragua y huye de manierismos. Borges está bien, muy bien, qué duda cabe, pero no se mete en su tiempo, no se implica. Tiene una experiencia lectora fortísima pero nada más. -¿Podrías decirme, Mariano, en lenguaje coloquial, el fondo o moraleja de tu compleja tesis? 3

-Sí. Las palabras nos engañan. Creemos que tenemos un conocimiento del lenguaje pero es errado. -¿Fue antes la palabra que la música? -Eso carece de importancia. La escritura ayuda a la música, van ambas en la misma sintonía. Constituyen los primeros aparejos del proceso de imaginación del hombre. La escritura griega, por ejemplo, sabemos cómo era en toda su magnitud, sin embargo su música no nos ha llegado. -Tu gran reto parece ser un libro inédito que tienes. Háblame de 'Imagina, bosque, imagina'. Sé que es tu gran empresa'. -Bufff, terribles todos los años que llevo con él. Lo tienen ahora varios editores. Sería algo así como un artefacto de pensamiento, ficción, imagen y erudición. Mucha cita literaria, mucho origen acerca de la escritura, mucha fabulación y, al principio de todo, o como excusa o invitación para todo lo demás, la naturaleza. Algo así como describir una ontología que fuese: hombre-naturaleza-soledad. Integrar al hombre en la naturaleza y rescatar de ésta todos los lugares donde está presente el propio hombre. Cualquier inmersión en la literatura de Arias Páramo garantiza la intensidad, otra clase de fuego, pruebas de combate y duros sacrificios, reto o caramelo no apto para todas las mentes, aunque sí para la mayor parte de los bolsillos. Mariano no claudica, sigue a lo suyo, ajeno y esperanzado, huidizo, pero repleto de galones de una guerra que en este país sólo él bate en solitario. Me gustaría pedirle sus cartas de amor, pero no me atrevo, por si me corta el cuello con uno de esos basiliscos que hace él en bronce.

4

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.