Las novelas de Corín Tellado y la construcción del ideario romántico femenino en México (1960-1970)

June 7, 2017 | Autor: Ana Quiroz | Categoría: Literatura Femenina, 70s, The 60s, Novela Rosa
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Descripción

Las novelas de Corín Tellado y la transformación de la vida cotidiana en México (1960-1970) Introducción En esta investigación estudiaré el fenómeno que fueron los cuentos y novelas de Corín Tellado en América Latina, especialmente me referiré al caso de México entre las décadas de los 60’s y los 70´s del siglo XX, época de auge de estos textos; por otro lado debido a este importante fenómeno, dichos escritos tuvieron una gran repercusión en la vida cotidiana de las mujeres y ayudaron a conformar la mentalidad de la clase media mexicana de esos años. Para llevar a cabo este trabajo realizaré primero, una breve reseña sobre la obra de Corín Tellado y cómo esta se difundió por Latinoamérica a través de la Revista Vanidades; continuaré describiendo brevemente el contenido e ideas plasmadas en estas novelas, para después revisar el

impacto

que

Latinoamérica,

tuvieron

tomando

en como

referencia el caso de México.

Corín Tellado: Obra y Difusión. María del Socorro Tellado (1927-2009), fue

una

escritora

de

novela

rosa

asturiana, la cual a lo largo de su carrera vendió más de 400 millones de ejemplares; comenzó su obra literaria en 1946 durante el boom de la misma en España.

Este

tipo

de

novelas

se

desarrolló bajo el régimen de Francisco Franco, el cual según el texto de Matilde Peinado y José Luis Anta “Educar para el matrimonio en femenino: modelos y prácticas en la literatura de posguerra”1, creó un modelo de mujer -este punto será desarrollado a detalle en el segundo apartado- que en el matrimonio tuvo un modelo ideológico y de práctica constituido de valores católicos y consumistas con un lenguaje erótico velado- los cuales en Latinoamérica fueron difundidos ampliamente. Por otro lado el argumento general de las novelas de Tellado versaba sobre el amor, que se caracteriza según palabras de la propia Corín como: [Algo que] nunca pasa de moda y aunque mis novelas puedan parecerse entre sí, todas son diferentes. El desamor es lo que más está presente en ellas. Antes de que el divorcio fuera aprobado en España yo lo abordé en mis relatos, claro está que ambientando las historias en otros países. Hay gente que ha aprendido a leer con esos escritos míos y aunque se insista, al citarme, que todos mis lectores son poco menos que analfabetos o de baja condición cultural, quiero que se sepa que no es así; que los hay de muy elevado círculo social, cultural y económico.2 Esta autora ha sido fuertemente criticada por dedicarse a la novela rosa/comercial, al ser este considerado como un género menor y consagrado a 1

Matilde Peinado Rodríguez y José Luis Anta Fernández. “Educar para el matrimonio femenino: modelos y prácticas en la literatura de posguerra” en Athenea Digital. Julio 2013. p.p. 35-46. 2 Manuel Román. Corín Tellado, la escritora de amoríos que fracasó en su matrimonio, en “Libertad Digital Libros”. Consultado el 10 de octubre de 2015. http://www.libertaddigital.com/cultura/libros/2015-04-12/corin-tellado-la-escritora-deamorios-que-fracaso-en-su-matrimonio-1276545249/

las mujeres, a pesar de estas críticas Corín Tellado fue una escritora muy popular en España, Latinoamérica y Estados Unidos, parte de su éxito se debe a la importante difusión de su obra en estos países. En España la editorial Bruguera fue la responsable de la publicación de su primera novela, y debido al gran éxito que esta tuvo firmó un contrato de exclusividad con Corín Tellado por 24 años, por lo que se encargó de la publicación y distribución de sus escritos durante los años cincuenta, sesenta y setenta del siglo XX. En los años cincuenta Francisco Saralegui, comenzó a piratear las novelas de Corín en su revista “Vanidades de Cuba”3, pero cuando la Revolución Cubana triunfó en 1958, Fidel Castro canceló la publicación de revistas femeninas: debido a su carácter banal, a que promovían un modelo pernicioso para el comportamiento de la juventud, además fomentaban una ideología consumista y llena de modelos extranjeros, todo lo cual iba en contra de la revolución. Debido a dicha prohibición Saralegui se trasladó a Miami, en donde comenzó a publicar su revista, hasta 1961 año en el que vendió “Vanidades” a Publicaciones Culturales. En 1967 la editorial cambia su

nombre

a

Publicaciones

Continentales, esta empresa formaba parte del Bloque de Publicaciones Dearmas,

el

cual

era

un

grupo

hegemónico editorial y distribuidor en América Latina. Gracias a esta editorial las novelas de Corín Tellado llegan a México

en

1960,

en

la

revista

“Vanidades Continental”. 3

Tiempo después hubo un acuerdo entre Bruguera y Vanidades para continuar con la publicación de estos textos. 50% para Saralegui y 50% por cien para Francisco Bruguera y Corín Tellado.

De acuerdo con Alicia G. Andreu en el texto “Difusión y distribución de Corín Tellado en Hispanoamérica”4, las novelas eran un “[…] gran imán de atracción para el consumo de la revista.”5, ya que dentro de sus páginas se fomentaba un estilo de vida lujoso y lleno de grandes marcas, como las publicitadas por “Vanidades Continental”.

Novelas de Corín: Contenido e ideas. Como expuse anteriormente, todas las novelas y cuentos de Corín tratan sobre el amor romántico y generalmente terminan en matrimonio con el hombre idealizado en príncipe azul, el esquema de vida de la protagonista, se podría resumir en: de casa al colegio, del colegio a la universidad, de la universidad a la casa para cuidar al marido y los hijos. Lo novedoso de estos textos -para la época y el género- era que las protagonistas femeninas pertenecían a clases sociales medias y altas, que contaban con estudios universitarios y llevaban una vida liberal llena de suntuosidades, aunque estas historias siempre terminaban con el casamiento de los protagonistas, estos debían de pasar por una serie de vicisitudes –embarazos, engaños, peleas- y además por lo general existía el sexo prematrimonial entre ellos; la ambientación siempre se daba en Europa Occidental. Las novelas de Tellado contenían un discurso altamente consumista, que complementaba los contenidos de Vanidades a la perfección y establecía un statu quo -que continuando con lo dicho por Alicia Andreu- presentaba a una “mujer de la alta burguesía en un estado industrializado de estrato capitalista.”6, lo cual creaba un “mercado femenino constantemente insatisfecho”7 que impulsaba a las lectoras de esta revista a consumir bienes de acuerdo con la moda. Las protagonistas de esta novela tienen de base un discurso moralista-tradicional que es recubierto por una vida de ostentaciones, la cual si no pude ser satisfecha por 4

Alicia G. Andreu. Difusión y distribución de Corín Tellado en Hispanoamérica en “Hispania”. Vol. 92, No. 3, p.p. 624-634. 5 Ibíd. p. 626 6 Ibíd. p.629 7 Ibíd. p.629

las propias “heroínas” es resuelta a través del matrimonio; esto se constituye como un doble discurso en donde la mujer para obtener los objetos de moda y lujo que desea debe someterse a un hombre que la provea y vuelva dependiente, que se transforme de la mujer “libre” que fue en un ente pasivo que se dedicará por sobre todas las cosas a su marido y a sus hijos. Es un doble discurso ya que las protagonistas al inicio de los textos aparecen como mujeres independientes y “rebeldes” que van en contra de los valores tradicionales, pero que al momento de enamorarse regresan a la tradición y aunque continúan con algunas libertades –trabajan, siguen preocupándose por verse bien, etc.-, la familia se constituye como el núcleo de su vida, deseos y aspiraciones con lo cual termina siendo un ama de casa “moderna” pero igual de sumisa que las más tradicionales. Por otro lado, el gran éxito de las novelas de Corín Tellado puede ser explicado a través de los elementos eróticos que eran mostrados en estos textos de manera eufemística y metafórica, lo cual era necesario para evitar la censura. Estos aparecían como una suerte de manual para las lectoras, ya que en este tiempo “[…] se suponía que el amor tenía que ser el centro de sus vidas pero nadie les aclaraba nada sobre él.”8; como señalan Matilde Peinado y José Luis Anta: Cuando se alcanza la edad de merecer, todo un universo de enseñanzas y consejos planean sobre estas jovencitas: la moda, la belleza, los consultorios sentimentales, los relatos amorosos... todos convergen al binomio amor-matrimonio como el camino hacia la felicidad. Sin embargo, desde parlamentos superficiales, materiales que, lejos de profundizar en las relaciones o instituciones humanas recurren de nuevo, en la inmensa mayoría de los casos, a las formas, al decoro, a los modales, siendo el trasfondo de todos los miramientos y cuitas, la castidad femenina, revestida de pudor y recato, atribuyendo a aspectos formales, materiales, comportamentales o incluso gestuales, en numerosas ocasiones de enorme trivialidad, cualidades morales y moralizantes, que en el caso del colectivo femenino eran 8 Encarna Alonso Valero. “Corín Tellado y la Novela Rosa”. OGIGIA 12. p.39

revestidas de enorme trascendencia, al hacer depender de ellos el éxito del cortejo. Una “mujer para casarse” se le nota en lo pulcra, ordenada, equilibrada, sencilla, íntegra y prudente, pues los hombres, aunque buscaran el entretenimiento que proporcionan las relaciones con mujeres fáciles, elegirían para esposa a una mujer de cualidades semejantes a su madre […]9 El manual que al que aludí en las líneas precedentes, debía servir a estas lectoras para poder colocarse en el “mercado matrimonial”, saber cómo comportarse ante un hombre y conocer los ritos que se suponía debían cumplir –cortejo, noviazgo, matrimonio, relaciones sexuales- para poder convertirse en una mujer casada y por lo tanto completa.

Sociedad mexicana y el impacto de la novela rosa Como mencioné en el primer apartado de este trabajo, las novelas de Corín Tellado llegaron a México en 1960 a través de “Vanidades Continental”, época en la cual el país atravesaba por una serie de cambios que se venían desarrollando desde 1900 y que desarrollaré muy brevemente a continuación. Según lo dicho por Kirsten A. de Appendini, Daniel Murayama y Rosa María Domínguez en “Desarrollo desigual en México 1900 y 1960”10, durante el Porfiriato México entró al mercado mundial, ya que se convirtió en un importante productor de bienes primarios de exportación lo cual trajo como consecuencia la paulatina modernización del país, por medio de la introducción del ferrocarril, el telégrafo, el mejoramiento de los puertos, creación de latifundios, importación de maquinaria, etc.; lo que permitió el desarrollo de centros urbanos muy importantes en el norte (ganadería e industria minera) y en el centro del país (agricultura e industria textil), los cuales contaban con mayores ingresos económicos, mayor acceso a la educación y a la salud; lo cual creo brechas con respecto a las zonas rurales, ya 9 Peinado. Op. Cit. p. 41 10 Kirsten A. de Appendini, Daniel Murayama y Rosa María Domínguez. Desarrollo desigual en México 1900 y 1960 en “Demografía y economía”. 1972. p. 1-39

que las regiones atrasadas subsidiaban a las avanzadas con recursos humanos principalmente, para que estas obtuvieran un mayor producto nacional en un plazo más corto. Este sistema puede equipararse con la clasificación agraria de sembradíos intensivos, en donde la producción se concentra en determinados espacios que son abonados (centros urbanos à gran inversión en infraestructura), en vez de sembrar grandes espacios para igualar la producción. Tras la revolución y a pesar del reparto agrícola, la situación de desigualdad no cambio de manera sustancial y sólo se incrementó la producción secundaria; desde 1940 las políticas de concentración de la industria de transformación11 continúan con el esquema porfirista, ya que se aprovechan las zonas donde ya existía una estructura industrial previa para así reducir los costos de inversión en mano de obra, infraestructura, etc., aunque en el resto del país se incrementaron los centros educativos y se ampliaron las industrias secundarias y terciarias, esta desigualdad preestablecida sostuvo el esquema, debido al importante crecimiento de los centros urbanos del centro y del norte. Por el acelerado desarrollo de estos, las clases medias de estas ciudades también se incrementaron de manera sustancial; dichos estratos sociales desde 1920 y hasta 1940 -según refiere María del Carmen Collado Herrera en su texto “El espejo de la élite social”12- se encontraban bombardeados por noticias de la vida social de la clase acomodada, la cual se componía de ex porfiristas, “[…]los trescientos apellidos más viejos de la aristocracia mexicana”13; todos los demás eran:

[…] los que no tenían tipo de “gente decente” (los prietos), los que habían hecho dinero demasiado rápidamente, los que NO sabían comer en la mesa, los que pertenecían al gobierno, los que NO se sabían vestir con gusto, los que NO conocían París, los que NO 11 Es la industria que se encarga de procesar varias materias primas y transformarlas en productos terminados. María del Carmen Collado Herrera. El espejo de la élite social en “Vida cotidiana en México: siglo XX” 13 Guadalupe Loaeza. Introducción en “Manual de la Gente Bien”. Plaza y Janes p.21 12

conocían a “todo México” (el suyo), aunque también los parvenus o arribistas.

Pero a pesar de que este modelo menospreciaba a cualquiera que no tuviera uno de “los 300 apellidos”, dicho estándar era vendido como la caracterización del auténtico mexicano moderno y presentaba la forma deseable de comportamiento y consumo de la sociedad, tal patrón combinaba el nacionalismo con influencias extranjeras –europeas principalmente-, las cuales en el siguiente periodo se agudizarían. Durante el gobierno de Lázaro Cárdenas las familias aristócratas que aparecían en la sección de sociales, se vieron fuertemente perjudicadas por la repartición de tierras, lo que de su antiguo abolengo sólo los dejó con sus tradiciones y modales; lo que veinte años después -durante el gobierno de Manuel Ávila Camacho y Miguel Alemán- ocasionó que esta aristocracia se transformara en burguesía transformando los eventos retratados por las secciones de sociales. A partir de finales de los años 40’s y principios de los 50’s en los eventos sociales los “señores de gobierno”, los empresarios y los banqueros –considerados anteriormente como arribistas- fueron integrados y por tanto comenzaron a ser parte de este modelo de mexicano ideal. A diferencia de las antiguas élites porfiristas, este nuevo jet set se vio fuertemente influenciado por las modas estadounidenses, las cuales “modernizaron” a este sector –pero sobre todo al sexo femenino-, un buen resumen de esta nueva forma de vida es presentado por Guadalupe Loaeza en el “Manual de la Gente Bien”: En 1956 la mujer mexicana podía votar, fumar, beber y hasta bailar el último éxito de Bill Haley, Rock Around the Clock. La influencia de Estados Unidos se dejaba ver en muchos aspectos: la televisión, la música, los comics, las modas y hasta en las comidas. La torta de frijoles empezó a ser reemplazada por el sandwich de jamón y queso amarillo. En todos los niveles la Coca-Cola sustituía al agua de Jamaica y de tamarindo. A la salida de misa, las niñas “popis”, ya no iban a tomar chufas, sino que se dirigían a las cafeterías donde servían Milk-Shakes de todos sabores. Cuando iban a cenar con uno de sus

pretendientes ya no pedían Rompope, sino Medias de Seda. Unos días antes del 15 de febrero estas niñas corrían a Woolworth para comprar las tarjetas del Valentine’s Day. En los showers (ya no se decía despedida) se organizaban juegos cada vez más audaces. Cuando necesitaban ropa interior ya no iban donde sus madres, es decír a la famosísima Corsetería Francesa, sino a Sears y compraban sus bras de marca Lovable. Por las noches ya no usaban camisones de franela, sino Baby-dolls de nylon en colores pastel. Las sirvientas ya no iban al mercado, sino al súper. La ropa ya no la lavaban con jabón 1-2-3 sino con Fab (Fa, lo llamaban). Entonces el dólar estaba a $12.50.14 Por lo que la sección de sociales también se transformó con estos nuevos elementos estadounidenses y con la introducción de Vanidades Continental en 1960, este modelo aspiracional consumible se vio reforzado dentro de las clases medias mexicanas; las cuales dentro de sus posibilidades comenzaron a adoptar estos prototipos lo que de cierta forma contribuyó con la capilaridad social, ya que las clases más bajas comenzaron a cambiar sus expectativas de vida.

Conclusiones Las historias de Corín Tellado a pesar de ser consideradas por la crítica como un género menor, para sus lectoras fueron muy importantes, ya que además de ayudarles a configurar un ideario amoroso –tema por el cual eran consumidas principalmente- les permitieron ampliar sus horizontes de vida. El crecimiento económico y la estabilidad que se vivió durante este periodo facilitó el acceso a: mejores escuelas, mejores lugares de habitación y recreación para las clases medias y medias bajas de la sociedad, las cuales pudieron beneficiarse de esta época de bonanza para ascender en la “escala social”; este ascenso se vio completado por la adquisición de hábitos y formas de comportamiento de la clase aristocrática que estaban a su alcance a través de la noticias de sociales y las novelas de Corín Tellado. El mundo femenino fue transformandose de manera perceptible, ya que las vidas de las protagonistas de los cuentos de Corín Tellado, les permitieron conocer las 14 Ibíd. p.37

posibilidades que tenían para contribuir a mejorar su vida y por tanto la de sus familias; comenzó a desarrollarse un tipo de “liberación” de la mujer en donde a pesar de continuar como entes predominantemente pasivos, podían lograr acuerdos o concesiones de sus maridos, por ejemplo: trabajar de alguna manera, que las hijas continuaran sus estudios, comprar enseres domésticos más modernos,

adquirir

ciertos

productos

de

“lujo”

(vestidos

de

tiendas

departamentales, cosméticos de alguna marca, joyería, etc.), entre otros. Las hijas de estas mujeres al ser educadas bajo este nuevo modelo, conservaron muchas de las ideas tradicionales que la aristocracia les había mostrado a través de las noticias de sociales respecto a los modales, el amor y la sexualidad; de igual manera se fueron privilegiando las modas provenientes del extranjero, en cuanto a vestimenta, alimentos y cultura en general, siguiendo con el prototipo presentado por Corín Tellado, ya que en esta época Estados Unidos era considerado el ideal de civilización moderna. Por tanto, aunque estas novelas han sido segregadas por la crítica y por las mismas

lectoras

a

un

lugar

de

mero

entretenimiento,

analizando

las

transformaciones en la vida cotidiana durante la época -y principalmente en la vida de las mujeres-, se puede revalorar a estos textos como conformadores del comportamiento, modernización y expansores de horizontes de las clases medias y bajas; sectores que gracias a estas lecturas pudieron imaginar y algunos modificar su estilo de vida y ascender -en diferentes formas- de clase social.

Bibliografía •

Collado Herrera, María del Carmen. «El espejo de la élite social.» En Vida cotidiana en México: siglo XX., de Pilar Gonzalbo Aizpuru. México: Fondo de Cultura Económica y el Colegio de México, 2012.



Loaeza, Guadalupe. Manual de la gente bien. México: Plaza y Janes, 1997.



Alonso Valero, Encarna. «Corín Tellado y la Novela Rosa.» OGIGIA.



Andreu,

Alicia

G.

«Difusión

y

distribución

Hispanoámerica .» Hispania 624-634.

de

Corín

Tellado

en



de Appendini, Kirsten A., Daniel Murayama, y Rosa María Domínguez. «Desarrollo desigual en México 1900 y 1960.» Demografía y economía, 1972: 1-39.



Peinado Rodríguez, Matilde, y José Luis Anta Fernández. «Educar para el matrimonio femenino: modelos y prácticas en la literatura de posguerra.» Athenea, 2013: 35-46.



Román, Manuel. Corín Tellado, la escritora de amoríos que fracasó en su matrimonio.

http://www.libertaddigital.com/cultura/libros/2015-04-12/corin-

tellado-la-escritora-de-amorios-que-fracaso-en-su-matrimonio-1276545249/.

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