Las Mujeres y la Música en la Religión Egipcia: las Sacerdotisas de Hathor

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V CONGRESO IBÉRICO DE EGIPTOLOGIA

Autora: Emma Perazzone Rivero Universidad Complutense de Madrid “Ninguna mujer ejerce el sacerdocio de dios o diosa alguno”. A pesar de estas duras palabras de Heródoto, desde el Reino Antiguo en adelante conocemos a mujeres que ejercían un papel en el ritual de los templos. La Hmt-nTr era el equivalente femenino del título masculino Hm-nTr, un tipo de sacerdote particular dentro de la jerarquía del templo. Se conocen sacerdotisas Hmt-nTr principalmente en relación a divinidades femeninas, en especial a Hathor. Sus símbolos definitorios eran el uso de los sistros para apaciguar a la diosa con su sonido. Se trataba por tanto de rituales apotropáicos en los cuales las mujeres tenían un rol destacado. Este es el primer paso dentro de la evolución de los sacerdocios femeninos que, a lo largo de la historia de Egipto, se establecen dentro del clero como necesarios al culto. Las Smayt por ejemplo eran grupos de cantantes e instrumentistas que colaboraban en los cultos diarios. Podían pertenecer a todas clases sociales pero destacaban las mujeres de las noblezas locales en los cultos de cada provincia. Tanto sacerdotisas como cantantes llevaban signos distintivos, como los sistros y el collar menat, que de nuevo mantenían una estrecha relación con la diosa Hathor. Existen fuentes muy variadas que nos hablan de la música en contextos religiosos del Antiguo Egipto; iconográficas, arqueológicas y sobre todo documentos escritos. Las representaciones en paredes de tumbas privadas y de templos, y en sarcófagos son las más numerosas, así como las que mayor información nos proporcionan. Son, además, los contextos más adecuados, puesto que se pone de manifiesto el carácter sagrado de la música en rituales y ritos de culto. Por otro lado, la arqueología ha aportado restos de instrumentos diversos, desde simples objetos de percusión hasta los cordófonos más complejos. Si bien la música formaba parte de numerosos aspectos de la vida cotidiana (las escenas de banquetes en que aparecen instrumentos musicales son las más comunes, aunque también destacan tambores y trompetas en contextos militares), nos interesará acercarnos a los utilizados por las sacerdotisas, en especial los idiófonos (tipo de instrumentos que utilizan su propio cuerpo como materia resonadora), como los sistros.

Escenas de mujeres tocando instrumentos en diversas tumbas tebanas de la dinastía XIX. A la izquierda la tumba de Nakht TT52. Arriba la tumba de Khonsu TT31.

La participación de las mujeres en el templo y en los rituales funerarios se atestigua desde el Reino Antiguo. Ya en la dinastía IV se conocen grupos de “cantantes-mrt del Alto y del Bajo Egipto”, donde participan mujeres de las clases altas e incluso de la realeza. Las sacerdotisas llevaban el título de Hmt-nTr que se traduce literalmente como “sirvienta del dios”. Se trata del equivalente masculino de los sacerdotes Hm-nTr, que corresponde a un escalón dentro de la jerarquía del templo egipcio. Estas sacerdotisas rendían culto a la diosa Hathor, bajo el título de Hmt-nTr Hwt-Hr. Del mismo modo, existía sacerdotisas de otras divinidades femeninas, como las diosas Neith o Pakhet. A menudo el título de Sacerdotisa de Hathor aparece acompañado de los epítetos de la diosa, epítetos como “Señora de Dendera” o “Señora del Sicomoro”, además de calificativos referentes a la música. Los ejemplos de Hmt-nTr en el culto de Hathor se vuelven más escasos a partir de la dinastía XI. Durante el Reino Nuevo, Smayt y Hsyt son los títulos femeninos más frecuentes con connotaciones rituales y religiosas. Se traducen, según diferentes autores, como “instrumentista”, “cantante” o “recitadora”. Se preserva de este modo hasta el Reino Nuevo la afiliación con el culto en los títulos Cantante de Hathor (Hsyt Hwt-Hr) y Cantante de Amon (Smayt n imn), utilizados por Mutnedjemet, la esposa de Horemheb. En contraste con las Hmt-nTr de los Reinos Antiguo y Medio, las Smayt del Reino Nuevo servían indistintamente a divinidades masculinas y femeninas. En Tebas, donde Amon tenía su centro de culto, las mujeres ejercían habitualmente como Cantantes de Amon, aunque también lo podían ser de los demás miembros de la tríada tebana: Mut, su esposa y Khonsu, su hijo. En otras partes del país, las mujeres de las clases altas eran instrumentistas de los cultos a la divinidades locales, como Bastet en Bubastis. Es, por tanto, en el Reino Nuevo cuando los títulos Smayt y Hsyt adquieren un papel específico y determinante como responsables de la música dentro del rito diario. Serán las mujeres de la nobleza y de la realeza quienes se encarguen de este culto, a la vez que se establecen nuevos roles religiosos femeninos destacados, como lo demuestran los títulos de “Mano del Dios”, “Esposa Representación de un collar • Las Sacerdotisas de Hathor se relacionan con las representaciones musicales que tenían lugar en las decorado con cuatro de menat Amon” y “Divina Adoratriz de Amon”. sistro tipo naos en las paredes ceremonias de culto. Entonaban los “textos rituales”, que supuestamente se cantaban y a menudo eran del templo de Hathor en Dendera.

acompañados por uno o varios instrumentos, aunque esta no era su única función. • Las Sacerdotisas de Hathor a menudo aparecen representadas en las paredes de tumbas y templos, así

Molde de arcilla para un contrapeso de un collar menat. Reino Nuevo

como estelas funerarias. En su mayoría acompañan al difunto sin que exista algún lazo de parentesco con él. Encontramos ejemplos en los que son la esposa o las hijas del difunto las que aparecen representadas como sacerdotisas, tal vez por que realmente lo fueran. En la representación de rituales funerarios, estas mujeres adquieren un lugar central, frente a la divinidad. • Las Sacerdotisas de Hathor llevaban el sistro, que está particularmente asociado a su culto, al igual que el collar menat. La música se consideraba la inspiración para la renovación vital, que era esencial para el difunto. Hathor es hija de Ra, es su “ojo” y por ello lleva el disco solar sobre la cabeza. La naturaleza salvaje de Hathor se identifica con su transformación en leona. También se identifica con Bastet. En los cultos que se le rendían, una parte de la ceremonia se destinaba a apaciguar su lado peligroso, agitando el sistro. • La música y el sonido, por otro lado, tienen connotaciones eróticas. El nombre de Hathor se traduce como “casa de Horus” (siendo la “casa” literalmente “útero”). Así, Hathor recibe el carácter de diosa del nacimiento y de la regeneración, especialmente en relación con Isis. Esta última divinidad, la madre mítica, y Hathor funcionan como las dos madres; una de ellas da al rey el nacimiento y la otra el renacimiento. Las cantantes y bailarinas de los rituales hathóricos y funerarios debían asegurar que la diosa, atraída por la música, consagrara la ceremonia.

Sistro tipo naos o sSSt decorado con el rostro de Hathor. Dinastía XXVI

Sistro tipo sxm decorados con el rostro de Hathor. Dinastías XXI-XXVI

• Otro elemento común en las representaciones es la flor de loto, que simbolizaba el renacimiento, en

BIBLIOGRAFÍA

especial el renacimiento del sol. Igualmente, el sicomoro era símbolo del renacimiento, del que proviene el epíteto “Señora del Sicomoro” que se atribuye generalmente a Hathor.

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