Las Mujeres alfareras del Rif

October 2, 2017 | Autor: F. Hispano-Marroq... | Categoría: Rif, Alfarería, Artesanias Indigenas, Alhucemas
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Descripción

La Navidad del reencuentro



Cuando diciembre comenzaba a declinar, los pueblos de la antigüedad proclamaban la fiesta del solsticio para saludar el nacimiento del nuevo sol que simbolizaba la victoria del día sobre las largas noches de invierno. Con el transcurrir de los siglos, nuevas civilizaciones y nuevas religiones heredaron este espíritu para celebrar la Navidad, en la que es costumbre intercambiar deseos de prosperidad con los seres que estimamos para festejar el don de su amistad y reencontrarnos con ellos, burlando así el paso feroz del tiempo y del olvido. Con el mismo espíritu, Baleària pretende en estas fechas alentar el reencuentro con la cultura del Rif, con sus mujeres alfareras y con su trabajo milenario, que ahora se encuentra en peligro de desaparición y cuya pervivencia es vital para mantener su identidad y su

prosperidad como pueblo. Y para cumplir con estos deseos, ha optado por difundir esta cerámica que habla el lenguaje de los siglos con el fin de contribuir al renacimiento de una cultura ubicada al otro lado de nuestro mismo mar, ahuyentar las tinieblas de la desmemoria y permitir que las mujeres del rif compartan con otras latitudes geográficas lo mejor de sí mismas. Este reencuentro anhela pues que a través de estos objetos nacidos de la tierra y de estas páginas que le rinden modesto homenaje nada se pierda en el olvido.

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Fundació Baleària

Baleària Solidaria en el Rif

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La colaboración entre Baleària, a través de su Fundación, y la Fundación Al-Idrisi ha permitido la realización de este proyecto cuya principal finalidad es difundir la cerámica del Rif para salvaguardarla y evitar su desaparición, al tiempo que contribuir al desarrollo de una actividad económica y comercial en la zona. La actuación está incluida en el programa Baleària Solidaria, un instrumento de la naviera concebido para desarrollar su responsabilidad social como empresa y que prevé la aplicación de acciones concretas para mejorar las condiciones de vida de regiones desfavorecidas y contribuir a la preservación de su identidad cultural y social. En este sentido, la Fundación Baleària y la Fundación Al-Idrisi preten-

den sumar esfuerzos para garantizar la pervivencia de la cerámica del Rif, una práctica artesanal con más de nueve mil años de antigüedad que ha constituido, junto a la lengua bereber, la principal seña de identidad de la región y que ahora se ve amenazada por unas condiciones socio-económicas muy adversas. El proyecto Baleària Solidaria, además de llevar durante estas fechas tan señaladas el trabajo de las mujeres rifeñas a centenares de hogares, pretende consolidarse en el futuro a través de la creación de una cooperativa cuyo fin será asegurar los medios materiales y humanos para que esta cerámica de calidad impagable siga siendo una realidad durante las próximas generaciones, al tiempo que un medio digno de vida para las mujeres que trabajen en esta actividad. Nuestra responsabilidad social como empresa contempla un compromiso afectivo y social inquebrantable con todos aquellos territorios incluidos en nuestro ámbito geográfico. Esta filosofía es la que ha llevado a Baleària a bautizar uno de sus nuevos buques con el nombre de

Alhucemas, capital del Rif, en una decisión que subraya la vinculación de nuestra empresa con el destino, la suerte y los anhelos de las gentes que viven en el Rif, así como con la difusión de su patrimonio histórico, cultural y etnográfico. Otro de los objetivos de Baleària Solidaria es la colaboración con entidades como la Fundación Al-Idrisi, una prestigiosa institución sin ánimo de lucro que lleva diez años estrechando vínculos interculturales entre España y Marruecos, atendiendo al pasado común entre ambos países, entre Al-Maghreb y Al-Andalus. Además de numerosas investigaciones históricas y arqueológicas sobre esa identidad compartida, Al-Idrisi también trabaja en programas de carácter solidario para mejorar la realidad social contemporánea de regiones específicas como la del Rif, en un anhelo que compartimos plenamente todas las mujeres y hombres que formamos parte de Baleària.

Adolfo Utor Presidente de Baleària

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La mirada del otro

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¿Es posible existir sin la mirada del otro? No. Desde el momento que vivimos en sociedad necesitamos atraer la mirada de los otros: mirar y que nos miren. Tenemos una imperiosa necesidad de los otros porque, marcados por una incomplétude original, les debemos nuestra existencia. Textual: si no nos miraran, no existiríamos; si no miráramos, no existirían. Baleària es una empresa que vive en sociedad y es consciente que necesita a los otros para poder existir. A los trabajadores, a los clientes, a los accionistas, a los proveedores, a las instituciones, a la comunidad, a todos ellos les debemos nuestra existencia. Con todos ellos somos responsables. Y lo somos porque queremos, porque estamos convencidos de que sin esa responsabilidad no podemos existir. Más allà de lo que digan las leyes o de nuestras obligaciones, la responsabilidad se lleva a la práctica de una manera totalmente voluntaria: es un ejercicio de

libertad como empresa. Somos responsables porque estamos convencidos de que siendo irresponsables no podemos ser competitivos ni tener demasiado futuro ni como trabajadores ni como empresa. Y nuestro compromiso no es solamente con los que estamos ahora y aquí, sino con los que vendrán y ahora no están. Nuestra responsabilidad social como empresa es la aportación de cada miembro de la empresa al desarrollo sostenible: ser conscientes de que lo que tenemos no es una herencia de los que estuvieron sino un préstamo de los que estarán. Hemos crecido rápido y nos hemos hecho grandes. Y somos conscientes de que para pasar de ser una empresa grande a una gran empresa ser responsables socialmente es el camino más recto y seguro. No lo podemos evitar, estamos embarcados. Entre nuestras responsabilidades lo está serlo con aquellos miembros de la comunidad más desfavorecidos o con quienes, de manera voluntaria y sin ánimo de lucro, trabajan por mejorar su calidad de vida o la de los demás. No podemos olvidar que para ser responsable tienes que ser persona. Baleària es una empresa de personas que tiene como finalidad a las personas. Ser conscientes de esta verdad es lo que nos hace ser solida-

rios. Porque la conciencia no es más que la mirada de los otros en el interior de nosotros mismos, un espectador imparcial y bien informado, una imagen ideal de los otros que nos ayuda a distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. Y esa conciencia nos dicta que está bien que nos comprometamos con aquellos más desfavorecidos, aquellos que más necesidad tienen de que se les reconozca porque necesitan que les miremos para poder existir. Y a nosotros, que nos miren si queremos seguir. El reclamo de este reconocimiento no es ni moral (generosidad) ni inmoral (vanidad), es necesario. Y en algunos más necesario que en otros: mujeres, mayores, niños, discapacitados... A todos ellos, desde Baleària dedicaremos tiempo y esfuerzo a mirarles, porque somos conscientes de que si damos sin esperar retribución a cambio, tendremos un buen salario. A este esfuerzo por ser responsables con los más desfavorecidos le hemos puesto nombre: Baleària Solidaria. Y al club de los que nos dedicaremos a ello: Voluntaris de Baleària. J.Vicent Mascarell Fundació Baleària

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EL RIF

Barcelona Menorca Mallorca

Valencia Dénia

Ibiza Formentera

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Idardouchen

Se denomina como Rif Al-Adwa, es decir, Rif de la otra orilla, a toda la zona costera marroquí que se ensancha desde el arroyo Uringa hasta la desembocadura del río Muluya. Sus extensiones meridionales bordean las inmediaciones del corredor de Taza, donde se enmarca el límite geográfico entre el Rif y el Atlas. Sus habitantes, que se autocalifican como irifiyyen, es decir, la gente del Rif, supieron conservar hasta hoy en día su ancestral lengua bereber llamada tamazight. Dejando aparte las huellas que quedaron plasmadas en el Rif desde épocas prehistóricas hasta la antigüedad tardía, se aprecian los vínculos de estas tierras con las grandes civilizaciones mediterráneas: faraónica, fenicia, cartaginesa, griega y latina. El paraje de Ad sex Insulae en la actual Bahía de Alhucemas figuraba como imprescindible punto de referencia en la navegación antigua. Más resplandeciente es el papel del Rif en el Mediterráneo occidental, tras la fundación hacia el año 755 por la dinastía rifeña de los Banu Salih de la antigua ciudad de Nakur, cuyo asentamiento se ubica a 17 kilómetros de la Bahía de Alhucemas. Por ser la primera capital constituida en el Marruecos medieval, un

medio siglo antes de la fundación de la ciudad de Fez, y sobre todo por la riqueza de sus productos artesanales y por la calidad de sus artículos, los vikingos la atacaron y la saquearon en el año 858. Fue en el Rif y precisamente en la antigua localidad de Tamsaman, situada en las cercanías del actual Cabo Quilates, donde se refugió Abd Al-Rahaman I fundador del emirato omeya en Córdoba. Gracias al apoyo político y logístico del reino de Nakur, el pretendiente omeya efectuó la histórica travesía, desde el puerto de Tamsaman, ubicado en las cercanías de Sidi Idris, hacia el puerto de Almuñécar. Para garantizar los lazos del Rif con su entorno Mediterráneo, los señores de Nakur establecieron, frente al islote de Alhucemas, el puerto de Al-Mazamma, que no tardó en transformarse en ciudad portuaria, la más activa durante los siglos VIII y IX de todo el litoral rifeño. Por ello, se intensificaron las líneas de navegación que unían las dos orillas del Mediterráneo occidental, conectando las localidades del Rif con los puertos de Málaga, Pechina hacia Dénia y la región Levantina. Con anterioridad a la fundación de Almería, los buques emprendían camino en línea directa desde Al-Andalus y Al-Magreb hacia Alejandría y la cuenca oriental del

Mediterráneo, por vía del puerto de AlMazamma. Otra ciudad portuaria fue edificada durante la misma época frente al Peñón de Vélez. Nos referimos a la ciudad de Badis, situada a pocas millas al oeste de Alhucemas. Unía el litoral rifeño, vía el Estrecho, con el puerto fluvial de Sevilla y el de Silves, en el actual Algarve de Portugal. Las pequeñas embarcaciones iban y venían constantemente entre las dos orillas, entrelazando el litoral rifeño con las pequeñas localidades andalusíes de Almuñécar, Salobreña o Ensenada de Jete, entre otras; lo cual ha sido reflejado en los escritos de la época en los términos siguientes: “Por ser muy breve el trayecto, los viajeros iban y venían constantemente entre las dos orillas”. Poco es lo que queda en la actualidad de aquel esplendoroso Rif, en forma de huellas dispersas en los escritos árabes, como restos arqueológicos o como aspectos antropológicos. Además de una rica literatura bereber transmitida oralmente desde antaño, cuyos rasgos se vieron seriamente amenazados de extinción, se pueden apreciar abundantes restos de cerámica urbana rifeña, vidriada o con motivos decorativos en los asentamientos arqueológicos de Nakur, Badis y Al-Mazamma.

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Hasta mediados del siglo pasado, se producían y se consumían en todas las cabilas del Rif, artículos de cerámica vidriada y decorada de uso doméstico. Resaltamos la importancia de los platos considerados como de lujo, denominados en el léxico local rifeño como Tbaser n labdī, o sea los platos de cerámica vidriada con dibujos esmaltados. Sin embargo, mucho más abundante y de utilización común es la cerámica rural, cuyos artículos perduraron hasta finales del siglo pasado. Nos referimos a los siguientes artículos de uso doméstico y agrícola, designados en la lengua local bajo el término: Raqšū‘. Tahabbith: palangana que sirve para amasar el pan. Anajdham: sartén de barro para cocer el pan. Tazawdha: plato de barro para comer. Aqnuš: sopera grande para las cremas de habas y guisos. Tagine: olla para guisar. Imaўma: barbacoa de barro para guisar o asar. Asekhsuth: cuscusera de barro para evaporar. Tagassach: jarra de barro para beber. Taqsrith: jarra para ordeñar animales. Aqšūr: cantimplora de barro para agitar la leche y sacar

la mantequilla. Taqšurth: olla alargada de barro para conservar la manteca o miel. Taghemburth: cantimplora grande para almacenar agua. Taqaўўatch: cantimplora pequeña para transportar y almacenar agua. Tjabith: tinaja grande para uso tipo aljibe de agua, aceite y otros líquidos. Abuqar: botijo de barro para refrescar el agua y beber.

Ahmed Tahiri

Presidente Fundación al-Idrisi Hispano-Marroquí

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ALHUCEMAS Tras el llamado desembarco de Alhucemas el día 8 de septiembre de 1925, se formó un campamento en tierras de la cabila de Bokoya donde hoy se sitúa Alhucemas. Era una meseta junto al mar de la bahía, un arenal sin árboles, ni agua, batida por los dos vientos predominantes, provocando continuamente temporales de polvo y arena. En la orilla de la playa del Quemado, se montaron unos muelles provisionales, favoreciendo el crecimiento del asentamiento, hasta ampliarse en la zona alta de la meseta. En la visita efectuada por los reyes de España en abril de 1927 a la zona, se le concedió al poblado el nombre de Villa Sanjurjo. Fue durante los años de la República española que se le cambió el nombre por Villa Alhucemas. Tras la independencia de Marruecos en 1956, se le aplicó el nombre de Al-Hoceima, aunque entre los nativos, se simplificó el ir y venir de nombres y la denominaban simplemente “Villa”. Cala Quemado fue el primer puerto de Alhucemas, por la facilidad del embarque y desatraque de los grandes buques en la bahía, al abrigo de los vientos entre Morro Viejo y Morro Nuevo, junto a la playa de los Islotes, don-

de en el año 1928 se emplazó el puerto actual. En 1926 ya contaba el poblado con un hotel, hecho de mampostería, y la ciudad contaba con 2.000 habitantes, que alcanzaron los 5.300 en 1929. Hacia estas fechas ya existían líneas marítimas regulares o irregulares con Sevilla, Ceuta, Almería, Melilla y sobre todo con Málaga. Transportaban pasajeros y artículos de exportación de todo tipo, como cueros vacunos, huevos, almendras, miel o mineral de hierro. Pero el gran problema de Alhucemas y de su entorno, eran las comunicaciones terrestres con el resto del Rif. Para ello se construyó un eje de carreteras entre Ceuta, Tetuán y Melilla, con un ramal en Axdir que la unió con Villa Sanjurjo y otros con entradas en Izmoren e Inzoren y Targuist. Alhucemas seguía creciendo, su puerto pesquero abastecía a distintas fábricas de salazones, se creó la empresa Eléctricas del Rif, otra empresa de cordelería de pita, hornos de cal y ladrillos... y todo ello requería cada vez más mano de obra. Las calles céntricas contaban con nuevos comercios y la Banca española daba patente al movimiento financiero de la ciudad, a las actividades comerciales e industriales. Se incorporó una nueva actividad, la minería, y se formaron sociedades para extracción de plomo,

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pirita, caolín y bentonita. En julio de 1936, la guerra civil española comenzó en el Rif, siendo muy significativa la reunión de tropas e importantes mandos en el Llano Amarillo, en Ketama, donde además de hacer una demostración de fuerza, se efectuó toda una acción contra la República española. Más tarde se crearon en Alhucemas más industrias, sobre todo las de manipulación del pescado, sobresaliendo (“La Cántabro”) con producción de anchoas, sardinas en aceite, boquerón y atún), o la fábrica de Crin que exportaba a Alemania. En el año 1943 el puerto de Alhucemas era el segundo en tráfico marítimo después del puerto de Tánger. Al darse por finalizado el protectorado español el día 7 de abril de 1956, Villa Sanjurjo contaba con 12.000 habitantes. Bajo la soberanía marroquí, continuaron las mejoras en Alhucemas, con la apertura al turismo, la creación del Hotel Mohammed V, la urbanización de Cala Quemado, la construcción del aeropuerto o el establecimiento del Club Med en las cercanías de la bahía. Alhucemas es hoy una gran ciudad turística, moderna, con buenos servicios para el visitante, que puede disfrutar de sus encantos y sobre todo de la Bahía y sus alrededores, así como buenas playas

cercanas a la ciudad y el acogimiento de sus ciudadanos. La ciudad de 65.000 habitantes está en un momento de grandes reformas sociales y arquitectónicas, con una nueva ordenación de las calles y la construcción de hoteles y paseos marítimos. Las autoridades han resaltado los edificios de construcción española, edificios bajos de una planta o de dos pisos, algunos de estilo modernistas pintados de blanco. Alhucemas es el centro de la nueva vía en construcción, entre Nador y Tetuán por la costa de Gomara, futuro del cambio turístico de la costa mediterránea de Marruecos. La ciudad se sitúa dentro de una de las pocas bahías existentes en esa costa marroquí, que va desde Tánger al río Muluya. La bahía de Alhucemas es el alma de la ciudad, les da a sus habitantes la riqueza que su mar contiene, la pesca. En los atardeceres, cuando el sol cae hacia poniente, su puerto hace salir a su amplia flota pesquera hacia Cabo Quilates, en el extremo opuesto de la bahía. Uno tras otro viran a estribor en la punta del espigón del puerto. Pronto recorren las ocho millas de abra desde el puerto de Morro Nuevo, y ya sin la luz del sol llegan a los puntos donde la sardina y el boquerón les esperan para que efectúen el primer lance de la noche. Miguel Lacalle Alfaro Fundación al-Idrisi Hispano-Marroquí

MUJERES ALFARERAS DEL RIF La cerámica rifeña era una alfarería destinada a satisfacer las necesidades familiares, plenamente utilitaria y muy lejos de lo que posteriormente sería, o es, un bello objeto, como recuerdo para el turista. El origen de la cerámica lo podemos situar en el periodo Neolítico, 9.000 años a.C., en Mesopotamia; posteriormente se extendió por el Mediterráneo. Trabajaban la cerámica haciendo bastos recipientes que secaban al sol; poco a poco descubrieron su secado al fuego para darle dureza y consistencia. La cerámica tradicional estaba a cargo de mujeres, en talleres familiares en el patio de sus viviendas, que llevaban su pequeña producción a los zocos de mujeres. Esta cerámica ha pervivido sin cambios en su elaboración y acabado, sin torno, y cocida en hornos de leña.

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Tamimount Benamar,

alfarera mayor de Idardouchen Testimonio de Tamimount Benamar

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La segunda vez que visitamos a la maestra mayor de todas las alfareras de Idardouchen, Tamimount Benamar, la encontramos trabajando sentada sobre el suelo de barro, protegida por un trozo de piel de cordero, con las manos agrietadas y las uñas desgastadas por su trabajo diario en contacto con el barro y el agua, utilizando técnicas ancestrales.

Nos cuenta que su profesión la lleva en la sangre, recibida de sus generaciones anteriores y que ella, fiel a la tradición milenaria y familiar, enseñó a su única hija, Fatiha, que vive con ella, a sus cinco nietas (Mounira, Wasima, Asmae, Fadua y Layla) y a sus seis sobrinas (Zohra, Karima, Rabea, Mariem, Turía y Nasira). Su hijo Mustafa se encarga de coordinar el trabajo y actúa como representante comercial. Ellas seleccionan el barro que necesitan para trabajar, lo sacan de las canteras cercanas a sus viviendas y realizan el transporte sobre burros. Posteriormente preparan la masa del barro, que contempla varias fases, consistentes en golpearlo y tamizarlo hasta conseguir la textura deseada. Las piezas cocidas que se rompen son recicladas a base de golpes para conseguir un material granulado, que utilizan como armazón para la nueva masa que van a trabajar. El problema de esta familia actualmente es que no tienen un lugar donde acopiar el material, ni donde trabajar cuando llueve o cuando, a veces, nieva. Todos los trabajos los realizan al aire libre, sobre todo desde que el terremoto de 2004 destruyó sus viviendas, hornos

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artesanales y cobijos. Han construido pequeñas y modestas habitaciones de tapial cubiertas de cañizos con una lechada de barro encima para aligerar el peso y evitar muertes en caso de que se repita otro terremoto. Trabajan todo el verano e intentan ahorrar para pasar el invierno. La modelación de la pieza se trabaja sobre un trozo de cerámica, tipo ladrillo, que hace la función de torno manual sobre una palangana, mojando las manos en un cubo de agua. Una vez terminada la pieza, la ponen al sol a secarse, y luego la cuecen durante tres horas en un horno de barro artesanal. Cuando se enfría, se inicia la fase de pintado: se decora con un pincel fabricado por ellas mismas con pelos de cabras unidos por un trocito de barro. La pintura se obtiene de las hojas de un arbusto llamado lentisco (fades en rifeño), que se machacan en un mortero de madera con agua muy caliente. Luego se cuelan con un trapo para obtener un tinte limpio de color verde oscuro. Una vez terminada la pintura de la pieza con dibujos geométricos, según el gusto de cada alfarera, se colocan una encima de otra en una hoguera tapada

con leña, paletas de chumberas y excrementos de vacas, para darle la última cocción, que fija el color de los dibujos y lo transforma en negro. Visitar a éstas mujeres alfareras de Idardouchen (a 35 kilómetros de Alhucemas) es una experiencia inolvidable, llena de enseñanzas, para valorar la labor de estas mujeres; lo que podemos perder si no reciben nuestro apoyo. Con ayuda podrían convertir esta artesanía familiar en un gremio más amplio artesanal y comercial; esto aseguraría su calidad de vida y la labor, además de permitir rescatar el patrimonio de la alfarería manual tradicional de las mujeres del Rif, que está casi en proceso de desaparición. Todos los que hemos participado en la operación Caravana Solidaria con las Alfareras de Idardouchen deseamos que ellas no caigan en el olvido; que sus maravillosas piezas, que guardaremos celosamente como si fuese un objeto de museo, nos despierten el interés por ayudarlas. Fatima-Zahra Aitoutouhen Temsamani Mª Angustias Muñoz Gallardo

Fundación Al-Idrisi Híspano-Marroquí

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COORDINACIÓN: J.Vicent Mascarell Fatima-Zahra Aitoutouhen Temsamani Arturo Ruiz Ricard Pérez REALIZACIÓN: FUNDACIÓ BALEÀRIA & FUNDACIÓN AL-IDRISI HISPANO MARROQUÍ

PARA LA INVESTIGACIÓN HISTÓRICA, ARQUEOLÓGICA Y ARQUITECTONICA

DISEÑO Y MAQUETACIÓN: Pepe Faus TEXTOS y FOTOGRAFIAS: © FUNDACIÓ BALEÀRIA © FUNDACIÓN AL-IDRISI HISPANO MARROQUÍ EQUIPO DE ALFARERAS: TAMIMOUNT BENAMAR (Maestra Mayor de las alfareras) MUSTAFA BENAMAR (hijo de la maestra y representante comercial) FATIHA BENAMAR (hija de la maestra) MOUNIRA BENAMAR (nieta de la maestra mayor) WASIMA BENAMAR (nieta de la maestra mayor) ASMAE BENAMAR (nieta de la maestra mayor) FADUA BENAMAR (nieta de la maestra mayor) LAILA BENAMAR (nieta de la maestra mayor) ZOHRA AMGHAR (sobrina de la maestra mayor) KARIMA AMGHAR (sobrina de la maestra mayor) RABEA AMGHAR (sobrina de la maestra mayor) MARIEM AMGHAR (sobrina de la maestra mayor) TURÍA AMGHAR (sobrina de la maestra mayor) NASIRA AMGHAR (sobrina de la maestra mayor)

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