LAS MÁSCARAS DEL ORIENTALISMO: LOS REFUGIOS ORIENTALISTAS DE SIR FREDERICK LEIGHTON Y DE PIERRE LOTI

September 4, 2017 | Autor: Mauricio Baros | Categoría: Orientalism in art, Orientalism (Art History), Orientalism, Orientalismo
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MAGRIBERIA Nº 6/7 – 2013 (Especial)

LAS MÁSCARAS DEL ORIENTALISMO: LOS REFUGIOS ORIENTALISTAS DE SIR FREDERICK LEIGHTON Y DE PIERRE LOTI Mauricio BAROS TOWNSEND1 [email protected] Académico Centro de Estudios Árabes y Facultad de Arquitectura Universidad de Chile

Resumen Esta ponencia intenta analizar la relación existente entre literatura, pintura y arquitectura dentro del imaginario orientalista, buscando mostrar como muchos orientalistas utilizan los mismos recursos para la instalación de su imaginario, el cual en algunos casos utiliza a la arquitectura como ultimo soporte que cierra o clausura la cadena de representaciones que utiliza el Orientalismo como dispositivo de instalación. Palabras clave: Orientalismo.- Arquitectura.- Literatura.- Pintura.- Frederic Leighton.- Pierre Loti.En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. Son mis propios juguetes. Los he juntado a través de toda mi vida con el científico propósito de entretenerme solo. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió, para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta. 1

Mauricio Alejandro Baros Townsend, Arquitecto por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile. Magister en Arquitectura, de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Académico del Departamento de Arquitectura, de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile y del Centro de Estudios Árabes. Profesor e investigador en el área de Teoría e Historia de la Arquitectura. Autor del libro El Imaginario Oriental en Chile en el siglo XIX (2010) y de artículos en revistas de la especialidad. Ha participado en Congresos en Florida (2010), Tokio (2011), Fez (2012) y Lima (2012) relacionados con el Orientalismo. Actualmente se encuentra realizando su Doctorado en la Universidad Politécnica de Madrid sobre la misma temática.

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Mauricio BAROS TOWNSEND He edificado mi casa también como un juguete y juego en ella de la mañana a la noche. Confieso que he Vivido. Pablo Neruda. (2005:366)

Este papel lúdico que atribuye Pablo Neruda a sus casas, no es solamente la preferencia particular del autor respecto de cómo configurar su espacio de habitación, sino que es un elemento que va a ser común a la mayor parte de las casas de artistas o escritores. Los casos que aquí queremos examinar utilizan el mismo recurso, pero de diversas maneras, sin embargo al tratarse de casas de orientalistas este juego adquiere otra connotación, pues en estos casos que veremos a continuación el juego transformado en casa se convierte en el último eslabón de la cadena de representaciones cuyo principal propósito es reafirmar el discurso orientalista, dicho de otro modo, la arquitectura aquí se constituye en la última instancia que termina por completar las diversas etapas que comprenden la construcción del imaginario orientalista del siglo XIX. Nuestro objetivo es ver como a través de las casas de ciertos personajes ya sea completamente orientalistas o con interés en el tema construyeron estas edificaciones como un último refugio que permitiera corporeizar muchos de los deseos y anhelos que tanto a nivel personal como colectivo habían surgido con respecto del tema en la época. Los casos que aquí es presentan son solo una muestra de un amplio repertorio de construcciones muchas de las cuales no existen actualmente. Se ha escogido el caso de un escritor y un pintor, Pierre Loti y Sir Frederick Leighton, ambos personajes que tuvieron una enorme influencia en sus respectivas áreas, que perdura incluso hasta hoy en día. Estos casos seleccionados, dada la notoriedad que alcanzaron sus dueños, se constituyeron en verdaderos paradigmas para innumerables intelectuales que incluyen literatos, artistas y arquitectos. Fueron paradigmáticos no solo dentro del ámbito europeo sino también fuera del mismo y el hecho que los destaca por sobre los otros orientalistas es el haber plasmado su visión de Oriente en una obra arquitectónica: su hogar, que vino a constituirse en una suerte de soporte iconológico e ideológico que les permitió conformar y manipular un abanico de representaciones asociadas al imaginario orientalista. En segundo lugar la construcción de estos refugios orientalistas se prestan para poner en el tapete otras problemáticas por las que estaba transitando la sociedad europea, en un nivel global primeramente, como por ejemplo temas identitarios del sujeto europeo frente al extranjero y, en un nivel más personal con temas relacionados con el rol social y la identidad sexual de estos personajes. Lo interesante de las casas de estos sujetos es que lograron involucrar una serie de ámbitos culturales diversos a partir del cometido de esta construcción, llegando así a relacionar muchas veces, literatura, pintura, escultura y arquitectura en una misma obra. Este particular hecho hace que estas casas no puedan ser Magriberia nº 6/7 – 2013(Especial), pp.67-77

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examinadas como un exponente representativo de la arquitectura de su época, sino que lo que aquí se plantea es que ellas responden a una organización que se fundamenta más bien en una estructura narrativa o compositiva extraída de fuentes no provenientes de las corrientes arquitectónicas habituales como veremos a continuación. LA NOVELA Y LA ARQUITECTURA

Figura 1. Strawberry Hill. Residencia de Horace Walpole

La relación existente entre literatura y arquitectura es de larga data, pero será sin duda con el nacimiento de la novela romántica en el siglo XVIII que esta relación se hará más patente, pues de alguna manera es en éste momento histórico que la importancia de lo cotidiano y lo domestico adquiere un nuevo matiz a raíz de los cambios que se estaban dando tanto en las costumbres como en los nuevos usos y comportamientos en muchas áreas culturales, producto del impacto de la industrialización, entre ellas las transformaciones que se estaban dando al interior de la vivienda el cual no será sino un reflejo de los cambios que sus propios habitantes estaban sufriendo. Es por ello que no resulta extraño el constatar que muchos escritores de este nuevo género, incursionaron también en obras de arquitectura que se constituyeron en verdaderos hitos en la época. De hecho recordemos que quizás uno de los casos mas conspicuos al respecto lo constituye el caso de Strawberry Hill (Figura 1), la casa que Horace Walpole, autor de novelas muy famosas en su época como el Castillo de Otranto, quien construye su casa guiándose más bien por criterios literarios que arquitectónicos, Walpole quería que su casa fuese el testimonio de alguna manera de los contenidos que sus libros relataban: Objects whithin the rooms were placed where they would create the greatest impact, and around the most significant objects Walpole created stories. These stories, designed to become legends, summed up his love of the past and his desire to capture the spirit of the gothic age before it was lost forever. Chalcraft&Viscardi. (2011: 9)

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Esta construcción muy poco valorizada por la historiografía arquitectónica posterior tuvo el gran merito de ser una de las primeras viviendas que dada la particularidad de su construcción rompe con los esquemas academicistas imperantes en la época, convirtiéndose así en un importante eslabón en el cambio que va a sufrir la espacialidad interior de la vivienda en el siglo XIX y a partir de la cual nacerá la arquitectura moderna. Un caso similar es el de William Beckdorf autor de Vathek con su residencia llamada Fonthill Abbey (Figura 2), una de las mansiones mas populares de la época, en donde Beckdorf al igual que Walpole quería que su hogar fuese un escenario que despertara fuertes emociones en sus visitantes. Debemos mencionar además que ambos autores presentan claros rasgos orientalistas en el tratamiento de las temáticas literarias de sus obras. Es sobre este trasfondo que surgen las dos obras que a continuación queremos examinar. Figura 2. Font Hill Abbey. Residencia de William Beckdorf

PIERRE LOTI Y EL TRASVESTISMO ARQUITECTONICO El primero de los casos a tratar es el de Pierre Loti, que resulta bastante complejo dado lo prolífico de la producción del autor, quien no sólo era escritor sino además muy buen dibujante. Pierre Loti se constituye de alguna manera en el paradigma del viajero romántico del siglo XIX, habiendo recorrido casi el globo completo, su preferencia por Oriente sin duda es marcada, y ello queda reflejado en su producción artística y literaria. Pierre Loti fue un prolífico constructor y portador de imaginarios, Loti amplia los horizontes del Orientalismo, llevándolo a nuevos territorios en donde busca equiparar exotismo con orientalismo, es así que suele repetir la misma fórmula en las distintas latitudes que visita, una enamorada en polinesia (Tehamana), otra en Japón (Madam Crisantemo) y otra en Constantinopla (Aziyade), la formula es la misma, sólo son los ropajes los que cambia según el lugar que visite, y será un fragmento de cada uno de estos lugares los que buscará reproducir en su casa de Rochefort.

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Se han hecho muchos estudios de la compleja personalidad del personaje. Se habla de un homosexualismo encubierto, reflejado claramente en su obra a través de la presencia de un tercer sujeto masculino, que si bien en el relato parece relegado a segundo término, sería el propósito final de los afectos y deseos del escritor. Lo que parece interesante de destacar es el hecho de que Loti a través de esta búsqueda de una identidad sexual va a utilizar una serie de recursos que son usuales dentro del orientalismo como lo es por ejemplo el travestismo (Figura 3). The same might be said in Loti’s case with regard to his cross-cultural dressing. His performance of a wide variety of different roles in his various costumes and disguises leads to the undermining of the concept of a stable social/cultural/gender identity, and a consequently self-conscious search for a self with which he can be comfortable. Turberfield (2008:33) Este travestismo va a ser un tema común a muchos de los orientalistas, los cuales asumirán estos ropajes del “otro” muchas veces como diversión u otras veces intentando escapar de los limites sociales y culturales impuestos por el mundo europeo, aquí podríamos hablar de lo que muchos autores aluden en cuanto el orientalista termina finalmente orientalizado. Ahora más allá de los componentes asociados a la diversión que pueda portar este juego, podemos ver comparecen junto con ello muchas otras lecturas posibles que sería importante mencionar. Figura 3. Pierre Loti en su residencia en Rochefort

En primer lugar la feminización que tradicionalmente ha implicado la dinámica del traje, pues el traje es algo que esencialmente ha servido para proteger y resguardar el cuerpo de la mujer. No hay nada que constituya un signo de identidad sexual más superficial, pero a la vez más persistente que la ropa. Higgonet (1993: 320) Es en el traje femenino en donde los mecanismos de ocultamiento han sido más fructíferos en este ámbito. Pensemos que si el poder dominante es esencialmente masculino, éste está representado obviamente por lo europeo, mientras que su contrapartida sería lo femenino asociado a Oriente, de esta manera Magriberia nº 6/7 – 2013(Especial), pp.67-77

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adoptar los ropajes orientales implican una suerte de feminización, que claramente Loti expresa en su literatura. En el primer piso de la casa de su “madama” había un gabinetito con un cofre, que me servía para mis cambios de decoración. Yo entraba allí con traje europeo, por la puerta grande, y salía transformado en turco por la accesoria. Loti (1970:115) Hay así un travestismo no sólo de género sino también cultural. Tanto es así esto que las viajeras europeas recordemos adoptaban generalmente los atuendos masculinos para marcar su diferencia, puesto que adoptar las vestimentas femeninas implicaba salirse del juego y someterse con mucho riesgo a las reglas culturales del país imperante. Although there were notable instances of Victorian women who travelled and wrote about the lands they passed through or took up residence in, the very essence of Victorian travel writing remains and intrinsic part of patriarcal discourse. Kabbani (2008:26) Esta feminización también se relacionaba con un segundo tema que es el de la representación de la privacidad en el mundo orientalista. Como hemos visto uno de los tópicos preferidos por los orientalistas es la representación de este mundo privado a los ojos extranjeros, ya sea el de un hammam o baño, o el del harem. Like the veil, the harem constituted a perpetual challenge to visual desire. Forbidden to look upon Muslim women, Western Men responded by conceiveing the harem as a place given over to obsessive excercise of the eye. Bernard (2000:22) Es así como escritores a través de la narración y descripción de lo cotidiano y lo domestico y pintores a través de las representaciones de escenas de interiores de casas muestran este claro interés de un espacio al que muchas veces jamás llegaron a visitar. Menciono esto porque debemos recordar que Europa está surgiendo el interés por lo domestico por los cambios que estaban ocurriendo al interior de las viviendas producto del nuevo paisaje de la industrialización.

Figura 4. Pierre Loti en su residencia en Rochefort

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It was only from the beginning of the nineteenth century, however, that the interior came to mean ‘The inside of a building or room, esp. in reference to the artistic effect; also, a picture or representation of the inside of a building or room. Rice (2007:2) De esta manera la representación de esta arquitectura interior puede ser entendida como la extensión del mismo ropaje de los personajes que la habitan. Y curiosamente será esta misma dupla traje-arquitectura la que muchas veces los orientalistas intentaran recrear en sus moradas europeas. De hecho podríamos entonces entender que este travestismo tenía una contrapartida directa en el eclecticismo arquitectónico imperante no solo en estas obras sino en las corrientes arquitectónicas imperantes en la época, es así como me puedo cambiar y utilizar el disfraz que quiero según me acomode. El ropaje del pensamiento es el estilo. Lord Chesterfield Se puede también convertir la casa en un soporte para este mismo juego, como lo hizo Pierre Loti, con su mansión con habitaciones ad hoc (Figura 4), para el traje que el usara o la fiesta que se desarrollara en ellas, había una habitación china, una turca, una árabe, una japonesa y una medieval, cada una desplegada como un verdadero escenario para el evento particular que se desarrollara en ellas. Sin embargo el problema se suscita por el hecho de que se puede guardar en un armario trajes de distinta época y procedencia sin importar orden alguno, con la arquitectura no es posible hacer lo mismo, la arquitectura exige de una continuidad estilística y formal para hacer coherente la espacialidad interior de la misma, aunque fuese dentro de un esquema eclecticista. En la arquitectura además tradicionalmente se ha aplicado un régimen de transparencia, que ha implicado que el interior de una construcción tenga relación con el exterior de la misma, lo que en el modernismo se constituirá en un lema, ante ello esta recreación de ambientes que aparece no sólo en la mansión de Loti sino que en la mayoría de las casas de estos orientalistas rompe con este cometido, pues el orden interno de la casa aparece divorciado del orden externo. El eclecticismo había utilizado este recurso como lo podemos ver en el Pabellón de Brighton en Inglaterra, pero aún allí había la intención de una organización general, cosa que no ocurre en gran parte de estas casas, pues el orden a que ellas obedecen es un orden narrativo más que arquitectónico, es decir cada habitación puede ser entendida como un episodio o un capitulo, más que como una parte de una estructura secuencial, pues si no tenemos consideración de esto, el análisis de la vivienda termina mostrándola como un capricho, una fantasía kitsch de sus creadores. Es por ello que cada habitación puede ser entendida como la escenificación de un determinado relato, cada habitación no sería sino como la corporeización de un capítulo más de los libros del propio autor.

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Mauricio BAROS TOWNSEND FREDERIC LEIGHTON

Un caso similar lo constituye la vivienda construida por Frederic Leighton en Londres. Si bien no podemos considerar a Leighton un orientalista como Loti, si hay facetas orientalistas en su pintura y sobre todo en la construcción de la casa que queremos comentar. Leighton a diferencia de Loti, estaba en búsqueda de un reconocimiento social dentro del mundo artístico ingles de su tiempo, y para ello según muchos autores, la construcción de su casa tiene como propósito reafirmar esta identidad en los círculos artísticos de la época. To situate Leighton in his house is to situate him socially, not artistically. Collector, connoisseur, tastemaker, socialite, showman, President, patron, philanthropist and Aesthete. Droth (2011:342) Por ello que la casa en sí se transforma en un lugar para la exhibición, no solo de la obra de Leighton, sino de su persona completamente, para esto la casa se organiza en una serie de habitaciones, cuyo principal propósito es constituir un recorrido que terminara en el shangri-la o estudio del pintor en donde se solían realizar reuniones sociales y artísticas con la elite de la época. Si bien el punto determinante era el estudio, lo era desde el punto de vista social, porque desde el punto de vista arquitectónico el espacio más destacable sin duda lo constituía el Hall Arabe (Figura 5), el espacio más esplendido de la casa: Sir Frederick's Arabian Court is simply a creation; one can only stand and listen to the splashing of the fountain falling beneath the golden dome at the far end of the court, and conjure up recollections of the fairest of scenes and grandest of palaces described in the Arabian Nights. How (1892:127) Frente a este hall árabe sin embargo, los historiadores parecen estar divididos, reconociendo la mayoría la belleza y espacialidad del mismo, para muchos este espacio rompe con la armonía inicial de la casa –de hecho fue agregado en una etapa posterior- mientras que para otros es casi la parte más importante de ella. Ambas partes tienen de cierto modo razón, con la ampliación la casa pareció desarticularse arquitectónicamente, pero en el entendido que se buscaba que fuese un lugar de exposición, se buscó que la articulación del recorrido fuese hecha por los objetos más que por la arquitectura: The repetition of information across visitor accounts—the same pictures and objects mentioned again and again—suggests that particular details were singled out and elaborated for the visitor, so as to find their way into the published narratives. Droth (2011:343) La arquitectura es relegada a un segundo plano, para constituirse en el soporte de los objetos expuestos, es así en donde es más fácil integrar un espacio tal disímil estilísticamente dentro de la casa como lo es el hall Árabe. Pero esto no es todo, la posición social y artística a la que aspiraba conquistar Leighton, se Magriberia nº 6/7 – 2013(Especial), pp.67-77

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encontraba en un periodo de profundos cambios en el tránsito de un arte neoclásico a uno pre-vanguardista y además la presencia del nuevo espíritu científico que caracterizaba los principales logros de la época. Es así como Leighton se encontraba en la delicada situación entre ser un artista y ser además un hombre progresista. El hecho de hacer patente al público su método de pintar era un ejemplo del intento de transparentar los procesos que involucraba la creación artística. Sin embargo surge un hecho bastante interesante y que el pintor comparte con otros orientalistas. Como el orientalismo implica una construcción a partir de un imaginario que muchas veces esta sólo en la mente de su creador, la necesidad de la verificación se vuelve imperiosa, es decir, para darle realidad documental a lo que se está mostrando, se requieren elementos para poder autentificar lo representado. El viaje ya se había constituido en la época como una moda, este viaje no sólo implica haber sido testigo directo de los hechos después relatados en un libro o en un pintura, sino que además, este diario o pintura buscan constituirse en testimonios seudocientíficos -paralelos a las producciones de otras disciplinas científicas del momento como la arqueología por ejemplo-, es por ello que la acuciosidad de lo descriptivo se vuelve algo imperioso, ya sea a través de un relato pormenorizado del registro o a través del detalle pictórico casi hiperrealista de lo representado. Pero en las casas de estos orientalistas esto no acaba aquí, puesto que Leighton para la construcción de su hall árabe hace traer los cerámicos directamente de Oriente: Leighton’s inmediately aim was provide an appropiate setting for his treasures, notably the magnificent tile panels which Richard Burton and Caspar Purdon Clarke had purchased on his behalf in Damascus in 1876. CAMPBELL. (1999:278) Intentando con ello recrear un espacio al que se le puede atribuir cierta veracidad, y con ello además mostrar la postura científica o moderna del propio pintor. Lo mismo hace Loti con la mezquita en su casa de Rochefort (Figura 6). Para estos autores el presentar estos espacios como reales es una necesidad imperiosa para reafirmar su propio discurso orientalista, pero al hacerlo en su casa lo que están haciendo es simplemente, crear el Oriente que siempre ellos quisieron crear, pero un Oriente en Occidente, un Oriente manejable alejado de todos los peligros, y vicisitudes que el Oriente real presentaba. Magriberia nº 6/7 – 2013(Especial), pp.67-77

Figura 6. Salón La Mezquita. Residencia de Pierre Loti en Rochefort.

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Lo que están finalmente haciendo estos autores al intentar construirse sus refugios orientalistas es crear una versión reductivista y manipulable del oriente que tanto les atrae, pero este mecanismo lo conocemos bien pues es propio del mundo de los juguetes. Pues la miniaturización se muestra aquí no tanto como aquello que permite conocer el todo antes que las partes y por tanto vencer, captándolo a simple vista, lo temible del objeto, sino más bien como lo que permite aprehender y disfrutar la pura temporalidad contenida en el objeto. La miniaturización es por lo tanto la cifra de la historia. Agamben (2001:103) Al transformar sus casas en juegos, las sacan del curso y las convierten en discurso, las discretizan, por ello las convierten en una cifra más. El problema surge cuando vemos que la miniaturización no es sino el convertir un hecho real en algo manipulable a otra escala, y dentro de otras reglas, ellos así construyen sus pequeños castillos de juguete para poder manipular la realidad como lo pueden hacer en un libro o en una pintura, de esta manera transforman a Oriente en un juguete y con ello, lo sacan de la historia, lo discretizan, lo estereotipan y terminan convirtiéndolo en un discurso en una pieza más del imaginario orientalista, con el peligro de que mientras el libro o la pintura son partes independientes y pueden tener una vida autónoma, estas casas juguetes sin el manual o sistema que les da sentido, se convierten en residuos anacrónicos puesto que no tienen un valor arquitectónico por si mismo, su valor reside en la integración de los diversos discursos orientalistas que venían a integrar, sin ellos son estructuras vacías y sin sentido Curiosamente esta misma relación será verificada en otros escritores posteriormente como Pablo Neruda, el cual tuvo una ambigua relación con Oriente, que aunque no podamos considerar sus casas orientalistas, la presencia de Oriente fue una importante influencia y curiosamente la estructura de estas casas tiene la misma característica de los personajes antes citados, sus casas obedecen mas bien a una estructura narrativa que a un espacio arquitectónico representativo de su época. De esta manera vemos que este traspaso de la literatura a la arquitectura, resulta muy afín a los propósitos orientalistas, puesto que al convertir la arquitectura en texto, la abrimos a un universo infinito de significaciones, pero en estos casos es al revés, al llevar a la literatura a la arquitectura, se produce un proceso reductivista, que convierte a las casas en enormes juguetes en los cuales sus autores buscaron un refugio de los ilimitados e infinitos espacios y horizontes de la fantasía de la literatura, como muy bien lo señala Antonio Skarmeta refiriéndose a una casa de Pablo Neruda: … son casas eminentemente literarias, espacios de la fantasía de un hombre de fantasía riquísima que encuentra una manera de materializar esa fantasía en casas que tienen la apariencia de cosas. Valenzuela (2000: LXVI) Magriberia nº 6/7 – 2013(Especial), pp.67-77

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Bibliografia BERNARD, Ruth. (2000). Harems of the Mind. Londres: Yale University Press CAMPBELL, Louise. “Decoration, Display, Disguise”. En Barringer, Prettejohn, editores. (1999). Leighton House Reconsidered. Frederic Leighton. Antiquity, Renaissance, Modernity. Londres: Yale University Press CHALCRAFT, Anna, VISCARDI, Judith. (2011). Strawberry Hill. Londres: Frances Lincoln Limited Publishers. DROTH, Martina. (2011). “Leighton’s House: Art In and Beyond the Studio”. Journal of Design History 24(4): 339-358. doi:10.1093/jdh/epr038 HIGGONET, Anne. “Mujeres, Imágenes, Representaciones”. En G.Duby y M.Perrot Editores, (1993). Historia de las Mujeres Vol.4. 20pp. Madrid: Taurus. HOW, Harry. (1892). “Illustrated Interviews”. The Strand Magazine, Vol.IV. KABBANI, Rana. (2008). Imperial Fictions. Londres. Saqi. LOTI, Pierre. (1970). Novelas Vol.I. Barcelona, Editorial Planeta RICE, Charles. (2007). The Emergence of the Interior. New York: Routledge TUBERFIELD, Peter James. (2008). Pierre Loti and the Theatricality of Desire. Amsterdam-New York: Editions Rodopi B.V VALENZUELA, Silvia. (2000). El Museo como Casa de Placer. Tesis Inédita. Santiago: Escuela de Arquitectura. Pontificia Universidad Católica de Chile.

Fuente de las Imágenes Figura 1. Strawberry Hill. Casa de Horace Walpole. Fuente: Fotografía del autor Figura 2. Fonthill Abbey. Residencia de William Beckdorf . Fuente: Storer, James. A Description of Font Hill Abbey. Whiltshire. Londres: W.Clarke, 1812 Figura 3. Pierre Loti en su residencia de Rochefort. Fuente: Vercier, Bruno. Pierre Loti Portraits. Paris: Flammarion, 2002. Figura 4. Residencia de Pierre Loti en Rochefort. Fuente: Vercier, Bruno. Pierre Loti Portraits. Paris: Flammarion, 2002. Figura 5. Hall Arabe de la Residencia de Frederic Leighton en Londres. Fuente: http://thestudio325.blogspot.com/2011/05/leighton-house-museum-holland-parkroad.html Figura 6. Salón La Mezquita. Residencia de Pierre Loti en Rochefort. Fuente: Vercier, Bruno et al. La Maison de Pierre Loti à Rochefort. Paris, Editions du Patromoine, 1999.

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