Las máscaras de Miguel Hidalgo: heroísmo y la figura mítica del Padre la Patria

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Descripción

Las máscaras de Miguel Hidalgo: heroísmo y la figura mítica del Padre la Patria …hablar sobre Miguel Hidalgo resulta muy espinoso. El patriotismo ha hecho de él el padre de la Independencia y el símbolo de la revuelta contra todos los males del antiguo régimen, el látigo de los tiranos, el amigo de los oprimidos, el hombre de México… -LESLEY B. SIMPSON La novela es mito, lenguaje y estructura -CARLOS FUENTES

En el humano el mito es un lenguaje primitivo intrínsecamente conectado a su medio ontológico, donde, por medio de filtros, ya silogísticos, epistemológicos y/o cognitivos, se encuentra en la mente [que] entiende lo que le rodea, lo comprende. Para esto, la identificación de patrones míticos, el descubrimiento de las presencias de las estructuras subyacentes de origen ritual divino, la asimilación de las obras literarias particulares a arquetipos universales todos se han convertido en lugares comunes de la práctica de la crítica moderna1. (Righter 1972: 319)

Por

consiguiente,

provienen

estas

es

figuras

trascendental míticas

identificar

que

se

de

encuentran

dónde en

el

imaginario de cada nación, así como con sus conexiones en la ética y estética de la literatura y otras bellas artes, porque ahí se encuentran respuestas a la evolución iconográfica/mítica de

nuestros

valores

éticos,

morales

y

estéticos

de

nuestra

sociedad y clases sociales. De modo que, en esta investigación,

1

La traducción es mía.

la importancia de desentrañar los orígenes, las mutaciones, las interpretaciones y manipulaciones de los sistemas –políticos- y textos

de

etcétera-

poder es,

–sea

en

en

la

efecto,

literatura,

imprescindible

pintura,

escultura,

y,

lo

por

tanto,

sustancial. No obstante, se suele caer en el error de pensar que los mitos sólo se reducen a las historias de origen creadas por grupos étnicos hace cientos de años, mediante las cuales exponían su cosmovisión. Sin embargo, debemos recordar que todavía en el mundo contemporáneo existen mitos que han adquirido otros usos, los más comunes suelen ser los que se encuentran en los relatos de nación difundidos por historiografías, rituales o imágenes. Son, pues, un tipo de creaciones humanas que han acompañado a la mayoría de las culturas desde los tiempos más remotos hasta la actualidad. (González 2014: 163)

Y por esto mismo se verá a lo largo de este análisis y crítica

historioliteraria

un

exhaustivo

estudio

sobre

los

orígenes del nacionalismo e invención de la nación mexicana, sus figuras históricas2, literarias y míticas, como un proceso que surgió con fuerza a partir de que México nació como un país independiente (González 2014: 161). La figura oscilante de Miguel Hidalgo y Costilla es un tema que

desde

el

año

2010

ha

competido

a

varios

historiadores

estudiarla, criticarla y, si se lo permiten, deconstruirla. Por eso,

la

Hidalgo? 2

primer Después

pregunta la

de

que ¿Y

surge qué

es

es:

¿Quién

ahora?

fue

el

cura

Cuestionamientos

Historioliteratura es una acepción que se creó para esta investigación; y, como se podrá ver, el significado de esta palabra compuesta depende del encuentro entre las amalgamas o elementos análogos entre la Historia y la literatura.

diacrónicos que se pueden proyectar como un plano cartesiano, de un aquí y un hasta allá, y que tan positiva o negativa ha sido tal figura dependiendo de la década o época de la que se está refiriendo en tal punto u otro. Pero ahora se contestará: ¿qué es(son)

la(s)

figura(s)

mítica(s)

de

Miguel

Hidalgo?

Aquí

certeramente lo dicta Guillermo Brenes Tencio sobre el tema de los múltiples rostros del cura Hidalgo: [la imagen de Hidalgo] es, sin lugar a dudas, una de las más ampliamente difundidas, no sólo porque ha sido representada en innumerables monumentos, lienzos, estampillas, esculturas, condecoraciones, caricaturas y papeles moneda, sino porque grupos de diversa índole política y social se han apropiado de la misma. Una figura que encierra una lectura mítica. (Brenes 2010: 31)

Miguel

Hidalgo,

en

el

fondo

de

la

psique

de

casi

cualquier

mexicano, se concibe como aquel cura libertador que se infundió desde

la

primero

educación

de

los

básica

primeros,

como el

el

mesías

insurgente

nacionalista,

necesario

para

el que

nuestra nación fuera liberada del yugo colonial; él, Hidalgo, es el héroe, revolucionario o caudillo, arquetípico mexicano de la Independencia. Por eso, aparte de un análisis histórico, mítico y literario, en este trabajo se añadieron algunas imágenes de la evolución de su figura -o máscaras- del sacerdote insurgente, del

Padre

de

la

patria,

ya

que

para

“entender

la

historia

también es importante la utilización de imágenes” (Brenes 2010: 2).

Las máscaras de Miguel Hidalgo

Las diversas y heterogéneas –y heteróclitas- máscaras de Miguel

Hidalgo

representan

las

capas

historiográficas

que

la

nación mexicana, desde su génesis hasta en la actualidad, ha experimentado por medio de eventos y acontecimientos históricos de trascendencia. Puesto que la figura del cura Hidalgo es tanto polifacética y polisémica, el análisis e investigación de sus transformaciones son análogas a las variaciones y modificaciones entorno a su mito. Mismamente, estas máscaras, imágenes, no tienen la valía como simplistas elementos paratextuales, sino son factores que brindan una profunda comprensión sociohistórica como textos de poder,

ya

que

fungen

como

“transmisoras

de

contenidos

específicos referidos al contexto histórico y social en el que fueron creadas” (Brenes 2010: 32). En las siguientes imágenes se verán las representaciones artísticas

de

las

máscaras

de

Miguel

Hidalgo

que

rondaron

durante los siglos XIX, XX y hasta hoy en día, siglo XXI, donde se ve que cada una personifica y simboliza una nación mexicana que iba evolucionando paulatinamente; no obstante, lo importante aquí es tomarle significativa atención que un solo héroe, un solo mito del Pater Patriae, el de Hidalgo, puede contextualizar

todo un mundo sociohistórico, político, que se recosntruye, se reinventa y se retransmite por medio de signos artísticos: Imagen I3

Imagen II4

En la

primera

imagen se encuentra

una pintura

que está

sobrepuesta en una placa de marfil, la cual retrata a Miguel Hidalgo joven, no al típico anciano con su sotana de sacerdote, calva

y

cabellos

níveos.

Es

curioso

que

se

diga

que

esta

representación provenga de algún artista de la Colonia, como si con

anterioridad,

desde

su

juventud,

ya

era

una

figura

importante, digna de proyectarse en un retablo o escultura. 3

Hidalgo joven, pintura hecha por un artista de la Colonia sobre una placa de marfil. 4 Firma de Miguel Hidalgo.

Imagen III (Brenes 2010: 36)5

Como se puede apreciar, en esta imagen se encuentra una incipiente figura del cura Miguel Hidalgo, la cual representa a esos héroes militares de la revolución francesa, o incluso a los del antiguo régimen, algún noble militar español de alto rango que se introdujo en múltiples gloriosas batallas; sin embargo, ¿qué hace un sacerdote arriba de un pedestal con un uniforme de

5

Luis Montes de Oca, Retrato del Muy Honorable Ciudadano Don Miguel Hidalgo y Costilla, 1823, en José Joaquín Fernández De Lizardi, Calendario Patriótico y Pronóstico Político. Por el Pensador Mexicano. Para el año bisiesto de 1824, grabado en madera, 10.7 x 8.8 cm.

general? He aquí un elemento incipientemente postrevolucionario, ya que la imagen fue elaborada en 1823, cuando penas México llevaba dos años de haber terminado su década convulsa entre batallas realistas e insurgentes. El cura Hidalgo, desde los tiempos de la guerra de independencia, era un héroe mítico y bélico;

entonces,

para

haber

empezado

una

nueva

nación,

se

necesitaba una representación digna de un guerrero, más que la de un sacerdote. Imagen IV (Brenes 2010: 37)6

En esta segunda imagen, tres años después a la del Hidalgo completamente

militar,

se

ve

un

hombre

regordete

con

ojos

profundos y boca menuda, aunque en lo demás parece ser aquel

6

Retrato de Don Miguel Hidalgo y Costilla, en Claudio Linati, Fiorenzo Galli y José María Heredia El Iris. Periódico Crítico y Literario, 1826, litografía de José Gracida.

arquetípico sacerdote revolucionario que dio el grito de Dolores y hoy en día sigue pintándoselo casi de la misma manera.

Imagen V (Brenes 2010: 38)7

El

cura

Miguel

Hidalgo

y

Costilla

en

esta

litografía,

dibujada por el italiano Claudio Linati, es la mezcla de la perspectiva transatlántica y la popular mexicana de su figura mítica. 7

En

este

caso

el

sacerdote

Miguel

Hidalgo

es

una

Claudio Linati De Prévost, Hidalgo, 1828, en Trajes civiles, militares y religiosos de México, litografía, 21.5 x 15 cm.

combinación entre lo que es un clérigo y un militar; o, más bien,

un

cruzado,

un

militante

fanático

que

pelea

por

sus

ideales y su religión, viendo hacia el cielo, como proclamando su comitiva hacia Dios. Imagen VI (Brenes 2010: 39)8

En esta estatuilla se ve un Miguel Hidalgo con sombrero de copa, como si se tratara de un caballero, un catrín, un hombre que

viste

de

gala

para

otorgar

la

batuta

del

poder,

o

“la

libertad”, al Pueblo mexicano. Lo interesante aquí es que las Bellas artes no se conformaron en tan sólo escribirle novelas, óleos

8

o

litografías,

sino

también

en

esculturas

grandes,

Clemente (o Silvestre) Terrazas, Don Miguel Hidalgo y Costilla, s. f., escultura en madera tallada y policromada, 21 cm (figura) y 18 cm (pedestal), Museo Nacional de Historia, México, D. F.

medianas o, como esta, pequeñas: una figura policromática bien definida que hizo el intento de retratar al cura Miguel Hidalgo. Imagen VII (Brenes 2010: 39)9

Aquí se ve un Miguel Hidalgo más maduro, incluso anciano, completamente religioso, como si se trata de un fraile o un cardenal: si se percibe el fondo de la pintura, este hombre vivía en la opulencia y, por su indumentaria, era enteramente devoto a la religión católica.

9

Antonio Serrano, Retrato del cura D. Miguel Hidalgo y Costilla, 1831, óleo sobre tela, 124 x 110 cm, Museo Nacional de Historia, México, D. F.

Imagen VIII (Brenes 2010: 40)10

Con mirada severa, aquí está otro Miguel Hidalgo con calva, pero este con el perfil de un militar, un revolucionario, donde es retratado con la mano izquierda dentro de la sotana, muy al estilo europeo como lo hacía gente importante de la política o de cuestiones militares.

10

Juan Nepomuceno Herrera, Retrato del cura D. Miguel Hidalgo y Costilla, 1840, óleo sobre lienzo, Museo Regional de Guanajuato, Alhóndiga de Granaditas, Guanajuato, México.

Imagen IX (Brenes 2010: 41)11

Después, en esta ilustración, vemos a un Miguel Hidalgo con cara serena, aunque todo el contexto de la imagen parece ser una reminiscencia a la Virgen de Guadalupe, e incluso la nube que está alrededor de su busto puede significar que él llegó al paraíso o al Olimpo de los héroes mexicanos.

11

El venerable D. Miguel Hidalgo y Costilla, en La Ilustración Mexicana, litografía de Decaen.

Imagen X (2010: 41)12

Décadas después de la consumación de independencia, y pocos años de la Guerra de Reforma, se puede ver en esta pintura a un Miguel Hidalgo maduro, más anciano, aunque no senil, religioso, político, paternal; un hombre sabio que con su postura erguida expresa 12

solemnidad

y

vigor.

Hidalgo

aquí

es

la

viva

Joaquín Ramírez, Retrato del Benemérito de la Patria General Miguel Hidalgo y Costilla, 1865, óleo sobre tela, 240 x 156 cm, Galería de Insurgentes, Palacio Nacional, México, D. F.

representación de un México relativamente laico, liberal, pero aún popularmente aunado con el yugo católico. Imagen XII

Cien años después y Miguel Hidalgo se había transformado aproximadamente en el cura que hoy en día tenemos en nuestro imaginario.

Imagen XIII (Brenes 2010: 43)13

En esta monumental escultura, recordando a aquellos héroes épicos

de

la

mitología

griega

esculpidos

por

artistas

renacentistas, se encuentra a un Hidalgo que es plenamente el Pater Patriae en su máxima exponencial, la figura que se ha fundamentado en la consciencia de cada mexicano; y la situación se hiperboliza cuando, entre las dos mujeres que están debajo de él, representan la Gloria y la Historia, que, en pocas palabras, se revela lo que en realidad se propone significar con la figura mítica 13

del

sacerdote

Miguel

Hidalgo:

transformarla

–o

Enrique Alciati, Estatua de Miguel Hidalgo, a cuyos pies aparecen las alegorías femeninas de la Gloria y la Historia, en la Columna de la Independencia, 1910, mármol, Paseo de la Reforma, México, D. F.

manipularla-

para

levantarla

a

bienaventuranza historiográfica. Imagen XIV

Imagen XV

la

salvación,

a

la

Imagen XVI

Estas tres consecutivas obras de arte del pintor y militar mexicano David Alfaro Siqueiros (1896-1974) puntualizan al cura Miguel

Hidalgo

como

el

Padre

de

la

patria,

defensor

de

los

oprimidos (Imagen XV), el padre revolucionario que ve al cielo -a

la

Suprema

Divinidad,

a

Dios-

en

su

proclama

insurgente

(Imagen XIV), y el humilde mártir que nada se comparaba con la iglesia católica imperante en aquellos últimos tiempos de la Colonia (Imagen XVI).

Imagen XVII14

Juan

O’Gorman

(1905-1982)

pintó

El

retablo

de

la

independencia donde aparecen dos Miguel Hidalgo: uno, el de la izquierda, formidablemente vestido como caudillo revolucionario mexicano, es un Hidalgo con cabello gris, más joven, con cara severa;

en

cambio,

el

de

la

derecha,

es

el

cura

Hidalgo

arquetípico, más maduro, más anciano, dando el grito de Dolores.

14

Y como dijo Edmundo O’Gorman: naturalmente a la idea de paternidad”.

“Porque

la

senectud

se

asocia

Imagen XVIII (2010: 43)

Y por último está el billete de mil pesos mexicanos. Hay que estimar el valor simbólico que se le ha dado a una campana: esta, objeto mítico con valor hierofánico, es el símbolo de la revolución de independencia mexicana, la sinécdoque del comienzo de una guerra, la representación del grito de Dolores. La figura de Hidalgo ha madurado completamente hasta lo que ahora es el Padre de la Patria, el cual vale mil pesos mexicanos, el billete de más valor que se puede obtener hoy en día.

Hidalgo dentro del mito

Sin embargo, si volvemos a la serie de cuestionamientos que en un

principio

de

este

apartado

se

hicieron,

puede

que

se

produzcan las siguientes dos preguntas sobre qué es un héroe, qué es un libertador en el caso de Miguel Hidalgo, la cual se dice que un héroe de la modernidad procede de una genealogía que, si bien se invoca a menudo, invierte la concepción antigua del heroísmo. En Homero, el héroe Aquiles está animado por: 1) la crueldad; 2) la habilidad; 3) la injusticia. Mientras que, como lo ha mostrado Charles Zarka, las tres ideas reguladoras del héroe moderno son: 1) la idea de una justicia fundada en las reglas de la ética; 2) la idea de gloria, que es proporcional a los servicios rendidos a la humanidad; 3) el deseo de inmortalidad. (Vermeren 2011: 68)

Justamente así se ha concebido al héroe moderno; pero también es un personaje que se inmiscuye en los códigos del patriotismo, códigos de ética y moral, e incluso, cuando es extremista, es chauvinista; este tipo de héroe moderno es el ícono, el símbolo, la figura, el mito que glorifica a lo militar, a la política, para

generar

significados

totalmente

nacionalistas

(Vermeren

2011: 70). De modo que Miguel Hidalgo ha sido un hombre de Estado, alguien que “consigue hacer que el pueblo en su conjunto actúe colectiva

y

políticamente,

y

que,

por

lo

tanto,

elimina

su

propia singularidad” (Vermeren 2011: 70). Así como en la novela histórica, después de la Revolución francesa, la estética, la

Historia,

la

Literatura,

los

pensamientos

sociológicos

y

epistemológicos, sufrieron un gran cambio por pasiones nuevas: “el

amor

a

la

gloria,

fe

en

la

virtud,

confianza

en

las

potencias del hombre y en su perfeccionamiento”, aparentemente conjugado

al

progresismo

positivista,

y

a

la

vez

retomando

ciertas peculiaridades del antiguo pensamiento en cuanto a la epicidad, heroísmo

pero y

la

este

sustituye

abnegación,

y

al

“egoísmo

produce

la

individual, nueva

raza

el de

revolucionarios”, creando a un héroe colectivo, ahí es cuando es acertado decir que el Pueblo era el nuevo héroe y muy distinto a los anteriores que se fueron formando en el pensamiento moderno (Vermeren 2011: 70). Y es que esta construcción de héroes que surgió

de

las

guerras

de

independencia

Hispanoamérica,

resulta

muy

interesante,

en

México

puesto

que

y

toda fueron

confecciones historiográficas posteriores a las independencias de sus naciones

y

fueron

producto de relatos nacionales que

“fungieron como fuente de legitimidad de los Estado-nación que surgieron

tras

el

hundimiento

de

la

Monarquía

hispánica”

(González 2014: 161-2). Como se puede percibir, el heroísmo de los primeros círculos liberales que hubo en México estuvieron muy influenciados por la Revolución francesa, ya que era “un modo de ser, una manera de existir en el campo político” (Vermeren 2011: 71; el subrayado es mío), así que, si se analizan cada uno de los principales

caudillos de la historia de México, son íconos revolucionarios y voceros de la nación del Pueblo; pero lo más impactante es que uno entre todos los aúna representándolos en un solo símbolo: ese es el Padre de la Patria, Miguel Hidalgo y Costilla; por eso ese carácter paternalista es tan llamativo y útil, ya que su fin pragmático que compacta todo signo revolucionario y, a la vez, de

dominación

–puede

que

de

dominación

del

Estado

político,

religioso, o el postcolonial o el eurocentrista, etcétera; eso depende la perspectiva con la que se analiza la figura mítica del cura Hidalgo. Por eso fue necesario un ícono revolucionario para generar una emancipación del antiguo régimen colonial; y en efecto, la emancipación per se tiene un origen al rechazo de un estado actual o anterior. La emancipación “designa el movimiento por el cual se abren un espacio y un tiempo que son irreductibles al tiempo y espacio natural”; como también, “es efectuada por un sujeto colectivo que no preexiste, pero que se construye en el movimiento

y

que

recíprocamente

lo

efectúa”;

además

todo

movimiento emancipatorio se encuentra en la búsqueda de cambiar “las relaciones fundamentales entre los humanos y las modifica solamente

con

su

mera

existencia”;

y

por

último,

puede

“aventurarse a decir que el tiempo de la emancipación es el único propiamente humano”(Vermeren 2011: 72).

Mientras la Revolución de independencia se desarrollaba, se creó una primera mitificación en torno a la figura de Miguel Hidalgo y Costilla: este mito se originó tras los imaginarios y propagandas

insurgentes

y

contrainsurgentes

(González

2014:

162), que lo llevaban como un héroe santo –para los insurgentes, o un “hereje maligno” –para los contrainsurgente-; aquí se ve que

no

sólo

los

elogios

construyes

mitos,

sino

también

los

ataques los crean (González 2014: 169). Por lo visto en este contexto se generan imágenes de valor religioso, fanático. Lo interesante aquí es que según González Salinas dice que estas imágenes no sólo estaban los intereses de la guerra; de manera más profunda, es posible encontrar mentalidades del antiguo régimen que comenzaban a convivir con ideas propias de la modernidad política (González 2014: 162) de

modo

que

se

conjuntaban

dos,

o

más,

pensamientos

aparentemente contradictorios: el mítico y el moderno, pasando por un rites de passage peculiar que solamente en México se desarrolló desde sus inicios revolucionarios. Desde aquí se puede entrever que los mitos, como el del cura Hidalgo, se adjuntan aspectos tanto verdaderos como ficticios, dando lugar a un relato que da cuenta a un lejano origen. El mito no explica, sino legitima. Por ello se les suele utilizar para justificar un determinado ordenamiento social, político, jerárquico, etc. Un relato mítico se difunde con las mismas características hasta debilitar la capacidad de

análisis y reflexión del receptor; con lo cual se logra que su historia sea aceptada por amplias mayorías. (González 2014: 163)

De manera que el mito puede entenderse como una historia que tiene un referente en la realidad, aun cuando este sea remoto; con

todo,

mediante

el sus

narrativas

conflicto canales

visuales,

convierten en también

puede

de

se

desarrolla

transmisión,

“obtiene

al

paso

del

ya

sean

oral,

elementos

un

ordenamiento

que

lo

justificar y

y

escrito,

fantasiosos

una historia con gran valor para descalificar-

tiempo,

dotar

– de

identidad” (González 2014: 163). De esta forma se ha dicho que un mito se mantiene como “historia viva” mientras este siga siendo rememorado y celebrado mediante el rito; lo que con esto se dice que el apresuramiento que hizo manifestarse el mito de Hidalgo “desde tiempos de la guerra de Independencia fue la muy temprana convicción de algunos insurgentes de celebrar a Hidalgo y el día que se levantó en armas” (González 2014: 164). La acepción “héroe” no es un calificativo que surgió en la modernidad

o

contemporaneidad:

desde

el

antiguo

régimen

hispánico, y demás antiguas civilizaciones, existían los héroes, “pero las cualidades de éstos sólo eran atribuidas a los reyes” (González 2014: 164). Por si fuera poco, este alienamiento emancipatorio está fuertemente

ligado

con

el

tipo

de

héroe

moderno:

aquel

que

surgió de la Revolución francesa, específicamente de la epopeya

napoleónica, mundo,

de

del

la

romanticismo

eclosión

de

y

sus

naciones

múltiples y

los

miradas

nuevos

en

el

espíritus

patrióticos, donde, particularmente, se alejaban de la figura del rey, de la forma épica del antiguo régimen; así, de manera parcialmente populista, cualquier persona con una virtud o don en especial tenía la posibilidad de ser un héroe, “por lo que apareció el héroe civil” (González 2014: 164). Por consiguiente, el héroe moderno aparece cuando hay crisis políticas, tal como lo hizo Miguel Hidalgo con las múltiples crisis

que

causaron

las

reformas

borbónicas

y

la

invasión

napoleónica en España; así se crea y difunde su imagen como ejemplo de virtudes y acciones que supuestamente realizó. De esta manera piensa González Salinas respecto a los héroes de Independencia, que estos durante la guerra de Independencia fueron usados para legitimar la autoridad y la existencia de los órganos de gobierno independiente, y representaron modelos de patriotismo y virtudes para los pueblos levantados en armas contra los ejércitos realistas (…). (González 2014: 164)

México no se creó inmediatamente, aún cuando ya tenían más o menos formadas las imágenes de sus caudillos. Sus héroes, antes bien los insurgentes no sabían exactamente qué era su nación ni cuáles eran sus límites, ni, por lo tanto, su nombre: algunos a esta

nación

la

llamaban

“‘Anáhuac’;

otros,

‘América’;

para

algunos se trataba de la ‘América septentrional’; y otros más simplemente

le

seguían

reconociendo

como

‘la

Nueva

España’”

(González 2014: 176). De modo que la invención o construcción de la “nación” mexicana fue subsiguiente al surgimiento del Estado independiente y “producto de un nacionalismo que a lo largo de las décadas imaginó cómo era dicha nación y cómo integrar a la población a ella” (González 2014: 176). Hidalgo es un héroe entre moderno y clásico (de antiguos regímenes);

un

completamente

héroe

entre

diferentes,

el

casi

hito

de

polares;

dos

tradiciones

Miguel

Hidalgo

y

Costillas es, en efecto, la amalgama de dos distintas visiones del mundo que conjugaron a una nación particular a la francesa, estadounidense

o

surgieron

aquella

por

pensamientos.

incluso

Con

esto

otras

época

de

podemos

naciones

latinoamericanas

independencias decir

que

el

y

cambios

mundo

que de

estaba

apuntando a una filosofía más antropocentrista, y que, a pesar del pensamiento moderno y/o el positivismo, ya había elementos preexistencialistas.

Bibliografía: Bodas Fernández, Lucía. “Estética y emancipación. El problema de la ‘Herencia Cultural’: Schiller, Lukács, Marcuse”. Revista bajo palabra. No. 2. Ciudad de México: Universidad Autónoma Metropolitana, 2007. Brenes, Guillermo. Los rostros de Hidalgo: iconografía del héroe nacional, padre de la patria mexicana (siglos XIX y XX). México Acta Republicana Política y Sociedad, 2010. Doubrovsky, Serge. “New Critics and Old Myths”. Yale French Studies. No.38. New Haven: Yale University Press, 1967. Hacking, Ian. “Two Kinds of ‘New Historicism’ for Philosophers”. Baltimore: The John Hopkins University Press, winter, 1990. González, Omar. “La primera construcción mítica entorno Miguel Hidalgo”. Año IV, número 8, julio a diciembre. México: Revista de El Colegio de San Luis, 2014. Righter, William. “Myth and Interpretation”. New Literary History. Vol.3, No.2, invierno. Baltimore: The John Hopkins University Press, 1972. Vermeren, Patrice. "La república independiente, el poder constituyente y el héroe de la emancipación". Revista de Filosofía [En línea], 2015.

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