Las lenguas indígenas del noroeste de México: pasado y presente. 1991

May 26, 2017 | Autor: J. Moctezuma Zama... | Categoría: Sociolinguística (Sociolinguistics), Lingüística Histórica, Lenguas Indoamericanas
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Descripción

CONSEJO NACIONAL PARA LA CULTURA Y LAS ARTES

Licenciado Víctor Flores Olea Presidente

INSTITUTO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA E HISTORIA Arqueólogo Roberto García Moll Director General

MUSEO NACIONAL DE ANTROPOLOGIA Doctora Mari Carmen Serra Puche Directora

SUBDIRECCION DE ETNOGRAFIA Etnóloga Beatriz Oliver Vega Subdirectora

ASOCIACION AMIGOS DEL MUSEO A.C. Arquitecto Pedro Ramírez Vázquez Presidente

SUBDIRECCION DE ETNOGRAFIA Coordinadores: Antropólogo Donaciano Gutiérrez Gutiérrez Antropóloga Josefina Gutiérrez Tripp Ilustraciones: Dolores Orellana Cagide Foto de portada: Gonzalo Gómez Cercado

Primera edición, 1991 © Instituto Nacional de Antropología e Historia Córdoba 45, Col. Roma, México, D.F. ISBN 968-29-3494-X Impreso y hecho en México

PARA AYUDAR A INFORMAR SOBRE LAS SOCIEDADES Arqueólogo Julio César Montané Martí

SONORENSES

LA PENETRACJON ESPAÑOLA EN EL NOROESTE DE MEXICO, DEL SIGLO XVI AL XVIII Doctor Sergio Ortega

LA EVANGELIZACJON EN LA TARAHUMARA (1604-1767) Doctor Luis González Rodríguez

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LAS REBELIONES INDIGENAS Y SUS REPERCUSIONES EN LOS REALES DE MINAS, SAN JUAN BAUTISTA, SONORA, UN EJEMPLO Arqueólogo César Armando Quijada López

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LAS LENGUAS INDJGENAS DEL NOROESTE DE MEXJCO: PASADO Y PRESENTE Lingüista José Luis Moctezuma Zamarrón

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EL DESIERTO ECOLOGJA Y CULTURA. LA EVOLUCJON DE LOS GRUPOS INDIGENAS DE SONORA Antropólogo

Ricardo María Garibay

CONSERVACION DEL PATRIMONIO CULTURAL VIVO EN BAJA CALIFORNIA Antropólogo

Francisco Zertuche

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Licenciado Juan Malagamba

St.\\\t.~ \Jt-\_\Jt-~\t5\\\J Licenciado en Ciencias de la Comunicación

Alejandro Aguilar Zeleny

PANORAMA ETNOGRAFICO DE LOS KIKAPU DE MEXICO

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Lingüista José Luis Moctezuma

UNA VISION GENERAL DE LAS SOCIEDADES INDIGENAS AUTOCTONAS DE BAJA CALIFORNIA Antropóloga

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María Julia Bendímez

Profesora Yolanda Sánchez Ogas

MESA REDONDA: EL DESIERTO

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Sesión de preguntas y comentarios



FIESTA Y ETNICIDAD Lingüista Andrés Ortiz Garay

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LAS LENGUAS INDIGENAS DEL NOROESTE DE MEXICO: PASADO Y PRESENTE. JOSE LUIS MOCTEZUMA ZAMARRON CRS • INAH

Cuando los primeros colonizadores europeos llegaron a la región noroeste de lo que actualmente es la República Mexicana, se encontraron una gran diversidad de lenguas y dialectos, los cuales correspondían, en términos generales, a dos familias lingüísticas: la uto-azteca (también llamada uto-nahua) y la hokana. En el momento del contacto el área en donde se localizaban las lenguas de nuestro interés y que pertenecen a la familia hokana cubre lo que hoy conocemos como el estado de Baja California, la región central de la costa de Sonora y posiblemente la zona costera del norte de Sinaloa y norte de Nayarit. En cuanto a la ubicación geográfica de las lenguas del grupo sonorense de la familia uta-azteca, podemos decir que estas lenguas se localizaban en los estados del noroeste de México: Sonora, Chihuahua, Sinaloa, Coahuila, Durango, Zacatecas, Nayarit y Jalisco, para mencionar los más importantes. Actualmente ambas familias de lenguas se encuentran en las mismas zonas, pero con la diferencia de que sus territorios se han visto reducidos considerablemente por la expansión que a lo largo de varios siglos han venido realizando los colonizadores europeos y los grupos mestizos. Esto, a su vez, ha traído como consecuencia la desaparición de un buen número de lenguas y dialectos, así como los procesos sociolingüísticos de desplazamiento al que se han visto sometidas las lenguas vernáculas por el español. CLASIFICACION DE LAS LENGUAS INDIGENAS DEL NOROESTE. Las lenguas de la familia hokana que se hablan en el noroeste de México pueden dividirse en dos gru1 pos: el grupo yumano que tiene su asentamiento en la parte norte del Estado de Baja California y el grupo seriano, formado por el seri, lengua que se habla en la costa central del Estado de Sonora. Además, dentro de esta familia podríamos colocar otras lenguas ya extintas que tradicionalmente han sido consideradas uto-aztecas, como son: el guasave, con sus variedades ahorne, comopori, vacoregue y achire, y el naarlnuquia o temúrete. Miller (1983b) plantea la hipótesis de que ambos estaban relacionados con los seris, debido a que los tres grupos han habitado las regiones costeras, no practicaban la agricultura y en las relaciones hechas por los jesuítas, esas lenguas eran consideradas distintas a las uta-aztecas. LENGUAS HOKANAS DEL NOROESTEDE MEXIC02 YUMANAS SERIANAS POSIBLES LENGUAS HOKANAS Diegueño o Kumiai (también co- Seri (upanguayma, San Esteban2 Guasave (ahorne, comopori, vaconacido como cochirnl) regue y achire) Naarinuquia o/ teCucapá múrete. Kiliwa Paipai o akwa'ala

A la lengua seri se le ha atribuído parentesco con la lengua chontal de Oaxaca o tequistlateco, pero Turner afirma que no existe relación directa entre ellas. Por su parte Marlett sostiene que si bien el seri pertenece a la familia hokana, su relación con los otros grupos de esta familia es muy distante. Con relación a la familia uto-azteca, casi todas las lenguas que se hablaban en la región noroeste de México, al momento del contacto, pertenecían a la rama sonorense. Según Fowler, el proto-uto-azteca era una cadena de dialectos hablados hace aproximadamente quinientos años3 por grupos pequeños de caza(1} (2) (3)

Por motivos de espacio y por considerar que el grupo yumano requiere de una revisión aparte, en este trabajo solamente presentaré, de manera general, su ubicación y las lenguas que lo componen. Aunque la mayoría de los escritos antiguos señalan al upanguayma al sur de la zona seri, Moser lo ubica en el área norte. Por otra parte, los nombres que aparecen entre paréntesis son dialectos de la lengua que aparece anterior a ellos. Manrique (En prensa), ubica al proto-uto-azteca en una fecha cercana a los seis mil años.

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·dores recolectores que interactuaban continuamente por su gran movilidad. A partir del análisis de los vocabularios de varias lenguas uto-aztecas, esta autora propone ubicar el territorio original de la lengua madre en la región que comprénde el noroeste dellstado de Sonora, elaoroeste dE¡,Chihuahua, casi todo el Estado de Arizona y, probablemente, parte.del sureste de los Estados de CalifÓrnia y Nevada (ver mapa 1). Por otro lado, Miller (1983a) plantea que hace unos cinco mil quinientos años se dió una separación en lo que se ha llamado uta-azteca del norte y uta-azteca del sur. Actualmente, los idiomas de la subfamilia del norte se localizan en el suroeste de los Estados Unidos, y están agrupadas en cuatro ramas: la Númica, la Tubatulabal, la Tákika y la Hop.i. Las lenguas de la subfamilia sureña se localizan en una extensa región que va del sur del Estado de Arizona, hasta Centroamérica, y se agrupan en las ramas sonorense y aztecana. De éstas dos últimas ramas se plantea que hubo una separación hace cuatro mil quinientos años. Posteriormente, hace alrededor de tres mil quinientos años, se da una escisión en el proto-sonorense que resulta en la formación de los cuatro grupos que actualmente conocemos como la rama sonorense: Tepimano, Taracachita, Tubar y Corachol.

RAMA SONORENSE.4

GRUPO TEPIMANO GUPO TARACAHITA Pima alto (pápago, pima Tarahumarano: (tarahuy névome), pima bajo, mara del este, tarahumaTepehuano del norte, te- ra del oeste y tarahumara pehuano del sur (tepe- del sur), guarijío (guarijío huano del sureste, de Chihuahua, guarijío de tepehuano del suroeste y Sonora). tepecano*

GRUPO OPATANO GRUPO TUSAR * Opata * y Eudeve*. Ca- Corachol: cora y huichol. hita (yaqui, mayo y tehueco*).

Miller afirma que las lenguas sonorenses han estado en el noroeste de México por largo tiempo. También sugiere que la ubicación geográfica original de dicha rama podría estar en las inmediaciones de la Sierra Madre Occidental, precisamente en el área que se encuentra entre el río Mayo y el río Sinaloa, debido a que ahí se encontró la mayor diversidad de lenguas. Por su parte, Valiñas y Cortina proponen la localización original del proto-sonorense en el norte de Sonora y sur de los Estados Unidos, desde donde el proceso de diversificación se fue dando en un movimiento hacia el sur de México. Su propuesta evolutiva de las lenguas sonorenses hasta el siglo XVI es como sigue: " ... se propone un momento inicial en el que todas las lenguas sonorenses forman una sola lengua apenas separada de las demás yutoaztecas; podemos ubicarlo en el norte de Sonora y el sur de Estados Unidos. ( ... ) En el movimiento del grupo hacia el sur, se realiza una primera separación: un pequeño grupo sureño se desprende. Más adelante, otra separación sureña. El primer grupo logra avanzar por las planicies y se separa rápidamente. Es el corachol. El segundo grupo es el tubar ... ( ... ) Al paso del tiempo, debido a dificultades de movimiento de algunos grupos taracahitas, se escinden las tarahumaras del resto del grupo. Probablemente a causa del tubar. ( ... ) Las cahitas se separan, a su vez, de las opatanas. Tal vez las lenguas seris influyen en esta separación y en un movimiento hacia el este por parte de las opatanas. Esto hace que se dividan éstas en ópata y eudeve. Las tarahumaras se desplazan hacia el este y el sur. ( ... ) Esta situación se mantiene por largo tiempo, durante el cual las lenguas tepimanas comienzan a moverse hacia la costa y hacia el sur. Esto hace que después de largo tiempo (y ya estando en el actual estado de Sonora) se dividan los tepehuanos, quienes van moviéndose rápidamente hacia el sur. Este movimiento divide a los tarahumaras de los guarijfos. ( ... ) En el sur, los caras se ven detenidos por otros grupos que poseen una cultura más compleja, lo que hace que los huicholes se muevan hacia el este, hacia la sierra de Jalisco. ( ... ) Esta sítua(4)

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El trabajo de Miller (1983a) sirve- como base a esta clasificación, desaparecidos aparecen con un asterisco.

con ligeras modificaciones. Las lenguas o dialectos

ción perduró por algún tiempo. Durante éste, los tepehuanos lograron penetrar en el actual Estado de Durango. Los tepehuanos ya han revasado a los grupos tarahumaras. ( ... ) Mientras tanto, en el norte, los pimas se escinden en altos y bajos. Estos últimos ya comienzan un movimiento hacia el sureste." (Valiñas y Cortina página 406-7). Esta larga cita muestra una manera distinta de determinar el proceso de diferenciación de las lenguas sonorenses a partir de métodos estadísticos en datos léxicos. Estos métodos son diferentes a los utilizados por la glotocronología, la cual emplea Miller (op cit. 1983a)junto con el método intuitivo. Este autor considera, además de los datos léxicos, evidencias fonológicas. En el primer caso no se dan fechas, ni siglos de diferenciación (figura 2), cosa que sí ocurre con el método glotocronológico (figura 1). · Otro problema lo presentan las lenguas tepimanas, pues su ubicación se localiza en dos regiones diferentes, separadas por otras lenguas de la misma rama. Para Fowler y Miller {1983b) el movimiento de estas lenguas se dió de sur a norte, aunque señalan que las evidencias no son concluyentes. Por otro lado, Valiñas y Cortina, además de Manrique, señalan que el camino que siguieron los grupos de hablantes de estas lenguas fue de norte a sur. La verdad es que se requiere de mayor información y otro tipo de datos para poder determinar hacia donde se dió el movimiento de las lenguas tepimanas. LENGUAS Y DIALECTOS EXTINTOS. Al poco tiempo del contacto entre los grupos indígenas del noroeste de México y los colonizadores españoles, se inició la desaparición de un gran número de lenguas y dialectos autóctonos. En algunos casos la extinción ocurrió por muerte genética, esto es, por la desaparición física de sus hablantes. Tal parece ser el caso de los idiomas guasave, nio y zoe, por mencionar algunos. Por otro lado, se presentó la muerte de algunas lenguas por asimilación. Algunas lenguas indígenas cedieron su función comunicativa al español. De esta manera idiomas como el ópata y el eudeve se fueron asimilando al español en la medida en que los hablantes de estas lenguas fueron gradualmente sustituyéndolas por la lengua de los colonizadores, hasta que por último sus idiomas nativos desaparecieron. Para presentar las lenguas y dialectos extintos partimos del trabajo de Sauer y de la revisión que de él realizó Miller (op. cit., 1983b). Este se basó en cuatro tipos de evidencias para determinar cuál era la relación de las lenguas desaparecidas con respecto a la familia uta-azteca. La primera es una evidencia lingüística; la segunda se basaba en comentarios de los primeros misioneros; la tercera viene de los nombres de lugar y la última se fundamenta en la identidad o similaridad cultural. Por otro lado, el presente trabajo considera a otros autores quienes han informado sobre la muerte de algunas de las lenguas que rios ocupan. Dentro de las lenguas tepimanas han dejado de hablarse algunos dialectos del pima alto; como el sobaipuri, el piato, el hímeri, el cocomacague y muy posiblemente el névome, pues según Hale, de éste último había, en 1971, dos hablantes, y Faubert afirma que en 1975 sólo existía un hablante en O navas que hablaba con fluidez la lengua. Aunque tradieionalmente se han señalado a los tres últimos dialectos como pertenecientes al pima bajo (ver las diferentes clasificaciones en Arana et.al.), Miller (op cit., 1983a), refiriéndose al névome, afirma que ha habido un error y es claro que ese dialecto pertenece al pima alto. Además, observamos en el mapa que se presenta en dicho trabajo que los dialectos ure y cocomacague también 5 pertenecieron al pima alto. El tepecano, como variedad del tepehuano del sur, se ha señalado como extinto aún cuando no existe claridad en ese hecho. Junto al tepecano se han colocado al colotlán y al vigitega como variedades ahora desaparecidas del tepehuano del sur. El grupo taracahita es el que presenta un mayor número de lenguas y dialectos que ya se extinguieron. En principio, ópata o teguima, eudeve, también llamado heve o dohema, y muy probablemente jova, formaron el sub-grupo opatano. De los dos primeros se tienen suficientes datos que han permitido su ubica(5)

En el mapa de las lenguas en el siglo XVI se dibuja una línea punteada para separar al pima bajo del alto segun la versión de Miller, mientras las dos líneas punteadas marcan la frontera según las otras versiones.

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ción; no así del java, del cual se tiene poca información. Aún así se le ha clasificado como perteneciente a ese sub-grupo. De esta manera, con la muerte de estas tres lenguas, se perdió un sub-grupo de los tres que formaban el grupo taracahita. El chinipa, guazapar y probablemente el témori pertenecieron al sub-grupo tarahumarano. Es posible que estas lenguas hayan tenido un parentesco muy cercano con el guarijío. Al parecer existían tres dialectos mayores del cahita, o en su caso tres lenguas muy emparentadas que tenían al interior variedades que eran reconocidas con un nombre propio. Por un lado, las variedades que todavía se hablan, como son el yaqui y el mayo, forman un grupo junto con el tehueco, sinaloa y zuaque. Otro grupo quizá fue el formado por el conicari, tepahue, macoyahui y baciroa. Actualmente, en el área donde se encontraba el macoyahui, se habla un subdialecto del mayo, lo que puede ser influencia del antiguo grupo dialectal (Moctezuma y López). El tercer grupo tal vez estuvo formado por el comanito, mocorito, tahue y acaxee. Dentro de éste último parece que existieron las variedades llamadas tebaca, bacapa, pacaxe y sabaibo. Sauer señala que existió relación lingüística muy cercana entre el tahue y el acaxee, entre el tahue y el mocorito, y finalmente entre el tahue y comanito. Al mismo tiempo comenta la existencia de diferencias y similitudes de éstos con los llamados cahitas: yaqui, mayo, etcétera. Del acaxee se refiere como una forma aberrante del cahita, lo que nos hace pensar que la mayor diferencia dialectal era entre los mayos y sus vecinos, con el acaxee, precisamente porque al parecer había un continuum dialectal (en donde los extremos presentaban diferencias muy marcadas.). El grupo tubar desapareció en la medida que la única lengua reconocida dejó de existir. Con ello se perdió un grupo de los cuatro que son reconocidos dentro de la clasificación de las lenguas que forman la rama sonorense. Del grupo corachol se reconoce la muerte del totorame, conocido en los primeros contactos como pinome. Su semejanza fue con el cara. El tecual, guachichil, zacateca y lagunero o irritila se les ubica como cercanos al huichol, mientras que el zayahueco, huaynamota y coano compartieron la misma lengua con el cara. Por último, el teul es probable que fuera corachol. Miller señala algunas lenguas como uta-aztecas pero que presentan dificultad para colocarlas dentro de un grupo específico. Ellas son: el toboso, el ocoroni (señalado por un misionero como parecido al ópata pero sin dar mayores detalles), y el concho, con sus variedades chinarra y chizo. Es posible que este último constituya una rama uta-azteca no conocida. Por otro lado, Miller sostiene que algunas lenguas ya desaparecidas no pueden clasificarse por lo dudoso de los datos con los que se cuenta. Estas son el zoe, nio, huite, xixime, con sus variantes hine y hume y suma-jumano. Todas han sido clasificadas como taracahitas por otros autores. Es probable que algunas de estas lenguas pertenezcan a alguna rama no conocida o formen parte de continua dialectales de los grupos conocidos. Por último, Moser describe que el idioma seri contaba con los dialectos upanguayma, seri y San Esteban, los cuales se fundieron en uno sólo debido al decrecimiento de los hablantes de esos grupos, producto de las constantes luchas con los colonizadores de sus territorios. SITUACION ACTUAL DE LAS LENGUAS INDIGENAS DEL NOROESTE. La situación actual de las lenguas indígenas del noroeste, al igual que el resto de las lenguas indígenas que se hablan en México, se encuentran en un proceso de conflicto lingüístico con respecto al español. El grado de bilingüísmo, como proceso de sustitución, varía entre comunidad y comunidad, pero la realidad es que el bilingüísmo lengua indígena-español no lo podemos tratar como un hecho ideal, en donde se complementen cada una de ellas. Es más bien un conflicto entre una lengua dominante, en este caso el español, y una lengua dominada; posición que ocupan actualmente las lenguas indígenas. Los trabajos sobre sociolingüística en el noroeste de México apenas y comienzan a tocar la problemática en torno al conflicto lingüístico en esa región, así que solamente presentaré un breve panorama a partir de los materiales disponibles, pero los cuales nos dan una imagen en cuanto al uso y función de las len-

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guas y a los préstamos lingüísticos (cuando tenemos datos de ellos). estos últimos como factor importante dentro del cambio lingüístico. En la actualidad el seri se habla en dos comunidades de la costa central del Estado de Sonora: Punta Chueca y El Desemboque. La población es de alrededor de seiscientos habitantes que se autonombran konkáak, término cuyo significado es "la gente". A pesar de ser un grupo pequeño, los seris han mantenido hasta la fecha su fidelidad a su lengua materna. Esto hace que todo individuo autonombrado konkáak tenga como primera lengua el seri. El uso y función de la lengua tiene un importante papel dentro del grupo pues no sólo sirve como base para la comunicación al interior de la comunidad, sino también para la preservación de su conocimiento sobre el medio ambiente y su tradición oral (Marlett, op cit.). Actualmente al interior del seri no existe variación dialectal y el bilingüísmo con el españql ha crecido considerablemente a partir de una mayor presencia de comunidades de habla española ceca de las comunidades seris. Además, la comercialización de la pesca que realizan y de sus artesanías, ha traído como consecuencia un mayor uso del español, lo que hace que un buen número de seris sea bilingüe (Spicer). A pesar de eso el idioma seri sigue siendo uno de los principales elementos cohesionadores del grupo. Esto se ha visto reflejado en los préstamos: de las lenguas indígenas habladas en el noroeste de México, el seri es la que menos préstamos ha recibido, prefiriendo sus hablantes crear nuevos términos a partir de su lengua materna. Los pápago, que habitan en el Estado de Sonora se autonombran ó?otam, que significa "nosotros, la gente" y presentan, junto con los pimas bajos, los grupos del noroeste, con mayores problemas en cuanto a la utilización de sus lenguas autóctonas. Su problemática estriba en que son grupos pequeños, en donde además un número considerable de niños hablan cada vez menos su lengua materna .. En México habitan un promedio de doscientos pápagos, mientras que en Arizona existen alrededor de dieciseis mil (Fontana). Estos últimos, a pesar de tener un proceso de aculturación, primero por hablantes de español y después de inglés, no se encuentran en la desventajosa situación que sus parientes de México. La variación dialectal es un rasgo que presentan los ó?otam de Arizona, siendo una variedad del mismo el que se habla en México. Los pimas bajos se denominan ellos mismos ?oob. Se localizan en los límites territoriales de los Estados de Sonora y de Chihuahua y tienen una población de mil a dos mil personas (Dunnigan). El problema de vivir entre mestizos, de sufrir desalojos de sus terrenos y de emigrar a otras regiones en busca de mejores alternativas de vida, ha hecho que los pimas sean uno de los grupos indígenas de la rama sonorense que mayores problemas tine para seguir utilizando su lengua. Comunidades como Yécora eran hasta hace poco enclaves pimas, pero actualmente sus pobladores indígenas se han visto empujados fuera de la comunidad o absorbidos por los mestizos. El bilingüísmo en esta lengua es muy elevado y los niños están en proceso de dejar el pima como lengua materna. Desde el punto de vista sistémico al yaqui y al mayo los podemos considerar como dialectos del cahita, aunque en tanto que lenguas históricas, tendrían que ser consideradas dos lenguas (Moctezuma y López b). El yaqui se autonombra yoéme y a pesar de una serie de vicisitudes que hizo casi desaparecer al grupo, sus miembros fueron capaces de reconcentrarse hasta lograr que su lengua, en términos de usos y funciones, se consolidara dentro de su territorio, aún cuando éste se vió reducido. A partir del reencuentro, los yaquis mantuvieron un relativo aislamiento dentro de sus comunidades que permitió a los niños crecer con un limitado contacto con hablantes de español durante el período comprendido entre 1920 y 1950. En la actualidad la población supera los treinta mil individuos y representa uno de los más importantes enclaves indígenas en el Estado de Sonora y en el noroeste de México. La feroz lucha armada que sostuvieron los yaquis con el ejército porfirista determinó que algunos miembros del grupo cruzaran la frontera y se establecieran, principalmente, en el pueblo de Pascua, cerca de la ciudad de Tucson, Arizona. Actualmente ahí se habla el yaqui aunque con un alto índice de bilingüísmo yaqui-inglés. El bilingüísmo al que se ha visto sometido el grupo durante largos períodos de tiempo ha hecho que la lengua yaqui refleje un alto porcentaje de préstamos de otros idiomas (Lindenfeld, Spicer, Dozier), lo cual es notorio a nivel léxico y, sobre todo, a nivel discursivo.

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Por su parte el grupo mayo se nombra él mismo como yoréme. Su población está estimada entre cin­ cuenta y noventa mil personas que viven en un extenso territorio comprendido entre el sur de Ciudad Obregón, Sonora y el norte de Guasave, Sinaloa, y entre la costa y /as estribaciones de la Sierra Madre Occidental. De hecho es el único grupo indígena de la rama sonorense que extendió su territorio original, pero al mismo tiempo vió cómo sus mejores tierras pasaban a /os grupos mestizos, con la consecuente presencia de hablantes de español en sus propias comunidades. Actualmente el mayo se· habla en /os lu­ gares en los que antiguamente se hablaban otras lenguas o dialectos, como el tehueco, el mocoyahui, el ahorne y el ocoroni. Los investigadores Spicer y Crumrine han señalado que para 1960 el grupo mayo era, junto con los tarahumaras, una de las comunidades con mayor monolingüísmo en lengua indígena. Un cuarto de siglo después es notorio el colapso del idioma mayo (Moctezuma, 1987). Casi en su totalidad las comunidades mayos presentan el fenómeno de que los niños están aprendiendo el español como primera lengua. Tal situación pone en seria desventaja a esa lengua indígena frente al español, pues sus usos y funciones están siendo desplazados rápidamente dentro de las comunidades. En cuanto a los préstamos, el mayo presenta casi las mismas características que sus vecinos yaquis: una fuerte tendencia a la adquisición de nuevos términos de otras lenguas. Los guarijíos se autonombran warihó los del dialecto de Chihuahua, y warihio los de Sonora, siendo su población de alrededor de dos o tres mil habitantes. En cuanto al uso y función, Miller {1984) señala que el guarijío es la lengua que se habla dentro de la casa, pero al mismo tiempo observa un bilingüísmo "incipiente" cuando ellos hablan español. La presencia de hispanoparlantes dentro de sus comunidades, así como instituciones que sirven como instrumentos de castellanización, son las fuerzas de cambio que están favoreciendo el uso del español, aunque como bien señala Miller (en prensa, página 2), "la lengua no está en peligro de morir inmediatamente". Miller nos informa que existen en la zona guarijío préstamos de la lengua indígena al español, pero al parecer los préstamos en sentido contrario son mucho mayores, notándose su presencia a nivel léxico y gramatical.

La población estimada de los tarahumaras, o rarámuris, como ellos se hacen llamar, es de más de cincuenta mil hablantes en un territorio que abarca la mitad del que ocupaban a la llegada de los españoles en el siglo XVI. El tarahumara cuenta a la fecha con tres dialectos. A pesar de un bilingüísmo cada vez mayor, existe un número considerable de monolingües en lengua indígena, lo que los hace ser uno de los grupos que más se ha resistido a la castellanización. Su lengua presenta uno de los porcentajes más bajos en cuanto a los préstamos de otras lenguas (Ornstein). Los tepehuanos del norte se hacen llamar ódami, "gente indígena". Su territorio se vió reducido considerablemente después de la llegada de los españoles y actualmente sus comunidades se localizan dentro de los municipios de Guadalupe y Calvo y Morelos, en el Estado de Chihuahua. La población estimada es de alrededor de cuatro mil hablantes, dispersos en pequeñas rancherías y aunque la población hable el tepehuano, la presencia de los mestizos se ha hecho sentir dentro de sus comunidades, por lo que ahora el bilingüfsmo ha crecido considerablemente. El tepehuano del sur presenta dos dialectos claramente diferenciados.

Los del sureste se autonombran

?ó?dam y los del suroeste ?áudam. Su población es de más de quince mil habitantes viviendo en una extensa región montañosa del sur de Durango y noroeste de Nayarit. El grupo mayor se encuentra en el sureste y presenta un grado de bilingüísmo más estable, sobre todo en la comunidad de Teneraca, en donde existe un número considerable de monolingües en lengua indígena. El caso extremo al anterior lo presenta la comunidad de Milpilla Chico, en donde se habla una variedad del dialecto suroeste. En la cabecera de la comunidad se habla muy_.poco la lengua indígena y en general los niños ya casi no la aprenden como primera lengua, lo cual determina que esa variedad se encuentre en un ritmo acelerado de muerte de la lengua. Este breve panorama nos muestra que el grado de bilingüísmo va en aumento a favor del español, que algunas lenguas o dialectos presentan un claro desplazamiento en sus usos y funciones y que el monolingüísmo en lengua indígena sólo acure en comunidades muy aisladas. Pero aquí solamente hemos presen-

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tado la parte oscura del bilingüísmo, por lo que se requiere de estudios que describan los mecanismos que los hablantes de lenguas indígenas del noroeste tienen para sobrevivir después de tres siglos y medio de una política del lenguaje favorable a la castellanización. Ese es el caso de yaquis y seris. Los dos se han enfrentado a situaciones extremas de exterminio y aún así ambos grupos han logrado mantener su identidad y su lengua hasta nuestros días. Estos y el resto de los grupos indígenas del noroeste de México están en la disyuntiva de poder adaptarse a las nuevas situaciones o perecer. APENDICE. LENGUAS INDIGENAS DEL NOROESTE DE MEXICO. (MAPAS 2 Y 3) FAMILIA UTO-AZTECA.

RAMA SONORENSE

GRUPO TEPIMANO PIMAALTO - Gileño - Pápago - Sobaipuri* - Himeri* - (Cocomacague*) - (Ure*) - (Névome*) PIMABAJO - Yécora TEPEHUANO DEL NORTE TEPEHUANO DEL SUR -Tepecano* - colotlán* - vigitega* - Sureste - Suroeste

GRUPO TARACAHITA SUB-GRUPO OPATANO OPATA* EUDEVE* JOVA*? SUB-GRUPOTARAHUMARANO TARAHUMARA - Del Oeste - Del Este - Del Sur GUARIJIO - Chinipa* - Guazapar* -Témori* - De Chihuahua - De Sonora SUB-GRUPO CAHITA Grupo A -Yaqui - Mayo -Tehueco* - Sinaloa* - Zuaque* Grupo B -Tepahue* - Conicari*

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- Baciroa* - Macoyahui* Grupo C - Comanito* - Mocorito* - Tahue* -Acaxee* - tebaca* - sobaibo* - bacapa*

- pacaxe=

GRUPO TUBAR* GRUPO CORACHOL CORA - Coano* - Huaynamota* - Zayahueco* - Totorame o Pinome* HUICHOL - Tecual* - Guachichil* - Zacateco* - Lagunero o irritila* LITO-AZTECASNO CLASIFICADAS OCORONI* CONCHO* - Chinarra* - Chizo TOBOSO* LENGUAS NO CLASIFICADAS HUITE* ZOE* NIO* XIXIME* - Hine* - Hume* SUMA-JUMANO* JANO* JOCOME*

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