Las imitaciones de vajilla de barniz negro itálico en el Bajo Guadalquivir

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Descripción

COMER A LA MODA: IMITACIONES DE VAJILLA DE MESA EN TURDETANIA Y LA BÉTICA OCCIDENTAL DURANTE LA ANTIGÜEDAD (S. VI A.C. - VI D.C.)

Col·lecció INSTRUMENTA Barcelona 2014

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COMER A LA MODA

IMITACIONES DE VAJILLA DE MESA EN TURDETANIA Y LA BÉTICA OCCIDENTAL DURANTE LA ANTIGÜEDAD (S. VI A.C. - VI D.C.)

Francisco José García Fernández Enrique García Vargas (Eds.)

© PUBLICACIONS I EDICIONS DE LA UNIVERSITAT DE BARCELONA, 2014 Adolf Florensa, 2/n; 08028 Barcelona; Tel. 934 035 442; Fax 934 035 446. [email protected] 1ª edición: Barcelona, 2014 Director de la colección: JOSÉ REMESAL. Secretario de la colección: ANTONIO AGUILERA. Diseño de la cubierta: CESCA SIMÓN. Composición y maquetación: SERGI CALZADA. CEIPAC - http://ceipac.ub.edu Unión Europea: ERC Advanced Grant 2013 EPNet 401195. Gobierno de España: DGICYT: PB89-244; PB96-218; APC 1998-119; APC 1999-0033; APC 1999-034; BHA 2000-0731; PGC 2000-2409-E; BHA 2001-5046E; BHA2002-11006E; HUM2004-01662/HIST; HUM200421129E; HUM2005-23853E; HUM2006-27988E; HP2005-0016; HUM2007-30842-E/HIST; HAR2008-00210; HAR2011-24593. MAEX: AECI29/04/P/E; AECI.A/2589/05; AECI.A/4772/06; AECI.A/01437/07; AECI.A/017285/08. Generalitat de Catalunya : Grup de Recerca de Qualitat: SGR 95/200; SGR 99/00426; 2001 SGR 00010; 2005 SGR 01010; 2009 SGR 480; 2014 SGR 218; ACES 98-22/3; ACES 99/00006; 2002ACES 00092; 2006-EXCAV0006; 2006ACD 00069. Esta edición ha contado con la colaboración financiera de los Proyectos de Investigación: “La construcción y evolución de las entidades étnicas en Andalucía en la Antigüedad (siglos VII a.C.-II d.C.)” (HUM-03482), “Identidades étnicas e identidades cívico-políticas en la Hispania romana: el caso de la Turdetania-Betica” (HAR2012-32588) y “Sociedad y Paisaje. Alimentación e identidades culturales en Turdetania-Bética (Siglos VIII a.C. – II d. C.)” (HAR2011-25708/Hist), integrándose dentro de sus objetivos y difusión. Portada: Fotografía de plato de pescado de figuras rojas procedente de Apulia (ca. 350-325 a.C.) y conservado en el Museo del Louvre (Bibi Saint-Pol). Fotografía de plato de pescado en cerámica tipo Kuass procedente de la c/ Arellano 3 de Carmona (Sevilla) y conservado en el Museo de la Ciudad de Carmona (Violeta Moreno Megías). Composición original de Blanca del Espino Hidalgo. Impresión: Gráficas Rey, S.L. Depósito legal: ISBN: Impreso en España / Printed in Spain.

Queda rigurosamente prohibida la reproducción total o parcial de esta obra. Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede ser reproducida, almacenada, transmitida o utilizada mediante ningún tipo de medio o sistema, sin la autorización previa por escrito del editor.

Índice General

Presentación (F.J. García Fernández, E. García Vargas)

9

Nomenclatura y taxonomía de las cerámicas de imitación hispanorromanas. A modo de psicoanálisis (D. Bernal Casasola)

13

Imitaciones en las vajillas de mesa en la Bahía de Cádiz desde la transición tardoarcaica hasta la época tardopúnica. Actualización de los datos y nuevas propuestas (A. Sáez Romero)

33

Oculto bajo el barniz. Aproximación inicial a las producciones grises de Gadir de época tardoclásica-helenística (siglos -IV/-III) (A. Sáez Romero)

79

El éxito de la vajilla helenística “tipo Kuass” ¿Resultado de la adopción de una moda estética o reflejo de transformaciones culinarias y comensales? (A.Mª Niveau de Villedary y Mariñas)

119

Formas que cambian, engobes que permanecen. Una visión diacrónica de las imitaciones de vajilla de tipo Kuass en el valle del Guadalquivir (V. Moreno Megías)

175

El peso de la tradición: imitación y adaptación de formas helenísticas en la cerámica común turdetana (siglos V-I a.C.) (F.J. García Fernández)

205

Las imitaciones de vajilla de barniz negro en el valle del Guadalquivir (Mª J. Ramos Suárez, E. García Vargas)

239

Las imitaciones locales de Terra Sigillata en la bahía de Cádiz (M. Bustamante Álvarez; E. López Rosendo)

271

Imitaciones béticas de sigillata: contextos del s. I a.C.-II d.C. en la Plaza de la Encarnación y el Patio de Banderas del Real Alcázar de Sevilla (J. Vázquez Paz, E. García Vargas)

301

Imitaciones béticas de African Red Slip Ware: una sucinta aproximación a los contextos de Hispalis (J. Vázquez Paz)

323

7

La Terra Sigillata Hispánica Tardía Meridional (TSHTM): últimas producciones béticas de imitación para la mesa (J. Vázquez Paz, E. García Vargas)

333

Epílogo. Mil años de imitaciones: gusto, cultura e identidad (E. García Vargas, F.J. García Fernández)

353

Índices analíticos Índice topográfico Índice de materias Índice de formas cerámicas

371

Láminas

385

8

375 379

Las imitaciones Guadalquivir

de vajilla de barniz negro itálico en el

Bajo

María José Ramos Suárez Enrique García Vargas Universidad de Sevilla1 1. Introducción y objetivos El objetivo fundamental de este trabajo (que no puede ser sino preliminar) es la definición de un grupo cerámico de imitación de las cerámicas de barniz negro itálico documentado en los últimos decenios en varios contextos del valle bajo del Guadalquivir. De entre estos contextos, los más expresivos por su carácter estratificado y por el número y la variedad de ejemplares que han proporcionado proceden de la excavación arqueológica realizada entre 2009 y 2014 en el Patio de Banderas del Real Alcázar de Sevilla. La compleja estratigrafía de este lugar abarca desde niveles del siglo IX a.C. hasta la actualidad, documentando una ocupación permanente en la zona meridional de la ciudad actual. En nuestro trabajo, nos detendremos especialmente en los contextos (portuarios) correspondientes a la segunda fase republicana documentada en el Patio de Banderas que se data en el segundo tercio del siglo I a. C., y también en la siguiente fase, mediaugustea-tempranotiberiana, fechada entre 15 a.C. y 20 d.C. Es en ellos en los que se documentan las imitaciones de cerámica de barniz negro itálico que centrarán nuestro interés y que proporcionan datos de primer orden para la

Este trabajo se ha realizado en el marco del Grupo de Investigación PAI “De la Turdetania a la Bética” (HUM-152) de la Universidad de Sevilla dentro del Proyecto: “Sociedad y Paisaje. Alimentación e identidades culturales en TurdetaniaBética (Siglos VIII a.C.-II d.C.)” (HAR2011-25708/Hist). 1

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delimitación de una nueva referencia tipo-cronológica en el ya complejo mundo de las imitaciones atlántico-mediterráneas de vajillas de barniz negro itálicas. Hemos incluido, no obstante, en el trabajo algunas piezas de imitación con otras procedencias, estudiadas y publicadas entre 1985 y 2000 por Juan José Ventura Martínez y que formaron parte, junto a las Campanienses de importación del Bajo Guadalquivir, de su Tesis Doctoral en 1990. Estos ejemplares sirvieron a este investigador (Ventura 1985, 1990, 2002) para plantear por primera vez la existencia de un grupo local de imitación de cerámicas Campanienses, tarea en la que fue pionero. Algunos de ellos han sido revisados por nosotros en los fondos del Museo Arqueológico de Sevilla, lo que nos ha permitido constatar la relativa unidad formal, decorativa y técnica de unas producciones que hasta ahora han pasado relativamente inadvertidas en el conjunto de las imitaciones hispanas de cerámicas de barniz negro itálico. El citado material, que hemos unido, como se ha señalado ya, al más abundante del Patio de Banderas, procede de diversas intervenciones llevadas a cabo en Sevilla (C/ Argote de Molina 7: cf. Campos 1986) y otros yacimientos de su provincia, entre los que destaca Italica (Santiponce: Pellicer et al. 1982), Orippo (Torre de los Herberos, Dos Hermanas: cf. Fernández Gómez et al. 1996) y Carmona (Ortiz y Conlin e.p.). Se trata casi siempre de ejemplares procedentes de intervenciones ya antiguas sin contextos estratigráficos demasiado claros (aunque hay excepciones notables), lo que hace de la reciente lectura estratigrafía del Patio de Banderas el principal (aunque no único) referente cronológico y estratigráfico para estas producciones. Gracias a este material cerámico de procedencia variada (aunque debe insistirse en la importancia del conjunto estudiado en el Patio de Banderas), se ha pretendido con esta contribución preliminar:  Realizar, cuando ha sido posible, un “control” estratigráfico de las imitaciones de Campaniense del Bajo Guadalquivir que permita establecer una banda cronológica fiable para estas imitaciones cerámicas. Para ello se ha llevado a cabo un estudio de las mismas junto al registro cerámico completo de cada contexto, especialmente en el Patio de Banderas donde, además, se ha contado con una fechas de radiocarbono para la fase Republicana II: 77 +- 60 a.C.  Identificar las distintas producciones de cerámica gris de imitación, para establecer si se trata de una única producción cerámica o si, por el contrario, nos encontramos ante varios grupos técnicos que pudieran pertenecer a talleres alfareros diferentes.  Comparar los repertorios de barniz negro de importación y las series de imitación, lo que permitirá conocer cuáles son los tipos más imitados en cada momento y si coinciden a grandes rasgos los repertorios importados y los de producción local.  Colmatar, en lo posible, un vacío de investigación sobre imitaciones de cerámica Campaniense en la Baja Andalucía, donde, a diferencia de lo que sucede en la Alta Andalucía (cf. recientemente Adroher y Caballero 2008) y las zonas levantina y catalana (cf. Roca y Principal 2007), aún hay grandes lagunas de conocimiento sobre este tipo de producciones de imitación que, paradójicamente, fue intuido tan tempranamente (cf. Ventura 1985, 1990). La metodología básica del estudio ha constado de una serie de pasos imprescindibles para un acercamiento fiable a estas producciones, si bien queda para el futuro una definición arqueométrica que vaya más allá de la descripción macroscópica de las pastas:

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 Análisis tipológico: se ha llevado a cabo un estudio exhaustivo de cada pieza de forma directa, haciendo hincapié en la forma, el barniz o bruñido superficial y la decoración.  Análisis estratigráfico: se han estudiado las piezas dentro de su contexto estratigráfico, considerando el contexto material con el que aparece y viendo qué relación puede haber entre la cerámica de imitación de barniz negro y algunas de las producciones con las que convive en el tiempo.  Análisis macroscópico de las pastas: este estudio ha tenido como finalidad la agrupación de dichos fragmentos por características técnicas. Entendemos como grupo técnico el concepto de A. Schmitt e I. Vaz Pinto (2009), quienes defienden que la observación de la pasta cerámica mediante una lupa manual o binocular permite identificar algunos vestigios de la técnica de fabricación.  Análisis estadístico: con los datos procedentes de los análisis anteriores se ha llevado a cabo un estudio estadístico, en el que comparamos los resultados aportados por las imitaciones con los proporcionados por las importaciones itálicas de barniz negro. 2. Caracterización formal, técnica y decorativa 2.1. Caracterización Formal La cerámica de imitación de barniz negro objeto de estudio de este trabajo, reproduce prototipos del repertorio de la Campaniense A y B, así como algún tipo concreto de Aretina de barniz negro. Entendidas por Morel como imitaciones de influencia (Morel 1981, 516-519), este tipo de imitaciones se caracterizan por su heterogeneidad técnica debido a la existencia de varios centros de producción en los que interesa reproducir las formas, manteniendo su propia tradición productiva y presentando cierta sensibilidad por las modas, ya que se apropian de la tipología de los nuevos vasos cuando estos se generalizan en los mercados. Encontramos un gran número de imitaciones correspondientes al repertorio de la Campaniense B tratándose, en la mayoría de los casos, de tipos que se registran entre las importaciones itálicas en los mismos contextos estratigráficos, aunque también existen piezas que reproducen prototipos no documentados entre las manufacturas itálicas. Destacan las copas del tipo 2 de Lamboglia y los platos del tipo 5, siendo éstos los modelos más repetidos de todo el conjunto. En cambio, los ejemplares que emulan la Campaniense A son verdaderamente escasos entre todo el conjunto, correspondiéndose con modelos propios de la fase tardía de la producción en A, como son los tipos 8B, 25 y 31b de clasificación de Lamboglia. Creemos que este hecho se justifica por la datación relativamente tardía de las imitaciones de Campanienses del Bajo Guadalquivir, donde el grueso de las producciones conocidas hasta ahora se datan entre el segundo tercio del siglo I a.C. y los primeros decenios del siglo I d.C., un momento dominado en la región por las importaciones del círculo de las B, especialmente por las producciones de Cales, y por las primeras sigilatas itálicas. Por esta razón, hay que añadir a las imitaciones de formas propias del último momento de las Campanienses A (Campaniense A tardía) y de barnices negros de la variante tardía (90/80-40/20) de Cales, un conjunto de imitaciones de sigilatas itálicas que, de momento, se reduce a la forma Conspectus 8, una forma producida ampliamente en Aretina de barniz negro o sigilata negra (Ettlinger 1990). No obstante, hay que destacar la ausencia de este tipo en originales itálicos

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entre los yacimientos que incluimos en el presente trabajo, por lo que se han seguido criterios de tipo morfo-cronológico para asociar las imitaciones a esta forma concreta, como se señalará infra. 2.2. Grupos técnicos Tras un examen exhaustivo de las características de las piezas hemos conformado los grupos técnicos que expondremos a continuación. Para ello nos hemos basado tanto en el análisis macroscópico de las pastas como en el tratamiento externo de la superficie siguiendo el método de las profesoras Anne Schmitt e Inês Vaz Pinto (Schmitt y Vaz 2009). 2.2.1. Grupo 1 El conjunto claramente mayoritario con respecto al resto ha sido identificado como grupo nº 1. Este presenta una pasta calcárea, con una tonalidad que va del gris claro al gris oscuro debido a una cocción reductora. Así mismo consta de una matriz arenosa de grano fino, medianamente depurada, en la que pueden observarse a nivel macroscópico algunas vacuolas redondeadas y alargadas, de tamaño medio o pequeño. En cuanto al tratamiento recibido por este conjunto cerámico destaca un engobe negro, el cual parece haber sido bruñido posteriormente. Este, es de muy escasa calidad, ya que se descascarilla con gran facilidad, habiendo piezas que lo han perdido en su totalidad y otras en las que apenas se conserva (Lám. VIII). 2.2.2. Grupo 1A Como subgrupo del anterior, y por tanto catalogado como grupo 1A, encontramos una serie de ejemplares cuya pasta es similar a la que acabamos de describir, pero que presenta un barniz o engobe muy distinto. Este es de tono marronáceo y bastante denso aunque poco adherente. A pesar de presentar una serie de pérdidas repartidas por toda la superficie, suele conservarse mejor en el interior de los fragmentos, aunque también tiende a cubrir la zona externa de los fondos. Así mismo, consta de muy poco brillo, otorgando a las piezas un aspecto mate. Este subgrupo lo encontramos mayoritariamente en la primera fase imperial de la excavación del Patio de Banderas. Esta cronología tan tardía con respecto a la cerámica Campaniense, junto con la gran afluencia de Terra Sigillata itálica de barniz rojo en este momento, hace pensar que quizás estemos ante intentos de emulación de barniz rojo, aunque manteniendo la tradicional producción en pasta gris, lo que produciría los tonos marronáceos o castaños que caracterizan el barniz que recubre estas piezas (Lám. VIII). 2.2.3. Grupo 2 Como grupo 2, y posiblemente procedente de una tradición de producción distinta a la de las imitaciones de Campaniense en pasta gris, se ha catalogado una sola pieza, la cual ha sido incluida en el presente trabajo porque responde a una forma típica del repertorio Campaniense, como es la Lamb. 6. Este fragmento procede de la segunda fase republicana, etapa en la que la presencia de las distintas producciones de Campaniense B alcanza su cenit, al menos en la zona ya excavada del Patio de Banderas.

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Al igual que en el resto de las imitaciones locales, la pasta es de naturaleza calcárea, presentando en este caso dos colores, ambos prácticamente en la misma proporción, siendo estos el beige claro y el gris claro, provocados posiblemente por una cocción oxidante. Así mismo, consta de una matriz muy poco depurada y tosca, con algunas vacuolas redondeadas de tamaño medio. En cuanto al revestimiento que le fue aplicado, se trata de un barniz marronáceo más oscuro que el del subgrupo 1A expuesto anteriormente, con tonos más claros en la parte externa de la pieza y con muy poco brillo. Es bastante denso, con un buen estado de conservación a excepción de las líneas de torno y de carena, donde se concentran las escasas pérdidas existentes (Lám. VIII). 2.2.3. Grupo 3 Incluimos también en este grupo un solo fragmento, ya que cuenta con unas particularidades técnicas distintas de los anteriores. A diferencia de los casos previamente descritos, no hemos podido acceder directamente a esta pieza, por lo que únicamente disponemos de la descripción que hace al respecto Juan José Ventura en su tesis. Según este investigador, la pieza no es una imitación de pasta gris, sino que presenta un color anaranjado con un filete central grisáceo, siendo de textura homogénea y dura. En cuanto al barniz, es opaco y de escaso brillo. Como característica reseñable, la pieza cuenta con una ranura en la superficie de apoyo del pie. Identificada como imitación de Campaniense por motivos formales, es el único ejemplar que registra el autor como imitación entre los materiales procedentes de la excavación de C/ Argote de Molina 7 (Ventura 1990, 213) 2.2.4. Grupo 4 Conforman este grupo tan solo dos piezas, una procedente del Patio de Banderas de Sevilla y la otra del yacimiento de La Mesa, en Alcolea del Río. Hemos accedido directamente al ejemplar proveniente de la excavación del Patio de Banderas, mientras que del segundo de los fragmentos solo tenemos la referencia de Juan José Ventura en su tesis, cuya descripción técnica coincide con la de la pieza a la que nosotros hemos podido acceder. Ambos ejemplares presentarían una pasta con matriz dura, homogénea y de color beige, cubierta por un barniz de tonalidad rojizo-anaranjada, que recuerda a las producciones tipo “Peñaflor”. Las piezas han sido identificadas como imitaciones de barniz negro por cuestiones decorativas, ya que ambas presentan una losange estampillada en disposición central como ornamentación, elemento que se repite con bastante asiduidad entre muchas de las piezas en pasta gris, y que es propio de la fase tardía de la producción itálica de Cales (Lám. VIII). 2.3. Decoración 2.3.1. Imitaciones de Campaniense A La única pieza de imitación de Campaniense A que hemos registrado con posibles restos de decoración es una base adscrita a un vaso de la forma 31b de Lamboglia. En ella, se observan marcas que podrían corresponderse con círculos incisos acanalados, no obstante, la pieza que se encuentra bastante deteriorada en su superficie, ha perdido todo el tratamiento externo y no es posible percibir con total seguridad si se trata de restos de acanaladuras o de simples marcas de torno que en su origen debieron ser bastante significativas. En nuestro caso, nos decantamos por la primera de las opciones ya que el tipo al que imitan presenta, en el fondo del vaso, dos bandas paralelas pintadas, ya sea en color vinoso o blanco.

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2.3.2. Imitaciones de Campaniense B A diferencia del grupo anterior, existe un número significativo de piezas con decoración entre los ejemplares que emulan el repertorio de la Campaniense B. Destacan los círculos concéntricos acanalados sobre el centro del fondo interno del vaso, encontrando en la mayoría de los casos tan solo una línea incisa en solitario, si bien algunas piezas presentan una disposición de dos líneas. Así mismo, en tan solo dos piezas hallamos un círculo concéntrico en la zona de la carena que da lugar al nacimiento del borde, combinándose en uno de los casos con las incisiones circulares en el centro del fondo del vaso ya mencionadas. Aunque en los ejemplares itálicos sea común encontrar una faja de ruedecillas inserta entre estos círculos concéntricos, dicho elemento decorativo no ha sido documentado aún en el repertorio de imitaciones pudiendo, pues, proponerse, aunque con precauciones, una simplificación ornamental al respecto a los repertorios de referencia. Concretamente, encontramos este tipo de decoraciones en páteras de los tipos 5 y 5/7 de Lamboglia, y en alguna base que no ha podido ser vinculada a forma alguna, aunque parece estar relacionada a los recipientes de tamaño medio o grande. Por su parte, la única decoración impresa presente entre el grupo de imitaciones es el “tipo losange”, catalogada dentro de las “grandes estampillas”. En los originales itálicos, suele estar compuesta por 3, 4, 5 ó 6 pequeñas hojas esquemáticas, generalmente con el motivo de “hoja de hiedra” que, unidas mediante trazos, dan lugar a distintas formas: ya sea un triángulo, un rombo, un pentágono o un hexágono, según la cantidad de hojas presentes. En las imitaciones que estamos tratando tan solo se han registrado estampillas de cuatro brazos con forma de rombo, aunque el estado fragmentario de las piezas, de las que solo se conserva una de las hojas, permite intuir la existencia de motivos más complejos que no se han conservado completos. Todos los ejemplares, excepto uno, presentan una estampilla de ubicación central, que algunas veces aparece rodeada de uno o dos círculos concéntricos acanalados. En la pieza restante, se establece un esquema decorativo en disposición radial, con 4 ó 5 losanges, un número imposible de dilucidar por el estado de fragmentación de la pieza. Las estampillas se encuentran vinculadas a una serie de círculos acanalados concéntricos sobre los que se establecen, conformando así un diseño decorativo más complejo que los anteriores. En los productos de imitación, este tipo decorativo aparece siempre vinculado a bases de páteras y copas de tamaño medio o pequeño, siendo la decoración que más se repite entre las producciones de pasta gris, tanto en el Patio de Banderas de Sevilla, como en el resto de yacimientos de la Provincia de Sevilla. Hay que destacar que, aunque estamos ante el tipo decorativo más frecuente entre las imitaciones de barniz negro, tan solo se ha registrado en los contextos estudiados un ejemplar itálico de importación con esta decoración impresa que procede de niveles posteriores cronológicamente del yacimiento de Orippo (Torre de los Herberos, Dos Hermanas). Finalmente, queremos resaltar que las estampillas losángicas aparecen generalmente asociadas a la fase tardía de la producción calena y, por tanto, presentan una cronología amplia entre 90/80 y 40/20 a.C.

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3. Antecedentes 3.1. Historia de la investigación Los trabajos iniciales de J.J. Ventura (1985, 1990) incidieron en la necesidad de separar de las Campanienses de tipo C definidas por N. Lamboglia (1952) las “Campanienses” de pasta gris del Bajo Guadaquivir que supuestamente imitaban los barnices negros republicanos de Italia. De hecho, J.-P. Morel (1968) ya había observado, a escala mediterránea, la escasa difusión de las Campanienses C “verdaderas” y alertado acerca de la existencia de un amplio fenómeno de imitación mediterránea de barnices negros cuyos productos se caracterizaban por presentar, con carácter general, cocciones reductoras y pastas de tonalidad gris (cf. Adroher y Caballero 2012). Sin embargo, la falta de estudios sobre estas producciones del Bajo Guadalquivir con posterioridad al año 2000, último trabajo de J.J. Ventura en el que estas cerámicas grises estaban ya perfectamente aisladas, volvieron a sumir en las sombras a las Campanienses de imitación del Medio y Bajo Guadalquivir, a pesar de que los trabajos del propio J.-P. Morel (1968, 1981, 1992) y los de J. Boubé (1985-1986) habían puesto sobre el tapete la singularidad de las producciones de barniz negro del Marruecos atlántico (Campaniense D marroquí) e incluso sus conexiones técnicas y formales con el grupo de las imitaciones que empezaban a delinearse en el Guadalquivir, llegando a plantearse una procedencia geográfica de la Ulterior para los ejemplares mauritanos (Morel 1992, 230). Entre tanto, por estos mismos años, A. Adroher comenzó a definir un grupo de imitaciones de la Alta Andalucía que llamó en principio, por su área de difusión, “cerámica gris bastetana”, a la que pronto se unió un segundo grupo de imitaciones con “epicentro” más al interior denominado “cerámica gris oretana” (Adroher y López 2002). Los repertorios formales de ambos grupos eran casi idénticos, aunque había pequeñas diferencias técnicas a nivel de textura, composición y gama de colores de las pastas cerámicas que justificaban la distinción técnico-geográfica. Finalmente, ambos grupos quedaron incluidos en una clase cerámica única denominada a partir del Congreso Internacional de Arqueología Ibérica Bastetana cerámica “Gris Bruñida Republicana” o GBR (Adroher y Caballero 2008), caracterizadas por la ausencia de engobes y de decoraciones y por la presencia sistemática de bruñidos superficiales que tratan de imitar el brillo de las Campanienses verdaderas, a pesar de la ausencia de auténticos barnices o engobes negros. Aunque, como no podía ser de otro modo, existen semejanzas formales entre el repertorio de las GBRs altoandaluzas y las imitaciones de barniz negro del Guadalquivir, sobre todo en lo referido al repertorio imitado de la Campaniense B (Lamb. 1, 2, 5, 6, 7 y 8, básicamente), y aunque las imitaciones bajoandaluzas tengan a veces espatulados y alisados superficiales, lo cierto es que ambas producciones no se pueden confundir dado que las de Andalucía Occidental (y Marruecos atlántico) presentan verdaderos barnices, aunque normalmente no de muy buena calidad, y puesto que, como se ha visto, reproducen también formas del elenco de la Campaniense A tardía y de las sigilatas negras (así como introducen algunas interpretaciones peculiares de formas del fondo general de las Campanienses universales). Recientemente (Barba et al. e.p.) se ha señalado, además, la existencia de manufacturas de formas indígenas de cerámica común o al menos de un repertorio no propio de las series itálicas de barniz negro, lo que abre nuevas perspectivas a la definición de estas producciones bruñidas altoandaluzas claramente diferenciadas de las características de las imitaciones de barnices negros del Guadalquivir.

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3.2. Problemática El estudio morfotécnico (y el histórico) de las llamadas imitaciones de barnices negros del Bajo Guadalquivir se plantea desde una perspectiva problemática dado el escaso conocimiento que se tiene del mundo de las imitaciones republicanas y altoimperiales de este ámbito geográfico. En primer lugar, se trata de separarlas conceptualmente de las producciones anteriores y posteriores de imitaciones de cerámica de mesa dentro del mismo ámbito geográfico (problemática cronológica). Por otra, se trata de individualizarlas dentro del grupo más amplio constituido por las vajillas de imitación regionales, como las de barniz negro documentadas en el Marruecos atlántico o en el ámbito del Medio y Alto Guadalquivir (problemática geográfica). La primera de las problemáticas no supone una seriación cronológica simple desde las producciones que imitan vajilla helenística o helenistizante gaditana del tipo Kuass a las imitaciones de sigilatas altoimperiales, pasando por las de barniz negro. Las pervivencias, los “arcaísmos” y los préstamos formales entre unas producciones y otras son tantos que no resulta fácil establecer las relaciones mutuas entre producciones diversas aunque muy similares entre sí. El trabajo realizado por V. Moreno Megías para este mismo volumen demuestra lo que ya en su día intuyó A. Mª Niveau (2003, 185-186) y parece confirmarse en trabajos recientes (Niveau de Villedary y Sáez e.p.): la indudable influencia itálica en los últimos momentos de la producción de la cerámica de Kuass, especialmente con respecto a formas como las copas Lamb. 28 y, sobre todo, las páteras de la forma Lamb. 5. En correspondencia con este fenómeno, las producciones de imitación del tipo Kuass del Bajo Guadalquivir adquieren estas formas del repertorio itálico u otras muy próximas a ellas definiendo un conjunto de tipos que entroncarán con las producciones imperiales de imitación de barniz rojo conocidas como “tipo Peñaflor” en torno a un servicio representado por el juego copa-pátera (formas Martínez I-II del primer grupo de imitación: cf. Vázquez Paz et al. 2005). Los antecedentes de este servicio de “Peñaflor” estarían, en efecto, en los repertorios romanizados de Kuass del Guadalquivir constituidos por las formas VIII y IX - F 2255-2256 (cf. Moreno Megías en este volumen) y por el mismo servicio de copa-pátera en las imitaciones de Campanienses en pasta gris del Guadalquivir, representado esta vez por las copas que imitan las Aretinas del tipo Conspectus 8 y las páteras Lamb. 5/7 - F 2632/ F 2282 (vid. infra apartado 4). Estas dos formas del repertorio de imitación de barniz negro tienen en común su relativa abundancia con respecto al resto de las formas imitadas de la misma clase cerámica; su carácter peculiar, por cuanto no se trata de imitaciones exactas de las formas de referencia; la frecuencia con la que aparecen engobadas con barnices castaños y no negros (grupo técnico 1A); y el hecho de que son prácticamente las únicas producciones que adoptan el tema decorativo de la losange central en el fondo interior, lo que de alguna forma las relaciona con las series de imitación de Kuass del Guadalquivir decoradas con palmetas, especialmente las citadas formas VIII y IX de Niveau. La primera problemática conduce, pues, directamente a la segunda, por cuanto las complejas relaciones entre grupos de imitación no estrictamente encadenados en el tiempo (Kuass-imitaciones de Campanienses en pasta gris-imitaciones de sigillatas “tipo Peñaflor”) hacen difícil también definir grupos regionales cerrados dentro de cada producción. Así, las aparentemente homogéneas desde el punto de vista técnico “Campanienses” de pasta gris se cofunden de algún modo con las Kuass regionales al menos en algunas series concretas, mientras que por otra parte, se integran en producciones macrorregionales similares morfotecnológicamente y más amplias, como las imitaciones de barniz negro del Medio Guadalquivir (Córdoba) y las llamadas marroquíes D si es que el Marruecos atlántico fue alguna vez un foco de producción de esta clase cerámica y no un simple mercado importador.

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De cualquier forma, las relaciones entre sí de estos grupos de imitación occidentales son más estrechas que las que cada uno de ellos establece con las llamadas GBR de la Alta Andalucía, que les resultan próximas desde un punto de vista formal, al menos en lo referido a los tipos que imitan directamente formas de Campaniense universal. Las diferencias técnicas separan, desde nuestro punto de vista, netamente las Campanienses de imitación del Bajo Guadalquivir de las grises bruñidas republicanas altoandaluzas, ya que estas últimas carecen sistemáticamente de barnices y engobes, y ello a pesar de que algunos grupos técnicos de las imitaciones occidentales recurran al bruñido de las superficies además de su engobado. Una problemática añadida será la de los centros de producción y la cronología de estas manufacturas. Con respecto a la primera de estas cuestiones, la constatación de un fragmento (informe) ligeramente pasado de cocción (pero inutilizable por tener abundantes burbujas de aire) abre la posibilidad de una producción en las cercanías del solar, ubicado extramuros y en el área portuaria de la ciudad de Sevilla. La presencia relativamente abundante de producciones del tipo en las principales ciudades del valle bajo del río: Orippo, Italica, Hispalis, o de sus afluentes, caso de Carmo, sobre el Corbones, hace posible no sólo una exportación hasta estos lugares, sino también una producción local de las imitaciones en estudio. Están presentes, por ejemplo, en los vertederos del alfar de la C/ Gregorio Marañón de Carmona (infra) aunque no bajo la forma de desecho de cocción, lo que no implica producción en el taller, y hay conjuntos importantes en cada una de las ciudades citadas. A ello, habría que añadir los conjuntos de variantes similares (especialmente Kuass) en otros centros como Gandul (Alcalá de Guadaíra, muy próximo a Carmona), Coria (la antigua Caura, entonces en la desembocadura del Guadalquivir), Basilippo (Cerro del Cincho, Carmona) o la propia Italica. Un conjunto de emplazamientos situados en una de las áreas más progresivas económicamente entonces del Sur peninsular y que bien pudieron contar con alfares urbanos del tipo de los que se conocen para Carmona durante los últimos años de la República y los del principado de augusto. Así las cosas, casi puede proponerse una producción “atomizada” en talleres suburbanos de los oppida más activos de la región, es decir, una tendencia al autoabastecimiento ciudadano, en la misma línea que intuimos para la cerámica de tradición indígena, pues no parece necesario para su manufactura un equipamiento alfarero especial ni una técnica muy sofisticada, sino tradiciones que pueden entroncar con las de las pastas grises regionales y los barnices y/o alisados/bruñidos del mismo ámbito tecno-cultural. Aunque ésta es una cuestión que no podrá comprobarse (debe quedar como mera hipótesis de trabajo) sin un programa sistemático de caracterización arqueométrica de las producciones locales y sin más información que la actual (casi nula) sobre talleres productores. Si esto es así y nos referimos a talleres locales con producciones similares de cerámica de mesa para su entorno inmediato, la categoría cerámica que definimos como “imitación de vajilla de barniz negro itálico del Bajo Guadalquivir” debería ampliarse hasta abarcar aquellas producciones de aspecto similar (pasta gris, barnices negros o castaños a veces alisados o espatulados) de la cuenca media del Guadalquivir, por ejemplo Córdoba, donde se “intuye” otro de estos centros alfareros, y hasta del Marruecos atlántico, si es que aquí son igualmente manufacturas locales, lo que no está demostrado arqueológicamente (pero tampoco lo contrario). En cuanto a la cronología de inicio de la producción de cerámicas de pasta gris de imitación de los barnices negros itálicos del Bajo Guadalquivir, hay algunos indicios sobre un origen temporal (infra) muy a finales del siglo II a.C. y, con mayor probabilidad, durante las primeras décadas del siglo I a.C.,

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concretamente en Italica. Las últimas producciones alcanzarían el principado, llegando probablemente a época tiberiana. Con ello, las imitaciones de barnices negros del Bajo Guadalquivir se solaparían en todo su recorrido cronológico con las imitaciones de Kuass (que no obstante vienen de unos cien años antes) y en su último tramo con las imitaciones de barnices rojos del Bajo Guadalquivir (que continúan no obstante hasta entroncar con producciones medio y tardoimperiales). Esta coexistencia explicaría las semejanzas constatadas a nivel de repertorio básico mayoritario, de tradiciones decorativas e incluso de grupos técnicos que como el 1 y el 4 se acercan con sus barnices castaños a la apariencia de los terminados de las imitaciones de cerámica de tipo Kuass propias del Bajo Guadalquivir. Trataremos de poner estas propuestas iniciales en perspectiva socio-cultural e histórica en relación con este complejo panorama en el último apartado del trabajo. 4. Propuesta tipológica y funcional 4.1. Tipología de las imitaciones de Campaniense A Es el grupo de menor entidad entre todo el conjunto de imitaciones, del cual contamos con un repertorio relativamente escaso, pero importante desde el punto de vista tipológico, ya que hace evidente que las imitaciones de barnices negros del Guadalquivir no se reducen al repertorio formal de la Campaniense B. 4.1.1. Lamboglia 8B (fig. 1.11; fig. 2.1) Un fragmento que reproduce esta copa procede del yacimiento del Patio de Banderas, concretamente de niveles fechados entre el 15 a.C. y el 20 d.C. Se trata de un borde en pasta gris con restos de barniz acastañado, correspondiente, por tanto, al grupo técnico 1A. Presenta un diámetro de 19 cm, es decir, dentro del rango de medidas habitual de las producciones originales de este tipo en Campania que oscilan entre los 16 y los 28 cm y se agrupan normalmente en torno a los 16/18 cm y los 23/26 cm. Un segundo cuenco reconducible a este tipo, con ciertas dudas dado su estado de conservación, procede de contextos del tercio central del siglo I a. C. del Patio de Banderas (Fase republicana II). La atribución es insegura, no pudiéndose especificar el grupo técnico debido a que el fragmento en cuestión ha perdido completamente el barniz de recubrimiento. 4.1.2. Lamboglia 25/27 - F 2983 (M 113) (fig. 1.1) Procedente de niveles tardo-republicanos del Patio de Banderas, tenemos un borde que crea algunos problemas a la hora de su asignación a un tipo concreto. Se trata de un pequeño bol de 13 cm de diámetro, de paredes convergentes y el labio del borde marcado al interior que se relaciona con las formas 25 y 27 a-b de Lamboglia, ambas muy similares y diferenciadas entre sí fundamentalmente por el diámetro del borde: entre 9 y 12 cm para la forma 25 y entre 13 y 20 cm para la 27 a-b, con lo que nuestro borde entraría en la última de las categorías citadas. No obstante, tratándose de imitaciones, creemos que estos parámetros morfométricos no han de considerarse decisivos para las asignaciones formales que, en este caso, también pueden hacerse en relación a las copitas tardías M 113/F 2983, una vez más sin considerar de forma rígida el rango de medidas que se conocen en los originales del tipo (8-12 cm) cuyas cronologías generales se ajustan mejor que las de las Lamb. 25/27 a-b a la cronología del contexto en el que se documenta, bien entendido que se trata de una misma forma cuya evolución temporal parece hacerse desde las Lamb. 25/27 a-b a las M113.

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Nuestro ejemplar presenta pasta gris oscura recubierta de barniz negruzco de mala calidad, es decir, pertenecería al grupo técnico 1 de los definidos supra. 4.1.3. Lamboglia 31b (fig. 1.2; fig. 2.1) Se trata de un vaso profundo destinado al consumo de líquidos del que Lamboglia documenta dos variantes en Campaniense A, la 31a y la 31b, cuyas diferencias son sobre todo decorativas y cronológicas. La única pieza vinculada a este tipo con total seguridad (fig. 1.2) procede del Patio de Banderas de Sevilla, concretamente una base datada entre los años 60 y 30 a.C. El fragmento es de pasta gris, habiendo perdido el tratamiento superficial, por lo que no puede saberse si el barniz que cubría originalmente la pieza era gris-negro o marronáceo. En el interior del fragmento se observan restos de posibles círculos incisos difíciles de distinguir, no obstante, de simples líneas de torno debido al deterioro de la pieza. Nos inclinamos por la primera posibilidad, ya que el tipo al que imitan presenta en el fondo del vaso dos bandas paralelas pintadas, normalmente en color vinoso o blanco. Finalmente, el diámetro de la base (8,4 cm) está dentro del rango habitual de medidas de los originales itálicos. 4.1.4. Lamboglia 36 Como único ejemplar vinculado al tipo 36 de Lamboglia encontramos una pátera con el borde fracturado, lo que nos plantea la posibilidad de que también pudiera tratarse de una forma 6. La pieza, a la que hemos podido acceder directamente, fue recogida por Juan José Ventura en su tesis, y procede de la excavación de C/ Argote de Molina 7, en Sevilla. En cualquier caso se trataría de un plato o fuente de tamaño pequeño-medio, de aproximadamente 19 cm de diámetro, que se corresponde con las medidas de ambos prototipos itálicos en su módulo medio, que varía entre los 16 y los 18 cm para la forma 6 y los 16 y los 20 cm para el tipo 36. No existen paralelos itálicos de estos tipos en el contexto estratigráfico del que procede esta pieza, aunque sí en otros niveles de esta excavación. Por último, mencionar que este ejemplar no pertenece al conjunto de imitaciones en pasta gris, sino que presenta una pasta anaranjada con un filete central grisáceo, por tanto es posible que provenga de una tradición de producción distinta. 4.2. Tipología de las imitaciones de Campaniense B Se trata del conjunto de mayor importancia dentro de la totalidad de las imitaciones, tanto por el número de ejemplares que lo conforman como por la cantidad de formas que reproduce, apareciendo un repertorio formal mucho más completo que en el caso anterior, en el que podemos encontrar un amplio elenco de platos, copas y cuencos. 4.2.1. Lamboglia 1 (fig. 3.9) A pesar de ser una de las formas más comunes dentro de la agrupación de importaciones itálicas, tan solo se ha documentado un borde de imitación que no se ajusta, no obstante, completamente a los parámetros canónicos de la forma. Se trata de un cuenco bajo relacionado con el consumo de alimentos semisólidos o líquidos de manera individual. La pieza consiste en un borde de pasta gris en el que podemos observar las estrías características de esta forma bajo el borde, que conserva aún restos de haber recibido un barniz acastañado, acorde al grupo técnico 1A. En cuanto a las medidas, la pieza de imitación presenta un diámetro de 10 cm, mientras que los originales itálicos encontrados en los distintos yacimientos de Sevilla oscilan entre 13 y 17 cm, por tanto se trataría de un ejemplar de pequeño tamaño con respecto al tipo al que copia.

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4.2.2. Lamboglia 2 (fig. 1, 5-6; fig. 2.2; fig. 3.3-6) Es el tipo con mayor presencia entre el conjunto de imitaciones, siendo también muy abundante entre los materiales de procedencia itálica. Se trata de una copa pequeña destinada al consumo de líquidos de manera individual. Las piezas documentadas son todas de pasta gris, aunque algunas presentan engobe negro y otras de color castaño, predominando el primero de los casos. En cuanto a las medidas, la gran mayoría son de tamaño pequeño, rondando los 12 cm de diámetro en el borde y los 5 cm en la base, lo que concuerda con el tamaño de los originales itálicos, a excepción de un ejemplar de gran formato, cuyo borde alcanza los 24 cm de diámetro (fig. 3.3). Como elemento singular, uno de los fragmentos presenta un escalón bajo el borde en su superficie interna (fig. 1.6), siendo ésta la única pieza correspondiente a esta forma en la que hemos encontrado dicha característica. 4.2.3. Lamboglia 5 (fig. 1.3-4; fig. 2.3; fig. 3.10) Es una de las formas con mayor representación en el yacimiento del Patio de Banderas, especialmente en las fases tardorepublicanas y tempranoimperiales, en las que también se han registrado estos tipos entre las manufacturas itálicas. Consiste en un plato de fondo llano destinado al consumo de sólidos de manera individual o colectiva y posiblemente, en los casos de mayor formato, a la presentación o servicio de alimentos. Todos los ejemplares son manufacturas en pasta gris, sin embargo, dos de ellas presentan un tratamiento superficial de tonalidad acastañado correspondiéndose con el grupo 1A, mientras que las otras dos cuentan con el típico barnizado negruzco de mala calidad y posteriormente bruñido propio del grupo técnico 1. A excepción de un borde, muy próximo por lo demás también a la forma Lamb. 55 (fig. 2.3), las piezas restantes, en las que podemos observar diversos elementos ornamentales, son bases atribuibles a la forma con ciertas garantías. Dos de los fragmentos cuentan tan solo con círculos concéntricos acanalados como decoración (fig. 1.3 y 3.10). Uno de ellos presenta un único círculo inciso en el fondo de la base, mientras que el otro cuenta con una disposición de dos líneas concéntricas dispuestas en el fondo del plato y otra en la zona de la carena que da lugar al nacimiento del borde. Una última base (fig. 1.4), asimilable a la forma, muestra un esquema decorativo más complejo, consistente en un círculo acanalado inciso dentro del que se inserta una losange estampillada de cuatro brazos con ubicación central, por lo que puede corresponder también a la forma Lamb. 5/7 – F 2632/F 2282. En cuanto al formato de las piezas, dos de ellas son de un tamaño medio, contando con un diámetro en las bases de 8,4 y 7,2 cm, por lo que posiblemente el borde en ambos casos llegara a medir algo más de 20 cm. Los ejemplares restantes parecen corresponderse con un módulo más pequeño, uno de ellos presenta un medida de 18 cm en la zona externa del borde, mientras que el estado de fragmentación de la última pieza hace imposible conocer las medidas de la misma, aunque sus características formales indican que se trata de un ejemplar de pequeño tamaño. 4.2.4. Lamboglia 5/7 - F 2632/ F 2282 (fig. 2.4; fig. 3.1) Se trata de una pátera de forma peculiar y propia de los repertorios de imitación que formalmente está próxima tanto a las páteras itálicas de morfología intermedia entre Lamb. 5 y Lamb. 7 como a formas similares incluidas dentro de las series F 2632 y/o F 2282 de J.-P. Morel, aunque no puede decirse que imite fielmente a ninguna de ellas. De hecho, aunque su proximidad a estas últimas series ya fue señalada por J.J. Ventura en sus trabajos iniciales (1985, 130) con respecto a un conjunto de piezas de la forma descontextualizadas estratigráficamente, pero procedentes con

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seguridad de Sevilla, Orippo e Italica, el caso es que el propio Morel (1992, 231-232) prefiere no asignar a ninguna de las producciones catalogadas por él ejemplares de la forma (incluso completos) procedentes de Mogador, Sala o Thamusida que señala como pertenecientes al tipo, añadiendo un ejemplar de Córdoba que conserva el perfil completo y que procede de una antigua excavación (1954) de Santos Gener. Un ejemplar del tipo procedente del Patio de Banderas (fig. 2.4) presenta, como todos los de este tipo de pátera, una semejanza general con el grupo de las páteras Lamb. 5 y 7, si bien con un borde peculiar que, en vez de ser curvo, presenta una inflexión angulosa en la parte superior de la pared, formando un borde claramente exvasado, a diferencia de lo que sucede con los de las Lamb. 5 y 7 que tienden a ser rectos. Se trata de una producción en pasta gris, con tratamiento superficial negruzco, al igual que el del resto de piezas que integran el grupo técnico 1. Así mismo, presenta (como sucede a menudo en ejemplares descontextualizados de diversa procedencia: cf. Ventura 1985, fig. 16.11) una línea incisa a la altura de la carena, en la zona interna de la pared, siendo este el único elemento ornamental de la misma. Con respecto a la medida de la pieza, corresponde a un modelo de tamaño intermedio, con 25,7 cm de diámetro en la parte externa del borde. Una segunda pieza (fig. 3.1) procede también del Patio de Banderas y presenta igualmente borde exvasado, esta vez con una ligera carena exterior. Pertenece, como el fragmento anterior, al grupo técnico 1, presentando un barniz negro bruñido posteriormente. 4.2.5. Lamboglia 6 (fig. 1.12) Para este tipo contamos tan solo con un fragmento en representación de esta forma, que procede también del yacimiento arqueológico del Patio de Banderas de Sevilla, en el que no se han registrado ejemplares de este tipo entre los productos itálicos del círculo de la Campaniense B. Consiste en un plato poco profundo relacionado con el consumo de sólidos de manera individual o colectiva y en los casos de los modelos más grandes con la presentación o servicio de alimentos. La pieza a la que nos referimos consta de 16,2 cm de diámetro en la parte externa del borde, por lo que estamos ante un prototipo de tamaño medio o pequeño. Por último, mencionar que no es una producción en pasta gris, pues podemos observar dos colores en la pasta, ambos prácticamente en la misma proporción, siendo éstos el beige claro y el gris claro, provocados posiblemente por una cocción oxidante. Así mismo, consta de una matriz muy poco depurada y tosca, con algunas vacuolas redondeadas de tamaño medio. En cuanto al revestimiento que le fue aplicado, consta de un barniz marronáceo más oscuro que el del subgrupo 1.A expuesto anteriormente, con tonos más claros en la parte externa de la pieza y con muy poco brillo. Es bastante denso, con un buen estado de conservación, a excepción de las líneas de torno y de carena, donde se concentran las escasas pérdidas existentes. 4.2.6. Lamboglia 7 (fig. 1.9) La forma está presente con un solo fragmento en el Patio de Banderas del Real Alcázar de Sevilla. Se trata de un borde de pasta gris del grupo técnico 1A en el que se aprecian aún restos de un barnizado de color castaño. Estamos ante una forma muy similar a las Lamb. 5 de la que se diferencia por una ruptura neta de la dirección de la pared del cuerpo que gira bruscamente unos 45º a partir de una carena exterior situada en el tercio inferior de la pieza, definiendo un borde prácticamente recto o ligeramente exvasado. La pieza en pasta gris mide 25 cm de diámetro en la zona exterior del borde, un ejemplar pequeño en comparación con algunas producciones itálicas del Patio de Banderas que llegan a alcanzar los 38 cm.

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4.2.7. Lamboglia 8 (fig. 3.7; fig. 3.8) También en la excavación del Patio de Banderas localizamos una serie de galbos asignables a cuencos que parecen corresponder a ejemplares del tipo 8 de Lamboglia, aunque por la ausencia de los bordes no puede proponerse para ellos subtipo alguno de la forma. No obstante, existen dos fragmentos que conservan el borde, perteneciente cada uno de ellos a una variante distinta: 8a y 8b, aunque en pasta gris. El tipo 8a (fig. 3.8.) consiste en un cuenco cóncavo, de pared rectilínea con el borde ligeramente engrosado al exterior, suele tener uno o dos surcos bajo la línea de borde en su parte externa. Su uso estaría relacionado con el consumo de alimentos semisólidos o líquidos de manera individual. En cambio, la forma 8b (fig. 3.7) es un cuenco bajo, de pared convexa y sin carena relacionado tan solo con el consumo de alimentos semisólidos de manera individual. Ambos tipos son medianamente comunes entre las producciones itálicas del círculo de la Campaniense B, apareciendo tanto en Sevilla como en otros puntos de la provincia, si bien las únicas piezas de imitación conocidas proceden de la excavación del Patio de Banderas. En cuanto a las características técnicas de las piezas, éstas son en su mayoría en pasta gris y del grupo técnico 1, aunque existen también dos fragmentos con restos de barniz acastañado propio del grupo 1A, entre ellos el borde adscrito a la forma 8b. Como dato reseñable habría que mencionar que una de las piezas presenta una decoración incisa de círculos concéntricos acanalados, tratándose éste del único elemento decorativo documentado entre los ejemplos de la forma 8 de Lamboglia. En cuanto al tamaño de las piezas, la forma 8a presenta 19 cm en el borde externo, por lo que se adecua al módulo habitual entre los modelos itálicos, en cambio el borde de la forma 8b consta de 13 cm también en su zona externa, tratándose en este caso de un ejemplar de pequeño módulo. 4.2.8. Pasquinucci 127 (fig. 1.10) Únicamente se ha documentado un ejemplo de este tipo entre las producciones de imitación. Consiste en una base en pasta gris cuya superficie se encuentra muy deteriorada, lo que impide asegurar que estuviese bruñido originalmente. La forma 127 de Pasquinucci es una pequeña copa relacionada con el consumo de líquidos de manera individual. No existe ningún paralelo itálico en niveles tardo republicanos en el Patio de Banderas, sin embargo, sí que ha sido hallada una base de esta misma forma fuera de contexto en este solar, así como un borde que conserva el arranque del asa, procedente éste último de la misma excavación, aunque de un momento algo posterior al que tratamos en este apartado. Con respecto a las medidas la base en pasta gris presenta 4,9 cm de diámetro, tratándose de una pieza de tamaño medio con respecto al módulo que suele presentar el tipo original. 4.2.9. Conspectus 8 similis (fig. 2.5-6; fig. 3.11-15) Se trata de una forma relativamente abundante de la que J. Boubé (1985-1986, 180, pl. XIV 1-3) publicó ejemplares completos procedentes de Sala (Marruecos) con decoración de losanges en el fondo interior y tanto en imitación de barniz rojo como negro. Losanges internas también se documentan en pizas de imitación de barniz negro con esta forma en Asta Regia (Mesas de Hasta, Jerez de la Frontera: Ventura 1990, 1124), mientras que otros ejemplares de Córdoba o Italica carecen de esta particularidad, bien porque no han conservado el fondo, bien porque no esté presente esta decoración en los fondos conservados (cf. Ventura 1990, fig. 105). Aunque las clasificaciones preliminares (Ventura 1990, 1124) relacionaban el tipo con las formas de Campaniense Lamb. 28ab

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de la variante en A o 2 y 8 a en la variante B, de la que no serían más que “interpretaciones locales”, nosotros creemos que es más evidente una relación con formas de sigilata itálica negra de cronología temprana, especialmente con la Conspectus 8. Las diferencias con la forma 8a de Lamboglia son evidentes, pues esta última presenta una pared convexa y sin carena, mientras que las piezas que estamos tratando poseen fondo carenado del que nace una pared exvasada prácticamente rectilínea con labio diferenciado. Tampoco se ajusta a las características de la Lamb. 2, de formato normalmente menor y de pared exterior cóncava y no recta, ni de la Lamb. 28ab, a la que más se acerca formalmente, pero de la que se distancia cronológicamente, amén de presentar diferencias claras en la forma del pie o en la línea exterior del cuerpo. Por estas razones, y por una semejanza general más clara con los prototipos de Conspectus 8, proponemos la identificación de estos ejemplares hallados en el Patio de Banderas como posibles imitaciones de esta forma de sigilata itálica negra o Aretina de barniz negro, con la que la proximidad cronológica es más que notable (30-10 a.C. aproximadamente: Roca y Fernández 2005, 51 y 94). No obstante, hay que tener en cuenta que no se ha encontrado ningún ejemplar original de la citada forma en el Patio de Banderas, a pesar de que los índices de frecuencia de sigilatas negras son significativos en las fases Republicana II y augustea-tiberiana. Las dos únicas bases conservadas de esta forma en el Patio de Banderas (fig. 2.7-8) repiten la presencia de un elemento decorativo ya señalado para otras áreas geográficas: una estampilla losángica de cuatro brazos con ubicación central, inserta en un círculo concéntrico acanalado en uno de los casos, siendo éste el único tipo de decoración existente entre los ejemplos la forma. Esto es una anomalía si lo que se está intentando reproducir es una pieza de la forma Conspectus 8 en la que no se da esta decoración, pero desde nuestro punto de vista no es más que una particularidad local de esta clase de imitaciones que mezcla atributos técnicos pertenecientes a ambas producciones (Campanienses y sigilatas) como si no se las diferenciara conceptualmente. La existencia en Carmona (infra) de contextos augusteos con imitaciones de la forma 8 en sigilata itálica junto a formas de imitación de barniz negro (Lamb. 5 y Lamb. 5/7 - Morel F 2632/F 2282) sería un argumento más para defender una filiación entre las imitaciones de Conspectus 8 con barniz negro y las que ya presentan engobes rojos, filiación que estaría, igualmente, en la base de las producciones de copas en barniz rojo de imitación de sigillatas del tipo “Peñaflor” (tipo I de Martínez). En cuanto a las características técnicas de los fragmentos, una gran mayoría conforman el grupo técnico 1, con pasta de color gris y un tratamiento superficial negruzco, mientras que dos piezas presentan el barniz acastañado propio del grupo 1A. Por último, y como dato significativo, cabe mencionar que uno de los ejemplares, concretamente una base, presenta una pasta de color beige y un barniz rojizo de mala calidad que hace pensar de nuevo en las relaciones entre este tipo y las llamadas imitaciones de sigilata itálica del tipo Peñaflor, correspondiendo al grupo técnico que en este trabajo hemos definido como 4. En cuanto a las medidas, los diámetros de nuestros ejemplares van desde los 12 cm a los 17,9 cm, agrupándose en torno a los 14 y 15 cm, algo que se corresponde con los prototipos itálicos en Aretina de barniz negro. 4.2.10. Bases con estampilla losángica (fig. 4) Por último, queremos destacar una serie de bases decoradas que no han podido ser identificadas formalmente al no conservar ningún elemento distintivo que nos ayude a ello. Todas ellas presentan un losange impreso de cuatro brazos como elemento decorativo, en algunos casos inserta en uno o dos círculos concéntricos acanalados y otras veces sin ninguno. Todos los casos, a excepción de uno, tan solo presentan una estampilla en el fondo del vaso, de ubicación central. En la pieza restante, se establece un esquema decorativo en disposición radial, con 4 ó 5 losanges, un número imposible de

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dilucidar por el estado de fragmentación de la pieza. Las estampillas están vinculadas a una serie de círculos acanalados concéntricos sobre los que se establecen, conformando así un diseño decorativo más complejo que los anteriores. Hemos optado por incluirlo en este apartado debido a la cuantía de piezas de este tipo que se han documentado, no solo en Sevilla sino en gran cantidad de otros puntos de la Provincia, como pueden ser Italica, Orippo o el actual municipio de Alcolea del Río. En cuanto a la fábrica de los fragmentos, la gran mayoría son en pasta gris, existiendo tanto piezas con barniz acastañado propio del grupo 1A como con el engobe negruzco distintivo del grupo técnico 1. Así mismo, queremos remarcar un par de ejemplares que presentan barniz rojizo y pasta beige, una procedente de la excavación de la Casa de Venus en Italica y el otro del yacimiento de La Mesa, en Alcolea del Río. Sin embargo, no hemos podido acceder directamente a estas piezas, por lo que solo contamos con las referencias a las mismas de Juan José Ventura en su Tesis, aunque la descripción técnica de los fragmentos nos recuerda bastante a las características del ejemplar en pasta beige y barniz rojizo identificada como posible imitación de Conspectus 8 expuesta anteriormente. Así mismo, habría que indicar que tan solo se ha encontrado un ejemplo de procedencia itálica con este tipo decorativo, en concreto en Orippo, aunque fuera de contexto. No obstante, este tipo de decoraciones son abundantes en la fase de producción tardía de Cales durante el siglo I a.C. En cuanto a las medidas, el diámetro de las bases va desde los 5,2 cm a los 11 cm, por lo que es posible que estemos ante distintos prototipos formales decorados de la misma manera, de hecho, las piezas que cuentan con una base de 5 cm a 7 cm se corresponderían con copas o vasos pequeños, mientras que en el caso de los ejemplares de 11 cm podríamos estar hablando de páteras o platos. 5. Contextos de uso y cronología 5.1. ¿Tercer cuarto siglo II a.C.-primera mitad del siglo I a.C.? Contamos con tan solo dos piezas procedentes supuestamente de un contexto de fines del siglo II o principios del I a.C. Ambas provienen de Italica, concretamente de una intervención inédita efectuada en 1983 en la antigua C/ El Conde, situada tras la cavea del teatro romano, calle desaparecida hoy día debido al avance de las excavaciones y a la rehabilitación del monumento. Conocemos la estratigrafía de esta excavación gracias a J.J. Ventura (1990: 291-303) quien recoge la secuencia básica del sondeo al que se redujo la misma y que documentó una serie de rellenos asociados a la construcción de un edificio altoimperial (¿el propio teatro?) y a una supuesta muralla anterior a éste. Todo ello a lo largo de 24 niveles artificiales, el último de los cuales (anterior a la “muralla”) ofreció dos fragmentos de fondo de imitación de barniz negro con decoración de losanges realizados con la característica pasta gris de estas series cerámicas. Los materiales de la excavación (que no hemos podido localizar en los fondos del MASE) no recibieron nunca un estudio de conjunto, limitándose J.J. Ventura al estudio y descripción de los fragmentos de barniz negro, de importación o de imitación. Entre los primeros, se documentan en este nivel fragmentos (nueve en total) de las variantes A (Lamb. 36 y Lamb. 8 ó 31) y B (Lamb. 1 y Lamb. 5). Las dos piezas identificadas como producciones de imitación son bases que presentan el esquema decorativo de losange estampillada de ubicación central, en uno de los casos inserta en un círculo concéntrico acanalado. No han podido ser vinculadas con ninguna forma concreta del repertorio de imitación, ya que no conservan ningún elemento significativo que sirva de criterio seguro para ello.

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Ambas están realizadas en pasta gris, pero una conserva un recubrimiento acastañado que en la otra es de color negruzco, perteneciendo, por lo tanto, y respectivamente, a los grupos técnicos 1A y 1. En conjunto, el equilibrio entre formas de la variante A (cuatro en total) y de la variante B (cinco en total), así como la morfología de las mismas, remite en realidad a un momento situado más en la primera mitad del siglo I que en los años finales del siglo II a.C. En otros contextos (como por ejemplo el Patio de Banderas), las losanges sobre bases de pasta gris y barniz negro de imitación suelen datarse hacia mediados del siglo I a.C., aunque su origen en las piezas originales de la variante B se remonta al último cuarto del siglo II a.C., perdurando prácticamente hasta época augustea inicial. La datación del contexto puede, por tanto, ser primera mitad del siglo I a.C., pero la imposibilidad de contrastar esta impresión con el resto del elenco cerámico y una datación tan temprana para estas decoraciones en piezas de imitación plantean muchas dudas acerca de la pertinencia de una fecha tan antigua, por lo que la apuntamos aquí sólo a título de hipótesis que, de confirmarse, retrotraería el origen de estas producciones de imitación unos decenios con respecto a las fechas constatadas para los materiales estratificados del Patio de Banderas del Real Alcázar de Sevilla, donde no se documentan las cerámicas de imitación de Campaniense en pasta gris durante la primera fase republicana de la estratigrafía (120-80 a.C.), sino ya durante la segunda, dentro del tercio central del siglo I a.C. 5.2. Mediados siglo I a.C. (60-30 a.C.) A este periodo pertenece el conjunto de imitaciones más significativo de toda la muestra, no solo por el alto número de ejemplares sino por la diversidad formal de los mismos. Hay que señalar, no obstante, que a excepción de una pieza procedente de una intervención efectuada en la C/ Argote de Molina 7 de Sevilla (Campos 1986), el resto del material fechado de esta fase cronológica procede de las campañas arqueológicas realizadas en el Patio de Banderas del Real Alcázar de Sevilla (Tabales 2010). 5.2.1. Patio de Banderas A la fase tardorrepublicana corresponde un amplio programa de edificaciones en el extremo sur de la ciudad, concretamente en la confluencia de los ríos Guadalquivir y Tagarete que definía entonces el área portuaria principal de la ciudad. En la zona central excavada del Patio de Banderas se han identificado los restos de al menos cuatro edificaciones, estando tres de ellas realizadas en opus africanum y la última en opus quadratum. Los edificios de opus africanum parecen ser almacenes correspondientes a la infraestructura portuaria de la ciudad de Hispalis y construidos sobre estructuras anteriores (¿también portuarias?) datadas entre 120 y 80 a.C. (supra), un dato interesante en relación a la existencia de abundante cerámica de importación en esta segunda fase, incluyendo ánforas y vajillas culinarias y de mesa. En el conjunto material en el que se engloban las imitaciones en pasta gris en esta fase se incluye el elenco característico de las fases finales de las producciones de tradición turdetana, ánforas ovoides del Guadalquivir correspondientes a la mayor parte de las formas definidas para el tercio central del siglo I a.C. (García Vargas et al. 2011), importaciones anfóricas de la bahía de Cádiz (T7.4.3.3 y T9.1.1.1), ánforas itálicas (Dressel 1, Lamboglia 2, Dressel 2/4), cerámica itálica de cocina (ollas Vegas 2, cazuelas Vegas 14), barniz rojo pompeyano, morteros Emporiae 36.2, Campanienses A tardía y, sobre todo, B (fundamentalmente de Cales), Eastern Sigillata A y sigilata negra (Conspectus 1 y 4, con algún ejemplar con sellos radiales), etc. (García Vargas et al. 2010).

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En lo que hace específicamente a la cerámica Campaniense, contamos con un alto número de piezas pertenecientes a la variante tardía de la producción en A, superando con creces al conjunto de Campaniense A clásica. Con respecto a la Campaniense B, es mucho mayor en número que la producción en A de origen napolitano, destacando el conjunto de Cales, que cuenta además con una mayor variedad de formas. Por su parte, las producciones etruscas son muy escasas, pudiendo certificar únicamente la existencia de dos piezas con seguridad. Entre las formas más destacadas encontramos la Lamb. 36 y la 27 a-b en la variante clásica de la Campaniense A, mientras que en la producción tardía el prototipo mayoritario con diferencia es el vaso 31b, seguida de la forma 8B y el plato Lamb. 5. En cuanto al repertorio de la Campaniense B, las formas más abundantes son el plato Lamb. 5, el cuenco Lamb. 1 y la copa Lamb. 2, aunque se documentan también las formas 3, 4, 7, y las variantes de la Lamb. 8. Comenzando por las imitaciones de Campaniense A, tenemos dos piezas: la primera de ellas es un borde (fig. 1.1) que atribuimos a la forma Lamb. 25/27- M2983 (= M 113). El segundo de los fragmentos corresponde con una base que probablemente sea una imitación de la forma Lamb. 31 (fig. 1.2). Creemos igualmente que estamos ante el subgrupo 31b de este prototipo, ya que éste concuerda mejor cronológicamente con el contexto del que procede nuestra pieza, además de tratarse de la forma en Campaniense A con más ejemplares hallados en esta segunda fase romana-republicana del Patio de Banderas, si bien esta pieza ha perdido cualquier resto de posible tratamiento superficial, por lo que no podemos saber si en su origen fue barnizada, aunque es lo más probable. En lo que respecta a las imitaciones de Campaniense B, uno de los tipos más frecuentes es el plato Lamb. 5, documentado en estos contextos mediante dos fragmentos de fondo que deben corresponder al tipo o a producciones de la misma “familia” formal (Lamb. 5/7 ó 7) (fig. 1.3-4). Las dos piezas se encuentran barnizadas y posiblemente bruñidas, tomando el barniz tonos castaños en la parte externa del fondo. El segundo de los fragmentos (fig. 1.4) presenta un esquema decorativo que consiste en un círculo acanalado dentro del que se inserta una losange estampillada. Este tipo de decoraciones se relacionan con la fase tardía de la producción calena, generalizándose sobre todo a partir del primer cuarto del siglo I a.C. (Pedroni 2001, 196-201). La copa Lamb. 2 está representada por tres ejemplares. De éstos, dos son bordes (fig. 1.5-6), fácilmente reconocibles gracias al perfil característico de este modelo. Como elemento singular, el ejemplar nº 6 presenta una línea de carenación bajo el borde en su superficie interna, siendo ésta la única pieza correspondiente a la copa Lamb. 2 en el Patio de Banderas con dicha característica. El último de los fragmentos corresponde a un galbo carenado, el cual ha sido asignado a la forma con criterios morfológicos y morfométricos, debido al módulo de pequeño tamaño que presenta. También por tres piezas se hallan representadas las imitaciones que asignamos al tipo Conspectus 8, al que preferimos asignarlas antes que a las formas Lamb. 28 ab en Campaniense A o Lamb. 8a en Campaniense B, debido a las razones ya expuestas supra (apartado 4.2, forma Conspectus 8 similis). Dos de los fragmentos son bordes (fig. 1.7-8), presentando el último un barniz de color castaño, mientras que en el primero aún puede apreciarse el bruñido que recibiría en su momento, dando lugar a una tonalidad negruzca. La pieza restante es un galbo carenado, en el que se distingue el mismo barniz de matiz acastañado. También se constatan en estos contextos ejemplares de imitación del plato Lamb. 7 y de la copa Pasquinucci 127, representadas por una pieza fragmentaria cada una de estas formas y tratándose de un borde en el caso de la Lamb. 7 (fig. 1.9) y de una base en lo que respecta a la Pasquinucci 127

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(fig. 1.10). En el primero de estos fragmentos se aprecian aún restos de un barnizado de color castaño, aunque muy perdido, mientras que en el segundo el tratamiento superficial aparece muy deteriorado, por lo que no nos atrevemos a afirmar que estuviese bruñido originalmente. Cabe destacar que existe tan sólo un ejemplar contemporáneo de la forma 7 en estos contextos correspondiente a las producciones Campanienses itálicas, en concreto procedente de los talleres de Cales, lo que parece indicar que se trata de un plato poco demandado tanto en producciones de importación como en imitaciones locales. En cuanto al fragmento de copa Pasquinucci 127, no contamos con ningún ejemplar importado dentro de los contextos del siglo I a.C. avanzado de Patio de Banderas. Sin embargo, sí se documenta una base de este tipo procedente del yacimiento, aunque presente como material residual en un contexto muy posterior, así como un borde que conserva el arranque del asa, procedente éste último de contextos ya altoimperiales, donde sería probablemente también material residual. Los dos ejemplos de procedencia Pasquinucci 127 de factura itálica pertenecen a los talleres de Cales, tratándose de producciones de bastante calidad. De esta fase procede igualmente un borde asignable a la forma Lamb. 8bc (fig. 1.11), aunque la atribución no es del todo segura. Desde el punto de vista estadístico, el conjunto de imitaciones en pasta gris constituye el 14,1% del total de la cerámica de barniz negro en esta fase del tercio central del siglo I a.C. Si desglosamos los barnices negros itálicos por producciones, las piezas de imitación llegan a superar en número a las etruscas y a la Campaniense A, quedándose muy cerca de las producciones tardías de Cales que representan un 15,6 % del total de la cerámica de barniz negro. Si tenemos en cuenta que el grupo mayoritario es el caleno medio o clásico con un porcentaje de presencia del 26,8 %, la conclusión es que las producciones en pasta gris son realmente significativas desde el punto de vista porcentual, sugiriendo una alta demanda de este tipo de manufacturas. Además del grupo de imitaciones en pasta gris al que acabamos de hacer referencia, en esta segunda fase ha sido documentada una pieza que aunque tiene características técnicas completamente distintas de las manufacturas de barniz negro y de las producciones en pasta gris, podría formalmente relacionarse con éstas. Se trata de un borde que parece ser una extraña imitación local de la forma Lamb. 6 (fig. 1.12), aunque de módulo pequeño, ya que tiene un diámetro de 16 cm aproximadamente. Presenta un barniz tostado y pasta marrón del valle del Guadalquivir. Al no conocer ningún otro ejemplo parecido al citado no podemos aportar más información sobre este hecho, ya que se escapa del ámbito de estudio del presente trabajo. 5.2.2. C/ Argote de Molina 7 La estratigrafía del solar excavado en 1983-84 en el número 7 de la C/ Argote de Molina de Sevilla consta de 34 niveles artificiales (Campos 1986), presentando una secuencia cuyo momento inicial se dató a mediados del siglo V a.C. para alcanzar en sus fases romanas el V d.C., aunque con muy poca potencia en las fases tardoantiguas. La única pieza de imitación documentada en esta excavación según J.J. Ventura (1990) fue hallada en el nivel 17, un estrato con escasa representación de cerámica de barniz negro, apenas un par de formas (Lamb. 1/8 y Lamb. 5) con dos ejemplares adscritos a cada una de ellas, ambos en Campaniense B. Aunque no se otorga una datación clara al nivel 17 en la publicación de referencia (Campos 1986) y se fecha el nivel 18, previo al que estamos tratando, a finales del siglo II a.C., una revisión de los materiales de la intervención en los fondos del Museo Arqueológico Provincial de Sevilla

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(realizado en colaboración con Daniel González Acuña y Francisco José García Fernández) nos ha permitido contrastar la existencia de un repertorio material fechable a mediados del siglo I a.C., que es la misma fecha que atribuimos al nivel infrapuesto a éste (18), retrasando así en al menos cincuenta años la cronología propuesta por el excavador y de acuerdo con la presencia de ánforas del tipo Dressel 1, T7.4.3.3 y, sobre todo, Pellicer D muy evolucionadas con borde indiferenciado, barnices negros de la variante B de Cales como procedencia exclusiva, imitaciones y originales de platos de Rojo Pompeyano del tipo Luni 5, lebrillos de borde redondeado ya romanizados y morteros tipo Emporiae 36.2, cronología reforzada por la presencia de lucernas del tipo Ricci H en niveles anteriores (19). Estas fechas concuerdan con el momento de aparición de las producciones de imitación en el Patio de Banderas, como vimos en su momento. El ejemplar de imitación (cf. Campos 1986, fig. 26:3162) consiste en un plato, que podría asimilarse con el tipo 36 en Campaniense A o con la forma 6 en Campaniense A y B (fig. 1.13), y aunque no puede especificarse a cuál de estos tipos corresponde, lo cierto es que por tratarse de una imitación del repertorio final de las Campanienses B, lo lógico es que sea una Lamb. 6. La pieza no es una imitación de pasta gris, sino que presenta un color anaranjado con un filete central grisáceo, siendo de textura homogénea y dura. En cuanto al barniz, es opaco y de escaso brillo. Como característica formal reseñable, cuenta con una ranura en la superficie de apoyo del pie. 5.3. 15/10 a.C. - 25 d.C. 5.3.1. Patio de Banderas En los contextos de la primera fase imperial del Patio de Banderas del Real Alcázar de Sevilla, la cerámica de barniz negro va dejando paso a la Terra Sigillata como categoría fundamental de vajilla de mesa. No obstante, perdura aún un grupo significativo de imitaciones, cuyo porcentaje con respecto al resto de producciones de barniz negro itálico es incluso mayor que en la fase precedente. Estratigráficamente esta primera fase imperial corresponde a unos paquetes de rellenos que elevan las cotas de uso originales de los pavimentos del edificio septentrional en opus africanum, cuya construcción se hizo en la fase precedente (60-30 a.C. o Republicano II). La datación de estos rellenos la dan básicamente algunos fragmentos de terra sigilata itálica asignables a las formas Conspectus 12, 18, 20 y 22, que sugieren unas fechas en torno a los últimos años del siglo I a.C. y el comienzo del siglo I d.C., confirmadas por la presencia de ánforas gaditanas de la serie Dressel 7-11 y las primeras Haltern 70 del valle del Guadalquivir que sustituyen a las Ovoide 4 de la misma procedencia en torno a los años iniciales de la década de los 20 del siglo I a.C. (García Vargas et al. 2010). En cuanto a la cerámica Campaniense, hay que resaltar el descenso de las importaciones a causa de la progresiva sustitución de la vajilla de mesa de barniz negro por la de barniz rojo. Se da una disminución muy importante de la Campaniense A, con el hallazgo de algunas piezas claramente residuales, mientras que en el caso de la Campaniense B vemos un decrecimiento de sus distintas producciones, aunque manteniéndose en proporciones significativas, sin poder asegurar que se trate de material residual ya que, debido al notable número de piezas que se registran, quizás haya que pensar en un mantenimiento del uso de estas series tras el fin de su producción. En cuanto a las manufacturas de procedencia etrusca destaca la existencia de la Aretina de barniz negro, constatada con absoluta certeza gracias a tres piezas. Hay, finalmente, otro grupo de barnices negros de procedencia septentrional que tal vez se integre en la variante B verdadera o etrusca, aunque con piezas tan fragmentarias no es fácil distinguir estas producciones de las sigilatas negras.

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Con respecto al elenco de formas, en la Campaniense A tenemos sobre todo galbos o piezas indeterminadas morfológicamente, lo que parece lógico dado su carácter de piezas “rodadas” o “fuera de servicio” en el momento de su amortización. En el caso de la Campaniense B, se mantienen los mismos modelos que en la fase anterior, con las formas Lamb. 2, 5 y, sobre todo, el cuenco Lamb. 1, además de (un fragmento de) la copa Pasquinucci 127 y el plato Lamb. 7. En Aretina de barniz negro se registran únicamente los tipos Conspectus 4 y Conspectus 30. Como es lógico, las imitaciones en pasta gris en este momento reflejan la situación de la cerámica de barniz negro, lo que explica que prácticamente todo el conjunto represente el repertorio de la Campaniense B, encontrando también una forma que posiblemente esté relacionada con la producción de Aretina de barniz negro, en concreto la copa Conspectus 8. Como única imitación en Campaniense A tenemos un borde vinculable a la copa Lamb. 8b (fig. 2.1), que presenta restos de barniz acastañado. No sabemos si se trata de material residual, ya que el original al que imita tan solo se produce hasta mediados del siglo I a.C., lo que no es óbice para que hubiera seguido imitándose posteriormente. También con una pieza cada una se encuentran presentes en el Patio de Banderas durante esta fase tempranoimperial imitaciones de los prototipos Lamb. 2, 5 y 5/7 - F 2632 y/o F 2282 (fig. 2.2, 2.3 y 6.4, respectivamente). Contamos con ejemplares itálicos en esta fase tanto de la forma 2 como de la 5, ambos pertenecientes a las producciones B-oides, que dejaron de producirse poco tiempo atrás, por lo que no sería extraño que se mantuviera la producción a menor escala de estas imitaciones locales, a pesar de haber finalizado ya la actividad de los talleres itálicos. En cuanto al fragmento vinculado con el tipo 5/7, destaca la existencia de una línea incisa acanalada en la parte inferior del borde en su cara interna, algo que no ha sido documentado en ninguna de las piezas originales halladas en la excavación, pero que se constata también en piezas de la misma morfología procedentes del yacimiento de Orippo, aunque desgraciadamente sin contexto estratigráfico claro (Ventura 1985, 130, fig. 6.11). Dos bordes de esta fase (fig. 2.6-7), que atribuimos a la forma Conspectus 8 similis, nos plantean los mismos problemas tipológicos que ya comentamos al respecto de este tipo más arriba (apartado 4.2.) y que solucionamos indicando una filiación en las Aretinas negras de esta morfología mejor que en los tipos Lamb. 28ab en Campaniense A y Lamb. 8b en B. Piezas morfológicamente muy similares en diversos módulos se constatan en otros puntos del valle del Guadalquivir, como Córdoba, Orippo o Italica, a veces con decoraciones de losanges internas y siempre sin contextos claros desde el punto de vista cronológico (Ventura 1990, 1124-1125 y fig. 125). Por último, encontramos dos bases que no han podido ser identificadas tipológicamente, al carecer de elementos formales significativos, aunque tal vez no anden lejos de esta misma forma (Conspectus 8 similis) por tratarse de copas carenadas, una de ellas con losange central. Ambas presentan decoración: en la primera se pueden observar líneas incisas acanaladas (fig. 2.7), mientras que en la segunda se aprecia una decoración estampillada consistente en un losange interno inserto entre círculos acanalados concéntricos (fig. 2.8). Esta última pieza presenta un barniz de color castaño que se conserva relativamente bien. En esta primera fase imperial de la excavación del Patio de Banderas las manufacturas en pasta gris representan un 18% del total de la cerámica de barniz negro, superando a las producciones napolitanas y las Aretinas de barniz negro. Si desglosamos las diferentes series existentes, vemos que

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el grupo identificado como Cales presentan el mismo número de piezas, siendo las producciones más abundantes y significando cada uno el 22,4 % del total de la cerámica de barniz negro. 5.3.2. C/ Doctor Fleming 13-15 (Carmona) Una excavaciónen reciente (2007) en la C/ Doctor Fleming de Carmona (Ortiz y Conlin e.p.) ha sacado a la luz dos hornos cerámicos bien conservados (de un total de cuatro detectados), un vertedero de material defectuoso asociado topográficamente a los hornos y varios depósitos de abandono y amortización del conjunto. Los vertidos de base del vertedero cerámico (UE 9) presentan materiales datantes consistentes en bordes de cerámica de barniz negro (Lamb. 5) y barniz negro de imitación de las formas Lamb. 5/7 y Lamb. 7, así como imitaciones de la forma Conspectus 8.1, ya en barniz rojo. Dado que la forma se fabricó tanto en sigilata negra como de barniz rojo, puede considerarse que esta pieza de Doctor Fleming 13-15 ilustra la transición de las imitaciones en pasta gris y barniz negro que hemos visto en el Patio de Banderas a las de barniz rojo que serán relativamente frecuentes en contextos del valle del Guadalquivir en épocas temprano y medioaugusteas. Es precisamente la transición entre ambos momentos, materializada en torno a los años del cambio de era (10 a.C.-25 d.C.), la que proponemos como periodo de formación del vertedero cerámico, puesto que en esta misma UE 9 se documenta un fragmento de borde de TSI de la forma Conspectus 23. Completan el elenco cerámico datante un ungüentario de la forma Oberaden 29 y un fragmento de borde de cerámica de paredes finas de la forma Mayet VIII C. A ello, hay que añadir un rico repertorio de cerámicas pintadas de tradición turdetana (cuencos-lucerna, urnas, lebrillos) y numerosos fragmentos de ánforas Haltern 70 y Pellicer D terminales. Tanto la cerámica de tradición indígena como las ánforas de ambos tipos presentan fallos de cocción abundantes, por lo que pueden considerarse de fabricación local (aunque no necesariamente procedentes de los hornos excavados), cuestión que no es tan evidente para el caso de las cerámicas de imitación de barniz negro y de sigilata itálicos. Los materiales están en proceso de estudio y publicación, por lo que no se adjuntan dibujos2. 6. Implicaciones económicas, sociales y culturales No deja de sorprender que un repertorio que, en principio, presenta un conjunto de formas de cerámicas de imitación de vajillas barnizadas en negro relativamente amplio oculte una preferencia cuantitativa casi obsesiva por sólo dos formas de las vajillas itálicas: la copa y la pátera (representadas respectivamente en un solo servicio por el grupo Conspectus 8 similis-Lamb. 5/7). Si uno echa la vista atrás en el tiempo, éstas son las formas “tardías” del repertorio de Kuass más producidas y demandadas (tipos VIII y IX - F 2255-2256 de Niveau) durante el siglo II a.C. y a lo largo del I a.C., formas que a su vez vienen a ser un sustituto o un refuerzo de repertorios indígenas similares con decoración pintada conformados, desde fines del siglo IV a.C., básicamente por cuencos y platos (García Fernandez y García Vargas 2010, 126 y 130) y, a la vez, un antecedente formal y funcional de los servicios de imitación de sigilatas itálicas predominantes en la región hasta mediados del siglo I d.C.: las formas I y II de Martínez en cerámica tipo Peñaflor, en las que se han perdido ya las decoraciones de palmetas y losanges características respectivamente de las producciones de imitación de Kuass y de barniz negro itálico.

Agradecemos a las excavadoras el conocimiento de este contexto y su permiso para incluir los detalles tipológicos y estratigráficos citados en nuestro texto. 2

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Esto puede sólo significar la perduración de un patrón de consumición arcaizante a nivel “popular” hasta momentos muy tardíos, augusteos o más allá, en consonancia con el mantenimiento constatado en producción (incluso mayoritaria) del resto de las cerámicas comunes (pintadas o no) y de cocina turdetanas hasta momentos medioaugusteos en ciudades tan “progresivas” económicamente como Karmo (Carmona). La presencia en los mismos contextos (de Hispalis, por ejemplo) de imitaciones y, en porcentajes similares, de repertorios importados de barniz negro y rojo mucho más complejos procedentes de varias regiones del Mediterráneo, desmiente la idea generalizada acerca de que las vajillas de imitación fuesen un recurso local para abastecer zonas con déficit crónico de importaciones e introduce el factor cultural (a menudo relacionado con niveles diversos de capacidad adquisitiva, aunque no necesariamente es así) como responsable principal de la existencia de dos patrones diferentes de consumo. Cada uno de ellos estaría ligado a un grupo de demanda estructuralmente diferente: uno más tradicional y otro más progresivo, itálico o italianizante. La visibilidad del primero de estos grupos debió de ser notable hasta época tiberiana al menos si hemos de juzgar por el mantenimiento de los patrones arcaizantes de consumo de cerámicas de barniz rojo tipo Peñaflor hasta inicios del segundo tercio del siglo I d.C., momento en que la llegada de los vinos y las sigilatas gálicas comienzan a dar testimonios de un cambio en la situación, si bien los servicios de imitación no se detienen ni siquiera entonces (segundo servicio de imitación de Peñaflor conformado por copa y pátera igualmente, pero sobre patrones gálicos: Vázquez Paz et al. 2005). Las influencias itálicas no habrían hecho, entonces, más que incidir en una realidad más antigua, con la incorporación de producciones renovadas de imitación de barniz negro (grupo técnico 1) que se habrían unido a las de Kuass (en retroceso, pero no en desaparición) y a producciones intermedias entre ambas variantes, aunque más próximas tal vez a las primeras (grupo técnico A1, 4, etc.). Las cosas no son nunca tan esquemáticas, desde luego, y la presencia de formas de imitación del repertorio de la Campaniense A o de otros modelos del repertorios de la B suponen una cierta variabilidad del servicio básico pátera/plato (Lamb. 6…) – copa (Lamb. 2, M113, Pasq. 127…) sin que necesariamente creen servicios independientes (como tampoco sucede en el caso de las Peñaflor), o una cierta diversificación por razones lógicas de emulación. Sin embargo, la práctica ausencia de formas cerradas en los repertorios tanto de imitación como de importación y la de jarras en los de común, donde no empiezan a aparecer en cierta cantidad (mínima) hasta época de Augusto, habla en favor de la fuerza de las estructuras tradicionales (cf. García Fernandez y García Vargas 2010, 126). Desde luego, los elementos itálicos están presentes desde el principio de la romanización efectiva de la región (fines del siglo II-principios del I a.C.) en la evidencia material sobre nuevas formas de cocinar que proporcionan los contextos con itálicas de cocinas abundantes y variadas, contextos conocidos en el valle bajo del Guadalquivir a partir de estos años (Sánchez 1995). La evidencia es incluso topográfica, con áreas de la ciudad de Hispalis, por ejemplo C/ Argote de Molina 7, niveles 1921, con mayor densidad de testimonios materiales italianizantes (que ahora incluyen sartenes y platos de horno en lo que debió ser unas forma de comer más sofisticada con pan de trigo y fritos) y otras de la misma ciudad con elencos cerámicos más tradicionales, como C/ Abades 41-43, UE 371 (Jiménez et al. 2006), donde prácticamente para las mismas fechas las importaciones itálicas se reducen al vino de importación y a la vajilla de barniz negro en Campaniense A asociada a su consumo. Significativamente, el estudio que realiza en la actualidad Mª R. Somé Salazar sobre la cerámica de tradición Turdetana en el Patio de Banderas está demostrando que los tipos que predominan entre la vajilla común pintada de tradición local hacia a mediados del siglo I a.C. son, sobre todo, platos de la forma II de Escacena y cuencos del tipo I. De nuevo, el servicio básico tradicional plato/páteracuenco, mientas que para las mismas fechas (60 y 30 a.C.) los vasos tulipiformes (llamados de beber)

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de la forma III tan solo están representados por un fragmento. Nuevamente estamos confrontados a la pervivencia de unos patrones de consumo tradicionales reflejados en unos servicios de mesa muy reiterativos en una u otra clase cerámica. Otra forma bien representada son las urnas que tal vez cubran la ausencia de formas cerradas en los repertorios de barniz negro y de común de mesa “romanizados”. Somos conscientes de que se trata de conclusiones muy provisionales obtenidas a partir de materiales escasos y no siempre bien contextualizados, lo que escora quizás las imagen de los patrones de consumo en una determinada dirección, pero nos parece que no deben deformar en demasía una visión que contrasta con la idea dominante de una romanización completa y generalizada para los momentos iniciales del período imperial, romanización que en otros ámbitos del artesanado cerámico, como el de los recipientes de transporte de mercancías (ánforas), estaba sin duda más avanzada a mediados del siglo I a.C. como consecuencia probable de la participación en el artesanado cerámico de artesanos emigrados desde Italia. Pero ésa es otra historia y ha sido contada en otro lugar (García Vargas et al. 2011). 7. Bibliografía A.M. Adroher Auroux; A. Caballero Cobos, Imitaciones de barniz negro en pasta gris en época tardoibérica. La cerámica gris bruñida republicana, en: A.M. Adroher; J. Blanquez (eds.), Primer Congreso Internacional de Arqueología Ibérica Bastetana (Serie Varia 9), Madrid 2008, 319-329. A.M. Adroher Auroux; A. Caballero Cobos, Imitaciones de Campaniense en el mediodía peninsular. La cerámica gris bruñida republicana, en: D. Bernal; A. Ribera (eds.), Cerámicas hispanorromanas II. Producciones regionales, Cádiz 2012, 23-38. A. Adroher Aroux; A. López Marcos, Contextos de barniz negro en la Alta Andalucía entre los siglos II y I a.C., en: X. Aquilué; J. García Roselló; J. Guitart (eds.), La ceràmica de vernis negre dels segles II i I a.C.: centres productors mediterranis i comercialització a la Península Ibèrica, Mataró 2002, 149-176. M. del Amo de la Hera, La cerámica Campaniense de importación y las imitaciones Campanienses en Ibiza, Trabajos de Prehistoria 27, 1970, 201-256. X. Aquilué; J. García; J. Guitart (eds.), La ceràmica de vernís negre dels segles II i I a.C: Centres productors mediterranis i comercialització a la península ibérica, Mataró 2000. A. Balland, Céramique étrusco-campanienne el vernis noir (Mélanges de L’Ecole Française de Rome suppl. 6 - Fouilles de L’Ecole Française de Rome à Bolsena (Poggio Moscini) III.1), Paris 1969. V. Barba; A. Fernández; M. J. Torres, La cerámica gris bruñida republicana, imitaciones y nuevas formas documentadas en la Alta Andalucía en el almacén comercial del Cerro de la Atalaya de Lahiguera (Jaén), en: R. Morais; A. Fernández; Mª.J. Sousa (eds.), As produções cerâmicas de imitaçâo na Hispania. Actas del II Congreso Internacional de la SECAH – Ex Officina Hispana, Porto 2014, 19-34. M. Beltrán LLoris, La cerámica Campaniense de Azaila. Problemas de cronología en el Valle del Ebro, Caesaraugusta 47-48, 1979, 141-232. J. Boubé, Introduction à l’étude de la céramique à vernis noir de Sala, Bulletin d’Archéologie Marocaine 16, 1985-86, 121-190. J.M. Campos Carrasco, Excavaciones arqueológicas en la ciudad de Sevilla: el origen prerromano y la Hispalis romana, Sevilla 1986. E. Ettlinger et al., Conspectus formarum terrae sigillatae Italico modo confectae (Materialien zur römisch-germanischen Keramik 10), Bonn 1990.

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Figura 1. Mediados s. I a.C. Patio de Banderas. Imitaciones en pasta gris. Imitaciones de Campaniense A. 1: Morel 113; 2: Lamb. 31b. Imitaciones de Campaniense B. 3-4: Lamb. 5; 5-6: Lamb. 2; 7-8: posible Conspectus 8 (Aretina de barniz negro), 9: Lamb. 7; 10: Pasq. 127; 11: borde indeterminado; 12: imitación de pasta marrón “Valle del Guadalquivir” y engobe marrón Lamb. 6. Argote de Molina. 13: Lamb. 6 ó 36 (dibujo extraído de Ventura 1990).

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Figura 2. 15 a.C. - 25 d.C. Patio de Banderas. Imitaciones en pasta gris. Imitación de Campaniense A. 1: Lamb. 8b. Imitaciones de Campaniense B. 2: Lamb. 2; 3: Lamb. 5; 4: Lamb. 5/7; 5-6: posible Conspectus 8 (Aretina de barniz negro); 7: base indeterminada; 8: base indeterminada decorada con losange estampillada.

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Figura 3. Material descontextualizado. Patio de Banderas. Imitaciones en pasta gris. Imitaciones de Campaniense A. 1: Morel F 632; 2: Lamb. 31b o Lamb. 8b. Imitaciones de Campaniense B. 3-6: Lamb. 2; 7: Lamb 8b; 8: Lamb. 8a; 9: Lamb. 1; 10: Lamb. 5; 11-15: posible Conspectus 8 (Aretina de barniz negro).

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Figura 4. Bases morfológicamente indefinidas con losange estampillada como elemento decorativo común. Piezas procedentes de diversas excavaciones de Sevilla capital y provincia (dibujos extraídos de Ventura 1990 a excepción de los números 1 y 2, de elaboración propia).

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