Las ignotas cualidades vernáculas del poblado de playa Siboney en Santiago de Cuba

June 19, 2017 | Autor: Luis Bello Caballero | Categoría: Cultural Heritage, Cultural Landscapes, Vernacular Architecture
Share Embed


Descripción

Las ignotas cualidades vernáculas del poblado de Playa Siboney en Santiago de Cuba Ponencia en IX Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula, La Habana, marzo de 2012

Luis Enrique Bello Caballero Leonardo Pérez Vilorio

IX JORNADAS TÉCNICAS DE ARQUITECTURA VERNÁCULA, 2012

Las ignotas cualidades vernáculas del poblado de playa Siboney en Santiago de Cuba Luis Enrique Bello Caballero Leonardo Pérez Vilorio

Preámbulo

Facultad de Construcciones Universidad de Oriente Santiago de Cuba

En la costa hacia el este de la bahía santiaguera se ubica la playa Siboney, enlazada con la ciudad por una carretera de catorce kilómetros. Su nombre se debe a las conjeturas de la existencia de asentamientos de aborígenes taínos y siboneyes. La llegada de los españoles a la zona se estima hacia el año 1550 lo que determinó el exterminio de los grupos nativos. Posiblemente la construcción más antigua en la zona sean los restos de la batería Juraguasito, erigida en 1655 por el ingeniero militar Isidro Limonta, 1 formando parte así del complejo defensivo de las costas santiagueras. (Figura 1)

Fig. 1: Los restos de la batería Juraguasito vista desde la playa, actualmente se incluyen dentro de un terreno privado.

Siboney no alcanzó notoriedad hasta finales del siglo XIX, cuando las Compañías Bathelhem Iron Co. y la Steel Co., ambas con sede en Pennsylvania, Estados Unidos, centraron su mirada en la explotación minera hacia el sureste de la ciudad de Santiago de Cuba, específicamente en las faldas de la Cordillera de la Gran Piedra. En el año 1884 la Juraguá Iron Company extrajo el primer cargamento de mineral de hierro de Cuba, las oficinas centrales de esta empresa se encontraban en Philadelphia. Esta compañía llegó a ser la de mayor productividad de las tres

que operaban en Cuba, llegando a contar con 17 minas en explotación, su presidente fue Agustín Trigo de Serrano Carter, nombre que actualmente se le da a la calle principal del poblado Siboney –Avenida Serrano–. 2 En las proximidades se encontraban las minas de Daiquirí y Firmeza, de las más importantes del área. Siboney servía como enlace entre estas y la ciudad, por allí pasaba el ferrocarril de 25 kilómetros que se extendía hasta el puerto. En Siboney se reparaban y daban mantenimiento a las locomotoras y se almacenaba el mineral que posteriormente se trasladaría para su embarco. Durante este período no existía población residente, los obreros se concentraban en áreas cercanas a las minas, solamente permanecían en Siboney los trabajadores de los talleres y los soldados españoles que custodiaban las actividades que se desarrollaban en el sitio. 3 El año 1898 significó un momento de protagonismo para la playa Siboney, cuando por estrategia trazada por el General Mambí Demetrio Castillo Duany, de acuerdo a las decisiones acordadas entre los altos oficiales William Sampson, William Shafter y Calixto García, comenzó el 22 de junio el desembarco por las playas de la costa este de Santiago. Después del bombardeo producido en horas de la mañana comenzó la operación, la 1ra División de Infantería a cargo del Brigadier J. Ford Kent fue la primera en tocar tierra, hasta que el día 24 de junio culminaría la acción militar con la llegada del 5to Cuerpo Expedicionario. Los datos dan seña de que fue precisamente por Siboney por donde se produjo el mayor arribo de tropas, determinado por su ventajosa ubicación estratégica, a pocos kilómetros de la ciudad. 4 (Figura 2)

Fig. 2: Las imágenes que se muestran resultan una evidencia de gran valor de los momentos del desembarco de tropas norteamericanas por playa Siboney. Nótese en la extrema derecha el asentamiento del ejército en la ladera de una montaña y el muelle construido para facilitar el movimiento del arsenal bélico desde las embarcaciones hacia tierra. Fotos: archivos del Museo de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana.

Después de los sucesos de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana el sitio no tuvo otra actividad que la explotación minera, hasta que en las primeras décadas del siglo XX se comenzaron a ocupar los terrenos aledaños a la playa por familias de poder económico para emplazar sus villas de veraneo, de la misma manera que se produjo en otras zonas del país como Varadero, y Cayo Smith (Granma) y La Socapa en la entrada de la bahía santiaguera. El año 1953 marcaría otro suceso trascendental, desde el mes de junio, la Villa Blanca, pequeña hacienda ubicada en las cercanías del poblado, fue ocupada por el joven Abel Santamaría, con

el pretexto de crear una granja de pollos, la misma devendría en la histórica Granjita Siboney, sitio que albergó a los jóvenes de la Generación del Centenario, protagonistas del sedicioso asalto al Cuartel Moncada. Posteriormente a las acciones del 26 de julio, todo el territorio que comprende desde la Gran Piedra hasta Siboney, se convertiría en escenario de persecución de los asaltantes sobrevivientes. Los mencionados anteriormente resultan los hechos de mayor relevancia acaecidos en la zona de Siboney; sin embargo, es necesario hacer alusión a las personalidades que colocan al poblado en lugares cimeros: el eximio Compay Segundo, exponente inigualable de la más autóctona música tradicional cubana, nació en Siboney; al igual que el destacado y multicampeón lanzador Norge Luis Vera. Ambos, con su quehacer, enorgullecen el espíritu del pueblo santiaguero y resaltan la identidad del sitio que les dio nacimiento. (Figura 3)

Fig. 3: De izquierda a derecha: Compay Segundo; el restaurante Sitio del Compay dedicado a su memoria; y el lanzador Norge Luis Vera.

De esta manera se distingue el poblado de Playa Siboney, pero lo enunciado resulta solo una excusa para atraer la atención y mostrar los valores que el presente trabajo pretende preponderar: las cualidades de su arquitectura y paisaje circundante. Desarrollo de la arquitectura en Siboney En las primeras décadas del siglo XX comenzaría la venta de terrenos en zonas costeras a familias santiagueras para emplazar casas de veraneo, de la misma forma en que ocurriría en otras partes de Cuba como el balneario de Varadero y localmente en el canal de entrada de la bahía santiaguera. Las primeras construcciones veraniegas en los distintos sitios siempre fueron de madera, apropiándose de los modelos y patrones de otras culturas (española, francesa y norteamericana) pero con una óptica criolla de funcionalidad, condiciones técnicas, adecuación climática y adaptación a nuestro temperamento. 5 Los casos de Cayo Smith (Granma) y la Socapa en la bahía de Santiago de Cuba han sido profundamente estudiados por lo que se toman como referentes de la arquitectura de madera desarrollada en Siboney durante este período.

La Socapa y Cayo Smith como referentes inmediatos La bahía de Santiago de Cuba presume de un paisaje singular, caracterizado por el agreste relieve que nace de sus costas. En su canal de entrada se desarrolló a lo largo de cuatro siglos el sistema defensivo de la ciudad, conformado por el Castillo San Pedro de la Roca, la fortaleza de La Estrella y la de Santa Catalina, donde surgió posteriormente la batería de La Socapa. Este fue el escenario más importante de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana, allí tuvo lugar la decisiva batalla naval entre la escuadra española comandada por el Almirante Pascual Cervera y la norteamericana al mando del Almirante William Thomas Sampson. (Figura 4) Dispuesto en la misma entrada de la bahía, se encuentra el islote que responde al nombre de Cayo Smith, comprendido dentro del área protegida del sitio "Castillo del Morro San Pedro de la Roca", declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997. (Figura 4)

Fig. 4: Los restos de la flota española; el canal de entrada de la bahía de Santiago de Cuba con el Cayo y La Socapa en un segundo plano; y detalle de la imagen que muestra la arquitectura de Cayo Smith. Fotos: archivo de la Oficina del Conservador de la Ciudad.

El Cayo fue habitado primeramente por pescadores locales, a finales del siglo XVIII proliferaron sus habitantes luego de la llegada de inmigrantes franceses que huían de la Revolución de Haití, ante la prohibición de las autoridades locales de que entraran a la ciudad. A finales del siglo XIX, Cayo Smith y La Socapa se destacan como poblados de pescadores, y a medida que avanzó el siglo XX comenzó a ser ocupado por familias pudientes de la sociedad, que construyeron en estos lugares casas de veraneo. Desarrollándose en toda la primera mitad de la centuria una exquisita arquitectura de madera, característica del denominado estilo caribeño y respondiendo en su mayoría a la técnica del balloon frame. 6 Los inmuebles presentan uno o dos niveles, el primer caso en mayor cuantía. Con soluciones de cubierta inclinadas a base de armaduras de dos y cuatro aguas que culminaban en los colgadizos de las galerías perimetrales, impermeabilizadas con cinc y tejas francesas, estas últimas en menor número, por los requerimientos de mayores cantidades de alfarjías. Las fachadas se caracterizan por la horizontalidad y simetría en la disposición de sus vanos, en los que se enfatiza la verticalidad en sus proporciones.

Notable singularidad adquieren las viviendas ubicadas a orillas del mar, que respondieron a estructuras palafíticas, con corredores en todo su perímetro, espacio de transición que establece un vínculo armónico entre la tierra y el mar. Como detalle de relevante mención, es la presencia de embarcaderos en los sótanos, permitiendo el rápido acceso al interior. (Figura 5)

Fig. 5: Izquierda y centro, la arquitectura de madera de La Socapa y Cayo Smith, mostrando sus fachadas hacia el mar. A la derecha, una vía en el interior del Cayo con la secuencia de corredores de madera.

La madera utilizada era pinotea, importada desde países vecinos. Se trabajaba la materia prima en secciones pequeñas que posibilitaba la confección de las piezas componentes, incluso aquellas correspondientes a los atavíos decorativos. Las paredes responden a tres técnicas fundamentales: machihembrado, tingladillo, tablas y tapajuntas. 7 Esta arquitectura con varios ejemplos de excelente diseño atenúa de manera efectiva el impacto entre lo antrópico y la naturaleza de la bahía de Santiago. Haciendo de esta un paisaje diáfano y magistral, merecedor de los valores que lo acreditan como patrimonio de la humanidad. Primeras construcciones de Siboney La arquitectura que se va a desarrollar en los inicios del asentamiento, va a responder en su totalidad a ejecuciones de madera que asimilan las características fundamentales de sus antecesoras en todo el país, destacando particularidades que van a estar condicionadas por el lugar en que se desarrolla. Partiendo de los antecedentes encontrados en Cayo Smith y la Socapa, en Siboney se plantean nexos como el uso de tejas francesas para la solución de cubiertas inclinadas a dos y cuatro aguas, corredores en la fachada orientada hacia el mar y en específicos casos en todo el derredor de los inmuebles. Se mantienen las proporciones longitudinales de la fachada y el carácter vertical de las fenestraciones. (Figura 6)

Fig. 6: Ejemplos de la arquitectura de madera desarrollada en Siboney.

Aunque no se ha corroborado el origen de la madera utilizada en Siboney, por su semejanza con la del Cayo y el cercano período de tiempo en que se desarrollaron, se puede deducir que se tratan de las mismas pinoteas importadas, trabajadas a partir de las técnicas del machihembrado, tingladillo, tablas y tapajuntas. Ciertas variaciones se aprecian, dadas en casos excepcionales en el que se rompe con la estructuración tradicional de estas edificaciones, o condicionadas por el emplazamiento y la presencia de materiales de producción local. (Figura 7)

Fig. 7: Nótese a la izquierda la singular composición a partir de pronunciados arcos. El resto de las imágenes muestran otros ejemplos de viviendas de madera y sus detalles constructivos.

En las cercanías del poblado existen yacimientos pétreos como el del propio Siboney, Las Guásimas y Sigua, de cuyas rocas se pueden obtener áridos, rajones, piedras de canto y materia prima para la elaboración de mármoles que se han utilizado en gran parte de las construcciones de Santiago de Cuba. A pesar de que todos estos materiales no están al alcance de la población local, es significativo el uso de piedras calizas, careadas o de forma ordinaria, como material en la conformación del basamento de casi todos los inmuebles de la zona. (Figura 8) Las piedras también dan respuesta a obras de fábrica como muros de contención, perimetrales y hasta en la configuración de la estructura portante de una vivienda (Figura 8). Es perceptible en esta práctica una arraigada tradición local, que se ha heredado desde la década de 1930 hasta nuestros días.

Fig. 8: La piedra caliza extraída en la cantera de Siboney y sus múltiples usos: como basamento y muros portantes de mampuesto careado.

La morfología del lugar se caracteriza por elevaciones que circundan la playa, dotando la zona de un cromatismo en el que se mezclan el azul del Mar Caribe y el cielo, con el verde de las montañas. Como es característico de la tradicional ciudad santiaguera y de todos sus barrios aledaños, las viviendas ocupan estas elevaciones, adaptándose a sus pendientes, atribuyéndole vital importancia al vínculo entre sus fachadas y el mar. De esta manera el uso de corredores, balcones y terrazas se hicieron presentes en todos los inmuebles, destacándose sobremanera el beneficio de disfrutar las visuales hacia el mar. Los aires de la modernidad Varias familias santiagueras visualizaron el potencial de la playa como lugar para el esparcimiento y ya para los años 40 se conformaba el barrio privado de Siboney, el cual evidenciaba los contrastes de las diferencias sociales entre clases de la época, al extremo que la playa fue dividida con una cerca para separar a los blancos de los negros. El umbral de la modernidad en la expresión de la arquitectura no se hizo esperar en el desarrollo del poblado, y es por ello que entre la vegetación costera es posible descubrir ejemplares que responden a los códigos de las corrientes neocoloniales, el Art Decó, hasta llegar al Movimiento Moderno, de este último existen valiosos ejemplos que se distribuyen por casi toda la extensión del poblado. (Figura 9)

Fig. 9: Notables ejemplos de la arquitectura del Movimiento Moderno en Siboney.

En todos los casos resulta notorio el uso de materiales locales, como la característica piedra caliza, dispuesta para crear muros y basamentos con la altura necesaria en búsqueda de las óptimas visuales hacia el mar. Debido a esta conveniente apropiación de la parcela se acentúa el perfil del poblado, en el que es posible visualizar desde los corredores de las viviendas, los techos de las edificaciones que anteceden. (Figura 10) En la mayoría de estas piezas, el corredor, las terrazas y balcones en voladizo que en ocasiones desafían las normativas sismorresistentes, resultan espacios imprescindibles. Las amplias dimensiones que presentan y su disposición a lo largo de la fachada o en diferentes planos de esta, denuncian los lazos de unidad con la arquitectura desarrollada en años anteriores. Es lógico este comportamiento, las casas de veraneo en la costa necesitan una espaciosa transición entre interior y exterior que permita disfrutar del paisaje y las brisas del atardecer. (Figura 10)

Fig. 10: La adaptación de los códigos del Movimiento Moderno a las condicionantes locales.

Durante este período evolutivo no se concibieron edificios de apartamentos de gran escala, aunque fuera un tema recurrente del Movimiento Moderno y posibilitara su arrendamiento a varias familias durante los meses estivales, con el consecuente beneficio económico que reportaría al propietario. Una explicación posible radica en el suelo disponible del pueblo, cuya organización longitudinal la determinan las montañas al norte y el mar al sur, limitando su crecimiento hacia un angosto desfiladero. El emplazamiento de edificaciones de mayores dimensiones y niveles que las existentes hasta entonces provocarían el entorpecimiento de las visuales hacia el mar y produciría una abrupta ruptura con el panorama geográfico circundante. Las piezas del Movimiento Moderno presentes en Siboney enriquecen las variadas soluciones arquitectónicas de la vivienda individual y expresan la síntesis entre lo universal y lo local. Resultado de la labor creativa de los arquitectos, que supieron capturar con sensibilidad las esencias de su tiempo, de la identidad nacional y del espíritu del lugar, como expresara Mario Coyula al referirse a la significación de este tema dentro del Movimiento Moderno. 8 Hasta finales de la década de 1950 la arquitectura desarrollada en Siboney se limitó fundamentalmente al tema de la casa de veraneo de las familias de mayores recursos de la

ciudad. Se llegó a construir un club, una cantina y una pista de baile, a base de madera y guano donde se organizaban las fiestas de la sociedad, entre ellas se destacaba la Noche Azul, en las que se invitaba a orquestas de renombre como la Chepín Choven y el dúo Los Compadres, inicialmente integrado por Lorenzo y Reinaldo Hierrezuelo, luego serían Lorenzo y Francisco Repilado, suceso que marcaría la génesis del mítico Compay Segundo. 9 La especulación del suelo tuvo un momento de auge cuando se construyeron cinco cabañas a escasos metros de la playa, todas de un solo nivel y con una discreta expresión, esta actividad especulativa quedó trunca con el Triunfo de la Revolución. Es preciso subrayar que el asentamiento en Siboney fue una muestra explícita de las diferencias entre clases y la marginalidad racial, facetas características del régimen capitalista imperante hasta el año 1958. No obstante, resulta significativa la forma en que las construcciones se apropiaron e insertaron en el panorama que proveía el lugar, desde las primigenias edificaciones lignarias hasta las de mayor extroversión de los aires de la modernidad; conformando el magnífico cuadro definido por Roberto Segre como "sincretismo ambiental caribeño", donde se entrelazan las influencias españolas, francesas, norteamericanas, africanas y nativas. 10 Entre el ayer y el presente Como consecuencia de los cambios acaecidos en los primeros años de Revolución, varias edificaciones fueron abandonadas, quedando disponibles para la inserción de usos sociales como escuelas y policlínicos. El justo reconocimiento de que las playas eran públicas y para todos sin diferenciación racial, y la incorporación de servicios básicos necesarios para los residentes, condujo hacia un considerable desarrollo y crecimiento de la población. El afán de desarrollar un balneario en la playa para uso masivo produjo un impacto de serias consecuencias negativas para la imagen del poblado, es posible que los ingresos aumentaran en determinado momento, pero actualmente las instalaciones de alojamiento están clausuradas por su precario estado constructivo, lo que demuestra la ineficacia de la inversión. Se construyeron de forma desmedida edificios de hasta cuatro niveles con tecnologías prefabricadas como el Gran Panel Soviético y el Sistema Girón, revelando un absoluto e irracional divorcio con lo acontecido hasta el momento, considerando la tipología, la escala y los materiales. El primer sistema se utilizó en los inmuebles para alojamiento, el segundo en las absurdas moles que prestarían servicios; el ambiente marítimo no ha tenido compasión con las estructuras, lo que ha significado el prematuro fin de su vida útil. (Figura 11)

Fig. 11: Tecnologías foráneas ajenas al ambiente costero, la tipología y la escala de las construcciones tradicionales de Siboney. En el extremo a la derecha las consecuencias del salitre.

Estas experiencias no terminaron con el declive de los sistemas prefabricados debido a las consecuencias del período especial, hoy se pueden encontrar ejemplos como la tienda de la cadena Panamericana, auténtico baúl metálico justo en el nodo principal del poblado, donde confluyen en aleccionadora imagen lo tradicional perdurable y lo impuesto decadente. (Figura 12)

Fig. 12: La despersonalizada imagen de las construcciones más recientes en evidente ruptura con la práctica tradicional.

Estampas como la expuesta anteriormente se repiten a lo largo de nuestro archipiélago, en los sitios donde se ha eludido el legado vernáculo en el buen hacer. Las implantaciones de proyectos, materiales y tecnologías devienen siempre en estériles inversiones que agreden casi irremediablemente la identidad de nuestros pueblos: es el mismo edificio prefabricado el que se corroe tanto en Siboney como en Baracoa. Hoy los habitantes del denominado Consejo Popular Siboney sobrepasa los 10 000 habitantes, y tiene un pico de población flotante en los meses de julio y agosto, cuando gran parte de los santiagueros acuden a la playa, que no cuenta con finas arenas blancas y una gran franja de baño, pero su accesibilidad propicia este movimiento. Por ello la economía del poblado se basa en dos actividades esenciales: el alquiler de habitaciones por cuentapropistas y la pesca. La primera no se limita solo al verano, algo tiene en su savia Siboney que es visitado todo el año por el turismo nacional e internacional. Resulta paradójico que los propietarios privados han sabido aprovechar las ventajas que ofrece la geografía para ajustarse al paisaje y potenciar sus negocios y hábitat, en contraste con lo realizado por empresas estatales. De la misma forma en que se buscaban antaño las mejores visuales al mar se ubican ahora los particulares, con las mismas piedras calizas locales para los

basamentos y el emplazamiento en las faldas de las elevaciones (Figura 13). Es sorprendente encontrarse a un joven de 20 años que con sus escasos conocimientos adquirió una parcela montaña arriba porque hay mejores visuales, para construir una vivienda y arrendarla, y así planificar el sustento propio y de su familia en un futuro próximo, demostrándonos así la persistencia de la sabiduría atávica.

Fig. 13: Se percibe en estas recientes ejecuciones del sector privado la continuidad del uso de materiales locales, el emplazamiento sobre basamentos, los amplios corredores y el óptimo aprovechamiento del escenario local; en la foto de la derecha se visualiza un restaurante techado con vegetación y cuya pared de fondo es la montaña rocosa en el plano posterior de la imagen.

Conclusiones Insuficientes serían las cualidades arquitectónicas a resaltar del poblado Siboney si le faltara el paisaje que de a poco se va descubriendo en la carretera, ilustrado con elementos antrópicos que exaltan el estrecho valle a los pies de la cordillera de la Gran Piedra. La secuencia de monumentos en homenaje a los asaltantes del Cuartel Moncada concluye justo en la Granjita Siboney con el que se dedica a Abel Santamaría, de la misma forma se revelan las huellas de las operaciones durante la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana que tiene en el poblado de Las Guásimas un punto remarcable: fue escenario de una crucial batalla que le abrió prácticamente las puertas de Santiago a las tropas norteamericanas. Precisamente desde allí nace otra carretera de altos valores paisajísticos, la que da acceso a las ruinas de haciendas y plantaciones agroindustriales cafetaleras, hoy pertenecientes a la colección del patrimonio mundial, y a la misma Gran Piedra, cuya silueta es claramente avistada desde la orilla de la playa Siboney en días despejados. Siboney, sobreponiéndose a las mellas, todavía resulta un oasis donde es posible respirar el aire de lo caribeño autóctono, donde los oriundos practican la pesca y ocupan la montaña con sus construcciones, acicalando aún más el perfil, no todo es positivo, las deficiencias estéticas de los "nuevos ricos" se hacen notar, pero por suerte ya no se ejecutan obras a gran escala cuya trascendencia perjudicial incide además en el medio ambiente. Poco se difunden y reconocen las cualidades presentes en este asentamiento santiaguero. El inaceptable desconocimiento de los valores presentes en pequeños poblados de nuestro país

como Siboney, determinará la irreparable pérdida de culturas e identidades locales. Resulte el presente en un llamado a la salvaguarda de aquel patrimonio que no se concentra en las ciudades tradicionales.

Referencias 1

Según archivos consultados en el Museo de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana.

2

Special Collections: Juragua Iron Company Mine Photographs, 1912-1914, Linderman Library, Lehigh University, Bethlehem, Pennsylvania.

3

Según archivos consultados en el Museo de la Guerra Hispano-Cubano-Norteamericana.

4

Ibidem

5

Cotarelo, Ramón: "El repertorio vernáculo cubano en madera ante los desastres naturales", Conferencia en VI Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula, Auspiciada por la Cátedra "Gonzalo de Cárdenas" de Arquitectura Vernácula y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, La Habana, Cuba, 2009.

6

Colectivo de autores: Oriente de Cuba, guía de arquitectura, Junta de Andalucía, Dirección General de Arquitectura y Vivienda, Andalucía, España, 2002, p. 158

7

Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba: "Cayo Granma y su entorno", archivos inéditos del Plan de Manejo de Cayo Granma y la Socapa. 8

Coyula, Mario: "Arquitectura y ciudad en la cultura cubana contemporánea", Arquitectura Cubana, Metamorfosis, pensamiento y crítica, selección de textos, Arte cubano Ediciones, La Habana, Cuba, 2002, p. 92.

9

Consejo Popular Siboney: artículo revisado en la Enciclopedia Colaborativa Cubana ECURED. Consultado el 4 de enero de 2012, en: http://www.ecured.cu/index.php/Consejopopularsiboney 10

Ver: R. Segre: Tres décadas de reflexiones sobre el hábitat latinoamericano, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2005, pp 94-96.

Material bibliográfico consultado Cárdenas, Eliana: "Caída y decadencia de casi toda la arquitectura de madera", Comunicación en V Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula, Auspiciada por la Cátedra "Gonzalo de Cárdenas" de Arquitectura Vernácula y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, La Habana, Cuba, 2008. Colectivo de autores: Oriente de Cuba, guía de arquitectura, Junta de Andalucía, Dirección General de Arquitectura y Vivienda, Andalucía, España, 2002. Cotarelo, Ramón: "El repertorio vernáculo cubano en madera ante los desastres naturales", Conferencia en VI Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula, Auspiciada por la Cátedra "Gonzalo de Cárdenas" de Arquitectura Vernácula y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, La Habana, Cuba, 2009. Coyula, Mario: ‘’Arquitectura y ciudad en la cultura cubana contemporánea’’, Arquitectura Cubana, Metamorfosis, pensamiento y crítica, selección de textos, Arte cubano Ediciones, La Habana, Cuba, 2002. Enciclopedia Colaborativa Cubana ECURED: Consejo Popular Siboney: artículo revisado en la. Consultado el 4 de enero de 2012, en: http://www.ecured.cu/index.php/Consejopopularsiboney Segre, Roberto: Tres décadas de reflexiones sobre el hábitat latinoamericano, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 2005. Special Collections: Juragua Iron Company Mine Photographs, 1912-1914, Linderman Library, LehighUniversity, Bethlehem, Pennsylvania, artículo consultado el 27 de enero de 2012 en http://www.lehigh.edu/library/speccoll/specialcoll.html Suárez Silva, Jaime y colectivo de autores: Provincia de Oriente, en revista Cuba Contemporánea, Centro Editorial Panamericano, Fondos Raros, Biblioteca Provincial "Elvira Cape", Santiago de Cuba, Cuba. Wood, Yolanda: "Caribe insular; variantes e invariantes de la arquitectura vernacular", Conferencia en V Jornadas Técnicas de Arquitectura Vernácula, Auspiciada por la Cátedra "Gonzalo de Cárdenas" de Arquitectura Vernácula y la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, La Habana, Cuba, 2008. Otros materiales consultados Archivos del Museo de la Guerra Hispano-Cubana-Norteamericana. Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba: "Cayo Granma y su entorno", archivos inéditos del Plan de Manejo de Cayo Granma y la Socapa.

Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.