Las conspiraciones anti-Clinton: El comité sobre Bengasi y la corrupción del contrapeso legislativo en Estados Unidos

La forma más reciente de las conspiraciones conservadoras anti-Clinton, el comité especial de la Cámara de Representantes sobre Bengasi, es un ejemplo de cómo la corrupción no requiere de un beneficio económico para distorsionar una institución cuya función tiene una carga moral. El 11 de septiembre de 2012, rebeldes libios atacaron la representación diplomática estadounidense en Bengasi, Libia, y acabaron por matar al embajador Chris Stevens, a un diplomático más y a dos contratistas de la CIA. El suceso fue un escándalo por haber sucedido bajo la dirección de la entonces Secretaria de Estado Hillary Clinton y se convirtió rápidamente en una discusión acerca de la validez de las acciones de Clinton y del mismo presidente Barack Obama . En mayo de 2014, la Cámara de Representantes del Congreso de Estados Unidos formó el Comité especial sobre Bengasi con el objetivo de evaluar posibles cambios legislativos para prevenir situaciones similares en el futuro. Sin embargo, la naturaleza de las líneas de investigación de dicho comité, las cuales se orientaron más a las finanzas de la Fundación Clinton y el uso de un servidor de correo electrónico privado por parte de la Secretaria Clinton, indican que ese objetivo se perdió a favor de buscar la manera de perjudicar la aspiración presidencial de Clinton. Por un lado, es necesario llamar la atención a que la institución de los comités legislativos es básica para el funcionamiento del gobierno estadounidense, lo cual les da un carácter moral que proviene de su mandato constitucional. Si bien las definiciones tradicionales de corrupción establecen la necesidad de que haya un beneficio privado para el perpetrador, la distorsión de los comités legislativos con motivaciones ideológicas o nobles muestra que dicho beneficio no es necesario para que una institución se corrompa.