Las ciudades de la Tarraconense oriental entre los s. II-IV d.C: evolución urbanística y contextos materiales / ed. Sebastián F. Ramallo y Alejandro Quevedo. Murcia: Universidad de Murcia. Servicio de Publicaciones, 2014, 344 p. (Editum) ISBN: 978-84-16038-63-3

June 27, 2017 | Autor: I. Sánchez Ramos | Categoría: Late Antique Archaeology, Archaeology of the Iberian Peninsula
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Descripción

Datos del trabajo: Recensión crítica o reseña. Título: RAMALO, S.F. y QUEVEDO, Q. (eds.), Las ciudades de la Tarraconense oriental entre los siglos II-IV d.C.: evolución urbanística y contextos materiales, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia, 2014, 344 p., lám., fig., 978-84-16038-63-3.

 

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RAMALO, S.F. y QUEVEDO, Q. (eds.), Las ciudades de la Tarraconense oriental entre los siglos II-IV d.C.: evolución urbanística y contextos materiales, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Murcia, 2014, 344 p., lám., fig., ISBN: 978-84-16038-63-3. La fisonomía de los núcleos urbanos es el principal registrador de las mutaciones urbanas, y aunque la diversificación económica es decisiva, también lo son los espacios públicos en la creación de un imaginario colectivo del concepto urbano. A través del estudio de estos espacios, se puede llegar a comprender las dinámicas que llevan a la desaparición de algunas ciudades romanas durante la Antigüedad tardía, o la continuidad de otras más allá de la Edad Media. Este libro es resultado de la selección de algunas de las ponencias presentadas al coloquio internacional ¿Crisis urbana a finales del Alto Imperio? La evolución de los espacios cívicos en el Occidente romano en tiempos de cambio (s. II-IV d.C.), celebrado en Murcia en 2012, y de la inclusión de otras colaboraciones externas que completan, y ayudan, a la comprensión de los acontecimientos urbanos producidos a escala local y/o regional en Hispania pero comunes a otros lugares del Mediterráneo romano. En las últimas décadas, la arqueología urbana ha sabido gestionar la información en clave de interpretación y difusión con unos mejores resultados. Los esfuerzos realizados por la comunidad científica europea y las instituciones españolas para avanzar en la investigación arqueológica de los momentos históricos de transición, han sido fundamental para afrontar el estudio de la transformación de la ciudad romana en toda su dimensión y complejidad. La finalidad común de las diversas contribuciones incluidas en esta publicación es, por un lado, dar a conocer una serie de datos inéditos sobre las evidencias arqueológicas hispanas documentadas en los espacios urbanos públicos y privados; y por otro, y consecuentemente, reflexionar con base en la discusión historiográfica sobre los profundos cambios producidos en el seno de la sociedad romana a partir del siglo III. En concreto, y superadas las teorías de decadencia, la publicación enriquece con nuevas propuestas el debate científico actual sobre la morfología y materialidad de las transformaciones acaecidas en la topografía de aquellas ciudades hispanas de la zona oriental peninsular, que pertenecieron a la provincia romana Tarraconensis. Unas transformaciones que, en primera instancia, se suceden en la esfera social, económica y política, para posteriormente trasladarse al urbanismo romano, donde su lectura arqueológica responde a unos parámetros de continuidad o ruptura, según cada caso. Cado uno de los trabajos, por tanto, analiza los motivos, tipos y cadencias cronológicas de los cambios habidos en estas ciudades, basados en la utilización de conceptos discriminatorios tales como abandono, pervivencia, expolio y funcionalidad. Dados los problemas existentes para la datación precisa a escala micro regional de los procesos citados, uno de los aspectos que más interesan en cada uno de los diez capítulos que articulan la presente monografía, es el estudio ceramológico de los contextos materiales y la revisión de las estratigrafías. El objetivo no es otro sino intentar sistematizar de manera crítica el inicio de los cambios que afectaron a la funcionalidad de los espacios y estructuras urbanas, definiendo así su cronología, que en muchos casos se ha podido situar en fechas tan precipitadas como finales del siglo II d.C. Un primer capítulo a modo de introducción, con aportaciones de carácter historiográfico y metodológico sobre cómo la investigación arqueológica ha afrontado el tema de la crisis urbana y las primeras oleadas de invasiones bárbaras en la actual región de la Emilia Romagna (Italia septentrional), analiza, como contrapunto a la situación hispana, las realidades documentadas en ámbitos residenciales del siglo III en Sarsina y Rímini (pp. 1350). Allí, son realmente excepcionales los niveles de derrumbes y los contextos materiales preservados a causa de un incendio, y las nuevas estructuras de amortización. En la Península Ibérica, se expone en el capítulo dos, el ejemplo del municipium de Iulia Livica (Llívia, Cerdaña, Girona), como un caso interesante para comprender el fenómeno de la crisis urbana a finales del Alto Imperio (pp. 61-88). Las excavaciones revelan  

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un abandono del forum augusteo y de los espacios públicos a principios del siglo II, aunque la ocupación del lugar, perdida su entidad urbana, se mantiene durante toda la Antigüedad tardía. Como se ha puesto de manifiesto en otros centros urbanos, una de las dinámicas más constatadas es la pérdida de la condición pública y reutilización de los espacios con carácter doméstico y funerario. En este sentido, la continuidad de ocupación en Iulia Livica se define por las estructuras de habitación instaladas en el antiguo foro y una presencia militar relacionada con el territorio en los siglos VI-VII. Un nuevo impulso urbanístico a la edilicia pública y privada experimenta Baetulo (Badalona) a inicios del siglo II (capítulo tres, pp. 89-117), con la construcción del teatro y de las reformas emprendidas en la red viaria y de saneamiento tras un breve lapsus definido por unas primeras amortizaciones. De nuevo, ha sido posible fechar gracias al material cerámico el abandono de construcciones públicas y domésticas en términos de contracción urbana a principios del siglo III. Una transformación de los edificios públicos seguida de abandono también en Edeta (Llíria) en las mismas fechas (pp. 245-273). En el capítulo cuarto se incide en la evolución diacrónica de la arquitectura residencial de Tarraco desde época altoimperial (pp. 119-147). Durante el Bajo Imperio, se abandonan domus intramuros, pero paralelamente, en los espacios domésticos de las zonas suburbiales del Francolí y del barrio portuario, se realizaron transformaciones significativas y radicales que, en algunos casos, el autor plantea definir como producto de la situación económica de los propietarios y la presencia de unas élites urbanas. En este sentido, la estética y acabado final de los edificios, esfera protagonizada por la pintura mural, también se considera un indicador del estatus social y parámetro cronológico clave para evaluar las transformaciones edilicias (pp. 206-244). La evidencia material muestra que no hay que alcanzar la Antigüedad tardía para documentar abandonos, amortizaciones y reutilizaciones, en definitiva situaciones de crisis, sino que son procesos iniciados con mucha más antelación, en el siglo II, aunque no supondrán, como ocurre en Dertosa (Tortosa), un impedimento para la continuidad de los centros urbanos hasta la Tardoantiguedad (capítulo cinco, pp. 149-174). Mientras que en otros, como el municipium flavio de Los Bañales de Uncastillo, las dificultades económicas de época antoniniana sí pudieron ser causa del empobrecimiento de las élites urbanas y del parcial abandono del asentamiento (pp. 175-205), ya que las reocupaciones del foro y la constatación de tumbas atestiguan la existencia de un poblamiento hasta época islámica. El lector podrá concluir que en todos los ejemplos de la parte oriental de la Tarraconense analizados, se observan el desarrollo de una serie de cambios que afectaron a su paisaje urbano, salvo en Ilici (Elche), donde los nuevos datos plantean la inexistencia de una “crisis” (pp. 275-320), y el florecimiento de la ciudad en el siglo IV. En el último capítulo (pp. 321-339), y en confrontación con la ciudad clásica, se explica el colapso de los edificios de espectáculos en Hispania a través del anfiteatro de Carthago Nova (Cartegena). Los teatros, termas y anfiteatros no son necesarios, y como otras construcciones monumentales pierden su sentido social, y por tanto su mantenimiento, aunque sí interesa su estructura y sus elementos constructivos. La ciudad tardía diluye los antiguos edificios públicos en diferentes usos privados y religiosos, en un fenómeno análogo al que experimentan las vías, ya que éstas se estrechan y pierden su carácter público a favor del privado. Finalmente, concluir que a partir de la evolución de los espacios públicos romanos se ha definido el urbanismo tardoantiguo posterior, que estará determinado por una nueva imagen urbana en el que predominarán las estructuras y funciones privadas sobre las públicas. En la génesis de la ciudad tardoantigua existen tres factores imprescindibles en su desarrollo: el mantenimiento de las murallas o construcción de unas nuevas; la desarticulación de sus vías públicas, con la anulación de sus pórticos, y el cese de las funciones originales del resto de espacios públicos que, en la mayor parte de los casos, serán incluidos en usos privados. Más allá de la cuestión muraria, el aspecto de las ciudades tardoantiguas quedará mediatizado, de  

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un lado, por el uso privado de los antiguos espacios públicos, formado sobre todo por unidades domésticas; y de otro, por el fenómeno de la cristianización. Otros trabajos recientes ya han señalado en este sentido que la nueva función cristiana de los espacios públicos responde siempre a un fenómeno secundario tras los primeros cambios y reúsos de época bajoimperial. Con esta nueva publicación se ha conseguido dar un paso más en el conocimiento de las problemáticas arqueológicas que plantean el estudio de un conjunto de ciudades pertenecientes a un mismo contexto geográfico y político con realidades recíprocas y al tiempo diversas, contribuyendo así en la consolidación de una visión interpretativa suficientemente cimentada en la reconsideración de los datos actuales. También alienta de manera positiva a no abandonar la búsqueda de nuevas perspectivas de estudio sobre el devenir material de los centros urbanos hispanos entre el mundo clásico y el mundo medieval, toda vez desaparecido en concepto clásico de lo “público” como parte fundamental de la organización y de la fisonomía de la ciudad antigua . Isabel María Sánchez Ramos Institut Ausonius. CNRS UMR 5607-Université Bordeaux Montaigne

 

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