Las bases materiales de existencia

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Descripción

Año I, Nº 01, Noviembre 2007

Revista de estudio e investigación en Antropología

CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN EN ANTROPOLOGÍA CLUB DE LA SERPIENTE ANTHROPOLOGIKA

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ΛΝΤΗRΘPΘLΘGΙΚΛ Revista de estudio e investigación en Antropología

CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN EN ANTROPOLOGÍA

CLUB DE LA SERPIENTE ANTHROPOLOGIKA

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ANTHROPOLOGIKA Revista de estudio e investigación en Antropología Centro de estudios e investigación en Antropología CLUB DE LA SERPIENTE Arequipa, Noviembre del 2007 Comité editor: Responsable Aleixandre Duche Pérez (editor en jefe) Miembros Miguel Abril Carrera Miguel Atencio Ticona Diseño, diagramación y cuidado de la edición: Aleixandre Duche Pérez Comité científico asesor: Dr. Luis Montoya Rojas Dr. Ángel Taypicahuana Rodríguez Citlali Doljanin Galíndez Miguel Fernández Sotelo Juan Carlos Ramos Bernabé Pietro Rodríguez Cáceres Foto de carátula: ALGUNOS QUE PARECEN ZURDOS DE LAS DOS MANOS Propiedad de http://www.grita.org Correspondencia: Av. Lima 310 Yanahuara, Arequipa, Perú. • Telefax +51 54 270238 • Email: [email protected] Hecho por computadora en el Centro de Estudios e Investigación en Antropología Club de la serpiente. Av. Lima 310 Yanahuara, Arequipa, Perú. Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2007-11608 Prohibido la reproducción total o parcial de los artículos, sin previa autorización escrita de los autores y/o editores. 10

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INDICE

AGRADECIMIENTOS

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PROLOGO

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INTRODUCCIÓN Por Ángel Taypicahuana Rodríguez (Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, Perú)

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APUNTES DE CLASE Pasos para el estudio y la exposición de un texto antropológico. 29 Esteban Krotz (Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa. Ciudad de México, México) Cómo preparar un buen trabajo escrito (term paper). 36 Sonia Ruiz (Universidad de Puerto Rico, Puerto Rico) Pasos en el trabajo de campo antropológico. Los Aymaras del altiplano peruano. 47 Ted Lewellen (Universidad de Richmond, Virginia, EEUU)

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ESTUDIOS Y TEMAS Las bases materiales de la existencia. 55 Julio Chumpitazi Ramírez (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú) Cultura, Interculturalidad e Identidad. Discusiones conceptuales. 68 Alejandro Diez Hurtado (Pontificia Universidad Católica del Perú, Perú) Introducción a los patrones socio-culturales: el análisis de micro-grupos sociales. 82 Aleixandre Duche (Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, Perú) Ideología y Cultura: Deformación interesada e invención de la realidad. 97 Rodrigo Montoya (Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú) El lado oscuro de la descripción densa - 10 años después. 136 Carlos Reynoso (Universidad de Buenos Aires, Argentina) La Antropología y la Historia: el amor en tiempos de cólera (1920–1950) 194 Jorge Rojas Runciman (Universidad Nacional Federico Villarreal, Perú)

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SOPORTE BIBLIOGRÁFICO Clásicos de la Antropología. Bibliografía antropológica. 212 Facultad de Antropología de la Universidad Northern Illinois y de la Universidad de California, San Diego OBITUARIO Edmund Ronal Leach. David Sperber (CNRS, Paris)

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CÁTEDRA MAGISTRAL Cultura popular: de la épica al simulacro. 229 Néstor García Canclini (Universidad Autónoma Metropolitana – Iztapalapa. Ciudad de México, México) CONVERSACIONES "El mundo actual ya no es el mío" Entrevista a Claude Lévi-Strauss: Veronique Mortaigne

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Mi país. E. M. Cioran

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LECTURAS LIBRES

AUTORES 263

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ESTUDIOS Y TEMAS

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LAS BASES MATERIALES DE EXISTENCIA Julio Eduardo Chumpitazi Ramírez Universidad Nacional Mayor de San Marcos [email protected] Civilización o barbarie. El mundo antiguo o el mundo contemporáneo. Sociedades tradicionales o modernas. Castas o clases sociales. Ideologías políticas o religiosas. Tecnologías de subsistencia o tecnologías de superproducción. Tiempo real o tiempos virtuales. Instantaneidad de las telecomunicaciones o periodicidad de los desplazamientos humanos. Alto o bajo consumo de energía. Modernidad o Sobremodernidad. Sin importar el nombre o término que usemos para denominar la etapa, las relaciones sociales, el sistema de producción, etc., algo evidente sobre la historia de la humanidad o las historias de las sociedades humanas en su conjunto –según como se prefiera- es que su proceso viene dado en el marco de condicionamientos previos, que pueden ser tanto simbólicos, psíquicos, conductuales, como ecológicos, energéticos, químicos, físicos y hasta tecnológicos. Si usáramos una comparación con la dramaturgia, diríamos que la historia de una sociedad es como una obra de teatro representada por los actores sobre un escenario dado, las escenas de la obra, los actores y el argumento de la obra representarían los hechos y fenómenos socioculturales, los vehículos de acción social y su cultura, respectivamente; y en este marco el escenario no sería solamente el espacio de acción, sino fundamentalmente las condiciones materiales previas del espacio- tiempo en que se desarrolla la acción. En otras palabras, lo que Karl Marx denominaba “condiciones materiales de subsistencia” o lo que Marvin Harris denominó simplemente “Infraestructura”-con sus respectivas implicancias y diferencias- vienen a ser lo que vamos a llamar las “Bases materiales de existencia” humanas. Sin embargo, ¿a qué nos referimos exactamente con la denominación “bases materiales de existencia”? Y ¿Por qué esta denominación?, ¿Cuáles son sus bases epistemológicas y

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complementos teóricos? Y ¿Cómo se relaciona con otros componentes de la realidad? Estas son algunas de las preguntas que puntualmente pretendemos responder en el presente artículo, para lo cual recurriremos -por fines prácticos- a las dos “estrategias” de investigación de las que se desprende directamente el concepto: el materialismo histórico y el materialismo cultural. Con esta finalidad revisaremos brevemente lo que Karl Marx y Marvin Harris nos dicen al respecto, tratando de respetar la secuencialidad cronológica. Luego esbozaremos, desde nuestra perspectiva, las implicancias y consideraciones sobre estas “bases materiales de existencia”. Y culminaremos con una breve reflexión sobre el posible uso teórico del concepto.

De materialismo histórico a materialismo cultural Karl Marx, en el Dieciocho de brumario de Luís, refiere que “los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y que les han sido legadas del pasado”1. Una de las principales preocupaciones de Marx, al realizar su análisis materialista de la historia, fue lograr una formulación conceptual que permita una adecuada comprensión y crítica de la realidad social como resultado de trasformaciones históricas complejas. Al hablar de Capital, habla también del sistema de producción que tiene sus principios en el trabajo libre asalariado, la producción de valor de cambio y la no-propiedad (para los trabajadores) de los medios de producción, esto es: la alienación del trabajador respecto a sus medios de subsistencia y objetivación. Por otro lado, debemos tener en cuenta también que dicho análisis tiene como principio teórico-metodológico, para el estudio de la sociedad, al materialismo histórico, y como principio epistemológico, a la dialéctica. Por tanto, buscó una dimensión de la realidad social que permita una adecuada objetivación del hecho social: una dimensión social más “concreta”, si se quiere, que por sobre todo permita al 1

C. Marx y F. Engels. Obras escogidas. Moscú: Editorial Progreso, N.D., p. 95

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observador un registro material apreciable y mejor analizable (si cabe el término). Para él, la producción y reproducción de la vida social cumple, mejor que ninguna otra, con estas características, y por consiguiente será el lente a través del cual mirará la sociedad: “Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua”2 En consecuencia, podemos hablar de dicho análisis histórico, como – fundamentalmente- de un análisis del desarrollo y las trasformaciones de lo que denominaría como la estructura de la sociedad. Una historia en la cual se vinculan todas las historias de la humanidad (la realidad social a través del tiempo). La estructura, entonces, actúa como el motor principal de ella, siendo las dimensiones restantes las que preparan el escenario sobre el cual lleva a cabo su actuación. Al hablar de “condiciones materiales para su existencia”, lo que hace Marx es referirse precisamente a dicha estructura, es decir, la forma de producción y reproducción tecno-económicas de las sociedades y no tanto a las condiciones ecológicas existentes; esto es comprensible porque en el siglo XIX la separación epistemológica tradicional entre naturaleza y cultura dentro de los estudios sociales no había sido aún cuestionada y reformulada (a pesar de la importancia del evolucionismo biológico decimonónico y del desarrollo del Darwinismo social o Spencerismo), por lo cual los condicionamientos medioambientales no constituían un factor a tomarse formalmente en cuenta dentro de los análisis sociales (acaso solo a modo de mención honrosa).3 En realidad, los condicionamientos medioambientales tomaron importancia formal en las teorías científicosociales durante el siglo XX. Investigadores como Alfred Kroeber, G. Murdock, Julian Steward, Leslie White, Marshal Sahlins o Roy Rappaport, solo por citar algunos de los más conocidos, destacaron la importancia de dichos factores en la conformación de lo que denominamos cultura, dentro de los procesos evolutivos y/o históricos de las sociedades 2

Ídem., p. 183 La distinción epistemológica que hemos mencionado implica necesariamente una separación ontológica entre ambas categorías, hecho que se traduce en las creencias y supersticiones acerca del carácter pertinente a naturaleza y cultura, respectivamente; caracteristicas que luego desembocarian en el uso de los conceptos de Civilización, Barbarie y Salvajismo. Hay mucho más que decir al respecto, por lo que esperamos poder tratar el tema con mayor detenimiento en un artículo posterior. ANTHROPOLOGIKA 57 3

Humanas4. Con los precedentes teóricos de sus antecesores y contemporáneos antropólogos, Marvin Harris finalmente desarrolla su estrategia Materialista Cultural, partiendo para sus análisis de la base epistemológica de la separación entre fenómenos de tipo etic y fenómenos de tipo emic5. Según Harris “las preposiciones emic se refieren a sistemas lógicoempíricos cuyas distinciones fenoménicas o „cosas‟ están hechas de contrastes y discriminaciones que los actores mismos consideran significativas, con sentido, reales, verdaderas o de algún modo apropiadas”, mientras que “las proposiciones etic dependen de distinciones fenoménicas consideradas adecuadas por la comunidad de observadores científicos… Las proposiciones etic quedan verificadas cuando varios observadores independientes, usando operaciones similares, están de acuerdo en que un acontecimiento dado ha ocurrido”6. En otras palabras, lo emic implica la perspectiva de interpretación cultural del actor o de los actores sociales de un hecho, fenómeno o fenómenos dentro de una sociedad determinada en un espacio- tiempo específicos. Y lo etic es, más bien, la perspectiva de interpretación – también culturalque el observador científico realiza sobre un hecho, fenómeno o fenómenos dentro de un espacio-tiempo relativos. La diferencia que hacemos entre espacio-tiempo específicos y relativos en cada uno se debe fundamentalmente a los alcances puntuales de la primera (mi perspectiva y la de mis pares en nuestro propio espacio y tiempo) y las pretensiones generalizadoras de la segunda (las regularidades existentes más allá de espacios y tiempos específicos). Por esto, en las propias palabras de Harris: “para los materialistas culturales, el punto de partida de todo análisis sociocultural lo constituye sencillamente la existencia de una población humana etic situada en unas coordenadas espaciales y temporales de tipo etic”7 4 De acuerdo con Marshal Sahlins, en Evolución específica y general, algunos autores igualan

evolución e historia (como Murdock o Steward ), mientras que otros reservan el primero para lo general y el segundo para lo específico (como Kroeber o White). En Paul Bohannan y Mark Glazer, Antropología. Lecturas, Madrid: McGraw-Hill, 1993, p.388. 5 Según Harris, los términos fueron acuñados por Kenneth Pike por analogía con fonética y fonémica, distinción que comienza con Sapir. Cf. Marvin Harris, El desarrollo de la teoría antropológica. Historia de las teorías de la cultura. Madrid: Siglo XXI editores, 1985, p. 492 6 Ídem., pp. 493 y 497 7 Marvin Harris, Materialismo Cultural. Madrid: Alianza Universidad, 1985, p. 63

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Ahora, para explicar cada uno de sus dominios, Harris agrupa los fenómenos sociales en cinco “categorías conductuales etic”: el modo de producción, el modo de reproducción, la economía doméstica, la economía política y la superestructura conductual. Esquema que es reductible a tres componentes sintéticos: La infraestructura (modos de producción y reproducción), la estructura (economías doméstica y política) y la superestructura (ideología y fenómenos psíquicos colectivos). La relación entre cada uno de sus componentes está marcada por la preponderancia de los factores infraestructurales en la construcción de estrategias conductuales etic de adaptación a dichos factores y en su correspondiente componente emic. Esta relación constituye lo que denominó determinación infraestructural. En otras palabras, las tecnologías y prácticas que buscan incrementar o reducir la producción de energía y población determinan la forma en que éstas interrelacionan a las personas de un grupo social a partir de procesos simbólicos y actos lingüísticos correspondientes a dichos fenómenos en el marco de la pertenencia a un todo fenoménico más amplio, que viene a ser –de manera general- el mundo natural tanto tiempo dejado de lado, por las teorías, del mundo social. Esto, en palabras de Harris, se sintetiza en lo siguiente: “la prioridad estratégica que el materialismo cultural da a la producción y reproducción etic y conductuales representa un intento de construir teorías que incorporen las regularidades sujetas a las leyes presentes en la naturaleza […] la infraestructura, en otras palabras, representa la principal zona interfacial entre naturaleza y cultura, la región fronteriza en la que se produce la interacción de las restricciones ecológicas, químicas y físicas a las que está sujeta la acción humana con las principales practicas socioculturales destinadas a intentar superar o modificar dichas restricciones”8 Paradójicamente, su excesivo énfasis en lo etic constituye lo que quizá sea el principal punto débil del materialismo cultural. Esto debido a que presuponer que lo verdaderamente objetivo dentro de un fenómeno social parte de las observaciones realizadas por los científicos presupone también dejar de lado el papel que juegan los 8

Ídem, pp. 72-73 ANTHROPOLOGIKA

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acuerdos convencionales de las observaciones realizadas por los propios actores sociales. La ciencia –al igual que todas las otras formas de conocer las realidades- es una forma de conocimiento cultural; por ello, el papel de lo intersubjetivo resulta tan importante en el observador científico, como en el actor social, para la conformación de su propia perspectiva. Pero sobre esto hay mucho por decir, y no es la intención del presente artículo profundizar en el tema, por lo cual dejamos este debate abierto o para ser tratado en una ocasión posterior. También queremos resaltar que el énfasis en la caracterización de las tecnologías y metodologías como indicadores materiales del modo de producción dentro de la perspectiva marxista -en otras palabras la presencia o ausencia de herramientas y en las formas de actuar con o sin ellas- es lo que caracteriza por demás a las teorías, ligadas de una u otra manera con los presupuestos de la tradición evolucionista, que buscan explicar las culturassociedades humanas y sus fenómenos y hechos en interrelación con fenómenos sujetos a las leyes biológicas, físicas y químicas, con el fin de construir un marco explicativo mucho más amplio. Es decir que pretenden construir la visión de un ser humano dentro de la naturaleza y no ajeno a ella, sujeto a los requerimientos de ésta, pero respondiendo no a partir de condicionamientos biológicos, físicos o químicos de adaptación (como las demás especies), sino a través de estrategias productivas y reproductivas de las bases materiales necesarias para su existencia. La “realidad objetiva”: un todo fenoménico multidimensional Debemos comenzar explicando brevemente el motivo puntual por el que escogimos este subtítulo: desde nuestra perspectiva consideramos que resume de manera sintética lo que pretendemos presentar a continuación; esto es, el concepto de Bases materiales de existencia que manejamos y las categorías relacionadas con aquello que teóricamente conforma un todo fenoménico multidimensional. Como hemos podido ver anteriormente, aquello que Marx y Harris denominan modo de producción y reproducción viene a ser la “base material de la sociedad”. Cabe señalar que Marx pone énfasis en la producción, motivo por el cual sus conceptualizaciones sobre la reproducción se ven fundamentalmente atravesadas por ésta.

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Es Marvin Harris quien confiere verdadera importancia al papel de la reproducción en el análisis de los fenómenos sociales; pero, aunque su intención parece ir por el lado de una reproducción en un sentido completo (de la vida biológica y social), finalmente acaba remitiéndose a la reproducción poblacional.9 Más allá de esto no existe problema en las definiciones de Marx y Harris acerca de la base material. Donde surge el problema es en la profundización de estas conceptualizaciones, hasta llegar al punto de precisar con exactitud a qué se refieren con modo de producción y si éste es de carácter estructural o infraestructural. Marx comienza el Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía (1859) refiriendo lo siguiente: “En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forma la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política, y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual en general. No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia”10 Como vemos, para él, la fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales determina la forma en que se dan las relaciones de producción, es decir, que conforman juntos el modo de producción. Esta es la estructura de la sociedad, más exactamente la estructura económica de ella. Por lo tanto, para Marx es el factor económico el determinante principal de los procesos sociales, entendiendo los alcances de la economía en un sentido amplio. Pero esto último, como F. Engels lo refiere en su Carta a Joseph Bloch (1890)11no quiere decir que éste sea 9

Ídem., pp. 82-87 Marx y Engels, Op. cit., p. 182 11 Engels señala lo siguiente: “....Según la concepción materialista de la historia, el factor que en última instancia determina la historia es la producción y la reproducción de la vida real. Ni Marx ni yo hemos afirmado nunca más que esto. Si alguien lo tergiversa diciendo que el factor económico es el único determinante, convertirá aquella tesis en una frase vacua, abstracta, absurda”. En Ídem., p. 717. 10

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el único factor. La denominada superestructura jurídica y política, y su correspondiente conciencia social (que no es otra cosa que la ideología), también juegan un papel importante. En Marx el término Infraestructura adquiere una connotación ambigua y lo suele reservar para todo aquello que ha quedado fuera de las definiciones anteriores (condiciones medio-ambientales, etc). Este esquema aún obedece a la separación clásica entre fenómenos sociales y fenómenos de la naturaleza. Marvin Harris, por su parte, con su concepto de infraestructura pretende evidenciar la relación entre fenómenos sociales y naturaleza: reacomoda el concepto de modo reproducción y lo relaciona con el modo de reproducción para definirlos en estrecha relación con los condicionamientos ecológicos de la vida humana. Convierte la sociedad humana en un hábitat influido, al igual que otros, por factores medio-ambientales. El ser humano vuelve a ser un animal cuya herramienta de adaptación (y de diferenciación sustancial con los demás animales) es la cultura. Y acuña el concepto de determinación infraestructural para resaltar la importancia de dichos factores por sobre los otros en la constitución de los fenómenos sociales. Ahora bien, trataremos de acercar nuestras propias definiciones en acomodo a los conceptos anteriormente explicados, tomando en cuenta las relaciones recíprocas y diferenciales de ambas perspectivas, con el fin de llegar a esbozar una explicación más o menos convincente de lo que constituye una versión personal de ambas estrategias de análisis de la realidad objetiva, lo que no significa que se pretenda presentar una versión sintética y mejorada de las mismas o –lo que sería aún más difícil- una nueva estrategia de análisis. Para continuar con la lógica de las esquematizaciones tripartitas utilizaremos tres conceptos básicos. El primero es, evidentemente, el que da título al presente artículo: bases materiales de existencia. El segundo concepto es el de cultura. Y el tercer concepto será el de estructura-acontecimiento.

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Entendemos por bases materiales de existencia todos aquellos condicionamientos medio ambientales y las respuestas materialmente transformadoras o adaptativas a los mismos, que significan y resignifican los sistemas de estructuración y reestructuración de esa realidad objetiva. Las formas de adaptación tecno-ambientales de un grupo humano en una región o territorio dado se encontraran en estrecha y evidente relación con las formas de dicho territorio, su distribución y recursos presentes, a través del tiempo. Allá donde la ecología lo facilitó, se desarrolló agricultura, ganadería o pesca, industria o caza-recolección, etc., como las principales actividades de subsistencia; se formaron bandas, clanes, tribus, gens, familias extendidas o nucleares; se permitió la escasa o la gran concentración de personas en un mismo espacio; se fomentó la limitada o la abundante procreación; se construyeron ciertos símbolos y no otros; se establecieron determinados comportamientos y no se presentaron o desecharon otros. Utilizando otras palabras, nos atreveremos a afirmar que estas bases materiales de existencia son las condiciones ecológicas, tecnológicas, metodológicas, demográficas, territoriales y temporales de la acción humana. Cuando hablemos de cultura, nos referiremos a los fenómenos simbólicos, conductuales y psíquicos intersubjetivos, que constituyen el marco lógico de abstracción y construcción mental de conocimientos y procedimientos comunes. Las ideologías (política, religiosa, estética, etc) y epistemologías, la cosmovisión, los ritos, los mitos, las ciencias, las magias, las artes, las formas específicas de comportamiento ante cada situación y ante nuestros grupos de parentales, de pares, etc., la identidad y la alteridad, los tabúes y las prescripciones, constituyen todos lo que denominamos cultura. Desde esta perspectiva, la acción social que materializa la cultura es, de una u otra manera, la propia cultura. Cuando hablemos de estructura-acontecimiento, nos estaremos refiriendo a las formas en que los diversos actores sociales (personas, grupos sociales, sociedades, etc) se vinculan entre sí y con sus bases materiales de existencia a partir de su cultura. Son, pues, las relaciones sociales y ecológicas aquellos elementos que constituyen los cambios históricos (de ahí lo de acontecimiento) y las regularidades vinculantes (por ello lo de estructura). Hemos reducido aquí la explicación de este concepto en función de los otros dos, no con la

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intención de señalar una determinación de aquellas sobre ésta, sino fundamentalmente por motivos prácticos, ya que el tema se haría bastante difícil de explicar de otra manera en este breve artículo. Asimismo, hemos omitido el uso de los conceptos de producción y reproducción de manera intencional, con la finalidad de –tomándolos en un sentido amplio- afirmar que existe tanto producción como reproducción de la cultura, de la estructuraacontecimiento y de las bases materiales de existencia. En otros términos, además de producir y reproducir economía, tecnología y población, también producimos y reproducimos ideología, corpus político- jurídico, lengua, artes, etc.; relaciones sociales y ecológicas y hasta nuestro propio hábitat. En otras palabras, producimos y reproducimos nuestra realidad objetiva. Y el grado efectivo en que la cultura, la estructuraacontecimiento y las bases materiales de existencia influyan en la conformación de tales o cuales fenómenos de la realidad objetiva dependerá de la relación puntual de sus respectivos componentes.

Breves ideas sobre el posible uso teórico del concepto Al iniciar el análisis de determinados fenómenos de la realidad humana, en no pocos casos los científicos sociales solemos abocarnos a la presentación de los posibles factores ideológicos o estructurales que presumiblemente influyen, o en algunos casos hasta determinan, dichos fenómenos en un espacio-tiempo determinado. Es decir, partimos para la lectura de los hechos sociales de un marco relacional de causalidad socio-cultural y sus efectos puntuales sobre una realidad objetiva. Esto significa, como lo expone Marc Augé, que existe una triple exigencia para el antropólogo: Elegir un terreno, aplicar un método y construir un objeto. Cuestión aquí radica en establecer el tipo de relación entre terreno, método y objeto. El mismo Augé, al hablar de la relación entre antropología e historia, señala puntualmente: “Si el espacio es la materia prima de la antropología, se trata aquí de un espacio histórico, y si el tiempo es la materia prima de la historia, se trata de

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un tiempo localizado y, en ese sentido, un tiempo antropológico”12 Es en ese sentido, si elegimos un espacio o un tiempo, o ambos, estos estarán simbolizados en relación a referencias organizadoras de lo mental y material antes de ser concebibles. En nuestro caso el terreno abarca ambas coordenadas y sus posibles desplazamientos a través de las mismas; si hemos hablado de unas bases materiales de existencia y las hemos conceptualizado como todas las condiciones ecológicas, tecnológicas, metodológicas, demográficas, territoriales y cronológicas de acción humana, entonces estas constituyen el propio terreno. En cuanto al método, el concepto permite tanto la comparación como la obtención de datos cualitativos y hasta cuantitativos. La demografía, el territorio y el tiempo –demás esta decirlo- son perfectamente medibles. Los factores ecológicos, tecnológicos y metodológicos de los distintos grupos humanos permiten efectivas comparaciones entre ellos, y todos guardan características interrelacionadas con otros componentes de la realidad objetiva. En cuanto a la construcción objeto, el concepto junto a sus complementos teóricos nos permite indagar en las relaciones existentes entre los componentes de la realidad objetiva y, por tanto, detenernos en el fenómeno que mayor interés despierte (a partir del cual construiremos nuestro discurso). De esta manera, el terreno, el método y el objeto (al igual que los conceptos de cultura, estructura-acontecimiento y bases materiales de existencia) se encuentran mutuamente determinados. No solo construimos el objeto, sino que el objeto construye el terreno; el terreno, el método; el método, el objeto; el objeto, el método; y todos ellos contribuyen a nuestra construcción como actores sociales, en una especie de conflicto y equilibrio constantes y complementarios. Para finalizar, dejaremos para la reflexión una última frase: No pocas veces lo evidente es lo más difícil de ver.

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Marc Augé, Hacia una antropología de los mundos contemporáneos. Barcelona: Gedisa, 1998, p.15

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Bibliografía: Augé, Marc. Hacia una antropología contemporáneos. Barcelona: Gedisa, 1998.

de

los

mundos

Engels, Federick. Carta a Joseph Bloch. En C. Marx y F. Engels, Obras escogidas. Moscú: Editorial Progreso, ND., p. 181-185. Harris, Marvin. El desarrollo de la teoría antropológica. Historia de las teorías de la cultura. Madrid: Siglo XXI editores, 1985. _____ Materialismo Cultural. Madrid: Alianza Universidad, 1985 ______ Principios teóricos del materialismo cultural. En Bohannan, Paul y Mark Glazer. Antropología. Lecturas. Madrid: McGrawHill, 1993, p.393-418. Marx, Carl. El dieciocho de brumario de Luís Bonaparte. En C. Marx y F. Engels, Obras escogidas. Moscú: Editorial Progreso, ND., p. 93180. Marx, Carl. Prólogo de la contribución a la crítica de la economía política. En C. Marx y F. Engels, Obras escogidas. Moscú: Editorial Progreso, ND., p. 717-719. Sahlins, Marshal. Evolución específica y general. En Bohannan, Paul y Mark Glazer. Antropología. Lecturas. Madrid: McGraw-Hill, 1993, p. 370-388. Steward, Julian. El concepto y el método de la ecología cultural. En Bohannan, Paul y Mark Glazer. Antropología. Lecturas. Madrid: McGraw- Hill, 1993, p. 334-344. Recursos de Internet: http://es.wikipedia.org/wiki/Materialismo_dial%C3%A9ctico

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AUTORES

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Colaboraron y escribieron en este primer número:

Julio Eduardo Chumpitazi Alumno de la E.A.P. de Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Alejandro Diez Hurtado Bachiller en Ciencias Sociales, PUCP, Especialidad de Antropología. Licenciado en Antropología, PUCP. Doctor en Antropología, Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales, Francia. Es autor de Pueblos y caciques de Piura : siglos XVI y XVII (1988); Las comunidades indígenas del Bajo Piura : Catacaos y Piura siglo XIX (1992); Comunes y haciendas : procesos de comunalización en la Sierra de Piura (siglos XVIII al XX) (1998); Comunidades mestizas : tierras,elecciones y rituales en la sierra de Pacaipampa (Piura) (1999); Comunidades mestizas : tierras, elecciones y rituales en la sierra de Pacaipampa (Piura) (2003); Elites y poderes locales : sociedades regionales ante la descentralización. Los casos de Puno y Ayacucho (2003). Aleixandre Duche Alumno del último año de la E.P. de antropología de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa y de la E.P. de sociología en la misma universidad. Es editor en jefe de la revista Anthropologika; editor y escritor del libro pronto a salir en Enero de 2008, La antropología y yo. Una introducción informal e inusual a la antropología. Es integrante del Centro de Estudios e Investigación en Antropología Club de la Serpiente. Sus interés en investigación son la antropología del turismo y la antropología de la religión. Néstor García-Canclini Estudió letras y se doctoró en 1975 en la Universidad Nacional de La Plata y, tres años después, con una beca otorgada por el Conicet, se doctora en la Universidad de París. Ejerció la docencia en la Universidad de La Plata (1966-1975) y en la Universidad de Buenos Aires (1974-1975). Desde 1990, profesor e investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Unidad Iztapalapa, donde dirige el Programa de Estudios sobre Cultura. Ha sido profesor visitante de diveras universidades, entre ellas las de Nápoles, Austin, Stanford, Barcelona, Buenos Aires y São Paulo.

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Entre sus libros, traducidos a diversas lenguas, Arte popular y sociedad en América Latina, Grijalbo, México, 1977; La producción simbólica. Teoría y método en sociología del arte, Siglo XXI, México, 1979; Las culturas populares en el capitalismo, Nueva Imagen, México, 1982; ¿De qué estamos hablando cuando hablamos de lo popular?, CLAEH, Montevideo, 1986; Cultura transnacional y culturas populares (ed. con R. Roncagliolo), Ipal, Lima, 1988; Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, Grijalbo, México, 1990; Cultura y Comunicación: entre lo global y lo local, Ediciones de Periodismo y Comunicación, La Plata, 1997; Culturas Híbridas Estratégias para entrar e sair da Modernidade, 2ª ed. Martins Fontes, São Paulo, 1998; Las industrias culturales en la integración latinoaméricana (con Carlos Moneta), Eudeba, Buenos Aires, 1999; La globalización imaginada, Paidós, Barcelona, 1999; Imaginarios Urbanos, 2ª ed., Eudeba, Buenos Aires, 1999; Consumidores e cidadaos. Conflitos multiculturais da globalizacao, Ed. UFRJ, 4. ed., Rio de Janeiro, 1999; Latinoamericanos buscando lugar en este siglo, Paidós, Buenos Aires, 2002. Esteban Krotz Maestro en Antropología Social (Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, 1976) y Doctorado en Filosofía (Hochschule für Philosophie, Munich, 1993). Actualmente Profesor-Investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, Iztapalapa en cursos regulares y especiales a nivel licenciatura y posgrado en diversas instituciones antropológicas y filosóficas, principalmente sobre: Teorías Antropológicas, Antropología Política, Antropología Jurídica, Antropología y Filosofía de la Cultura; y Relaciones Interculturales. Tiene investigación de campo (formativa y profesional) en Morelos, Pensilvania, Jalisco, Veracruz y Yucatán. Sus temas de investigación actuales son: Historia y metateoría de las ciencias antropológicas; Las "antropologías del sur"; Antropología del derecho y de los derechos humanos; Filosofía intercultural. Es autor de libros como Ensayos sobre el cooperativismo rural en México (1988); Utopía (1988); Kulturelle Andersheit zwischen Utopie und Wissenschaft. Ein Beitrag zu Genese, Entwicklung und Neuorientierung der Anthropologie. Ed. Peter Lang (1994); La otredad cultural entre utopía y ciencia: un estudio sobre el origen, el desarrollo y la reorientación de la antropología (2002).

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Ted Lewellen Ph.D., retirado en el Verano de 2003 después de 25 años de enseñar antropología en la Universidad de Richmond, Virginia. Antes de su muerte en 2005 se encontraba en Grand Junction, Colorado, donde investigaba los orígenes de la guerra de los Indios Cheyenne Indian entre 1851 y 1865. Recibió su B.A. en la Universidad Metodista de Alaska, su M.A. de la Universidad de New York, y su Ph.D. de la Universidad de Colorado. Hizo trabajo de campo en Perú y en Nicaragua. Es autor de Peasants in Transition: the Changing Economy of the Peruvian Aymara (Westview, 1978),Political Anthropology, 2nd Edition (Bergin and Garvey,1992), Dependency and Development: Introduction to the Third World (Bergin and Garvey, 1995), The Anthropology of Globalization: Cultural Anthropology Enters the 21st Century (Bergin and Garvey, 2002). Rodrigo Montoya Rojas Doctor en Antropología (Universidad de San Marcos, UNMSM) y en Sociología (Academia de París, Universidad de París y École des Hautes Études en Sciences Sociales). Profesor en universidades de Brasil, España, Nicaragua, México, Suiza y EUA. Investigador y autor de publicaciones antropológicas, históricas y literarias. Profesor Emérito de la Universidad de San Marcos. Es autor de libros como A propósito del carácter predominante capitalista de la economía peruana actual (1970); Lucha por la tierra, reformas agrarias y capitalismo en el Peru del siglo XX (1989); Al borde del naufragio : democracia, violencia y problema étnico en el Perú (1992); El tiempo del descanso : novela (1997); Urqukunapa yawarnin = La sangre de los cerros : antología de la poesía quechua que se canta en el Perú (1997); Multiculturalidad y política : derechos indígenas, ciudadanos y humanos (1998); Elogio de la antropología (2005) Carlos Reynoso Es licenciado y doctor en Ciencias Antropológicas por la Universidad de Buenos Aires, profesor en la misma universidad de Teorías Antropológicas Contemporáneas y de Lingüística y Semiótica. Entre sus libros se cuentan Teoría, historia y crítica de la antropología cognitiva (1986), Paradigmas y estrategias en la antropología simbólica (1987), El surgimiento de la antropología posmoderna (1991) y De Edipo a la máquina cognitiva (1993), Apogeo y decadencia de los estudios culturales (2000).

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Sonia Ruiz Pérez Antropóloga Social Ph. D. 1974 Michigan State University, y estudios en la Escuela de Bellas Artes. Instituto Pedagógico. Universidad de Chile. Es catedrática en el Departamento de Ciencias Sociales de la UPRM (Puerto Rico). Ha publicado "Art and Science Fiction" in M. Marshall, ed. The Science Fiction Miscellany, 15-18. Mayagüez, Puerto Rico: Recinto Universitario de Mayagüez. Universidad de Puerto Rico (1979); El método genealógico en la investigación social@ Boletín de la Sociedad Puertorriqueña de Genealogía. Vol.VI, Nums 2, 7178. San Juan, Puerto Rico. (1994); ALoida Figueroa Mercado, una mujer de avanzada@ en Rodríguez Guglielmoni, Linda M. y Miriam González Hernández, eds. Enlaces, Transnacionalidad -El Caribe y la Diáspora. Lengua Literatura y Cultura en los Albores del Siglo XXI. NewYork. The Latino Press, (21-24) (2000); editor, Temas en Ciencias Sociales. Oficina de Publicaciones. Universidad de Puerto Rico, Mayagüez (2002); "Enseñando con ayuda de la Internet" Revista Hermes .Nov 2002. Centro de Enseñanza Complementada por la Internet. Recinto Universitario de Mayagüez (2004); entre muchos otros textos mas. Jorge Luis Rojas Runciman Estudiante del 5 año de Antropología en la UNFV y con interés en el área de la antropología simbólica y antropología histórica. Ha realizado ponencias en eventos académicos estudiantiles como el Congreso nacional de Estudiantes de Antropología. Investigaciones históricas en las UNFV y las Jornadas Antropológicas de la UNFV. Co-Editor de la revista "Estudios y Debates".

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SE TERMINÓ DE IMPRIMIR EL 30 DE NOVIEMBRE DE 2007, EN EL CENTRO DE ESTUDIOS E INVESTIGACIÓN EN ANTROPOLOGÍA CLUB DE LA SERPIENTE AVENIDA LIMA 310 YANAHUARA, AREQUIPA – PERU TELEFONO: +51 54 270238 EMAIL: [email protected] TIRAJE: 50 EJEMPLARES

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