Las arqueofaunas del alero ARQ-18: la importancia de la caza y el pastoreo de camélidos.

October 1, 2017 | Autor: Alejandra Gasco | Categoría: Arqueozoología, Osteometría, Camélidos Sudamericanos
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Descripción

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Las arqueofaunas del alero arq-18 (San Juan, Argentina): aprovechamiento de camélidos silvestres y domésticos durante el Holoceno medio y tardío

Alejandra Gasco Conicet — Lab. de Geoarqueología, UNCuyo [email protected]

Resumen Se presentan los resultados del análisis arqueofaunístico efectuado sobre una muestra del material óseo proveniente del sitio arqueológico Lama arq-18 de la provincia de San Juan. El mismo cuenta con una secuencia estratigráfica que comprende todo el Holoceno. Se aplican análisis de abundancia taxonómica y relativa de partes esqueletales, además de controles tafonómicos. A partir de la osteometría sobre las primeras falanges y de análisis bi y multivariados, se intenta discriminar las especies de camélidos representadas en el sitio. Ello permite indagar sobre las estrategias de subsistencia adoptadas por sus pobladores a lo largo de la secuencia ocupacional, estableciendo sus cambios y continuidades, así como también ofrecer información relevante en cuanto a los patrones de movilidad y uso del espacio. Abstract This chapter presents the results of the faunal analysis of archaeological material from the site Lama arq-18, located in the province of San Juan. The site’s stratigraphic sequence spans the entire Holocene. The specific analyses include taxonomic abundance and relative abundance of skeletal parts, considered in terms of taphonomic processes. Bi- and multivariate osteometric analyses of the first phalanges are used to attempt to determine which camelid species were present at the site. These results address changes and continuities in inhabitants’ subsistence strategies over the duration of the occupational sequence. Furthermore, the results offer information relevant to understanding mobility patterns and use of space.

palabras clave: camelidae, estrategias de subsistencia,

— — — — — — — —

Holoceno Medio y Tardío, San Juan.

Keywords: Camelidae, Subsistence Strategies, Middle and Late Holocene, San Juan.

Introducción y objetivos

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El estudio de los conjuntos óseos, recuperados en contextos arqueológicos, resulta de gran interés dada la vasta información que poseen sobre el tipo de relación entre la sociedad humana y el ambiente, el modo particular de explotación de las distintas especies animales y las diversas formas de utilización de sus productos (Chaix y Méniel, 2005; Mengoni, 2010; Reitz y Wing, 2008). Es decir, el abordaje de las arqueofaunas brinda un conjunto de datos primarios sobre los procesos adaptativos humanos llevados adelante por un grupo social en un espacio geográfico y temporal específico. Además, estos estudios son útiles por la información paleoecológica y biológica que brindan. No obstante a estos fines divergentes, la globalidad de dichos estudios apuntan a integrarlos para tratar de caracterizar y modelizar la relación hombre-fauna en el pasado (Mengoni, 2010). El conjunto arqueofaunístico que se estudia aquí fue recuperado en las excavaciones arqueológicas realizadas en el sitio Lama arq-18 (San Juan). El sitio se emplaza en un pequeño valle a 3760msnm (29º19'50.6'' / 69º54'14.2''), rico en recursos bióticos y abióticos, que constituye en un punto estratégico natural de acceso a la divisoria de vertientes cordilleranas argentino-chilenas (Figura 1, ver Anexo). Se localiza en la parte superior de un pronunciado talud y se ha formado en un conglomerado originado por un sistema fluvial con aporte de flujos de detritos (Figura 2). Se realizaron dos excavaciones, una en el interior de la cueva y otra próxima a la entrada de la misma. Estudios geológicos comprueban que este espacio (en la actualidad a cielo abierto) estuvo cubierto por un alero que habría alcanzado 5,70m (Winocur, 2013). La excavación arqueológica exterior fue de 2m², con una profundidad de 2,5m alcanzada mediante la extracción de sedimento en extracciones arbitrarias de 5cm, lográndose una secuencia de ocupación que abarca todo el Holoceno (Cortegoso, 2013). Se recuperaron, además de los restos óseos faunísticos, abundante cantidad de material lítico (Castro et al. 2011), cordelería, restos botánicos y cueros (Llano y Fernández, 2013). El objetivo principal de este trabajo es conocer las tendencias en el aprovechamiento de animales realizado por los grupos humanos que habitaron este sitio a lo largo del Holoceno. Para ello se estudia un muestreo del registro arqueofaunístico recuperado en el Sondeo 2 (s2, posteriormente denominado a-se) comparando la integridad, composición taxonómica, anatómica y los patrones etarios de los conjuntos faunísticos de cada capa estratigráfica. Además se aplica análisis osteométrico sobre elementos anatómicos asignados a Camelidae a fin de establecer la presencia de especímenes domésticos. Figura 1: Localización del sitio arq-18, modificado de Gasco (2013a: Figura 5.1).

Figura 2: Vista del área de interés arq-18. Planimetría con cotas de nivel de 1m. a. alero y excavación; y b. pircas, tomado de Gasco (2013a: Figura 5.4).

Este trabajo se inserta en un proyecto mayor de investigación que tiene como objetivos principales contribuir al conocimiento de la subsistencia humana en el Centro-Oeste Argentino, especialmente en lo referido al aprovechamiento de camélidos; establecer la presencia de diversos morfotipos de camélidos con especial referencia a la posible identificación de animales domésticos en la región; y determinar las estrategias económicas implementadas, en cuanto al consumo de los mismos, por parte de los pobladores de la región a lo largo de la secuencia de ocupación. Este conjunto arqueofaunístico resulta interesante no sólo por la buena conservación que se registró en algunas capas estratigráficas sino y fundamentalmente, por la completa secuencia de ocupación que registra. Ello permitirá evaluar cambios y continuidades en las estrategias de subsistencia implementadas, así como también indagar acerca del poblamiento de la región en cuanto a la utilización de ambientes de altura. 1. Problemática de estudio Para el estudio de un sitio que posee una ubicación estratégica y con un rango cronológico de ocupación que incluye cambios importantes en la subsistencia, como la incorporación de productos domesticados, se considera necesario trabajar sobre el conjunto arqueofaunístico para interpretar los mecanismos de explotación del ambiente por parte del grupo humano que lo habitó. Lo expuesto se fundamenta en la importante transformación que las poblaciones de cazadores-recolectores empiezan a desarrollar en su relación con las plantas y los animales, en torno al 4000 ap (Bárcena et al. 1985; Gambier, 2000; Lagiglia, 1981).

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Durante las últimas décadas, especialmente en el noa, se trabaja en temas vinculados a la domesticación de camélidos, el papel que desempeña la caza de guanacos y vicuñas y las estrategias en cuanto al manejo de rebaños de llamas, entre otros (e.g. Izeta, 2007, 2009, 2010; Izeta et al. 2009a; López, 2008; Mengoni, 2008; Mengoni y Yacobaccio, 2006; Mercoli, 2010; Olivera y Elkin, 1994; Olivera y Grant, 2009; Urquiza, 2010; Yacobaccio, 2001a, 2003, 2007, 2010). Estos trabajos han abordado tanto cuestiones metodológicas como arqueológicas y han sido complementados con estudios etnoarqueológicos de sociedades pastoriles actuales (Göbel, 1994, 2001, 2002; Madero, 1992; Reigadas, 2001, 2010; Yacobaccio y Madero, 1994, 2001; Yacobaccio et al. 1998). En los últimos años, estas líneas de investigación han sido reforzadas con estudios isotópicos, tendientes a caracterizar tanto la ecología isotópica de la región como la de las poblaciones prehispánicas (Izeta et al. 2009b; Mengoni y Yacobaccio, 2006; Yacobaccio et al. 2009, 2010). Sobre esta temática faunística son escasos los trabajos realizados en sitios arqueológicos de San Juan. Los mismos abordan dicha temática pero no específicamente la discusión de domesticación y/o ganadería, y centran su estudio en listas de taxones identificados en cada sitio (Gambier, 1977, 1988). Este modo de considerar el registro ha generado una visión uniforme y estática sobre la etapa de cazadores-recolectores y también sobre la agro-pastoril siguiente. A pesar de que se ha propuesto la presencia de poblaciones con estrategia económica de pastoreo (Gambier, 1977, 1988, 2000), son escasos los estudios tendientes a demostrar dicha aseveración de manera precisa desde el análisis sistemático de los restos óseos (Castro et al. 2011; Fernández et al. 2009; Gasco, 2009, 2013a). Por esta razón, es de gran interés avanzar en este campo para establecer posteriormente comparaciones y relaciones interregionales. Dentro de este marco, en el noa se registran dos tendencias claras en cuanto a las estrategias económicas implementadas. Para la quebrada de Humahuaca se sostiene que la caza fue una estrategia que va perdiendo su predomino a medida que transcurre el tiempo. Ello se evidencia en algunos registros arqueofaunísticos para el período formativo final y de desarrollos regionales (e.g. Til 22, Estancia Grande, Til 17, Pucará de Tilcara) (Mercolli, 2010:274-275). Sin embargo, para la puna de Catamarca, varios investigadores plantean lo opuesto. La caza de camélidos silvestres se mantiene a lo largo del tiempo, incluso con el pastoreo de llamas. No se registra el abandono de la caza como estrategia de subsistencia (Olivera, 1997; Urquiza y Aschero, 2006; Urquiza et al. 2008). La existencia de una estrategia económica que predomina sobre el resto, es la que determina la organización de las actividades, por ejemplo la movilidad, asentamientos. En este sentido, conocer qué estrategia de subsistencia se adoptó, cuál fue su incidencia y durante cuánto tiempo se mantuvo predominante, cuándo se complementó con otra, cuándo fue abandonada, entre otros, resultan interrogantes atrayentes. Los animales domésticos frente a los silvestres, necesitan el control humano en su reproducción, alimentación y organización del territorio. Por lo tanto, los costos de manejo y búsqueda en ambos casos difieren, siendo más elevado el de manejo, para el caso de la ganadería, y el de búsqueda, para la caza (López, 2002). Estas variables que afectan a la relación costo-beneficio del aprovisionamiento del animal, deben tenerse en cuenta para el estudio de la coexistencia de ambas estrategias (pastoreo y caza) en un contexto socioecológico particular (López, 2003). Es por ello que se intentará determinar en un primer momento la presencia o ausencia de cada una de estas estrategias económicas en arq-18, para luego avanzar en la determinación de su incidencia.

1.1. Materiales y métodos 1.1.1. Muestreo: unidad de análisis

1.1.2. Identificación, cuantificación y tafonomía Sobre el conjunto de restos óseos recuperado en a-se, se procede a la identificación anatómica y taxonómica. Luego se realiza la cuantificación de los mismos a través de distintas unidades de análisis y se considera la integridad de la muestra mediante el control tafonómico y el estudio químico del sedimento. Además se aplican estudios osteométricos mediante análisis bi y multivariados sobre primeras falanges arqueológicas identificadas como de camélidos. Dentro de las investigaciones arqueofaunísticas, tradicionalmente se puede entender como identificado a un resto que ha sido asignado a un nivel taxonómico (e.g. clase, subfamilia, género, especie) o cuando es asignado a un elemento esqueletal particular (e.g. fémur) (Lyman, 1994a). Es decir, la identificación anatómica y taxonómica de un resto arqueofaunístico, por ejemplo, se efectivizará cuando dicho resto sea comparado y asignado a un hueso homólogo de un animal conocido previamente. Esto lleva a reconocer que existen diferentes niveles de identificabilidad (Mengoni, 1999) debido no sólo a la conservación-meteorización y estado en el que se presente el material arqueológico (grados de completitud/fragmentación), sino también al potencial informativo anatómico y taxonómico inherente a cada resto, y al conocimiento, entrenamiento y criterios establecidos por cada investigador (Lyman, 1994a). Por lo tanto, quedaron dentro de la categoría no identificable todos aquellos fragmentos que no pudieron ser asignados a un elemento y/o región del esqueleto en particular y a nivel taxonómico mayor de orden (Mengoni, 1999).

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El sitio en estudio registra una ocupación que abarca todo el Holoceno (8950-1540 ap) y se establecieron cinco Componentes temporales considerando las diferencias estratigráficas y los 18 fechados radiocarbónicos (Cortegoso, 2013; Cortegoso et al. 2012: Tabla 2). La muestra arqueofaunística analizada en esta oportunidad corresponde exclusivamente al sector SE de la cuadrícula a (inicialmente S2). Se decide avanzar sobre esta columna de material, tomada como muestra, para indagar la potencialidad informativa del registro faunístico acerca del aprovechamiento de camélidos y de las estrategias de subsistencia a lo largo de toda la secuencia ocupacional. Dada la amplitud temporal de cada Componente, el estudio de las arqueofaunas se analiza en principio comparando los conjuntos por capa estratigráfica. De este modo, el muestreo está integrado por 12 capas con características sedimentarias y artefactuales particulares (Tabla 1). La duración de cada Componente fue estimada mediante la aplicación del análisis de Bayes, utilizando el software OxCal 4.1 (Bronk Ramsey, 2009). Se genera un modelo utilizando los fechados calibrados según la curva para el Hemisferio Sur (ShCal04) (McCormac et al. 2004). Este modelo supone un orden cronológico para los fechados y su agrupamiento es tomado de la propuesta realizada por Cortegoso (2013) (ver Tabla en Anexo). Las duraciones se presentan con un sigma y redondeadas a 50 años. La ausencia del Componente ii en el muestreo puede explicarse si se contempla la estratigrafía del sitio y la marcada inclinación de la roca de caja. En el sector SE de la cuadrícula a es donde se manifiestan las mayores profundizaciones de los acondicionamientos antrópicos del espacio (Cortegoso, 2013). (Ver tabla en página 174)

Tabla 1: Capas estratigráficas y componentes temporales de la secuencia ocupacional en arq-18, cuadrícula a-se (inicialmente S2). Capa estratigráfica (espesor) i (5 cm)

ii (35 cm)

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ii.a (20 cm)

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iii (30 cm)

iii.a (20 cm)

iv (30 cm) iv.a (15 cm)

v (20 cm) vi (20 cm)

vi.a (20 cm) vii (40 cm)

viii

Descripción

Capa rojiza, formada por la meteorización del conglomerado del alero, incluyendo clastos de diversos tamaños y una matriz sedimentaria con un importante grado de compactación. Capa carbonosa relativamente homogénea, con gran cantidad de ceniza, carbón y restos de gramíneas. 1º acondicionamiento. Gran pozo delimitado por bloques rocosos (cubeta). La actividad humana generó un sedimento oscurecido por una importante presencia de carbón. Limo marrón rojizo a grisáceo, con abundante presencia de clastos. Este rasgo corresponde al fondo de la cubeta anterior, es decir, la base del 1º acondicionamiento. 2º acondicionamiento. Cubeta con baja cantidad de carbón, sedimento predominante grisáceo con ceniza, suelto. Allí se concentra el escaso material recuperado. Limo fino rojizo, semicompacto y con pedregullo, relativamente homogéneo. Algunos sectores presentaron manchones carbonosos. 3º acondicionamiento. Sedimento grisáceo con pedregullo y sectores con ceniza y carbón. La profundización de un fogón generó una diferenciación de sedimentos y coloración que se percibían en planta a lo largo de la excavación. Rasgo demarcado por rocas medianas con base tiznada. Capa fina, limo marrón rojizo oscuro, homogéneo, con pedregullo muy fino y lentes marrones compactas. Espesa capa heterogénea, rojiza fina, sin pedregullo, con manchas carbonosas. Se marca un profundo desnivel entre el oeste y el este que paulatinamente se había atenuado en los conjuntos estratigráficos que presentaban acondicionamientos antrópicos del espacio. Concentraciones carbonosas muy marcadas, separadas por una lente rojiza, compactado por la degradación de roca del alero. Capa rojiza con pedregullo grueso y grandes fragmentos de roca del alero, con lentes carbonosas en techo y base. Matriz con muy poco sedimento, con distintos grados de compactación y un notable aumento de la humedad. Espesor muy variable puesto que la roca de caja tiene una inclinación pronunciada. El sedimento de la base es un limo rojo muy fino con fragmentos sueltos de la roca de caja.

Componente temporal (espesor)

Duración ±1 sigma

1º (105 cm)

1750 ± 250 años

3º (65 cm)

1050 ± 350 años

4º (40 cm)

750 ± 400 años

5º(~ 40 cm)

950 ± 300 años

A lo largo de toda la etapa de identificación del material arqueofaunístico, se emplea la Colección de Referencia Comparativa Actual del Laboratorio de Geoarqueología, tanto para camélidos (ver Gasco, 2013b) como para aves y otros mamíferos. Además, se consultan atlas osteológicos específicos para las especies en estudio (e.g. Altamirano, 1983; Benavente et al. 1993; Pacheco Torres et al. 1979, 1986). Para la estimación de la edad de muerte del animal representado en el registro arqueológico (haciendo hincapié en los camélidos), se observa la erupción dentaria combinada con su desgaste (Hofmann et al. 1983; Kaufman, 2008; Kent, 1982; Puig y Monge, 1983;

1.1.3. Osteometría En los estudios arqueofaunísticos es crucial identificar los especímenes óseos y asignarlos a una especie animal concreta. Pero en el caso de especies animales que comparten una morfología ósea similar (como lo son los camélidos sudamericanos) esta tarea se torna dificultosa. Por ello se recurre al estudio de sus diferencias morfométricas, especialmente cuando éstas son el resultado de un proceso de domesticación o de mejora de alguno de los caracteres de la población (Izeta, 2009, 2010 y citas en ellos, Gasco, 2013a). Se sigue entonces un criterio cuantitativo a partir de la osteometría y la aplicación de análisis bi y multivariados sobre sus resultados. Este análisis es dado por discriminación de los especímenes asignados a Camelidae, mediante el análisis morfológico-comparativo de elementos postcraneales (Izeta, 2007; Izeta et al. 2009a; Gasco, 2013a). Se trabaja solamente sobre aquellos elementos óseos arqueológicos asignados taxonómicamente a Camelidae y anatómicamente a primeras falanges (delanteras y traseras), en esta ocasión en particular. Dichos especímenes provienen de diferentes capas de la excavación de arq-18, se identifican 16 primeras falanges, tanto completas como fragmentadas. Debido al escaso número, los resultados osteométricos deben ser considerados en términos de tendencias en cuanto a la representación de las distintas especies de camélidos (ver Gasco, 2013a para las asignaciones del resto de los elementos anatómicos recuperados en el sitio). Para el empleo de esta técnica, el material actual comparativo empleado es el evaluado en Gasco (2013b). Se utiliza como guía de mediciones la establecida por Kent (1982) para

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Wheeler, 1982) y el estado de fusión epifisiaria de cada uno de los elementos (Kaufmann, 2009; Kent, 1982). Para ello se establecen cuatro categorías en relación a la observación directa de los diferentes centros de osificación en cada elemento óseo, ellas son: no osificado, no fusionado, semifusionado y fusionado (Kaufmann, 2009). Para estimar el grado de integridad de la muestra (sensu Binford, 1981), se aplican diferentes controles tafonómicos en relación al estado de meteorización, grados de alteración térmica y otros procesos de alteración o destrucción ósea (Chaix y Méniel, 2005; Lyman, 1994a; Mengoni, 2010; Reitz y Wing, 2008). Se observan las modificaciones en la superficie ósea vinculadas con el sometimiento al fuego del resto faunístico. Se determina por observación macroscópica directa sobre el resto, considerando el color como diferenciador aproximado de la exposición o no al fuego (Mengoni, 2010; Stiner et al.1995). La meteorización es la alteración registrada en los huesos por procesos y agentes naturales sub-aéreos que generan la descomposición de los restos óseos (Behrensmeyer, 1978). Dicha alteración se observa macroscópicamente (e.g. fisuras, agrietamientos, exfoliación, astillamientos, etc.) sobre la superficie de los especímenes óseos. Se siguen las categorías o estadios de meteorización propuestos por Behrensmeyer (1978). Además se realizan estudios de pH y de pérdida de humedad en muestras del sedimento con el objetivo de diagnosticar el poder corrosivo de la matriz sedimentaria. Para la cuantificación, por una parte, se utilizan medidas de abundancia taxonómica y de abundancia anatómica. Primeramente se cuantifica el Número de Especímenes (nsp) (Grayson, 1991), el Número de Especímenes Identificados (nisp) y el Mínimo Número de Individuos (mni) (Klein y Cruz Uribe, 1984). Para las partes anatómicas representadas en la muestra se establece el Número Mínimo de Elementos (mne) (Lyman, 1994b) y se las agrupa en seis partes esqueletales (Miller, 1977; Yacobaccio et al. 1998). Por otra parte, se mide el grado de fragmentación y el porcentaje de supervivencia de los conjuntos arqueofaunísticos y de los elementos óseos que los componen a través de las siguientes relaciones: nsp/nisp, nisp/mne, nisp/mni y mne/mni, expresados por el valor de la razón entre ellos (Lyman, 1994b; Schick et al. 1989).

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V1

que los datos presentados aquí sean fácilmente comparables con los ya publicados tanto en la región central andina como en el Centro-Oeste Argentino (coa) y por ser una de las primeras guías osteométricas disponible (Figura 3). Además, se seleccionan para la medición (tanto de referencia como de muestras arqueológicas) aquellos especímenes que pertenecen a ejemplares adultos (centros de osificación fusionados) y que no presenten evidencias de termoalteración, meteorización ()4 sensu Behrensmeyer, 1978) ni patologías. Las primeras falanges son discriminadas entre anteriores (delanteras) y posteriores (traseras) a partir de rasgos morfológicos (Cartajena, 2009; Kent, 1982). Este paso es necesario dada la superposición en los rangos de las medidas entre las primeras falanges anteriores y posteriores de las distintas especies de camélidos sudamericanos. Dicha diferenciación en la ubicación anatómica (anterior/posterior) de los elementos óseos, baja las probabilidades de error en las relaciones y asignaciones establecidas entre el material arqueológico y el de referencia de las diferentes especies de camélidos. Las variables continuas se obtuvieron mediante un calibre digital (precisión 0,01mm). Los análisis estadísticos mulitvariados se efectúan mediante el uso del software past (Hammer et al. 2001). Se utilizó el coeficiente de similitud euclidiano, cuyos resultados se volcaron en una matriz de similitud de distancia. A las matrices resultantes se les aplicó un análisis de agrupamiento upgma (Unweighted Pair Group Using Arithmetical Averages), resultando un fenograma para cada elemento o conjunto de elemento (Izeta, 2007; Gasco, 2013a: Capítulo 6; Menegaz et al. 1989). En paralelo se realizó un análisis de componentes principales (en adelante acp) a partir de matrices de variación-covariación, con el objetivo de observar las mayores diferencias entre los distintos casos que componen la muestra tanto arqueológica como de referencia, utilizando aquellos componentes (axis) que explican de mejor manera la varianza del conjunto; los resultados fueron expresados gráficamente (Gasco, 2013a: Capítulo 6). Norma Proximalis V2

V3

Norma Dorsalis V2

Figura 3: Variables métricas en primera falange, tomadas de Kent (1982). Traducción A. Gasco. Dibujos por Maitén Durán. V1 Largo máximo –tomado en paralelo al eje largo, con la línea de base como tangente al cóndilo plantar (volar) proximal, con el punto más distal en la superficie articular distal como punto de terminación. V2 Espesor de la superficie proximal articular –tomada medio lateralmente en plano horizontal en el costado exterior de los bordes levantados de la superficie articular. Se debe tomar cuidado en no permitir que el instrumento de medición se mueva distalmente porque el ancho del hueso aumenta distal a la superficie proximal articular. V3 Ancho de la superficie proximal articular –tomada en el plano dorso-plantar (o dorso volar) perpendicular a la número 2, en el exterior de los bordes levantados de la superficie articular, Norma Axialis usando la tangente al cóndilo proximal plantar (o volar) como línea de base. El cuidado expresado en el número 2 se aplica también aquí. V4 Espesor de la superficie articular distal –tomada en ángulos rectos al plano proximal distal en la porción más ancha plantar (o volar) de la superficie articular. V5 Ancho de la superficie articular distal –perpendicular a la número 4 usando la tangente de la tróclea plantar (o volar) de la superficie distal articular como la línea de base y midiendo en el plano dorso plantar o dorso volar.

V1

V3

Norma Dorsalis V2

Norma Axialis

177

V4 Norma Distalis

V5

V4 2. Resultados y discusiones 2.1. Preservación diferencial ósea y química sedimentaria Las complicaciones inherentes a la acumulación sedimentaria en el interior de una cueva han sido documentadas ampliamente (Jerardino, 1995; Gargett, 1999; entre otros). Por ello se resuelve trabajar sobre la correlación de los datos de nsp por capa estratigráfica y las características de dichas matrices sedimentarias en vez de realizar estudios de tasa de depositación sedimentaria. El análisis químico de los sedimentos permite recuperar datos imperceptibles a simple vista, que pueden cambiar interpretaciones previas (Urquiza, 2010). Siguiendo a Urquiza y colaboradores (2009a:210):

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V1

(…) la formación de un sitio arqueológico es resultado de la interacción de procesos culturales y naturales que actuaron localmente dentro de un rango definido de variables (…), en este sentido son diversos los factores que pudieron haber actuado sobre las carcasas. Los cambios químicos ocurridos dentro del suelo pueden quedar registrados en el material óseo afectando su estructura.

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En arq-18 es notable la disminución de material arqueofaunístico en las capas de sedimento inferiores. Esto puede vincularse a una escasa y/o diferente ocupación del sitio en los momentos tempranos, o a una preservación diferencial del material óseo vinculada a la historia tafonómica del sitio. Por tal motivo, se realizaron análisis de pH y humedad sobre 33 muestras tomadas de las diferentes capas sedimentarias que constituyen la matriz del sitio, y estos resultados se correlacionaron con la presencia de restos antrópicos, en especial el material lítico, dado que la mayoría de los agentes que producen la descomposición ósea no lo afectan (Tabla 2). Estos análisis se llevaron a cabo en el Laboratorio Químico de la Dirección de Minería de la Provincia de Mendoza. Siguiendo a Winocur (2013) « (…) el afloramiento que formó parte del alero utilizado como refugio, se trata de un conglomerado polimíctico, el cual presenta en su base el predomino de una textura matriz-sostenida, mientras que hacia su techo grada a clasto-sostén». La matriz está compuesta por material arenoso y limoso con sus granos recubiertos por pátinas de óxidos de hierro (hematita y gohetita). La composición de las arenas de la matriz es principalmente volcánica, lo que la hace similar a sus clastos. Los clastos que componen dicho conglomerado son principalmente de rocas volcánicas tanto ignimbritas como intrusivos dioríticos y graníticos, así también como andesitas las cuales provienen de los afloramientos ubicados tanto en las cabeceras como a los laterales de los valles. Se interpreta a este depósito en su parte basal como generado por flujos de detritos y la parte superior, de textura clasto soportada, característica de depósitos con menor participación de agua (D. Winocur, comunicación personal, octubre 2012). Se observa que el material óseo presenta una tendencia descendiente a medida que se profundiza en las capas sedimentarias, hasta desaparecer en la Capa viii; mientras que el material lítico, además de mantenerse presente a lo largo de toda la secuencia, muestra un pico ascendente en la Capa vi. Aunque simple, esto demuestra que la ocupación se mantuvo casi continua en el sitio (Figura 4). Tabla 2: Datos del análisis de suelo. Capa Cantidad Cantidad ph (promedio) extracciones Muestras ii ii.a iii iii.a iv iv.a v vi vi.a vii viii Total

3 4 3 4 3 3 4 4 3 8 8 47

3 3 2 6 2 2 2 2 6 7 3 38

7,59 8,10 7,77 7,67 7,77 7,47 7,13 7,05 7,06 6,67 6,30 7,22

Pérdida a 550°C % (promedio) 10,53 6,71 6,19 5,55 5,74 4,84 4,22 3,15 3,90 2,83 2,48 4,85

Óseo (nsp)

Lítico (N)

2.424 2.390 830 1.466 1.976 1.281 544 237 390 120 1 12.297

725 621 277 497 1.166 1.859 1.749 3.560 3.658 2.158 147 16.461

% de pérdida de humedad (a 550° C) 3.0

5.0

7.0

9.0

11.0

II IIa Lítico Óseo

Figura 4: Correlación de densidad de elementos arqueológicos y valores de pérdida de humedad y pH por capa estratigráfica.

III IIIa

179

IV

V VI VIa VII VIII 0

1

2

3

4

Densidad (miles de elementos por 0,05 m3)

5

Capa

6.5

7.0

7.5

8.0

8.5

pH

En la zona de estudio no se han realizado análisis de pH a pesar de la importancia que adquieren al permitir efectuar inferencias en estudios tafonómicos. Los sedimentos ácidos (disminución del pH) atacan la estructura ósea, disolviendo el hueso. Valores que rondan entre 6 y 5,5 de pH afectan notablemente la integridad del hueso, doblando la desintegración con sólo una diferencia de medio punto (Nielsen-Marsh et al. 2007:1529). En arq-18, los análisis de pH muestran un sedimento que tiende a lo alcalino en la superficie y más ácido a medida que se profundiza (Tabla 2, Figura 4). Los datos de pérdida de humedad pueden tomarse como un proxy para el contenido orgánico del sedimento. En el caso de arq-18, al momento de su excavación se registró la presencia de agua en las últimas capas. Si se contempla que el aporte de agua (como agente que favorece las reacciones químicas en general, acelerando el proceso de descomposición de la materia orgánica) al sitio no sólo se pudo dar por las precipitaciones sino también por el derretimiento de nieve y por el aporte de líquidos corporales humanos y de animales (pH alcalinos), esto puede explicar que las capas superiores tiendan a ser más alcalinas y las inferiores más ácidas. Los líquidos escurren y limpian las capas superiores, depositándose sobre los sedimentos que se apoyan en la roca madre en donde se concentran y saturan, como lo evidenciado en el alero Punta de la Peña 4 en la puna de Catamarca (Urquiza et al. 2009a:212). Los datos de pérdida de humedad (a 550ºC) y pH de las capas superiores podrían tomarse como indicadores de sedimentos benignos (ver Nielsen-Marsh et al. 2007: Tabla 2), pero a medida que se profundiza, los valores se asocian más con aquellos que indican sedimentos

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IVa

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180

corrosivos (sensu Nielsen-Marsh et al. 2007, Figura 4). A partir de la Capa iv.a, se disminuyen los dos valores marcadamente en forma paralela, similar al cambio en densidad de elementos óseos (Figura 4). El simple factor del tiempo juega un rol importante aquí: mientras que los sedimentos no son marcadamente corrosivos, los huesos en las capas inferiores estuvieron sujetos a condiciones corrosivas durante la mayor parte del Holoceno. Los resultados expuestos, sumado al paso del tiempo, caracterizan esta matriz sedimentaria como corrosiva, capaz de alterar paulatina y notablemente los restos óseos aportados al sitio, hasta su desintegración material con el tiempo. A través de este tipo de estudio se ha logrado inferir el impacto del contexto sedimentario en la historia tafonómica del conjunto arqueofaunístico del sitio. 2.2. Integridad de muestreo El análisis de la integridad del registro arqueofaunístico se lleva a cabo mediante el estudio de los estadios de meteorización, las termoalteraciones, la fragmentación y la supervivencia. Con respecto al grado de meteorización (Behrensmeyer, 1978) observado macroscópicamente sobre la superficie ósea, los tres primeros estadios de la escala empleada (de 0 a 2) conforman el 54,5% del total de la muestra (Figura 5). Sólo en las capas superiores se observan especímenes que presentan grado 0 de meteorización. Luego se registra un salto en los porcentajes de representación de los grados de meteorización entre las Capas iii.a y iv, en donde del 50% del material con grado 1-2 se pasa a un 80% con grado 3-4. A partir de la Capa iv casi la totalidad de los restos óseos muestran evidencia de meteorización grado 3-4, lo cual se condice con lo observado en el estudio del sedimento. A medida que se profundizaba en la excavación la presencia directa de agua era notoria y ello pudo haber afectado la composición mineral de los huesos hasta lograr su desintegración total, lo cual explicaría la notable merma en la cantidad de especímenes óseos recuperados en las capas más profundas. Por otra parte, que el 30% del material hallado en la Capa i evidencie meteorización de grado 4, puede estar dando cuenta de la exposición a agentes físicos y químicos a la que fueron sometidos, debido posiblemente a un lento enterramiento. Figura 5: Grados de meteorización observados en el conjunto óseo faunístico de arq-18.

grado 0

grado 1-2

grado 3-4

I II II.a III III.a IV IV.a V VI VI.a VII VIII 0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

Tabla 3: Registro de especímenes termoalterados en arq-18 (a-se). Capa no quemado quemado calcinado Total blanco-amarillento marrón-negro tiza-azulado nsp % nsp % nsp % i 17 73,9 6 26,1 23 ii 298 90,0 25 7,6 8 2,4 331 ii.a 436 94,6 16 3,5 9 2,0 461 iii 247 94,6 10 3,8 4 1,5 261 iii.a 369 93,4 23 5,8 3 0,8 395 iv 447 91,0 40 8,1 4 0,8 491 iv.a 67 89,3 6 8,0 2 2,7 75 v 89 84,0 17 16,0 106 vi 135 81,3 27 16,3 4 2,4 166 vi.a 53 60,2 34 38,6 1 1,1 88 vii 35 59,3 23 39,0 1 1,7 59 viii 1 100,0 1 Total 2194 89,3 227 9,2 36 1,5 2457 2.3. Abundancia taxonómica La identificación taxonómica y el cálculo de nisp en las diferentes capas estratigráficas muestran la notable cantidad de restos óseos asignados a nivel de clase mammalia y no identificados (Tabla 4). Ambas categorías dan cuenta de una muestra meteorizada y fragmentada, lo cual dificulta una identificación de grano más fino. Aunque es bajo el número de especímenes identificados a nivel de clase ave, cabe mencionar la posibilidad de un consumo diversificado que las incluya, dada la notable

181

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La relación nsp/nisp en el conjunto arqueofaunístico de arq-18 representa una muestra poco fragmentada (promedio 1,5). Cabe aclarar que en ese cálculo no se consideran como identificados los especímenes asignados a la clase mammalia. Se registran 2 picos importantes en la Capa iv.a y v en donde esta razón alcanza el valor de 3,2 y 5,2 respectivamente (ver más adelante Tabla 4). Si se compara estos datos con los obtenidos del análisis de meteorización, puede advertirse un perfil similar, dado que los porcentajes de especímenes que registran mayor meteorización (>3) se localizan en las mismas capas. Es decir, que el nivel de identificación del material está estrechamente relacionado con la meteorización, en este caso. La identificación del material no es afectada por la meteorización en aquellos conjuntos óseos que no superan el grado 3 de meteorización. En todas las unidades de análisis la presencia de material termoalterado fue muy baja. Del total de la muestra (nsp=2457), al 89,3% se le observó una coloración blanquecina-amarillenta en categoría no quemado (sensu Stiner et al.1995: Tabla 3) y sólo en tres unidades de análisis se registraron, para esta misma categoría, porcentajes menores al 80%. Los especímenes quemados registran un salto en sus porcentajes de representación de la Capa iv.a a la v y el aumento es notable en las capas más profundas (Tabla 3). Aunque este patrón podría vincularse a un cambio en las actividades antrópicas en el alero, debe compararse con la tendencia de los valores de pH y reducción de la densidad ósea (ver Figura 4); se registra entonces un paralelo entre los patrones de los datos mencionados. Por tanto, el aumento del registro quemado se vincula a factores tafonómicos, similar a lo observado en otros sitios (e.g. Asmussen, 2009).

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182

abundancia actual en el área de estudio del denominado ganso andino (Chleoephaga melanoptera). Ésta es la especie más grande de la familia de Anatidae, en relación a su tamaño y estructura corporal. En otros sitios cordilleranos como Laguna del Diamante (centro-oeste de Mendoza) se ha documentado el consumo humano de aves pertenecientes a esta familia, como segundo recurso luego de los camélidos (Durán et al. 2006; Giardina, 2010). Y en Antofagasta de la Sierra (puna de Catamarca) se registró el consumo de C. melanoptera y el aprovechamiento de sus plumas para astiles entre ca. 570 y 980 años ap (Urquiza et al. 2009b). En ese sitio se advirtió que la ausencia de fragmentos de cáscaras de huevo y la notable presencia de especímenes juveniles en el registro, podrían ser utilizados como indicador estacional de ocupación del sitio (época estival), cuando ya se habría producido la eclosión de los individuos (Giardina, 2010:182). Aunque ambos datos son escasos en arq-18, presentan un patrón similar a lo antes expuesto, por tanto, esta propuesta podría tomarse como hipótesis al momento de ampliar el estudio arqueofaunístico a todo el sitio. Los escasos especímenes asignados a roedores no evidencian marcas antrópicas ni termoalteraciones, y corresponden a especies muy pequeñas de bajo rendimiento económico. Además, cabe destacar el registro de roedores habitando la cueva al momento de la excavación. Frente a lo expuesto, podría sostenerse que su presencia en el registro arqueológico se vincularía más a aspectos tafonómicos que a la explotación antrópica. Los mamíferos predadores disponibles en el área son el zorro (Canis pseudalopex sp.) y el puma (Felis concolor). Ambos fueron documentados durante las temporadas de excavación habitando la cueva y se hallaron los restos de sus actividades en el interior de la misma. Además ha sido ampliamente estudiado el hecho de que estos carnívoros habitan un refugio al momento de producida la desocupación humana del mismo (Mondini, 2000). Estos datos actuales pueden responder por la escasa representación de estos taxones en el registro arqueológico de arq-18 y su presencia se vincularía también con aspectos tafonómicos. Por otra parte, si se consideran solamente los especímenes identificados como Camelidae y Artiodactyla, se advierte el predominio de este grupo en todas las capas (más del 80%). Además, frente a la escasa posibilidad de presencia de especies de cérvidos en el área de estudio, es factible que los especímenes identificados como Artiodactyla perteneciesen también a camélidos. La destacada presencia de camélidos en el sitio se condice con lo esperado para momentos de especialización a partir del Holoceno medio, en donde se observa un incremento en el uso de los camélidos y una disminución en la explotación de otros recursos (Yacobaccio, 2007). Además, se debe considerar la abundancia relativa actual de guanacos (Lama guanicoe) y el hecho de que este animal constituye el recurso de más alto rendimiento económico en el área de estudio. Frente a lo expuesto podría suponerse un énfasis en el consumo no sólo de este recurso faunístico silvestre (guanaco) sino también de la vicuña (Vicugna vicugna), otro camélido silvestre que muestra una distribución actual próxima al área de estudio. Estos resultados están apoyados por estudios osteométricos que arrojan vinculaciones taxonómicas tanto con camélidos silvestres como domésticos (ver más adelante). Dado el alto porcentaje de especímenes identificados en la categoría de mamífero y considerando el predominio de los especímenes de camélidos, podría suponerse que muchos de esos fragmentos podrían corresponder a porciones de elementos óseos que fueron identificados como Artiodactyla y Camelidae, lo cual contribuiría a aumentar aún más su presencia. El cálculo de mni fue realizado sobre este último grupo taxonómico separado por capas estratigráficas. Para afinar dicho cálculo, se considera no sólo la lateralidad de los elementos, sino también su grado de fusión. De este modo, se obtuvo un mni para

individuos fusionados y otro para los que presentan sus elementos óseos sin fusionar (Tabla 5). Los elementos más representados fueron el radioulna y el fémur derecho. Cabe destacar que los individuos fusionados como los no fusionados aparecen igualmente representados en las diferentes capas, situación que se discutirá más adelante. Tabla 4: Abundancia taxonómica en arq-18 (a-se).

Indet. Ave Ave pequeña Ave mediana Ave grande Mammalia Mamífero pequeño rodentia Canis pseudalopex sp. Artiodactyla Camelidae Total nsp/nisp

Capas i ii 8 1

Total ii.a

iii

iii.a

iv 144

iv.a 6

v 64

vi 53

vi.a 3

vii 15

viii 1

1 1

1 18

4 23 3,6

2 1 215 3 2

14

3

5

221

133

221

177

1

2

22 77 331 2,1

107 119 461 0,9

110 57 395 1,3

63 104 491 1,9

51 74 261 1,0

51

25

51

56

16

7 11 75 3,2

2 15 106 5,2

1 42 19 166 1,7

10 19 88 2,0

12 16 59 1,1

1

294 2 1 25 1 1184 3 5 1 426 515 2457 1,5

Tabla 5: Cálculo del mni diferenciado por grados de fusión ósea. Capa i ii ii.a iii iii.a iv iv.a v vi vi.a vii viii Total

Fusionado

Sin fusionar

Total

1 2 2 2 3 1 1 1 1 1

1 2 1 1 3 1 1 1 1 1

2 4 3 3 6 2 2 2 2 2

15

13

28

2.4. Abundancia relativa de partes esqueletales El conjunto óseo de camélidos es analizado en función de las partes esqueletales que representa, con el objetivo de registrar una tendencia en cuanto al aprovechamiento de animales dentro de una estrategia económica en particular. De este modo, se espera hallar patrones en lo concerniente al consumo de las unidades anatómicas. Cabe aclarar que los paquetes esqueletales aquí manejados están organizados en función de diferentes propuestas (Miller, 1977; Yacobaccio et al.1998) pero no coinciden con ninguna en

183

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Taxones

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184

particular, y las modificaciones fueron establecidas en consideración de las características del material identificado para este sitio. Por ejemplo, no pudo diferenciarse entre metacarpos y metatarsos en todos los casos, por ello se han unificado en la parte esqueletaria pie, sin diferenciar si corresponde al delantero o trasero. En la Figura 6 se muestran los porcentajes de representación de las diferentes partes esqueletales (n=6) por unidad de análisis (n=12). En términos generales se observa un patrón uniforme de representación de partes del esqueleto. En las primeras cinco unidades de análisis (Capas ii, ii.a, iii, iii.a y iv) aparecen representadas las seis partes esqueletales en que han sido agrupados los elementos óseos. Las Capas iv.a y vi tienen representadas las mismas partes en proporciones similares, faltando los paquetes cabeza/ mandíbula y miembro delantero. Particularmente, podría asumirse que este último es el paquete menos representado, dado que está ausente en cuatro unidades de análisis. Por el contrario, el más representado es el paquete pie, no sólo en función de los porcentajes en cada unidad de análisis sino también por su continua presencia en la mayoría de ellas. Esto último, podría vincularse a los muy bajos índices de fragmentación que manifiestan los huesos que componen el paquete pie, ya que en la mayoría de los casos la razón nisp/mne fue de 1, conservándose enteros. Además, debe contemplarse que algunos datos sobre densidad global ósea (Elkin y Zanchetta, 1991) presentan a las falanges, astrágalos y calcáneos entre los huesos de mayor densidad del esqueleto. No obstante, en la muestra arqueofaunística aquí analizada, también se registra una alta presencia de partes esqueletales que son conformadas por elementos óseos de moderada y baja densidad. Este es el caso de la columna y cabeza. Es decir, que este conjunto óseo no ha sido afectado por factores de preservación ósea diferencial, dado que aparecen representadas proporcionalmente el resto de las partes esqueletales. Por tanto, el patrón de explotación de camélidos en las diferentes unidades de análisis revela un perfil consistente y regular. cabeza/mandíbula

columna

costillas

miembro delantero

miembro trasero

Figura 6: Abundancia de partes esqueletales básicas. pies

I II II.a III III.a IV IV.a V VI VI.a VII 0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

Por otra parte, el cálculo del mne en cada una de las capas muestra, de manera general, una mayor representación del esqueleto apendicular; sin embargo, los cálculos porcentuales del nisp reflejan lo contrario. Ello está respondiendo al grado de fragmentación

90%

100%

Figura 7: Representación de partes esqueletales categorizadas en esqueletos axial y esqueleto apendicular.

Tabla 6: Representación Capa Esqueleto Axial nisp mne i 1 1 ii 30 14 ii.a 40 19 iii 22 10 iii.a 10 7 iv 35 18 iv.a 4 3 v 5 3 vi 6 4 vi.a 8 5 vii 5 3 viii Total 166 87 esqueleto axial

de partes esqueletales y relación nisp/mne. Esqueleto Apendicular nisp/mne nisp mne nisp/mne 1,0 2,1 21 17 1,2 2,1 56 39 1,4 2,2 25 22 1,1 1,4 21 16 1,3 1,9 54 36 1,5 1,3 3 3 1,0 1,7 4 4 1,0 1,5 5 4 1,3 1,6 6 6 1,0 1,7 1,9

195

147

1,3

esqueleto apendicular

I II II.a III III.a IV IV.a V VI VI.a VII 0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

185

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que registra la muestra. La relación nisp/mne para los restos de camélidos en la categoría esqueleto axial se ubica por encima del 2, mientras que para la categoría esqueleto apendicular el valor promedia 1,4 (Tabla 6) y muchos de los elementos que lo constituyen aparecen enteros (e.g. huesos cortos). Como se indicó más arriba, aunque aparece todo el esqueleto representado, cabe destacar que como tendencia los mayores porcentajes de representación del esqueleto apendicular se registran en las Capas ii.a, iii, iii.a y iv (Figura 7). Ello puede vincularse a un patrón en la selección de unidades anatómicas por rendimiento, dado que la mayoría de los elementos que conforman el esqueleto apendicular, en términos generales, son importantes también en cuanto a su aporte de médula ósea (Yacobaccio et al. 1998).

2.5. Grados de fusión ósea

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186

Ante la escasa representación de mandíbulas o series molares completas, se emplea el estado de fusión en los huesos como indicador de la edad de muerte de los animales (Puig y Monge, 1983; Kaufmann, 2009). De este modo se generan dos grandes categorías que son mutuamente excluyentes: huesos fusionados y huesos no fusionados o sin fusionar. No obstante, se observan casos en que la fusión de los centros de osificación se muestra incompleta, evidenciada por la presencia de una marcada línea o sutura que une, por ejemplo en los huesos largos, la diáfisis con la epífisis. Entonces, se utilizan cuatro categorías de análisis: fusionado, semifusionado, sin fusionar y no observado. Esta última se establece para indicar aquellos especímenes que no presentan las porciones correspondientes a los centros de osificación. Se trabaja sobre el paquete óseo asignado a Camelidae. Del total de esa muestra (nisp=515) y contemplando aquellos especímenes que presentasen alguno de sus centros de osificación, se registra un 56% sin fusionar, y en cada capa este porcentaje aumenta, llegando incluso hasta el 75% en capas profundas (Tabla 7; Figura 8). Además, a través del cálculo del mni se observa que en la mayoría de los casos, los individuos sin fusionar alcanzan el 50% por capa y el 46% en todo el sitio (ver Tabla 5). El patrón observado se mantiene a lo largo de las diferentes capas de ocupación, por lo que resulta uniforme y llamativo. El tamaño de los especímenes sin fusionar es comparado con el material actual de la Colección de Referencia y se determina a grandes rasgos su correspondencia con los individuos inmaduros de menos de 15 días. fusionado

semifusionado

sin fusionar

Figura 8: Representación de los grados de fusión ósea.

II II.a III III.a IV IV.a V VI VI.a VII 0%

10%

20%

30%

40%

50%

60%

70%

80%

90%

100%

esqueletales y relación nisp/mne. Semifusionado Sin fusionar Total 1 4 23 77 3 43 119 1 20 74 1 15 57 3 52 104 1 3 11 6 15 6 19 9 19 5 16 9

183

187

515

El estudio de la estructura de edad ha sido empleado para distinguir el uso de los rebaños en cuanto a su explotación (Wing, 1977; Browman, 1989). Algunos estudios etnoarqueológicos estiman que una explotación mixta del rebaño (para carne y lana) generaría un conjunto arqueofaunístico en donde predominan los animales maduros, con baja representación de inmaduros (Yacobaccio et al. 1998). Otros estudios interpretaron que los rebaños destinados a la producción de fibra y al transporte generarían conjuntos óseos con perfiles etarios de animales adultos y, en aquellos destinados a proporcionar carne, la edad de muerte correspondería a animales juveniles (Wing, 1977). El patrón etario registrado en arq-18 resulta interesante y no parece responder a los modelos etarios de explotación de rebaños propuestos anteriormente, aunque no pueda precisarse si los animales inmaduros (crías) corresponden a silvestres o domésticos. Por tal motivo cabe detallar algunas observaciones en cuanto a la etología de los camélidos que posiblemente puedan explicar la presencia marcada de crías en arq-18. El rango para el período de gestación en llamas y alpacas es de 330-360 días (Wheeler, 1991; Fowler, 2010) y de noviembre a marzo se producen las pariciones (Cardozo Gonzáles, 2007). Los datos sobre patrones etarios en animales domésticos son altamente variables dado que dependen del manejo que el pastor realice del rebaño. Por otra parte, para los animales silvestres (guanacos y vicuñas) los datos disponibles brindan un rango de variabilidad notable entre las poblaciones, pero las pariciones se efectivizan en verano (Puig y Videla, 1995) (Figura 9). En estaciones de relevamiento de poblaciones de guanacos desde San Guillermo a Tierra del Fuego, el patrón etario resultó del 8 al 30% para individuos menores del año (promedio 17%), los juveniles de 1 a 2 años varían entre 3 y 12% (promedio 7%) y entre el 62 y 84% son adultos (Saba et al. 1995). Las causas de muerte para las crías tanto silvestres como domésticas se vinculan con factores ambientales y enfermedades (Franklin, 1982; Browman, 1989; Saba et al.1995; Cardozo Gonzáles, 2007). Específicamente para las llamas se asevera que «(…) durante este tiempo de pariciones se producen borrascas y tormentas en la cordillera produciendo altos índices de mortalidad en las crías.» (Cardozo Gonzáles, 2007:81). La ocupación de sitios durante la época de pariciones daría como resultado conjuntos arqueológicos dominados por los neonatos/nonatos (Kent, 1982). Por otra parte, se ha registrado que ciertos pastores deciden sacrificar a los machos jóvenes a fin de reducir el tamaño del rebaño y de ese modo conservar su viabilidad reproductiva (Clark, 1984; van Dijk, 1995

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Tabla 6: Representación de partes Capa No observado Fusionado i 3 ii 43 11 ii.a 39 34 iii 33 20 iii.a 29 12 iv 7 42 iv.a 6 1 v 7 2 vi 8 5 vi.a 4 6 vii 9 2 viii Total 188 135

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188

en Yacobaccio et al. 1998). Ello daría cuenta de una estrategia planificada para enfrentar situaciones adversas en ambientes desérticos o de frecuentes sequías y en donde se practique una movilidad reducida (Yacobaccio et al. 1998). Igualmente para los silvestres, en San Guillermo, se han documentado nevadas tempranas que provocaron directa o indirectamente el aumento en la mortandad de vicuñas y guanacos (Cajal y Ojeda, 1994). Aunque no se ha podido precisar la identificación taxonómica de los individuos inmaduros de arq-18, por lo expuesto, puede inferirse una ocupación estacional del sitio durante al menos los meses de verano, en donde pudo aprovecharse la presencia de crías. Es notable el hecho de que la estrategia de explotación de estos recursos no ha variado a lo largo de la secuencia de ocupación, en la cual se han producido cambios importantes como la incorporación de animales domésticos y cambios ambientales. Este aprovechamiento pudo haber estado guiado no sólo por la oportunidad frente a la muerte natural de las crías (dada por condiciones climáticas adversas) sino también por una intención deliberada de caza y/o sacrificio para el consumo de carne tierna y pieles suaves para la confección de abrigos conocidos etnográficamente como llunques o quillangos (Bibar, 1966:137, en Durán, 2000:221); además de controlar el tamaño del rebaño. Sin embargo, ambas estrategias no se excluyen entre sí y por tanto pudieron haberse dado juntas, tanto sobre animales domésticos como silvestres.

2.6. Resultados osteométricos La osteometría y el análisis estadístico exploratorio se realiza, en esta ocasión únicamente sobre las primeras falanges arqueológicas asignadas a camélidos recuperadas en el muestreo (a-se, ver más arriba). Estos especímenes (nisp=16, Tabla 8) se hallan en buen estado de conservación, sin alteraciones térmicas ni patologías y fusionados. Algunos de ellos (nisp=2) se hallan completos y otros (nisp=5) sólo cuentan con la porción de epífisis proximal, mientras el resto (nisp=9) presentan la porción de epífisis distal. Sobre el total se realizan análisis bi y multivariados, se presentan a modo de ejemplo los fenogramas y gráficos de dispersión resultados del Análisis de Conglomerados y de Componentes Principales (Figuras 10, 11, 12 y 13, Tabla 9). Los gráficos resultantes del resto de los análisis puede consultarse en Gasco (2013a: Apéndice b y c).

Figura 9: Parición de Lama guanicoe en Laguna del Diamante, enero 2013. Fotografía R. Barberena.

Tabla 8: Unidades de análisis osteométricas: primeras falanges, variables métricas y asignación taxonómica y temporal. Procedencia

2172 2675 2177 278 1022 2256 1097 2781 808 4874 816 821 482 9870 600 5575

A-NE-5 A-NE-6 A-NE-5 S2-talud N3 S2-9 A-SO-5 A-NE-3 A-SO-7 S2-8 A-SO-17 S2-8 S2-8 A-NE-2 B-SE-8 A-SE-6 A-NE-18

Posición anatómica delantera trasera delantera delantera delantera delantera trasera trasera trasera trasera trasera delantera delantera delantera delantera delantera

V1

V2

V3

V4

V5

64,78 77,69

16,80 22,24 15,30 16,26 17,63 19,06 15,56

16,05 19,56 14,93 13,90 15,74 16,47 13,84

14,45 19,13

13,55 17,70

14,28 14,65 15,38 15,94 15,81 16,16 17,58 18,06 19,90

12,75 13,91 13,59 14,77 15,39 15,69 14,83 16,82 19,36

Asignación Taxonómica llama llama castrada vicuña vicuña vicuña llama vicuña llama llama/alpaca llama guanaco guanaco llama/alpaca llama guanaco llama castrada

Tabla 9: Análisis de Componentes Principales. Elemento pc Eigenvalue % variance 1 68,13 96,95 1º falange 2 1,35 1,92 delantera 3 0,36 0,51 4 0,29 0,41 5 0,15 0,22 1 53,68 95,99 1º falange 2 1,49 2,66 trasera 3 0,38 0,68 4 0,27 0,48 5 0,10 0,19

Capa

Componente

ii.a ii.a ii.a ii iii ii.a ii ii.a ii.a iv ii.a ii.a ii ii.a ii.a iv

1º 1º 1º 1º 1º 1º 1º 1º 1º 3º 1º 1º 1º 1º 1º 3º

N comparativos 138

117

189

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Sigla

14,4

12,8

11,2

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190

Figura 10: Fenograma de relaciones de similitud para primeras falanges completas delanteras.

9,6

Distancia Euclideana 6,4 8

4,8

3,2

1,6

0 macn-37.2.1 macn-37.2.2 macn-37.2.3 macn-37.2.4 V999-10 —V999-7 04 —04 04 —V999-8 V500 —V999-5 V999-6 —02 Vv v1 —03 03 —05 v2 —05 v6 —V999-11 V999-12 —V999-14 V999-9 —01 01 —01 01 Vp-02 —06 lgl 06 Vp-02 —04 04 —07 07 —10 10 —05 05 lgl —05 05 —04 04 —08 12 —12 02 —02 ARQ.18-2172 06 —06 02 —02 lgl 02 —02 13 macn-48.354.2 macn-48.354.1 Vp macn-48.354.4 macn-48.354.5 —03 lgl 03 —06 16 —87 87 —06 13 —13 13 —13 06 —06 22 —26 29 —29 26 —87 87 —22 29 —29 07 —07 85 —85 28 —07 07 —11 11 —28 01 —01 01 —01 lg 14 —14 17 —21 21 —18 18 —12 12 —24 38 —24 24 —02 02 —02 02 —04 38 —04 08 —08 08 —10 04 —08 10 —04 17 —58 59 —25 20 —20 10 —16 25 —10 86 —60 86

Figura 11: Gráfico de dispersión resultado del acp para primeras falanges completas delanteras.

2,4

1,6

0,8

-20

-16

-12

-8

-4

4

8

12

16

191

-0,8

-1,6

Vicuña Alpaca Llama Guanaco andino Espécimen arqueológico

Figura 12: Fenograma de relaciones de similitud para primeras falanges completas traseras.

-2,4

-3,2

3,2

Vicuña Alpaca Llama Guanaco andino Espécimen arqueológico

2,4

1,6

0,8

-16

-12

-8

-4

4 -0,8

-1,6

-2,4

8

12

16

ARQ.18-2675

Arqueología de Ambientes de Altura de Mendoza y San Juan (Argentina)

ARQ.18-2172

12,8

11,2

9,6

Arqueología de Ambientes de Altura de Mendoza y San Juan (Argentina)

192

Figura 13: Gráfico de dispersión resultado del acp para primeras falanges completas traseras.

8

Distancia Euclideana 4,8 6,4

3,2

1,6

0 —06 06 —30 06 —06 85 —85 11 —11 11 —11 07 —87 23 —29 31 —29 29 —29 08 —08 04 —02 04 —04 04 —10 lg 10 —12 12 —86 12 —86 40 —39 12 —52 61 —62 08 —08 01 —19 19 —02 86 —86 13 —13 13 —07 13 —87 87 —20 87 —20 ARQ.18-2675 02 —02 lgl 02 —02 Vv-v5 Lgl-03 05 —03 Vv v4 Lgl-03 —03 Vv 05 —06 06 lgl —06 06 —01 01 —01 Vv 01 —02 02 Vp —02 04 —04 Lgl macn-48.354.7 macn-48.354.8 04 —04 05 —05 Lgl 05 —05 11 —11 07 macn-48.354.6 macn-48.354.9 —07 11 Lgl —11 01 —01 24 Lg —14 14 —04 04 —04 04 —V999-1 V999-4 Vv —V999-2 V999-3 macn-37.2.5 macn-37.2.8 macn-37.2.6 macn-37.2.7 V999-13

Vp

Vp

1 El rango cronológico indicado, corresponde a los extremos de dos rangos calibrados basados en dos fechados radiocarbónicos (beta 21265 y beta 21266, ver Gambier, 1988:123, Gasco, 2013a: Tabla 9.2). Dichas calibraciones, según la curva SHCal04 (McCormac et al. 2004), de 1 sigma arrojaron rangos sobrepuestos. Los fechados corresponden a los contextos arqueofaunísticos analizados en Gasco (2013a).

193

Arqueología de Ambientes de Altura de Mendoza y San Juan (Argentina)

Los especímenes analizados arrojaron asignaciones variadas, tanto de camélidos silvestres como domésticos (Tabla 8). La presencia de los primeros está dada por ambas especies: Lama guanicoe y Vicugna vicugna; mientras que para los segundos, se determinó la presencia de Lama glama y del morfotipo catalogado como llama castrada/carguera. Esta última categoría fue definida en relación al estudio sobre el gradiente de tamaño corporal de las cuatro especies de camélidos y de la evaluación métrica de la colección de referencia empleada (ver Gasco, 2013a y 2013b). El conjunto óseo de camélidos de este sitio manifiesta una gran variabilidad métrica, evidenciada por las determinaciones resultantes. Estas identificaciones se tornan más confiables cuando se consideran en conjunto con los resultados obtenidos de la aplicación de osteometría y estadística exploratoria sobre otros elementos anatómicos postcraneales (ver Gasco, 2013a: Tabla 9.1 y Apéndice B). La explotación en el sitio de estas especies da cuenta de una combinación en la estrategia económica adoptada (Yacobaccio, 2001b; entre otros). La presencia de camélidos silvestres indica que la caza fue una estrategia de subsistencia continua a lo largo de la secuencia de ocupación. En el área de estudio Lama guancioe es la especie más abundante en la actualidad. Específicamente, la documentación de vicuña por análisis arqueofaunístico es limitada en contextos del Centro-Oeste Argentino (Gasco et al. 2011; Gasco, 2013a; Gil et al. 2011). En arq-18 otros elementos anatómicos, al igual que las primeras falanges, se vinculan osteométricamente a vicuña (Castro et al. 2011; Gasco, 2009; Gasco, 2013a) y existe evidencia del uso de su fibra para momentos más tardíos en el área de estudio (Michieli, 1986, 1994), en la puna de Catamarca para el Arcaico y el Tardío (Reigadas, 2008) y más tempranos en la puna de Atacama (Cartajena, 2009; Nuñez et al. 2006). Además, actualmente hay una fuerte presencia de esta especie próxima al sitio, en el Parque Nacional San Guillermo. Por su parte, la representación del morfotipo doméstico evidencia el manejo de rebaños y de ciertas técnicas para su control (e.g. castración), así como de la trashumancia en cuanto al patrón de movilidad y uso del espacio (Gambier, 1986; Olivera, 1997; Tomka 2001). Algunos casos arqueológicos se vinculan al conjunto de datos actuales de Vicugna pacos. Sin embargo, los mismos se asignaron finalmente a animales domésticos, siendo llama la asignación más conservadora, dado el solapamiento en el rango de tamaño/ forma entre estas especies. Ello se debe a que en la colección de referencia actual no se ha evaluado ampliamente la variabilidad métrica de la alpaca, y por lo tanto cualquier asociación con dicha especie resultará de baja confiabilidad (Gasco, 2013a). Sin embargo, se debe evaluar en profundidad la posibilidad de presencia de alpacas en la región, dado que mediante el análisis de la morfología dentaria en el sitio Punta del Barro (1850-1350 cal ap)¹ se identificó un incisivo del morfotipo alpaca (ver Gasco, 2013a: Figura 8.21) y en la vertiente occidental de la puna de Atacama, en el sitio Tulán-54 (Formativo temprano ca. 3200-2300 ap) se ha registrado la presencia de incisivos y fibra con morfología atribuible también a alpaca (Cartajena, 2009; Nuñez et al. 2006). Sin embargo, se deberán refinar estas asignaciones mejorando el rango métrico de esta especie y/o por adna. La mayoría de los casos analizados (nisp=14) corresponde a material del Componente i (1500-2900 ap) y allí se registran todas las especies de camélidos. En el Componente iii (4300-5100 ap) los escasos datos disponibles de primeras falanges logran representar

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3. Conclusiones

Arqueología de Ambientes de Altura de Mendoza y San Juan (Argentina)

tanto a guanacos como a llamas. La ausencia de material arqueofaunístico asignado osteométricamente a vicuñas en este componente no implica la falta de explotación de dicha especie en esos momentos y tal vez esta ausencia se podría vincular con factores de muestreo. La cantidad de especímenes y el amplio rango cronológico tratado no permite evaluar la incidencia relativa de una estrategia sobre otra. Sin embargo, se destaca con confianza la evidencia de una amplia variabilidad métrica en el conjunto arqueofaunístico abordado, estableciendo la explotación de camélidos domésticos y silvestres por los grupos humanos habitantes del alero en un lapso temporal amplio.

Los estudios de integridad de la muestra establecen, por una parte, que la matriz sedimentaria del sitio arq-18 resulta corrosiva para los restos arqueofaunísticos, lo cual sumado al factor tiempo, puede explicar la ausencia de este material en los estratos correspondientes a las ocupaciones más tempranas. Los estudios de pH, humedad, meteorización, termoalteración y los índices de fragmentación y supervivencia dan cuenta de un conjunto faunístico fragmentado y afectado. Ello explica las diferencias notorias entre las primeras y últimas capas de ocupación en cuanto a la integridad del conjunto arqueofaunístico. No obstante, para las ocupaciones más tardías (a partir del Holoceno medio), fue posible generar información relevante sobre las estrategias de subsistencia adoptadas por los habitantes del sitio. En cuanto a la representación anatómica, puede generalizarse que las carcasas de camélidos fueron descartadas casi completas en el sitio, lo cual se evidencia por la representación de todas las partes esqueletales. Sin embargo, el esqueleto apendicular muestra una leve sobre-representación. Ello puede dar cuenta de una estrategia selectiva que privilegia aquellas unidades anatómicas con mayor rendimiento de grasa medular, pero que a la vez poseen un alto índice de carne. La importancia de la selección de médula se condice con una situación ambiental rigurosa, como la evidenciada para el período 3000-1800 ap, 5000-3700 ap (Veit, 1996), de mayor frío y humedad en cordillera (ver Cortegoso, 2013). Se infiere entonces el aprovechamiento completo de los animales y de sus productos: carne, transporte, piel y lana. Dicha explotación se mantuvo constante a lo largo de la secuencia de ocupación. El estudio de los patrones etarios del conjunto de camélidos brinda información relevante para apoyar la idea de uso estacional del sitio en época estival. Además, los datos obtenidos en arq-18 evidencian una explotación continuada de crías a lo largo de la secuencia de ocupación. Esta explotación, por aprovechamiento de la muerte natural y/o por sacrificio, puede vincularse al empleo de sus finas pieles y tierna carne. Estas estrategias pudieron darse tanto sobre animales domésticos como silvestres. La muestra arqueofaunística registra una escasa representación de taxones y el mayor porcentaje lo alcanzan los camélidos (Tabla 4). Por tanto, el consumo humano de recursos faunísticos se focalizó en esa familia. Esto se vincula a que dichos animales muestran la mayor abundancia y representan a los de mayor ranking entre la fauna de la región. La baja diversidad de taxones indicada resulta relativa y debe considerarse, dado que entre los camélidos se engloba a tres especies: Lama glama, Lama guanicoe y Vicugna vicugna y se condice directamente con la abundancia relativa de los recursos del ambiente. Mediante la aplicación del análisis osteométrico, innovador para el área de estudio, se ha podido establecer la explotación de camélidos tanto silvestres como domésticos por los grupos que habitaron arq-18 a partir del Holoceno medio. Se lograron evidencias

4. Agradecimientos A Erik Marsh por las lecturas del manuscrito y las sugerencias en cuanto a las gráficas; a Claudia Privitera por su colaboración en tareas de laboratorio. A los editores de este volumen, doctor Víctor Durán y doctora Valeria Cortegoso, por la invitación a participar del proyecto y por las lecturas y sugerencias para mejorar este manuscrito. A la doctora Silvana Urquiza por sus correcciones y sugerencias que ayudaron a mejorar el manuscrito. A Maitén Durán por realizar los excelentes dibujos de falanges. A Ramiro Barberena por

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contundentes para ambas especies silvestres de camélidos (guanacos y vicuñas). Su presencia como también la de aves, evidencia que la caza constituyó una estrategia de subsistencia relevante y continua a lo largo de la secuencia de ocupación. Particularmente, la explotación de las vicuñas pudo estar vinculada al aprovechamiento de sus fibras de excelente calidad. Por otra parte, se demostró con firmeza la presencia del morfotipo doméstico en el sitio (a partir del Componente iii). Ello implica, primeramente, la adopción de prácticas ganaderas dentro del período 5000-4300 ap y la trashumancia como estrategia en el manejo del rebaño, en lo concerniente al aprovechamiento de pasturas de altura en época estival. Cabe destacar entonces que los grupos que hicieron uso del resguardo llevaron adelante una estrategia de subsistencia combinada, en donde la pastoril se desarrolló tempranamente como en sitios del noa (ver Yacobaccio, 2003: Tabla 1) y la cazadora se mantuvo constante. De este modo, las actividades económicas se verían diversificadas a través de la incorporación de prácticas ganaderas, lo cual es considerado como estrategia para minimizar el riesgo (Winterhalder et al. 1999) en situaciones ambientales adversas (aridez o frío) como las registradas en la región. La ocupación del alero fue de carácter estacional, específicamente en época estival. De este modo, los habitantes del alero pudieron aprovechar los recursos faunísticos silvestres disponibles mediante la caza, además de las pasturas para los rebaños de llamas y la obtención de materias primas, entre otros. Esta ocupación estacional debió hacerse mediante la trashumancia desde zonas más bajas en donde se pudo habitar la mayor parte del año y desde la cual el acceso al alero no generó mayores dificultades (ver Lucero et al. 2013). En síntesis, este trabajo presenta el análisis de una muestra del conjunto arqueofaunístico proveniente del alero arq-18 en sus distintos momentos ocupacionales. Por factores tafonómicos, la mayor información se obtuvo para los momentos ocupacionales ocurridos a partir del Holoceno medio. Se registra un predominio absoluto de especímenes de alto rendimiento económico pertenecientes a la familia Camelidae, además de indicadores claros para la presencia de llamas, una de las especies domésticas de dicha familia. Es decir, que la estrategia de subsistencia adoptada combinó la caza de camélidos silvestres con el desarrollo de actividades productivas relacionadas con la crianza de los domésticos. Incluso, se pudo establecer el aprovechamiento específico de un conjunto de camélidos inmaduros, lo cual da indicios contundentes acerca del uso temporal estival que llevó adelante el grupo que habitó el sitio, desarrollando las actividades pecuarias y de caza. Con este estudio se pretende haber contribuido al conocimiento de la arqueología regional y específicamente al estudio de las estrategias de subsistencia mediante el abordaje sistemático de las arqueofaunas; intentando superar la dicotomía caza vs. pastoreo, comprendiendo que ambas estrategias se desarrollan dentro de un proceso de integración paulatina en grupos sociales complejos (Yacobaccio, 2001b; Núñez, 2005; Núñez et al. 2006).

facilitar una fotografía. Al geólogo Diego Winocur por sus comentarios sobre la caracterización sedimentaria del sitio. El presente trabajo fue realizado con financiamiento del Conicet, a través de una beca doctoral. Las omisiones y errores son responsabilidad exclusiva del autor.

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