Las actas municipales malagueñas como fuente para el estudio de la religiosidad durante la primera mitad del siglo XVI

May 24, 2017 | Autor: P. Ybáñez Worboys | Categoría: Siglo XVI, Málaga, Fiestas, RELIGIOSIDAD
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Descripción

Las Actas Municipales Malagueñas como fuente para el estudio de la religiosidad durante la primera mitad del siglo xv1

Pilar YBÁÑEZ WORBOYS Universidad de Málaga

La toma de Málaga por los Reyes Católicos en 1487 marcó el inicio de una nueva etapa en su evolución histórica. Sus habitantes tuvieron que asumir innumerables cambios, y entre ellos, uno de los más significativos fue el religioso: Málaga se convertía tras ocho siglos de islamismo en una ciudad cristiana. El engranaje castellano rápidamente se puso en funcionamiento: la religión vencedora debía implantarse, a la menor brevedad y con la máxima eficacia. Fue una tarea difícil y compleja que necesitó tiempo para consolidarse . . Dentro de la política religiosa se priorizó la celebración de las festividades eclesiásticas, especialmente el Corpus, por constituir la esencia viva del catolicismo. Tal decisión entrañaba una útil función pedagógica, .pues, a través del boato, la parafernalia y todo el aparato externo desarrollado en las ceremonias, se atraía y enseñaba a mudéjares y moriscos, al objeto de convertirlos y adoctrinarlos en la nueva fe; razón que les otorgaba un marcado sabor popular aderezado con grandes dosis de simbolismo y emotividad, por lo que, en ocasiones, 1 puede pensarse que, a priori, existía cierta superficialidad • Aunque este despliegue encuentra sus orígenes en la última década del siglo xv, la centuria siguiente posibilita un contexto mucho más atractivo y organizado, lo ct1al, unido a nuestro interés por la relación poder civil-fiestas, nos ha n1otivado a desarrollar este trabajo desde una óptica y cronología específicas: la participación municipal en los cultos durante el reinado de Carlos I. Para ello únicamente analizaremos los Libros de Actas Capititlares correspondientes a dicho período, debido a la riqueza documental de esta fuente seriada y a los límites formales establecidos. En base al número y calidad de las noticias recogidas, podemos vislumbrar un orden de importancia entre las diversas festividades 1. CORONAS TEJADA, L., , en Congreso de Religiosiclacl Po¡Jitlar e 11 Andaliicía, Córdoba 1994, p. 141.

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qt1e a continuación vamos a estudiar: Corpus Christi, San Luis, la Candelaria o Purificación, Sa11 Juan, la Virgen de Agosto y Nt1estra 2 Señora de la Vict0ría • El culto litúrgico al Santísimo Sacramento en Occidente hunde sus raíces en el Medievo. Si bien ya en el siglo XI encontramos las primeras manifestaciones devocionales, no será hasta dos siglos más tarde cuando la Iglesia lo consagre como festividad general para todo el mundo cristiano a través de la bula Transititrits de hoc mitnclo, prom11lgada por Urbano IV el 11 de agosto de 1264 y confirmada en 1.312 por Clemente V, aunque tardó en observarse cinco años, con el Pontificado de Jt1an XXII 3 • En España esta celebración correrá los mismos avatares cronológicos que en el resto de Europa. Así, a partir del siglo XIV, los testimonios documentales sobre las procesiones públicas de la Sagrada Forma serán cada vez más frecuentes. Con el tien1po, ~l Corpt1s se convertirá en la fjesta anual por excelencia del orbe católico, singularmente durante la ·Edad Moderna, y sobre todo, tras el cisn1a p1 otestante, y_a qt1e la adoración eucarística simboliza la lucha del dogma roma110 contra los planteamientos heréticos, consigna que en nuestra cit1dad tendrá especial incidencia al ser un pt1erto eminentemente mercantil y, por tanto, muy frecuentado por extranjeros practicantes de las más distintas heterodoxias 4 . Testimonia este discurso la figuración plástica cada vez más compleja de los fastos sacramentales, que se complican en función directa a la mayor solemnidad del c11lto. En consecuencia, la espectacularidad de la ceremonia alca11zó tal despliegue de medios, en ·1a.Málaga del XVI, que e.xigía una metict1los·a organización, responsabilidad qt1e ast1mieron las institt1ciones rectoras de la urbe: los cabildos municipal y eclesiástico. 4

Entre las causas del respaldo concejil a esta celebración habría que destacar la extraordinaria oportunidad que representaba para 2. En las actas no hemos encontrado ninguna relación o normativa general sobre el desarrollo de los cultos religiosos; hecho que, si al principio no supuso impedimento alguno, con el tiempo, al aumentar tales celebraciones en núme1·0 y complejidad, produjo cont1·oversias y malentendidos de serias consecuencias, poi· lo cual fue necesar_io regula1·Ias: en 1682 el obispo t'ray Alonso de Santo Tomás dejó establecidas las ce1·emon.ias que habían de llevarse a. cabo en la catedral o en las procesiones por tas calles malagueñas (VARIOS, Fra)' A'lo1iso ele Sa1ito To11zás y la Hacie1icla El Reti1·0, Málaga 1994, pp. 67- 114). . 3. PAREJO DELGADO, M.ª J., , en Congreso ele Religiosidacl Popitlar e1i A1iclalitcía, Córdoba 1994-, p. 196. 4. PÉREZ DEL CAMPO, L., y QUINTANA TORET, F. J., Fiestas barrocas en Málaga. Arte efímero e icleología en el siglo XVII, Málaga 1985, p. 52. ~

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adoctri nar a la población en los principios auspiciados por la Monarquía e, incluso, en los particulares intereses del Ayuntamiento. E l que hubiera cierta «manipulación política» de las festividades re li giosas por parte del Estado, fue una de las características recurrentes en todas las sociedades europeas del momento. Desde luego era una intromisión consentida, pues a cambio la Iglesia obtenía la protección estatal y el poder civil, por su parte, quedaba sacralizado, lo cual s ignificaba que la obediencia al Estado y sus representantes, aparte de un deber jurídico, constituía una obligación moral y un precepto religioso. El prestigio que suponía para la e lite local organizar una sonada jornada lúdica, cuya magnificencia quedara grabada e n la memoria de sus convecinos, fundamentó otra de las razones del apoyo municipal. De hecho, la competencia entre las más ilustres familias de la ciudad en este campo era una manera de dirimir ri validades honoríficas y ansias de prestigio 5 • E l Corpus, como casi todos Jos eventos modernos, presentaba dos facetas intrínsecamente re lacionadas: la religiosa y la profana. La primera estaba protagonizada por la proces ión solemne, que las creencias piadosas de la época consideraban la manifestación más importante del culto divino 6 . Y la segunda, por el regocijo de toros. Desde la perspecti va civil éstos son Jos actos mejor conocidos debido a Ja activa participación de la institución secular. Las actas capitulares nos ofrecen un a detallada e interesantísima información sobre la organización de estos festejos. Los munícipes malacitanos en los días anteriores a la fiesta disponían una serie de normas dirigidas a organizar la procesión. Entre los preparativos más reiterados en la documentación, destaca la provis ión de algunos de los ense res que, bien e l mayordomo o los sobrefieles de la ciudad, debían procurar a los mie mbros de la comitiva, como candelas, velas y varas. Junto a ellas hay que destacar el porteo de insignias y pendones, a los cuales siempre se reservó un lugar preferente, ya que daban un espectacular colorido a la repre5. QUINTANA TORET, F. J., «El culto eucarístico en Málaga. Ideología y mentalidad social en el siglo XVII», en Jábega, 51, Málaga 1986, pp. 27, 29 y 30, y VILLAS TI:'\OCO. S .. «El municipio malagueño en la Edad Moderna: una propuesta de método y estado de la cucstióm>, en Actas de las X Jornadas de Andalucía y América. Los cabildos andaluces y americanos. Su historia y organización actual, Sevill a 1992, p. 60. 6. Ou vEIRA DE SousA, A., «A festa popular e as suas relacoes com o Poder Local: a fes ta do Corpo de Deus», en Actas do Con.gresso. Municipalisrno e Desenvolvimiento no Noroeste Peninsular, Marco de Canaveses (Portugal) 1992, p. 12.

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sentación 7 • Asimismo, la financiaci ón de estos gastos corría a cargo del regimiento, quien se preocupaba de su libramiento y de que no se cometieran abusos, como se constata en el siguiente texto: «Mandó la gibdad se hagan las velas para e l día de Corpus Christi y que se conpren y libren lo que costare en los propios y que se halle presente al peso vno de los señores sobrefieles y que no se den a los cavalleros que no fueren a la yglesia para yr con la pr0
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