Las 50 leyes del poder

September 20, 2017 | Autor: P Morales | Categoría: Power, Robert Greene
Share Embed


Descripción


1

Las 50 leyes del poder
Todo el mundo desea tener poder sobre algo, sobre alguien o sobre todo, según sus ambiciones; sin embargo, para obtenerlo no es estrictamente necesario utilizar la fuerza física como en épocas primitivas sino optar por la sutileza y la astucia al actuar, de manera que, podamos dispersar el engaño que estamos utilizando como medio para ejercer el poder. Se trata de "(…) burlar a sus adversarios y desbaratar los planes de éstos de la forma más sutil y disimulada posible." (Greene, 2010) tal como lo han hecho diversos personajes a través de la historia como César Borgia, Henry Kissinger, Otto von Bismarck, Isabel I y Cleopatra, por mencionar algunos.
Robert Greene expone en su libro "Las 48 leyes del poder", algunas formas de obtener y conservar el poder, mismas que están ejemplificadas a través de casos históricos exitosos y desastrosos que sirven de referencia al lector pero que no pretenden dictar un instructivo para tener acceso al poder sino dejar a consideración de quien las interprete la forma en que utilizará dichas leyes. Igualmente, al final de cada ley expone la invalidación de la misma, con excepción de algunas que no la tienen, demostrando que no en todas ocasiones el seguir una u otra ley garantiza la obtención de poder.
La obra comienza proponiendo que entrar al juego requiere esfuerzo y práctica que permitan desarrollar las aptitudes necesarias para dominar el poder y pretende que a través de dicha práctica se dominen las habilidades básicas de:
Controlar las emociones
Distanciarse del momento presente y reflexionar objetivamente sobre el pasado y el futuro
Jugar con las apariencias
Tener paciencia
Aprender a ver las circunstancias en lugar de 'el bien' o 'el mal'
Estudiar y comprender a la gente
Disimular la astucia

A través de este escrito, se analizarán las leyes propuestas por Greene para lograr incorporar las habilidades básicas en la vida diaria, qué se debe hacer y qué no se debe hacer para alcanzar el poder y se expondrán dos leyes adicionales de elaboración propia a manera de completar las 50 leyes del poder.





La primera lección que Greene expone se vincula con el disimulo de la astucia y el juego de las apariencias para con nuestros superiores, en la Ley #1 "Nunca le haga sombra a su amo" invita a no opacar a quien jerárquicamente se encuentra superior a nosotros, por el contrario, promueve que los hagamos parecer más brillantes. Esta ley asegura que todos los amos desean brillar más que la gente por lo que debemos concederles gloria haciéndolos destacar y, de esta forma, tendremos el poder sobre su imagen.
Por otra parte, en algunas ocasiones será necesario disimular nuestra astucia e incluso nuestra personalidad ante un amo inseguro, a modo de evitar que se sienta opacado; es un error pensar que uno puede hacer lo que desee sólo porque el amo ha manifestado algún tipo de aprecio. Disimular nuestras fortalezas no representa debilidad sino una estrategia para alcanzar el poder.
De manera contraria a la ley, uno puede hacerle sombra a un amo decadente e incluso, acelerar su caída y actuar hábilmente para superarlo.
La siguiente ley destaca la habilidad de controlar las emociones y estudiar a la gente a través de la Ley #2 "Nunca confíe demasiado en sus amigos, aprenda a utilizar a sus enemigos". Es necesario controlar el cariño por los amigos o el odio hacia los enemigos y estudiarlos a profundidad a modo de saber con quién nos estamos relacionando y qué podemos obtener de ellos. La ley señala que los amigos, presos de la envidia, son los primeros en traicionarnos, mientras que los enemigos buscarán ganarse su lugar con méritos. Por lo general, el amor y la amistad suelen impedirnos ver nuestros propios intereses, por lo que resulta fundamental controlar estos sentimientos y analizar a las personas objetivamente.
Contrario a la primera ley, cuanto más favores y halagos se les hagan a los amigos, estos se mostrarán más ingratos e irrespetuosos por el contrario, un enemigo que pretende probarnos lealtad o superioridad, será capaz de actos inimaginables por conseguirlo. De esta manera, la ley nos invita a hacer las paces con un enemigo para ponerlo a nuestro servicio, al tiempo que evaluamos la confianza en nuestros amigos.
Aunque hay ocasiones en las que es más conveniente usar a un amigo que a un enemigo, no hay que descuidar que los amigos tienden a confundir los límites debido a la confianza que se les ha dado.
En relación con el disimulo de la astucia, la Ley #3 "Disimule sus intenciones" sugiere mantener oculto el propósito de nuestras acciones por medio de una nube de humo. Para lograr obtener poder a través de esta ley, es necesario emitir señales contradictorias que dispersen la atención de la gente de modo que, si quisieran entorpecer nuestras acciones, cuando sean capaces de descifrar nuestro objetivo ya sea demasiado tarde para ello. Propone el aparentar una idea opuesta a la que en realidad perseguimos e incluso hablar de nuestros deseos y objetivos que, evidentemente, no serán los verdaderos.
Esta ley invita a ganar la confianza de los paranoicos y los desconfiados debido a la facilidad para engañarlos y distraer su atención con elementos cotidianos mientras llevamos a cabo nuestros planes a sus espaldas. No obstante, es necesario cuidarnos de ser percibidos como estafadores ya que ello nos restaría credibilidad y dificultaría la ejecución de esta ley.
Al disimilar nuestras intenciones, también es necesario considerar la siguiente Ley # 4 "Diga siempre menos de lo necesario" a través de la cual se puede evitar revelar nuestras ideas o intenciones finales. Señala que la grandeza y el misterio residen en no decirlo todo ya que una persona que no es capaz de controlar lo que dice, refleja su incapacidad de controlarse a sí misma y por tanto no merece respeto.
Saber jugar con las apariencias es una habilidad necesaria para la ejecución de esta ley pues, al decir menos de lo necesario, una persona puede parecer más grande y poderosa de lo que verdaderamente es, generando una apariencia de poder. Igualmente, es imperativo controlar cada una de nuestras palabras ya que una vez pronunciadas, es imposible retirarlas.
Por otra parte, las palabras pueden actuar como una cortina de humo para engañar al adversario, inventándonos una imagen débil y menos inteligente que le hará creer que no estamos en condición de atacarle y bajará la guardia ante nosotros.
Si cuidar nuestras palabras es importante, cuidar nuestro prestigio es vital, tal como lo señala la Ley #5 "Casi todo depende de su prestigio; defiéndalo a muerte" pues es el mismo prestigio el que puede intimidar y hacernos ganar. La quinta lección invita a no ignorar las dudas que se siembran en torno a nuestra reputación sino a derribarlas de manera astuta. Habrá ocasiones en que baste con refutarlas pero habrá otras en las que será necesario maquilar un plan para ridiculizar al contrincante y limpiar nuestra imagen a través de hechos y no de palabras. Si nuestra reputación es sólida, es posible utilizar la sátira o el sarcasmo contra nuestro contrincante.
Es de suma importancia trabajar en establecer nuestra reputación basada en alguna cualidad destacada que nos diferenciará del resto y por la cual se nos reconocerá. Dado que el prestigio es la piedra angular del poder, esta ley no admite invalidación.
Si buscamos que se nos reconozca por alguna cualidad particular, resulta conveniente lo estipulado en la Ley #6 "Busque llamar la atención a cualquier precio" a manera mantenernos siempre en primer plano a través del sensacionalismo, el escándalo o el misterio pero sin descuidar nuestro prestigio.
La aplicación de la sexta ley requiere que aprendamos a atraer la atención a partir de una cualidad o de nuestra propia imagen, sin embargo, no hay que perder de vista la primera ley al tratar de llamar la atención frente a un individuo jerárquicamente superior a nosotros. En ocasiones será necesario soportar una agresión o una difamación antes que permitir ser ignorados pero si se es ignorado, será oportuno atacar a quien sea más visible para lograr atraer la atención a partir de su persona y, posteriormente, renovar la nuestra.
Si el misterio es la vía por la cual accederemos a la atención, requiere menos esfuerzo que lo anteriormente analizado pues, el misterio per se llama la atención de inmediato al no poder ser captado en su totalidad. Para atraer la atención por medio del misterio, es necesario hacer algo que los demás no puedan explicar fácilmente o que derive en múltiples interpretaciones. Al utilizar el misterio es necesario cuidarnos de no ser percibidos como sospechosos o falsos.
La lección concluye en no mostrar ansias de llamar la atención ya que esto nos proyectará como personas inseguras y, por ende, ahuyentaremos al poder.
La paciencia, como una de las habilidades fundamentales para acceder al poder, se expresa a través de la Ley #7 "Logre que los otros trabajen por usted, pero no deje nunca de llevarse los laureles" cuyo fin es que utilicemos la inteligencia, conocimiento y trabajo de los otros para nuestros fines, para lo cual tendremos que ser pacientes hasta que se consume la intervención de los otros y poder usarla a nuestro favor o bien, podemos utilizar aquello que fue hecho en el pasado como fuente de conocimiento y sabiduría.
Por el contrario, si nuestro poder no está bien cimentado, es poco inteligente utilizar el trabajo ajeno pues se nos puede calificar de fraudulentos.
La siguiente lección requiere dominio sobre el juego de las apariencias, la paciencia y el estudio de la gente para lograr la Ley #8 "Haga que la gente vaya hacia usted y, de ser necesario, utilice la carnada más adecuada para lograrlo", en términos de Maquiavelo, el fin justifica los medios para atraer a la gente, no debemos ser quienes vayamos a ellos sino quienes los atraigamos a nuestro territorio. La atracción de la gente no debe ser causada por el temor sino por que desear sernos simpáticos o agradables, de esta manera ya estamos controlando sus acciones e implícitamente, están siendo útiles para lograr nuestros objetivos.
Es necesario saber esperar ya que forzar a la gente a venir hacia nosotros, rompería el flujo 'natural' de las cosas, causando resentimiento de quienes se sintieran obligados a estar cerca de nosotros. En ocasiones es más oportuno no esperar y atacar sorpresivamente, lo que impedirá que nuestro contrincante tenga suficiente tiempo para planear un movimiento en contra nuestra.
Lograr que la gente venga hacia nosotros puede ser fruto de nuestras acciones o de nuestros argumentos, o de la suma de ambos. No obstante, hay que tener en consideración la Ley #9 "Gane a través de sus acciones, nunca por medio de sus argumentos" que sugiere que un argumento verbal no tiene la misma fuerza que una acción: una explicación puede causar tedio, mientras que una acción puede convencer casi al instante.
Para beneficiarnos de esta ley, es fundamental entender que nuestra posición se impone a través de nuestras acciones, por lo que es imperativo analizar los efectos que tendrán a largo plazo. La ley sugiere que se usen símbolos a manera de reforzar nuestro mensaje sin necesidad de palabras y que causarán un efecto emocional en aquellos que estén presenciando nuestras acciones.
Esta ley se invalida cuando es necesario argumentar para distraer cuando somos sorprendidos en alguna mentira, de esta manera enredaremos a la otra persona y salvaremos nuestro prestigio.
Para desarrollar las habilidades de reflexionar sobre el futuro, evaluar las circunstancias y estudiar a la gente, es necesario poner en acción la Ley #10 "Peligro de contagio: evite a los perdedores y los desdichados", que nos permitirá alejarnos de quienes pudieran transmitirnos su desgracia y acabar con nuestro camino hacia el poder.
Frecuentar a personas ganadoras y felices es mejor estrategia que aquella de ayudar a los desvalidos y subestimar el peligro de contagio que nos representan con sus personalidades débiles y tóxicas. Para mitigar nuestros defectos, es importante no frecuentar a quienes los comparten.
Es necesario controlar nuestras emociones para poder alejarnos de aquellas personas que lejos de beneficiarnos, representan un obstáculo para nosotros. Además de controlar nuestras emociones, es útil controlar las de los demás y ejercer la Ley #11 "Haga que la gente dependa de usted", si logramos que la gente dependa de nosotros, nos mantendremos independientes.
Causar la dependencia de los otros hacia nosotros es posible mientras no demos más información de la necesaria, si somos los únicos que sabemos hacer determinada actividad o poseemos información que nadie más posee, les resultará imposible deshacerse de nosotros y tendremos el poder de hacer que hagan lo que nosotros queramos.
La ley se invalida en nuestra propia dependencia hacia los otros por lo que hay que mantener un grado de libertad que nos permite vivir libremente en lugar de ser prisioneros de dichas dependencias.
Vale la pena destacar que la invitación de esta lectura no es a tornarnos hipócritas o falsos, sino a utilizar distintas herramientas para obtener poder, muestra de ello es la Ley #12 "Para desarmar a su víctima, utilice la franqueza y la generosidad en forma selectiva". La onceava lección sugiere distraer a las víctimas para ganar tiempo y espacio para articular nuestros planes sin que lo noten, un acto generoso los hará dispersar toda sospecha que tuvieran hacia nuestra persona.
Manipular las emociones de los demás debe llevarse a cabo cautelosamente para evitar ser sorprendidos y causar desconfianza. Para que el efecto de esta ley pueda cumplirse, es necesario que nuestra reputación no haya sido manchada previamente para que el acto generoso sea creíble.
La Ley #13 "Cuando pida ayuda, no apele a la compasión o a la gratitud de la gente, sino a su egoísmo" es una clara expresión de realismo al sugerir que es necesario presentar al otro el beneficio que obtendrá al colaborar con nosotros, es más factible que alguien se preste a brindarnos ayuda o a colaborar con nosotros si ello le representa un beneficio inmediato o futuro. Se debe ser cauteloso al aplicar esta ley pues, es necesario evaluar a la persona con la que estamos tratando y asegurarnos de no ofender su sentido de caridad.
Si bien el realismo nos conduce a velar por nuestros intereses, a veces al procurar los mismos es necesario jugar un doble papel, como estipula la Ley #14 "Muéstrese como un amigo pero actúe como un espía". A través de preguntas indirectas podemos descifrar las intenciones y debilidades de las demás personas y jugar el papel de espía al tiempo que quedamos como amigos frente al otro. La técnica requiere cautela para evitar sospechas y para analizar, al mismo tiempo, la lealtad y sinceridad de la gente. No hay que perder de vista que no somos los únicos jugando un doble papel, es imperativo tener en cuenta la cuarta ley y no hablar más de lo necesario para evitar ser espiado o suministrar información falsa para desviar la atención de nuestros objetivos e ideas.
Probablemente un espía se camufla como un falso amigo, condición que nos obliga a estudiar constantemente a la gente que nos rodea y conocer una parte de su integralidad para deducir qué clase de persona es. Si descubrimos un enemigo, es conveniente utilizar la Ley #15 "Aplaste por completo a su enemigo". Sin importar la situación, el enemigo debe ser privado de toda oportunidad de perseguirnos y es más importante aún cuando se trata de un amigo que se ha convertido en un enemigo. Al someter al enemigo a nuestra voluntad, no les dejamos opción para maniobrar aunque es más conveniente dejar que se autodestruyan y nos eviten gastar energía en ello.
Tanto en la economía como en el poder: demasiada oferta reduce el precio, esta es la idea que defiende la Ley #16 "Utilice la ausencia para incrementar el respeto y el honor". Cuando ya se cuenta con cierto grado de poder, nos podemos permitir ausentarnos para generar respeto a través del miedo que puede causar nuestra ausencia. Es útil crear un esquema de presencias y ausencias para mantener la expectativa de la gente por volver a vernos. Al reducir la oferta de nuestra presencia, incrementamos el valor de la misma sin embargo, si no se cuenta con una presencia fuerte ni mucho reconocimiento, no es tan conveniente desaparecer por mucho tiempo.
Ausentarse, sin duda generará suspenso, y nos volverá impredecibles, como lo expone la Ley #17 "Mantenga el suspenso. Maneje el arte de lo impredecible" con lo que nos alejamos del control que los demás podrían tener sobre nosotros si nos comportamos de manera predecible. El suspenso nos mantendrá intimidantes e incluso, aterrorizantes debido al desconcierto de los demás ante nuestras acciones sin secuencia ni lógica aparente. Por otra parte, ser predecibles puede ser una útil cortina de humo para distraer la atención de los demás.
En la segunda ley ya se ha expuesto sobre los enemigos, en la Ley #18 "No construya fortalezas para protegerse: el aislamiento es peligroso" se aborda el tema desde el punto de la seguridad, afirmando que no es necesario aislarnos del mundo para protegernos de nuestros enemigos, por el contrario, es determinante nuestra interacción con el mundo para lograr alcanzar el poder: a mayor interacción, mayor poder. La ley sugiere mantenernos flexibles y adaptables para movernos fácilmente entre distintos círculos y lograr influir en varias esferas.
Al desenvolvernos en varias esferas, es imperativo ejercer la habilidad de comprender a la gente para saber con quién estamos interactuando y respetar la Ley #19 "Sepa con quien está tratando: no ofenda a la persona equivocada", al saber con quién tratamos, es posible determinar lo que podemos esperar de ellos pero no debemos caer en la subestimación de los mismos. Para poder manipular a alguien, es muy importante estudiarlo bien pues, aunque parezca alguien poco importante, podría tener oportunidad de cambiar su situación y convertirse en alguien poderoso e influyente.
Controlar las emociones y las apariencias son las habilidades clave en la Ley #20 "No se comprometa con nadie", pues requiere de varias técnicas que nos permitan mantener cerca a la gente sin necesidad de someternos a sus deseos y, por el contrario, someterlos a los nuestros. Mantener un poco de distancia, lejos de generar resentimiento, genera respeto como lo ejemplifica la ley 16. Es posible interactuar con dos competidores sin deberle compromiso a ninguno pues, involucrarse en una lucha ajena, sería desgastante y nada favorecedor. La clave de esta ley reside en mantenerse independiente y evitar involucrarse emocionalmente.
Hacer sentir más brillante a alguien, no significa ningún compromiso sino una estrategia para evitar sospechas sobre nuestros planes contra ellos según la Ley #21 "Finja candidez para atrapar a los cándidos: muéstrese más tonto que su víctima". Hacerle cumplidos a nuestra víctima y mostrarnos menos brillantes nos permitirá manipularlos con mayor facilidad pues no desconfiarán de alguien 'menos inteligente' que ellos. La invalidación de la ley estipula que pocas veces es conveniente mostrar nuestra inteligencia pero, si algún día es descubierta, despertará respeto al no haber ostentado con la misma.
La Ley #22 "Utilice la táctica de la capitulación. Transforme la debilidad en poder" hace referencia a la rendición como método para alcanzar el poder. Al rendirnos, tenemos la facultad de adormecer al enemigo y la de darle la seguridad de una falsa victoria mientras nosotros ganamos tiempo para recuperar fuerza o redirigir nuestra estrategia. Se trata de doblegarnos por fuera pero mantenernos internamente fuertes, es una mentira funcional que nos permite salvarnos en un momento de dificultad para resurgir posteriormente.
Al rendirnos, lo principal es recuperar fuerza para concentrarla en algo mucho más grande, como lo indica la Ley #23 "Concentre sus fuerzas". Esta ley afirma que aquello que se cohesiona y se conecta con el pasado es mucho más fuerte que aquello que se divide. Igualmente invita a utilizar nuestras fortalezas para concentrarnos en nuestros objetivos y ambicionar, preferentemente, una cosa a la vez para cumplirla de la mejor manera. Se destaca también la importancia de no atarse a una sola fuente de poder que pudiera extinguirse y con ello, extinguir también nuestro poder.
Para relacionarnos con varias fuentes de poder, es necesario asumir actitud de cortesano de acuerdo con la Ley #24 "Desempeñe el papel del cortesano perfecto". Esta ley, estrechamente ligada con la primera, la sexta, la decimosexta y la decimonovena, cita las leyes de la política cortesana y básicamente destaca la importancia de comunicarse indirectamente y evitar ser el portador de malas noticias o críticas, sugiriendo la comunicación a través de símbolos. Igualmente, la lección radica en no exceder límites, es decir, hacer bien todo lo que se no encomiende, pero no tomar atribuciones que no nos corresponden. Es fundamental cuidarnos de no ser descubiertos en nuestras tretas y trucos.
Previamente se había expuesto el llamar la atención en la Ley #6, la Ley #25 "Procure recrearse permanentemente" tiene como idea central el forjar una identidad nueva que atraiga dicha atención y vincula el poder con el teatro pues, en ocasiones, es necesario magnificar nuestros actor a través del drama. Esta nueva identidad supone alejarnos de los límites previamente fijados por un mundo envidioso y resentido, se trata de ejercer control sobre nuestra propia apariencia y emociones.
A través de la Ley #26 "Mantenga sus manos limpias", se expone el mantener nuestra apariencia impecable y utilizar a otros como nuestros medios antes que ensuciarnos las manos. Consiste en trasladar la culpa a una figura externa y de esta manera, parecer incapaces de cometer errores, igualmente, se puede utilizar a alguien más para lograr objetivos sin que se nos involucre directamente y aplicando la séptima ley haciendo que los demás trabajen para nosotros. La cautela es la clave de esta ley pues aquel a quien hayamos encomendado una tarea, puede delatarnos en cualquier momento.
El poder se concentra en un grupo reducido de personas que, generalmente, imponen alguna idea o creencia al grueso de la población, ser la persona que formule dicha creencia hará que la gente nos siga casi con fe ciega, según la Ley #27 "Juegue con la necesidad de la gente de tener fe en algo, para conseguir seguidores incondicionales". Un grupo de adeptos, grande o pequeño, es un grupo de defensores contra nuestros enemigos. Para crear un culto eficaz es necesario mezclar la religión y la ciencia, será infalible. Por otra parte, si los adeptos descubren la trampa del culto, será el grupo entero y no uno solo quien se vuelva contra nosotros.
Evidentemente para llevar a cabo cualquiera de las leyes previamente analizadas, se necesita ser audaz, de acuerdo con la Ley #28 "Sea audaz al entrar en acción". La sugerencia de esta ley es no actuar si tenemos dudas sobre nuestro proceder pues, estas mismas se transmiten a la ejecución del plan, por el contrario, es necesario establecer nuestra autoridad y ganar respeto aunque al notarnos más audaces, quieran derrotarnos. La ley se invalida al no poder utilizar la audacia como estrategia permanente sino como un recurso en determinado momento.
En el juego del poder y en la vida diaria, resulta fundamental planear inteligentemente nuestras acciones, tomando en cuenta las consecuencias de las mismas y los obstáculos que pudieran presentarse en el camino. Tener una idea concreta de nuestro fin nos permite no distraernos de nuestro objetivo sin embargo, todo plan debe tener una alternativa en caso de que el cauce del mismo cambie, esto es lo que estipula la Ley #29 "Planifique sus acciones de principio a fin".
La naturalidad en la forma de lograr algo es mucho más valorada que aquello que parece requerir mucho esfuerzo según la Ley #30 "Haga que sus logros parezcan no requerir esfuerzos". Jugar con la apariencia de nuestras acciones nos permite disimular nuestros trucos para lograr nuestros objetivos, siempre es prudente reservar nuestras técnicas para evitar que sean usadas en nuestra contra.
Tanto como en la secrecía de nuestras técnicas como en cualquier otra situación, no debemos perder el control de las circunstancias y además, debemos incorporar a los otros a nuestro juego, esto lo expresa la Ley #31 "Controle las opciones: haga que otros jueguen con las cartas que usted reparte". Se trata de mostrarnos 'flexibles' y brindar varias alternativas que nos beneficien aunque la elección de una de ellas perjudique al otro. Se debe cuidar el no limitar drásticamente las opciones pues esto mismo limitará las propias.
Hacer que la gente escape de la realidad trágica de la vida es la propuesta de la Ley #32 "Juegue con las fantasías de la gente" que afirma que apelar a las fantasías de las masas en una fuente inmensa de poder, sobre todo en tiempos de escasez y decadencia. Estudiar la masa a la que se le suministrará la fantasía es imperativo pues, se debe presentar una idea que represente algo agradable para ellos, a modo de contar con el éxito deseado.
Estudiar a las personas tiene cuantiosas ventajas, como se ha venido explicando a lo largo de este análisis, la Ley #33 "Descubra el talón de Aquiles de los demás", no es excepción. Descubrir la debilidad o gusto culposo de una persona es un arma que nos otorga gran poder sobre la misma. Como en todo juego ventajoso del poder, existen riesgos como el de generar una acción que después se salga de nuestras manos por lo que es importante aplicar la ley 29 y planificar detalladamente nuestras acciones.
Nuestras acciones son reflejo de nuestra persona y nos otorgan un lugar en la sociedad, la Ley #34 "Actúe como un rey para ser tratado como tal", es el ejemplo de que el respeto que ejerzamos sobre nosotros mismos, será el respeto que recibiremos por parte de los otros, al igual que la confianza y la seguridad que proyectemos. Es determinante cuidar nuestra actitud pues llevarla a los extremos puede resultar desastroso, un rey no se eleva mediante la humillación de los otros.
El saber controlar nuestra actitud y nuestras emociones resulta fundamental para mantener la paciencia en espera de una oportunidad para actuar. La Ley #35 "Domine el arte de la oportunidad" invita a esperar el momento adecuado para perpetrar nuestros planes y a dejar de lado las ansias. Saber esperar requiere identificar el tiempo como 1) Largo plazo, que debe manejarse con paciencia y sus resultados serán visibles en el futuro; 2) Tiempo forzado, que sirve para alterar al otro por medio de acciones rápidas e inesperadas; y 3) Tiempo final, que es el momento de atacar y aprovechar la situación de una manera rápida y planificada.
Darle importancia a cosas que nos incomodan o estorban en nuestro camino al poder, es una pérdida de tiempo y energía, por lo que es necesario seguir la Ley #36 "Menosprecie las cosas que no puede obtener: ignorarlas es la mejor de las venganzas". El menospreciar algo que los demás saben que deseamos, nos hará parecer superiores y capaces de poner de lado nuestros propios deseos con tal de lograr nuestras metas. La aplicación de esta ley requiere de criterio para diferenciar entre aquello por lo que vale la pena luchar y lo que no.
Previamente ya se ha discutido sobre la importancia de llamar la atención, usar símbolos y de defendernos mediante acciones en lugar de argumentos, estas tácticas resultan útiles para la aplicación de la Ley #37 "Arme espectáculos imponentes". Los elementos visuales pueden ser grandes aliados para enfatizar nuestra presencia y jugar con las apariencias para que los demás no logren percibir lo que en realidad estamos llevando a cabo.
En relación al juego de las apariencias, la Ley #38 "Piense como quiera, pero compórtese como los demás" sugiere que aparentemos ser como los demás para lograr la aceptación de los mismos y no caer en lo extravagante o lo desconocido. Cuando se alcance una posición destacada, será el momento de revelar nuestras verdaderas ideas pues ya no tendremos la necesidad de encajar en un grupo y ser aceptado por el mismo.
Si manipular nuestra personalidad para ser aceptados, la Ley #39 "Revuelva las aguas para asegurarse una buena pesca", implica un reto mucho mayor: controlar nuestras emociones. Mantener la serenidad y la objetividad es una de las habilidades primordiales para ejercer el poder, además, puede utilizarse como técnica contra nuestros enemigos pues nuestra reacción calmada los desubicará. La serenidad nos permite pensar objetivamente y por ende, nos mantiene cercanos a nuestras metas. Por el contrario, al jugar con las emociones de la gente se debe tener cuidado de no estar tratando con alguien demasiado poderoso con quien no surta efecto la ley.
Con frecuencia aquello que no nos representa algún esfuerzo, nos llama la atención y lo aceptamos fácilmente. La Ley #40 "Menosprecie lo que es gratuito" invita a reflexionar sobre la treta que existe detrás de lo gratuito pues puede que haya perdido su valor o que nos implique en algún compromiso. Analizar a la gente es importante pues, de ello dependerá la manera en que los atraeremos y los engañaremos.
La Ley #41 "Evite imitar a los grandes hombres", estipula que es un error tratar de ser como alguien exitoso pues, al copiar su personalidad o sus acciones, corremos el riesgo de fracasar en el intento y quedar en ridículo. En ocasiones resulta conveniente utilizar algunos elementos del pasado, pero siempre bajo una rigurosa evaluación de lo que ello representa.
Todo problema tiene un origen del cual se pueden derivar otros problemas menos complejos, al igual que al enemigo, el problema se elimina por completo si se hace desde el origen, la ley decimoquinta se vincula de esta manera con la Ley #42 "Muerto el perro, se acabó la rabia". Resulta útil aislar el poder del enemigo separando a la víctima de la base de poder en que se apoya, una vez eliminada la fuente de contagio, se acaba la epidemia. Al eliminar un obstáculo, es imperativo asegurarnos de que este no tendrá oportunidad de neutralizarnos a nosotros.
Manipular las emociones de la gente resulta mucho más conveniente que ejercer coerción sobre ellos, es la esencia de la Ley #43 "Trabaje sobre la mente y el corazón de los demás". La persuasión puede garantizarnos efectos mucho más positivos que el uso del poder duro pues, se está trabajando directamente sobre el plano emocional del que muy pocos tienen control, y lo estamos moldeando a nuestra conveniencia.
Si trabajar sobre la mente y el corazón de los demás no parece tener resultado, se puede recurrir a la Ley #44 "Desarme y enfurezca con el efecto espejo". De esta manera aleccionaremos a través de la humillación y la burla a nuestros contrincantes, haciendo exactamente lo que ellos y desubicándolos en su proceder. Existen cuatro variedades del efecto espejo 1) Efecto neutralizador, se basa en imitar todas las acciones de los demás, limitando su actuar; 2) Efecto Narciso, se trata de fingir empatía con el otro, logrando su admiración; 3) Efecto Moral, repetir una acción de otro para que lo viva en carne propia y se avergüence; y 4) Efecto alucinatorio, se trata de aparentar una parte de la realidad causando confusión.
La renovación constante es una de las sugerencias que se presentan a lo largo de las 48 leyes, la Ley #45 "Predique la necesidad de introducir cambios, pero nunca modifique demasiado a la vez", es muestra de ello. La ley incita a hacer cambios poco abruptos para no desconcertar a la gente ni inducir una rebelión. Ligar un cambio con el pasado, quizá sea la mejor propuesta posible ya que un vacío entre ambos despertará el miedo al cambio, utilizar el pasado para satisfacer nuestros propios fines nos otorgará más poder que si lo anulamos por completo.
El constante análisis de las personas que nos rodean y las circunstancias que se nos presentan nos permite comprobar que la envidia es un elemento casi permanente en nuestra vida, por ello, la Ley #46 "Nunca se muestre demasiado perfecto", sugiere actuar mesuradamente y no actuar como si fuéramos superiores, aunque lo seamos. La estrategia que propone la ley es hacer parecer que no tenemos ambiciones y demostrar alguna debilidad o vicio inofensivo. La ley se invalida cuando la envidia ya se ha asentado y conviene demostrar la perfección y los logros para que, a través de un mensaje corto y repetitivo, el otro envidie aun más lo buenos que somos, atrapándolo en la perspectiva de la envidia.
Cada logro representa, además del peligro de la envidia, un peligro para nosotros mismos. La Ley #47 "No vaya más allá de su objetivo original; al triunfar, aprenda cuando detenerse", invita a no ambicionar desmedidamente el triunfo pues esto acarreará más envidias y problemas a nuestras vidas. Es vital la planeación estratégica de nuestros objetivos, también es necesario sincronizarnos con las circunstancias y aprender a improvisar de manera que no quedemos cegados ante los éxitos sino que sepamos alternarlos con momentos cotidianos.
La última lección es la Ley #48 "Sea cambiante en su forma". Utilizar siempre la misma estrategia y enfrentar la vida con la misma actitud nos vuelve predecibles, nada es inamovible, todo cambia. El poder sólo puede crecer si es flexible por lo que demanda cambios y evolución, sin perder de vista las metas a largo plazo y lo logrado con anterioridad. Variar las técnicas utilizadas, brindará misterio y nuestros adversarios difícilmente podrán descifrar nuestra forma de proceder.











Ley #49 "Nunca favorezca a un ingrato"
Criterio
Favorecer a quien ya sabe que es ingrato, puede acarrearle muchos problemas además, se corre el riesgo de que su ingratitud se torne en su contra. Gastará energía y tiempo de su lucha por el poder en ayudar a quien no le garantiza un ápice de lealtad.
Observancia de la ley
La zorra y el leñador
Una zorra estaba siendo perseguida por unos cazadores cuando llegó al sitio de un leñador y le suplicó que la escondiera. El hombre le aconsejó que ingresara a su cabaña.
Casi de inmediato llegaron los cazadores y le preguntaron al leñador si había visto a la zorra.
El leñador les dijo que no con la voz, pero con la mano disimuladamente señalaba la cabaña donde se había escondido.
Los cazadores no comprendieron las señas de la mano y se confiaron únicamente en lo dicho con la palabra.
La zorra, al verlos marcharse, salió sin decir nada.
El leñador le reprochó a la zorra el porqué, a pesar de haberla salvado, no le daba las gracias. La zorra respondió:
-Te hubiera dado las gracias si tus manos y tu boca hubieran dicho lo mismo.
Esopo
Claves para alcanzar el poder
Una vez que ha logrado detecta a aquellos que sin dudarlo van a traicionarlo con tal de ganar el favor de alguien más, deje de favorecerlos y busque la manera de alejarlos de su vida.
Aquel que no demuestra lealtad, por muy útil que sea, no merece ser considerado pues, si no es capaz de sentir respeto y gratitud hacia su persona, puede estar jugando el doble papel de amigo y espía, lo cual perjudicará sus intereses si le tiene demasiado cerca.
Si trata con personas que no están dispuestas ni a ser leales, ni a respetarlo ni a dar nada por usted, no pierda más tiempo y energía con ellos y deje de frecuentarlos.
Invalidación
Esta ley no admite invalidación, es imperativo deshacerse de quienes lejos de aportar a nuestra lucha por el poder, podrían perjudicarnos sin mayor remordimiento.
Ley #50 "El hábito no hace al monje"
Criterio
Si usted quiere verdaderamente tener poder, es necesario practicar diariamente las lecciones previamente descritas e ir inventando otras que le resulten convenientes, el poder no tiene leyes teóricas rígidas sino leyes prácticas.
Transgresión de la ley
¿Quién soy?
Soy tu compañía constante. Soy tu mejor ayudante o tu más pesada carga. Te impulsaré hacia adelante o te arrastraré al fracaso. Estoy a tus órdenes por completo. Puedes dejarme sin problema la mitad de lo que haces y lo haré, rápida y correctamente.
Soy fácil de manejar, sólo debes ser firme. Dime exactamente cómo hacer algo y con pocas lecciones lo haré automáticamente.
Soy el que sirve a los grandes hombres. Así también, a quienes son grandes, yo los he hecho grandes. A los que son un fracaso, yo los he hecho fracasar.
No soy una máquina, aún cuando trabajo con la precisión de una máquina con la inteligencia de un hombre. Puedes usarme para ganar o puedes usarme para la ruina; para mí, es lo mismo.
Tómame, entréname, sé firme conmigo y pondré el mundo a tus pies. Sé flexible conmigo y te destruiré.
¿Quién soy?
¡Soy tu hábito!
Claves para alcanzar el poder
No pierda oportunidad para poner en práctica lo que ha aprendido, no me refiero solamente a las leyes del poder sino de manera general. Aquello que no se utiliza, se oxida, se olvida y el tiempo y la energía que invertimos en adquirirlo representa una pérdida más que una inversión.
Usted tiene las armas para poner en práctica todo aquello que aprende, el tener los libros o haber asistido a las clases no es suficiente si no lo lleva a la práctica, se aprende mucho leyendo pero se aprende más viviendo.
Invalidación
Evidentemente esta ley no admite invalidación ni pretextos para no ponerse en práctica, es vital poner en práctica el poder y diseñar su propia estrategia para dominarlo.

Fuentes consultadas
Greene, R. (2010). Las 48 leyes del poder. (21a ed.). Buenos Aires: Atlántida.
Esopo. (2013.). La zorra y el leñador. Recuperado de http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/euro/esopo/lenyador.htm
Historias y reflexiones. (2013.) ¿Quién soy?. Recuperado de http://www.historiasyreflexiones.com/cualidades/perseverancia/quien-soy.html
Resolución de conflictos y Paola Morales Ruíz
negociación internacional A01163271
6 de noviembre, 2013






Lihat lebih banyak...

Comentarios

Copyright © 2017 DATOSPDF Inc.