Lanzarote y el ciervo de pie blanco en la tradición oral andaluza

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Descripción

Lanzarote y el ciervo de pie blanco en la tradición oral andaluza

J. Antonio Cid

Neophilologus An International Journal of Modern and Mediaeval Language and Literature ISSN 0028-2677 Neophilologus DOI 10.1007/s11061-015-9451-7

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Author's personal copy Neophilologus DOI 10.1007/s11061-015-9451-7

Lanzarote y el ciervo de pie blanco en la tradicio´n oral andaluza J. Antonio Cid1,2

 Springer Science+Business Media Dordrecht 2015

Abstract In studies on oral Spanish balladry, the ballad-type Lanzarote y el ciervo del pie blanco is an old crux, because of the apparent inconsistency of their different sections, with change of rhyme, its inconclusive ending, and the incertainty of its presumed arthurian source. The only known old text was printed in the XVIth c., but its origins can be traced back at least to the mid-fifteenth. The ballad is perhaps ultimately related with the Lai de Tyolet and a section of the Dutch Lanceloet en het hert met de witte voet. The ballad has survived in modern oral tradition, and are known several versions from the Canary Islands, Andalusia and Asturias, which show coincidence in giving to the story a ‘folkloric’ happy ending, emparentable to those found in Tyolet and Lanceloet. Andalusian versions match in the Asturian in the presence of residual elements and the mention of a no ‘functional’ character (the queen’s daughter, instigator of misleading hunting hero), which likely existed in the ‘model’ or archetype of the XVIth c. text, fragmentary and truncated. Keywords

Hispanic Ballads  Romancero  Lanzarote  Oral variants

En un trabajo publicado en 2011 sobre un romance desconocido (Caza y castigo de Don Jorge) (Cid 2011), se estudiaban las relaciones tipolo´gicas y estilı´sticas del nuevo romance con el enigma´tico tema o «ballad-type» de Lanzarote y el ciervo de pie blanco. Mi objetivo u´ltimo era someter a discusio´n el lugar comu´n, en la crı´tica, del fragmentarismo, o «fragmentismo» deliberado, en el Romancero viejo. Se aducı´a a ese propo´sito el testimonio de la tradicio´n oral moderna, de especial intere´s & J. Antonio Cid [email protected] 1

Facultad de Filologı´a, Universidad Complutense, Edificio D., Ciudad Universitaria, 28040 Madrid, Spain

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Fundacio´n Ramo´n Mene´ndez Pidal, Madrid, Spain

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en el caso del romance de Lanzarote; y en un ape´ndice final se ofrecı´a un inventario cronolo´gico de todas las versiones orales registradas desde 1914 a la actualidad, y tenidas en cuenta en el estudio. El inventario aspiraba a ser completo, pero existe en e´l una omisio´n de importancia que considero importante subsanar. Es bien sabido que el «fragmentismo» sı´ afecta, y muy gravemente, a los estudios sobre el Romancero, y, entre otros efectos colaterales, es difı´cil acceder a publicaciones de a´mbito local que ocasionalmente contienen materiales de gran relevancia. El papel centralizador que desempen˜aron durante de´cadas Ramo´n Mene´ndez Pidal y Marı´a Goyri, con su archivo actualizado hasta 1936 (y menos sistema´ticamente hasta la de´cada de 1950), y posteriormente el «Seminario Mene´ndez Pidal», no ha tenido continuidad en los u´ltimos an˜os. La precariedad de medios a que se ha visto reducida la «Fundacio´n Mene´ndez Pidal» ha imposibilitado mantener al dı´a la informacio´n bibliogra´fica y completar los corpora romancı´sticos con las versiones recogidas o publicadas desde c. 1990 hasta hoy. Sirva ello como parcial descargo de la omisio´n. Una de las publicaciones aludidas es la coleccio´n de Romances de la comarca de Baza y zonas limı´trofes (Laguna Gonza´lez-Belmonte Garcı´a 1998). Las editoras, conscientes de su especial intere´s, publican como primer texto una versio´n de Lanzarote y el ciervo de pie blanco, recogida por Marı´a del Mar Ferna´ndez Ruiz en noviembre de 1993, en SERO´N (Almerı´a), recitada por Mariana Camenforte Padilla, de 83 an˜os (pa´g. 37):

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El rey ha echado un bando por toda el Andalucı´a, que aquel que matara el ciervo se casara con Marı´a. Salio´ San La´zaro un dı´a con su silla y su c aballo; al pasar por una ermita le pregunta al ermitan˜o: —>Ha pasado por aquı´ un ciervo? —Sen˜or, por aquı´ ha pasado, comiendo manos de hombre, que otra cosa no comı´a. —Arriba, arriba, caballo, a la piedra enverdecı´’a; hemos de matar al ciervo aunque nos cueste la vida.— Dando la vuelta redonda, al montar la carabina, le pega un carabinazo que la cabeza le arriba; la ha liado en un pan˜uelo, y a la reina se la envı´a. La reina que vido aquello cayo´ al suelo mortecida Ya se celebran las bodas de San La´zaro y Marı´a.

La aparicio´n de esta singular versio´n justifica un breve examen de la tradicio´n andaluza del romance, una subtradicio´n que contrasta fuertemente con las versiones, mucho ma´s abundantes, recogidas en Canarias, y con el texto u´nico documentado en Asturias. Los textos andaluces se reducen a tres. Junto al de SERO´N, que designaremos como (C), los conocidos hasta ahora son los siguientes, que editamos segu´n los originales del Archivo Mene´ndez Pidal-Goyri, aunque cuentan ya con publicacio´n previa (Catala´n 1979). (A) Versio´n comunicada a Ramo´n Menendez Pidal por el presbı´tero Sa´ez en 1914. Ignoramos todo sobre la personalidad del colector y las circunstancias de la incorporacio´n de sus materiales al Archivo Mene´ndez Pidal-Goyri. La versio´n

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carece, como todo el resto de la coleccio´n de Sa´ez, de datos identificatorios de informantes y lugares de encuesta. Se proporciona u´nicamente la indicacio´n «Almerı´a», que hemos de suponer referida a la provincia, y no a la capital:

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Un padre tenı´a tres hijos y a todos los maldecı´a. El uno se va y se viene, el otro no parecı´a, y el otro se ha vuelto un ciervo que por los montes corrı´a, comiendo manos de hombre, que otra cosa no comı´a. El rey ha dado un bando por toda el Andalucı´a, que aquel que matara el ciervo se casara con Marı´a. Salen duques y cadetes y ninguna parecı´a. Una vez salio´ un cadete que con su espada corrı´a. Ha encontrado a un ermitan˜o y estas palabras decı´a: —Por Dios te pido, ermitan˜o, y por la Virgen Marı´a, que me digas la verdad y me niegues la mentira: >Has visto pasar un ciervo tres horas antes de dı´a? Y respondio´ el ermitan˜o con contento y alegrı´a: —Por aquı´ ha pasado un ciervo tres horas antes de dı´a, comiendo manos de hombre, que otra cosa no comı´a. —Arriba, caballo mı´o.— Y a la primera envestida le ha cortado la cabeza, se la ha llevado a Marı´a; y han celebrado las bodas con contento y alegrı´a.

6b ninguna sic en el original; acaso por ‘ninguno p.’ o ‘ninguno aparecı´a’

(B) Versio´n de BEAS DE SEGURA (Jae´n), cantada por una mujer de 84 an˜os; recogida por Francisco Romero, con Ramo´n Pons, en Segorbe (Castello´n), en abril de 1974:

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Un padre tenı´a tres hijos y los tres los maldecı´a. Y el uno se va y no vuelve, y el otro no parecı´a, y el otro s’ha vuelto un ciervo que por los montes corrı´a. Y ha echado su padre un bando por toda el Andalucı´a: «Y aquel que mate aquel ciervo se casaba con Marı´a » . Salen duques y marqueses y a todos se los comı´a. Sale Jesu´ el Nazareno con la espada enguarnecida; s’ha encontrado un armitan˜o y estas palabras decı´a: —Dime ao´nde esta´ ese ciervo ese ciervo de la guarı´’a. —Y esta man˜ana lo he visto, tres horas antes de dı´a, comiendo manos de hombre, y otra cosa no tenı´a. —Y arriba, caballo mı´o, con la espada enguarnecida; que he de matar a ese ciervo y anque me cueste la vida.— Del primer carabinazo la cabeza le derriba; la ha liado en un pan˜uelo, se la ha llevado a Marı´a; y han celebrado las bodas con mucho gusto (y) alegrı´a.

Observaciones del colector: «La recitadora aspira las –s finales, y ante vocal inicial las hace casi jotas»: 1a ‘tre jijoh’; 3b ‘tre jora janteh’. «A veces aspira la r implosiva ante l-»: 3b ‘que poh loh monteh corrı´a’ 7a ‘Jesu´ el Nazareno’, sic; -16b: «Es octosı´labo; pronuncia la y tan de´bil que hace sinalefa»: ‘gusto-(-y-)alegrı´a’

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Es evidente que, au´n contando con variantes notables entre sı´, las versiones andaluzas representan una tradicio´n unitaria. Un rasgo comu´n, y de particular arcaı´smo, es que en la tradicio´n oral andaluza pueda todavı´a reconocerse el nombre del protagonista. En Canarias y Asturias Lanzarote es sustituido por un «Baltasar» o «Don Bernardo», que en nada evocan la onoma´stica arturiana. En los textos de Almerı´a y Jae´n, en cambio, los nombres del he´roe nos sorprenden por su reinterpretacio´n «a lo divino» o a lo hagiogra´fico, «Jesu´ el Nazareno» (B) y «San La´zaro» (C), o la conversio´n en nombre comu´n, «Un cadete» (A). Sin embargo, en los dos primeros casos es fa´cil advertir la conexio´n fone´tica (L)A(N)ZAR, que nos retrotrae a un LANZAROTE en el presumible arquetipo, y en UN CADETE reconocemos la misma cantidad sila´bica y cadencia acentual, adema´s del parentesco en el sufijo, que en LANZAROTE. La diversidad e inventiva en el nombre del he´roe adoptadas en las versiones andaluzas son prueba de que estamos ante alteraciones secundarias pero no recientes ante un nombre propio que devino inso´lito e incomprensible, sin reemplazarlo, como en el resto de la tradicio´n oral moderna, por una nomenclatura enteramente ajena. Tambie´n «Gerineldo» puede convertirse en «Jardinero», «Aliarda» en «Gallarda», «Claros» en «Carlos», «Moriana» en «Marianita», y «Conde Olinos» en «Gandolin˜os». Las versiones andaluzas representan un tipo abreviado del romance, con la mitad de extensio´n que las versiones canarias ma´s completas y que la asturiana. Mantienen, sin embargo, todas las secuencias del relato: Se conserva, aunque reducida —y omitida en (C)—, la maldicio´n paterna y metamorfosis en animal de los hijos maldecidos. Salvo el convertido en ciervo, no se precisa cambio ninguno en los otros hijos, que se limitan a «desaparecer». Existe aquı´, frente a las versiones canarias, una parcial coincidencia de la tradicio´n andaluza con la asturiana, aunque aquı´ se trate de hijas, y no hijos: El buen rey, que Dios mantenga, sus tres hijas que tenı´a, 2 por un inojo que tuvo todas tres las maldecı´a. —¡Malditas se´ais, mis hijas, de Dios y Santa Marı´a!— 4 Una se metiera a moro y l’otra no parecı´a y otra se metiera a toro n’el monte del rey Sevilla. (Asturias) La caza del ciervo es propuesta por el propio rey padre, como en toda la tradicio´n moderna, y no por la dama innominada del texto del s. XVI. La tradicio´n andaluza vuelve aquı´ a relacionarse ma´s estrechamente con la asturiana que con la canaria, donde el rey se limitaba a una peticio´n verbal. Se trata ahora de un «bando» o mensaje escrito, que se difunde por «Andalucı´a» (en palabra que sustenta la rima): El rey ha echado (*dado) un bando por toda el Andalucı´a, (*Y ha echado su padre un bando) que (*y) aquel que matara el (*mate aquel) ciervo se casara (*casaba) [con Marı´a (Andalucı´a) Su padre, desque lo supo, a escribirles bien corrı´a. Una carta echo´ por Francia y otra por Andalucı´a: que el que mate al toro pinto casara´ con la infantina (Asturias)

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Se conserva igualmente la escena del encuentro con el ermitan˜o, ba´sica en el texto impreso en el siglo XVI, y presente tambie´n en la versio´n asturiana, pero omitida en parte de las versiones canarias. El final, con el «trivial» desenlace folclo´rico, es decir la muerte del ciervo y final feliz, boda incluida, que caracteriza a la tradicio´n oral moderna frente al texto quinientista, esta´ muy abreviado en las versiones andaluzas. Falta el dia´logo entre el ciervo y el he´roe, comu´n a Asturias y Canarias, y no se describe el combate entre ambos. Hay algu´n rasgo evidentemente moderno, y no muy afortunado: el «carabinazo» de (B) y (C). Es, adema´s, incongruente en (B), donde al vencedor se le presentaba armado «con la espada enguarnecida». La nueva versio´n de SERO´N ofrece la particularidad de tener un pasaje asonantado en a´-o: Salio´ San La´zaro un dı´a con su silla y su caballo; al pasar por una ermita le pregunta al ermitan˜o: —>Ha pasado por aquı´ un ciervo? —Sen˜or, por aquı´ ha pasado […] No parece que ello deba relacionarse con la existencia de una seccio´n en el texto del s. XVI que presenta el mismo asonante (vv. 5–11), pero en escena distinta y anterior a la del encuentro con el ermitan˜o. Merece, en cambio, destacarse el final de esta versio´n, por su novedad absoluta frente al resto de la tradicio´n oral: […] le pega un carabinazo que la cabeza le’arriba; la ha liado en un pan˜uelo, y a la reina se la envı´a. La reina que vido aquello cayo´ al suelo mortecida. Ya se celebran las bodas de San La´zaro y Marı´a. Los versos subrayados introducen un personaje que no habı´a aparecido antes en el relato de esta versio´n, ni existe en ninguna otra en la tradicio´n moderna. Los versos no tienen aspecto de ser «postizos» ni parecen deberse a contaminacio´n o pre´stamo de otro tema romancı´stico. Precisamente, por no responder a una necesidad interna de la narracio´n tal y como se presenta en ese texto tan abreviado, cabrı´a considerarlos como testimonio residual de un tipo de versio´n que en sus secuencias iniciales concedı´a un papel a «la reina». En los estudios sobre el Romancero es ya un lugar comu´n afirmar que la tradicio´n oral rechaza los elementos no funcionales para la narracio´n, sean personajes o acciones; y en te´rminos generales ello sin duda es ası´. Sin embargo, si estamos ante estados terminales en la transmisio´n de determinados romances, sı´ es posible que en versiones concretas pervivan elementos desfuncionalizados y que, sea por «ritualizacio´n» (Cid 1979, 328–331) o por olvido de las secuencias previas, se mantengan segmentos que son ya incongruentes o innecesarios. Se recordara´ que ya en el u´nico texto del s. XVI del romance de Lanzarote la imprecacio´n final del ermitan˜o contra la «duen˜a de Quintan˜ones» parecı´a extempora´nea y carente de sentido a no ser que se la identifique con la dama (u´nico antecedente, gramatical y narrativo, posible) que ha propuesto a Lanzarote la caza del ciervo. Sin embargo, el nombre no puede ser ma´s inadecuado, ma´s propio

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de un contexto paro´dico que heroico. Una «duen˜a» (es decir, ‘mujer de cierta edad, generalmente viuda’y sujeta a servidumbre) no podrı´a en ningu´n caso ofrecerse en matrimonio al he´roe: «Si fuese la mi ventura, / cumplido fuese mi hado: // que yo casase con vos / y vos comigo de grado, // y me die´sedes en arras / aquel ciervo del pie blanco».1 La oferta, en cambio, sı´ es creı´ble si procede, como en el Lai de Tyolet y el Lanceloet, de una «reina» o heredera de un reino. Cuestio´n distinta es que, en el romance espan˜ol, la oferta sea engan˜osa, y el ciervo ma´s que objeto de unas arras nupciales sea el instrumento de una matadora de hombres. La «reina» que, en la nueva versio´n andaluza, al saber la muerte del ciervo cae al suelo «mortecida», sin que se sepa por que´, adquiere sentido y funcio´n si se identifica con la male´fica instigadora de la cacerı´a: su «amortecimiento» tiene lugar al conocer el triunfo de San La´zaro-Lanzarote, y el fracaso de su plan. En la tradicio´n oral moderna del romance sabemos bien que quien propone la caza del ciervo es siempre el rey o padre, y no una dama o reina. Pero no es novedad que en el Romancero unas versiones «dialoguen» con otras, y que las completen y problematicen, aunque sean de tiempos y espacios muy distantes. Postular conexiones «gene´ticas» para los versos aislados de la versio´n almeriense serı´a un ma´s que probable salto en el vacı´o. Sin embargo, en otro lugar he intentado probar que la tradicio´n oral moderna de Lanzarote y el ciervo de pie blanco no deriva del texto impreso en 1550, que, adema´s de ser trunco en el desenlace, es inconexo y defectuoso en sus secuencias iniciales. La tradicio´n moderna ha actuado tambie´n de forma reductiva (unificando, por ejemplo, los roles del rey-padre y la dama) ante un relato acaso en exceso complejo, pero lo ha hecho muy posiblemente a partir de un arquetipo distinto, en el que el papel de la «reina» -(duen˜a) era explı´cito o ma´s claro. Ese arquetipo, adema´s de conservar el desenlace (todo lo trivialmente folclo´rico que se quiera, pero primitivo y necesario) pudo muy bien contener un comienzo mejor estructurado. De ese comienzo es otro eco posible la enigma´tica alusio´n final en la versio´n asturiana. Una vez que el he´roe ha vencido al ciervo, o toro, e´ste […] con el fervor de la sangre de esta manera decı´a: —Si me matas, don Bernardo, es por la disgracia mı´a, la hija del Aldrago´n man˜ana se casarı´a. (Sua´rez Lo´pez 1993) Creo posible puntuar el texto de otra forma: «…disgracia mı´a.—//La hija del Aldrago´n…»; puesto que veo ma´s lo´gico que el verso final no forme parte del parlamento del animal moribundo, y sea el desenlace conclusivo de la voz narradora. En cualquier caso, esa «hija del Aldrago´n» habra´ de identificarse con «la infantina», que era el premio al cazador victorioso («que el que mate al toro pinto/casara´ con la infantina»); pero ni el rey recibı´a ese nombre, ni se menciona a ningu´n «Aldrago´n» en el comienzo de la versio´n asturiana. El nombre, al margen de sus aparentes resonancias artu´ricas (Uther-Pandragon), sean o no casuales, tenı´a lo´gicamente que figurar en una secuencia previa donde se proponı´a la queˆte, y, 1

Por alguna razo´n que no se me alcanza, Guy Le Strange (1920: 23–24) publico´ en su antologı´a el romance con el tı´tulo de « Romance de Quintan˜ones » , y afirma que ‘‘The Dutch [?] Ballad ends with a mighty curse on the Lady Quintan˜ones’’ (184).

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nuevamente, permite vislumbrar un texto antecesor ma´s completo que el que nos ha llegado, y diverso del de la Silva de 1550. En suma, son precisamente los elementos residuales, minoritarios y desfuncionalizados, los que acaso ma´s permitan profundizar en la diacronı´a de la transmisio´n oral del Romancero. References Catala´n, D. (1979). El romancero de tradicio´n oral en el u´ltimo cuarto del siglo XX. In D. Catala´n, et al. (Eds.), El Romancero hoy: Nuevas fronteras (pp. 217–256). Madrid: Gredos. Cid, J. A. (1979). Recoleccio´n moderna y teorı´a de la transmisio´n oral: El traidor Marquillos, cuatro siglos de vida latente. In D. Catala´n, et al. (Eds.), El Romancero hoy: Nuevas fronteras (pp. 281–359). Madrid: Gredos. Cid, J. A. (2011). Caza y castigo de Don Jorge frente a Lanzarote y el ciervo de pie blanco: El ‘fragmentismo’ y los ‘romances-cuento’. La Coro´nica, 39(2), 61–94. Laguna Gonza´lez, M., & Belmonte Garcı´a, D. M. (1998). Romances de la comarca de Baza y zonas limı´trofes. Granada: Port Royal, 1996 (2a ed. 1998). Le Strange, G. (1920). Spanish ballads. Cambridge: Cambridge University Press. Sua´rez Lo´pez, J. (1993). Una versio´n asturiana de Lanzarote y el ciervo de pie blanco. Revista de Dialectologı´a y Tradiciones Populares, 48, 163–174.

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