La vivienda obrera como patrimonio arquitectónico. El caso de Vizcaya, 1911-1936

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Descripción

ARQUITEC TUR A PAT R I M O N I O Y C IU DAD Miguel Ángel Chaves Martín (Dir.)

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ARQUITECTURA, PATRIMONIO Y CIUDAD

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ARQUITECTURA, PATRIMONIO Y CIUDAD Miguel Ángel Chaves Martín (Dir.)

EDITA: Grupo de Investigación Arte, Arquitectura y Comunicación en la Ciudad Contemporánea. Universidad Complutense de Madrid COLABORA: Departamento de Historia del Arte y Patrimonio. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Madrid © De los textos: sus autores © De la presente edición: Grupo de Investigación Arte, Arquitectura y Comunicación en la Ciudad Contemporánea (UCM) REVISIÓN DE TEXTOS: Estíbaliz Pérez Asperilla, Olga Heredero Díaz MAQUETACIÓN: NMyK Creativos IMPRESIÓN: Discript S.L. Madrid ISBN: 978-84-606-9565-3 DEPÓSITO LEGAL: M-23110-2015 PRIMERA IMPRESIÓN: junio de 2015 Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Los Editores no se responsabilizan de la selección y uso de las imágenes incluidas en la presente edición, siendo responsabilidad exclusiva de los respectivos autores.

ÍNDICE

ARQUITECTURA, PATRIMONIO Y CIUDAD. MIRADAS CRUZADAS ..................................................................................................................

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Miguel Ángel Chaves Martín

LA AUTENTICIDAD EN LA RESTAURACIÓN DE LA ARQUITECTURA: UN DEBATE PERMANENTE DESDE VIOLLET HASTA DESPUÉS DE NARA ................................................................................................ 15 Javier Rivera Blanco

CONSERVACIÓN DE LA CIUDAD Y RIESGO SISMICO: EJEMPLOS DE LA RECONSTRUCCIÓN EN LOS ABRUZOS (ITALIA) ................................ 35 Claudio Varagnoli

EL PATRIMONIO INDUSTRIAL DE BARCELONA: TRES VISIONES (1979/1986/1998) ............................................................................... 47 Antoni Vilanova

MANANTIALES, ACUEDUCTOS Y HUERTAS EN LA CONFORMACIÓN DEL TEJIDO URBANO DE AGUASCALIENTES, MÉXICO ............................ 55 Alejandro Acosta Collazo

UNA PROPUESTA URBANA PARA MADRID. EL URBANISMO DE FALANGE ......................................................................................................... 61 Felipe Asenjo Álvarez

LA FUNDICIÓN DE BRONCE DE LOS EX TALLERES DEL FERROCARRIL DE AGUASCALIENTES, MÉXICO ........................................................... 71 Marlene Barba Rodríguez

JUEGOS EFÍMEROS EN EL BOSQUE URBANO DE LA CASA DE CAMPO EN MADRID ............................................................................................ 79 Carmen Blasco Rodríguez, Ángela Souto Alcaraz

VALENCIA Y LA DESTRUCCIÓN DE LA CIUDAD CONVENTUAL ....................................................................................................................... 85 Inés Cabrera Sendra

EL CORAZÓN DE LA CIUDAD COMO LUGAR DE EXPRESIÓN: REFLEXIONES DELREFLEXIONES DEL OCTAVO CIAM ................................................................................................................................... 93 Emilio Cachorro Fernández

EL IMPACTO VISUAL DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES EN LAS POBLACIONES Y EL PAISAJE CAMINO DE SANTIAGO EN ESPAÑA ..................................................................................................................................................... 99

DEL

Pilar Chías Navarro, Tomás Abad Balboa, Manuel de Miguel Sánchez, Ernesto EcheverríaValiente, Paz Llorente Zurdo, Gonzalo García-Rosales

LA IMAGEN DE SAN LORENZO DE EL ESCORIAL DESDE LAS ORDENANZAS DE CARLOS III ........................................................................ 105 Pilar Chías Navarro, Tomás Abad Balboa

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ARQUITECTURAS EXPOSITIVAS EN PELIGRO. EL RECINTO FERIAL DE LA CASA DE CAMPO DE MADRID ....................................................... 113 José de Coca Leicher

AGUA Y ESCENOGRAFÍA URBANA EN LAS EXPOSICIONES UNIVERSALES HASTA 1929 .................................................................................. 123 Francisco del Corral del Campo

EQUIPAMIENTO PÚBLICO Y DESARROLLO URBANO EN ZARAGOZA (1900-1950): EL HOSPITAL MIGUEL SERVET DE FERNANDO GARCÍA MERCADAL ............................................................................................................ 131 Jesús Escribano Marquina

CIUDADES MEDIAS, PATRIMONIO MUNDIAL Y PAISAJE URBANO.UN ANÁLISIS DE LAS INTERVENCIONES URBANAS Y ARQUITECTÓNICAS COMO RECLAMO EN EL CASO PORTUGUÉS .................................................................................................. 137 Blanca del Espino Hidalgo

LÉON JAUSSELY: DE LA TRADICIÓN BEAUX-ARTS AL URBANISMO MODERNO ............................................................................................. 145 Beatriz Fernández Águeda

ARTE Y GENTRIFICACIÓN. LA CULTURA COMO SUPUESTOMOTOR DE LA RENOVACIÓN URBANA .................................................................. 155 Unai Fernández de Betoño Sáenz de Lacuesta

LA MODERNIZACIÓN DE LA CIUDAD HISTÓRICA: LA AVENIDA DE LA CONSTITUCIÓN, GRAN VÍA DE SEVILLA ............................................ 161 Alberto Fernández González

PATRIMONIO MONUMENTAL Y CONSERVACIÓN EN LA ESPAÑA DEL DESARROLLISMO: LA LABOR DE PEDRO A. SAN MARTÍN MORO EN LA CIUDAD DE CARTAGENA .......................................................................................... 169 Silvia García Alcázar

LA VIVIENDA OBRERA COMO PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO. EL CASO DE VIZCAYA, 1911-1936 .......................................................... 177 Ana Julia Gómez Gómez, Lorea Ariadna Ruiz Gómez, Javier Ruiz San Miguel

LA CIUDAD COMO LABORATORIO: LOS POBLADOS DIRIGIDOS DE MADRID ................................................................................................. 187 María del Puig Guillem González-Blanch

MUSEOS Y ESPACIOS URBANOS: METÁFORAS, FUNCIONES E INTERVENCIÓN EN LA CIUDAD .................................................................. 191 Ángeles Layuno Rosas

MANUEL GOMES DA COSTA Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA IMAGEN MODERNA DE FARO ............................................................................. 203 Miriam Lousame Gutiérrez

CONSERVACIÓN AMBIENTAL VERSUS FACHADISMO ...................................................................................................................................... 211 José Luque Valdivia, Izaskun Aseguinolaza Braga

CRONOLOGÍA Y DESCRIPCIÓN DE LA ALCAZABA DE LA ALAMBRA ............................................................................................................. 217 Adelaida Martín Martín

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LA PROTECCIÓN DE LOS MONUMENTOS HISTÓRICOS ARTÍSTICOS EN MURCIA. EL CASO DEL EDIFICIO EL CONTRASTE ............................ 225 Joaquín Martínez Pino

ARQUITECTURA RELIGIOSA EN LA COSTA DEL SOL: UNA MODERNIDAD OLVIDADA .................................................................................... 233 José Ignacio Mayorga Chamorro

LA EVOLUCIÓN DE LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA EN ESPAÑA A TRAVÉS DE LA BIENAL ESPAÑOLA DE ARQUITECTURA Y URBANISMO .............................................................................................................................................................................. 239 Manuel de Miguel Sánchez , Paz Llorente Zurdo

LOS ORÍGENES DE LA ARQUITECTURA COMERCIAL EN BARCELONA: LA ADAPTACIÓN LOCAL DE LOS MODELOS EUROPEOS Y NORTEAMERICANOS (1836-1907) ......................................................................................................... 247 Joan Molet Petit

ALEXANDER BRODSKY: DEL PAPEL AL DESVANECIMIENTO ................................................................................................................ 257 Fernando Moral Andrés

EL RETO DE EXPLICAR LAS DOS CIUDADES DE EDIMBURGO ........................................................................................................................ 265 Jesus Oliver-Bonjoch Oliver

EL MERCADO DE LAS ATARAZANAS DE JOAQUÍN RUCOBA, ENTRE LA CONSERVACIÓN PATRIMONIAL Y LA RENOVACIÓN URBANA MALAGUEÑA DEL SIGLO XIX ........................................................................................................................... 273 Isabel Ordieres Díez

EL PATRIMONIO MONUMENTAL COMO ESCENOGRAFÍA. EL PALACIO DE CARLOS V Y LA ÓPERA EN LOS FESTIVALES DE MÚSICA Y DANZA DE GRANADA .......................................................................................................... 281 Milagros Palma Crespo

LA ARQUITECTURA POPULAR EN MÉXICO, EL FENÓMENO DE LAS INFLUENCIAS EXTERNAS EN EL CAMBIO DE SU TIPOLOGÍA Y LA FORMACIÓN DE UN NUEVO PATRIMONIO ................................................................................................................. 289 Alma Pineda Almanza

“PRESTIGIO Y ECONOMÍA”: UNA MIRADA A LA HISTORIA DEL CONSUMO Y SUS ESPACIOS EN ASTURIAS A TRAVÉS DE LOS GRANDES ALMACENES AL PELAYO (OVIEDO) ...................................................................................................................... 297 José María Rodríguez-Vigil Reguera

HACIA UNA RELECTURA DEL HÁBITAT. LA COLECTIVIDAD COMO ESTRATEGIA ............................................................................................. 309 Verónica Rosero

EL CONJUNTO DE SOBRELLANO EN COMILLAS: UN EJEMPLO DE SIMBIOSIS ENTRE ARQUITECTURA Y PAISAJE ............................................ 313 Antonio Sama

ESPACIOS IMANTADOS ................................................................................................................................................................................ 323 Mara Sánchez Llorens

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TRANSFORMACIÓN DEL PAISAJE URBANO FERROVIARIO Y AVE .................................................................................................................. 331 Francisco Segado Vázquez, Rafael García Sánchez, Juan Manuel Salmerón Núñez

LA CONTRIBUCIÓN DEL GRAN ALMACÉN CLÁSICO AL ENTENDIMIENTO Y LA PRODUCCIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO DE LA CIUDAD COMO ESPACIO ARTÍSTICO ................................................................................................................................................... 337 Rafael Serrano Sáseta

RECONVERSIÓN DEL MERCADO CENTRAL DE MELILLA. UNA ESTRATEGIA URBANA Y PATRIMONIAL ............................................................ 345 Ángel Verdasco

EL PRIMER PLAN ESTRATÉGICO DE VALENCIA (EL PEV 1995). UN SISTEMA INNOVADOR PARA EL IMPULSO DE LA RENOVACIÓN URBANA .................................................................................................. 349 Vicente Vidal Climent

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LA VIVIENDA OBRERA COMO PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO. EL CASO DE VIZCAYA, 1911-1936

A NA J ULIA G ÓMEZ G ÓMEZ L OREA A RIADNA R UIZ G ÓMEZ J AVIER R UIZ S AN M IGUEL Universidad de Málaga

1. INTRODUCCIÓN La ciudad de Bilbao, capital de la provincia de Vizcaya, se encuentra ubicada en un pequeño valle atravesado por la ría del Nervión. Los montes que rodean a la ciudad forman dos cadenas montañosas, una al sur con los montes de Cobetas y otro al noreste presidido por los montes de Artxanda. Esta orografía forma los límites naturales del municipio por lo que ha condicionado a lo largo de la historia el crecimiento urbano de la ciudad. El suelo en Bilbao siempre ha sido un bien escaso y caro. Durante el siglo XIX y principios del XX Bilbao experimentó una fuerte industrialización gracias a la extracción del hierro, que convirtió a la capital vizcaína en la ciudad mas rica del norte de España, y en la segunda región mas industrializada del país, después de Barcelona. El progresivo auge industrial hizo que los empresarios necesitaran contratar a mayor número de obreros, de tal forma que ante la oferta de trabajo acudieron de manera masiva jornaleros en busca de un salario. Los destinos principales eran las minas de los montes de Triano, la Margen Izquierda del Nervión y Bilbao. Tanto las autoridades municipales como los empresarios de Bilbao y de los pueblos industriales (Basauri, Arrigorriaga, Barakaldo, Sestao, Portugalete, Erandio…) se encontraron con una complicación que no habían previsto: dar cobijo a una población que aumentaba de manera desmesurada. La vivienda existente no era suficiente, por lo que aparecieron los primeros

problemas de alojamiento. Los mineros, peones y obreros fueron los que más sufrieron esa carencia. Además, Bilbao y los pueblos cercanos habían perdido muchos inmuebles durante los bombardeos de la Segunda Guerra Carlista (1872-1876), por lo cual la falta de habitación, aún era más acusada. En ese escenario el alojamiento que se podía ofrecer era realmente exiguo y malo. A los mineros y peones se les hacinó en miserables barracones de madera levantados a pie de mina o de fábrica. Se trataba de unos cubículos mínimos que compartían 20 hombres. No existía canalización de aguas, por lo tanto no tenían agua corriente y tampoco había retretes. No tenían cocina, contaban únicamnete con un hornillo para preparar la comida; no había dormitorios y dormían en míseros jergones. La construcción del barracón era pésima, tablas de madera claveteadas unas a otras, no había ventanas y el único vano para que entrara luz y aire era la puerta. Por otro lado, el alojamiento para los obreros que se habían trasladado con su mujer y los niños, tampoco era mucho mejor. En este caso procuraban alojarse en pisos. Pero había mucha demanda y poca oferta, y los precios eran abusivos. El salario de los obreros era exiguo, por lo que solo les alcanzaba para alquilar una habitación con derecho a cocina. Los inmuebles disponibles para el proletariado eran de dos tipos: en el centro urbano en donde encontranban buhardillas, sotabancos y a veces sótanos en edificios de viviendas burguesas. De manera que en

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un mismo edificio se daba una estratificación social (Bassegoda, 1973; Basurto, 1996: 96). La otra opción, era la de alquilar en los extrarradios urbanos, en bloques construidos específicamente para obreros. La primera, fue habitual en las grandes ciudades, a pesar de las opiniones que se oyeron en contra. El arquitecto Mariano Belmás fue uno de ellos y abogaba por la segunda opción, la de zonas específicas para obreros en la periferia urbana y cerca de las fábricas1. Se amparaba en la idea paternalista, defendida desde el gobierno por la burguesía conservadora, que veía en el sistema mixto un peligro de que el obrero quisiera copiar el lujo y la ostentación de la clase alta y ello fuera motivo de levantamientos sociales. En Vizcaya la disgregación del proletariado se hizo de manera sencilla, debido a las condiciones del relieve que ofrece Bilbao que apenas deja espacio para el desarrollo de los suburbios, por lo que éstos se extendieron en lo que se conoce como el Gran Bilbao2, a lo largo de ocho o diez kilómetros Ría abajo, sobre todo en su margen izquierda (García, 1987: 703-730). Por otra parte, conviene no olvidar que las principales actividades industriales de Bilbao, las que generaban mayor volumen de población proletaria se situaban en esas zonas: Luchana, Baracaldo, Sestao y zona alta de Portugalete. Por eso, el Ensanche de la capital vizcaína reflejaba perfectamente la transformación económica y social de las clases acomodadas, con elegantes edificios, mientras que los suburbios en las afueras, con inmuebles para obreros no incidían para nada sobre el centro bilbaíno.

2. L A ESTAMPA INDUSTRIAL La estética de los edificios para obreros se caracterizaban por la monotonía, la falta de decoración, grises, sin colorido y presentados en grandes bloques de pisos, sin ningún atractivo, similares a los de cualquier ciudad industrial. En cuanto a los interiores decir que eran pequeños, oscuros, sin comodidades y sin baño. Solían tener un inodoro en el descansillo de la escalera. 1

En el I Congreso Nacional de Arquitectos, celebrado en Madrid en mayo de 1881, presidido en su sesión inaugural por el rey Alfonso XII, ya se trató sobre el barrio obrero, y si era adecuado establecerlo en los extrarradios o si era preferible que el obrero compartiera inmueble con personas de otras clases sociales. Mariano Belmás participó en dicho congreso, mostrándose contrario a éste último planteamiento. Fue introductor de la idea de construcción barata, y planteó la vivienda de baja densidad para obreros. 2 Por Gran Bilbao se entiende el conjunto de municipios que existen a lo largo del Nervión hasta su desembocadura y que conforman el eje industrial de Vizcaya.

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Esta pieza fue imponiéndose muy lentamente en cada vivienda a partir de 1900, debido a la obligatoriedad de las leyes sobre higiene que a tal fin se promulgaron (Gómez, Ruiz y Ruiz, 2010: 23)3. Pero a partir de 1911, la imagen de los barrios obreros de Vizcaya va a cambiar. Irán apareciendo en las laderas de los montes de Bilbao y de los pueblos del corte de la ría, una serie de viviendas que sorprenden por alejarse de la estampa de edificios en altura, grises y sin encanto. Surgen en las verdes faldas de los montes, una serie de conjuntos urbanos formados por casas de baja densidad. Es una imagen atípica y sorprendente para una zona sobrepoblada en donde el suelo es exiguo y de elevado precio. Se trata de hermosas urbanizaciones basadas en la ciudad jardín, concepto que llega de Inglaterra a través de las teorías de Ebenezer Howard (1898)4 y que buscaba el modo de conseguir una vida mejor y más saludable. Estas urbanizaciones que aparecen en los montes de Archanda y Cobetas están formadas por casas unifamiliares, bifamiliares y pequeñas hileras de casas adosadas, con jardín delantero y trasero, que forman conjuntos urbanos pintorescos y elegantes, en donde las viviendas tienen una sólida factura, con fachadas bien orientadas soleadas, aireadas y de cuidada estética. Si todo esto sorprende, aún la sorpresa se intensifica cuando confirmamos que estas atractivas casas que crean tan alegres conjuntos urbanos fueron cons-truidas, en la década de 1920, por y para obreros. Cuando estudiamos sus interiores el asombro aumenta porque poseían un alto nivel del confort que en aquel momento existía: luz eléctrica, agua corriente, cocina económica con agua caliente, alicatado en cocina y baño; como mínimo tenían cuatro dormitorios, y el ansiado cuarto de baño con retrete, todo un lujo para aquella época… Además solían contar con terrenos comunitarios destinados a jardines y paseos, y también a huertas. Estos son los barrios motivo de nuestra investigación, se trata de construcciones edificadas entre 1911 y 1936 bajo el amparo de la denominada Ley de Casas Baratas. En Vizcaya, entre 1911 y el comienzo de la Guerra Civil se proyectaron mas de 60 barrios de Casas Baratas, más que en 3 Dependía de la traída de aguas de cada municipio, por lo que la entrada en vigor de la ley variaba de unos a otros. Así hasta 1904 en Baracaldo no se administró el Reglamento Municipal de Higiene. 4 El padre de la ciudad jardín fue Ebenezer Howard, explica su teoría en su libro Tomorrow.

ANA JULIA GÓMEZ GÓMEZ, LOREA ARIADNA RUIZ GÓMEZ, JAVIER RUIZ SAN MIGUEL

Madrid o Barcelona. Pero no es el número lo importante, sino la excelente calidad y factura estética con la que se realizaron, probablemente las mejores, en este tipo de viviendas de toda España. Aún hoy en día se conservan en perfectas condiciones con un alto valor residencial. Desde esa perspectiva, estos barrios nos incitan a buscar respuestas ante las muchas dudas que nos surgen: ¿Por qué se construyeron urbanizaciones en baja densidad para obreros?, ¿Eran realmente baratas, o salieron caras?, ¿Qué es la Ley de Casas Baratas?, ¿Quiénes fueron los protagonistas de estos proyectos?, ¿Quiénes los patrocinaron?, ¿Por qué la calidad constructiva fue tan elevada?, ¿Por qué se usó la estética de casas burguesas y no obreras? A la luz de estas cuestiones, intentaremos dar respuesta a estas y otras dudas y dar a conocer un modo de trabajo que transformó lo que en principio parecía una utopía, pero que se convirtió en realidad. Una realidad que ha perdurado hasta la actualidad y que es parte del patrimonio arquitectónico de Vizcaya y que sin duda, conformó la imagen del Bilbao industrial de principio del siglo XX.

3. L A INSALUBRIDAD Para entender porqué y como se construyeron las viviendas descritas, es conveniente conocer las causas que obligaron al gobierno español, a promulgar las Leyes de Casas Baratas. El proceso que se vivió en España fue similar al que habían vivido otros países industrializados, unas décadas antes. Ningún país industrial, ya fuera europeo o americano, tuvo un crecimiento constructivo acorde con el crecimiento demográfico. En España, y concretamente en el País Vasco el aumento demográfico sufrió una progresión desbordante en los pueblos y ciudades en los que se ubicaron las industrias. En cifras el caso de Bilbao fue espectacular, a principios del siglo IXI, en 1.800, la villa bilbaína tenía 8.107 habitantes, a mediados de siglo que es cuando empiezan a pedir mano de obra con la creación de dos importantes factorias5 el censo había alcanzado casi los 18.000 habitantes y en 1.900, llegó a los 80.000, cifra que se duplicó en las primeras décadas del siglo XX.

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En 1856 se funda Nuestra Señora del Carmen, propiedad de la familia Ibarra y aunque no estaba ubicada en Bilbao la fábrica generó importantes negocios y pequeñas empresas en Bilbao. En 1872, Ibarra se asocia con capitales ingleses y crea la compañía Orconera Iron Ore. Es el momento del despunte siderúrgico en torno a la ría.

Las opciones de habitación para los obreros eran las que ya hemos mencionado. Siempre se trataba de mínimos cubículos, deficientes en calidad constructiva y sin ninguna medida salubre. Esta forma de habitar generó serios problemas higiénicos que, unidos a las pésimas condiciones de trabajo, mala alimentación y calidad de vida a la que estaban sometidos los obreros, desembocaron en importantes deficiencias sanitarias, con la aparición y propagación de diversas enfermedades contagiosas y graves epidemias. Ya en 1832, en Londres y París, sufrieron la terrible epidemia de cólera, posteriormente se desarrolló tifus, tuberculosis,… de nuevo en 1848 les azota por segunda vez un nuevo brote de cólera. España tampoco se libró de pandemias, el cólera llegó en 1.885 con terribles consecuencias, siendo la zona industrial y minera de Vizcaya la más castigada con una alta tasa de defunciones. En esta zona el contagio entre peones y obreros parecía inevitable al vivir hacinados en barracones. Las estadísticas comparadas de mortalidad de los años centrales del siglo XIX indican, de manera bastante elocuente, que vivir en una ciudad industrial significaba tener una vida más corta (Rule, 1990: 135-136). Los niños de la clase obrera eran propensos a una mortandad prematura, alcanzando unos porcentajes mucho más altos que entre los de la clase media (Navascues, 1993)6. Los problemas estaban encadenados. La falta de vivienda desembocaba en problemas de higiene y salubridad que a su vez desencadenaron en los de sanidad, y estos llevaron al conflicto social.

4. EL CONFLICTO SOCIAL La clase obrera veía como la burguesía se enriquecía mientras ellos mal vivían. Las airadas voces de mineros y obreros pronto se oyeron. Pero de protestas verbales pasaron a protagonizar huelgas y paros, el proletariado se organizó y formalizaron sus reivindicaciones. En casi todos los lugares industriales, el primer 6 Existen estudios de distintas zonas industriales, a lo largo del siglo XIX y primeras décadas del XX, que enumeran la cantidad de enfermedades y epidemias, así como el número de muertos que se producían en las zonas obreras. Es de destacar al médico e higienista Benjamín Ward Richardson, qué publicó Enfermedades de la vida moderna y un año después una utopía destinada a divulgar las teorías de la higiene, titulada Hygeia. Este último fue un libro muy popular y difundido, que sirvió como guía didáctica en aquel tiempo. Como ejemplo, sirva mencionar que Julio Verne, en la primera edición de Los Quinientos millones de la Bégum, publicada en París en 1879, se inspira en las ideas del médico higienista. A éste respecto, y con relación a La Ciudad Lineal de Arturo Soria, quién parece que fue lector de Verne y de Richardson (Navascues, 1993).

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punto de reivindicación era el de la vivienda digna, por delante del salario y del sueldo. La situación de Vizcaya era similar a la vivida en Inglaterra, Francia, Alemania, Dinamarca o Bélgica y, ocurría lo mismo al otro lado del Atlántico, pongamos de ejemplo el caso de New York7. Y en todas partes, a la par de las voces obreras también se oyeron la de los intelectuales (Pérez, 1990: 120-124), médicos, periodistas8, fotógrafos9, artistas10, filósofos, arquitectos, urbanistas, higienistas… (Gómez, Ruiz y Ruiz, 2011: 20-41) que apoyaban las reivindicaciones de los obreros mostrándose en contra del modo en el que se vivía en los núcleos industriales. En Vizcaya las reflexiones de médicos (Enrique de Areilza), de arquitectos (Ramón Bastida, Ismael Gorostiza, Santos Zunzunegui, Estanislao Segurola..), y de periodistas se dirigían en la misma línea: la de reclamar una mejora en la vivienda obrera. La pluma de Ramón Belausteguigoitia que había sido corresponsal en Londres (1918), y era redactor en la La Gaceta del Norte y en el diario Euskadi, defendía la vivienda para obreros de baja densidad, y las ciudades jardín inglesas. Los consideraba los modelos apropiados para el País Vasco11. 7

En New York también hubo que solucionar el problema de la vivienda para los inmigrantes que llegaban sobre todo de Europa. En el barrio de Lower East Side, se ha mantenido un buen ejemplo de vivienda obrera, es un edificio de 1860, que acogió a los trabajadores alemanes que llegaron a New York, es la representación de un momento muy determinado del progreso de la ciudad en la actualidad se considera patrimonio cultural de la ciudad. 8 Los periódicos se hacían eco diario de la situación de los conflictos laborales. Fueron numeras las plumas que escribieron sobre ello. Un pionero en las cuestiones sociales fue Friedrich Engels. Cuando vivió en Inglaterra (1842-1844) ejerció el periodismo escribiendo para la prensa inglesa y colaborando con periódicos continentales, en ellos reflejaba los resultados de su investigación sobre el modo de vida del proletariado. Quedó tan horrorizado de la vida de los obreros, que recabó informes de los médicos, las denuncias de la iglesia y las de la prensa, y publicó en 1845, La condición de la clase trabajadora en Inglaterra. 9 El fotoperiodismo tuvo una influencia decisiva en la opinión pública. En Nueva York, reporteros gráficos como Jacob Riis o Lewis Hine provocaron con sus fotografías una crítica social importante. El primero consiguió sensibilizar a la clase alta neoyorkina con la publicación de sus fotos en un libro titulado: How the Other Half Lives: Studies among the Tenements of New York. Sus imágenes fueron tan realistas e impactantes que impulsaron importantes reformas sociales en la ciudad como fue la rehabilitación de barrios y zonas deprimidas de la ciudad, el cierre de refugios insalubres e inseguros, la creación de vivienda obrera y la creación de parques y zonas verdes sanas. Así como la creación de un sistema de educación centralizado. 10 Artistas y caricaturistas como el francés Honoré Daumier, que trabajó para los periódicos: La Silhuette; La Caricature o Le Charivari, realizó grabados de crítica social. En la misma línea Gustave Dore, también francés, trabajó en Londres para la editorial Grant & Co y publicó el libro de grabados titulado London: A Pilgrimage, en donde muestra las primeras ciudades obreras y la suma pobreza y marginalidad en la que vivían los obreros en Londres. 11 Vierte sus observaciones en la revista La Construcción Moderna, véase números desde el 17 al 22.

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El Estado español no pudo hacer oidos sordos, y llegados a este punto de enfermedades y conflicto social, el gobierno junto con las instituciones y la patronal se pusieran de acuerdo y decidieron que había que construir viviendas para la clase trabajadora. No se complicaron mucho ya que miraron a Europa y Estados Unidos, y estudiaron las soluciones que se habían dado en otros países. Las actuaciones inglesas y francesas, fueron pioneras y sirvieron de ejemplo para el resto de naciones. A mediados del XIX Gran Bretaña había promulgado la ley Labouring Haouses Act, para proporcionar viviendas a los obreros. En Francia, en 1889, lo hicieron a través de la Societé française des habitations a bon marchè. En ambas naciones se siguió la tipología de casas unifamiliares basadas en las ciudades jardín. El gobierno español siguió esos ejemplos después de consultar a los médicos higienistas y a los arquitectos, y en 1911 promulgó la Primera Ley de Casas Baratas.

5. L AS VIVIENDAS OBRERAS C ASAS BARATAS

ACOGIDAS A BENEFICIOS ECONÓMICOS:

La Casas Baratas fueron viviendas destinadas a obreros, peones y empleados, que se construyeron acogiéndose a una serie de beneficios fiscales y económicos que otorgaba el gobierno a través las leyes de Casas Baratas. El propósito de la ley era que los obreros se organizaran en cooperativas, sin ánimo de lucro, con el único fin de construir sus casas, éstas debían de ser de calidad y acabarían siendo de su propiedad. Pero para beneficiarse de las aportaciones económicas los obreros cooperativistas debían constituirse legalmente en Sociedades Cooperativas, con sus Estatutos y Reglamentos aprobados y firmados por el Ministerio de Trabajo. Las Casas Baratas, a nivel formal, tienen unas características constantes: En su mayoría eran construcciones de baja densidad, formando colonias y barrios de casas adosadas, pareadas o unifamiliares, con jardín alrededor. Como hemos indicado anteriormente este es el modelo que se exportó de Inglaterra y Francia, y el que recomendaba el gobierno español, pero la ley permitía la construcción de casas en altura. A pesar del poco suelo edificable en la zona industrial vizcaína, solo se construyeron 8 cooperativas de casas baratas en alta densidad de las más de 60 cooperativas proyectadas. En cualquier caso, tanto unas como otras eran viviendas higiénicas y confortables con una alta exigencia de calidad. Cada vivienda

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debía tener al menos 3 dormitorios uno para el matrimonio, otro para los hijos varones, y otro para las chicas. Además era importante que tuvieran una habitación comunitaria (comedor o sala) y una amplia cocina; una pieza fundamental fue el baño, con el el inodoro como elemento imprescindible. Respecto a la ubicación, por lo general estaban en la periferia urbana, siguiendo los consejos higienistas se buscaba terrenos baratos pero bien orientados, soleados y aireados. Se procuraba que estuvieran cerca de los centros de trabajo y del núcleo urbano para poder hacer uso de comercios, escuelas, iglesias… La ley de 1911 fue la primera que promulgó el Estado, como hemos ido indicando lo hizo con el fin de apaciguar los conflictos laborales durante el Trienio Laboral de José Canalejas. Dichas ofertas estaban encaminadas a contener el avance del movimiento obrero, sobre todo de corte anarquista (semana trágica de Barcelona 1909), y la conjunción socialista-republicana celebrada en el mes de noviembre de 1909 (Barreiro, 1991; Gómez y Ruiz, 2004). La ley concedía al obrero un préstamo con un interés al 3%, con un plazo de amortización a 30 años. Les concedía el 55% del valor del terreno y el 70% del coste de edificación. Pero se trataba de una ley muy farragosa y compleja, mal redactada y difícil de entender, por lo que los obreros fueron reacios a solicitar esas ayudas. Aunque la razón principal por la que los obreros no solicitaron las socorros estatales, es que se les exigía tener 3.000 pesetas ahorradas para comenzar las obras. Juntar esa cantidad para un obrero era verdaderamente difícil. En 1921, el Estado modificó la ley y promulgó la 2ª Ley de Casas Baratas. El articulado tampoco se planteó con claridad y la construcción continuó sumida en una gran crisis. Aunque como veremos a continuación, durante esos años se estaba gestando la solución, y precisamente se hacía desde la Diputación vizcaína. En 1924 se promulga la 3ª Ley de Casas Baratas, y va a ser el momento de esplendor para estas construcciones. De las poco más de 60 barriadas proyectadas en Vizcaya y de las 57 que realmente se construyeron, 51 se hicieron a partir de 1924. En gran medida, el éxito se debió a la participación del ministro de trabajo Eduardo Aunós, que supo conseguir un consenso entre las ideas socialistas y las capitalistas. El ministro utilizó la ley para conseguir el apaciguamiento social en zonas industriales conflictivas. Puso mucho interés en integrar al obrero en la estructura de trabajo, consideró que si el proletariado era propietario se alejaría de los círculos revolucionarios y que el sentimiento de clase se desvanecería.

Aunós fue un espléndido estratega y un magnífico propagandista, acudía a las cooperativas de casas baratas el día que se inauguraban, se fotografíaba con los vecinos y se difundía el acto en la prensa. Utilizó a los periódicos para presentar al Estado como el mediador social al ayudar a los obreros a obtener una vivienda en propiedad. A la ley de casas baratas de 1924 le sucedió la de 1925, que se le cambió el nombre para pasar a llamarse Casas Económicas, y que incluía ayudas para la clase media, refiríendose a funcionarios, empleados de banca, escritores, artistas… Las críticas no tardaron en dejarse oir, porque se veía la intencionalidad de hacer desaparecer la verdadera política social, y que las ayudas no recayesen en los que realmente la necesitaban. Las condiciones de crédito que ofertaba el Estado eran buenas desde la 1ª ley de Casas Baratas, pero los obreros no las pedían porque existían dos importantes inconvenientes. Uno el ya mencionado ahorro de 3.000 pts, que enseguida subió a 4.000 pts. El segundo inconveniente fue que en el supuesto que pudieran reunir esa cantidad de dinero, para comprar el terreno y comenzar las gestiones y las obras, a los pocos meses se veían obligados a parar la obra al no poder hacer frente al gasto de compra de material; pagar tasas; pagar a los gremios… Esta falta de liquidez se producía porque los préstamos estatales, con los que se suponía que iban a hacer frente a la construcción, tardaban en llegar casi tres años. A demás, la legislación indicaba que una vez empezada la obra si la paraban perdían el derecho a obtener los beneficios de la Ley. Por lo tanto, era una especie de círculo de inconvenientes lleno de trabas que no ayudaban en absoluto a solicitar la ayuda de la ley.

6. E N VIZCAYA SE SOLUCIONA EL PROBLEMA DE MANERA INNOVADORA Este problema fue resuelto en Vizcaya, gracias a la intervención de su Diputación. Fue Indalecio Prieto, que en aquel momento era diputado socialista en Vizcaya, quién se interesó por conocer los motivos del problema desde que se promulgó la 1ª Ley. Una vez estudiado el caso, Prieto jugó un papel destacado porque planteó ayudar a los obreros para que no dejaran pasar las ventajosas ayudas estatales. Habló con Ramón de la Sota, diputado nacionalista12, y llevaron una moción en conjunto que 12

Ramón de la Sota, fue presidente de la Diputación y del Círculo de Mineros. Así mismo, tuvo relación directa con la presidencia del Banco de Bilbao y con la del Banco Vizcaya, y por mediación suya se fundó la Caja de Ahorros Vizcaína, de la cual también fue presidente.

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LA VIVIENDA OBRERA COMO PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO. EL CASO DE VIZCAYA, 1911-1936

sacaron a delante. De este modo, la Diputación vizcaína optó por anticipar a los obreros la cantidad que les hacía falta para poder solicitar la ayuda estatal, además, también les adelantaba la cantidad hipotecaría que el Estado tardaba en mandar, para que no tuvieran que parar las obras. Así, la Diputación hizo de intermediaria entre los cooperativistas y el Estado. Para agilizar los trámites y gestionar correctamente la cuestión económica, la Diputación creó una entidad bancaria con carácter social y funda la Caja de Ahorros Vizcaína el 19 de enero de 1921. Para facilitar aún más las cosas, la Diputación abrió una oficina con un servicio completamente gratuito para asesorar y formalizar toda la documentación entre los cooperativistas y el Estado. Las leyes de casas baratas eran tediosas y, a veces confusas en su articulado, por lo que en dicha oficina estudiaron todos los pormenores legislativos para poder explicar bien su contenido y ayudar a los solicitantes. En ese sentido hubo un punto del articulado de la ley muy beneficioso para los obreros y que desde la Diputación aconsejaron que lo siguieran: la ley premiaba con una reducción del presupuesto de coste de la vivienda en una proporción de al menos el 10%, si los propios cooperativistas trabajaban en la construcción de sus viviendas. El Gobierno consideró la iniciativa de la institución vizcaína ejemplar y muy provechosa por lo que decidió generalizar el sistema vasco en toda España. El 20 de diciembre de 1924 incluyó a través de Real Decreto la fórmula de empéstito ideada por la Diputación vizcaína. Los medios de comunicación locales y estatales se hicieron eco de esta fórmula, y Eduardo Aunós ayudó a la campaña propagandística con el fin de que el resto del Estado siguiera el ejemplo vasco.

7. LAS CASAS OBRERAS COMO PATRIMONIO DE LA CIUDAD En este apartado vamos a intentar esclarecer cuales fueron los motivos por los que los barrios obreros se convirtieron en piezas de bienes patrimoniales de Vizcaya. Sin lugar a dudas, la primera razón recae en la cuestión arquitectónica. Los obreros, y arquitectos vascos apostaron por unas casas cuya estética y calidad se acercaba más a las propuestas de las casas burguesas que a las de los obreros. La segunda razón fue la organización cooperativista que se produjo en Vizcaya, en donde los obreros trabajaban al unísono buscando el bien común de todos los asociados. 182

Fig. 1 – Sociedad Cooperativa de Casas Baratas Buena Vista. Fuente: J. Ruiz

Comenzando con el aspecto estético veremos como la elección del estilo fue diferente entre unas zonas y otras. Así, los cooperativistas de Bilbao eligieron principalmente el Estilo Neovasco y el Estilo Inglés, y pidieron a sus arquitectos que utilizaran esos lenguaje para sus casas. El Estilo Neovasco es una tendencia arquitectónica que se inspira en la arquitectura vernácula del País Vasco: el caserío, la casatorre y el palacio vasco. Las primeras construcciones que se realizaron siguiendo los parámetros neovascos fueron encargos de la burguesía, que quería mostrar su nuevo estatus social con hermosas y elegantes casas, amén de subrayar y defender la identidad vasca. El estilo derivado del caserío era muy fácil de adaptarlo a casas de baja densidad, por lo que la clase media que intentaba imitar a la burguesía eligió este formato para sus casas y, lo mismo ocurrió con la clase obrera. La aportación del estilo neovasco a las casas baratas se basa principalmente en: tejado a dos aguas; frontones con entramado de madera y txori-toki (huecos de ventilación en el frontón); los portalones con arcada de medio punto y dovelas; balcones con antepecho de madera y contraventanas de madera. Un punto importante es indicar que los mismos arquitectos que trabajaban para la burguesía, también lo hicieron para los obreros y proyectaron casas baratas. Fue el caso de: Faustino Basterra Zabalaurtena (Sociedad Cooperativa de Casas Baratas Alonsótegui) o (Sociedad Cooperativa de Casas Baratas El Cadagua), José María Basterra Madariaga y Emiliano Amann (Sociedad Cooperativa de Casas Baratas Tximilarre), Tomás Bilbao (Sociedad Cooperativa de

ANA JULIA GÓMEZ GÓMEZ, LOREA ARIADNA RUIZ GÓMEZ, JAVIER RUIZ SAN MIGUEL

Fig. 2 – Sociedad Cooperativa de Casas Baratas Altos Hornos. Baracaldo Fuente: J. Ruiz

Fig. 3 – Sociedad Cooperativa de Casas Baratas La Esperanza. Baracaldo Fuente: J. Ruiz

Casas Baratas La Mutual) o (Sociedad Cooperativa de Casas Buena Vista) (fig. 1).

Cooperativa de Casas Baratas Diques de Euskalduna), Emiliano Amann (Sociedad Cooperativa de Casas Baratas La Dinamita) o Tomás Bilbao (Sociedad Cooperativa de Casas Baratas Panaderos).

En cuanto al Estilo Inglés indicar que el bilbaíno tuvo predilección por él y se identificaba con la estética británica, sobria y elegante. En Bilbao se consideraba “lo inglés” como sinónimo de modernidad y confort. Dentro de la arquitectura inglesa las dos tendencias preferidas fueron el Old English y el Queen Ann. El Old English se caracteriza por su imagen pintoresca y popular. Las fachadas presentaban diferentes formas y tamaños los hastiales se decoraban con entramados de madera. Jugaban con ventanas de diferentes tamaños, y les gustaba incluir miradores (oriel window, bow window y bay window). El estilo Queen Ann se aleja de la rusticidad del Old English y es más urbano, ofrece una elegante imagen más simétrica y regular. La arquitectura inglesa estaba unida al concepto urbano de pintoresquismo, ubicando a las casas en un entorno cuidado rodeado de jardines, plazoletas, y calles recoletas con arbolado, buscando una imagen enfática y de connotaciones campestres. El arquitecto bilbaíno Manuel María de Smith fue el máximo introductor del estilo inglés y artífice insigne, de este lenguaje para su selecta clientela (Paliza, 1988). Pero, también, fue el ejecutor del magnífico proyecto de Casas Baratas para los Obreros de Altos Hornos de Vizcaya (1916). La veintena de arquitectos vascos, que construyeron casas baratas, utilizó el lenguaje británico en mayor o menor medida. Entre ellos hay que destacar a Diego Basterra (Sociedad

Las cooperativas de la Margen Izquierda del Nervión, una zona mucho más industrial, no sintieron tanto interés ni por el estilo neovasco ni por el inglés. Se decantaron por una tipología racionalista, a la que hemos denominado barracón liso. Se basaba en el funcionalismo acercándose más a las vanguardias europeas, en la línea de las teorías alemanas y a los planteamientos de Bruno Taut y Martín Wagnern en la Siedlung Britz, de Berlín. En cuanto a la segunda razón por la que estos barrios los consideramos patrimonio cultural de Vizcaya, es porque la organización cooperativista funcionó especialmente bien. En Vizcaya fueron los obreros los verdaderos promotores de las casas baratas. De todas las propuestas presentadas en la provincia solo 11 no fueron por iniciativa obrera. Los obreros vizcaínos fueron promotores y constructores, y fueron los auténticos artífices en 46 barriadas, ellos las gestionaron y dieron alojamiento a más de 1.633 familias. Los obreros se organizaron siguiendo unas claves, en primer lugar tenían muy claro que el fin de la sociedad cooperativa que fundaban tenía como único objetivo “proporcionar a cada uno de sus asociados casa propia y facilitarles los auxilios económicos necesarios para la reparación y mejora de sus casas y para el cumplimiento de las obligaciones que contraiga y pudiera contraer la Cooperativa” (Estatutos de la Cooperativa de Casas baratas “Santa Ana”: 3-4). 183

LA VIVIENDA OBRERA COMO PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO. EL CASO DE VIZCAYA, 1911-1936

No existía ánimo de lucro, solo el fin de construir sus viviendas a través de las ayudas estatales, con el objetivo que fueran de calidad y que acabaran siendo de su propiedad. Por ello tenían que trabajar al unísono. Uno de los aspectos que más unió a los socios fue el del trabajo en la obra. Al terminar su jornada laboral en la fábrica, trabajaban en la obra para abaratar costes. De manera que explanaban el terreno, cimentaban, levantaban muros… esta labor se computaba en pesetas, siendo el valor de la hora trabajada una peseta. Cuando se daba el caso que un cooperativista no podía trabajar su turno, normalmente se llegaba a un acuerdo con algún compañero para que le realizara el trabajo. Sin duda, el espíritu cooperativista se forjó durante esos años, y sobre todo, se crearon férreos lazos de amistad y camaradería, con un alto valor del trabajo en equipo. Los socios entendieron la importancia de la ayuda y la protección entre cada uno de los miembros de la cooperativa, y ese apoyo mutuo fue la base para conformar un grupo humano cohesionado y de buena vecindad que ha perdurado a lo largo de los años. En esa línea, podemos indicar que en más de una cooperativa se produjeron situaciones apuradas. Así, hubo algunos socios que sufrieron serios accidentes cuando trabajaban en la obra, dejándoles postrados en cama durante meses. Sus compañeros no solo trabajaron sus horas sino que, además, cubrieron sus cuotas mensuales (cada socio aportaba al mes 10 pesetas para hacer frente a gastos de tramitación, gestiones e imprevistos). Los cooperativistas trabajaban en la obra sin saber que casa iban a habitar lo que generaba un amor hacia toda la urbanización. Una vez finalizada la obra, y con los permisos de habitabilidad ocupaban las casas tras un sorteo público que, realizaban en una jornada completamente lúdica, donde se hacía la entrega de llaves a cada uno de los socios cooperativistas. Por lo explicado hasta ahora podemos decir que las Casas Baratas de Vizcaya se constituyeron en construcciones simbólicas de una época y por otra parte, produjeron una imagen representativa del consenso social entre tipos de comunidades distintas. Por un lado entre la burguesía y el proletariado, y dentro de este último entre el ubicado en núcleos eminentemente industriales y en núcleos rurales, con clara diferenciación en posiciones ideológicas. En este sentido, es importante señalar que los distintos estilos arquitectónicos y desarrollos planimétricos se adaptaron a 184

Fig. 4 – Sociedad Tximilarre. Galdacano. Fuente: J. Ruiz

los valores simbólicos asentados en cada zona. Esos valores alegóricos se alimentan de una estética y de una ideología, de manera que coincide que en zona rurales (Alonsótegui, Gueñes, Galdácano…) y con una alta presencia nacionalista se optó preferiblemente por el estilo neovasco, identificando las casas baratas con el caserío vasco. Mientras en la zona industrial (Baracaldo, Sestao…) se elige un racionalismo funcional, en la que las casas están proyectadas desde la idea de la igualdad. No hay privilegios ni diferencias para nadie, acorde con una mayoría de obreros de ideología socialista y comunista. Los arquitectos vascos verdaderos artífices de la apariencia de las barriadas obreras, conocían el valor del lenguaje arquitectónico, los significados implíctos en cada uno de sus elementos, la creación de sentido como combinatoria de su sintáxis, y en esa línea se expresaron con maestría. Las Casas Baratas vizcaínas, tanto por su calidad constructiva y estética como por su ubicación se utilizaron para ser miradas, como un verdadero discurso visual que buscaba mostrar y demostrar, conformar una estampa que fuese a la vez construcción y constatación de la realidad del momento. Bilbao desde la primera década del siglo XX presumía de modernidad, de confort y elevado nivel de vida. Se cuidaba la estética, el buen vestir, el lujo mesurado en todos los aspectos de la vida, en la decoración de los interiores de las casa, en las fachadas, en los cafés y teatros. No se prodigan las estridencias, era un gusto equilibrado, refinado, que con frecuencia se identificaba con la estética inglesa.

ANA JULIA GÓMEZ GÓMEZ, LOREA ARIADNA RUIZ GÓMEZ, JAVIER RUIZ SAN MIGUEL

La riqueza industrial vizcaína hizo que industriales de otros países, Alemania, Bélgica, Francia e Inglaterra, llegaran a Bilbao para invertir. De manera que las nuevas construcciones de casas obreras que se presentaban en zonas estratégicas de cada municipio se ofrecían al visitante como una estampa en donde se mostraban el alto nivel de vida de Vizcaya, en donde a la vista de la calidad de las casas baratas hasta los obreros vivían bien. Pero hay algo, quizá más importante, la idea de pacificación social. Se produjo un sentimiento de cohesión gracias a unas mismas convicciones y valores que se establecía a través de una arquitectura que ayudó a configurar la moderna estampa de la ciudad. Para finalizar indicaremos que las casas baratas solucionaron el problema de la vivienda para aquellos cooperativistas que apostaron por ellas, pero no solucionó el problema real de la falta de alojamiento, continuaron faltando viviendas para los obreros. Pero la ejecución de estos barrios obreros si ayudaron a que en esta provincia se desarrollara un interesante entramado social configurado por obreros, arquitectos, instituciones y entidades bancarias, que hicieron posible la creación de una nueva imagen de la ciudad. El legado que tenemos en la actualidad son 53 magníficas barriadas. Una espléndida y rica muestra que se presenta como parte del patrimonio cultural de una extraordinaria etapa de la historia vizcaína.

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