La villa romana de Porta de Arcos (Rodeiro, Pontevedra): 45 años de investigación arqueológica.

July 7, 2017 | Autor: E. Carlsson-Brand... | Categoría: Roman Villae, Roman rural settlements, Archaeology and Historiography
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Descripción

Férvedes

Vilalba (Lugo)

Número 8

Año 2015

Pp.: 267 - 275

ISSN 1134-6787

LA VILLA ROMANA DE PORTA DE ARCOS (RODEIRO, PONTEVEDRA): 45 AÑOS DE INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA. THE ROMAN VILLA OF PORTA DE ARCOS (RODEIRO, PONTEVEDRA): 45 YEARS OF ARCHAEOLOGICAL RESEARCH. Erik CARLSSON-BRANDT FONTÁN Dpto. de Historia I, Univ. de Santiago de Compostela [email protected]

RESUMEN Cumplidas más de cuatro décadas desde el descubrimiento y posterior excavación de este yacimiento, localizado en el ayuntamiento de Rodeiro, pese a ser una referencia obligada en cualquier estudio, continúa siendo un gran desconocido. La revisión de los materiales conservados en la actualidad nos permite proporcionar una imagen mediante la reconstrucción de los datos que hemos podido recuperar, junto con los trabajos realizados a lo largo de estos años. Ampliamente inéditos, presentaremos algunas de las características más sobresalientes de las estructuras sacadas a la luz. ABSTRACT Four decades since the discovery and subsequent excavation of this site, located in the Municipality of Rodeiro, the roman villa of Porta de Arcos remains rather unknown, despite being a frequent reference in many studies. Revising the materials preserved today allows us to provide an image by reconstructing the data that we have been able to recover along with the work done over the years. Largely unpublished, we will present some of the main findings and show some of the relevant features of the structures brought to light. Palabras Clave: Keywords:

1.-

Asentamiento rural, villa, valle. Rural settlement, villa, valley.

INTRODUCCIÓN.

En este trabajo trataremos de realizar un breve análisis de un yacimiento romano ampliamente reconocido en el panorama arqueológico gallego, la villa de Porta de Arcos. Este conocimiento, empero, contrasta con la reducida información existente, puesto que han transcendido exclusivamente breves notas originales que solo nos proporcionan una imagen sesgada del conjunto (García Alén, A., 1973; 1974; Fariña Busto, F., 1976). Esto no impide que sea citada múltiples publicaciones (Gorges 1979; Fernández Castro, M.C., 1982; Arias Vilas, F. 1992; Pérez Losada, F. 1995). Decidimos finalmente acometer su estudio partiendo de estas breves informaciones, donde se atisba algunas de las cualidades, variedad y riqueza de los materiales hallados durante el proceso de excavación. Acometemos, en gran medida, un intento de reconstrucción de los datos tomando diversas fuentes e instituciones que han llegado hasta nuestros días. Intentaremos proporcionar una imagen global de los principales aspectos que caracterizan a esta unidad de explotación del medio rural, aunque debido a las cuestiones de espacio, haremos hincapié

sobre ciertos aspectos clave de este asentamiento. En fechas recientes ha visto la luz un trabajo relacionado con el análisis de parte de los restos cerámicos depositados en el Museo de Pontevedra (Carlsson-Brandt Fontán, E., 2014) y otro, en don-

Fig.: 1. Mapa de situación del yacimiento.

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castros (Carballo Arceo, X.L., 2002: 125) y, de una serie de yacimientos romanos. 2.-

Fig.: 2. Detalle del sector de la “cocina” (foto: Archivo Gráfico, El Museo de Pontevedra).

de realizamos una lectura macro-espacial en relación con su territorio circundante y comparándolo con casos similares (Pérez Losada, F., CarlssonBrandt Fontán, E., e.p.). En este sentido, en este trabajo nos ajustaremos a tres principales objetivos: una recopilación historiográfica de la extensa historia de las investigaciones realizada hasta la fecha, un estudio del entorno inmediato englobado por el Val do Camba y, por último un análisis de los restos estructurales sacados a la luz en la década de los años setenta. Este estudio se engloba dentro de la línea de investigación que llevamos desarrollando sobre el poblamiento rural romano (CarlssonBrandt Fontán, E. 2011). Supone, pues, otra pieza del puzle que compone el complejo tejido rural en época romana.  Situación del yacimiento. Se localiza en el Ayuntamiento de Rodeiro, provincia de Pontevedra, a medio camino entre las aldeas de Outeiro y Vilameá, pertenecientes a la parroquia de Santiago de Fafián (Fig.: 1). Emplazada a una altura de 715 m, domina el fértil valle del Camba desde su posición estratégica a la sombra de la Serra do Faro. Este valle alto conforma una unidad geográfica muy bien definida, prácticamente una penillanura que posee una particular disposición en forma triangular, delimitada al oeste por la propia sierra y en sus lados NE y SE por una serie de elevaciones menores. Presenta condiciones favorables para el desarrollo de la agricultura y la ganadería gracias a la presencia de varios torrentes que nacen de las mismas estribaciones. La continuada actividad humana en este valle queda patente ya desde la Edad del Hierro, atestiguándose varios

HISTORIA DE LAS INVESTIGACIONES.

 El descubrimiento de una villa en Rodeiro. El Museo de Pontevedra ha patrocinado desde sus inicios la catalogación de las riquezas patrimoniales existentes en la provincia, labor que hereda de la Sociedad Arqueológica de Pontevedra (fundada en 1894). La eclosión de los museos provinciales facilita la construcción progresiva del marco institucional para actividades llevadas a cabo hasta el momento por diferentes agrupaciones y asociaciones con intereses en la temática históricocultural. La creación de esta institución en 1927 supone el establecimiento de un centro formativo para investigadores, como de un foco de difusión cultural. La tarea de recopilación se inicia en 1930 con el Catálogo Gráfico de antigüedades, monumentos y costumbres de la provincia, seguido posteriormente en 1953 por la Carta Arqueológica, encargada de catalogar este tipo específico de bienes. Ésta última, presentada con ocasión del III Congreso Arqueológico Nacional, surge paralelamente a la tendencia general de la aparición de las primeras cátedras de arqueología y prehistoria en las universidades españolas. Como bien expresaba Filgueira Valverde (1954-56: 9) “se trabaja sobre el terreno o indirectamente, […] procedentes de la bibliografía o de la revisión de periódicos y revistas, notas de los diversos archivillos reunidos en el

Fig.: 3. Detalle del hallazgo de restos de teselas de mosaico adosadas al muro (primer término) y una basa de columna (foto: Archivo Gráfico, El Museo de Pontevedra).

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Museo y no pocas referencias personales”. La reglamentación, coordinación y la promoción de las actividades de prospección dan como resultado la compilación de numerosas noticias, y la recopilación sistemática de informaciones de hallazgos arqueológicos en diferentes ayuntamientos gracias a la creciente red de informadores y afiliados. Esta valiosa herramienta se compagina con la realización de diferentes “misiones” o “visitas” para comprobar las frecuentes noticias recibidas. La primera referencia que contamos de la presencia de un yacimiento en Fafián procede de una breve mención en la memoria de 1968 (García Alén, A., 1969: 15-16), reflejada en la memoria del año 1968 aparece una relación de yacimientos en el apartado 3.1. de Investigaciones Corporativas: “Asimismo se estudiaron los hallazgos romanos de Teanes, Salvatierra (2-I), de Fafián, Rodeiro (2-IV) y del Hotel Balneario de Cuntis (9-IX), y los Posthallstáticos de Dozón (26-III) y Vilaboa (22-VIII) y el de un barco hallado en la ensenada de Bayona (3-VIII)”. Las informaciones de los habitantes del lugar y la tradición oral hablaban de un predio donde se extraían materiales para la construcción de varias construcciones del lugar junto a la supuesta aparición de materiales preciosos: “[…] la noticia de extracción, por medio de tractores, de sillares y la tradición oral de supuestos hallazgos de oro y de que de dicho predio había salido el material con el que se levantaron los dos grandes pazos cercanos.”. En 1969, a raíz de estas noticias, se procede a realizar una prospección en dicha finca que, según sus excavadores “el hallarse la finca y las circundantes, en una superficie que calculamos en más de seis mil ms. cuadrados, realmente alfombrada de restos de tégulas y cerámica romana” (García Alén, A., 1973: 65). Deducimos a partir del mismo relato el practicado, en este momento un pequeño “sondeo”, por la mención que se realiza sobre el hallazgo de un muro de mampostería a 0,50 cm de profundidad. La riqueza de los vestigios hallados lleva al planteamiento de una necesaria excavación y, a tal efecto, se realizarán dos campañas consecutivas en los años 1972 y 1973, dirigidas por Alfredo García Alén (Fig.: 2; 3). Las misiones arqueológicas fueron financiadas por el Museo de Pontevedra, gracias a las subvenciones que concedía la Dirección General de Bellas Artes por medio de la Comisaría General de Excavaciones. Asimismo, destaca el mecenazgo de uno de los principales benefactores del Museo. El reconocido filántropo José Fernández López (19041986), contribuye en 1972 con una aportación económica que, unida a las anteriores, permitirá que durante este mismo año se lleven a cabo las excavaciones de tres yacimientos: Porta de Arcos, A Lanzada y Caldas de Reis. Durante el año siguiente, solo se continuaron los trabajos en los dos primeros.

El equipo que excava en Rodeiro estuvo encabezado por Alfredo García Alén (1923-1981), al que se unen investigadores como Francisco Fariña Busto1, varios integrantes del Seminario de Arqueología y Prehistoria de la Universidad de Santiago de Compostela, así como alumnos becados del Museo, apoyados por un grupo de obreros. Se realizaron dos campañas sucesivas en los años 1972 y 1973, desarrollándose los trabajos a finales del periodo estival, durante tres semanas repartidas entre los meses de septiembre y octubre. Contamos constancia a través de la Memoria de 1975 de la existencia de una financiación proporcionada por la Comisaría general para la realización de excavaciones en Porta de Arcos para este año (García Alén, A., 1976: 24). Asimismo, un informe valorativo menciona una campaña a mayores, realizada en 1976, al figurar indirectamente la existencia de documentación relativa a los permisos de cuatro campañas (1972-73 y 1975-76). En vista del silencio de la propia revista y apoyándonos en las evidencias materiales -las siglas sobre los materiales depositados en yacimiento se corresponden a los años 1972 y 1973-, consideramos, pues, que las sucesivas campañas pese a contar con autorización, nunca debieron llegar a materializarse por razones que en este momento desconocemos. Durante el proceso de excavación, se hallaron alrededor de los diez mil fragmentos de materiales arqueológicos. Encabezan dentro de este número las cerámicas, cuya proporción eclipsa a otros como pueden ser los metales, vidrios y elementos pétreos. El destino de los hallazgos tras la intervención fue su traslado, conservación y posterior incorporación a las vastas colecciones del Museo de Pontevedra. Igualmente, al inicio de nuestra investigación, pudimos observar que todos los objetos no se topaban en la misma localización. Estos se encuentran dispersos en otras dos instituciones: el Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento (IEGPS) y el Museo Municipal de Rodeiro. En un momento indeterminado, un 10% del total se traslada a esta institución con sede en Santiago de Compostela, donde actualmente se siguen custodiando. Por otro lado, una reducida serie de materiales procedentes de la villa se encuentran expuestos en el museo municipal, algunas procedentes de las excavaciones como de la colección Julio Lois Meijomil, producto de la recuperación piezas aparecidas a lo largo de los años, fruto de apariciones fortuitas durante el laboreo de los terrenos.  Treinta años de intentos. Los fondos del Museo de Pontevedra se encuentran en una continua labor de estudio, patrocinado en gran medida por el patronato, destacando la Catalogación Arqueológica y Artística de Galicia financiada por la Fundación Barrié de la Maza. Estas catalogaciones, como ya hemos mencionado,

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Fig.: 4. Levantamiento topográfico de las estructuras de villa de Porta de Arcos en 1985 (según Lestón Gómez, M., 2005:115).

conllevaron la oferta de diversas becas de colaboración que multitud de generaciones de arqueólogos gallegos aprovecharon, formándose en esta disciplina. Durante la década de los ochenta se renueva el interés en efectuar una nueva excavación en la villa de Porta de Arcos, a la luz de la gran cantidad de materiales que fueron exhumados en década anterior, y que abarrotan los fondos del Museo. Tras el fallecimiento de García Alén en 1981, se produjo un una abrupta interrupción de la investigación sobre este y otros elementos. Años después, gracias a un informe2 fechado en el año 1985 al que hemos podido acceder, se comunica la reactivación de trabajos sobre la villa. Las actividades que se acometen en este año 85, responden a tres aspectos principales: la limpieza de los restos constructivos hallados en las campañas precedentes, el levantamiento topográfico de las mismas y una reducida prospección de su entorno (Fig.: 4). Los trabajos se desarrollan durante un periodo no especificado de tiempo que concluyen el 1 de octubre del mismo año. Este proyecto de excavación y puesta en valor no llegó a fructificar, en gran medida por razones que podemos achacar -en nuestra opinión-, a cuestiones de financiación y derivadas a la posible adquisición de la propiedad de la finca bajo la que se encuentra el yacimiento. De cualquier modo, volvemos a perder el rastro de la villa hasta la década de los noventa. Concretamente, en el año 1993 -casi una década más tarde-, se aspira una vez más a reactivar la investigación. Las memorias del Museo y en un nuevo in-

forme3, volvemos a observar que ante la imposibilidad de realizar la excavación, se acometen nuevamente trabajos de limpieza y delimitación de los restos, junto con la continuación de la conservación y valoración de los materiales hallados en anteriores campañas (EMP, 1994: 66). Asimismo, en dicho informe se hacen referencia a la recopilación de documentación original de la excavación del 7273. Hasta la fecha de redacción de este artículo, no hemos podido acceder a dicha documentación (diario de excavación, inventarios, planimetrías, cartas y otros documentos), puesto que actualmente se encuentran en paradero desconocido. No obstante, en el extraordinario archivo gráfico custodiado por El Museo de Pontevedra, se conservan por encima del centenar de fotografías que recogen el proceso de excavación y a algunos de los materiales hallados. Estas instantáneas suponen un valioso testimonio de los hechos que las publicaciones y textos guardan silencio, resultando en ocasiones, la única evidencia que nos apoya en la elaboración de algunas de nuestras hipótesis. No es hasta la llegada del segundo milenio cuando se reinicia nuevamente el interés por este excepcional yacimiento. La frecuente aparición de artículos en la prensa clamando una intervención, se ha incrementado durante esta última década, gracias a la concienciación ciudadana para con el patrimonio arqueológico. En este sentido, se inicia a nivel de la Comunidad Autónoma una revitalización en la redacción de proyectos de recuperación de conocidos elementos de la cultura y del pasado.

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Fig.: 5. Mapa de dispersión de yacimientos en el Val do Camba sobre un mapa base MDT05-LiDAR.

Destacamos para nuestro caso el redactado en 2006 por R. Mª. Rodríguez Martínez, en el que plantea la recuperación mediante la excavación y la puesta en valor de este elemento olvidado de la arqueología gallega. 3.-

EL POBLAMIENTO DEL VAL DO CAMBA.

 Geografía y territorio. A continuación realizaremos un breve análisis del área formada por el valle del Camba, haciendo hincapié, en primer lugar, acerca de las excepcionales condiciones que presenta este alto valle en el que se localiza nuestro caso de estudio. Con una forma cercana a la triangular, se encuentra regado por el Río de Rodeiro y sus afluentes, tributarios de la cuenca fluvial del Ulla, nacen en las estribaciones de la Serra do Faro. Este sistema montañoso cumple a su vez una doble función de delimitación y protección del lado Este, con alturas medias entre los 900 y 1000 metros, destacando los 1187 m representados por el Monte Faro. Hacia el Norte limita con la Serra da Cabeza, cerrándose el valle hacia el Oeste, mediante una serie de estribaciones menores, donde se encuentra la actual población de Rodeiro, salida del río al que le da nombre. La superficie de aprovechamiento agrícola ronda aproximadamente las 500 hectáreas, fruto de la conjunción de estos elementos, configurando, como decíamos

anteriormente, una región ideal para el desarrollo tanto de la agricultura como de la ganadería. La presencia de poblamiento se puede retrotraer a la prehistoria dad la abundancia de necrópolis megalíticas presentes en esta región. En etapas posteriores, destaca la presencia de una interesante alineación de asentamientos castrexos representados por los castros de Riobó, Vence y el de Aboldrón (Fig.: 5). Desgraciadamente, ninguno de estos castro ha sido objeto de una intervención arqueológica, y a partir de los estudios realizados por Carballo Arceo (2002), no presentan indicios evidentes de romanización. En el caso del castro de Vence (Carballo Arceo, L.X. 2002: 245), se sitúa en posición dominante sobre uno de los meandros del río de Rodeiro y en una de las entradas naturales al valle. La presencia romana se percibe a partir de tímidos indicios en superficie o dispersiones de materiales en algunos puntos del valle. Estos indicios, localizados en el Agro do Campo de Rodeiro, Agro de Méndez y Agro do Pardugo están básicamente compuestos por acumulaciones de restos cerámicos. A escasa distancia del castro de Vence, en la zona de Val de Abaixo, se halló un epígrafe funerario (y “diversos materiales romanos” (según la catalogación oficial) al roturar la parcela, dedicado a Lucila4 (CIRG II, 84; HEp 6, 1996, 764), en el que se hace referencia a un castellum Olca. Pone de manifiesto, por un lado, la posibilidad de que alguno de los asentamientos de la zona se identifique

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Fig.: 6. Detalle de la cuadrícula y área excavada entre 1972 y 73 (según Lestón Gómez, M., 2005:114).

–o no-, con esta denominación. Por otro, la posible presencia de esta necrópolis, indicaría la existencia de un asentamiento próximo asociado.  La relación con el entorno. Los hallazgos casuales fueron asimismo los elementos que llamaron la atención a los habitantes de la parroquia de Fafián y Outeiro, que consecuentemente condujeron a los descubridores a identificar los restos que trataremos en este artículo. El entorno inmediato se compone de tres yacimientos en un área inferior a un kilómetro: la villa de Porta de Arcos, el asentamiento indeterminado de Agro de Padrugo y el castro de Aboldrón. Este último, se sitúa en una ladera de pendiente uniforme y perteneciente al subtipo B-2 (Carballo Arceo, L.X., 2002: 109). Se localiza a 900 m de Porta de Arcos, relativamente próximo, aunque de momento no hay pruebas o indicios directos que demuestren una hipotética interrelación castro-villa (Pérez Losada, F., Carlsson-Brandt, E., e.p.). Asimismo, ambos se encuentran directamente en relación con el acceso al puerto de Faro, que atraviesa la separación entre las sierras de Faro y Cabezas hacia el territorio perteneciente a la cuenca hidrográfica del Miño (actual ayuntamiento de Chantada). La poca visibilidad que caracteriza a este castro destaca por poseer únicamente inter-visibilidad con el castro de Vence (Carballo Arceo, L.X., 2002: 197), lo que respondería a una intencionalidad en su establecimiento para el control de dicho paso. A menor distancia, escasos 400 m apartan al siguiente elemento, recibiendo la denominación de Agro de Padrugo / Os Cortizos. En unas fincas se identificó la presencia en superficie de grandes trozos de sigillata y restos de tegulae. Al igual de lo que ocurre con el resto de los yacimientos que tratamos, estamos limitados por la falta de excavaciones o sondeos, por lo que únicamente teorizamos su relación con la villa, en base a su proximidad. Pu-

diera tratarse de alguna estructura dedicada a la explotación al margen de la edificación principal o bien otro asentamiento diferente. Entrando en detalle respecto a de Porta de Arcos, su localización resulta particularmente llamativa, puesto que se encuentra a los pies del inicio de las estribaciones de la Serra do faro, situada sobre una tenue colina que se eleva ligeramente sobre el terreno circundante, imitando a la manera de mirador o balcón escénico, al final del cual preside un batolito granítico. Huyendo de posibles interpretaciones que estas palabras puedan provocar, lo cierto es que desde esta posición, la villa posee una línea de visión que comprende la totalidad del fértil valle del Camba. La importancia de esta localización viene pareja a la teórica explotación de los recursos que ofrece la zona. La agricultura y la ganadería serían los pilares de la economía de esta unidad de explotación del territorio. La entidad de los restos exhumados, tema que trataremos en el siguiente capítulo monográfico, nos muestran la realidad de una estructura de habitación con unos niveles de confort y lujo característicos de este tipo de asentamientos. Los vestigios o elementos que apunten acerca del tipo de explotación del medio se reducen a una serie hallazgos relacionados con el proceso productivo metalúrgico y una serie de útiles o herramientas con una finalidad orientada al aprovechamiento de la masa forestal, hallados en el yacimiento. 4.-

LA VILLA DE PORTA DE ARCOS.

 El proceso de excavación. Este yacimiento posee todo un elenco de denominaciones que ha recibido a lo largo de los años debido a la falta de criterio en el uso de topónimos y micro-topónimos. En ocasiones se la menciona a partir, sencillamente, del nombre del municipio al que pertenece “villa de Rodeiro”. De igual manera, la sigla original con la que identifican los restos materiales utiliza este sistema (RO-72 o RO-73). Aparece asimismo referida por la parroquia a la que pertenece, “villa de Fafián”, aunque es interesante destacar que a escasa distancia del lugar en donde se localiza, se marca el límite entre las parroquias de Santiago de Fafián, San Xoán de Camba y Santa María de Río. Igualmente, varios de los topónimos de la zona son manejados, como el Agro de Outeiro, o bien la propia aldea de Outeiro. Las denominaciones de “Porta de Arcos” y “Leira das Penas”, se corresponderían con los nombres de los predios o fincas en las que se descubrieron los restos (García Alén, A., 1973: 65). Sobre una superficie de una media hectárea en la que afloraban abundantes materiales, se acometió la excavación mediante la realización de una serie de cuadrículas de 6 x 6 m, siguiendo el método

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A

B

Fig.: 7. Interpretación de las estructuras de la villa de Porta de Arcos; resaltando las diferentes fases constructivas (A) y una simplificación de las relaciones estructurales (B).

Wheeler. Entre ambas campañas se trabajó sobre una superficie cercana a los 400 metros cuadrados, distribuidos en 11 cuadros. A estos se le sumaría uno adicional aislado del anterior conjunto, a unos doce metros de distancia, a forma de sondeo valorativo para comprobar la existencia de estructuras en este sector (Fig.: 6). En 1972 se plantearon una serie de cuadros a partir de un primer sondeo, eligiendo el lugar donde afloraron los restos en el transcurso de las prospecciones realizas en años previos, desplazándose desde este lugar hacia el Sur y situando uno al Este (Fig.: 6: cuadros 1 a 4). En el primero, se produjo la inmediata aparición de una serie de estructuras que delimitaban una estancia desbordante de materiales cerámicos de carácter doméstico (García Alén, A., 1973: 66). Unido a la presencia de estratos con gran cantidad de restos de combustión asociados a lo que parecía corresponderse con una lagar con restos de rubefacción, hicieron que este sector se identificase como la cocina de la edificación (Fig.: 2). A partir de esta apertura inicial, se proyectaron dos unidades hacia el Sur (Fig.: 6: cuadros 2 y 3), dando como resultado una serie de nuevos muros que seguían aproximadamente una orientación ligeramente desviada respecto al eje Norte-Sur. En esta ocasión, a tan solo 15 cm de profundidad, los muros presentaban restos de un pavimento musivo (García Alén, A., 1973: 66-67). Asociado al mismo, una basa de columna realizada en granito de 31 cm de ancho (Fig.: 3). En el cuadro 4 se sacaron a la luz un conjunto de muros superpuestos interpretados como pertenecientes a dos fases diferentes (García Alén, A., 1973: 67), dado

que se sitúan en diferentes planos, las estructuras consideradas más recientes seccionan aquellas anteriores. Ante el hallazgo de restos de tal envergadura, unidos a “vidrios finísimos, cerámica de engobe rojo, sigillata hispánica y sudgálica, con gran riqueza decorativa; vasijas con grafitos o pinturas; restos de fundición de dos tipos de metal, gran cantidad de clavos de hierro de sujección de la cubierta (de tégulas y pizarras), pequeños trozos de bronce, etc.”, sus descubridores la identificaron inequívocamente como una auténtica villa romana (García Alén, A., 1973: 66). Ante la entidad de estos restos, comprendiendo la importancia del yacimiento, se decidió intervenir en una segunda campaña, continuando los trabajos de exhumación de una gran edificación (García Alén, A., 1974: 25-26). A tal efecto, se amplía la excavación en dirección Este y Oeste mediante la apertura de una línea de tres sondeos a cada lado de aquellos abiertos el año anterior (Fig.: 6: cuadros 5-11). En el sector Oeste se constata la aparición de un nuevo muro con nuevas evidencias de mosaicos, paralelo al ejemplo hallado la pasada campaña. La aparición de este nuevo tabique permite realizar la delimitación de un posible estancia de 8,4 m de ancho y de un largo aproximado de 10 m (Fig.: 7). Para la campaña del 1973 no se realiza la publicación de una memoria a la manera de la anterior, contando únicamente con un breve extracto que no nos proporciona grandes detalles de los descubrimientos. Nos apoyamos en mayor medida en las fotografías, realizando un registro de las actuaciones de este año, intentando realizar correspondencias entre las nuevas estructu-

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ras exhumadas.  Una propuesta de interpretación para las estructuras halladas. Los excavadores originales de la villa proponen la existencia de dos fases superpuestas. La primera, identificada como perteneciente al s. IV, se asocia directamente con la aparición del pavimento de mosaico y los muros asociados. Como hemos mencionado, estos elemento se encuentran directamente bajo la altura de uso de los cultivos (entre 15 y 70 cm de profundidad dependiendo del lugar), por lo que supone una zona especialmente castigada por la actividad agrícola. El siguiente nivel lo constituye el sector de la interpretada como la cocina, en donde presenta hasta 2 m de potencia arqueológica (2,25 hasta el terreno natural) y “robustos muros” de sillarejo con relleno entre paramentos. Este contexto es datado gracias a los materiales ergológicos que hablan de una etapa comprendida entre el finales del siglo I y el siglo II d.C. (García Alén, A., 1974: 25-26). La configuración general del yacimiento, se plantea con la primera excavación, puesto que se menciona brevemente que se trata de una “construcción en terrazas” (García Alén, A., 1973: 68). La disposición de la villa sobre la cara Norte de este promontorio obliga a adaptar las partes de la edificación a las diferencias de altura del terreno. Por tanto, observamos cómo la cota del nivel de uso de la cocina se encuentra a más de un metro de diferencia del nivel del mosaico. El muro Sur de la cocina presenta una anchura estimada de entre 60 y 70 cm, suponiendo el ejemplar más grueso del conjunto (frente a los 45-55 cm del resto), construido específicamente para a la contención o aterramiento entre ambos niveles. En este caso, al carecer de una seriación estratigráfica, no podemos discernir entre la presencia de una edificación coetánea en terrazas, o bien, la existencia de dos momentos diferentes. Ante esta problemática, los muros del cuadro 4, presentan la única evidencia de la existencia de una reforma o fase sucesiva, modificando parte de la planta. Esto se corrobora, asimismo, al comprobar la orientación general de los muros sobre el plano (Fig.: 7). Difieren únicamente los del cuadro 4 y un muro de cierre de la cocina (opuesto al muro de aterramiento), formando lo que parece un esquinal de una nueva edificación que amortiza en parte y modifica la orientación general de la villa.

5.-

CONCLUSIONES.

En este trabajo hemos pretendido exponer alguna de las cuestiones sobre este asentamiento que han pasado desapercibidas por la endémica escasez de publicaciones y fuentes de información. La ardua tarea de resucitar a este yacimiento a falta de

una excavación se configura como una ardua tarea en la que no siempre conseguimos arrojar algo de luz sobre alguna de las cuestiones. La Serra do Faro supone un territorio cuyas características geomorfológicas lo configuran como una micro-región con unos límites bien definidos en los que se puede observar los mecanismos de explotación del medio rural por parte de un asentamiento romano especializado. Estas variables nos hacen proponer que el territorio grosso modo del actual valle se podría corresponder con el fundus (tierras y edificios) de la villa de Porta de Arcos. La entidad de los restos hacen pensar en una residencia en el sentido de “villa come città del dominus”, un lugar de representación y revestido de lujo siguiendo la definición más clásica (Percival, 1976). Esta localización privilegiada en el centro de su territorio ostentaría una finalidad centrada en el hecho, de ver y ser visto. Unido a esta morada, se incluirían el conjunto de terrenos explotados y todos las edificios productivos asociados que conformarían la propiedad del dominus. En el plano arqueológico, la planta de la villa adquiere una nueva dimensión gracias a la recuperación de la planimetría que nos ha permitido corroborar la existencia de varias fases constructivas. Dos momentos diferentes son los que hemos podido percibir a través de las modificaciones de la planta en un momento indeterminado. La erección de una estructura sobre la preexistente y fuera del eje general de la edificación responden, pues, a razones que por el momento desconocemos. Hablaríamos quizá de un posible cambio de dedicación. En este sector (Fig.: 6: Cuadro 4) destaca por la abundancia de “niveles de quemado” (García Alén, A., 1973: 67), que puede estar relacionado con las referencias a la abundancia de escorias de metal halladas. Sería el caso de una explotación agropecuaria que pierde su función original y evoluciona a un lugar de transformación y producción artesanal del metal. Las consideraciones cronológicas derivan de la existencia de una serie de materiales, principalmente cerámicas que nos llevan al arco entre finales del siglo I d.C. y preponderantemente durante el II d.C., aunque muchas de estas producciones perduran hasta el s. III (Carlsson-Brandt Fontán, E., 2014: 338). A ello unimos la aparición de restos numismáticos caracterizados por la presencia de un ejemplar de Antonino Pio (161-162 d.C.) y Galieno (260-268 d.C.), que nos proporcionan una datación similar (Cavada Nieto, M., 1973-74: 188). En definitiva, para aclarar la cronología de ambas posibles etapas de este asentamiento, o certificar la existencia de algún otro, tendremos que esperar a la elaboración de una nueva intervención arqueológica que asiente firmemente, algunas de las cuestiones más debatidas sobre este yacimiento.

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6.-

BIBLIOGRAFÍA.

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NOTAS.

1. Xunto coas CPMHA da Coruña, Ourense e Pontevedra, creáronse en 1844. Real Orde do 13 de xuño. No artigo 3.º aparecen as atribucións das Comisións. 2. No caso dos museos provinciais galegos, o de Pontevedra foi creado pola Deputación respectiva, en 1927, abrindo en 1929, pero foi o de Ourense o que tivo maior influencia da CPMHA na súa creación e o de máis antigüidade; inicialmente, inaugurouse en 1847 como Museo de Pinturas e pechou en 1852 para reabrir como Museo Arqueolóxico Provincial en 1895/97 aínda que despois cambiaría de sede. 1. En este momento becado en el Museo de Pontevedra gracias a las becas “Sánchez Cantón” financiadas a cargo de la Diputación, el Patronato “José María Quadrado” (CSIC) y la Fundación Barrié de la Maza, encargándose de la Catalogación y Estudio de los Fondos Numismáticos presentes en esta institución.

Recibido: Aceptado:

2. “Informe de las actividades arqueológicas realizadas en la villa romana de Outeiro; Fafián, Rodeiro (Ponte-vedra)”, fechado el 18/10/1985 y firmado por Rosa Gi-meno García-Lomas, depositado en el Servizo de Arqueo-loxía de la Subdirección Xeral de Conservación e Res-tauración de Bens Culturais. Agradecemos de forma es-pecial a Manuel Lestón Gómez, por facilitarnos con gran amabilidad una copia de la planimetría original. 3. “Informe valorativo de la recuperación del material arqueológico de la villa romana de Fafián (Rodeiro, Pontevedra)”, fechado en el año 1993 y firmado por Rosa Gimeno García-Lomas, depositado en el Servizo de Arqueoloxía de la Subdirección Xeral de Conservación e Restauración de Bens Culturais. 4. D(iis) M(anibus) / Lucila / Vitalis / Ɔ (castello) Olca / an(norum) XI (CIRG II, 84; HEp 6, 1996, 764).

15/06/2015 01/07/2015

Férvedes, 8 (2015), pp.: 267 - 275

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